Capítulo 4: Misterio

Narra: El Autor

Berk - Horas antes

Estoico: ¡Ya escuché suficiente de ti, elegiste a los dragones sobré tu gente, no eres un vikingo...no eres mi hijo! - gritó enfurecido el jefe de Berk

Hipo: Papá... por favor…- dijo derramando lágrimas

Estoico: ¡¡Quedas exiliado de Berk para siempre, vete de está isla y no vuelvas nunca o no saldrás vivo de aquí!! - gritó a todo pulmón

Al escuchar esas palabras Bocón se acercó a Estoico rápidamente en un intento por calmar la irá y decepción de su mejor amigo

Bocón: ¡Estoico, por favor piénsalo bien, tal vez debas escucharlo! ¡¿Vas a exiliar a tu único hijo?! - dijo el herrero intentando hacerlo entrar en razón

Estoico: ¡¡¿No me escuchaste?!! ¡¡No tengo hijo, él es solo una deshonra a nuestro pueblo, un traidor y no permitiré que continúe esparciendo sus ideas dementes de coexistir con esos monstruos!! - gritó con un semblante furioso mirando al herrero para después mirar al castaño - ¡¡Largó!!

De repente, la mayoría de ellos le lanzó sus armas para intentar acabar con la vida de Hipo y Chimuelo pero sin tener éxito

Hipo cambio la posición de la cola de Chimuelo y en un rápido aleteo de las alas del Furia Nocturna se elevaron en el aire para luego perderse de la vista de los vikingos

Pasaron unos momentos de silencio donde todos los presentes miraban hacía ael cielo para ver si el castaño regresaba montando su dragón en un intento por atacarlos, sin embargo, al ver que no regresaba decidieron marcharse de la Cala

El camino de regreso fue silencioso, excepto por los bufidos molestos de Estoico acompañados de sus estruendosas pisadas en el suelo

Una vez que llegaron al pueblo, algunos aldeanos comenzaron a lanzarles preguntas sobre lo que había pasado pero antes de que pudieran decir algo escucharon la voz firmé de su jefe

Estoico: ¡¡¡Silencio!!! - su gritó se escuchó en todo Berk, muchos se estremecieron al escuchar su tono de voz furioso

La aldea entera decidió ver qué había sucedido, quién o qué pudo haber provocado la irá de su imponente jefe

Estoico: ¡¡Todos vayan al Gran Salón de inmediato!! - ordenó mirando a todo el pueblo

Siguiendo las órdenes de Estoico, comenzaron a subir las escaleras que conducían al Gran Salón, lugar dónde se reúnen para diferentes funciones, tomar bocadillos, sala de audiencias y refugio

Una vez que toda la aldea estuvo adentró, cerraron las enormes puertas y se acercaron a su jefe sin siquiera molestarse en sentarse

Narra: Estoico

Me puse delante de mi silla mientras miraba a todos con firmeza hasta que ya estaban listos para escuchar mis palabras

Estoico: El día de hoy un traidor fue descubierto por Astrid Hofferson, él se alió con nuestros peores enemigos, los dragones - dije con un semblante firme viendo las expresiones de asombro de todos

Los murmullos no se hicieron esperar, escuchaba como me cuestionaban quien era el demente que se había aliado con esas bestias escupe fuego

Vikingo 1: ¿Y quien es el traidor? - preguntó una voz entre el público

Me tomé un momento para respirar mientras agachaba la cabeza y cuando me sentí listo la volví a levantar viendo a todo mi pueblo

Estoico: El traidor es Hipo Abadejo lll - respondí conteniendo mi irá mientras apretaba con fuerza mis puños

Escuché a todos jadear del asombró, vi como todos se miraban sin poder creer mis palabras

Estoico: Él se alió con el dragón al que más tememos y odiamos...Furia Nocturna - dije viendo como muchos se aterraron al escuchar el nombre del dragón azabache

Spitelout: ¡Estoico dice la verdad, yo y como muchos otros somos testigos de eso, el muchacho montaba a esa bestia!

