Sanando nuestras culpas, segunda parte.

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los usa para escribir esta historia sin fines de lucro. Las imágenes no me pertenecen y los créditos son para quienes corresponde.

—¡Eres una artista!—Hinata se sonrojó con el cumplido de Madara. La apuesta familia Uchiha, había llegado a Konoha con la intención de asistir a la próxima fiesta de cumpleaños de los gemelos. Arreglaron todos sus pendientes y de ese modo podrían pasar unos días con sus familiares. Desde el día que los conocieron quedaron encantados con los tres y a esas alturas consideraban a la ex Hyuga como de su propia sangre.

Hinata y sus hijos llevaban cuatro años viviendo con los padres de Itachi. La reconstrucción de su hogar había estado llevando más tiempo del que ella creía. Entre los permisos, algunas fugas de gas y obstáculos que ni siquiera entendía, su hogar todavía no era habitable. Luego intentó alquilar otro sitio, puesto que ya no pretendía incomodar a los Uchihas, pero cuando les dio la noticia, ellos se pusieron muy tristes, ademas, Sasuke se había mudado a Tokio por petición de Madara. Él era el único que los podía ayudar a capacitar los trabajadores en las empresas de la familia, mientras que Obito y su esposa se mudaron a Konoha como su reemplazo. Los padres de Itachi, le hicieron ver lo solos que se quedarían, sin olvidar, lo mucho que sus niños se habían aquerenciando a ellos... mentiría si decía que esas personas no la habían hecho sentir en casa. Desde que se apegó a ellos, sintió el calor de una familia, algo que sólo Itachi le ofreció durante el tiempo que estuvieron juntos y finalmente desistió de querer mudarse aceptando quedarse con ellos.

De no ser por el intercambio de Sasuke, no creía que todavía pudiera estar con ellos. Tal como se lo aseguró Mikoto, el hermano menor de Itachi nunca volvió a molestarla. Se sintió muy mal cuando se enteró que él se iría a otro sitio, incluso pensó que lo hacía por culpa suya, fue entonces, que todos los Uchihas viajaron solo para hablar con ella y hacerle ver los verdaderos motivos por los que el hermano de su esposo se marchaba por un largo tiempo. A partir de su traslado, Hinata lo miró sólo unas pocas ocasiones, como en la fiesta de cumpleaños número dos y tres, de los gemelos. Donde los abuelos prácticamente tiraron la casa por la ventana. El primer año, Hinata no quiso hacer algo grande, pues ella todavía no lograba superar la muerte de su esposo. El segundo año, no es que estuviera mejor, sin embargo, todos sus amigos apoyaron a los Uchihas y no le quedó más remedio que aceptar y ya para el tercer cumpleaños, le fue un poco mas sencillo.

Muchas personas asistieron a las fiestas infantiles, entre ellas, la mayoría de sus amigos, tales como Kakashi, Jiraya, Gaara, Ino, Toka, el pequeño hijo de la pareja, Temari y su esposo Shikamaru, Tsunade, Shizune, Kushina y Minato, entre los que podía recordar, pues las amistades de los Uchihas eran muchas. Las fiestas fueron muy lindas y sus gemelos lo disfrutaron al máximo, sobre todo por los caballos que llevaron para dar paseos a los más pequeños, ademas de los payasos y otras atracciones adecuadas a su edad.

Sasuke llegó acompañado de la médica Haruno, Naruto Namikaze un agradable rubio de hermosos ojos azules quien dijo ser de sus mejores amigos y también era el hijo de Kushina y Minato. Suigetsu y Jugo, dos agradables personas quienes al igual a Naruto, también se veían muy cercanos. El azabache la saludó con cortesía... Itachi y Neji parecieron cómodos con él y ni hablar de cómo se apegaron a Naruto, así que bajo un poco la guardia.

Ella continuó trabajando en el centro comercial y los abuelos cuidaban los niños, incluso le acondicionaron una habitación para que también la utilizará en la mansión. Fue en ese sitio, donde Madara se encontraba luego de recibir un recorte de cabello. Izuna por su parte, se veía en el espejo dado que también él, recibió un servicio completo en su larga melena.

—Me da mucho gusto que sea de su agrado—respondió entregándole un espejo.

—Te aseguró que desde la primera vez que nos cortamos el cabello contigo, te hemos sido fieles y no vamos con nadie más—repuso Izuna sonriendo.

—Es la primera vez que cuando pido sólo un recorte, no se termina convirtiendo en algo lamentable—Madara negaba con la cabeza al recordar las veces que le cortaron mas de la cuenta y por poco termina incendiando el salón, no en balde, ya eran muy pocas las personas que se atrevían atenderlos, pues los Uchihas tenían cierto fetiche por el cabello.

—Estos dos cuidan mas de su cabello que de las personas—soltó Shisui, quien entró acompañado de su esposa Tenten. La chica era muy agradable y pronto se hizo muy cercana a la ojiperla.

—Tu lo dices por envidia—reprochó Madara—tu cabello no tiene nada de atractivo, ni gracia, en cambio el nuestro—mostró la cabellera con orgullo.

—Itachi también era muy cuidadoso con su cabello y desde que nos conocimos, fui yo quien se encargó de cuidarlo por él—todos se quedaron en silencio. Habían pasado cuatro años desde la muerte de Itachi y el corazón de Hinata aún no había sanado. Mikoto y Fugaku se preocupaban mucho por ella, dado que su único motivo para vivir eran sus niños. Mikoto incluso le ofreció salir con amigas, ella era muy joven y aunque era triste, debía seguir su vida, volver a darse la oportunidad de amar. Los abuelos sólo rezaban para que encontrará a un buen hombre que quisiera mucho a los niños.

—Miren quienes vinieron a saludar a sus tíos—Rin y Obito entraron sosteniendo a ambos niños. La ojiperla terminó de limpiar dejando el piso impecable y sonrió ante la llegada de sus angelitos.

—¡Mamá!—la llamó Itachi y corrió hacia ella apenas lo colocaron en el piso. Los dos gemelos la adoraban, pero Neji era menos expresivo frente a las personas, mientras Itachi, no se inmuta al demostrarle cuanto la amaba. Los Uchihas decían que Neji tenía prácticamente la misma personalidad de Sasuke. La ojiperla no conocía bien su personalidad, sólo lo poco que lo había tratado, aunque a partir de la llegada de los familiares, todo iba a cambiar, pues el hermano de Itachi había terminado el entrenamiento y ya no tenía que marcharse de Konoha. Aún no sabía cómo se manejarían las cosas con él allí pero tampoco pretendía alejarlo de sus padres, después de todo, si no la molestaba como lo hizo en el pasado, a ella no le importaba su presencia.

—Ven aquí mi amor—Itachi llegó corriendo y segundos después se acercó Neji, él también quería estar cerca de su madre, especialmente cuando había otras personas a su alrededor. Los dos niños llevaban los cuervos a todos lados, tal como lo hacía el padre. Verlos era como regresar en el tiempo, la única diferencia eran los llamativos ojos de Neji con el tinte lila como los de Hinata—¿Ya tienen hambre?—ambos asintieron—¿Quieren dangos?

—La abuelita Mikoto dijo que prepararía sopa de tomate, pero no han regresado desde que se fueron—afirmó Neji cruzandose de brazos.

—Ellos están ocupados, pero yo la prepararé para ustedes ¿que les parece?—los adultos se dedicaron a mirar evitando sonreír ante los reproches de Neji. A pesar de tener apenas cuatro años, eran muy maduros y aprendieron a leer desde tiempo atrás. Hinata dedicaba su tiempo libre a enseñarles. Disfrutaba mucho hacerlo ya que se reía con las ocurrencias de ambos y al hacerlo, evitaba pensar en el dolor que permanecía dentro de ella.

—Pero yo quiero dangos—se quejó Itachi. Los niños hasta en esos pequeños detalles se asemejaban a los mayores, pues tal como lo afirmaba la familia, Neji era muy similar a Sasuke, mientras que Itachi compartía los gustos y el carácter de su padre.

—Está bien, haré la sopa de tomate y también los dangos ¿de acuerdo?—los dos sonrieron complacidos.

Las empleadas ya se habían acostumbrado a ver a la joven madre cocinando para todos, en los días que no trabajaba en el salón. Tenten y Rin la acompañaron hasta la cocina mientras los varones incluyendo los gemelos, se fueron a la sala. Les gustaban mucho Madara e Izuna, cada vez que los visitaban, se encargaban de consentirlos de la misma manera que hicieron con Itachi y Sasuke a esa edad.

—Regresamos—Mikoto y Fugaku sonrieron al momento de recibir a los dos nietos, quienes saltaron del regazo de Madara, para ir al encuentro de los abuelos. La pareja había salido para encargarse personalmente de los últimos detalles referentes a la fiesta de cumpleaños.

—Miren quien está de regreso—ambos niños miraron por encima del hombro de Fugaku quien los cargaba en ese momento y enfocaron a Sasuke. Ellos se sentían bien con el hermano de su padre, sin embargo, lo veían muy poco y no se mantenían apegados a él como lo estaban con Obito, quien prácticamente los visitaba tres o cuatro veces por semana, acompañado de Rin, Akane y Sayuri, las hijas de ambos, una de siete años y la otra de cinco. La estancia de Obito en Konoha les permitió verse a menudo, cosa que no sucedió con Sasuke.

—¿Que pasa? ¿No piensan saludarme?—el azabache se estremeció al ver a sus dos sobrinos, tal como le sucedía cada vez que los tenía cerca. Años atrás, surgió la oportunidad de marcharse a Tokio en un tipo de intercambio y ya habiendo aceptado la presencia de la Hyuga en la vida de sus padres, no dudó en prácticamente huir. Era lo menos que podía hacer después de portarse tan mal con ellos, sin embargo, esa decisión terminó doliéndole en lo más profundo de su alma, pues estando cerca de esos niños, era como una forma de también estarlo de Itachi.

—Hola tío Sasuke—la sorpresa que recibió al escucharlos fue muy grande, él tenía casi un año sin verlos y la última vez, todavía no expresaban correctamente como lo acababan de hacer, sin dejar de lado el intento de reverencia hecha por los pequeños cuerpos.

