Capítulo 2; Apuestas y Ramen.

—¿Así que..., una apuesta? —Itachi le dio un sorbo al té que Minato le entregó con una sonrisa. 

Minato asintió. 

—Oh, bueno, cuando elegimos el nombre de Naruto... Bueno, realmente lo propuso el mejor amigo de mi padre, Jiraiya, mi mentor —su sonrisa se tornó triste. 

—Lamento lo de Jiraiya-sama, vi las noticias. 

Minato asintió y le agradeció por lo bajo.

—Am —Minato carraspeó—, sí. Bien, el punto es que a Kushina y a mí nos gustó el nombre, pero Kushina quería que Naruto tuviera el apellido Uzumaki, ¿sabes? No hay muchos de su familia con ese apellido, ya que casi todas son mujeres y... bueno, al casarse y tener hijos, sus hijos adquieren otros apellidos, así que...

—Ella quería que adoptara el suyo para que pudiera continuar el legado. 

—Sí, así que apostamos —Minato sonrió—, si era niña sería una Namikaze, pero si era un Uzumaki sería un niño. Y perdí la apuesta, así que Naruto es un Uzumaki antes que Namikaze. Además de esto, volvimos a apostar cuando supimos que Kushina estaba embarazada nuevamente.

—¿Karin sí es una Namikaze?

—Bueno, en realidad no, es una Uzumaki también —se rió—, esa vez yo escogí niño y ella niña, bueno, fue una niña así que... Creo que será para la próxima. 

—Seguramente —Itachi y él rieron.

—¡Nii-san! —se escuchó un grito que hizo que ambos se sorprendieran.

—¿Sasuke? —Itachi frunció el ceño. 

—Seguro despertó, debe estar confundido —ambos se levantaron y subieron las escaleras, Itachi estaba prácticamente corriendo—. Segunda puerta a la derecha —le indicó enseguida, al ver la prisa del menor. Itachi solo asintió y corrió hacia allá.

—Wow, el pequeño demonio está despierto —se rió Naruto, le daba gracia las mejillas rojas del menor que intentaba volver a gritar—. No grites, niño, tu hermano está abajo hablando con m-

—Cállate —se quejó Sasuke, con el ceño fruncido. Naruto alzó una ceja y Kushina apretó los labios tratando de no reírse al notar el orgullo Uchiha que destilaba aquel pequeño. 

—¿A quién le estás diciendo que se calle, eh, niño? —se cruzó de brazos. 

—A ti, usuratonkashi —Sasuke le dedicó una mirada altiva y una sonrisa de lado made in Uchiha.

A Naruto le tembló la ceja.

—¿Usuratonkashi? Oh... Vas a tener que disculparte, pequeño demonio —gruñó con el ceño fruncido.

—No me voy a disculpar contigo, do-be.

—¡Teme! Discúlpate —Exigió el rubio, apuntándolo. 

Itachi, quien acababa de entrar, ladeó la cabeza algo confundido. Kushina y Sasuke fueron los primeros en verlo, especialmente el pequeño que apenas lo vio, gritó y se apartó del rubio. 

—¡Nii-san! ¡Dónde estabas! 

—Abajo —respondió Itachi, mientras cargaba al menor y volteaba a ver a Naruto, quien se giró con un ojo cerrado y una sonrisa nerviosa—. ¿Está todo bien? Escuché gritos. 

—Oh, sí, se asustó al vernos —Kushina sonrió—, no lo culpo, él no nos conoce. Soy Kushina, Sasuke-kun, puedes llamarme tía Kushina si gustas —le extendió los brazos para cargarlo. Sasuke la miró con desconfianza y se abrazó más a Itachi, quien suspiró. 

—Ve con ella —le dijo, pasándoselo y luego miró a Naruto—. ¿Puedo hablar a solas contigo?

—Claro —Naruto miró a sus padres y al pequeño Sasuke, quien le sacó la lengua y le hizo temblar el ojo, pero sonrió—. ¿Cierras la puerta?

—Oh... am, no creo que eso sea prudente —Itachi se pasó la mano por la nuca, pero se sorprendió cuando la puerta fue cerrada por Kushina, quien alcanzó a ver le guiñaba el ojo—. Bien... creo que ellos no tienen problema con eso, um —carraspeó y se volteó a ver al rubio, para hablar—. ¿Qué estás haciendo? —ladeó la cabeza al ver como se había agachado cerca a la cama y se ponía en una posición bastante comprometedora, que hizo a Itachi regañarse por mirarle.

