Capítulo 4; Dangos y tiburones.

—Tengo un problema —susurró Itachi, viendo a Deidara luego de que Naruto hiciera aquella orgásmica mirada de reproche. En los pantalones, se completó a sí mismo y negó con la cabeza.

—¿Qué problema? —corearon Sasuke y Naruto, mirando al azabache inquisitivamente.  Itachi se atragantó con sus fideos al notar como ambos lo vieron preocupados, al menos hasta que Deidara lo golpeó tan fuerte en la espalda que se le enderezaron hasta los malos pensamientos. Le lanzó la mirada matadora al rubio.

—¿Qué? Te estabas ahogando —se excusó Deidara, cruzando los brazos y fingiendo poner un rostro serio. Aunque su sonrisa de lado no ayudara mucho a creerle.

—Sí, claro —bufó el azabache.

Naruto los observó con una sonrisa triste. Ellos realmente parecían tener algo especial, miró el platillo frente a él, apesadumbrado. ¡Incluso sabía su plato favorito! Qué romántico, ¿no? Terrible. Sasuke frunció el ceño al notar que el usuratonkachi ya no le prestaba atención y parecía ver con tristeza a Itachi y Deidara. Creyó inocentemente que a Naruto no le gustaba que discutieran, como él cuando oía a sus padres gritarse cuando se enojaban. 

—Ya cállense —Gruñó, esperando que Naruto le agradeciera por hacer que ambos pararan de pelear. Ya que al oír su semi grito Itachi paró de ver a Deidara y fijó su mirada ónix en él. Deidara se tensó y lo miró también. ¡Había conseguido que dejaran de pelear!

Miró a Naruto, tenía la esperanza de que su mirada triste fuera reemplazada por una sonrisa.

—¡Sasuke!

No fue así, de hecho era un ceño fruncido y una mueca de rabia que confundió al menor. 

—Discúlpate —rugió Naruto, apenado porque Sasuke hiciera un show en frente de la pareja con él ahí. ¡Por dios! Si ya era suficiente con que él tuviera que estar ahí, como para que también Sasuke tuviera que estar ahí. ¡Y él tenía que regañarlo por hacer algo que él hubiera querido hacer! Estaba furioso—. No es forma de hablarle a tus mayores —agregó enseguida, completando lo que sería su tercer regaño hacia Sasuke desde que se conocían.  

¡Era increíble! Él lo ayudaba y Naruto lo regañaba. Era un dobe, aunque eso ya lo sabía, así que se cruzó de brazos, se metió una gran cucharada de fideos y como todo niño orgulloso, simplemente comenzó a comer mientras le veía con la ceja alzada y el ceño fruncido. Se veía tierno, hasta para la diva rubia, pero Naruto... Estaba molesto.

—Sasuke Uchiha —Agregó Naruto—, vas a disculparte aunque sea lo último que hagas-ttebayo.

Sasuke tragó fuerte e Itachi se mordió el labio. ¡Joder! Hasta puede usar la voz de mandón.

—Uh, parece que a alguien le va a ir terrible en su primera noche con niñera. No te ofendas, pero el título de rubia en esta casa —Deidara lo estaba provocando—, es mío y sólo mío —Sonrió con pretensión. 

A Naruto le tembló una ceja. 

—Yo soy un varón —dijo en respuesta e Itachi se mordió el labio otra vez, esta vez aterrado. 

Su casa acababa de convertirse en el peor sitio para estar, miró a Deidara cuando este se paró. 

—¿Tú crees?

Era su fin, probablemente destrozaría la casa y su sharingan de paso. 

—Sí.

—¡Bien! —Deidara se remangó la camiseta larga imaginaria.

—¡Bien! —Naruto miró a Itachi—. ¡Renuncio!

Y se levantó de la mesa, dejando a todos boquiabiertos. 

—Parece que...

—La rubia falsa hizo que el dobe se enojara en serio —propuso Sasuke, mirándolo acusador.

—¿Que el chico ni siquiera tendrá que empacar sus cosas porque ni siquiera las tuvo que desempacar? —apuntó Deidara.

Naruto frunció el ceño al oírlo.

—Que yo gané la apuesta y alguien tendrá una cita conmigo —Itachi se levantó—, y trabajará para mí por el tiempo que decida. Ponte lindo mañana —le guiñó el ojo y se fue de la mesa también. Deidara no entendió más que alguien tendrá una cita conmigo y ponte lindo mañana, Sasuke ladeó la cabeza igual de confundido y Naruto palideció al entender de lo que hablaba.

