Loba
Personaje: Will Cipher (Revers Gravityfalls)
Advertencia: maltrato físico y psicológico, magia
Tiempo: actual
Protagonista: Miriam, cabello rubio platinado corto por arriba de los hombros, ojos grises
Nota: esta muy desconectado de todo lo que sería AU, pero no pude evitar pensar en que pasaría si...
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El show de los gemelos Gleeful traía a la gente con trucos de magia, pero también aprovechaban la magia del demonio para capturar cosas extravagante; Will estaba preparando algunas cosas para el show de esa noche, cuando sintió un jalón en su cuello. Una cadena azul lo arrastró hasta estar enfrente de Mabel y Dipper, quienes estaban junto a una jaula cubierta por una tela.
-Hola, inútil.
-¿Qué... Qué desean los amos... Esta vez?
-Hemos capturado algo muy interesante- dice Mabel.
-Y sexi...- dice Dipper, recibiendo un golpe de su hermana -Queremos que te encargues de ella.
-¿E-ella?- quitan la tela, escuchando el débil gruñido que salía de la criatura encerrada -Una m-mujer loba.
-Sí, será interesante dominarla- dice Dipper con gracia tratando de tocarla, pero ella extiende sus garras.
-¡Muerete!- grito la chica en la jaula.
-En fin, tenemos un show que dar. Llevala a su jaula.
Will obedeció el mandato de Mabel, chasqueando los dedos y haciéndolos aparecer en un sótano, donde lo único que los separaba eran unos barrotes con un hechizo puesto por el demonio. Él la miró con cierta pena, al ver que trataba de derribar las paredes, pero una de sus piernas cojeaba; se hizo presente dentro de la jaula, asustando a la mujer loba, quien trataba de retroceder con temor.
-¡Aléjate!
-Tr-tranquila... No te lastimare...
-¡Mientes! Tienes sus poderes, no puedes estar diciendo la verdad- aun luchaba por alejarse, Will encendió una llama amarilla en su mano, logrando ver la herida -¡No! ¡Déjame!
-Ellos... ¿Te hicieron eso?...- ella asiente, a lo que él intenta acercarse.
-¡No! ¡Vas a lastimarme también!
-... Solo... Quiero ayudarte...- dice con lágrimas en los ojos -No pude hacer m-mucho por los que estuvieron antes... Pero... Por favor...
Will se quedaba sin voz con cada palabra que decía, dejando salir la honestidad en sus palabras, la loba se acercó apenada y con cautela, dejando la mirada hacía abajo esperando cualquier respuesta, incluso hostil. En cambio, sintió como la mano del contrario la acaricia con mucha delicadeza, él se arrodilló y con su magia empezó a curar a la chica, quien se quejaba por el ardor, dejándose caer en el hombro del peliazul.
-Grrr...
-Tranquila, ya p-pasará... No tengo tanto poder ahora para que sea r-rápido, pero...
-Esta bien... Es solo que... Duele mucho...- lágrimas comenzaron a humedecer el hombro de Will.
-Shhhh... Ya... Te c-cuidaré lo m-mejor que pueda...- trataba de consolarla, acariciando su espalda.
-... Me gusta tu olor... Es... De moras...
-G-gracias...- Will se sonroja.
-... ¿Qué es eso en tu cuello?- pregunta Miriam, alejándose un poco, él se lo cubre.
-La marca del trato, y-yo no los sirvo porque quiera... Solo soy un e-esclavo que cayó en su trampa al estrechar sus manos...
-Tal vez algún día seamos libres...
-... Eso espero...
Desde esa noche, Will frecuento a la loba, quien se presentó como Miriam, cada día que iba con ella se hacía más cariñosa, dándole besos con la nariz o frotándose contra sus piernas, él se sentía atraído de cierta forma a ella, no podía entenderlo, pero le gustaba el sentimiento que le daba su pecho y su estómago cada vez que la tenía cerca. Entonces, por fin estaba decidido a decírselo, de mostrarle a esa chica lo que su corazón sentía cada momento que pasaba a su lado, pero para su mala suerte, fueron en el momento y lugar equivocados.
