Dolor.

— ¿Sabes porque me fui? —reclamó Jungkook.

— Amor yo.. —el doctor le interrumpió.

— ¡¿Que amor ni que mierda?! Yo queriendo irme a casa contigo y tú comiéndote la boca con otro y haciendo sabe Dios que otras cosas. —Jungkook no sabía cómo se estaba conteniendo tanto a este punto.

— Eso no..

— ¿Y lo vas a negar? ¿Vas a negar estarte revolcándote con otro? —bramó.

— Escucha Jungkook, yo.. lo siento. —se escuchó a Jimin a través de la llamada sorberse la nariz.— Lo siento mucho de verdad, eres.. el amor de mi vida enserio, no..

Le flaquearon las piernas al doctor, se desarmaría en ese mismo instante.

— Cállate..—dijo para detenerle— Te sales de casa inmediatamente, —comentó con dureza y sintiendo su voz debilitarse—, yo de momento no volveré. No quiero verte ni que estés allí. Se acabaron nuestros lazos.

Tras un largo silencio se escuchó tras la línea a Jimin suspirar.

¿Eso era todo? ¿No intentaría más? Pensó Jungkook, roto.

— ¿Y qué hago con Bam?

— Déjalo con mamá, después iré a buscarlo, borra mi número y olvídate de todo, nunca existimos. —y colgó.

El castaño hizo una mueca al ver lo mal que se encontraba su azabache favorito, verlo roto le había dado en el corazón. Pero se sintió aliviado por la suspicacia del menor al no hacerle saber que ya confía que era un estafador.

Echándose a llorar al instante, Jungkook se estrujó el pecho con una de las manos para alivianar el dolor que sentía.

Entonces era cierto. Jimin, su rubio favorito, su prometido, le había sido infiel. Y encima era una farsa. Pensó.

Recordó también las palabras exactas de Taehyun anoche.

«No soy el malo aquí a pesar de todo, porque jamás podría dañarte.»

«Cártel YZ.»

«Jimin se dedica a hacer movidas para estafar gente.»

«Los tres trabajan juntos desde hace unos años, planeaban robarte toda la fortuna que posees, y la de tu padre.»

— No.. esto no puede ser cierto, el no puede ser... —sollozante se llevó la otra mano al pecho.

Su celular cayó de las manos y sus rodillas flaquearon provocando que quedaran apoyadas en el suelo.

— Jungkook.. oye.. —intentó decir Taehyun pero fue detenido por los gritos del menor.

— ¡Esa mierda no puede ser cierta!— Gritó cerrando sus ojos y jaloneando sus cabellos.

Esto es solo un juego, un juego de él. Se repetía el doctor en su cabeza.

Estaba desecho y no podía respirar con regularidad, el pecho se le estaba oprimiendo. Entrando en un ataque de ansiedad que no podía detener.

La decepción y el dolor fueron mucho para él, demasiado, todo se volvió negro después de que le dieran unas ganas horribles de vomitar, quedó tenido en el suelo de la habitación.

TaeHyun reaccionó enseguida al verle así y se apresuró para cargarlo para dejarlo en la cama. Le dolía ver a su precioso peli negro tan abatido.

Lo dejó dormir un rato, sabía que su desmayo había sido debido a la debilidad por no comer suficiente y la fuerte emoción que le hizo desfallecer tan de repente.

Recogió el celular del suelo y lo dejó al lado del azabache, él no tenía de que preocuparse por si intentaba llamar. Había pinchado el celular del doctor y a la primera declaración de SOS, el celular descartaría la llamada o mensaje. No había de que preocuparse.

Lo dejó allí luego de besar la frente del azabache y salió en dirección al jardín. Allí estaba su hermano, con un traje de Dior de color coco perfectamente planchado y sin una arruga, las manos de Seokjin estaban dentro de los bolsillos del pantalón, tenía con una expresión neutral y miraba a su hermano con ojos vacíos.

— Debes dejarlo, ahora. —demandó.

Taehyun negó.

— No puedo.

— Deja el juego con ese muchacho, —señaló a la habitación donde dormía Jungkook—, esto no es un mundo para él. He visto desde aquí abajo como se ha desmayado. Probablemente porque le has hablado de su prometido.

— Ya estoy mayor como para saber lo que hago, y no voy a negar nada acerca de lo de Jimin, él debe saber la verdad. —reclamó el castaño.

— Estás arrastrándolo Taehyun.

El mencionado levantó una ceja.

