-Gracias por venir -despedía alegremente Alena a los últimos niños que se encontraban en su hogar.
-Esto fue más agotador de lo que creíamos -suspiró Yuuri tomando asiento en el sofá.
-Pero fue muy divertido -Viktor tomó a su hija en brazos y tomó asiento al lado de su esposo.
-Gracias por la fiesta -dijo la niña.
-Mañana abriremos los regalos -gritó fuertemente Alex, quien se encontraba sentado en el piso comiendo pastel.
-Espero vengas temprano, porque no te esperaré -ambos niños se sacaron la lengua.
-Termina de comer ese pastel -habló Nathalie Leroy -Ya tenemos que ir a casa-.
Dicho esto el niño se metió a la boca el último bocado y se dirigió a la cocina para tirar el plato.
-Fue divertido el día de hoy, nos vemos mañana -se despidió Jean.
-Cualquier cosas que necesites nos hablan -dijo Yurio recogiendo las pertenencias de su hijo.
Entre despedidas y bromas, la familia Leroy se retiró a su hogar.
Mientras tanto los señores Katsuki se retiraron a su habitación, disponiéndose a descansar luego de un largo y cansado día llena de actividades.
En la sala de la casa, se encontraban todos los integrantes de apellido Nikiforov. El ambiente se notaba tenso, sobre todo porque los padres de Viktor se encontraban molestos ante el comportamiento de su nieta.
-Espero que el regalo de nuestra parte te guste -habló la mujer, con tono amable.
-Esperaré a verlo, señora Nikiforov -habló de la manera más atenta la pequeña.
Yuuri y Viktor se observaron, inquietos por el comportamiento de su pequeña.
-No creo que ese sea el modo de dirigirte a tus abuelos -habló calmadamente Yuuri, tratando se saber a que grado era la molestia de su hija.
-Mis abuelos se dirigieron a descansar hace poco, así como se retiraron de nuestro hogar junto a mis padrinos, así que no hagas ese tipo de acusaciones, mamá -Alena se cruzó de brazos.
-Alena, compórtate, no le hables así a tu madre -regañó Viktor, molesto ante la actitud de su hija.
-Lo lamento mami, no quería sonar de manera grosera -Alena abrazó a su mamá aún estando en las piernas de su padre.
-¿Podrías explicar por qué dices que no somos tus abuelos? -preguntó el señor Nikiforov, tratando de imponer su autoridad a todos en la casa.
-Mi padre mencionó, en una ocasión, que quería mucho a los señores Leroy, como si ellos fueran sus padre. Cuando le pregunté a Nathalie el por qué, me dijo que ella cuidó mucho de mi papá -sonrió ante el recuerdo.
-Viktor, explícate -exigió la mujer.
-Estaba contento de la visita de Nathalie, le dije a Yuuri que la quería como si fuera mi madre, ya que ella estuvo en los momentos en los que más te necesitaba, no es mi culpa que ella haya ocupado tu lugar, se mostró como una gran mujer cuando decidió educarme y quererme como a un hijo -el tono de Viktor era de reproche.
-Viktor, no hables de esa manera, es tu madre -trató de tranquilizar a su esposo.
-Tú no te metas, ni que fueras de esta familia -habló el señor Nikiforov.
-Tú tienes la culpa de que nuestro Viktor empezara a desobedecer nuestros ideales -habló la señora.
-Con mi madre no te metas -gritó Alena, haciendo que todos se callaran -No tienen ningún derecho, no saben nada de nuestra vida, no saben lo que se llama familia, no saben que es querer a alguien -.
-Como te atreves a decirnos esto -el señor Nikiforov levantó la mano, dispuesto a golpear a Alena.
-No te atrevas -se interpuso Viktor.
-Esa educación le das a tu hija -gritó la mujer.
-¿Qué clase de respeto tienes? -reprochó el señor.
-Como tener respeto a alguien que no se lo merece, cuando tengas respeto por esta familia, ahí te tendré respeto -habló la niña.
-Ya basta -habló Yuuri -Alena esos no son modos de dirigirte a tus mayores, les pido el orden en mi hogar, hablemos como personas civilizadas, Alena tendrá preguntas para ustedes, así solucionaremos las cosas-.
Con algo de remordimiento, los adultos mayores tomaron asiento. Viktor tomó la mano de su marido para intentar tranquilizarse.
-Pregunta lo que quieras -habló la señora Nikiforov.
-¿Por qué trabajan tanto? -fue lo primero.
-Tenemos un prestigió que mantener, debemos de estar al pendiente de todos nuestros socios -respondió el señor.
-¿Son más importantes los socios que tu hijo? -los abuelos fruncieron el ceño ante la pregunta.
-A veces hay que hacer sacrificios -fue lo único que dijeron.
Viktor apretó la mano de Yuuri, no soportaba que sus padres pensaran de esa manera.
-Entonces ¿Por qué se enojan cuando hablo de los Leroy como si fueron los padres de mi papá? -la niña sonrió ante el desconcierto de los mayores.
-Porque él debería estar con nosotros-.
-¿Aún cuando ustedes no estuvieron con él? -.
-No lo entenderías -.
-Así es, no lo entiendo, porque sus escusas no lo valen - la niña se cruzó de manos -¿Por qué no quieren a mi mami?-.
-No es digno del apellido -habló duramente el señor Nikiforov.
-Supe que no estas de acuerdo con su matrimonio ¿Por qué? -.
-Es un hombre, ha manchado el apellido Nikiforov, Viktor se debía casar con la hija de mi más grande socio y colaborador -el tono que usó era de rencor.
-¿Quieres más a tu socio o a tu hijo? -Alena abrazó fuertemente a su padre.
-Hago lo que es necesario para tener dinero y poder -fue lo que contestó.
-Te dieron una nieta, ¿por qué sigues tratando de separar a mi familia? -el tono de la niña era tristeza.
-Se casó con un hombre, mi hijo es un marica, como quieres que lo quiera, es una vergüenza para la familia -el hombre se puso de pie -Mujer, levanta tus cosas, ya es hora de irse -.
Dicho esto se marcharon de ahí.
Dejando a un Viktor llorando, incapaz de contenerse ante las duras palabras de sus padres. Yuuri trataba de tranquilizar a su marido, evitando derramar las lágrimas al ser testigo de la dureza de los que eran sus suegros, dando gracias por haber tenido el apoyo de sus padres.
Alena abrazó fuertemente a sus padres, prometiendo que ella sería la que los protegería y buscaría la reconciliación con sus abuelos.
No por nada ella era una Nikiforov-Katsuki.
Yo sola me torturo al hacer que Vitya pase por esto. A veces la vida es dura, pero siempre hay alguien por quien luchar.
Espero que les haya gustado, fue difícil dado que amo a Viktor, pero los señores Nikiforov son de esa manera, llenos de ideales antiguos.
Gambatte Alena! Espero que logres tu promesa, se vienen tiempos difíciles.
Sin más que decir, nos leemos pronto. Los quiero. ByeBye. 💖
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