—¡Vaya que han crecido!—estrechó las manos con ellos y les sonrió—¿Me ayudan a llevar esto a mi habitación?—les mostró el bolso de la computadora portátil y otro con documentos importantes. Los menores miraron a los abuelos en busca de aprobación y ellos asintieron.

—¿Usted vivirá aquí?—cuestionó Neji con curiosidad. Sasuke sintió que le dolió el pecho al escucharlo dirigirse a él con tanto respeto, ni siquiera lo tuteaban como lo hacían con el resto de la familia. No podía culparlos, el único culpable era él, por huir de los tres, en lugar de quedarse y ganárselos. Sin duda, tendría que comenzar desde cero.

—Así es y espero que nos podamos conocer mejor—Itachi sonrió y se apresuró a tomar el bolso de la computadora, mientras que Neji no mostró expresiones al momento de tomar el otro bolso y seguir al azabache con el restó del equipaje.

Sasuke abrió la puerta de su habitación y dejó entrar a los menores. Ellos comenzaron a escudriñar todo, pues era la primera vez que entraban en ese sitio. Su madre se los tenía prohibido, diciendo que debían respetar la propiedad de las otras personas. Sasuke no pasó desapercibido el comportamiento de los niños y le pareció extraño.

—¿Usted sabe que mañana cumplimos años?—preguntó Itachi sin dejar de caminar por toda la habitación. El azabache sonrió y enfocó al otro niño, el cual se había quedado quieto mirando la fotografía de Itachi y él, cuando eran niños.

—Si, lo se—respondió fingiendo no ver lo que hacían.

—Que bien... sólo quería estar seguro—Itachi se acercó a dónde veía Neji y sin pensarlo, tomó el marco en sus manos—¡Wow! Es papá y... ¿es usted el que está con él?—la fotografía era de las pocas donde Itachi sostenía dos cuervos y Sasuke sostenía el otro, junto al elefante. Esa fue la última vez que tuvieron los peluches favoritos de su hermano, ya que durante ese paseo, él los arrojó por la ventana del auto mientras Itachi dormía. Molestó por la falta de atención por parte de su hermano mayor, se deshizo de ellos sin que nadie lo supiera. Tenía apenas cuatro años para comprender la magnitud de sus acciones, sin embargo, la culpa lo golpeó al ver a Itachi buscando por todos lados sin obtener resultados. Aunque nunca se lo reclamo, su hermano sabía quién fue el responsable. Lo comprobó cuando le entregó sus ahorros para comprar otros peluches y se negó diciendo que no sería lo mismo. Esa fue la primera de muchas culpas que cargo en torno a Itachi.

—Éramos tan pequeños y mi hermano siempre cuidaba de mí—ambos lo miraron y luego volvieron a enfocar la fotografía—él fue el mejor hermano del mundo—a partir de ese comentario, ambos niños se sintieron con mas confianza, especialmente Neji, quien bajó un poco su desconfianza hacia el hermano de su padre.

Los tres bajaron las escaleras y se unieron a los otros en la sala. Los menores se fueron al lado de Fugaku mientras Sasuke no dejaba de mirarlos.

—La comida está lista, pasen al comedor—la ojiperla les indico a todos sonriendo, luego enfocó a sus pequeños—¿Quienes pidieron sopa de tomate y dangos?—el recién llegado reaccionó de inmediato ante esa dulce voz. En las pocas ocasiones que la miró, se reprendía por encontrarla encantadora. La última vez que se encontraron fue un año atrás, durante la fiesta de los niños y desde entonces, tenía sueños subidos de tono, con ella de protagonista.

A pesar de ya saber sobre el regreso de Sasuke, Hinata no sabía que ya estaba en la mansión, pues se mantuvo en la cocina respondiendo las preguntas de Tenten sobre embarazos. Rin era quien más sabía, dado que sus hijas eran mayores, pero a la castaña le interesaba la información de ambas, dado que llevaba cuatro meses de embarazo.

Mikoto se unió a ellas disculpándose con la ojiluna por no preparar la sopa de su nieto y la joven la tranquilizó, pues una vez que entraba en la cocina, ella cocinaba para todos y en esa ocasión, se permitió invitar a la familia para que se quedaran a comer con ellos.

Ese día preparó arroz con pollo frito, sopa de tomate y de postre, dangos con rollos de canela.

—¡Genial!—ambos niños se fueron con su madre y los varones los fueron siguiendo hasta el comedor donde ya los esperaban Tenten, Rin, las niñas y Mikoto. Los niños ocuparon sus lugares, los cuales tenían un asiento elevado y así podían alcanzar la mesa. No era extraño mirar cosas como esa en la gran mansión Uchiha. Hinata se sentaba en medio de ellos, de ese modo podía ayudarlos con lo que necesitaban. Mikoto ocupaba la silla seguida de Neji, mientras que Fugaku ocupaba el frente cerca de su esposa.

La ojiperla sonrió mirando como Madara ocupaba el lugar opuesto a Fugaku, con Izuna, Obito, Rin y las niñas. Por el otro lado. Seguidos de Itachi, se sentaron Tenten y Shisui. Ella veía los rostros de sus niños y cuando levantó la mirada al frente, palideció.

Sasuke deliberadamente eligió la silla frente a la Hyuga y fue claro su desconcierto al verlo—¿Como estás Hinata?—ya todos sabían lo sucedido entre ellos y se quedaron en silencio esperando la reacción de la joven ante el inminente regreso del muchacho.

—Estamos bien, gracias por preguntar—respondió de manera neutral, sin embargo, fue lo suficiente para aminorar la preocupación de los otros.

—El tío Sasuke se quedará a vivir aquí—repuso Itachi mirando a su madre, mientras las empleadas servían los platillos. El corazón de la chica se aceleró. Sabía que ese día iba llegar, no obstante, le resultó incómodo verlo tan de cerca y no pudo evitar preguntarse si era buena idea vivir en el mismo lugar. Evitando sus oscuras orbes, se enfocó en sus suegros y se sintió culpable por sus pensamientos. Ellos se veían felices compartiendo con toda la familia, especialmente, mientras le contaban a Sasuke sobre lo inteligentes que eran los gemelos... No, ella no podía romper ese ambiente familiar. Si el hermano de su esposo se comportaba como debía hacerlo, ella no tenía motivos para marcharse, después de todo, sus amigos estaban conformes con la decisión de vivir en casa de los Uchihas, incluso la visitaban cada vez que querían y siempre fueron bien recibidos.

—Él nos mostró su habitación y miramos una fotografía de papá con él, cuando eran pequeños—añadió Neji—también nos dijo, que papá fue el mejor hermano mayor—Hinata levantó el rostro y de nuevo sus orbes se encontraron con las de Sasuke. Se sorprendió por lo dicho, pues prácticamente acababa de llegar y sus niños ya parecían admirarlo, ademas, su corazón dolió cuando escuchó lo último. Itachi también fue el mejor esposo y de estar con vida, sería excelente padre. Trago saliva y sus perlas brillaron conteniendo las lágrimas. Desvió la cabeza e intentó con todas sus fuerzas, no llorar, no quería arruinar la comida, sin embargo, esa era la misma reacción que tenía cada vez que recordaba a su amado esposo.

Sasuke pronto se percató de lo que estaba por suceder y comprendió finalmente lo dicho por sus padres cuando hablaban de ella. La esposa de Itachi, aún no lograba reponerse de su muerte.

—¿Y que van a querer de regalo mañana?—se apresuró a cuestionar Izuna, notando lo que estaba por suceder y afortunadamente logró su cometido atrayendo la atención de los gemelos.

—Tío Kakashi y mamá, prometieron llevarnos a la tienda de Legos, luego al carnaval—la joven madre reaccionó limpiándose la humedad en sus ojos al escuchar a Neji mencionar la salida del día siguiente. Kakashi era uno de los amigos de Itachi y desde que ella enviudó, se mantuvo al pendiente de lo que pudiera necesitar, incluso, también era bienvenido en la mansión Uchiha. El peli-plata llevaba mucho tiempo tratando de sacarlos a dar un paseo, sin embargo, ella no aceptaba, ni siquiera Mikoto y Fugaku lograron convencerla. Los gemelos le habían tomado mucho aprecio y cuando les ofreció ir a la tienda de Legó, luego al carnaval, ellos asintieron de inmediato, no quedándose más remedio que aceptar.

—Esa es nuestra tienda favorita—añadió la hija menor de Obito y su hermana asintió entusiasmada.

—¿Kakashi?—cuestionó Sasuke con el ceño fruncido.

—Si, el detective compañero y amigo de tu hermano... él viene mucho por aquí, pero tu ya lo conoces—aclaró Mikoto con una sincera sonrisa dirigida a la joven madre. Sasuke conoció al tipo cuando murió su hermano y lo único que supo, era que fue amigo de Itachi ¿porque los invitaba a salir?

Fugaku sonrió mentalmente, pues la fiesta de cumpleaños era inspirada en carnaval y los regalos eran Legos. Sus nietos no tenían idea de la fiesta y ya quería ver sus pequeños rostros cuando llegue el momento de averiguarlo.

—La comida está deliciosa Hinata, Madara casi se terminó todo—elogió Izuna, mientras el mencionado continuó degustando lo último de sus platos.

—Mi mami y mi abuela Mikoto son las mejores—Sasuke miró la comida y finalmente comenzó a comer. La sopa de tomate era realmente buena. Se sumergió en los recuerdos del pasado, cuando eran niños y su madre cocinaba la sopa para él y los dongos para Itachi. De nuevo volvió a clavar su mirada en ella y fue lo suficientemente demandante, puesto que ella también lo miró por unos momentos, antes de dirigir su atención en los niños.

[...]

—¡Sorpresa!—Hinata sonrió mirando la sorpresa en sus pequeños. Ellos se habían ido temprano con Kakashi hasta el centro comercial, dónde se reunieron con Konan Yahiko y Nagato, también compañeros de Itachi, los cuales se hicieron muy cercanos con la madre y los niños.

Llegada la hora de regresar, Konan informó que ya no había carnaval y los pequeños se decepcionaron, así que regresaron a la mansión Uchiha, donde ya todos los invitados esperaban por ellos.

