2-. Liberación de los Espíritus.

Escena 1:
Kyo: ??? ~ Frontera de Beelzenia.

— ¡¿Eater?!—volaba viendo cada jaula, buscando alguna, pero la mayoría estaba vacía o era el oso equivocado siempre.

Llegué a una gritando el mismo nombre empezando a perder mi paciencia.

— No grites tan fuerte Kyo.—Dijo una voz muy tranquilamente detrás mío, mientras una sombra se alzaba detrás. Pegue un grito al escuchar una voz prevenir de la jaula de enfrente, me gire luego de caer, viendo a quien buscaba.

— ¿Eater, eres tú?—lo mire curiosa, manteniendome frente a la jaula

— No hubiera respondido si no—Dijo mirandome—¿Donde esta Ada y Michaela?

— Están liberando al resto, ¡vine a liberarte!—empece a golpear la cerradura, era oxidada, unos golpecitos y caería con facilidad

— ¿Cómo fue que te atraparon?

— Jugábamos en el lago, hasta que una red nos cayó encima nuestro a Ada, Michi y a mi... Gumillia logro escapar y Lich está insoportable... Da miedo...—recorde el carácter de Lich las últimas semanas

— Sólo Está preocupado, no es su culpa.

— Lo sabemos, pero si da miedo...—al último golpe en la cerradura, el candado cayó, mientras me acercaba a ver las cadenas.—¿Cómo te atraparon a ti?

— Estaba cerca del lago también y me lanzaron cuerdas y redes. No te preocupes, les di buena pelea.

— Eso explica la cara fea de el tipo....

— Necesitarás una llave para las cadenas.

— Ya ví...—trate de alcanzarla al verla cerca, pero algo me atrapó —¡¿...?!

— ¡Jefe, atrapamos a los fugitivos!

— ¡Dejennos ir malvado hombre!—esa era la voz de Michaela. Rugió furioso mientras intentaba alcanzar al cazador y hacer que las soltará.

Papá Eater rugió furioso mientras intentaba alcanzar al cazador y hacer que las soltará.

— ¡Controlen a esa bestia y lleven a los fugitivos, mañana vienen los clientes y tendremos mucho dinero con estos ejemplares!

Alcance a escuchar mientras luchaba por salir corriendo, pero eran más fuertes y menos tontos.

Nos volvieron a meter en jaula, abrace a Michi y Ada para calmarlas, pero las tres lloramos en silencio. Los cazadores se fueron contra Eater seguramente y sin más lo empezaron a atacar, tratando de no dañarlo mucho.

Oh no, están lastimando a Eater y no podemos hacer nada.

— Escaparemos, se que lo vamos a lograr...—trate de animarla sollozando muy bajito.

Cayó al suelo antes de dar un débil rugido y quedo inconsciente respirando agitado. Lo último que el oso vio fue la jaula donde estaban los otros tres espíritus.

L-lo mataron, mataron a Eater, oh no, Lich se pondrá muy triste y no sabremos cómo consolarlo.

.....

La noche se hizo más larga y Eater no da señales de querer despertar, se mantiene inmóvil en su jaula.

Michi y Ada fueron puestas en varias diferentes alejadas de mi.

— Tengo miedo—Susurro Michaela emitiendo un ligero trino.

— Uuuuuhh yo también... Ada, ¿Estás bien?—mire preocupada a mi amiga.

Debajo de las telas dónde nos tenían, escuché varias voces de diferentes personas.

— Estoy nerviosa y asustada.—La chinchilla tembló un poco.

Es nuestro fin seguramente, Meta seguramente no nos a podido encontrar, pero se que ella nunca de rendirá, ella vendrá a salvarnos.

— ¡Y nuestra primera criatura es un cachorro de oso que se creía extinto, que desapareció en la época de la muy reconocida Divina Levianta!—era la voz de el hombre, las sábanas se alzaron y tomaron la jaula donde estaba.

Y empezó la primera subasta, distintos precios por mi, todo por tener el aspecto de un maldito bebé oso.

«Debiste tomar otro aspecto» las palabras de el abuelo resonaron en mi cabeza, oh por Held, debí haberle hecho caso en un comienzo.

— ¡Vendido por 20,000 ivs a la una...!