-Miriam ¿Estás despierta?
-¡Will! Qué bueno que nos acompañas- dice Mabel, dejando ver a Miriam, quien estaba completamente atada con Dipper tratando de hacer que lo huela.
-¡Hueleme, maldita perra!
-¿Q-qué está pa-pasando?
-Dipper quería capturar a la hija de un alfa, así, si ella lo reclamaba como su pareja y si vencía a quien se opusiera, se volvería el nuevo alfa.
-Condenada- Dipper la golpea.
-¡Basta!
-Quieto... Will, no esperaba esa reacción de ti- contesta Mabel de forma burlona.
-No importa, yo mismo la reclamare. Al menos podré disfrutarlo...- se empieza a desvestir -¿Acaso te quedaras mirando, hermanita?
-Ven, Will, ya me cansé de sus perrerias...
Will se quedó estático, no sabía que hacer, su cuerpo y su mente estaban entre obedecer y salvarla, por primera vez estaba ignorando por completo a sus amos, nisiquiera escuchaba los gritos de Mabel, solo las súplicas en la mente de la loba. Dipper no podía tocarla, él no merecía tocarla, no merecía reclamarla; sin darse cuenta, los reflejos del demonio evitaron una bofetada de su ama, sin levantar la mirada de los ojos llorosos de Miriam.
-¡¿Qué crees que haces?!
-Él no se merece su corazón- comenzó a presionar su muñeca, absorbiendo la magia que estaba en su ser.
-¡Dipper!
-¡¿Qué?!... ¡¿Qué estás haciendo?!
-Ella... No se merece su corazón...
Con un movimiento de mano, los barrotes de la jaula se desintegraron, Will soltó a Mabel, se acercó a los otros dos, tomando a Dipper y también absorbiendo su magia, Miriam no sabía que hacer, pero el demonio la tomó en brazos, destruyó la pared y se fue de la mansión Gleeful. Su vuelo lo llevó al bosque, donde dejó a la loba en el suelo, la desató y se apartó, por fin reaccionando a todo lo que acaba de hacer.
-Perdóname...- dice con la voz quebrada.
-¿Porqué?
-No pude evitar que te tocará... Debí... Debí ser más rápido. Lo que te hubiera hecho si yo...
-Will...- ella se acercó, pero él dio un paso atrás.
-Rompí con mi parte del trato sin darme cuenta, pude haberte lastimado... Podrían volver por mi y no podría hacer nada para protegerte...
-Hey... Ven aquí...- Will, apenado, obedeció a Miriam -¿Sabes porque rechace a Dipper?
-Él no te merecía...- dice con frustración en su voz.
-Esa es una... La otra es que no puedes reclamar a una loba que ya elegio su pareja...- Will se sentía temeroso de preguntar.
-¿Q-quién es el afortunado?- preguntó, mirándola con ojos cristalizados.
-Un demonio con olor a Moras.
Miriam tomó el rostro del chico y lo beso, Will tenía ojos abiertos como platos, pero la suavidad de los labios de su contraria le dejaron tomar iniciativa, por primera vez actuando por cuenta propia y dejándose reclamar por la loba. Sus movimientos suaves contra su cuerpo se hicieron salvajes, sin perder el amor que sentían el uno al otro, teniendo a la noche de testigo de ese momento de pasión. Esa mañana, ambos se despertaron felices por haber revelado sus sentimientos, pero avergonzados por la imagen que tenían después de esa noche juntos.
-Will, necesito preguntarte algo...
-¿Hice algo mal? ¿No te gustó?
-No, me gustó. Es que... No dejo de pensar y... Quiero presentarte con mi manada, ya que... Estamos juntos y...
-... ¿Qué co-conozca a tu manada?
-No tienes que si es muy pronto...- Will la toma de la mejilla.
-No, no es eso... ¿Crees que me acepten?
-¡¿Quién aceptaría estar con un débil como tú?!- dice Dipper, saliendo con su hermana de entre los arbustos.
-¡Alejense!- Miriam se pone frente a Will.