Corrieron a los brazos de sus abuelos, aún mirando con incredulidad, luego fueron acaparados por Ino y Gaara.

—¿Les gusto la sorpresa?—Ino alzó a Neji y lo atacó a besos, mientras el pequeño se sonrojaba.

—Ya no soy un bebé madrina—Ino y Gaara eran los padrinos de Neji. La rubia siempre hacía eso con ambos niños, pero a diferencia de Itachi quien no se quejaba, Neji si lo hacía, incluso con su madre cuando no estaban a solas. Shisui y Tenten eran los padrinos de Itachi—he crecido mucho—Neji no encontraba la manera de decirle que ya no lo cargara.

—Para mi siempre serás adorable, al igual que tu hermano... ¡Ven aquí Itachi!—Neji aprovechó para huir, mientras su hermano se resignaba a los mimos de su madrina, sin embargo, el pequeño no llegó muy lejos, ya que chocó contra Kushina, quien solía hacer lo mismo que Ino.

La celebración continuó durante toda la tarde y todos los niños fueron quienes más se divirtieron. Gaara, Jiraya y Kakashi se sentían complacidos al verlos alegres, llenos de vida y era en momentos como esos, que mas recordaban lo feliz que sería Itachi de verlos crecer.

—¿Estás bien?—Kakashi se acercó hasta Hinata, al verla un poco alejada de los invitados. La fecha del cumpleaños de los niños, coincidía con la muerte de Itachi, lo que la ponía muy melancólica.

—Si, es sólo que... bueno, ya sabes—con los amigos de Itachi no tenía que fingir y pronto se hecho a llorar. Hatake la abrazó contra su pecho e intentó tranquilizarla, del mismo modo que lo hacía cuando sucedía.

Sasuke miró la escena con el ceño fruncido, sin lograr entender porque le molestaba—¿Que te pasa teme?—Naruto había formalizado su relación con Shion, una secretaria que trabajaba en las oficinas Namikaze, aunque siempre estuvo enamorado de Sakura, con el tiempo comprendió que nunca llegarían a nada.

—Estas muy serio ¿algo te molesta?—cuestionó Sakura, quien colgaba de su brazo. La médica continuó a su lado, a pesar de no obtener nada más que algunas noches de sexo, mismo que también tenía con otras chicas, como era el caso de Karin Uzumaki, la prima de Naruto. Durante el tiempo que vivió en Tokio, fue con ella con quien se iba en busca de bajarse las ganas.

—Todo bien—respondió sin interés, sin embargo al no apartar la mirada de la Hyuga, sus amigos también dirigieron su atención a donde se hallaban Hinata y Kakashi.

—Ella se pone así días antes de esta fecha—aclaró Naruto con nostalgia—el cumpleaños de los gemelos, coincide con la muerte de Itachi... el año pasado sucedió lo mismo, ella no ha logrado sanar la tristeza, a pesar de obligarse a parecer fuerte frente a los niños—Sasuke sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Eso explicaba lo sucedido el día anterior durante la comida.

...

—¡Es hora de partir el pastel!—gritó Mikoto y en segundos, los niños rodearon la mesa. Ya mas recompuesta, Hinata encendió las velas y todos les cantaron.

—Pidan un deseo mis amores—ambos pensaron durante unos segundos y soplaron las velas apagándolas todas con éxito. Toka, el hijo de Ino, fue el primero en acercarse a ellos. Los tres pequeños eran inseparables, tal como lo fueron las madres.

Uno a uno, los familiares se acercaron a tomarse fotografías con ellos, incluso Naruto y Shion, dado el aprecio que les tenían a ellos.

—¡Vamos Sasuke, ven con nosotros!—Hinata se tensó al escuchar a Mikoto pedirle al varón su presencia durante la fotografía familiar. El año pasado sólo fueron los abuelos, junto a ella y sus hijos, sin embargo, ahora también estaría él.

—Colóquese del otro lado—pidió el fotógrafo al azabache. Sasuke se había parado junto a sus padres, pues no quería incomodar a la chica, sin embargo, ahora lo mandaban justo a su lado—las dos damas en medio y cada uno de ustedes, cargué a uno de los niños—la ojiperla miró como Itachi era sostenido por Sasuke y suspiró aliviada por la expresión de su hijo. Neji no tenía problemas por estar con su abuelo, así que no protestó y prestó atención al fotógrafo—Ahora una más juntos—Fugaku se apegó a su esposa, mientras que Sasuke hizo lo mismo con Hinata.

—Será una bonita fotografía familiar—soltó Madara al mirarlos juntos, incluso parecía que Hinata y Sasuke eran pareja, lo cuál hasta ese momento, nunca le pasó por la cabeza, sin embargo, la idea no parecía descabellada sino todo lo contrario. Quizás Sasuke sea la clave para sanar el herido corazón de esa pobre joven.

—Ahora una con ustedes cuatro—Hinata trató de argumentar cuando el fotógrafo sugirió quitar a los abuelos dejándola con Sasuke y sus hijos—júntense un poco más—el azabache mayor, sostenía a los dos niños y se colocó al lado de Hinata, logrando que incluso Mikoto y Fugaku, pensaran lo mismo que pensó Madara.

La última fotografía fue sólo de los niños con Sasuke. La ojiperla observó de frente y un escalofrío le recorrió la columna. Algunos de los rasgos de Sasuke, se asemejaban con los de Itachi. El corazón le latía con irregularidad ¿cómo no había notado eso antes? Quizás porque las pocas veces que lo miró, fue con desconfianza y no se permitió apreciar sus rasgos, no obstante, los recuerdos la llevaron al día en que lo conoció, e incluso, lo confundió con Itachi. Consternada se llevó la mano al pecho y sus orbes se encontraron con las de él ¡He ahí la gran diferencia! Esa mirada no se parecía a la de Itachi.

—¡Cielos...! Tu cuñado se parece mucho a Itachi—repuso Ino quien llegó al lado de la ojiluna—Quizás sea el corte de cabello o tal vez, lo bien que se ve con los niños ¿no lo crees Hina?—la mencionada asintió sin dejar que eso le afectara. Ino al igual que ella, conocía muy poco al hermano de Itachi, por lo tanto, también a ella le causó la misma impresión. Sasuke se había dejado crecer el cabello y ahora caía hacia atrás como el de su hermano, aunque no al punto de necesitar amarrarlo—Es una lástima que sea un cabron—la Hyuga se atragantó con su propia saliva, gracias al comentario de Ino, el cual más personas escucharon.

—¡Mamá! ¿Estás bien?—ambos niños se acercaron corriendo hacia su madre. En ese aspecto, ambos eran iguales, dado que cuidaban mucho a su madre y al escucharla toser, no dudaron en ir ayudarla. Ino se encogió de hombros mientras atrajeron miradas de algunos invitados, especialmente la de Sasuke.

[...]

Tiempo después de la fiesta, los Uchihas regresaron a Tokio. Obito se había acostumbrado tanto a la vida en Konoha, que luego de hablarlo con su esposa, optaron por quedarse permanentemente. Ese hecho lleno de alegría a Hinata, pues sus hijos tenían mas familia cerca. Sasuke también se quedó y pronto su presencia en toda la mansión Uchiha fue evidente. Llevaban mas de un mes viviendo bajo el mismo techo y los cambios no se hicieron esperar. El primero y más notorio, fue la cercanía de los gemelos hacia él, incluso aparecía inesperadamente en la alberca y la ayudaba con las clases de natación de los niños, como también en el parque cercano, donde la ojiperla y algunas tardes, Kakashi los enseñaban a usar la bicicleta.

Sasuke no sabía que le estaba pasando con los tres, pero disfrutaba mucho pasar tiempo con ellos. Esos dos niños pronto lo atraparon y deseaba enseñarles todo lo que él pudiera, no sabía si el apego se debía a querer cuidarlos, o quizás, a la cercanía con la madre, lo cierto era que odiaba ver a Hatake con ellos. Aún cuando sus padres le dijeron que él sólo cuidaba de los tres, Sasuke no lo creía y aseguraba que ese hombre estaba interesado en la Hyuga ¿y cómo culparlo? ¿Cómo podía juzgarlo? Si él se sentía muy atraído hacia esa encantadora mujer.

Sus padres tenían razón, Hinata era como una luz, la cual iluminaba hasta los lugares mas oscuros, sin embargo, no lograba sanarse a si misma. Ella reía genuinamente con los niños, pero la mayor parte del tiempo, sus hermosas orbes se veían tristes, sin brillo. Hinata logró llevarse la tristeza de ellos, quienes se encargaron de menospreciarla, pero no lograba curarse a sí misma. Verla llorando en la fiesta de los gemelos lo hizo sentir culpable, luego la encontró por casualidad en el cementerio.

No logró explicar con palabras, como se sintió al escuchar su amargo y doloroso llanto mientras hablaba con la tumba de Itachi.

Perturbado por el dolor de la joven, sintió sus orbes derramando lágrimas de arrepentimiento ¿cómo pudo pensar que ella era una mala persona? Hinata amaba demasiado a su hermano, lo amaba tanto, que ni siquiera la muerte podía matar ese sentimiento tan grande.

A pasos lentos se acercó hasta ella y la abrazó despacio. Ella se tensó al sentir que alguien invadió su espacio y hasta se atrevió a tocarla, pero en cuanto sus orbes se encontraron con las de Sasuke, notó lágrimas en ellas, al igual que dolor. La chica se dejó consolar por la persona que menos hubiera pensado.

—Perdóname por todo lo que te hice, por darle la espalda a mi hermano, por no ayudarte cuando más necesitabas que alguien lo hiciera—los sollozos de la chica se detuvieron creyendo que no había escuchado bien, no obstante, los pedidos de perdón, no cesaron hasta que no soltó todo lo que llevaba por dentro—Nos has dado tanto y yo en cambio me encargué de humillarte... a ti, a la mujer que hizo feliz a mi hermano y como si de un ángel se tratara, llegaste a nuestra vida logrando sacar a mis padres de la oscuridad donde se quedaron por la culpa—la abrazó fuerte en un intento de aliviar mutuamente el dolor—No me alcanzará la vida para agradecer por aceptarnos a pesar de no merecerlo.