— Eso no lo pensaste tú cuando pasaron las cosas con Namjoon. Al final tú lo arrascaras te a este mundo y resulto ser alguien diferente. Como una puta, que si le proponen menos tiempo y un subidón en la tarifa te hace una mejor mamada.

Seokjin mostró enojo en su rostro y se acercó al de su hermano, tanto que sus narices chocaron.

— Deja de meter la relación que tuve con él en esto. No es lo mismo. —touché, Taehyun sabía que Namjoon era su única debilidad.

A pesar de que su hermano no era muy capaz de tener sentimientos, sabía perfectamente que aquel moreno había sido crucial en la vida de su hermano hace un año atrás y que lo que habían compartido había sido especial.

— Jungkook no es un traidor, claro que no es lo mismo. —bramó Taehyun.

— Estás metiéndote en terreno que tú no conoces. No sabes nada, además no me lo menciones. —escupió Seokjin.

— Namjoon nos robó, estando de parte de nuestro enemigo, no le importó herirte, si es que lo logró, —comentó con sorna—, esa acción nos convierte en su enemigo. Yo estoy evitando que le pase a Jungkook lo que a ti. Sabes perfectamente que Namjoon también está involucrado.

— Kim.. —Taehyun puso una mano en los labios de su hermano para callarle.

— Nada. Me dejas hacerlo a mi manera, Jungkook es mi problema. El tuyo es manejar la parte que te corresponde de mercancía, enfócate en el trabajo no en mi vida. —Seokjin miró mal a Taehyun.

Y sin mirar atrás cuando salió caminado dijo:

— Está tarde tenemos que volar a Tailandia, la entrega de mercancía necesita ser cerciorada por ambos, sabes que Nainai siempre requiere de tu presencia, prepara tus cosas.

Taehyun no respondió y se quedó un tiempo allí en el lugar, preguntándose si de verdad de vería dejar consigo al doctor.

Quizás su hermano tenía razón, quizás la mejor opción era dejarlo libre y que fingir que jamás le había traído hasta su casa.

Cuando picaban las siete de la noche después de haberse encargado de varios asuntos mediante correo se dirigió a la habitación en donde había dejado a Jungkook.

Antes de llegar allí había pedido que trajeran comida a la habitación, debía de asegurarse que comiera o seguiría débil.

Al adentrarse al espacio se dio cuenta de que el azabache se había despertado ante su entrada a la habitación, y a pesar de que este no había dicho ninguna palabra casi podía palpar las palabras que estaban siendo lanzadas a través de la mirada en sus ojos.

— La cena esta por llegar, sería bueno que probaras algo, tendremos un viaje de algunas horas.

Jungkook se sentó en la cama y levantó una ceja.

— ¿Viaje? —Taehyun asintió y se sentó al lado de menor.

— Si, iremos a Tailandia. Allí podremos salir después que hayan acabado mis negocios. Quizás te haga sentir mejor, siempre es bueno un cambio de ambiente.

— No, nos quiero ir.

— Pero irás. —demandó el castaño.

— Vete y déjame solo.

— No. —tocaron la puerta y Taehyun pudo imaginar que se trataba de la comida que había pedido para el doctor.

— No quiero estar ni un minuto más cerca de ti. —Taehyun suspiró con resignación, e ignoró la petición de Jungkook.

— Entiendo eso, pero me da igual. —el mayordomo entró a la habitación luego de avisar su entrada.

Habían dos personas más con él y con cuidado dejaron muchos platos con comida sobre una mesa plegable y una silla que habían traído a la habitación.

Jungkook se saboreó ante el olor delicioso de los alimentos perp se contuvo, si que tenía mucha hambre, miró a Taehyun.

— Se que lo que más amas en la vida es comer, prueba algo de esto. Me retiraré si lo que necesitas es espacio para hacerlo, pero por favor, come. —dijo al levantarse de la cama en un tono bastante suave.

Decidió ignorar las ganas que tenía de compartir la cena junto a él, de tocarle las hebras negras de su cabeza y darle un suave pico en los labios.

Antes de retirarse de la habitación, se fijó en un JungKook mirándole con una pizca de molestia dijo:

— Puedes ducharte después de comer, más tarde uno de mis hombres pasará por ti, te esperaré en el avión. No te preocupes por empacar todo estará listo para ese entonces.

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Hasta yo siento que esto va lento, perdón TT, creo que tengo un bloqueo escritor y trato de escribir lo mejor que puedo.