Adicto a tus besos (Deuteros x Degel)
Este día era muy especial, sabía de ante mano que era el cumpleaños de aquél géminis con quien tuvo aquella batalla contra los berserkers.
Es por ello que se había atrevido desde meses atrás a pedirle el enorme favor de tener una cita con él.
Aunque al principio Deuteros se había negado rotundamente a verlo, terminó cediendo ante la insistencia del caballero de Acuario... Porqué él no tenía el valor de dejarlo con aquella invitación abierta que le había hecho desde hace mucho tiempo.
Además de que Degel había sido el primero en su vida en brindarle su confianza.
La cita se había arreglado en una pequeña posada de la Isla Kanon, la única condición que había pedido el demonio de la isla era que acordaran verse en un lugar muy privado ya que no quería ser visto por los aldeanos del lugar.
Desde muy temprano Deuteros había tomado la decisión de darse un baño en el río que corre cerca del volcán, también se había hecho el propósito de tener limpias sus prendas para este día.
Jamás en su vida se había imaginado que él estuviera intentando arreglarse y verse de lo mejor para una cita con alguien más.
La hora de aquella cita llegó optó por cubrirse con una túnica negra y bajó de aquel volcán, al llegar a la aldea de manera sigilosa sin que varios de los pobladores lo miraran entró a esa posada donde estaba reservada una habitación.
La joven que atendía el lugar lo llevó hasta aquel cuarto pero al momento de abrir la puerta, grande fue su sorpresa al ver que había llegado mucho antes que él.
Aquella vez cuando se conocieron portaba su armadura de Acuario pero esta ocasión lucía completamente distinto.
— Yo los dejo solos — Susurró la joven cerrando la puerta, pero Deuteros no respondió nada, estaba completamente perdido en la belleza de aquel joven que se había tomado la molestia de arreglarse de manera sofisticada.
Ahora había bajado su mirada y sus prendas no eran las ideales como de aquel francés.
Era todo lo contrario, su cabello largo y sedoso estaba atado a un listón negro a la mitad de su espalda, de camisa, portando un chaleco y encima de ello un saco.
Era una total elegancia frente a sus ojos.
— Te estaba esperando Deuteros — Respondió Degel comenzando a caminar hasta donde estaba aquel géminis, lo que pasó a continuación lo dejó sin palabras.
En ese momento el joven caballero de Acuario acortó la distancia entre ambos y lo envolvió en un cálido abrazo, acto que jamás se esperaba Deuteros en su vida.
— Feliz cumpleaños Deuteros.
Pero el moreno no supo que responder, con timidez llevó sus manos a la espalda de Degel, ante esa cercanía Deuteros pudo disfrutar de la fragancia sutil que Degel usaba, un aroma muy suave y dulce desprendía de sus prendas y de su cabello.
— No sé que decir Degel.
En ese momento el francés rompió lentamente ese abrazo y lo miró a los ojos.
— Entiendo si no tienes algo que responder, pero... Conmigo no tienes que esconderte, puedes quitarte aquella túnica con la que te cubres.
Deuteros rápidamente se dio cuenta de ello, se despojó de aquellas telas como se lo había pedido Degel.
Después el caballero de Acuario levantó una canasta del suelo y la colocó sobre la mesa de madera.
Empezó sacando una botella de vino y algunos bocadillos acompañados de pan.
— Pensé que traerías tu armadura.
— No es necesario, además... Contigo me siento en confianza — Respondió Degel mientras le entregaba una copa de vino al gemelo menor.
Deuteros se quedó perplejo al verlo con una ligera sonrisa adornando su rostro, después se perdió en su mirada tan enigmática con ese tono violeta.
Rápidamente sacudió su cabeza para prestar más atención y le dio un trago a su vino.
El tiempo se les fue a los dos platicando de sus vidas, del Santuario, hasta que Deuteros tocó un tema que lo mantenía muy incómodo.
— Degel...
— Que pasa Deuteros — Respondió tomando el último trago de su copa, después lo dejó en la mesa para seguir escuchando al gemelo menor.
— Tu... — Comenzó a titubear nervioso, no sabía ni como empezar — Tu...
— ¿Si?
— ¿Kardia no se molesta por haber venido a visitarme?
Degel dejó escapar un risa — ¿Porqué debería de estarlo? Además él fue quien me consiguió el vino, bueno tuvo un poco de ayuda de Manigoldo pero porqué preguntas esto.
— Yo... — Deuteros intentaba hablar de una vez pero no podía, no sabía como controlar aquellas ganas que comenzaba a experimentar desde que miró a Degel.
En un movimiento repentino se levantó de la silla, tomó de las manos al joven de acuario y lo acorraló a la pared de un movimiento repentino, sus manos las dejó arriba de su cabeza para evitar que se moviera.
— Deuteros — Susurró Degel ante la cercanía del demonio de la isla.
— No sé como decirte esto, ni mucho menos como actuar frente a ti... Pero desde la primera vez que te vi y sobre todo el haber luchado a tu lado hizo que mi corazón comenzara a albergar algo muy extraño para mi.
En ese preciso momento Deuteros se llevó la mano del contrario a la altura de su corazón para que Degel pudiera sentir como latía con más fuerza intentando decirle algo.
— Es lo mismo que siento yo — Susurró Degel llevando la mano del gemelo menor a la altura de su pecho.
Una perfecta sincronía entre ellos dos, ambos corazones latían con fuerza, se miraban fijamente sin decir alguna palabra.