—Eso es el pasado y es mejor dejarlo atrás—repuso la ojiperla separándose un poco—La cercanía con sus padres, me permitió darles a mis hijos la oportunidad de tener un poquito de Itachi, además de una amorosa familia... Sus padres quieren mucho a los niños y si ellos son felices, también yo estoy en deuda con ustedes.

—¿Sabes? Cuando Itachi se fue de la casa, yo no lo apoyé... él era la persona que mas admiraba en el mundo, quien siempre me cuidó y cuando mas me necesitaba, yo le di la espalda. Lo último que miré de él, fue la tristeza en sus ojos y hasta hoy, no logró dejar de reprocharme mi egoísmo y mi cobardía—confesó con tristeza.

—Le dire lo mismo que le dije a su madre en esté mismo lugar—ambos miraron hacia la lápida—Itachi nunca les guardó rencor, él siempre me hablaba de ustedes, de lo mucho que los quería, incluso, sólo bajo la influencia del alcohol, me revelo el motivo por el cual se distanciaron y ni siquiera ebrio dijo algo malo—al igual que Mikoto, Sasuke derramó gruesas lágrimas.

—No tienes idea de lo mucho que te agradezco por hacerme saber lo que Itachi pensaba durante el tiempo que no lo miré—Sasuke levantó el rostro hacia el cielo y el viento le revolvió el cabello—Te prometo que mientras tenga un soplo de vida, velaré por ustedes tres... tus niños y tú, siempre podrán contar conmigo bajo cualquier circunstancia. Mi promesa no se romperá y pongo de testigo la última morada de mi hermano—Hinata se estremeció y sintió una agradable calidez dentro de su pecho. Él era el único miembro de la familia Uchiha, con el que no tenía libertad de hablar, incluso se preocupó mucho de guardar las distancias.

Luego de las confesiones, ambos regresaron a la mansión en sus propios coches. La ojiperla llegó primero y se encontró con una mujer de cabello rojo. Mikoto le hacía compañía, aunque no parecía muy contenta. Fugaku jugaba con los niños en el porche cercano a la alberca y en cuanto la vieron le regalaron una sonrisa.

—¡Buenas tardes!—saludó pensando que se trataba de alguien en busca de sus servicios como estilista, sin embargo, pronto comprobó que la chica de lentes, no estaba ahí por ella.

—Hina... te presento a Karin Uzumaki, ella es prima de Naruto—la mencionada la escudriñó de arriba abajo sin intención de ser discreta—Karin, ella es Hinata de quien te estaba hablando—el saludo entre ambas se dio por mera cortesía, no obstante, la ojiperla sintió que no le agradaba a la mujer.

Mikoto se disculpo diciendo que iba revisar si ya estaba lista la comida dejando a las féminas mas jóvenes a solas.

—Me han hablado tanto de ti durante los últimos años—la frialdad en la voz, descolocó a la Hyuga—Tu eres la mujer por la que Itachi dejó a mi mejor amiga, a Izumi y ahora su familia llora su pérdida... Es una lástima, de no haber cometido esa locura él aún...—Hinata frunció el ceño ¿Estaba escuchando bien? No había soportado el dolor durante tanto tiempo para dejar que una desconocida la viniera a querer intimidar.

—Yo en cambio no se absolutamente nada de ti, quizás se deba a que tengo cosas importantes que hacer y no cuento con el tiempo suficiente para perderlo inmiscuyéndome en las vidas ajenas—Karin quien hasta ese momento se mantuvo sentada, se puso de pie sin molestarse en acomodar la diminuta falda que vestía.

—Escúchame arribista—avanzó hacia ella.

—No, escúchame tu a mi—Hinata la enfrentó decidida—en el pasado me encontré con personas iguales a ti, dispuestas a juzgar a quienes creen conocer, o por el simple placer de molestar... antes, yo lo hubiera permitido sin pensarlo, pero ahora no, así que consíguete una vida y vívela como mejor te apetezca—Hinata sonrió por dentro, al pensar lo orgullosa que se pondría Ino cuando le contara.

—¿Quien rayos te crees para hablarme así?—el tono de voz, alertó a los varones y ahora los tres veían hacia ellas—No eres más que una muerta de hambre y...—no logró concluir el insulto y la ojiluna agradeció que sus hijos no escucharan mas de lo que ya lo habían hecho.

—¿Que haces aquí Karin?—la pregunta venía de Sasuke, quien la veía molesto. La pelirroja no tardó en lanzarse a sus brazos, logrando que se escuchará un chasquido de molestia.

—¿No es obvio? Estoy aquí por ti mi amor—la furia de Karin desapareció por completo apenas estuvo cerca del azabache.

Hinata los miró y se dio media vuelta para marcharse, pero antes de conseguir avanzar un poco, sintió que la sostenían del brazo—Espera... ¿que te estaba diciendo Karin—ambas féminas se miraron entre sí—Dime porque estaban discutiendo... no temas puedes confiar en mí.

—Ella se puso furiosa sólo porque le dije que yo soy amiga de Izumi... En verdad no entiendo que fue lo que hice mal para que me agrediera verbalmente—Karin se apresuró a exponer lo sucedido a su manera.

—No es tu explicación la que quiero escuchar, sino la de ella... Hinata ¿que fue lo que te dijo Karin?—la ojiperla miró la atención que tenían los niños sobre ellos y realmente no le interesaba ponerlos en mal el uno con el otro.

—Nada importante Sasuke, ahora me retiro y discúlpame por el malentendido con tu novia—soltó antes de darse la vuelta e ir en busca de sus niños.

—¿Estas bien?—Fugaku había presenciado todo y no le gustó que ella no fuera respetada debidamente. Iba tener que hablar con Sasuke, dado que hechos como ese no podían volver a suceder.

—Discúlpeme por mi comportamiento con ella, pero...—negó con la cabeza evitando decir más frente a los niños.

—No tienes porque disculparte, escuché todo y se que fuiste demasiado considerada para alguien como ella—Mikoto se unió a ellos y de no ser por Hinata, hubiera ido hasta donde discutía su hijo con la Uzumaki.

—Se que Hinata me mintió y te voy a dejar claro que no vuelvas a molestarla, ademas tampoco debes estar diciendo que somos novios, tú sabes perfectamente que no somos nada y no entiendo que viniste hacer aquí—Sasuke estaba muy enfadado y lo peor fue cuando Hinata creyó que Karin era su novia.

—¿Como puedes hablarme así? Yo he estado contigo en las buenas y en las malas ¿que fue lo que pasó para que me quieras botar?—la Uzumaki miró hacia donde se hallaba Hinata y sintió la molestia surgir de sus entrañas—¿Es por esa tipa? Es por la muerta de hambre ¿no es cierto?

—Y si así fuera ¿que? Recuerda que yo no tengo porque rendirte explicaciones, así que será mejor si te retiras... si algo hubo entre nosotros, a partir de hoy quedada completamente terminado ¿me escuchas?—la fémina volvió a mirar hacia dónde había estado Hinata, dado que en ese momento ya no se veía, luego enfocó a Sasuke e indirectamente buscó algún indicio de arrepentimiento, no obstante, él continuó firme en su decisión. Durante el tiempo que estuvieron juntos creyó que incluso había ganado un lugar en su corazón, siendo mejor que Sakura, a quien no veía tanto como lo hizo esos últimos meses con ella.

Sasuke se estaba impacientando por lo mucho que le costó a Karin marcharse. Estaba por repetir su decisión, cuando ella salió pisando fuerte. Se veía realmente molesta, pero era mejor así, después de todo, esa relación al igual que la de Sakura, nunca llegaría a nada serio.

Sin querer continuar perdiendo el tiempo, se encaminó en busca de Hinata, debía disculparse con ella, puesto que Karin la insultó y la chica no lo merecía.

—Sasuke ¿podemos hablar? Se trata de lo sucedido con Karin—lo abordó Fugaku apenas entró en su campo de visión. El azabache asintió y el mayor le contó gran parte de lo sucedido entre ambas mujeres.

—No te preocupes, esto no volverá a repetirse, terminé todo tipo de relación con ella y por lo tanto, nunca más volverá a insultar a Hinata—dejando a su padre más tranquilo, subió las escaleras y se encontró con los niños. Ellos le dijeron que su madre se había ido a su habitación.

Sabiendo que invadía su espacio, se adentró y la encontró sentada en un sillón cerca de la ventana. A simple vista parecía serena, pero Sasuke pudo apreciar cómo su pequeño cuerpo temblaba involuntariamente. Estaba seguro que Hinata contenía las ganas de llorar a grito abierto, no obstante, se mantuvo con la mirada perdida en el cielo, quizás en busca de respuestas.

—Siento mucho lo que pasó con Karin, pero te doy mi palabra que no volverá a esta casa... Aunque no me lo dijeras, estoy seguro que ella te insulto y me siento sumamente culpable. Parece que mi regreso sólo te trajo más conflictos—concluyó mirando como ella se giraba y finalmente lo encaró.

—Usted ya estuvo mucho tiempo alejado y somos nosotros quienes vivimos dónde no nos corresponde, después de todo, ella tiene razón, no soy más que una arrimada y...—antes de continuar con lo que pensaba decir, se vio presa en los cálidos brazos de Sasuke.

—Shhh, no digas eso... yo no quiero que te alejes—soltó sin pensarlo—Mis padres también sufrirían mucho, ademas los niños ya comenzaron a sentirse bien conmigo. Por favor no vuelvas a decir que te vas, tu no eres ninguna arrimada—la manera en que le hablaba anudado a la sensación de sus brazos rodeándola, le trajeron una infinita calma, misma que no sentía desde que su amado vivía. Lanzó un gran suspiro y se relajó bajando sus defensas, a fin de cuentas, él le brindó lo que nadie mas le había podido dar... un poco de tranquilidad.

...

La convivencia entre Hinata y Sasuke, se volvió mucho más llevadera después del abrazo. El azabache incluso le confesó lo sucedido con los cuervos favoritos de Itachi, lo cual nadie sabía. La ojiperla sonrió mientras lo escuchaba y le aseguró lo que Sasuke ya sabía, Itachi siempre lo supo, pero no dijo nada para no hacerlo sentir mal, después de todo, era su hermano menor y hubiera hecho cualquier cosa por él.