Vikingo 2: ¡¿En dónde está él y ese dragón?! - escuché a otro hablar con un tono de voz exigente

Estoico: ¡¡Lo exilie de Berk para siempre, no es más un vikingo y menos mi hijo, si se atreve a regresar acabaremos con él y su dragón mascota!! - grité enojado al recordar a Hipo montando ese monstruo

Todos estuvieron de acuerdo conmigo, excepto Bocón, el cual estaba sentado en una esquina del Gran Salón mirándome con desaprobación

Lo vi ponerse de pie para después marcharse del lugar seguido de Gothi, Abono y Cubeta, los cuales también estaban molestos conmigo por mi decisión sin embargo, no le tomé demasiada importancia, tarde o temprano lo entendieran

°°°: Vaya, vaya, vaya, parece que Hipo El Inútil finalmente mostró su verdadero rostro, como un cobarde traidor bueno para nada - dijo una voz entre el público que todos reconocimos al instante

Mis ojos se entrecerrarón cuando ví a un anciano acercándose hacia mí con un bastón de madera en la mano y en la otra sujetaba una oveja blanca. Mientras avanzaba empujaba bruscamente a todos en su caminó abriéndose paso hasta que finalmente llegó

Frente a mí estaba el aldeano más quejoso y molesto de todo Berk:

Estoico: Mildew - gruñí molestó al escuchar sus palabras

Mildew: Siempre supe que tú hijo era una deshonra para todo nuestro pueblo pero te felicito por haberte deshecho de él finalmente - dijo con una sonrisa arrogante - pero hay un pequeño detalle en esta gran revelación Estoico

Estoico: ¡¿Y cuál es?! - grité irritado mientras apretaba con fuerza mis puños

Mildew: Dijiste que lo exiliaste…¡pero de acuerdo a nuestras leyes tú debías condenarlo a ser ejecutado para que su alma se pudriera en Helheim la eternidad! ¡Esas son las leyes de todos los vikingos! ¡¡Son las leyes impuestas por los mismos dioses!! - gritó golpeando su bastón contra el suelo con fuerza recibiendo el apoyó de la mayoría de los aldeanos

Todos levantaron sus puños lanzando sus diferentes opiniones pero concordando en qué Mildew tenía la razón

Estaba haciendo lo posible por no tomar mi hacha y cortarle la cabeza al anciano cascarrabias sin embargo, él estaba en lo correcto

Las leyes vikingas son muy duras pero cada uno de nosotros las sigue el resto de nuestras vidas, de lo contrario sufriríamos las consecuencias

En el mejor de los casos, el traidor solo era exiliado y envíado a la Isla de los Marginados, la cuál es liderada por uno de nuestros peores enemigos, Alvin El Traicionero, él les daba la bienvenida con el único propósito de unirlos a su ejército para que un día conquistaran o destruyeran todo Berk

Pero el caso de Hipo era el peor de todos, sus crímenes eran muchos e imperdonables, mentirle a su jefe, engañar a todo su pueblo, perdonarle la vida a un dragón, aliarse con uno de esos monstruos, ayudarlo a volver a volar y convertirse en su jinete. Él no merecía ni siquiera ser enviado a la Isla de los Marginados, según nuestras leyes, yo al ser el jefe de la tribu tenía la obligación de ejecutarlo junto con el Furia Nocturna frente a toda la aldea

Pero esa idea nunca cruzó mi mente, en cuanto lo vi con ese dragón mi irá se desató e hice lo primero que me vino a la menté sin embargo, una parte de mi se alegra de no haber recordado ley de ejecutarlo por su traición, no tendría el corazón para hacerlo

¿Qué diría Valka si estuviera aquí? ¿Qué hubiera hecho ella en esta situación? ¿Qué me hubiera dicho a mí por enviar a nuestro hijo lejos? ¿Qué nos diría a todos nosotros siendo ella la jefa de Berk al saber que repudiamos a Hipo?

