Yuuri y Yuri... Yurio
-Alexander -gritó la niña emocionada.
-Alena -el pequeño se abalanzó a ella para abrazarla.
-Me alegra que hayan venido -mencionó Yuuri dándoles pase a su hogar.
-Es bueno verte, cerdo -habló el rubio, recibiendo un puchero por parte del antes mencionado -Hola, viejo-.
-Como siempre, tan amable -susurró Viktor -Además, somos de las misma edad, no deberías decirme viejo.
-Con ese cabello, cualquiera pensaría que eres un viejo -Yurio sonrió un poco ante la mueca que hizo Viktor ante el comentario.
-Será mejor que controles a tu gato, Leroy -Viktor se dio la vuelta y se encaminó a donde su hija y ahijado se encontraban jugando.
-¿Siempre va a ser lo mismo? -preguntó JJ a Yurio.
-Debes admitir que es divertido -JJ asintió a las palabras de su gatito y se dispuso a ir donde Viktor y los niños.
Yurio observó como Yuuri se encaminaba hacia la cocina así que decidió seguirlo.
-¿Qué estás preparando para cena? -preguntó una vez entró a la cocina.
-Katsudon -respondió para luego pasarle la cuchara a Yurio y que este lo probara.
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-Muy bien pequeña, es hora de dormir -Viktor tomó en brazos a su hija -Alexander ¿Te quedas a dormir?
-Mami ¿Puedo quedarme? -preguntó observando a cierto peli rubio.
-Claro que puedes, principe -habló Leroy antes de que Yurio pudiera darle una negativa a su hijo.
Después de todo, Jean-Jacques Leroy nunca le niega nada a su pequeño principe Alexander.
-Está bien -suspiró el rubio para luego ver como su hijo se despedía de ellos y seguía a su padrino para ir a dormir.
-Gracias por la cena, Yuuri -agradeció JJ.
-Gracias a ustedes por venir -contestó recogiendo todos los trastes sucios.
-Te ayudaré a acomodar la cocina -Yurio tomó unos cuantos platos sucios y se dirigió a la cocina.
JJ, sabiendo que ambos chicos tardarían, se dirigió al cuarto donde dormirían los niños.
-Yo también quiero oír la historia -gritó Alexander, emocionado.
-¿Qué historia les contaras, Viktor? -preguntó Leroy entrando en la habitación.
-El por qué a mi mami lo llaman Yurio -respondió Alex.
Al recordar ese momento, JJ no pudo evitar soltar una risa.
-Esa es una muy buena historia -respondió para luego acomodar a su hijo en el lugar donde dormiría.
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-Así que aquí estamos, como hace unos meses, pero ahora tu me presentarás a tu pareja destinada -habló Jean y Viktor soltó una carcajada.
-Así es amigo mío -Viktor le pasó un brazo por el hombro a su acompañante y le revolvió los cabellos.
-No seas así -se quejó intentando apartarse de su amigo -Me vas a despeinar y debo estar presentable para mi reina-.
-Bueno, que primero pase el Rey -dijo entre risas mientras abría la puerta del local y permitirle el paso.
-Por supuesto que voy primero -JJ sonrió enormemente y entró.
-Cerdito -Viktor se dirigió con pasos presurosos a donde Yuuri lo esperaba.
-Llegas tarde -habló un chico rubio.
-Gatito -Leroy abrazó a su pareja por los hombros -¿Así que este es el cerdito del que tanto habla Viktor? -.
-Ustedes, par de idiotas, creo que tienen un fetiche con nombrarnos como animales -Yurio le dio un zape en la cabeza a su pareja.
-Un placer conocer a los amigos de Viktor, mi nombre es Yuuri Katsuki -habló por primera vez el niño.
-¿Yuuri? -preguntó confundido el rubio.
-Se llama igual que mi gatito -JJ reía ante el descubrimiento -Mi nombre es Jean-Jacques Leroy, puedes decirme JJ-.
-Yuri Plisetsky -habló el rubio.
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Se encontraban jugando videojuegos en la casa de JJ. Con el paso del tiempo Yuuri logró integrarse con los amigos de Viktor, así que siempre salían a hacer cosas juntos o como Viktor les llamaba "citas dobles".
Pero aún había un pequeño detalle.
-Yuuri -habló Viktor y ambos chicos voltearon a ver. No era la primera vez que pasaba.
Pensaron en llamar al rubio Yurochka, dado que su abuelo solía llamarle así, pero Yuri no lo permitió ya que decía que solamente su abuelo podía llamarle de esa manera.
Viktor trató de llamarle Yu-chan a su cerdito, pero este tenía una mejor amiga a la cual nombraba de esa manera así que no funcionó.
JJ no tenía problema alguno cuando se encontraban con sus amigos, ya que podía llamarlo gatito. Pero cuando estaban en público no podía utilizarlo, ya que su novio se enojaría.
-¿Dos Yuri? -preguntó Chris en cuanto los conoció.
-Le diré Yura al rubio -dijo Otabek, dando una solución al problema.
Pero a Yuri no le gustaba ese apodo, así que evitaron decirlo. Ninguno quería recibir un golpe.
-¿Siguen teniendo problemas con los nombres? -habló la señora Leroy en cuanto entró a la habitación, con una charola de aperitivos.
-Es que ambos voltean cuando pronuncio Yuri -Viktor se acostó en la cama, viendo hacia el techo.
-A ver si puedo solucionarlo -la señora se acercó a una de las libretas de su hijo, cortó un pedazo de papel y escribió algo, todo bajo la atenta mirada de los chicos -Escojan uno, el nombre que sale es como se les dirá de ahora en adelante-.
Sin poner objeción, el rubio escogió rápidamente un papel. Al des doblarlo y leer lo que ahí ponía tuvo que contenerse de gritarle a la que era su suegra.
-Me salió Yuuri -habló el más pequeño de la sala.
Todos miraban expectantes que era lo que la madre de Leroy había escrito en el otro papel.
-Yurio -dijo luego de un rato, en voz baja pero suficiente para que todos lo escucharan.
Entonces soltaron las risas ante el nuevo apodo.
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-Así es como tu abuela bautizó a Yurio -habló Viktor dirigiéndose a Alex.
Los niños soltaron risas ante la ocurrencia de la señora Leroy.
-Sigue sin gustarme ese apodo -se quejó Yurio desde la puerta del cuarto.
-No querías tener un apodo y tu suegra terminó poniéndote uno -habló Yuuri tratando de esconder una risa.
-Sólo porque es mi suegra no dije nada -se excusó el rubio.
-Pasan los años y aún no te gusta, mi madre te lo puso con cariño, después de todo ella te adora- JJ se acercó a su pareja y lo abrazó.
-Buenas noches niños, que descansen -dijo Viktor, para luego arropar a los niños.
Y así entre buenas noches, el día llegó a su fin y otra historia había sido contada.
-En la escuela, me tienes que decir todo lo que tu padre te cuente por las noches -dijo el niño luego de un rato.
-No te preocupes Alex, yo te contaré todo -respondió Alena para luego disponerse a dormir.
Tenía curiosidad acerca de lo que su padre podría contarle el día de mañana.
Espero que les haya gustado. Gracias por su apoyo.
¿Qué creen que Viktor contará la siguiente noche? Acepto sugerencias, díganme lo que quieren saber.
Sin más que decir, nos leemos luego.
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