Mikoto y Fugaku también notaron lo mucho que su relación había mejorado y no pudieron más que alegrarse, sin embargo, el corazón de la matriarca latía con frenesí cuando imaginaba cierta probabilidad.

—¿Que te traes entre manos? Conozco esa sonrisa y se que planeas algo—indagó Fugaku al unirse a su esposa, quien veía a Sasuke nadando con los niños mientras Hinata los veía desde las sillas.

—¿Te imaginas lo que pasaría si Hinata se enamora de un hombre que no sea de por aquí? Alguien que quizás se la lleve a ella y también a los niños a otro país—ella misma le aconsejo a la joven que debería hacerlo y a decir verdad, eso era lo justo. Ella era muy joven para no pensar en rehacer su vida.

—Claro que lo he pensado y al igual que tu, pienso que ella merece volver a ser feliz, de todos modos, Hinata siempre ocupará un lugar importante en nuestros corazones—Fugaku dirigió las orbes hasta la alberca y sintió mucha tristeza al pensar en ya no tener a ninguno de los tres—y aunque no los veamos seguido, siempre podremos estar en contacto con ellos... Pero no nos adelantemos, quizás ella terminé enamorándose de Kakashi y siempre los tendremos cerca—para el patriarca Uchiha, no había pasado desapercibido el interés que Hatake tenía en la ojiluna y si era sincero consigo mismo, la idea le había gustado, el único problema fue Hinata, ella no dejaba el duelo por la muerte de Itachi. A pesar de pasar cuatro años, continuó como el día que llegó a vivir con ellos.

—Sería una buena opción, incluso yo también he deseado que ella se sienta atraída por él ¿pero te imaginas si se enamora de alguien mucho mas cercano a nosotros y también al mismo Itachi?—el varón volvió a mirar hacia la alberca y se sorprendió. No entendió como no se había dado cuenta de lo sucedido... Sasuke, su siempre serio y apático hijo menor, sonreía con sinceridad mientras veía a Hinata jugando con los gemelos—Veo por tu expresión que ya me entendiste.

—¿Desde cuando lo notaste? Creí que se hablaban sólo por compromiso.

—¿Recuerdas el día que vino Karin?—Fugaku asintió—Desde entonces, ella se ve mas tranquila cuando están cerca... Mírala se le ve más alegre y ni hablar de él.

—Oh, eso sería perfecto. Dejando de lado, lo bien que nos haría a nosotros, Sasuke no podría escoger a una mejor mujer, ademas es una garantía que él siempre amará a los niños—Fugaku sintió que su corazón se aceleraba ante la probabilidad de que sucediera. Ellos tenían caracteres totalmente opuestos, sin embargo, también compartían algunas semejanzas.

—Así es y estoy segura de no haberlo visto portarse de esa manera con ninguna otra mujer... Tengo plena seguridad que ella le gusta y no es reciente.

—¿Que? ¿A que te refieres?

—En las pocas ocasiones en que ellos dos se encontraron, pude notar un brillo en los ojos de Sasuke, brillo que sólo estando frente a ella mostraba. Pensé que se trataba de mi imaginación, sin embargo, eso continuó sucediendo y apenas regresó, lo pude comprobar... Ahora sólo falta que también ella se sienta atraída—Mikoto añoraba que la joven volviera a sentir felicidad, ya que desde que vivía con ellos, Hinata sólo se dedicaba a los niños y a llorar cuando creía que nadie la veía.

—Eres muy observadora—repuso el azabache sin poder ocultar su emoción por lo que acababa de saber.

—No repetiré los errores del pasado—Mikoto suspiró con melancolía—Si tan sólo hubiera puesto mas atención a los sentimientos de Itachi...—Fugaku la interrumpió, dado que ya no ganaban nada con seguir culpándose por no haber sido buenos padres con su primogénito.

—Ya no te tortures con lo que pudimos hacer, ahora es tiempo de apoyar las decisiones que tomen, tanto Sasuke, como Hinata, después de todo, ella se ha convertido prácticamente en una hija para nosotros—la fémina afirmó y continuaron mirando cómo sus nietos ya comenzaban a nadar sin ayuda de los salvavidas.

[...]

Ino realizaba un corte de cabello mientras veía a los niños de su amiga avanzar hacia el salón acompañados por Sasuke. Faltaban unos minutos para la hora de la comida y no le fue difícil adivinar porque estaban allí.

—Veo que tu relación con el prepotente Uchiha ha mejorado mucho, incluso creo que le gustas—Hinata guardaba sus tijeras luego del último cliente y cuando escuchó lo dicho por Ino, se sonrojó por la pura idea—¿No me digas que no lo has notado? Incluso Gaara me lo comentó días atrás—soltó poniendo mas incómoda a la Hyuga.

—P-por supuesto que no—negó con torpeza, mientras agradecía que el cliente de su amiga fuera un niño, el cuál se entretenía con una tableta infantil—él sólo es amable conmigo.

—¡Por favor Hina!—la rubia sonrió divertida. Hinata podía ser tan lenta para notar lo que despertaba en las personas, incluso cuando conoció a Itachi se portó de la misma manera y de no ser porque el mismo Uchiha le confesó lo mucho que le interesaba, ella quizás, nunca lo habría notado... No obstante, la reacción que tuvo la ojiluna ante su comentario fue muy interesante, ya que en distintas ocasiones le mencionó el interés de Kakashi sobre ella y no mostró el mismo nerviosismo que estaba mostrando en ese momento—Es evidente, sólo hay que ver la forma en que te mira, ademas, ya dio el primer paso y uno de los mas importantes... ya se gano a tus hijos. Ellos hablan maravillas acerca de Sasuke—ella no mentía, puesto que las veces que los gemelos iban a su casa, no perdían oportunidad para hablar de lo genial que era su tío.

—¡Mamá!—Itachi llegó y la abrazó de las piernas—Tío Sasuke fue a recogernos para llevarte a comer—el pequeño volteó y se soltó de su madre para ir hacia Ino—Tu también puedes venir tía—Ino sonrió ante la inocencia del pequeño.

—No puedo cariño, yo traje mi comida—se disculpo mirando hacia la ojiperla y no desaprovecho para guiñarle un ojo—pero no te preocupes, en otra vez será ¿de acuerdo?—Itachi asintió.

—Te esperaremos afuera—Hinata sólo miró a su pequeño salir a reunirse con Neji y con Sasuke, quien no había dejado de verla desde el otro lado de las ventanas del salón.

—Apresúrate Hina... no es bueno hacer esperar a esos hombres—la rubia también observó la forma en que Sasuke veía a su amiga y sonrió divertida ante la perspectiva de lo que haría la ojiperla frente a él durante la comida.

—T-te veré luego—le dijo con nerviosismo antes de salir a reunirse con los tres Uchihas.

—¡Mamá!—la llamó Neji apenas salió—tío Sasuke dijo que te dejaríamos elegir el lugar donde comeremos—Hinata le sonrió y dirigió sus orbes hacia el mayor.

—Espero que no te molestes por mi atrevimiento de venir aquí con los niños sin avisarte—ella negó con la cabeza y guardó silencio en espera de lo que diría—La junta que tenía con unos inversionistas se canceló y se me ocurrió sacarlos a comer, luego miré que ya iba ser hora de que también tú lo hicieras—conforme pasaba el tiempo, iba conociendo más sobre el carácter de Sasuke y pudo comprobar que en realidad, no era mala persona. Recordando lo asustada que estaba cuando lo encontró en la cuna de Neji, años atrás, le causó risa, pues él verdaderamente los quería y sería incapaz de dañarlos.

—Por supuesto que no me molesta... Es un gusto para mí tener cerca a mis amores y compartir con ellos tanto como me sea posible—caminó con ellos tomados de sus manos. Sasuke se adelantó abrir la puerta de su auto dónde abrochó a ambos niños en sus asientos, tal como lo hizo al salir de su casa. La ojiperla no tiempo de ayudarle, dado que él fue muy rápido.

Los niños se fueron a jugar en la zona equipada con diferentes resbaladeros, luego de terminar su comida, dejando a solas a los dos adultos. Sasuke veía a Hinata mientras ella seguía todos los movimientos de sus hijos. Él se había dedicado a conocer el carácter de la joven y una de las cosas que mas llamaba su atención, era lo sobre protectora que podía ser en torno a Itachi y Neji. Otro punto que resaltaba era su timidez, dado que no hablaba mucho, sobre todo cuándo no se sentía en confianza y al parecer, a él todavía le estaba costando hacerla sentirse completamente tranquila estando en su compañía.

—¡Tranquila! Ellos estarán bien, esta es la única salida de los juegos y no hay ninguna manera que puedan salir sin que los veamos, ademas, sólo hay dos niñas pequeñas jugando con ellos—Hinata asintió dándole la razón al varón, aunque muy a regañadientes, ya que, no acostumbraba salir a solas con ellos a lugares poco conocidos.

—Tienes razón—repuso la ojiperla y sonriendo encaró a su acompañante, en ese instante, las orbes de ambos se conectaron de manera que ninguno lograba desviarlas a otro lado. Ella no pudo evitar traer de regreso lo dicho por Ino y mientras mas lo pensaba, mas difícil le resultó romper el contacto de esos atrayentes ojos negros. Sasuke también parecía hipnotizado, pues era la primera vez que tenía la oportunidad de verla por mas tiempo de lo que lograba hacerlo siendo correspondido por ella.

—¡Mamá!—la voz de Itachi rompió el momento entre ambos adultos.

—¿Que pasa mi amor?—el pequeño tenía los brazos cruzados y se veía molestó.

—Neji me llamó bebé llorón frente a las niñas—Sasuke se tuvo que voltear al otro lado para que su sobrino no mirara su risa. Era tan claro lo que decían todos acerca de la similitud que Neji compartía con él.

—Pero tu sabes que eso no es cierto ¿verdad?—el niño frunció la boca conteniendo las ganas de llorar, no obstante, cuando su madre le hablaba de manera tan tierna le resultaba muy difícil. Hinata no había notado el raspón en los codos de su hijo y al hacerlo se asustó—¿Que te pasó aquí?

