Capítulo 26
Me presionó a su cuerpo y me abrazó fuertemente mientras sus lágrimas mojaban mi polo verde.
Intenté darle palmaditas en su espalda para calmarlo pero eso solo causó que escondiera su rostro en mi hombro.
-Tranquilo, todo está bien -susurré.
Él se alejó de mí y parpadeó varias veces.
Luego me observó por varios segundos como luchando si decirme o no la razón de su dolor.
-mi hermana murió.
Negué con la cabeza, no creyendo lo que me acababa de decir y toqué su hombro.
Ella era lo único que él tenía.
Su padre había muerto y su madre nunca había sido mencionada.
-¿Qué pasó? ¿quieres hablar de eso, ahora?
-no -confesó -ella volvió al enterarse que no había llegado a la recuperación para mi pierna. Intentó regresar por la frontera con medicamentos para mí.
Pero... -suspiró - los armados la encontraron y la acusaron de traidora, la ejecutaron ese mismo día.
No tenía palabras para disminuir su dolor, solo lo abracé y permanecimos así varios minutos.
No me imaginaba que era perder a lo único que tenías.
Mi cabeza estaba en su pecho, yo podía sentir a su corazón palpitar.
Quería estar cerca de él para consolarlo y hacerle sentir refugiado, pero en sus brazos la refugiada era yo.
Cerré mis ojos y recordé el día que lo conocí, cuando me dio la noticia de que mi amiga había muerto. Fue muy doloroso para mí, recordé cuando comencé a llorar y él se acercó a abrazarme.
Apesar de que no nos conocíamos me sentí un poco mejor tras su abrazo. Esperaba que él se sintiera un poco mejor después del mío.
Quizá lo que estaba por decirle no lo iba a calmar pero tal vez sí sorprender. Y lo único que quería era que dejará de pensar en lo que le hacía daño. En la muerte de su hermana.
-Henndert, no es un buen momento pero quiero que sepas algo que no me deja tranquila -me separé un poco de su pecho y lo observé a los ojos.
El seguía con sus ojos rojos, de tanto llorar. Pero eran tan hermosos.
-¿Qué ocurre?
Seguramente él sabía lo que yo sentía por él, pero solo se hacía el que no sabía por que quería que yo se lo dijera. Y eso estaba por hacer.
-Me gustas, Henndert.
El tiempo pareció detenerse, ahora era él quien no decía nada.
Colocó sus manos, cada una al lado de mi rostro y me observó muy cerca.
Se acercó un poco más y cerré mis ojos.
¿Me iba a besar? Eso era extraño.
Pude sentir su respiración en mi rostro y luego sentí sus labios sobre mi frente.
Y me abrazó.
[♡]
-¿Dónde estuvieron? -preguntó Renzo.
Habíamos bajado al sótano, todos se encontraban cambiados y listos para salir. Yo también lo estaba al igual que Henndert.
-¿están todos listos? -preguntó Henndert.
-los estábamos esperando -contestó Marina.
Henndert asintió.
-es hora de irnos.
Salimos de la casa, un grupo de chicos se fueron con Aice hacia los cerros mientras que el grupo donde yo me encontraba nos dirigíamos al laboratorio.
-¿pudieron hablar? -preguntó Carlos mientras caminábamos hacia el laboratorio.
-Sí -sonreí.
Él asintió y me miró de reojo.
-okey.
Al estar cerca del laboratorio nos escondimos detrás de unos contenedores.
-Iré yo -dijo Renzo.
Se acercó a los guardias y les dio un puñete a cada uno.luego les dobló un poco la cabeza.
-siempre quise hacer eso -sonrió.
Todos nos miramos y avanzamos. Henndert hizo una señal en la cámara de seguridad y las puertas de emergencia ubicado a un lado de los ascensores se abrieron.
-ten cuidado, por favor -me pidió Henndert.
-no me pasará nada.
-permanece detrás mío¿Sí?
Asentí.
Avanzamos un poco y una sirena empezó a sonar por todo el laboratorio.
El celular de Henndert empezó a sonar.
A lo que él contestó .
Pero solo escuchó lo que le decía la otra persona y luego colgó.
-¿Qué ocurre?
-los armados vienen y no vienen solos.
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