Es el fin, no volveré a ser libre.

— ¡...A las dos y a las...!

Estaba por bajar el maso,hasta que la entrada fue iluminada por una extraña luz, era la de un rayo.

Allí había una mujer vestida de negro con detalles rojo, una mujer que veía a todos con cierta calma.

— ¡Detengan esta farsa de venta ilegal!

Su grito resonó, asustando a todos.

— ¡¿Quien es usted?! ¡¿Que hace aquí?!—Grito furioso el hombre que dirigía la venta mirando a la mujer. Mientras avanzaba, la mujer ignoro a todos, mientras continuaba mirando al tipo frente suyo y tomando mi jaula.

— ¡Este lugar queda cerrado bajo las órdenes de el emperador de Beelzenia!

— ¿Cómo dice?—Cuestionó molesto el tipo acercándose—Usted no puede hacer eso.

— Oh oh oh, claro que puedo, me dieron la orden, aquí la tiene y usted junto a sus hombres no podrán escapar, todo el lugar está rodeado...

La mujer se mantenía con cierta calma, riendo de la miseria de el hombre, viéndome en la jaula.

Michi y Ada se habían desmayado a causa de el susto, no las culpo, yo igual lo haria si llegaban a venderlas. El hombre solo miro a la mujer y suspiro de fastidio y enojo.

— Maldición...—Murmuró molesto.

— Fu fu fu, bien, entonces me llevo este y esto, mejor dicho, todos estos animales se vienen conmigo...—señalo las demás jaulas sin soltarne, mientras los guardias de el imperio de Beelzenia llegaban a llevarse a los criminales.

— ¿Meta?, Meta ¿Eres tú?—Pregunto curioso un petirrojo despertando de su sueño.

— Si soy yo, e venido a salvarlos...

Alegre, salí de la jaula, corriendo hacia otra zona, escuchando a Meta llamarme, pero no hice caso.

Debía buscar a papá antes de que fuese demasiado tarde, seguramente el está por aquí, en algún sitio.

— ¡Meta!—Grito Ada desde su jaula— ¡Eater esta en problemas!

Michaela empezó a volar por su jaula mientras trataba de tirar la jaula con esperanza de escapar. Mientras ella hacia eso, yo continúe corriendo en busca de Eater, el estaba en peligro, ví su jaula, estaba abierta y las cadenas lastimaban su piel. Eater estaba acostado respirando débilmente. Entre a través de los barrotes que eran más grande, viendo al enorme oso preocupada, viendo las cadenas abiertas, las jale para separarlas de su piel.

— Eater, Eater...—golpee cerca de su rostro asustado, mientras veía a Meta acercarse.

Gruño levemente abriendo los ojos débilmente.

— Kyo vete de aquí—Dijo en casi un susurro.

— ¡No!

Meta ya había llegado y de un chasquido, abrió la cerradura.

— Vaya, si que estás muy herido...—saco una botellita con un extraño líquido rojo, el cuál vertio en cada herida con cierto cuidado.

— ¿Se pondrá bien?—Pregunto curiosa Ada.

Michaela estaba algo preocupada y asustada.

— Si, dejémoslo descansar por ahora, vendré por el en cuanto despierte...

Dicho eso, Meta volvió a retirarse a vigilar que no haya huido ningún hombre malvado. Solo espero que el abuelo llore cuando regresemos al bosque, extraño nuestro hogar.

Que equivocado estaba...

.....

Esa fue la historia de nuestra captura y escape.

Escena 2:-
Kyo: Elphegort, Bosque de el Árbol Milenario

Gritos, gritos era lo único que se escuchaba en cuanto nos presentamos ante el abuelo para que viera que llegamos a salvó.

Meta de había marchado a recibí su paga, Eater se quedó en una cueva junto a Lich, en dónde el tardaría en recuperarse. Max estaba buscando a Gumillia para decirle de nuestro regreso a casa.

Pero Michi, Ada y yo éramos regañados severamente por el abuelo.

— ¡¿Cuantas veces debo decirles que no se alejen demasiado?! ¡Me tenían preocupado!

— ¡N-No salimos de el bosque abuelo!—trate de defenderme, mientras evitaba llorar por los gritos.