—Yo, yo quería saltar mas alto que mi hermano y me caí—la joven madre evalúo el daño y comprobó que no era mucho, más bien, su molestia se debía al hecho de quedar expuesto ante las niñas.

—Ahora mismo hablaré con tu hermano ¿de acuerdo?—Itachi asintió y cuando la ojiperla se puso de pie, también Sasuke lo hizo.

—Permíteme hacerlo yo—sin ser consiente, le tomó el brazo logrando que de nueva cuenta, ambos se miraran.

—Está bien, te lo agradecería mucho—lentamente, Sasuke la soltó y se aproximó a dónde se encontraba Neji. Ni Hinata, ni Itachi, escucharon lo que ellos hablaban, no obstante, Neji se veía tranquilo mientras Sasuke le hablaba.

Ambos regresaron y Neji se disculpo con Itachi. Luego de terminar la hora de comer, Los tres varones llegaron al salón dónde trabajaba Hinata y se despidieron de ella.

[...]

—¿En que piensas? Te noto algo serio—cuestionó Mikoto al ver a su esposo un poco preocupado.

—Nos mandaron una invitación para pasar una semana completa en el hotel que invertimos tiempo atrás, fue el tiempo en que nacieron los niños—Fugaku había ayudado a uno de sus amigos evitándoles ir a los tribunales por una demanda, la cual de haber perdido, le hubiese costado millones y el amigo como agradecimiento, le cedió acciones en un hotel recién construido cerca de las montañas. El entorno era paradisiaco rodeado de bosque, montañas nevadas y aguas termales.

—¿Y tenemos que ir? Se que es un lugar frío y no creó que a estas alturas me interesé esquiar como lo hacíamos cuándo los chicos nos acompañaban a ese tipo de lugares ¿Recuerdas como Itachi atraía las miradas de todos por su manera de bajar la montaña?—habían pasado muchos años desde la última vez que salieron los cuatro como una familia.

—Siempre sobresaliendo, aún sin proponérselo—soltó Fugaku con nostalgia—Y bueno, no es que estemos obligados a ir, sin embargo, siento que sería una descortesía si no lo hacemos, sobre todo por la petición de darles nuestra evaluación, ademas de las molestias que se tomaron en hacernos llegar la invitación, sin contar que sólo estará abierto a las personas mas allegadas, antes de la gran apertura—ambos pensaban lo mismo... no querían alejarse de los pequeños.

—¡Abuelo!—Itachi corrió hasta el patriarca Uchiha y este a su vez, lo cargó—Tío Sasuke nos llevó a comer con mamá—Neji y Sasuke llegaron tras él, sin mostrar la emoción que mostraba Itachi.

—¿Hinata fue a comer con ustedes?—cuestionó Mikoto directamente a su hijo y este asintió—¿Y como la pasaron?—lanzo la pregunta sin dejar de evaluar a su hijo.

—Muy bien, incluso mamá se veía alegre—respondió Neji imitando la misma postura de Sasuke. Manos adentró de los bolsillos y barbilla en alto.

—Bueno, iremos a cambiarnos, les prometí que nadaría con ellos—los tres se fueron de la sala, dejando a la pareja sorprendida. Mikoto se quedó parada mirando las escaleras por dónde subieron y frunció el ceño.

—Conozco esa mirada ¿que estás pensando?—Fugaku se acercó a ella esperando una respuesta.

—La invitación es para dos miembros Uchiha ¿no es cierto?—el varón asintió—No especifica quien de la familia puede ir ¿o me equivoco?

—Es para dos personas, ya seamos tu y yo, o bien Sasuke y una acompañante ¿porque lo preguntas?

—Ya lo verás durante la cena—la fémina beso la mejilla de su esposo y se dirigió sonriendo hasta la cocina, mientras que Fugaku se quedó formulando diferentes hipótesis.

...

Horas después, la familia se encontraba cenando, incluyendo a Hinata.

—Ya me contaron los niños que comieron contigo—Hinata le sonrió a la dama Uchiha y sin ser consiente, dirigió sus orbes a las de Sasuke, quien no había dejado de verla.

—Así es, me sorprendí cuando los miré parados afuera del salón—respondió sonrojada y con torpeza.

—Me alegró que puedan convivir y se sientan relajados, en cambio Fugaku y yo estamos en un gran dilema—la matriarca fingió estar muy tensa y preocupada, llamando de inmediato la atención de Hinata al igual que la de Sasuke.

—¿Que sucede madre? ¿Porque no se nada de que se trata?—Sasuke enfocó a sus padres en espera de una respuesta.

—El hijo menor de un amigo y socio de tu padre, acaba de terminar un hotel en la zona de las montañas—el menor sabía de que se trataba, dado que él fue quien firmó los documentos luego de la depresión de su padre tras la muerte de Itachi.

—¿Ya lo terminaron?—indagó con sorpresa, ya que el lugar era perfecto para personas que disfrutan de la naturaleza y su entorno.

—Si y nos enviaron una invitación para dos personas. Quieren que pasemos una semana  junto a otros invitados, antes de la apertura. La idea es evaluar la edificación y sus comodidades, de esta manera, cualquier cosa que no se vea bien, se puede corregir antes de ser abierto al público—Fugaku finalmente entendió que pretendía su esposa y negó sonriendo.

—Sigo sin entender ¿porque eso puede tenerlos preocupados? Por el contrario, deberían estar felices—el joven no lograba entender.

—Tu padre y yo, ya somos viejos para esa clase de cosas —Hinata frunció el ceño en desacuerdo, puesto que ellos lucían muy bien—El clima frío me produce dolor en las articulaciones y ni hablar de tu padre, él esta peor que yo—el azabache la escudriñó con desconfianza y la matriarca intentó no reír ante el gesto de su marido—Luego de estarlo pensando, no podemos dejar de lado la invitación y lamentablemente es la misma semana en la que pensamos llevar los niños al parque Disney de Tokio—los niños escucharon Disney y gritaron contentos, incluso Neji se veía feliz—No sabía que llegaría esta invitación y ya no podemos cancelar las reservaciones para el parque, incluso tendrán nuevas atracciones y podremos entrar antes, para que ellos consigan autógrafos de los personajes favoritos—mintió, pero debía sonar convincente—luego se nos ocurrió que Hinata y tú, tomen la invitación al hotel, después de todo, Hina no ha salido de vacaciones y entre los dos, pueden evaluar el hotel ayudando al hijo del amigo de tu padre con su opinión ¿que les parece?—los pequeños sonreían con entusiasmó, mientras que la ojiperla comenzó a toser ahogándose con el agua que tomaba y Sasuke veía a su padre con desconfianza.

—Tu ya has estado en hoteles similares a ese en diferentes países y tu criterio será muy útil para ellos... Estoy seguro que tienes ideas mas modernas que yo, pues eres mas joven y junto a las ideas de Hinata, se apreciará mejor—añadió Fugaku ayudando a las alcahuetas ocurrencias de su mujer.

—Pero yo no se nada sobre hoteles, no creo que mi presencia ayude en nada—se animó hablar la Hyuga, pues no sabía que otra cosa decir. No creía que fuera buena idea ir sola con Sasuke.

—¿No sería mejor si Hinata y tú llevan los niños al parque? De todos modos, yo puedo ir al hotel con papá—al azabache no le agrado la sugerencia que hizo, sin embargo, tampoco quería que Hinata se sintiera forzada a compartir con él toda una semana.

—Tu padre les prometió a los niños ir con ellos y si no lo habíamos dicho, era porque se trataba de una sorpresa. Lo siento mucho Hina, no era mi intención ponerte en esta situación y si tu no estas de acuerdo, no hay ningún problema, no quiero que te sientas obligada a nada, después de todo, podemos posponer el viaje con los niños y lo realizaremos en otro tiempo—la ojiperla ya sabía sobre los planes de Mikoto sobre llevar los niños al parque, pero no pensó que sería tan rápido. Observó a todos y se conmovió con las caritas de sus bebés, quienes la veían con esperanza y ni hablar de la abuela, quien se notaba muy triste, no obstante, Sasuke no parecía convencido de ir con ella ¿que debía hacer?

—Si Hinata acepta, yo no tengo problemas con asistir al hotel—al notar la inseguridad en la ojiperla, Sasuke se apresuró hablar y tomar el control.

—Sólo falta saber tu opinión hija—la chica ya no pudo objetar ante lo dicho por Fugaku, así que asintió y en ese momento, los niños le saltaron encima agradeciendo felices.

[...]

El avión aterrizó en el pequeño aeropuerto para jets privados. Sasuke miró directamente a su acompañante y le tendió la mano para ayudarla a bajar. Hinata sintió el aire frío apenas piso el primer escalón y antes de lograr bajarlos todos, el azabache la tomó de la cintura evitando los últimos escalones pues conducían a un pequeño charco con agua congelada y si no pisaba con cuidado, podía resbalar.

—Gracias—respondió sonrojada. El auto con el logo del hotel en la puerta, los esperaba a unos pasos y ella se dedicó a mirar el hermoso entorno mientras llegaban. Nunca había estado en un lugar cómo ese y tampoco había viajado en un jet privado. Sin dudas, eso estaba fuera de sus probabilidades, aunque al ver la manó del Uchiha sosteniendo la suya, se percató que si algo como eso sucedía, cualquier cosa improbable podía ser probable.

—¡Sube el clima es muy frío!—la joven subió al auto y Sasuke subió las maletas de ambos con ayuda del chofer—¿Que te parece el lugar?—le preguntó al momento de entrar con ella y antes que pudiera responder, el celular de Hinata sonó anunciando una videollamada de Mikoto.

—¡Mamá!—el rostro de la ojiperla se iluminó al ver a sus dos retoños sonriendo—Mira donde estamos—Sasuke se acercó a ella para mirar y también él sonrió con sinceridad, al ver a los dos niños parados frente al castillo. Ambos traían los clásicos sombreros con orejas de ratón y era evidente lo felices que estaban.

—¡Mis amores! Estoy feliz por ustedes—mas atrás se veía a Fugaku hablando con un fotógrafo y con dos de los personajes del parque.