Ella lo hubiera defendido, lo protegería y si la conocí bien, hubiera dado su vida por la Hipo para que él se salvará de su sentencia

En cambio yo, lo exilié, insulté y amenacé, ella debe estar furiosa conmigo mirándome desde el Valhalla

Oh no…¿qué es lo que he hecho?

Mildew: Entonces, Estoico…¡¡¿que tienes que decir en tu defensa en haber incumplido con una de nuestras leyes?!! - gritó mirándome acusatoriamente junto con el restó del pueblo

Estoico: Bueno yo...yo…- murmuré sin saber qué decir

De repente, un poderoso rugido se escuchó haciendo qué las pinturas, lámparas y antorchas se cayeran al suelo

El suelo se sacudió violentamente haciendo qué algunos se arrodillaran en el suelo mientras que yo y otros pocos apenas logramos mantenernos en pie

Rápidamente me apresuré a salir del Gran Salón mientras escuchaba las pisadas de todos siguiéndome afuera

La altura de dónde estábamos nos permitió ver a lo lejos una serie de explosiones en el cielo acompañadas de grandes rugidos

Por un momento juraría que ví la figura de un colosal dragón envuelto por las grises nubes

Estoico: ¡¡¿En el nombre de Thor, qué ocurre?!! - grité mirando las explosiones sin comprender qué sucedía

Bocón: ¡¡Estoico!! - gritó mientras lo veía corriendo hacia mí

Estoico: ¡¿Bocón, que sucede?! - grité alterado

Bocón: ¡No lo sé, escuché un rugido, pensé que los dragones se habían escapado o podría tratarse de otro ataque pero luego vi las explosiones! ¡Provienen de las Puertas de la Oscuridad! - gritó apuntando hacia la gran acumulación de niebla

Miré dicho lugar mientras las explosiones continuaban acompañadas de esos poderosos y aterradores rugidos

Y antes de que pudiera decir una palabra, una gran explosión se escuchó a lo lejos y pudimos observar una columna de fuego que subía hacía él cielo

Escuché como todos jadearon aterrados, ni yo ni nadie sabía que estaba pasando y no lo descubriríamos estando aquí parados

Estoico: ¡Preparen las naves, tomen sus armas y dirijámonos hacia allá! ¡Tal vez se traté del Nido de los Dragones, no podemos dejar pasar está oportunidad! - ordené en voz alta sin dejar de ver las explosiones

Recibiendo un asentimiento de parte de toda la aldea, comenzaron a prepararse para hacer el viaje mientras que yo estaba de pie en mi barco esperando a que terminaran de subir las catapultas

Una vez que terminaron de subir todo, di la orden de marcharnos. En mi barco viajábamos yo, Bocón, Spitelout, Abono, Cubeta, Mildew, junto casi todos los guerreros de Berk

Algunos se quedaron para proteger a las adultos mayores y a los niños, jamás dejaría a mi pueblo desprotegido

Astrid y sus amigos me aplicaron venir, sin embargo, ellos eran demasiado jóvenes e inexpertos para un viaje así

Ahora ya estamos en camino hacia las Puertas de la Oscuridad a describir que estiércol estaba pasando

Narra: El Autor

Los barcos estaban detenidos justo en el borde del muro de niebla mientras todos miraban el lugar temerosos

El jefe de la aldea miró con firmeza la niebla para después voltear a ver a sus acompañantes

Estoico: Adentranos - dijo con un semblante firme

Vikingo 3: ¡Entendido! ¡Hacia las Puertas de la Oscuridad! - gritó mientras giraba el timón del barco

El barco se giró lentamente para después ingresar al interior de la acumulación de neblina siendo seguido por el resto de los barcos

Navegaron sin mucha visión por mucho tiempo viendo restos de naufragios, huesos de dragones y cadáveres de vikingos

