Prisionero

Personaje: Will Cipher (Revers Gravityfalls)

Advertencia: maltrato física y psicológico, magia

Tiempo: actual

Protagonista: Miriam, cabello rubio platinado corto por arriba de los hombros, ojos grises

Nota: esta muy desconectado de todo lo que sería AU, pero no pude evitar pensar en que pasaría si...

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Miriam había vuelto al pueblo después de un distanciamiento familiar, siendo el mayor motivo sus primos, los gemelos Gleeful; pero extrañaba mucho su viejo hogar, por lo que tomó la decisión de volver, para su desgracia, sin pasar desapercibida de sus primos. No sabía cómo, pero al bajar de la estación de buses, ambos castaños estaban de pie ahí, trato de hacer la vista gorda pero la atraparon antes de poder escapar.

-No...- dice con un tono cansado.

-¿Así saludas a tus primos que te extrañaron tanto?- dice Dipper en un tono burlón.

-No me pongas de mal humor, que sabes muy bien quien quedó en el suelo en la última ocasión.

-No seas así, vayamos a casa.

-Yo no me quedaré con ustedes, solo van empezar con lo mismo de siempre.

-¡Vamos a casa!- grito Mabel, ignorando por completo a su prima.

Ambos jalaron a su prima hacia su casa, que para ella más que hogar era una prisión; Dipper fue el primero en entrar, agarrando las maletas de Miriam, mientras Mabel la agarraba del brazo. La chica no ponía atención a la castaña, entonces vio a alguien escondido tras unas escaleras, los colores azul y negro resaltaba en su vestimenta y tenía un parche sobre su ojo.

-¡Will, ven aquí!- el chico salió de su escondite.

-Sí, amo.

-¿Amo?- Miriam pregunto desconcertada.

-Miriam, este es nuestro demonio y sirviente, Will Cipher. Gracias a su poder, nos hemos vuelto poderosos- Dipper genera una daga azul.

-¡¿Un demonio?!- grita la chica con sorpresa, haciendo que Will se asusté y que Dipper desaparezca el arma -De todas las cosas que han hecho... ¿Porqué?

-Sabíamos que nos creerías, con lo rarita que eres con tus cosas paranormales- dice Mabel entre risas.

-Will, lleva las maletas de nuestra prima a la habitación de huéspedes.

-Prefiero dormir en el bosque que estar en esta casa con ustedes.

-Tal vez...

-¡Cállate, Will!- le grita Dipper.

-¡No le grites!

-Es un demonio ¿Qué te importa?- dice Mabel con indiferencia.

-¡¿Saben qué?! ¡Ya estoy harta! ¡Me voy de aquí y, aun no sé cómo, pero él vendrá conmigo!- señala a Will.

-Will, encadenala...

-Pero, amo... No puedo...- los gemelos miran molestos, haciendo que se le salgan las lágrimas -En el trato dijeron que no lastimaría, encerraría o mataría a nadie...

-Eres tan inútil como siempre... Muévete a dejar su maleta- manda Mabel, pero antes de que el chico se vaya, Miriam lo detiene.

-... ¿Will? Quisiera que me guiaras al cuarto.

-No, tú pasarás tiempo con...

-Primo, me han hecho este viaje imposible. Si me voy a quedar aquí es por él, no ustedes, alimañas. Di una sola palabra más y te voy a quitar esa cosa que aun no usas.

Los dos chicos miraron asustados, Mabel solo se notaba molesta, Miriam siguió al muchacho de azul hasta la habitación de huéspedes, Will bajo las maletas junto a la cama y se iba a retirar, pero la puerta no abría. El reviso el seguro, las bisagras, pero nada daba indicios de porque no abría, la platinada entonces aclaró la voz, sorprendiendo al chico al voltear, sus ojos tenían destellos grises al igual que sus manos.

-¿Eres una hechicera?- dice el chico nervioso.

-Sí...

-... ¿Ellos lo saben?

-No, es de las cosas de mi lado de la familia que no contamos. Especialmente con chiquillos como ellos- ella se acerca a él, pero Will se cubre.

-¡No me hagas daño, por favor!- dice con temor, cubriéndose y el rostro ya mojado en lágrimas.

-No... No quiero hacerte daño...- ella lo toma de su mejilla -Ellos te han lastimado mucho ¿No?...

-Solo un poco...- Miriam alza sus mangas, dejando ver marcas de latigazos y golpes.

-No me tienes que mentir...- usa sus poderes para sanar sus heridas, incluso las que no veía -Dime como puedo ayudarte...

-... No puedes... Estoy atado a ellos por el trato... Y no tengo la magia para renovarlo ya que ellos la drenan de mi como parte del mismo... Siempre estaré atado a ellos... Prisionero...

-Creo que sé donde podemos empezar entonces.