En estos momentos, deseaba que Meta estuviera aquí para ayudarnos.

— ¡No quiero escuchar más excusas! —Término por gritar furioso el abuelo hacia nosotras.

Ada se mantuvo callada y Michaela también, ambas igual de tristes, a ninguna le gustaba ser regañada por el abuelo y en especial a mi. El abuelo no quería escucharnos, solo temblaba de la rabia escuchando sus regaños todo el día, el siempre nos regañaba no queriendo escuchar nuestra versión.

— ¡Eres cruel abuelo, te odio!—le grite saliendo corriendo lejos de allí.

— ¡Kyo vuelve aquí ahora!—Grito furioso - ¡Kyo!

Ignore cada grito que me daba, sin detenerme a ver un color negro que me veía confusa y una cabellera roja que iba llegando.

Quería irme lejos de allí, no quería más regaños de el abuelo, quería que el por una sola vez nos escuchará nuestras palabras.

.....

Al estar más lejos ya no escuchaba los gritos, si tal vez espero unas semanas a qué se le pase el enfado podré volver, debería encontrar un buen lugar en donde dormir durante ese tiempo.

«Este lugar se ve perfecto» pienso mientras veo un árbol de fruta trauben cercano a una cueva.

Era donde papá estaba descansando... Posiblemente.

Me acercó corriendo a esa zona, hasta que una sombra se poso arriba mío «Debe ser Lich preocupada por mi, debería hablar con el», me disponía a girarme, cuando me di cuenta quien era el intruso.

— ¿No te alejaste demasiado, pequeña peste?—Pregunto burlón el ave de caza mientras se abalanzaba sobre mi, un pequeño bebé oso.

Esa voz... Yo la conozco... Oh no...

— ¡Zalk!—grite corriendo más rápido para huir, pero el era más rápido que yo antes de que me tuviera presa entre sus garras rápidamente

— Oh no tengas miedo, no te dolerá... Mucho— Dijo riendo mientras con sus garras y pico lastimaba mi piel.

Duele, todo duele.

Era físicamente más débil y pequeño que papá Eater, no podía darle pelea, más que sentir mi piel ser lastimada.

— ¡De-Detente, m-me duele!—grite tratando de safarme de encima al ave, pero el tamaño y fuerza eran notorios.

Escucho pasos, alguien se acerca, que sea Meta por favor...

Pero, la cantidad de magia es distinta, solo es similar a la de Meta.

Una piedra fue a dar directo a Zalk en todo su cuerpo, acompañada de varias más hasta que se escuchó una rama ser rota y alguien correr.

«¡Alejate, alejate!» eran gritos, podía ver borroso a alguien espantar a Zalk lejos de mi, golpeándolo con la rama.

Luego de eso, caí en profunda oscuridad.

Escena 3:-
????:- ????? ~ En algún lugar.

— Tranquilo, ya se fue, estas a salvo.— Susurro mientras lo tomaba en sus brazos e iba corriendo donde su hogar para curarle.

Le dolía todo... de su cuerpo herido no dejaba de salir la sangre.

«Ah, ¿Entonces esto es lo que llaman castigo?» pensó el oso viendo todo borroso a su alrededor. Mientras el chico continuaba corriendo a una dirección que jamás había visto en su vida.

— ¡Mamá!—Llegó corriendo con el oso en sus brazos y envuelta en su abrigo. La mujer de cabello blanco alzó la vista, dejando de hacer lo que se encontraba haciendo, viendo al niño llegar

— ¿Que pasa? ¿Te lastimaste?—se acercó hacia el preocupada, notando algo café entre sus manos.

— Yo no, pero él si, y esta sangrando mucho—Dijo algo preocupado y nervioso—¿Me puedes ayudar?

— Ve a buscarme agua limpia y vendas a casa de tus tíos, veré que puedo hacer.—tomando al oso, corrió al interior de la casa, tratando de detener el sangrado. El niño corrió a buscar lo que su madre le pidió a la casa de sus tíos.

.....

Termino de ajustar la venda con su hijo que permanecía a su lado, mientras el bebé oso respiraba permaneciendo dormido.

— Listo, ahora, dejemos que descanse...—limpio sus manos mientras recogía todo.

