Capítulo 5

—te escucho.

—¿porqué no te fuiste de aquí como te dije? —se puso en cuclillas con dificultad, por lo de su pierna.

— ¿eh? ¿Esperabas que me vaya de aquí sin una explicación?

El asintió .

—no,  así no funciona,  tienes que decirme lo que sucede.

— ¿Ves los hombres de ahí? —señaló a los hombres de verde que habían ingresado a la universidad , los cuáles estaban a una gran distancia .

Asentí.

—ellos están yendo a todos los centros de trabajo, a los colegios, a las casas a...

—ya vuelvo —me levanté  interrumpiéndole.

Él me cogió el brazo.

—Volveré, te dejo mi mochila —dije tirando mi mochila al césped —pero no me robes nada.
—¿robarte? No quiero tus libros, gracias.

Yo lo ignoré y Me dirigí al colegio de mi hermano, el cuál no estaba lejos de mi universidad, no podía creer que me había  olvidado un momento de mi pequeño oompa, lo busqué dentro del grupo de niños que estaban afuera de la escuela esperando a sus padres.

—¡lucy! —me llamó Mathías, me giré a verlo y abrí Los brazos para recibirlo, ya que él venía corriendo.

Lo llevé a donde estaba El Chico, detrás del arbusto.

El me miró y luego miró a Mathías y Le sonrió. Por primera vez lo veía sonriendo.

—Hola —le dijo el chico tendiéndole la mano.

—hola —saludó Mathías poniendo su manito encima de La De él.

Mathi me jaló del Jean y me agaché para estar a su tamaño.

—¿Quién es? —susurró mi hermano en mi oído. Al parecer susurró demasiado fuerte porque el chico respondió.

—Henndert.

—sí, Henndert —
asentí —
continua con lo que me estabas diciendo.

— ¿quieres mi celular? tengo un juego de carreras que seguro te gustará —le dijo Henndert a mi hermano.

Se lo dio y mi hermano a un costado comenzó a jugar.

—bien, ellos están yendo a todos lados diciendo que las personas evacuen —
Se sentó en el césped.

— ¿por qué?

—por los Chorux —susurró

—¿los qué?

—es un término para los cuerpos que son controlados, como una enfermedad se contagia pero solo por el cruce de miradas y viendo un video- experimento que hicieron los científicos, cuando ya se ha pasado la cuarta etapa, la persona puede contagiar a otros y la víctima no se da cuenta que está mal, hasta días después que siente los síntomas que son dolores de cabeza, ojos rojos y hablan sin sentido alguno, la demora de transformación varía.

La historia que me contaba concordaba perfectamente.

Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando supe que lo del día anterior no fue una broma y mucho menos una visita al psicólogo.

—y mi amiga...

—sí.

Si él había estado cerca de Karla cuando ella estuvo en la cuarta etapa entonces ella pudo contagiarlo y él podía estar siendo controlado en ese momento y luego él podía contagiarme a mí y... ya no sabía que pensar.

Bajé la mirada y me aparté de él.

—Oompa, devuelve ese celular —
dije recogiendo mi mochila y cogiendo la mano de Mathi para entregarle a Henndert su celular.

—niña...

—no te quiero cerca ¿bien?

—No estoy contagiado —
se puso de pie con dificultad —
tu amiga no estaba en la cuarta etapa cuando se la llevaron, estaba en la tercera.

— ¿Quién me lo asegura? ¿Cómo sé que no mientes y que estás siendo controlado en este momento?

—no te estoy mintiendo, cuando se está en la cuarta etapa el cabello se cae y el cuerpo se arruga.

—Gracias por la información —dije y me fui a casa junto a mi hermano.

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