¡La maldita apuesta! 

—¡No renuncié a ser su niñera-ttebayo! ¡Niñero! —se autocorrigió.

—Y luego él es el varón —Deidara fingió estar bien y se burló. 

—¿Ah, no? —Itachi lo miró con una sonrisa de lado—. Admítelo, Naruto, mueres por salir conmigo.

—Tú tienes pareja —Naruto frunció el ceño.

—¡Nii-san tiene novia! —Sasuke abrió grande los ojos. 

—¡¿Novia?! —los dos rubios se desmayaron dentro de sus mentes.

A Itachi le cayó una gotita de sudor en la cabeza.

—Bien... ¿Qué les parece si mejor desempacamos las cosas de Naruto? —Itachi sonrió.

—Bien, yo me largo, tengo una fiesta a la que asistir —mintió Deidara, levantándose de la mesa y tomando sus llaves y teléfono entre las manos. 

—Yo tengo que hacer tarea —Sasuke se despidió de los adultos y corrió hacia las escaleras.

—Yo quiero ramen-ttebayo.

Itachi arqueó una ceja.

—¿Una fiesta a las tres de la tarde? ¿Tarea a un niño que no va a la escuela? ¿Naruto quiere ram-? Bien, eso sí puede creerlo —Naruto se rascó la mejilla sonrojado—. En fin, ¿ya te vas? —miró a Deidara. 

—Sí, tengo cosas que hacer —sonrió—. Danna me pidió que le ayudara con su tarea de arte.

—No hagas explotar su tarea, por favor —pidió Itachi. 

Deidara se rió.

—No prometo cosas que no puedo cumplir —se acercó a él y le dio un beso en la mejilla, como acostumbraba a hacer desde que se conocían. A Itachi al principio lo confundía pero entendía que Deidara era mitad francés y bueno, son muy... cariñosos, arrugó la nariz—. Adiós, guapo.

—Deidara —masculló, pero el rubio lo ignoró.

—Adiós, rubio teñido —le guiñó un ojo a Naruto y tomó aire antes de gritar—. ¡Adiós, niño endemoniado!

—¡Satanás va a castigarte! —lo reprendió Sasuke desde las escaleras. 

Itachi suspiró.

—¿Sabes hacer exorcismos? —le preguntó a Naruto luego de ver como Deidara se iba y por fin estaba a solas con el rubio. El último pensamiento trastornó un poco su mente pero lo ignoró.

—Ni idea —Naruto sonrió—, puedo intentar. 

—¿A dónde quieres ir?

—¿Eh? —El rubio ladeó la cabeza.

—A nuestra cita —obvió.

—¿Qué cita-ttebayo? Yo no renuncié, la apuesta sigue en pie y creí que habías cambiado tu premio —se cruzó de brazos. Itachi se acercó a él, haciendo que se pusiera nervioso de pronto.

—Naruto —susurró, muy cerca a él—, creí que habías entendido la indirecta. Sé que estabas celoso, sólo dime a dónde quieres ir mañana. Puedo llevarte donde quieras —aseguró, susurrando a su oído esta vez. Naruto se erizó enseguida, no estaba seguro si por la voz de Itachi tan cerca de su oído, o simplemente por su voz—. Sólo pídelo.

—Llévalo a tu cama pero no digas tantas guarradas en un ambiente familiar —Itachi se tensó.

Naruto se giró sonrojado y con los ojos extremadamente abiertos a ver al interlocutor encontrándose con un extraño hombre alto de ancha musculatura y cabello azul. Este al saber que tenía la atención de Itachi y su linda compañía sonrió, dejando que Naruto viera los interesantes dientes de tiburón del peliazul.

—Podría llevarlo si te largas —respondió Itachi y Naruto lo observó con los ojos como platos—, es broma. ¿Qué haces aquí, Kisame? Creí que estarías dando una vuelta en tu nuevo bentley. 

—Claro que eso estaba haciendo, venía a presumir mi nueva adquisición —mostró las llaves con una sonrisa, Naruto se sentía intrigado ante sus dientes tan únicos—, pero tú deberías presumir la tuya también. Hablo de la belleza a tu lado —le guiñó el ojo de un lado.

He's taken —Itachi se puso a su lado y lo abrazó de lado, poniéndolo rojo, a pesar de que no entendía lo que acababa de decir. Kisame sí lo entendió. Es mío.

