003 |ᴅɪɴɴᴇʀ|


Cena.

— ¿Qué? —preguntó con incredulidad Jungkook.

Taehyun volvió a sentarse pero esta vez frente a él, cruzo las piernas y volvió a servirse un trago en el vaso.

— Será mejor que te sientes, desayunes y después me preguntes lo que desees saber. Está demás advertirte que puede que las preguntas que hagas no te las vaya a responder. —comentó el mayor pacífico.

Jungkook se estaba alterando por la tranquilidad de su contrario, se sentía exasperado y fuera de lugar.

¿Cómo es que había llegado a esta fatídica situación? Se preguntó.

— No tengo hambre. Y no deseo saber nada de ti. Solo quiero estar en mi casa junto a Jimin.

— ¿No me recuerdas verdad? —preguntó Taehyun con una sonrisa de labios un poco irónica.

— No, —el azabache negó—, si siento que te conozco pero no te recuerdo. Eres un extraño para mi. —se sinceró.

— Bien, con el tiempo supongo que lo harás. Deberías de dejar de pensar en Jimin. —respondió él y bebió de su vaso.

— No tengo hambre. —repitió el menor.

El estómago de Jungkook rugió en traición y Taehyun lo miró con una chispa de burla en los ojos.

— ¿De verdad? Pues tu estómago es un traicionero. —se permitió mirarlo de arriba a abajo— Siéntate de una puta vez Jeon.

Jungkook tuvo espasmos de exitación al oír la sensual y dura voz del mafioso que tenía delante. Porque estaba más que claro que era algo así, si fuera una celebridad saldría como el en las noticias y el nombre Kim Taehyun no lo había escuchando en ninguno de los medios.

Por alguna razón no le temía al castaño y aunque a veces su mirada no le mostraba más que vacío, sentía una cierta curiosidad, no lo recordaba y estaba claro de que en el pasado habían tenido contacto.

Pero no lograba recordar.

— ¿Porqué debo olvidarme de Jimin?

Si pregunta no fue respondida; chico con ropa elegante y moderna, guapo, de complexión delgada se adentró caminando con elegancia en el espacio donde se encontraban los dos chicos, no se molestó ni siquiera en reparar la mirada en el azabache y se mostraba con el rostro serio.

Pero cuando se fijó más, a ese si lo reconoció. Se trataba de Kim Seokjin. Habían estudiado en la misma escuela secundaria, solo que el chico era unos años mayor.

— ¿Jin? —comentó Jungkook.

El nombrado no lo miró y siguió caminando en dirección a Taehyun. Acercó el rostro a oídos del castaño y susurró algunas palabras.

Taehyun se mostró un poco molesto ante esas palabras que Jungkook no pudo escuchar y se levantó de golpe.

— Busca a ... — ante lo que decía el castaño, el mayor de los tres, asintió sabiendo la respuesta de este.

— Te esperaré donde siempre. —dijo Seokjin para después retirarse.

Taehyun se concentró en la figura de Jungkook, este aún estaba desnudo en la parte de arriba de su anatomía. Lo miró con deseo y Jungkook se encogió en respuesta mientras con sus brazos tapaba lo que podía de su pecho.

— Tengo que resolver algunos asuntos. —se dirigió cerca del cuerpo de Jungkook.— Estaré aquí en unas horas, precioso.

Acarició la mejilla del menor y dejó un tierno beso en los labios de este. Jungkook ante la repentina acción se alejó hacia atrás y se limpió los labios con el dorso de su mano.

— ¿Qué mierda haces? —reclamó.

— No me pude resistir. —río y se volteó para irse.

— Ya que no podré salir de aquí, espero que no me molestes cuando estoy en mi habitación. —comentó Jungkook.

Taehyun se volteó y se acercó rápidamente a Jungkook, tanto que sus respiraciones se estaban ligando. Taehyun lo miró con deseo y el azabache lo miró molesto, con sus ojos llenos de repudio.

— Está es mi casa y hago lo que se me venga en gana. —completó Tae.

Jungkook lo agarró del cuello y lo apretó con firmeza, el castaño no se inmutó en quejarse pero si se estaba poniendo rojo.