Pero lo más sorprendente fue encontrar uno de sus barcos colgando de cabeza de una enorme roca

Continuaron navegando hasta que finalmente pudieron distinguir un volcán y lo que parecía ser una isla

Cuando los barcos tocaron tierra, todos bajaron y aseguraron los barcos para después explorar el lugar sin bajar la guardia

Llegaron a lo que parecía ser un enorme cráter, todo a su alrededor estaba quemado y destruido sin embargo lo que captó su atención fue ver algunos restos de sangre y entrañas

Pero lo más extraño era...que no había un cadáver

No estaba el cuerpo de ningún dragón muerto, no había nada, huesos, alas, patas, como si algo o alguien se lo hubiera llevado sin dejar ningún rastro

Estoico: ¿Que pasó aquí? - dijo con un semblante pensativo - si este es el nido…¿donde están los dragones?

Bocón: No lo sé pero parece como si Thor hubiera destruido está isla - dijo mirando a su alrededor sorprendido por la cantidad de destrucción

Spitelout: ¡¡Estoico!! - el gritó captó la atención del mencionado y de todos los demás - ¡¡Ven a ver esto!!

Inmediatamente el jefe corrió hacia dónde estaba el Jorgenson mayor y cuándo lo alcanzó de asombro de ver lo que estaba en el suelo junto a él

Era el abrigo de Hipo, la posesión estaba totalmente quemada y llena de cenizas, sin embargo, no lo suficiente para ser irreconocible

Estoico: Esto es...de Hipo - murmuró en shock mientras se arroidillaba en el suelo y lo tomaba entre sus manos - es de él sin duda

Bocón: Eso quiere decir que estuvo aquí - dijo mientras se acercaba a su amigo - ¿Pero entonces en donde está?

Spitelout: No sabemos, ya buscamos por toda la isla pero no hay nada, todo está totalmente destruido - dijo mirando al herrero

Estoico miró con tristeza el abrigo de su hijo, su mente comenzó a divagar y sacar conclusiones apresuradas de lo que posiblemente había ocurrido aquí pero nada parecía encajar

Pero de algo estaba seguro, Hipo había estado aquí en medio de todo ésto y solo había una posible explicación de lo que le había pasado, él había muerto en esa explosión

Estoico: Oh hijo...perdoname - murmuró mientras abrazaba el abrigo con fuerza - Valka...perdoname

El llanto del jefe de Berk se escuchó en toda la isla, los aldeanos bajaron la cabeza acompañando a su jefe en su dolor

La mayoría solo lo hacía para mostrarle sus condolencias a Estoico, no porque realmente estuvieran tristes por la pérdida del traidor que se había aliado con los dragones

Los únicos que realmente se lamentaron tanto como Estoico eran Bocón, Abono y Cubeta, las únicas personas que habían tratado a Hipo con gentileza

Sin tener nada más que hacer en esa isla infernal, decidieron regresar a Berk con el aterrador recuerdo de ese rugido que los acompañaría por el resto de sus vidas

El viaje de regreso fue silencioso, Spitelout había tomado el mando de la armada mientras Estoico estaba sentado en un asiento del barco mientras seguía mirando el abrigo, y a su lado estaba Bocón también lamentándose por la pérdida de su aprendiz

Berk

Los barcos atracaron en los muelles y lentamente todos fueron bajando para después desempacar todo lo que habían llevado

Sin embargo, Estoico y Bocón se alejaron del muelle para dirigirse al Gran Salón, ambos amigos necesitaban un buen trago

Pero antes de que pudieran llegar, vieron a Astrid y sus amigos venir corriendo hacia ellos, pensaron que querían saber cómo había resultado el viaje pero antes de que pudieran decir algo escucharon a la rubia hablar

Astrid: ¡¡Jefe Estoico!! - gritó alterada acercándose al mencionado - ¡¡jefe, los dragones, ellos-!!