Well, sure, bro —Kisame alzó las manos, sonriendo burlón. Bueno, pues claro, hermano.

Naruto los miró de un lado para otro, confundido. 

—¿Qué...? 

—Es inglés —aclaró Itachi, sin dejar de ver a Kisame en silencio. Al tiburón le divertía verlo así.

—¡No hables inglés en frente de gente que no sabe-ttebayo! Es malo —hizo un puchero de molestia. Itachi inspiró fuerte, ¿qué clase de adonis era ese rubio? ¡Joder, él era un Uchiha y no podía evitar ver a Naruto como si fuera... una deidad a la que debía adorar! ¡Un Uchiha! Qué extraño se sentía ser como los demás solían ser con él. 

Kisame ahogó un gemido de sorpresa.

—¡Kawaii-desu! Quiero robármelo —afirmó el dientes de tiburón.

—Es mío —repitió el azabache, provocando que Kisame hiciera una mueca de disgusto.

Naruto se pasmó. ¿¡Cómo que suyo!? Se giró a verlo con los ojos bien abiertos. 

—Y de Sasuke —Itachi carraspeó al verse descubierto, sonrió orgulloso—, porque es su niñera. 

—Niñero...

—Niñero —repitió, dándole una mueca a Naruto que lo hizo reír levemente, chasqueó la lengua puesto que tendría que  posponer su charla con el rubio para atender a su molesto mejor amigo, ah, lo que uno hace por amistad—. Así que, ¿por qué no vas a ver si Sasuke hizo su tarea mientras yo hablo con Kisame, Naru?

—¿Qué tarea? —Naruto frunció el ceño.

—La tarea —repitió sin dejar de ver a Kisame, Naruto asintió y se despidió del chico tiburón, quien solo los miraba divertido.

—Sasuke no va a la escuela, Itachi —anunció Kisame, viendo con gracia como el azabache se iba hacia la cocina, lo siguió—. Ese chico realmente te pone mal, huh. Sospecho que no podrás dormir pensando que esa linda criatura va a estar en tu mismo hogar durante los próximos meses.

Itachi se tensó, no lo había pensado.

—Bañándose, desayunando, preparando comida, ayudando con los quehaceres de la casa y cuidando de Sasuke... Hm, si consigues llevarlo a la cama, vas a tener una esposa muy linda —se burló.

—Naruto no es así —masculló, abriendo el gabinete que contenía todo su licor.

—¿Bebiendo tan temprano? —Kisame fingió estar sorprendido—. Dame un whisky cargado.

—¿A qué viniste? —le dio una mirada lacónica.

—¿A qué crees? Vine a darle un vistazo a tu nueva niñera, ¿seguro que es tuyo? Podríamos compartir —Kisame sonrió cuando vio a Itachi tensar la mandíbula. Le divertía saber que Itachi parecía tener una nueva debilidad, aparte de Sasuke no había ninguna cosa en el mundo que pudiera enloquecer para bien o para mal al Uchiha. Pero Naruto había conseguido entrar.

Y no estaba muy seguro de que Itachi fuera a dejarlo salir alguna vez.

—No. No lo mires, no respires su aire y mucho menos trates de tocarlo —murmuró—. ¿Entendiste?

—Sí, señor —hizo un saludo militar. 

Itachi suspiró y le dio un trago puro al shot de vodka que se había servido. 

—¿Teme? —susurró, sin saber si tocar o entrar, la puerta estaba abierta así que Naruto se asomó por ella.

El cuarto de Sasuke, no era muy difícil encontrarlo, especialmente porque tenía una S azul en la puerta blanca. Itachi le indicó al llegar que había cinco cuartos en el segundo piso de la casa, el principal era el suyo, al frente estaba el de Sasuke y  el de Naruto era el de la izquierda. Itachi dijo que necesitaba que estuviera cerca de Sasuke en caso de que este necesitara algo de su parte.

—¿Quieres algo de té y dangos, Monoko-chan? —lo escuchó monologar, Naruto se tensó y miró en silencio al niño que jugaba con un peluche de dinosaurio verde—. Sí quiero, Sasu —Naruto sonrió al oír el cambio de voz que hizo el niño—. A mí no me gusta, pero Itachi-niisan dice que es muy rico, ama mucho esta combinación. ¿A ti te gusta? —Así que a Itachi le gustaba el té y los dangos, huh—. Es un gusto adquirido.