Conocimos a Woody y Buzz y nos firmarán el libro de autógrafos—Hinata y Sasuke sonrieron, luego hablaron con Mikoto. Como era de esperarse, la joven madre no dejó de encargar vigilar a sus niños, dado que temía por su seguridad. La matriarca Uchiha, les pidió no preocuparse y aseguró que todos los días estarían en contacto.

—Pagaría por ver la cara de mi padre, cuando los niños lo arrastren a subir en los Dumbo voladores... sin duda será épico—la ojiluna sonrió al escuchar a Sasuke riendo a carcajadas. Se veía tan diferente, incluso lucía mas atractivo. Se reprendió mentalmente por sus pensamientos y se re acomodó en el asiento hasta que llegaron al encantador hotel.

—¡Bienvenidos!—una extravagante mujer de cabello rojo los recibió, aunque literalmente saltó contra Sasuke, ignorando por completo a la chica—Me alegró tanto que decidieras tomar el lugar de tu padre.

—¿Como estás Mei?—el azabache se retiró de la fémina y tomó a Hinata del brazo, colocándola a su lado—Te presentó a mi acompañante, Hinata—Mei le dio una falsa sonrisa y se dedicó a escudriñarla por completo.

—Mei Terumi, es un placer conocerte. Espero que nuestro hotel sea de su agrado y como ya lo sabes, necesitamos saber todas las sugerencias que tengas—lo último lo dijo mirando al azabache.

—¿Y tu esposo? ¿Él está aquí?—cuestionó el Uchiha cambiado el tema.

—Si, Ashura está con su hermano encargándose de los últimos detalles en la zona de los esquiadores.

—Vaya, así que Indra también está aquí, tengo tiempo sin verlo—la pelirroja le dio una sonrisa falsa.

—Bueno, los dejó, pero no olvides que esta noche daremos la cena de presentación para todos los invitados... espero verlos—Mei le indicó a uno de los trabajadores, conducir a los Uchiha hasta la habitación dispuesta para ellos y continuó recibiendo a los otros invitados.

—Disculpe, yo creo que debe haber un error, nosotros no somos pareja y...—Hinata no podía creer que le estuvieran entregado la misma habitación que a Sasuke.

—No, esta fue la habitación dispuesta para el matrimonio Uchiha—el hombre ayudó a meter el equipaje y los dejó para regresar a sus obligaciones.

—Pero...—Sasuke se apresuró a tranquilizarla sabiendo bien lo que había sucedido.

—No contaban con que fuera yo quien viniera y dejaron la habitación para mis padres—la joven no se sintió mejor, pues de todos modos tendría que dormir en el mismo lugar que él—se que es incómodo para ti, pero no te preocupes, yo dormiré en el sofá y tu puedes quedarte en la recámara, después de todo, esté lugar es muy grande—aunque la idea no fuera buena, no había otra alternativa y la chica guardó silencio.

Ambos se dispusieron a desempacar sus maletas y escoger lo que debían usar esa noche. Sasuke no recordaba haber traído dos maletas, no obstante, la chica aseguró que las suyas eran sólo tres. La abrió para ver que había en ella y pronto se percató del contenido. Suspiro y llamó a la Hyuga.

—¿Que pasa?—cuestionó acercándose a él.

—Creó que esto te pertenece—le entregó una nota con letra de Mikoto dónde le decía que todos los vestidos eran para ella y que debía usarlos en las cenas que iban a ofrecer. La chica se quedó boquiabierta, cuando los fue tomando. Todos eran hermosos vestidos de gala. Ella sólo había llevado ropa de frío y vestidos algo simples, comparados con los que había en esa maleta. No tenía idea cuando la dama Uchiha tuvo tiempo de comprarlos todos, pero sin dudas ella pensaba en todo.

—¿Tu crees que debo usarlos?—cuestionó sin dejar de verlos.

—Por supuesto y te garantizo que serás la mas bella de todas las invitadas—lo dijo sin pensarlo, antes de trasladar la maleta hasta la recámara—Ahora te dejaré a solas para que te arregles y mas tarde lo haré yo ¿de acuerdo?—el azabache salió a dar una vuelta y así evaluar los alrededores. Le pidió a una de las camareras llevar la comida de Hinata y continuó evaluando la edificación. Saludo a varios conocidos y se encontró con Ashura en la zona de los esquiadores.

Regresó a su habitación apresuradamente, al darse cuenta que ya era tarde y aún no se duchaba. El baño se conformaba en dos partes. Uno era un enorme jacuzzi con grandes espejos y la otra puerta era la ducha de cuerpo entero y todo lo demás. Al llamar a Hinata, ella le respondió desde el cuarto del jacuzzi, dónde terminaba de maquillarse y él entró al otro sitio con todo y su traje negro, pues no podía vestirse en la sala.

—Ya terminé, estaré en la sala para que puedas sentirte tranquilo—le anunció la ojiperla y se fue sin esperar respuesta.

En diez minutos el varón ya había terminado. A fin de cuentas, era un hombre práctico y acostumbrado a vestir elegante todos los días. Lo único que lo demoraba un poco, era el cabello, mas ahora que lo tenía un poco largo.

—No me di cuenta del tiempo, lamentó haberte hecho esperar—él se acomodaba la corbata y cuando levantó el rostro sintió que la boca se le secaba. Esa mujer se veía hermosa en todo el sentido de la palabra—¡Estas bellísima!

—¿D-de verdad lo crees? Yo no se si deba usar este vestido, pero tú madre me llamó y dijo que este era el adecuado para hoy—aún con lo sonrojada que estaba, dirigió sus orbes hasta el cabello mojado del azabache.

—Concuerdo con ella ¿nos vamos?—ella asintió y aceptó el brazo de su compañero. En minutos arribaron al salón de fiestas ubicado en el primer piso de la edificación. La chica se quedó al lado de Sasuke mirando las mesas y los adornos, desde los candelabros, hasta las exóticas flores colocadas dentro de los llamativos jarrones. La mayoría de los invitados ya se hallaban ocupando sus lugares y agradeció internamente a Mikoto por la elección de ese bonito vestido, ya que de haber usado uno de los suyos, se hubiera sentido fuera de lugar.

—Me alegró que hayan venido—la Hyuga escuchó una voz masculina y al girarse, miró a la misma mujer que los recibió horas atrás, sin embargo, en ese momento venía acompañada por un apuesto varón y por ende, no parecía querer saltar sobre el cuello de Sasuke—Ashura Otsutsuki para servirle—el castaño estrecho la mano de la ojiperla y le sonrió co amabilidad.

—Hinata Uchiha, encantada de conocerlo.

—¿Uchiha? ¿No me digas que te casaste?—cuestionó Mei, recibiendo un ligero codazo de su esposo, mientras Hinata negaba con la cabeza, casi en pánico, no obstante, el azabache se mostraba muy tranquilo.

—Es una larga historia para relatar en un momento como esté—respondió Sasuke un poco incómodo, pues no iba relatar la historia de Itachi frente a Hinata, dado que se pondría muy melancólica y esa no era su intención.

—¡Vamos...! Los llevaré hasta su mesa—Hinata hizo una reverencia a Mei, sólo por educación, no obstante, Mei fingió no verla y se marchó a la barra de bebidas—Cualquier cosa que deseen, no duden en pedirlo—el Otsutsuki se despidió dejando a la pareja a solas.

La cena comenzó y para Hinata había sido muy buena. También se anunció el inicio del baile y se agradeció a todos los presentes por asistir.

—¿Quieres ir a la mesa de postres?—los ojos de Hinata brillaron al enfocar dicho sitió—Supongo que si... Adelántate y yo iré por unas buenas bebidas para ambos.

La joven sintió que la boca se le hacía agua al mirar los diversos postres. Sabía que se iba ver glotona, pero no le importaba en lo mas mínimo, ella quería probarlos todos y para su buena suerte, la mayoría se servía en pequeños contenedores.


—Le recomiendo también los de chocolate—la chica casi suelta el plato donde colocó los contenedores—Discúlpeme, no era mi intención asustarla... Toneri Otsutsuki para servirle—la joven se permitió sonreírle al atento peli-blanco.

—Hinata Hyuga, encantada de conocerlo—optó por no decir Uchiha, ya que no quería explicar lo mismo que le preguntó Mei.

—Es usted la dama que acompaña a Sasuke, la miré está mañana cuando llegaron—Toneri le dio una descripción completa de cada postre y al mismo tiempo iba colocando en un plato los que parecían gustarle—La acompañaré hasta su mesa y así aprovechó de saludar a Sasuke.

—Él fue por unas bebidas, no debe tardar... si gusta puede esperarlo aquí—Toneri no dudó en sentarse con ella y ambos comenzaron a degustar el contenido de cada contenedor, mientras conversaban.

—Parece que Sasuke ya se tardó ¿cree que se molesté si la invitó a bailar?—la chica estaba por negarse, aún cuando la mayoría de las personas, se encontraban dispersas por la pista de baile, sin embargo, al ponerse de pie, ambos dirigieron su atención hasta la rubia que refregaba sus enormes senos en la anatomía del Uchiha y por si fuera poco, tomaba del largo vaso adornado con diferentes colores, mismo que esperaba la Hyuga. Toneri notó la sorpresa en el bello rostro de la joven—No se preocupé, ellos son viejos amigos y no creó que siendo ustedes pareja...—el Otsutsuki no terminó de hablar cuando Hinata lo interrumpió.

—Descuide, Sasuke y yo no somos pareja... estamos aquí por petición de sus padres, pero no tenemos ningún vínculo amoroso—no sabía porqué se sintió tan molesta, después de todo, él podía estar con cuánta mujer quisiera.

—En ese caso, además de bailar conmigo ¿que le parece si mañana me acompaña a pasear por todo el hotel y las zonas recreativas?

—Claro ¿porque no?—sin volver a prestarle atención a Sasuke, se unió a las parejas que bailaban. En minutos el mal humor de la ojiperla se había ido, pues Toneri resultó ser una grata compañía y desde el inicio le dio confianza. La pareja se divertía sin prestarle atención a las miradas de las otras personas.

—Venga conmigo, le mostraré los jardines de donde trajeron todas estas flores—Hinata ni siquiera lo pensó y siguió al chico.

