El primer amor (Parte I)


El aula de primero de la ESO estaba llena. En la pizarra, la profesora de matemáticas escribía:

8x + 2 = 6x + 4 x=

Paula contemplaba a través de la ventana un muro gris pintado de grafitis. Faltaban menos de treinta minutos para salir del colegio. Le estaba costando mucho conseguir mantener la atención. Por delante le esperaba un fin de semana soleado con sus amigas. Paula echó un vistazo dos asientos más atrás. Allí estaba sentado su amigo Adrián riéndose con Lucas. Su corazón se aceleró mientras sus ojos seguían clavados en él. Desde hacía unas semanas, ese sentimiento de amistad se transformó en un sentimiento más profundo. Ahora, cada vez que hablaba con él, sentía un nudo oprimiendo su estomago, y la garganta seca. No recordaba el momento exacto de ese cambio en su vida. En sus pensamientos evocaba continuamente, "acaso estoy enamorada".

Paula cogió disimuladamente el móvil de la mochila intentando que la profesora (que seguía escribiendo más ejercicios en la pizarra) no la viera. Vio una notificación de mensaje en el WhatsApp. Abrió la aplicación, era una mensaje de Aitana. Miró a su derecha, y vio a sus amigas Aitana y Marta (que compartían mesa) cubriéndose con las dos manos la boca. Estaban riéndose. Paula leyó el texto: "Deja de mirar a Adrián, eres muy descarada". La frase finalizaba con tres emoticonos de cara sonriente. Paula se frotó el lóbulo de la oreja derecha masajeando lentamente con el pulgar y el índice. Un gesto que repetía cuando estaba nerviosa, o quería relajarse. Volvió a guardar el móvil, y comenzó a escribir en el cuaderno los ejercicios de matemáticas.

Paula levantó la vista del cuaderno, y descubrió a Mateo mirándola. Ella le guiño el ojo derecho, y rápidamente Mateo volvió a girar la cabeza. Sus amigas le habían mencionado que Mateo estaba colada por ella. Sin embargo, Paula no les hacía mucho caso. Estaba terminando de escribir en el cuaderno la letra N. Realizó un círculo cubriendo el nombre de Adrián. Su ojos se perdieron durante unos instantes observando ese nombre, y luego lo tachó, no dejando rastro alguno.

El timbre sonó.

Paula recogió su cuaderno amarillo, el libro de matemáticas; guardó el lápiz, una goma blanca desgastada, y un bolígrafo azul Bic en un estuche rojo. Y lo metió todo en su mochila. Fue al sitio de Aitana y Marta. Ahora las tres reían. Paula notó un ligero toque en su hombro izquierdo.

-Casi me duermo -dijo Adrián llevándose la mano a la boca.

Paula se quedó un momento sin habla. Le había pillado por sorpresa. Lucas agarró el brazo de Adrian, y se lo llevó a rastras.

-Esta tarde vamos al parque -gritó Adrián mientras se alejaba con su grupo de amigos por la puerta-. Pasarooos.

Aitana y Marta se miraron, y comenzaron de nuevo a reírse.

-Vamos chicas, dejarlo de una vez -dijo Paula con una leve sonrisa.

Paula miró la hora en el móvil, eran las 16:30. Estaba frente a la mesa del escritorio con el cuaderno de matemáticas abierto intentando hallar el valor de x. Se quitó las gafas, y las dejó sobre la mesa. Cogió el móvil, buscó en Spotify la carpeta de Lola Índigo, y le dio al play. Había llegado la hora de prepararse. Abrió los cajones del armario, y empezó a amontonar varias prendas encima de la cama. Una falda roja de lunares, un top verde, un top rosa, un pantalón blanco, una camiseta negra de tirantes...En Spotify sonaba, Que tú no puedes ser rey si no tiene a la reina ...............Se probó toda la ropa que estaba encima de la cama. Después de unos quince minutos se decidió por un vestido azul. Abrió la puerta de su habitación, y en dos pasos estaba justo delante de la puerta del baño.

Estaba ocupado.

Los sesenta segundos que esperó frente a la puerta, se le hizo eternos. Su hermana mayor salió mirando el móvil.

-¡Tengo prisa! -recriminó a su hermana que se alejaba con la vista clavada en la pantalla hacia su habitación.

Entró al baño, se cepilló los dientes, y se peinó. Se miró unas cuantas veces en el espejo, y salió. A las 17:25 se marchó de casa

En la puerta del supermercado de Día estaban sus amigas Aitana y Marta. Aitana enseñaba a Marta sus vídeos de bailes que almacenaba en la carpeta de Tik Tok. Todavía seguía pensando que vídeo subir.

-¡Qué guapa estás! -exclamaron Marta, y Aitana al unísono.

Paula se frotó el lóbulo izquierdo de la oreja mientras sonreía.

-¿A qué adivino porque te has puesto tan guapa? -preguntó Aitana fijándose en el vestido azul-. No será por un tal...

-Mira que eres pesada -contestó Paula frunciendo el ceño-. Paso de chicos.

-Claro que sí... y yo también -dijo Aitana.

Las tres amigas rompieron a reír en una ruidosa carcajada. Una pareja de ancianos que salían por la puerta del supermercado cargados ambos con una bolsa de la compra, se quedaron mirándolas.

-¿Cuál es el plan para esta tarde? -preguntó Marta. Bajo la cabeza ante la fija mirada de la pareja de ancianos. Llevaba mal ser el centro de atención. Era mas tímida que sus dos amigas.

En la acera de enfrente estaban Adrián y sus amigos sentados en un banco de un pequeño parque. Todos ellos tenían los ojos pegados a las pantallas.

-Entraremos primero en el supermercado, daremos una vuelta, compraremos algún dulce, y grabaremos un Tik Tok que he visto esta tarde a una influencer americana -dijo Paula de carrerilla. Inhaló profundamente, y exhaló-. Así que marchando.

Las tres amigas se cogieron de la mano, y entraron.

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