A Naruto le recordaba la película Frozen de Disney cuando ese chico raro y tierno Cristoff hablaba con Svens. Aquello lo hizo sonreír con tristeza, ver a Sasuke así le hacía pensar que debía ser muy duro perder a sus padres a los cuatro años de edad, seguro que Sasuke tenía suerte de que Itachi fuera un adulto responsable que podía encargarse de él y lo amaba mucho.

—Es malo espiar a las personas, dobe —se sobresaltó cuando lo escuchó y volteó a ver hacia abajo, mientras se entretenía en sus pensamientos el niño se había percatado de su presencia.

—Lo siento —se disculpó, cosa que hizo que Sasuke arqueara una ceja—. Tu hermano me pidió que viniera a ver si ya habías hecho tu tarea —sonrió entonces—. ¿Ya la hiciste, teme?

—¿Qué tarea? —Sasuke se mosqueó.

Naruto se encogió de hombros.

—Está abajo con Kisame —Sasuke hizo una mueca de disgusto y Naruto rió—. ¿No te cae bien?

—No me agrada nadie que se acerque a Nii-san —se cruzó de brazos, el rubio lo miró ladeando la cabeza—. Contigo no tengo opción —frunció el ceño y le sacó la lengua. 

—Seguro que vas a desear que nunca me vaya de tu lado —afirmó Naruto, sacudiendo los cabellos azabaches del menor—. Ya verás, teme, vas a rogarme qu-

—Yo nunca ruego, soy un Uchiha —se hizo el chulito.

—Ya veremos eso —se rió—. ¿Y bien? ¿Qué te parece si me acompañas afuera a comprar unas cosas? Tengo hambre-ttebayo. 

—¿Mi hermano?

—Oh, está bien, vamos a avisarle —le tendió la mano. 

Sasuke observó en silencio la misma, la única persona que hacía eso fuera de su hermano era Sakura, miró los ojos azules del rubio con tres curiosas marquitas a cada mejilla y tomó su mano, mientras fruncía el ceño en señal de molestia. No quería que el rubio se burlara, pero no dijo nada y solo le dedicó una sonrisa, mientras iba de la mano del pequeño.

—Oh, vamos, Itachi, no seas aguafiestas —Kisame seguía insistiendo. 

—No voy a hacerlo —replicó, mientras suspiraba—. Son las cuatro treinta de la tarde, Kisame, y aunque no lo creas, tengo que ayudar a cabellitos de oro a desempacar, así que te agradecería que dejaras de insistir.

—¿Qué problema tienes con ir en una cita doble?

—No tengo intenciones de hacerlo —replicó. 

—Puedes ir con Deidara —agregó desesperado el peliazul e Itachi cerró los ojos—. Ese está coladito por ti, aceptará enseguida. Nadie va a preguntar si salen o no, solo quier-

—No —fue la respuesta. 

Sasuke observó confundido como Naruto se frenó a sí mismo al oír parte de la conversación. Puedes llevar a Deidara, está coladito por ti, irá enseguida. Al azabache le parecía extraño pero parecía que a Naruto no le agradaba Deidara porque siempre que oía su mención se ponía así.

—Hmp —se quejó—, muévete dobe. 

—¡Um, sí! Lo siento —Naruto parpadeó y tocó la puerta de la cocina, al parecer ahí estaban. 

Itachi abrió y al verlos, lo único en lo que reparó fue en que llevaba a Sasuke de la mano. Sasuke reaccionó y se soltó, cruzándose de brazos como si fuera un crimen que se llevara bien con el rubio, cosa que hizo que Itachi sonriera. 

—Voy a llevar a Sasuke a la tienda, quiero comprar un par de dangos par-

—Se acabó el té —anunció Itachi enseguida y se sacó la billetera del bolsillo trasero, mirando los billetes dentro, extendió un par—. Me gusta el té verde —dijo—, pero si prefieres otro está bien. 

—Okay —Naruto no lo miró—. ¿Quieres que compre otra cosa? ¿Necesitan algo?

—Yo —Naruto miró a Kisame y éste sonrió coqueto—. Quiero comprarte a ti, dulce.

—No soy un dulce y no estoy a la venta —respondió a secas, miró a Itachi—. No tardamos.

—Claro...

Itachi se preguntó a qué se debía la repentina hostilidad de Naruto, pero solo suspiró.