—Oh, estaba buscando esto —Naruto se enderezó y se dio la vuelta, enseñándole en sus manos la maleta de viaje con una pequeña sonrisa de lado—. ¿Qué más podría estar haciendo en esa posición, señor Uchiha? ¿Debo llamarlo jefe? Porque la verdad me molesta la idea.

—Oh, sí, tienes razón —se sacudió la cabeza y desvió la mirada—, puedes llamarme Itachi si gustas, no tengo problema. Tus padres eran buenos amigos de los míos, quizá podamos serlo tú y yo también. 

Naruto alzó una ceja. 

—Si no le molesta, mantendré mi profesionalismo diciéndote Señor Uchiha —se mordió el labio cuando vio que lo miraba, Itachi volvió su vista a otro lado enseguida mientras un leve rubor, que el rubio notó, se estampaba en sus pálidas mejillas—. En cuanto al teme, digo su demonio, que diga... ¿Cuál dices que es su nombre? —se mosqueó. 

—Sasuke —respondió Itachi con una sonrisa pequeña, sin ofenderse para nada. 

—Eso, ¿tengo que llamarlo Sasuke? Su pequeñajo me dijo Dobe...

—¿Eso dijo?

Naruto asintió.

—Y usuratonkashi —agregó.

—Me sorprende que no te dijera cerdo —suspiró Itachi, Naruto se cruzó de brazos—. No que lo seas, es que... bueno, tiene un mal hábito de tomar las palabras de sus conocidos. Sakura le dice a Ino, cerda, así qu-

—¿Sakura? —Naruto parpadeó—. ¿Conoces a Sakura-chan-ttebayo?

Itachi miró a todos lados confundido y Naruto carraspeó, volviendo a su posición inicial de badboy. Con los ojos desinteresados y los brazos cruzados.

—Es decir, ¿Qué Sakura? —No podía ser coincidencia si había mencionado a Sakura e Ino y cerda en la misma oración, pero uno nunca sabía. Itachi asintió, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón.

—Am, Haruno.

—Vaya, el mundo sí que es pequeño, ¿huh, señor Uchiha? Ella estudiaba conmigo, nos graduamos juntos en la secundaria —comentó con las mejillas rojas—. Le pedí que saliéramos pero nunca me dio chance, de todas formas, ¿qué le importa eso a usted? Discúlpeme, hablo mucho cuando me pongo nervioso, no es que estoy nervioso, bueno no por usted, es decir, yo... ¿Le gusta el ramen? —se acercó a él con una sonrisa. 

Itachi abrió la boca, la cerró y volvió a abrirla un par de veces hasta que suspiró.

—Ah, sí, quería hablarte de Sasuke —continuó—, verás... Es un chico difícil, creo que pudiste verlo hace un rato, entenderé si te rindes con él y no quieres ayuda-

—¿Rendirme? —Naruto lo detuvo—. Naruto Uzumaki nunca se rinde, señor Uchiha, y para que lo sepa, hará falta mucho para que ese pequeño teme consiga deshacerme de mí. Es más, no lo hará, puedo apostar. 

Itachi sonrió.

—¿Apostar, dices?

Naruto maldijo por lo bajo al ver la mirada del Uchiha pero asintió. No se iba a retractar.

—Sí, es más apostemos. 

—Bien, no duras un mes con nosotros —apostó Itachi, sonriendo de lado.

—¿Un mes? ¡Pfft! Apuesto a que duro un año —le sacó la lengua. 

Itachi arqueó la ceja. 

—Bien, apuesta aceptada... Si yo gano, me gustaría una cita contigo —dijo Itachi, ni siquiera supo por qué lo hizo, sólo salió, pero a juzgar por el rostro de Naruto no le disgustaba la idea así que no se retractó y siguió con su mentón en alto—, ¿qué vas a querer? —añadió una sonrisa de lado. Naruto se pasmó. ¿Una cita con él? Sus mejillas se encendieron, al ver el rostro victorioso de Itachi se sacudió la cabeza y se cruzó de brazos, empinándose un poco para verse más alto.

A Itachi le parecía muy tierno.

—Ramen —dijo el rubio, entrando en razón y tratando de verse lo más serio posible, realmente no era mucho pero lo intentaba—, quiero un cupón ilimitado de Ichiraku ramen por todo un año.

—Bien —afirmó Itachi, y se dio media vuelta para ir a abrir la puerta. 

