De charlas y otras cosas

-Me parece buena idea, hay tantas cosas de las cuales debemos hablar- habló con voz profunda Yaroslav Nikiforov. 

-¿Qué haces aquí? -preguntó de manera nerviosa la mujer ahí presente. 

-Me enteré que habría una reunión familiar y no podía faltar -puso una sonrisa falsa y tomó asiento antes que todos. 

-Supongo que esto es lo mejor, así hablamos todos y resolvemos todo -habló Viktor, cediéndole una silla a Yuuri para después tomar asiento. 

Valeska, indignada por la situación, también tomó asiento. Yaroslav ordenó una taza de té para cada uno y el silencio reinó en la mesa. 

-Bueno, será mejor que hables, por algo solicitaste esta reunión familiar -habló el hombre, incomodando a su esposa. 

-Yo vine aquí a hablar con mi hijo, para resolver las cosas con él -habló con voz decidida. 

-¿Quién dice que yo estoy aquí para otra cosa? -.

-Entonces ¿Para qué me mandaste a llamar? -preguntó Viktor, tomando la mano de Yuuri. 

-Se que no he sido la mejor madre, pero alguien por ahí me dijo que nunca es tarde para hacer las cosas y estoy aquí para decirte que quiero formar parte de tu vida -habló con sinceridad. 

-Me asombra tu honestidad, Valeska -.

-Cállate Nikiforov, para qué has venido tu aquí -.

-Quería saber que planeabas y tal vez llegar a un acuerdo -.

-¿Qué clase de acuerdo? -interrumpió el menor de los Nikiforov. Yuuri se encontraba expectante, no queriendo interferir en la conversación. 

El mesero interrumpió, sirviendo lo pedido, cortando así la conversación. 

-Se que habías esperado recibir un amor incondicional de parte de nosotros -habló la mujer -Pero no dudes que, como mi hijo, Te Amo. No lo supe demostrar, me vi cegada por la codicia y la ambición que no me di cuenta que estaba perdiendo otras cosas-. 

-Hasta ahora te das cuenta -habló con desdén el hijo. 

 -Puede que si -su voz se escuchaba arrepentida -Al ver el comportamiento de mi nieta, al ver que ella también pagaba mis errores, supe que tenía que remediarlos-.

-Nunca esperé volver a ver a la Valeska que conocí hace tantos años -fue el turno de la cabeza de familia. 

-¿Tienes algo que decir? -exigió Viktor. 

-Tu madre tiene razón, tal vez no fuimos los padres que esperabas, luchamos por lo que tenemos, que olvidamos esa parte llamada familia. Amo a tu madre, te amo a ti, pero no voy a dejar atrás todo lo que logramos por ti -habló con seriedad, sin inmutarse. 

-No te pido que dejes lo que tienes, solo que me incluyas en ello -espetó Viktor. 

-Pero ya tienes esa familia tuya, mi momento acabó, ya no hay nada que dar de parte mía, ya no eres un niño -.

-Que no sea un niño no significa que no necesita de mis padre -Viktor apretó su mano libre en forma de puño, bajando la mirada. 

-Un hijo siempre necesitará de sus padres -habló por primera vez Yuuri, tratando de dar apoyo a su marido. 

-A veces veo a tu madre, tan linda y amorosa con todos, que no me cuesta creer que ella no piensa en otra cosa más que en la felicidad de los demás y no en la suya -Valeska veía a ambos chicos, envidiando el amor incondicional. 

-Ella también piensa en ella, fue egoísta al desobedecer a sus padres y casarse con mi padre a temprana edad, fue egoísta al pensar tener un segundo hijo aunque el riesgo de ello era muy alto, fue egoísta al mudarse a Rusia aún cuando mi hermana no quería que así fuera -el pelinegro elevaba cada vez la voz -Mi madre fue egoísta muchas veces, ha llegado muy lejos, ella es feliz y yo también lo soy, porque gracias a su egoísmo estoy aquí, porque ella también lucho por la vida que tiene ahora, pero nunca dejó de lado a sus hijos-. 

Yaroslav y Valeska veían asombrado al joven ante ellos, quien los miraba con superioridad y desdén. Odiaba a las personas que hablaban sin fundamentos, que hablaban de más. 

-Vaya, el chico tiene agallas al hablarnos así -contestó Yaroslav. 

-Es bueno saber que por lo menos tiene carácter -le siguió su esposa. 

-Ustedes no lo conoces, ni siquiera le dieron esa oportunidad -interrumpió Viktor -Tantas cosas dichas y aún no puedo creer en sus palabras, porque suenan como escusas-. 

-Viktor, esto no será fácil, déjame intentarlo -tomó la mano de su hijo -Quiero conocerte, conocer tu vida, quiero estar en ella. Se que tal vez no estemos de acuerdo en algunas cosas, pero tu me enseñarás que así es tu vida y eres feliz-. 

-Primero tienes que saber que Yuuri y Alena vienen conmigo, vienen con mi vida y si quieres formar parte de ella, ellos también deben formar parte de nosotros -los ojos de Viktor demostraban convicción, deseaba que todo esto diera comienzo a algo nuevo y lleno de felicidad. 

-Viktor yo ... -dudó la mujer, observando al japonés. 

-No puedo -habló el padre -Tal vez quiera remediar mi relación contigo, pero no con él, no puedo y no quiero-.

Dicho esto, el mayor de los Nikiforov se levantó dispuesto a marcharse. 

-¿Algún día podrás? -preguntó Viktor, con tono de voz triste. 

-No lo sé -dicho eso, se marchó. 

Yuuri abrazó a su marido, quien contenía las lágrimas. Besó sus mejillas y luego sus labios, tratando de calmarlo. 

-Mi amor, eso no ha sido un no, se que has esperado mucho, pero esta charla ha sido un gran paso, solo hay que ver que sigue en este camino -su voz era tranquila, amable, amorosa. 

Viktor besó a su marido y lo abrazó de vuelta, sin derramar lágrima alguna. Su cerdito tenía razón, estaban avanzando. 

-Madre, espero su respuesta -habló luego de un tiempo. 

-Viktor, se que esta es tu vida ahora y en verdad quiero estar en ella, pero ¿podemos ir paso a paso?. No creo estar lista para lo que me pides -Valeska tomó la mano de su hijo, con una pequeña sonrisa. 

-Supongo que esto es mejor a nada -afianzó el agarré con su madre y sonrió. 

Yuuri se sentía feliz, después de tantos años, estaban avanzando y Vitya se veía muy feliz. 

Otro capítulo más. Espero que les haya gustado, estoy de vacaciones así que espero actualizar más seguido

Sin mas que decir me despido, agradeciendo sus votos y comentarios que he recibido a lo largo de este tiempo.

Los quiero mucho, nos leemos pronto. Byebye 💖

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