-Tranquila, cachorrita, solo vinimos por lo que nos pertenece.
-No los dejaré llevárselo.
-¿Qué interés podrías tener en un debilucho como él?
-¡No te atrevas a hablar así de mi hombre!
-¿Qué?- dijeron los gemelos a unísono.
-No me lo puedo creer, por eso no querías reclamarme. Elegiste al ser más débil del universo, el demonio llorón- dice Dipper de forma burlona.
-Solo entreganos al demonio y no tendremos que drenarlo hasta desfallecer.
Miriam se negaba a entregarlo, por lo que empezó a aullar, Dipper ignoró por completo la acción y chasqueo los dedos, haciendo que unas cadenas azules empiecen a jalar a Will hacía ellos. La loba trataba de mantenerlo a su lado, no podía perderlo, su agarre se hacía cada vez más débil, cuando unos aullidos y ladridos se escucharon en la cercanía. Ella no pudo sostenerlo más, pero un lobo de su manada detuvo el cuerpo del demonio, acorralandolo en el suelo y las cadenas se rompieron.
-¿Qué? No es posible- vieron como el lobo sobre Will tomaba una apariencia más humana, siendo mayor que todos los presentes.
-Padre...
-Miriam, mi luna, estas bien- ella se acerca a él, frotándose como un cachorro.
-Will, ven inmediatamente...- dice Mabel molesta por la situación.
-Este muchacho no se moverá. Mi hija lo a reclamado como su pareja, debe venir con nosotros.
-No puede...- dice Dipper, alzando el dorso de su mano -Esta es la marca del trato, nosotros cumplimos nuestra parte, y la suya jamás será completada.
-Servirnos y darnos su poder por la eternidad, a cambio de no lastimar a nadie. Claro que eso no aplica con nosotros.
-Es eso entonces...- mira la marca en su cuello -Miriam ¿Ya le hiciste la marca?
-No, padre, quería esperar a que...
-No necesitas más testigos que yo, liberalo...
-Esperen... ¿De qué están...?- el padre de Miriam retiene a Will, agarrando su cabeza de lado y cubriendo sus ojos.
-Disculpa, Will, tal vez te duela un poco...
Will estaba por preguntar cuando un quejido salió de su boca al sentir los dientes de la chica morder su cuello, algunas lágrimas salieron de sus ojos, pero no se sintió realmente lastimado por la acción de Miriam. Él dejaba que pequeños suspiros se escucharán en el oído de ella y sus manos sostenían su cabeza y espalda, permitiendo que se tarde lo que ella deseará, hasta que por fin se separó de él, no sin antes dejar un beso sobre la marca en su cuello.
-Disculpa...- dice Miriam con las orejas abajo y las mejillas rosadas.
-Deberías ver tu marca ahora, muchacho- dice el padre, apartándose de la pareja.
-¡¿Qué?!- Dipper miró su mano -No está...
-¡¿Cómo que no está?!- grita Mabel molesta.
-Ahora Will pertenece a la manada, ni siquiera su magia puede desafiar el destino. Les sugiero que se vayan y no tomaré medidas por lo que le hicieron a mi hija- los gemelos se van, dejando a los tres solos.
-Miriam...
-¿Sí, Will?
-No me molesta que hicieras eso, de hecho... M-me gustó...- dice avergonzado -Pero pudiste haberme avisado.
-Gracias por salvar a mi hija...- el hombre extiende su mano a Will, él la toma con cautela, para luego ser jalado en un abrazo -Te falta fuerza.
-Hace poco recuperé mi magia, tuve suerte de que mi ira no empeorará las cosas.
-Será interesante entrenarte, de eso estoy seguro.
-¿En-trenarme? Pero... ¿Cómo voy a pertenecer? Soy un demonio... Creí que solo los lobos podían ser alfas de sus manadas.
-No serás el primer alfa en no ser un lobo, eso lo puedo asegurar. Y con tus habilidades, haras cosas que nosotros solo soñábamos.
-No sé si lo merezco.
-Miriam te eligió, no sólo porque te ama, también porque te lo has ganado.
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