—Itachi —lo llamó. 

El azabache se detuvo y movió un poco la cabeza para darle a entender que lo escuchaba. 

—¿No crees que eres muy optimista? Sabes que duraré, no hay nada que ese niño pueda hacer que quiera hacerme rendir —afirmó, Itachi sonrió y movió la cabeza—. Sólo digo... que si quieres una cita conmigo, deberías reconsiderar tu premio o jamás lo tendrás.

Itachi le miró de reojo.

—Tomaré tu consejo —dijo, poniendo su mano en la manija de la puerta dispuesto a salir del cuarto—, si yo gano y tú no duras un mes con nosotros, tendrás que hacer los deberes de mi casa por un mes más y trabajar con nosotros —Abrió la puerta, saliendo sin mirar atrás. 

Naruto parpadeó cuando lo vio salir y pensó en lo que decía. ¡Eso ni siquiera tenía sentido!

—Y Naruto —el rubio dio un salto al verlo asomar la cabeza de nuevo.

—¡Demonios, me asustaste-ttebayo!

—Mañana tengo un parcial, así que te agradecería que empaques rápido para poder irnos a casa —le guiñó el ojo y se fue del lugar. Naruto se sonrojó y volteó a ver su equipaje.

—Estás sonrojado.

Naruto soltó un chillido y se volteó a ver a su madre con un rostro de terror, la cual se comenzó a reír y negó con la cabeza al ver a su hijo de esa manera. Lo había visto desde que Itachi llegó, normalmente Naruto habría estado más renuente a la idea de un trabajo pero al parecer, y aunque se negara a admitirlo, el joven Uchiha había llamado su atención, siendo la primer persona que lo hacía fuera de esa pelirosa chiclosa que no consideraba digna de su bebé. 

—¡Mamá!

—Oh, ¿te asusté Naruto? —Kushina se rió por lo bajo.

—Eres mala-ttebayo —se quejó.

—Si fuera mala no habría venido acá para ayudarte a empacar, así que andando, Itachi luce muy cansado y lo mejor es que descanse para su parcial. ¿No crees? 

Naruto asintió.

—¿Seguro que aguantarás a Sasuke-kun sin ayuda? Puedo ir de vez en cuando a ayudar —dijo.

—Mamá... puedo trabajar por mí mismo, ¿sabes? 

—Solo decía —se encogió de hombros y Naruto sonrió.

Itachi miraba a Sasuke hablando con Minato tranquilamente y sonrió.

—Realmente se lo agradezco, Minato-sama, me ha salvado la vida —aseguró con una sonrisa.

Minato y Sasuke se voltearon a verlo y el mayor asintió.

—No hay de qué, Itachi, estoy feliz de ayudar a los hijos de mi mejor amigo —dijo, levantándose del sillón—, si hay algo que necesiten, solo tienes que llamarme. ¿Está bien?

—Gracias —Itachi se permitió abrazar al mayor, para sorpresa de su hermano menor que quedó estupefacto al verlo. Minato solo sonrió.

Luego de separarse, Itachi tomó a Sasuke en brazos y se sentó con él a esperar al lindo rubio. Por dentro se preguntaba si toda la vida había sido gay, no estaba muy seguro porque no había tenido mucho interés por nadie en específico, quizá Shisui pero era más bien admiración. Frunció los labios, no había punto de comparación, Naruto era... diferente, a todo lo que conocía.

—¡Estoy listo-ttebayo! 

Sasuke alzó la mirada primero y rodó los ojos, antes de mirar a Itachi.

—¿En serio tiene que acompañarnos?

—Sasuke, él va a encargarse de la casa y de ti mientras yo no estoy —le indicó.

El azabache de cinco años se cruzó de brazos.

—¿Y Sakura?

—Sakura-chan va a entrar a parciales pronto, pequeño demonio —Naruto sonrió, terminando de bajar las escaleras junto a su madre y con sus maletas. Sasuke lo miró mal y ambos se sacaron las lenguas, sacándole una sonrisa a los demás adultos—. Como sea, ahora seré yo-ttebayo. 

—Hablas raro —se quejó el menor.

—¿Y tú no? —Naruto le levantó una ceja burlonamente.

—Bien, si ya está todo listo, lo mejor es que nos vayamos ahora mismo —dijo Itachi, levantándose y mirando a Naruto, este solo asintió y se comenzó a despedir—. Sasuke, dile adiós a Minato y Kushina-san. 