Deuteros colocó su mano sobre el rostro del galo, su piel era suave y tersa.
— Eres tan hermoso y elegante...
— Y tu eres un ser muy especial, todo lo contrario a ese maldito destino tuyo... Eres tan cálido y dulce Deuteros...
Lentamente se fueron acercando hasta rozar sus labios con el contrario, un beso tierno que ha esperado mucho tiempo deseando probar aquel sabor tan dulce.
Inexpertos ambos en el amor comenzaron a llevarse por aquel sentimiento, Deuteros tomó de la cintura al galo y lo pegó más a su cuerpo.
Degel rodeó con su brazos el cuello del moreno y de esta manera aquel beso fue más profundo explorando más allá de sus labios.
Un ligero gemido salió de la boca del joven acuario, haciendo que el contrario comenzara a desear ir más allá que solo un beso.
Al separarse, un ligero hilo de saliva aún los unía, sin romper ese momento donde los dos no dejaban de admirarse.
— Dirás que esto es muy repentino pero... No sabes cuánto deseo que estés a mi lado en esta noche — Susurró Deuteros recargando su frente con el galo.
— Nuestros destinos estás escritos... No tiene caso perder el tiempo, deseo esta noche y las que podamos seguir disfrutando.
Deuteros tomó a Degel entre sus brazos y lo llevó hasta la cama acostándolo con sumo cuidado.
Tus ojos son bellos Degel, tan cautivantes y tú los has hecho conmigo — Susurró Deuteros tocando su cuerpo para poder comenzar a quitarle la ropa.
Le fue retirando la camisa hasta el último botón, esas prendas comenzaban a caer al suelo. Su respiración comenzaba sentirse más agitada.
— Deuteros... — Susurró Degel ante la cercanía de su pareja, su piel comenzaba a pedir más de ese cálido tacto.
— Seré sutil contigo, no quiero hacerte daño— Susurró mientras repartía besos en todo su cuello, dejando algunas marcas que comenzaban a ser muy notorias.
— Confío que no me harás daño... Quiero ser tuyo a partir de ahora — Susurró cerca de su oído, pasando de manera traviesa su lengua y dejando escapar una risa traviesa.
Deuteros se levantó repentinamente y comenzó a despojarse de su ropa, todo un espectáculo para Degel miraba aquella piel era en una tonalidad morena exquisita, no pudo evitar morderse los labios después de verlo así.
Terminó de quitarle su pantalón, ambos estaban en las misma sintonía, dos seres que se aman a punto de entregarse al placer.
Rápidamente Deuteros se abalanzó en un beso más profundo explorando más allá de su boca, sus manos acariciaban su piel sin pudor.
— ¡Ah! Deuteros....— Gritó cuando comenzó a sentir como esos besos bajaban más hasta su vientre.
— Todo tu cuerpo... Tu ser... Te he deseado como no tienes idea — Susurró y después tomó el miembro despierto del galo y se lo llevó a su boca.
Al sentir esa calidez arqueó su espalda y sus manos se aferraban a las sábanas de la cama — ¡Deuteros...! — Gritó justo en el momento que sentía como abría poco a poco sus piernas repartiendo besos bajo su vientre.
Colocó las piernas en sus hombros y comenzó a prepararlo con la ayuda de sus dedos fué introduciendo de manera suave, al entrar cada dígito, besaba su entrepierna para distraer el dolor, era inexperto pero no lastimaría a Degel por ningún motivo.
Al estar listo sacó lentamente sus dedos y pasó su lengua para asegurarse de dejar lo mejor lubricado. Se levanto nuevamente y se abalanzó sobre el galo quien no paraba de gritar aquel nombre, su piel comenzaba a sudar, algunas ligeras gotas se reflejaban en su rostro.
— Soy todo tuyo Degel... ¿Estás listo?
El galo asintió y cerró sus ojos mientras se aferraba a la espalda del contrario, fué sintiendo como su interior era ocupado por ese miembro que al principio le costaba entrar, pero los besos y caricias de Deuteros lo hacían relajarse y permitir que sus paredes se amoldaran a la perfección.
Al sentirse completamente en aquel interior comenzó a moverse de manera tranquila, entre cada movimiento que se volvía cada vez más intenso rasguñaba la espalda del moreno dejando marcas muy notorias.
El vaivén se volvía cada vez más intenso, sus sus cuerpos comenzaban a cubrirse con una ligera capa de sudor. La habitación se llenaba del sonido de aquella entrega y gritos, después de todo Deuteros trataba de ser sutil a cada segundo.
Degel no pudo más terminó entre ambos vientres y el gemelo menor al sentir el interior de su amado contraerse, no pudo evitar terminar dentro de una vez por todas.
Poco a poco el gemelo menor salía de ese lugar dejando un camino blanquecino y atrajo el rostro de Degel para darle un beso más tranquilo mientras controlaban ambos su respiración.
— Nuestra noche aún es larga — Susurró Deuteros envolviendo a Degel en un abrazo más cálido, amaba el aroma de su amado.
— Mientras la vida me lo permita... Te amaré hasta mi último día Deuteros — Respondió Degel tomando las sábanas para cubrirse los dos.
Esa noche era solo para ellos dos...
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No podía quedarme con las ganas de hacerle su one shot a mi amado gemelito 💖💖💖 claro con Degel.
Yo amo más a Deuteros con Degel.
Espero que les haya gustado les mando un gran abrazo, los quiero 🥰🥰
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