— Y me tienes aquí obligado, así que respetarás eso. No te tengo el mínimo miedo. —le soltó el cuello y los ojos del mafioso brillaron de exitación.

— Come lo que desees y métete en la habitación que te de la gana, estaré más tarde para cenar juntos.

Ante eso Jungkook no respondió absolutamente nada. Todavía se preguntaba acerca del misterio que emanaba aquel castaño y el porqué quería que se olvidara de su prometido. Se dedicó a comer un poco hasta llenarse y después salió al jardín para jugar con un perrito que estaba fuera.

Si no puedo salir de aquí, debo buscar como hacerlo. Primero estudiaremos la zona. Ideó un plan.

Lo que tenía en el pecho no le resultaba un problema, era arriesgando hacerlo el mismo pero gracias a sus tácticas y experiencias como cirujano no se iba a presentar ningún problema para el sacar el chip.

Se aburrió de mirar y mirar y no poder encontrar alguna salida para su plan. Tampoco se desesperaría ante eso, tenía tiempo para hacerlo todo perfecto.

Pasó toda la tarde pensando en sus padres, en su clínica. En su amado prometido. Le extrañaba tanto que le dolía el pecho.

Esto era engorroso.

Daban las seis y media. Jungkook se encontraba en la habitación en la que había despertado, necesitaba ropa para ducharse así que a paso lento caminó en dirección a lo que parecía ser un armario.

Abrió las dos puertas de este y efectivamente, habían muchas prendas allí. Todas de su completo estilo, ropas holgadas como le gustaban a él y también habían con un estilo más vintage, holgadas también.

¿Esto es para mi? ¿O es la ropa de Taehyun? Se preguntó.

El pomeranian se acercó a los pies de Jungkook y repartió lametazos en sus tobillos, el azabache se carcajeó y cargó al perrito.

— ¿Que haces aquí Tan? Deberías estar jugando con tu hueso. —sus ojos se achinaron ante la ternura de animal que tenía entre brazos. El señor Choi le había dicho el nombre de la mascota mientras había estado juntando en el patio.

Tan soltó un ladrido y Jungkook le acarició la cabeza. Detrás de ellos recargado en el umbral se encontraba Taehyun observándolos en silencio.

Jungkook no tardó mucho en darse cuenta de la presencia del castaño así que soltó al perro y lo miró con molestia.

— Si deseas podemos ducharnos juntos. —Jungkook ahora fue el que puso una sonrisa de sorna mientras chistaba la lengua.

— Eso jamás pasará. —completó burlándose.

— Te esperaré abajo para cenar, precioso.

— No voy a cenar contigo, me da asco. —Taehyun se debilitó un poco debido al rechazo pero no lo dio a ver, simplemente elevó una de sus cejas y lo observó con seriedad.

— Cenarás conmigo. —demandó.

— No, no lo haré. Porque podrás tenerme en cautiverio pero no obligarme a hacer nada. —se volteó.

Taehyun no respondió ante las palabras del menor y escuchó como el azabache aseguraba la puerta con el pestillo para sentirse libre de desnudarse. Sonrió para si, y tras cerrar la puerta de su propia habitación caminó hasta la sala para hacer espera de Jungkook.

Sabía que el menor no se resistiría ante la comida, llevaba el día completo sin comer y era alguien que vivía por la comida.

Mandó al cocinero a preparar mucha, pero la principal fue la panceta de cerdo, la favorita de su pelinegro.

Si que él era un mafioso, pero con Jungkook era muy diferente, no podía ser tan frío y calculador, también estaba lo que lograba provocar Jungkook en Taehyun, le sacaba de sus casillas pero no podía hacerle ningún daño.

Era su amado Jungkook, el que debilitaba su sistema, el que aceleraba sus latidos. Jamás podría impregnar un bomba en medio del pecho de su precioso pelinegro, era un simple chip, necesitaba tenerlo controlado todo el tiempo, además, cuando la herida sanara nadie sabría que allí había un chip de gps, y solo por si acaso el azabache sufría un secuestro, Taehyun sabría como encontrarlo de inmediato.


I got secrets that nobody, nobody knows.
¿Porqué engañas a Jungkook, Tae?

Besukis.

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