Miriam saca un libro sobre seres mágico y las criaturas de las sombras, deja un sello mágico de color gris en el cuarto para que sus primos no interrumpan su búsqueda y empezó a leer. Will estaba impresionado, nunca pensó que a un demonio como él, le ocurriría un milagro tan grande de alguien que tuviera en su sangre a los Gleeful, tan poderosa y tan amable, pero el grito a su nombre interrumpe sus pensamientos.

-¡Will, ven aquí!

-Me llaman... Debo ir...- él se dirigió a la puerta, pero ella refuerza el sello.

-No irás a que te torturen y maltraten como un perro callejero.

-Pero...

-¡Will Cipher, ven aquí inmediatamente!- una magia azul trataba de sacar al demonio, pero el sello gris se lo impedía.

-Encontré algo, espero que sea la decisión correcta... ¡Ectarto vecta Astris!

El silencio habita por un instante, el sello se cae, pero la magia azul ya no jalaba al demonio, la puerta se abrió los gemelos entraron flotando a la habitación, luchando por liberarse. Will no podía creer lo poderosa que era la chica, la magia que ella usaba era más fuerte que la que él le daba a los Gleeful; Miriam bajo a sus primos, quienes mostraban rabia hacía el demonio, al pensar que fue el quien les hizo eso.

-¡Maldito demonio, cuando te llamamos, tú debes venir a cumplir!- Dipper iba a golpearlo, pero Miriam lo detiene con su magia.

-Ya no tiene que hacerlo...

-¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Hiciste un trato con él para que te diera magia, no es cierto?!

-Yo no necesito su magia... Lo heredé de su tía política...

-¡¿Porqué no nos dijiste? Pudimos ser grandes, poderosos!- Mabel dice con irritación en su voz -¡Hicimos un trato con un demonio cuando...!

-Tenían a su prima que molestan y humillan con poderes mágicos sin saberlo... Pues déjenme decirles algo, tampoco se quedarán con el demonio.

-¡¿Qué?!- gritan ambos con ira en sus ojos.

-¿Lo... Dice en serio?- lo dice sonrojado y algunas lágrimas resbalando por su rostro de nuevo.

-Es un hechizo simple, pero sólo hay un detalle... Te convertirás en mi demonio de compañía...- Will se muestra nervioso, solo había oído de algunos demonios que se convirtieron a demonios de compañía.

-... Eso quiere decir que...

-Serías un acompañante, no podrás alejarte de mi y no podras seguir haciendo tratos sin mi permiso. Estarías enlazado a mi y tus tratos anteriores se romperian también... Quería encontrar uno en qué realmente fueras libre, pero...

-Aceptó...- dice él, por primera vez decidido -¿Qué debo hacer?

-Recupera tu poder de quienes lo tomaron... Lo necesitas para el hechizo.

-¡Will, detente ahora mismo!- Dipper iba atacarlo, pero sus poderes son drenados de los gemelos, regresando a las manos de Will -¿Qué hiciste?

-El primer paso está hecho... Will Cipher, con tu brazo derecho cruzando tu pecho, di el juramento escrito en el libro de los hechiceros...- ambos cruzan sus brazos sobre su pecho.

-Miriam... Me entrego ante tu poder, seré tu fiel sirviente, nunca me apartare de tu lado y te protegeré como si fueras lo único preciado que me queda...

-Will Cipher, acepto tu poder, estarás a mi lado cuando falte luz en mi camino, serás quien me dé refugio cuando me falte techo y nunca te dejaré atrás... Pon una mano en el libro y la otra sobre mi cabeza- él obedece -¡Erta hactori ver, esteria tertori egf, uniret octuriim infante uf!

Una cadena gris los rodea a ambos, dejando a los gemelos impactados por lo que estaba pasando, la cadena dio vueltas al rededor de ambos, para luego enredarse en las manos que sostenían sus cabezas, y pegandolas de las muñecas para luego desaparecer. El hechizo terminó y Will se sentía renovado, se sentía libre pero a la vez se sentía servicial a la chica, quien miró con desprecio a sus primos.

-Ya no tienen su magia, tendrán que buscar a otro demonio para eso.

-... Mi maestra...- Will la llama, derramando lágrimas de nuevo -Gracias... Por liberarme.

-No hay problema, Will... Pero no eres libre, estás unido a mi. Aun podemos encontrar una manera de...

-No, con usted, tengo la libertad que siempre quise... Y alguien que realmente me respeté por lo que soy.

-¡Will, detenla!

-... No puedo ir en contra de la voluntad de mi maestra...

-Will, guarda mis maletas, por favor.

-Sí, mi maestra...- con un chasquido, hace que sus maletas se guarden en una bolsa de mano.

-Gracias.

-¡No, él no puede, nuestro trato...!

-Tu trato se rompió con el juramento. Él no les debe nada, ni ustedes a él tampoco, siéntanse dichosos de ser mi sangre... Porque yo no les hubiera perdonado lo que hicieron.

-Mi maestra, es hora de irnos- ella toma su mano.

-A nuestro nuevo hogar.

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