—Adiós, Miato y Kushia-san. 

—¡Kawaii! —chilló la pelirroja sonriente—, adiós Sasuke-kun, adiós Itachi-san. 

—Hasta luego, señores Namikaze —Itachi abrazó de nuevo a los adultos y con una sonrisa, cargó las maletas del rubio—. Sasuke y yo estaremos esperándote en el auto, Naruto.

—Gracias-ttebayo.

Itachi asintió y salió del hogar de los Namikaze Uzumaki con destino a su auto junto con Sasuke, mientras Naruto se despedía de sus padres. 

—Nos vemos en un par de meses, cariño —Kushina le guiñó el ojo. 

—O en un par de años —Minato sonrió. 

Naruto achicó los ojos.

—No puedo creer que hayan apostado-ttebayo.

—Tú lo hiciste —lo acusó su padre.

—Ya verán que no me voy a rendir y les voy a demostrar a todos que puedo aguantar-ttebayo.

—Así se hace —Minato le dio un beso en la frente.

—Preferiblemente si solo aguantas un mes —Kushina lo besó en la mejilla. 

Todos rieron y negaron con la cabeza.

—Bien, ahí voy —ambos le desearon suerte y Naruto salió, le parecía tan extraño todo. 

—¿Estás bien? —Itachi lo ayudó a bajar mientras le sonreía, Naruto se sonrojó, aceptando la ayuda y ambos se acercaron al auto. Naruto silbó.

—Lindo auto.

—Gracias, fue un regalo de mi padre —comentó, observando el Mazda 6 vinotinto.

Naruto lo miró de reojo.

—Cuando cumplí dieciséis —continuó Itachi—, dijo que sí tenía edad suficiente para tener un auto, lo mejor sería que tuviera un auto. No lo entendía... pero cuando sucedió el accidente —Itachi bajó la mirada—, bueno, el auto familiar quedó destruido completamente y el único transporte que tuvimos fue este. Es un buen auto —se recompuso, mirándole.

—Sí —Naruto le sonrió entristecido.

Itachi carraspeó.

—Muy bien, vamos allá, aún tengo que terminar un par de trabajos —le sonrió.

Naruto lo observó abrirle la puerta y entró en el auto de copiloto con las orejas rojas. 

—Pon la canción, nii-san —exigió Sasuke. 

Itachi asintió e iba a encender la radio pero la mano de Naruto se lo impidió, el rubio se giró a ver a Sasuke, quien de inmediato frunció el ceño.

—Se dice por favor —le replicó el rubio rápidamente. 

Sasuke miró a Itachi enojado y éste abrió los ojos. Tanto tiempo había sido todo así que ni siquiera lo había notado. ¿Tan mal trabajo estaba haciendo? Agachó la cabeza, pero Naruto insistió.

—Sasuke, se dice por favor —repitió Naruto.

—¿Por...?

—Sí...

—¿Por qué no te callas, dobe? 

Naruto suspiró.

—Escogeré yo la música, si no te molesta Itachi-san —dejó de ver al niño y solo fijó sus ojos azules en el azabache con coleta, quien arrancó el auto y asintió—. Muy bien —Naruto encendió la radio y buscó una emisora—. ¿Les gusta la música country? Porque yo la ador-

—¡Por favor, por favor, por favor! —Sasuke gritó—. Nii-san, por favor pon mi canción. 

Itachi rió levemente y le indicó a Naruto cual era, mientras el rubio sonreía de lado victorioso. 

—Muy bien, pongamos la canción —la mirada de Naruto hizo que Itachi se sintiera cohibido. 

¿Qué le hacía ese chico? Cuando lo había mirado de esa forma, miró al frente con una pequeña sonrisa, se había sentido en familia. Naruto sonrió sonrojado y disfrutó de la canción, mirando por el espejo retrovisor al pequeño azabache quien tenía un puchero y las mejillas rojas, no supo si por la rabia o por la vergüenza. 

Pero estaba feliz porque sentía que podía aportar su granito de arena, miró a Itachi, era muy guapo, no había conocido la primera persona que se viera tan bien con ojeras, pero a él parecía sentarle realmente bien. Tan asentadas, volvió la vista al frente, tenía que estar realmente cansado.

Tenía sentido.

¿Hace cuánto tiempo habría dejado de dormir bien? Sus padres murieron cuando él tenía veinte y seguramente la universidad no era fácil, aparte tener que preocuparse por su hermano, y sabía que trabajaba para poder usar la herencia familiar solo en casos que referían a su hermano. ¿Cómo lo sabía? ¡Él enloquecería!