—Está celoso de Deidara —afirmó cuando vio que se fueron, Kisame lo vio con intriga—, creo que te escuchó, lo cual no ayuda mucho. 

—Lo siento —Kisame se rascó la mejilla—. Te lo compensaré si llevas a Naruto contigo a la cita.

—No estoy listo para algo así —Itachi bostezó, cansado. 

—Deberías descansar.

—Eso iba a hacer cuando apareciste —lo fulminó con la mirada. 

—Culpable —levantó las manos y sonrió—. Despreocúpate, ya me iba. 

—Dile a Sasori que lleve a Deidara a tu cita doble —le dijo Itachi.

—A Shisui no le agrada Sasori, eso ya lo sabes —bufó Kisame, agarrando su chaqueta de cuero—. Avísame si cambias de opinión. 

—El tiburón tiene miedo de un chico, impresionante —se rió.

—Sabes que tu primo es cosa seria —afirmó el peliazul—. No es como los demás, voy en serio esta vez. Ni siquiera con mi ridículo enamoramiento por ti me había clavado tan así. 

—Lo sé —Itachi sonrió—. Descuida, tu secreto está a salvo conmigo. 

—Y el tuyo —le guiñó un ojo—, ¿tienes fetiches por las niñeras? Puedo conseguirte un traje para tu lind-

—¡Largo de mi casa, Kisame! 

Ambos se carcajearon. 

—Gracias —el rubio le sonrió al cajero que le atendió y Sasuke observó en silencio como el chico lo miraba de más, así que frunció el ceño molesto.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —se atrevió el chico de ojos perlas, antes de que se fueran.

—Acabas de hacerla —Sasuke gruñó bajito. 

Naruto lo miró de reojo a modo de advertencia y dirigió su mirada al castaño frente a él. Sasuke balanceaba su mano como queriendo alejarlo de ahí, pero algo le decía que debía quedarse.

—¿Sí? —preguntó al chico.

—¿Cómo te llamas?

—Se llama dobe, no lo mires —regañó Sasuke. 

—Tu hijo es celoso —el castaño sonrió a Sasuke y luego posó sus ojos perlas al rubio sonrojado.

—No es mi papi, es mi niñera —replicó, antes de que Naruto pudiera decir algo. Se había quedado en blanco por completo—. Naruto, ¡vámonos ya! Tengo hambre. 

—Así que Naruto... y por lo que dice, no tienes pareja —le sonrió. 

Naruto se sonrojó.

—Mi nombre es Neji —le extendió la mano—, Neji Hyuga. Es un placer, Naruto.

El rubio abrió grande los ojos.

—¿Hyuga? ¡Como Hinata-ttebayo! —el rostro de disgusto que hizo Neji le indicó a Naruto que no le agradaba su amiga, así que se disculpó—. Lo siento, yo...

—Es mi prima —dijo entonces y mirando como Sasuke insistía en apartar a Naruto, registró un nuevo producto por la caja y se lo extendió—. Va por cuenta de la casa. 

Sasuke miró a Naruto y este asintió para que lo tomara, liberando a Sasuke mientras lo veía recibir el chocolate en silencio. Parecía que, a diferencia de Itachi y a pesar de ser un niño, Sasuke aborrecía el dulce.

—Es un chocolate amargo —comentó Neji, por lo que Sasuke lo probó—, me gustaría invitarte a salir, Naruto. Si no te incomoda mi propuesta.

—Un chico directo —sonrió alegre. 

Sasuke entrecerró los ojos al notar que había sido totalmente engañado por ese tal Neji Hyuga, pues mientras él había estado entretenido probando el chocolate amargo, este había dicho algo  Naruto que, al parecer, tenía intenciones de cumplir. 

—Dobe.

—Bien, teme —Naruto suspiró ante la insistencia del niño que otra vez jalaba su mano, así que miró a Neji con una sonrisa—, dame tu número-ttebayo. Te llamaré.

Sasuke frunció el ceño y cuando vio que este escribió algo en un papel que luego Naruto guardó en la bolsa con los dangos y el té, sonrió de lado. 

—¿Seguro que llamarás?

—Por supuesto-ttebayo. 

No, no lo hará. Sasuke se encargaría de ello después.


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Cuarto capítulo de HIPERSOMNIA.

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, creador del manga y anime Naruto. Universo alternativo. Novela BL. Lee bajo tu propio criterio. Créditos de las imágenes a sus respectivos autores/as. Atente a las consecuencias en caso de leer.




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