Personajes: Kyogai (Demon Slayer)

Advertencia: sangre

Tiempo: pasado

Protagonista: Shirlat, cabello negro con mechas blancas y rojas, ojo rosa (es tuerta del lado izquierdo y se cubre el otro ojo con su flequillo)

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Shirlat vivía con la familia de una amiga, pues su madre había fallecido recientemente y no tenía familiares a los que acudir, ellos la recibieron con amabilidad y la trataron como parte de la familia. Aunque el temor invadía su pueblo, pues varias personas habían estado desapareciendo, los testigo decían que eran secuestrados por un monstruo.

-¡Shirlat! Vamos, tenemos que llevar estás flores para tu madre- dice su amiga con una canasta de flores, mientras que Shirlat llevaba otra cosas en la suya.

-No creo que sea buena idea ir de noche, si nos pasa algo, tus padres se enojaran.

-No tengas miedo, nos cuidamos la espalda- comienza a caminar en dirección a su destino.

-Pero que tal si el monstruo nos lleva también, se ha llevado a tantas personas y ninguna a regresado- camina a la par de su amiga.

-Debe haber alguna explicación, los monstruos no existen. Tal vez sea un grupo de secuestradores que piden un rescate y la gente se excusa diciendo que era alguna criatura sobrenatural.

-Deberíamos volver e ir mañana durante el día, al menos tendremos a otros observando por si nos pasa algo.

-Que miedosa eres, además si nos pasará algo, mis padres interrogarían a cada vecino para asegurar que...- escuchan una rama.

-¿Oíste eso?... Es mejor que volvamos...

-Seguro fue un animal o... ¡Cuidado!

Shirlat es empujada por la chica, pero eso no evitó que el monstruo agarrara a la persona que estaba buscando, dejando a su amiga gritando el nombre de la joven y, apenas viendo como se perdía en la oscuridad, regresando a su hogar para buscar ayuda. Atravesando el bosque, llegaron a una vieja casa, entrando rápidamente en esta, ella fue arrastrada hasta una gran habitación, podía ver varias repisas y el olor a sangre estaba presente de tal manera que era indistinguible la causa.

-¡Ahg! Huele asqueroso- dice cubriéndose la nariz.

-... Sí... Más sangre peculiar... Al fin...- dice el monstruo alzandola.

-Espere...- en ese momento aparece un monstruo arrastrándose por el suelo.

-Sangre peculiar... Deliciosa y rara... Quiero...- iba agarra a la chica del tobillo con su lengua, pero el que la sostenía pisó la lengua -¡AAAH!

-Malditas cucarachas, invaden mi casa y roban mi comida ¡Largo de aquí!

Toca el tambor de su pierna, haciendo que gire la habitación y que el monstruo de la lengua caiga al techo, luego toca el tambor de su espalda y todo a su alrededor cambio, estaban en otra habitación. Shirlat fue acercada más al rostro del monstruo, estaba por ser mordida, por lo que en un acto desesperado, comenzó a rogar.

-Espere, por favor, no tiene que hacerlo... ¿No podemos hablar de esto?... ¡Le puedo donar mi sangre!- en ese momento él se detiene.

-... ¿Qué dices?

-... ¿Es eso lo que quiere, verdad?... Lo escuche cuando hablaba con el otro monstruo...- él le gruñe -No sé de qué otra forma llamarlo, perdón... ¿Demonio es más apropiado? ¿O tal vez su nombre?- él la baja, dejándola en el suelo.

-... Dijiste que puedes "donar" tu sangre... ¿Porqué harías eso?

-... Supongo que parecía desesperado por encontrar a alguien con mi sangre ¿Usted es quien se ha llevado a la gente de mi pueblo, no es cierto?

-... Una sola persona con sangre peculiar, podría valer por 100 personas de sangre común... Conservarte con vida no es una opción si quiero todo el potencial y hacerme más poderoso.

-... Tal vez tenga razón en eso, pero no esta viendo toda la perspectiva...- él la mira extraño -¿Tiene papel y algo para escribir?

-No te muevas...- se acerca a una repisa y saca un pincel, tinta y una hoja, entregándolos a Shirlat.

-Bueno, por lo que entiendo, al consumir la sangre peculiar de una persona equivale a 100 personas. En ese sentido ¿Qué tal si consumiera durante el día un equivalente a 50 personas, por decir que tome una jarra de sangre, dos jarras completarían el equivalente de 100?

-¿Porqué querría consumir menos en períodos de tiempo tan extensos, cuando puedo acabar contigo ahora?

-... Ahorrarse ir al pueblo a buscar más, digamos que es una especie de ayuno... Puedo llenar media jarra por día durante cuatro días de cada semana para obtener dos jarras, pero también debo cuidarme y alimentarme para que la sangre sea suficiente para seguir con vida, se restablezca y pueda darle más.

-¡Que tontería!

-No si aprende a controlar cuando comer...

-No estoy tan desesperado para seguir una idea tan ridícula. Debo hacerme más poderoso lo más pronto posible, así le demostraré que soy capaz de ser mejor...

-... Valió la pena intentarlo...- él la mira extraño -¿Puedo pedirle un favor antes de que me consuma?... Quisiera saber su nombre...

-Si morirás de todas formas...

-Sí, pero... Me sentiré en paz sabiendo de quien fue el último rostro que vi... Yo me llamó Shirlat, si eso le ayuda...

El silencio invadió un instante, por lo que Shirlat estaba segura de iba a morir pronto, pero sintió un fuerte golpe en la cabeza, quedando noqueada y apenas sintiendo como su cuerpo era arrastrado. Al despertar se siente algo extraña, sus muñecas estaban atadas a un mueble y de su mano izquierda podía ver una herida abierta de dos cortes, dejando que pequeños chorros de sangre caigan en una jarra.

-¿Qué?...

-Tienes suerte... Tú idea fue buena, aunque equivocada... Llenaste una jarra perfectamente mientras estabas inconsciente...

-... ¿Cuanto tiempo...?- siente las mejillas dormidas.

-Dos horas...- él se acerca, tomando su mano y lamiendola antes de cubrirla con una tela.

-... Me siento... Cansada...

-No es raro, me ahorraste más de lo que esperaba...

-¿Porqué...? ¿Porqué lo hizo?... Creí que... Le parecía ridículo...

-... Shirlat ¿Cierto?...- ella asiente débil -Puedes llamarme Kyogai...

-¿Porqué me lo dices?

-Porqué si alguna de esas cucarachas entran contigo, deberás gritar ese nombre para evitar que ellos me quiten mi comida ¿De acuerdo?...- ella asiente algo débil -Bien... Mañana llenaras otra jarra...

-... ¿Puedo comer algo...?

...

-¿De verdad crees... Que mi técnica de sangre es impresionante?

-No había enfrentado a nada igual...

-... Shirlat, puedes salir...- una puerta se abre en el cuarto, un armario que conectaba con esa habitación.

-¿Kyogai?...- se acerca algo nerviosa.

-Perdóname, no te dije la verdad... Volví a traer sangre peculiar del pueblo...

-... Lo sé... Pensé que ya te habías cansado de mi sangre o que ya no te servía como antes...

-¿Le dabas de tu sangre?- cuestiona el chico de traje verde.

-Creía que así podía estar tranquilo en su hogar, pero creo que no era suficiente.

-No... Tú eras lo único que necesitaba, pero temía perderte... Perdóname...- su cabeza estaba por desaparecer, cuando ella dejó un beso en su frente.

-Descansa sabiendo de los que conocieron tu talento...

-Gracias... Por no dejarme solo...