-m-mi señor, ¿no cree que sería mejor que ya valla a descansar?- pregunto el sirviente viendo con horror a quien tenía enfrente, que supuestamente era su preciado hermanito.
Escuchaba con mero pánico cada murmullo que el principe soltaba, eran planes malvados, espantosos, y crueles, destinados a alguien, que en si no podía identificar quien.

- no me interrumpas Nightmare- gruño el jovencito, caminando lado a lado de la extensa habitación, su mente rondaba entre los más oscuros pensamientos de tortura, divagaba de acá para allá ideando planes para acabar con el prometido del gobernante en el Reino Creador.
-tal vez.. mande a raptarle, si... eso es silencioso, puedo mandar a matarle y así desapareciera de mi camino...- murmuró, asintiendo a su perverso plan, como si fuese el mejor pensamiento que obtuvo.

Nightmare seguía horrorizado, la imagen que se presentaba delante suyo, sobre el ser que estaba dentro de las pieles de su principito era una digna para un teatro de entretencion para los vampiros, esos seres que vivían al otro lado del extenso territorio, una tierra árida y sin remedio, no recordaba si los ancianos aún hacían creer que existía, pero si recordaba bien la leyenda del castillo del conde Fallacy, bonito relató de amor según él.

Volviendo a su cruda realidad, vio como el príncipe se recostaba en su cama, ya cambiado y traía una sonrisa, pero esa expresión, no era de las que hacía su hermano, esa mirada estaba llena de algo, y no era bueno, más bien, parecia que sus ojos ardian en llamas de rojo vivo, como un fuego que inicia en un bosque y gracias a las maderas de los árboles se va alimentando hasta acabar con el verde del lugar, esa expresión estaba dentro de la mirada de su Príncipe, y le aterraba pensar en que consecuencias habrían si alimentaba aquel fuego, pero eso si seria malo, muy malo.

《A la mañana siguiente》

Dream había amanecido con una idea, y era tan fantástica, la servidumbre había visto al gobernante con una sonrisa de oreja a oreja, pero su ingenuidad y esperanza de un futuro próspero les cegaban de la realidad tras la expresión del príncipe.
Nightmare veía preocupado a su gemelo, paseándose por los pasillos con una sonrisa siniestra, se veía que el soñador no hacía más que pensar en atrocidades.

- Mi señor, por favor, es hora de merendar- aviso el sirviente colocando el postre favorito de su hermano en la mesa del balcón, veía hacía el cielo, las nubes pintaban el paisaje de gris, parecia que el firmamento estaba consciente de una tragedia y se preparaba para llorar, le daba muy mala espina al mayordomo que se encontraba sirviendole un flan de vainilla con caramelo y varias frambuesas, más un té producido por el mismo Reino.

-las aves están más grandes- comentó el príncipe mirando hacía la jaula donde tenía a sus preciosas aves; las veía con nostalgia, no faltaría mucho para que sea hora de liberarla a su verdadero hogar, le dolía mucho separarse de ellas.

-lo se mi príncipe, parece que la pequeña Angexcy se recuperó del ala- asintió el de cabellos negros, acariciando con cuidado la cabecilla del canario.

-Nightmare.... tu.. crees que ... olvidalo- el príncipe estaba a punto de preguntar algo, una cosa que muy internamente sabía que no podría lograr.

-¿que cosa mi Lord?- pregunto el sirviente con sorpresa, Dream no era de interrumpise era muy directo al preguntar si algo le incomodaba.
El príncipe ya no tenía ganas de resolver sus incógnitas, iba a negar su realidad, por más oscura que fuera, lo que perdurará su reinado, haría lo que se le de la gana.

- oh nada nada, no era muy  importante, te quería consultar si, ¿crees que tengamos un buen cultivo?, me preocupa que en los alrededores se están secando los pastizales- pregunto para evadir sus verdaderas dudas, y fue en ese instante, en que la última gota de brillo en los ojos del monarca se desvaneció, dejando una mirada fría y sin sentimiento, ya el amarillo radiante se reemplazó por un naranja apagado y sin vida, fue un detalle que el sirviente captó, dando un disimulado paso en falso, asustandose de esa imagen pues, su principito parecia haber sido cambiado por un impostor, ya no era esa criatura alegre y llena de esperanza, ahí había remordimiento, crueldad junto a la venganza, el sirviente presentia que se avecinaba una época oscura, la cual no sabía que ya había comenzado desde que Dream ascendió al trono.