— ¿Crees que se pondrá bien mamá? - Pregunto curioso mientras acariciaba con cuidado al bebé.

— No puedo asegurarte mi niño, veremos si cuando despierta tiene hambre...—acariciando tiernamente los cabellos de su niños, se retiró a continuar la cena.

— Tranquilo amigo, pronto estarás bien—Dijo en un susurro mirando al oso con una sonrisa—Mamá es buena curando.

Leves ronquidos salían de el cuerpo durmiente del bebé, quien tenía sus dos patas vendas. El pequeño niño miraba con atención al oso esperando que despertará. Luego de un ronquido, el bebé de despertó queriendo correr de ahí, cayendo al piso mientras se quejaba de el dolor.

— Cuidado pequeño—El niño lo levantó con cuidado y lo volvió a poner en el cojin donde estaba antes - Aun no puedes correr, aun no sanas por completo. —El pequeño bebé se vio de pies a cabeza, notando sus patitas atrapadas en las vendas.—Oh espera—Con cuidado empezó a quitar las vendas de las patitas del oso—Eres muy lindo, nunca vi a un osito como tu antes.

Ladeó su cabeza confusa, mientras gruñía débilmente con sus patitas libres.

— Debes de tener hambre, ya vuelvo espera aquí—Sonriendo salió corriendo del cuarto a buscar algo de comer para el oso. Viendo a su alrededor confuso, mientras caminaba por el cojín hasta una ventana abierta.

«Una comunidad oculta en el bosque, me preguntó si el abuelo lo sabrá» pensó viendo a las personas trabajar, hasta ver algo rojo entre los arbustos.

— Tu, malvado gato rojo...—llamo molesta al felino

El gato volteo a verlo y subió a la ventana.

— No esperaba ver a una de las mascotas de Meta por aquí—Dijo tranquilamente el gato mirando al oso.

— Ni yo a la mascota de la malicia original....

— Yo no soy su mascota.

— Pues actúas como una, yo no soy mascota de nadie...—se defendió el bebé, mordiendo una pata de el gato rojo molesta.

El gato molesto levantó la pata dispuesto a lastimar aún más a la avecilla... De no ser por un cojin que lo tiro de la ventana.

— ¡Déjalo en paz! ¡Gato malo!—Grito molesto el niño corriendo donde la ventana, un su mano libre metió con cuidado al oso y cerró la ventana—¿Estas bien amigo?—El osito gruño en señal de afirmación, mientras veía al gato rojo huir de la pequeña villa oculta, una vez más miro al chico, ladeando su cabeza

— Oh claro, te traje de comer—Le mostró un platito de fruta y carnes, junto a un biberón de leche tibia. Mordió cada fruta y carne, empezando a comer con cierto cuidado cada una, mientras se hayaba alegre por la comida.

— De nada, por cierto me llamo Nico Salmhofer—Se presentó con el osito sonriendo—Y creo que te tengo que llamar por un nombre ¿Te gusta Silvy?

Negó varias veces ante ese nombre, no era el suyo, de eso estaba claro.

— Oh, veo que tú amiguito emplumado despertó...—la mujer de cabello blanco entro, cargando un cuenco de agua viendo a la avecilla.

— Si, y lo Salve de un gato que se lo quería comer—Dijo sonriendo orgulloso. La madre tomo al osito, lo acuno un poco y comenzó a darle el biberón, que el acepto casi de inmediato. Era delicioso

— ¿Un gato?, Seguramente debió ser de aquella mujer que vive por aquí cerca, bien hecho mi niño...-le tomo entre su mano libre su pequeño rostro, empezando a depositar besos en sus mejillas frente al osito que de alimentaba.

— ¡Soy un héroe!—Exclamó alegremente y con la inocencia de la niñez característica de todo niño de su edad. El osito veía la escena confusos teniendo un vago recuerdo que no sabía de dónde provenía, gruñendo mientras volvía a comer.

— Y todo héroe debe ir a comer, venga, puede que te ayude a elegir un buen nombre para tu amigo...—le acaricio su cabello con ternura, terminando de alimentar al bebé y lo acomodaban para dormir, mientras salían dejando la ventana cerrada, para evitar que el gato entrara nuevamente.

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