— ¡Vamos Yuyu~, Ryo Hirota Nakakita suena hermoso!

— ¡No tendrá tu apellido, Riki!

Y así llevan toda la tarde, Maki insistiéndole a Yuma con que lo deje ser el otro padre de Ryo y Yuma simplemente negando.

— ¡¿Por qué no?! Sería un grandioso padre... Y esposo — susurró lo último, pero lo suficientemente alto para que Yuma pudiese escuchar.

Bingo, ahí otra vez.

El rubor en las mejillas de Yuma con esos ojitos tímidos es algo por lo que Maki mataría. Siempre le ha gustado.

—¡Yah~! —se cubrió el rostro con la manga de su suéter, el cual de hecho, era de Riki y le quedaba un tanto grande.

— ¿Pero por qué no? — le hizo un puchero, Yuma al ver esto lo fue a abrazar.

— Porque... Mmh, como tú dijiste, si eres el otro padre, serías mi... Mi-

— Tu novio, exacto — el azabache le pegó en el pecho, y el rió— Vamos, Yuyuu, por favor, déjame ser el mejor padre y esposo que pueda haber — exageró, sólo para molestarlo.

— Riki. Es que... Es que tú no entiendes.

— Yo no entiendo qué — preguntó, extrañado.
Haerin se separó de su pecho y subió su mirada hasta los ojos contrarios.

Iba a contestar, pero sintió como si las palabras se le enredaran dentro de su boca, así que calló, bajando la cabeza otra vez.

— Yuma, oye — Maki lo miró con otro puchero, no sabía por qué su amigo ahora se veía triste — ¿Qué pasa, gatito?

Nakakita pegó su rostro a su pecho, susurrando:

— Bésame.

Lo escuchó, claro como el agua. El corazón de ambos latía fuerte, Yuma aún no lo miraba y Maki no sabía si lo decía en serio.

Al no obtener respuesta, el mayor decidió separarse un poco y volver a hablar.

— El problema es que me gustas, así que si aún, sabiendo eso, quieres ser un buen esposo y padre, demuéstramelo... Con un beso, es la única manera que me asegure que serás buen-

Sus palabras fueron calladas. Los labios de Maki atacaron los suyos, mientras tomaba una de sus mejillas y enterraba sus dedos en esta.

Yuma, aún con el corazón en la boca, lo siguió, dejándose llevar por el menor, quien dominaba el beso con sus belfos sobre los inferiores de Yuma.

Duraron un largo tiempo así, en donde Hirota terminó con una mano en su cintura y la otra donde mismo la había posado antes. El azabache dejó sus brazos apoyados en los hombros contrarios, disfrutando de la cercanía de sus cuerpos.

Un maullido a sus pies los hizo separarse, bajando ambos la vista hasta el suelo, donde Ryo lloriqueaba por mimos.

— Ven aquí con papá dos — dice Maki, tomándolo en brazos. Yuma le hizo cariño a lo largo de su cabezita mientras el gato ronroneaba.

Al fin Ryo estaba con sus papitos.

— Ryo Hirota Nakakita, eres hermoso como tu padre — sonrío y le robó un pico a Yuma.

Ambos rieron entremedio.

— Bueno, ahora que lo pienso, ese estúpido apellido no le queda tan mal — comentó Yuma, con otra sonrisa.

Hirota chilló emocionado, bajó a Ryo y lo abrazó tiernamente antes de volver a juntar sus labios por lo que serían unas largas horas, y de seguro, con varias interrupciones por parte del señor gato Hirota Nakakita.

Fin

Gracias por los votitos 🥺💗✨queda un pequeño extra que pronto será publicado 💕