Naruto soltó un pequeño suspiro. Él no podría con todo, solo tenía que pensar que cuando el abuelo Jiraiya murió casi se deja morir él también, no se imagina si hubiera tenido que cuidar de alguien más. Sus ojos voltearon de nuevo al espejo retrovisor donde Sasuke tenía una mirada más relajada y un poco cansada. 

Tenía cinco años y la única familia que le quedaba era su hermano mayor. 

—¿Se durmió? —preguntó Itachi. 

—No-ttebayo, pero está cerca —comentó.

—Suele dormirse en el auto siempre —replicó.

—Creo que es normal, es un niño —oyó a Itachi suspirar.

—Sí, eso creo —Itachi miró en silencio la carretera. Él no sabía que era ser normal o un niño. 

Desde que era pequeño su padre vio un gran potencial en él y se encargó de desarrollarlo al máximo, así que era cierto que cuando tenía solo cuatro años ya iba a una escuela especial para niños dotados. Su mirada estaba perdida recordando.

—Una moneda por tus pensamientos —le dijo Naruto con una sonrisa, captando su atención.

—Me distraje pensando lo bien que te verás en el uniforme de niñera —le guiñó un ojo. 

Naruto se sonrojó furtivamente e Itachi suspiró por lo bajo al haberse salvado de una posible charla sobre sus pensamientos. Honestamente, era una persona bastante reservada y cuando miraba a los azules ojos de aquel blondo lo único que quería hacer era confesar todos sus pecados como si se tratase de una deidad, aquello le aterraba. 

—Creí que dijiste que no tenían una-ttebayo.

—Ahora la tenemos —sonrió.

—Eres tan... Uchiha —murmuró, haciendo sonreír a Itachi—. Dime, Itachi, ¿por qué de repente?

—¿Hm?

—Tener una niñera.

—Sakura pronto iniciará parciales —respondió—, es la única que me ayudaba con Sasuke.

—¿Ino?

—A Sasuke no le cae bien.

—¿Y tus amigos?

—No le caen bien Sasuke.

Naruto se rió.

—Es un chico difícil, huh. 

—Sasuke era el hijo consentido —Naruto se giró a ver a Itachi confundido—, Sasuke tenía la impresión de que era al contrario, que era a mí a quien querían más, pero... A él no le exigían tanto, y simplemente lo dejaban ser...

—¿Estás bien? —Itachi parpadeó viendo aquellos zafiros y luego negó con la cabeza, volviendo su vista hacia el semáforo que acababa de ponerse en verde. ¡Ya había hablado de más!

—Sí, es sólo que no me gusta mucho hablar de mis padres —carraspeó—, me duele. A veces parece irreal que se hayan ido, es que siempre que ingreso a la casa falta el olor de yakisoba hecho por mi madre y a mi padre tomando café mientras leía el periódico, Sasuke jugando con su dinosaurio. Esas cosas.

Naruto observó en silencio como el semblante de Itachi se tensaba al hablar de eso. 

—¿Sabes que el yakisoba realmente es originario de China-ttebayo? —optó por distraerlo.

—No lo sabía. 

—Bueno, yo sí —Naruto se rió—, me gusta cocinar y la historia de los platillos que... 

—Asombroso.

Naruto sonrió, Itachi era la única persona en el mundo que podría decir algo tan borde y hacerlo sonar con tanta emoción sin siquiera mostrar un ápice de interés en su rostro, pero Naruto logró ver tras sus ojos. Tantas emociones recluidas en aquellos pozos ónix.

—Sí... Quería estudiar gastronomía —bajó la voz, Itachi al notarlo lo miró de reojo. 

—¿Por qué no lo haces? —curioseó.

—Los chicos en mi clase dicen que un hombre que cocina es gay —se encogió de hombros.

—Es una lástima entonces que no seas gay, moriría por probar tu comida —afirmó Itachi.

Naruto sonrió sonrojado.

—¿Qué es gay? 

Ambos se pusieron pálidos al escuchar la pregunta de Sasuke en el asiento de atrás.

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Segundo capítulo de HIPERSOMNIA.

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto, creador del manga y anime Naruto. Universo alternativo. Novela BL. Lee bajo tu propio criterio. Créditos de las imágenes a sus respectivos autores/as. Atente a las consecuencias en caso de leer.

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