Estaba Arturo con su mirada perdida en los ventanales de su clase sin prestar atención a la clase.

— ¡Sr. Miranda!

Él la miró mal y le respondió de mala gana con un simple "qué?".

— Dígame cuál es el tema que escogió.

— Dormir es mejor que venir a la escuela.

— ¡A la oficina del director!

Arturo salió y mientras iba hacia la oficina se perdió en si mismo.

Arturo 1: Amanda... Si tu supieras cuánto te quiero, si pudieras leer mis pensamientos seguramente verías lo que veo yo en ti y mi gran amor por ti, me gustaría confesarme ante ti y vivamos felices para siempre.

Arturo 2: Es arriesgado, Arturo. Ya pasamos por esto con Samantha, y ya viste cómo terminó.

Arturo 3: No sólo es arriesgado, ¡es imposible! Nunca se fijaría en nosotros, es la más popular del insti, y no nos humillaremos por una otra vez en la vida.

Arturo 4: Estoy de acuerdo con Arturo 3, no tiene sentido humillarnos por algo que no pasará.

Corazón de Arturo: Inténtalo— susurro.

Arturo simplemente decidió esconder sus sentimientos, sin saber que unos ojos color miel le daban miradas furtivas que pertenecían a Amanda. Él nunca lo intentó y ella tampoco, cada uno era Crush del otro y posiblemente su alma gemela, pero el miedo pudo más.