Estoico: No había dragones a dónde fuimos Astrid, solo…- dijo interrumpiendo a la rubia pero al igual que él, ella lo interrumpió

Astrid: ¡¡No jefe, los dragones se escaparon de la Arena de Entrenamiento!! ¡¡Se han ido!! - gritó alterada mirando a su jefe y al herrero

Ambos hombres adultos se vieron momentáneamente para después salir corriendo en dirección a la arena y cuando llegaron comprobaron que lo que decía la chica era verdad

Las enormes puertas que mantenían encerrados a los dragones habían sido destruidas y las cadenas que colgaban arriba de la arena habían sido quemadas hasta que se derritieron

Estoico: ¡¡Que alguien me explique qué fue lo que ocurrió aquí!! - gritó enojado mirando a los chicos

Todos se miraron temerosos pero la rubia fue la única con las agallas suficientes para hablar, dio un paso al frente quedando entre los chicos y los dos adultos

Astrid: Minutos después de que se fueran escuchamos sonidos extraños del cielo y cuando salimos vimos cientos y cientos de dragones volando en el cielo, pensamos que se trataba de un ataque pero esos monstruos solo se fueron sin causarnos daño, pero en medio de todo los dragones de la arena comenzaron a rugir y escupir fuego, se abrieron paso entré el pueblo y después se fueron volando con ellos - explicó la rubia recordándote cada detalle - cuando desaparecieron de nuestra vista no supimos qué había pasado, supimos que ustedes habían destruido el nido

Estoico: Ya veo, así que fue eso - dijo con un semblante firme

Patapez: ¿Y lo hicieron? - preguntó captando la maestra del jefe y el herrero - ¿Destruyeron el Nido de los Dragones?

Hubo un momento de silencio donde los jóvenes estaban emocionados de escuchar a su jefe decirles que habían destruido el hogar de esos reptiles escupe fuego

Estoico: No, no lo hicimos, cuando llegamos el nido ya estaba destruido, parece que alguien lo destruyó antes que nosotros - respondió dejando sorprendidos a los chicos

Brutacio: ¡¿Quién fue!? - gritó impaciente

Brutilda: ¡Si! ¡¿Quién fue!? - gritó igual que su hermano gemelo

Bocón: No tenemos idea pero encontramos algo - dijo esto último con tristeza

Los jóvenes preguntaron al mismo tiempo de que se trataba y cuando Estoico les mostró el abrigo quemado de Hipo se sorprendieron mucho

El jefe y el herrero comenzaron a decirles todo lo que había sucedido cuando llegaron a la isla y cuando terminaron de hablar los chicos les lanzaron una serie de preguntas, sin embargo, ambos adultos no tenían respuestas, excepto una

Hipo había muerto en esa isla

Al escuchar eso, cada uno de los chicos sintieron diferentes cosas: Patapez sintió una profunda tristeza por el castaño. Patán y los gemelos se alegraron al saber que el traidor había desaparecido y Astrid sintió felicidad al enterarse que él que la superó había muerto,sin embargo, algo dentro de ella sentía un pequeño sentimiento de culpa pero lo dejó rápidamente de lado

Sin embargo, no expresaron ninguna de esas ideas frente a su jefe, que se veía muy afectado por la pérdida del castaño

Estoico y Bocón se fueron de la arena dejando solos a los chicos, se dirigieron al Gran Salón para ahogar sus penas

Horas después, ambos amigos estaban sentados en una gran mesa llena de tazas vacías

El herrero estaba noqueado por el consumó excesivo del Hidromiel, sin embargo, Estoico estaba apenas consciente mientras estaba sumido en sus pensamientos

Intentaba buscar una explicación sobre lo que había ocurrido en el Nido de los Dragones pero nada encajaba

Tal vez algún día obtendrían respuestas sobre lo que había pasado ahí pero por ahora era todo un misterio

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¡¡¡Muchas gracias por leer!!!
Hasta la próxima mis queridos Berserkers

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