007|ᴛʀᴜᴇ|


Verdad.

El sol estaba afuera ya, eso lo pudo notar Jungkook pero como no tenía donde ubicar la hora no sabía en qué etapa del día estaba, mañana o mediodía. El azabache aún se encontraba revuelto entre los brazos del castaño que parecía no querer soltarlo.

No estaba en una posición incómoda, de echo, estaba muy calentito bajo esa manta y bajo los brazos de Taehyun. Pero, quería apartar esa calidez física y mental que Taehyun le estaba provocando.

Se volteó hasta quedar frente al mafioso y le miró unos segundos. Así, con esa cara de ángel, precioso, no parecía alguien que estuviera involucrado en la mafia. Con ese castaño pelo revuelto y esas largas mejillas rozándole los pómulos jamás nadie sospecharía de lo que es capaz de hacer.

La respiración de Taehyun se había acelerado un poco por la cercanía del doctor, había despertado mucho antes que Jungkook, pero decidió quedarse ahí hasta que el menor despertara.

Jungkook regresó a darle la espalda a Taehyun y cuando intentó quitar la mano de este de su cintura el mayor de los dos no lo dejó, más lo jaloneo hasta que sus dos cuerpos se pegaron.

— Buenos días, precioso. —Taehyun besó la nunca de Jungkook luego de susurrar eso.

— Dame mi celular. —Taehyun no lo vio pero el hizo una mueca ante lo afectivo del mayor esta mañana.

De nuevo extrañaba los besitos tiernos de Jimin al despertarlo y hacerlo reír en el proceso.

Taehyun gruñó y se levantó de la cama para dejarlo a solas en la habitación.

— Que no se piense que lo dejaré hacerme más nada, el trato era hasta hoy. —susurró Jungkook pensando en voz alta.

Se levantó de la cama y fue directamente al baño. Se cepilló los dientes y lavo su rostro con un simple jabón que había allí.

Gimió ante la falta de sus cremas y no hizo más que suspirar ante lo que estaba viviendo.

Susurró también para si mismo en voz alta, que extrañaba sus cremas y a su perro, y a Jimin, pero siguió en lo suyo. Pensando en todo lo que estaba viviendo, hace menos de dos semanas él era feliz con su pareja, estaba en una etapa de su vida fenomenal, pero Justo ese día de mierda tuvo que cambiar todo. Era como estar en una novela. No podía ser todo más irreal y real a la vez.

— Jungkook. —llamó el castaño desde fuera.

— ¿Si? —respondió el doctor mientras terminaba su ducha y comenzaba a colocarse la toalla en la cadera.

— Ven.

El muchacho con los ojos parecidos a los de un cervatillo, salió del sanitario para encontrarse con un Taehyun vestido y perfectamente peinado, su pelo acomodado hacia atrás dejando un fino mechón colgar por su frente.

Sexy. Pensaron ambos del contrario al mismo tiempo.

Jungkook solo tenía una toalla que le cubría sus partes íntimas, y acababa de salir de la ducha, las gotas que no seco y las que goteaban de su cabello se resbalaban por el abdomen.

Y Taehyun, bueno ya sabemos cómo estaba Taehyun vestido.

— Aquí está, llamarás frente a mi y lo pondrás en altavoz. —el castaño levantó una de las manos que contenía el celular del chico.

— Está bien, me sentiré incómodo pero por lo menos me dejarás llamarle— declaró.

— Perfecto, recuerda no revelar dónde estás, ni con quien, y trata de explicar cómo te enteraste de su infidelidad porque lo descubriste.

— La llamada será para mis padres, a Jimin no se si lo llame, si lo extraño pero no se aún si deseo llamarlo. —Taehyun asintió.

El de ojos miel le tendió a Jungkook el celular. Tenía miles de mensajes de su familia y amigos. Normal, llevaba desaparecido muchos días y en la ciudad debería de haber una revuelta por su desaparición tan repentina.

Ignoró los mensajes de todo el mundo y fue directo a marcarle a su madre.

Dos pitos y contestaron enseguida.

Mi amor, ¿dónde has estado bebé? Pensamos lo peor cundo no contestabas. — Jungkook no soporto por la afable voz de su progenitora y rompió en llanto pero cerciorándose de que ella no le escuchara tan roto.

Dios, había extrañado más a su familia que a otra cosa.

Mamá, —se sorbió la nariz— Estoy.. bien supongo. Solo decidí alejarme un tiempo de todo y pasarme unos días en Jejú.

Jungkook se sentó en la cama al lado de Taehyun y no lo apartó cundo este le dio una suave caricia en la espalda.

Mi niño no tienes que contarme si no deseas, se que te has ido así de la nada por algún problema con Jimin. El.. está destruido porque no entienda nada, pensó que habías salido herido del bar pero no te encontró y entonces dice que no pasó nada más.

Mamá, no te preocupes, supongo que si no arreglamos las cosas todo se acabó. Solo llame para que sepas que estoy bien, no se de momento cuando vuelva a casa, así que por favor pídele a papá y a Jung Sa que se encarguen del hospital por un tiempo.

— Está bien pequeño. Cuídate mucho, recuerda que te amamos.

Jungkook hizo un leve asentimiento de cabeza como si su madre le observara y colgó la llamada.

— Se que soy el menos adecuado para hacerlo pero creo que necesitas esto. —Taehyun le abrazó.

Jungkook se dejó abrazar por unos segundos y reaccionó, lo empujó un poco y le miró con odio.

— ¡No! Porque todo esto es tu maldita culpa. —gritó. —Todo esto es por ti.

— ¡Te iban a mandar a la quiebra maldito terco! —soltó Tae en el mismo tono.— ¿Que no entiendes que ese idiota nunca hizo nada real?

El pecho del azabache se apretó, se sintió dolido por las palabras que estaba seguro que no estaban siendo expulsadas por gusto, quería creer que Taehyun al estar obsesionado con él estaba manipulándolo con todas esas cosas, pero una parte de él sabía que Jimin le había dado demasiada señales como para creer loq ue Taehyun le estaba diciendo.

— Llámalo. —el tono de Taehyun era bajo, pero demandante, lleno de rabia. —¡Llámalo, carajo! Para que te des cuenta de que lo que digo es verídico.

— Lo haré, pero si es mentira y solo es parte de ti manipulación para tenerme encerrado me dejarás libre porque no quiero pasar un minuto más contigo. Quiero estar en mi casa, en mi comodidad de cuarto y lejos de ti.

A Taehyun se le encogió el pecho.

¿Podría estar lejos de su azabache otra vez?

— Está bien, pero si es verdad. Te quedas.

Jungkook lo pensó mucho per decidió llamar, las lágrimas secas brillaban en su cara, y su nariz y ojos estaba rojos. Pero aunque volviera a llorar llamaría para saber si su prometido había osado serle infiel.

Dos picos y contestó.

— Conejito..

Y con ese tono de voz Jungkook lo supo todo, aún sin saber mucho conocía esa voz de culpabilidad. Si, su rubio favorito lo había hecho.

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Tags: #mafia#vkook