Días despues:

Nightmare estaba dirigiendo en la cocina, el menú para el banquete real, Dream quería hacer una celebración especial para el Rey Ink y su prometido, bajo la excusa de que quería regocijar apropiadamente a su amigo más cercano, un gesto que al sirviente le dio una mezcla rara de sensaciones, amargas sensaciones.

-Night, el príncipe requiere de tu presencia- aviso la cocinera principal asomándose a la puerta para entrar luego en la sala, Nightmare asintió y dejo el libro de recetas en la extensa mesa de ebano.

-muchas gracias Muffet, por cierto me anticipo a informarte que el platillo principal de hoy debe ser ternera rellena, langosta y por último puerco asado- aviso acercándose a la castaña quien asintió y puso manos a la obra.
De camino a la sala de trono, Nightmare recorría con nostalgia esos largos pasillos, una vez fue el verdadero futuro monarca, pero su madre tenía planes diferentes, Dream era el que más energía tenía, el más adorado por el pueblo y quien más aclamos recibía, en cambio, a él le tocó el rechazo de su querido pueblo, temian de él, pues su apariencia no era bien recibía, intimidaba por su mirada morado profundo, representando una negrura descendida de la noche, cabellos oscuros y un porte serio que no le permitía a la gente ver más allá de esa apariencia terrorífica.
Siempre aceptó lo que tenía en frente y el acontecimiento próximo, era resistente a los golpes duros del destino, aún cuando su madre rebajo su linaje real a un simple sirviente, enviandolo a Guerra haciéndolo pasar por pordiosero para aprender de servidumbre mientras su gemelo aún gozaba de las riquezas del Reino, a pesar de todo, resistia a las adversidades.

En cambio, por más que sea un ser radiante y lleno de energía, Dream era débil, el dolor nunca fue fácil de sobrellevar para él, no aceptaba la derrota fácilmente, eso era un beneficio a la hora de ver por el pueblo, pero si la derrota llegaba únicamente para él, arrastraria a todo aquel que le siga con tal de que todos se hundan juntos, inestable a la hora de reaccionar ante un bache en su camino, dispuesto a hacer lo que se tenga que hacer con tal de quitarlo, pero eso, era un defecto que nadie conocía y que le haría pagar a muchos por los berrinches ocultos del príncipe.
Y a pesar de eso, Dream seguirá reinando, a pesar de que su fracaso llegará tarde o temprano, porque en el fondo, Dream sabe que jamás va a reinar con dignidad, muy en el fondo sabe que se acerca su final.

Eso creerás, mi querido espectador, está historia llegó a su punto de quiebre, acercaré lentamente, para que te cuente, como es que realmente se desenvuelve está historia de lágrimas y muerte.

HEYYYY SINNERS
¿adivinen quien ya esta de vacaciones de verano? O si, ¡Yo!.

Bien, para que entiendan está cochinada que acabo de escribir, voy a explicarselos un poquito.

Se está acercando la parte difícil de esta historia, la verdad y me va a doler un chingo escribirla, voy a mover un poco está historia de las canciones originales, aunque no les puedo decir en que sentido ni cuando, ni como, ni siquiera van a notar la diferencia al principio. No me maten, sólo es un aviso.

Para está historia vamos a ver a un Nightmare fuerte e decidido a luchar contra las adversidades, con un camino muy difícil que atravezo pero que se mantiene firme.
Y a un Dream inestable e incapaz de manejar situaciones difíciles, con comodidades en su infancia pero que no va a tener rigidez con su reinado, ¿irónico?, si, lo sé, ¿demasiado obvio?, también lo se, fue a propósito.

Lo que está escrito en negrita al final del capitulo, no es lo que presiente Dream en realidad, no, es demasiado caprichoso para eso, es sólo la introducción para lo que se avecina, y si, tengo un modo muy raro y feo para expresarlo, soy en realidad muy mala para esto, pero bueno, es lo que tengo y lo que hay, ¡prometo mejorar!

Bye Sinners!