Sasuke apretó los puños con impotencia al ver como Toneri se llevaba a Hinata. Ellos bailaban en perfecta sincronía y lo que era peor, Hinata parecía muy contenta. Apenas le entregaron las bebidas y fue retenido por Samui, con quien había mantenido encuentros sexuales en el pasado. La fémina era muy insistente y comenzó hablando sobre negocios en común, no obstante, él sólo podía mirar hacía la Hyuga. En un pequeño descuido, Samui lo besó y al separarse, Hinata se había ido con el Otsutsuki. Pensaba seguirla y traerla de regreso a su lado, pero ¿con que argumentos lo haría? Ellos no eran pareja y él se encargó de dejarla sola. No era de extrañarse que muchas miradas estuvieran puestas sobre ella, ahora que dejó claro no ser pareja.

Luego de deshacerse de Samui, pasó el resto de la noche conversando con algunos conocidos. En ningún momento dejó de ver la puerta principal por donde se había ido Hinata, no obstante, las personas comenzaron a retirarse y ella no regresó.

Sin poder hacer nada, regresó a su habitación. Quizás ella ya estaba ahí y sólo se estaba molestando por nada. Entró en la estancia y suspiró aliviado al verla durmiendo en un lado de la cama. Se aseguraría de no volver a dejarla sola.

...

Hinata y Toneri miraron los jardines y terminaron sentados en una banca cerca de las flores. Se sintieron tan cómodos el uno con el otro, que incluso se contaron sus vidas. Toneri le contó sobre una relación tóxica en la que estuvo y la ojiluna le contó sobre su mas grande orgullo, sus niños.

—¡Sana y salva en la puerta de su habitación!—Toneri insistió en dejarla en la puerta de su cuarto.

—Gracias por todo Toneri... este hotel es realmente fascinante.

—Y espere a que vea el resto. Le garantizo que de aquí no se va sin saber esquivar como una profesional—la chica sonrió divertida—Mañana la esperó en el restaurante donde desayunaremos antes de salir ¿le parece bien?

—Por supuesto... que descanse—se despidieron y ella entró sonriendo, sin embargo, apenas lo hizo y recordó a la exótica rubia besándose con Sasuke. Se dirigió al baño a toda prisa y minutos mas tarde salió lista para dormir. Lo mas seguro era que él todavía se encontrara con la rubia y no tenía ánimos de hablarle cuando llegara.

Antes de dormir, revisó sonriendo las fotografías enviadas por Mikoto. Sus niños se veían felices y eso hacia que todo valiera la pena.

...

La mañana siguiente, la ojiluna se despertó temprano y de inmediato se dirigió al baño. En pocos minutos estuvo lista y sin hacer ruido, pasó por la sala de la habitación. Se le encogió el pecho al ver como el enorme cuerpo del azabache apenas se acomodaba en el sofá. Sin dudas iba tener dolores en los huesos. No quiso despertarlo y salió apresuradamente para encontrarse con Toneri.

—¡Buenos días Hinata! Eres muy puntual—la joven lo saludo y miró la mayoría de las mesas ocupadas con las personas de la noche anterior, incluyendo a la rubia con la que estuvo Sasuke—Ven conmigo, te presentaré con mi tío, él nos acompañará. Espero que no te moleste.

—No hay problema—se sintió tensa dado que no conocía al otro acompañante.

—Ya estamos aquí... Tío, te presento a Hinata, la dama de quien te hablé—la joven miró al apuesto hombre de cabello largo, el cual se puso de pie apenas llegaron.

—Indra Otsutsuki, encantado de conocerla—ella se sonrojó al ver como el encantador hombre besaba su mano. Su sentido de caballerosidad la traslado a la única persona que se comportaba así con ella. Su esposo, su Itachi, el mejor hombre que hubiera conocido.

—Tío Indra es hermano de Ashura y fue el arquitecto encargado de la construcción del hotel—aclaró Toneri.

—Se que apenas ayer llegaron, pero ¿que le ha parecido lo que vio?—Indra la miró directamente y ella trató de responder sin mostrar inseguridad.

—Tengo poca experiencia, no obstante, para mí es el mejor de los que he visto, sobre todo por esos hermosos jardines cubiertos por paredes de cristal. Nunca antes había visto algo parecido—el sonido de un celular, llamó la atención de los dos varones y la chica sonrió cuando miró de quien se trataba—Disculpen debo responder esta llamada.

—¡Mami!—los dos niños se encontraban en un colorido restaurante y los personajes principales del parque estaban con ellos—Te compramos muchos regalos.

—¿Se están divirtiendo mi amor?—Itachi asintió—¿Se están portando bien?

—Itachi obligó a los abuelos a subir en los juegos y mi abuela gritaba mucho—la risa de Fugaku se escuchó cerca—¿Dónde esta el tío Sasuke? ¿Porque no lo veo contigo?—cuestionó Neji con la suspicacia que lo caracterizaba.

—Quiero ver con quien estás—pidió Itachi.

—Cariño, Sasuke se quedó un su habitación y yo estoy en un restaurante con muchas personas—trató de persuadirlos pero ambos exigieron mirar a las personas que se hallaban con ella en la misma mesa. Ella miró en dirección a los Otsutsuki y ellos asintieron sonriendo. La joven giró el teléfono y Toneri lo sostuvo para verlos. Los dos niños fruncieron el ceño y se mantuvieron escudriñando por completo a los dos acompañantes de su madre.

—¿Quienes son ustedes? ¿Porque están con mi mamá?

—¡Neji!—se escuchó Mikoto y la ojiperla se llevó los dedos al puente de su nariz. No quería que sus pequeños se sintieran mal. No debió responder la llamada frente a los dos caballeros.

—Soy Indra Otsutsuki y este es Toneri, mi sobrino—repuso Indra conteniendo la risa ante los celos del niño—y estamos con tu mamá, porque la enseñaremos a esquivar y también a conducir motos de nieve—Neji guardó silencio, pero Itachi brincó emocionado—¿Y como se llaman ustedes?

—Yo soy Itachi y este es mi hermano Neji Uchiha—para ese momento, tanto Fugaku como Mikoto, se acercaron a saludar y después de muchas preguntas a los dos varones, la llamada concluyó.

—Lo siento mucho, pero es la primera vez que me separo de ellos y no están acostumbrados a verme con nadie que no conocen.

—No se preocupé, es muy tierno ver como la cuidan—afirmó Indra—El parecido de ambos con Itachi es increíble, aún cuando uno de ellos tiene los ojos como los suyos, los rasgos son del padre.

—¿Usted conoció a Itachi?—cuestionó con la mirada llena de brillo.

—Lo conocí desde niño, nuestros padres fueron amigos y fue así que conocimos a los dos hijos de Fugaku, aunque en los últimos años gracias al trabajo y las obligaciones, ya no nos veíamos con frecuencia—la mesera llegó disipando el melancólico ambiente que se había apoderado de Hinata.

Los tres se fueron hasta el lugar donde se encontraban los accesorios para esquiadores y demás actividades como patinaje en hielo.

—¡Señor Toneri!—uno de los empleados se dirigió hasta el peli-blanco—Ashura lo necesita en el salón de juegos y apuestas—Toneri alternó su mirada entre la chica y su tío sin saber que hacer, dado que fue él, quien invitó a Hinata y ahora la estaba dejando sola.

—Descuida, yo me quedaré con ella—el Otsutsuki se quedó mas tranquilo al ver que Hinata estaba de acuerdo en quedarse con Indra y sin mas que decir, se fue.

...

Sasuke se despertó con dolor en todos sus músculos. Respiró hondo y sintió el aroma de Hinata en el aire. Se sentó pensando en lo sucedido la noche anterior y cuando enfocó su reloj, casi se ahoga de la impresión. Eran las once de la mañana. Se apresuró a la recámara encontrándola vacía y en perfecto orden. Hinata ya había salido.

Luego de ducharse y vestirse, revisó su celular encontrándose con varias llamadas perdidas de sus padres, sin embargo, optó por llamarlos después, ya que su prioridad era encontrar el paradero de Hinata.

En el restaurante del hotel había muchas personas, pero ella no se encontraba. Conociéndola, ella debía estar afuera mirando los blancos bosques y los trineos estirados por los perros. Antes de llegar, se encontró de frente con Toneri.

—¿Como estás Sasuke? Desde anoche quise saludarte pero no me fue posible.

—Estoy bien, gracias por preguntar... Buscó a Hinata ¿la has visto?—no tenía tiempo de socializar, ya que si la ojiperla no estaba con él, no tenía idea dónde se encontraba.

—Si, anoche quedamos de esquiar juntos y era lo que estábamos por hacer, pero Ashura me llamó—Toneri ya no tuvo tiempo de decirle mas, ya que sólo escuchó un gracias y Sasuke se fue muy apresurado.

Suspiro mas tranquilo al saberla a salvo, no obstante, apenas se aproximó y la molestia de la noche anterior se fue en aumento. Indra la estaba sosteniendo luego de casi caerse. La fuerte risa de la Hyuga contagiaba al Otsutsuki.

—Pierde su tiempo conmigo, soy caso perdido—la escuchó decirle al varón.

—No diga eso... vamos, si puede—con torpeza se levantó y se acomodó tal como Indra le indicó—eso es—la joven avanzó un poco sintiéndose feliz y antes que el Otsutsuki lograra llegar hasta ella, la miró caer sentada.

—¡Lo hice! Lo logré—soltó emocionada sin importarle que hubiese caído sentada.

—Se lo dije—Indra estaba por ayudarla a ponerse de pie, cuando Sasuke fue mas rápido.

—¡Sasuke!—lo nombró al verlo tan de cerca.

Me asusté al no verte esta mañana, no debiste salir sin avisarme—la chica bajó el rostro avergonzada y sintiéndose culpable por no avisarle pues él se veía preocupado—Buen día Indra—saludó al Otsutsuki al verlo cerca y él respondió al saludo.

—Le hacia compañía en ausencia de Toneri, ella estaba bien cuidada—el Uchiha se sintió molesto con la declaración del otro varón, no obstante, trató de disimularlo.

—Te lo agradezco, pero ya estoy aquí y seré yo quien la acompañe el resto del día—Indra entendió bien y decidió no argumentar.

—Hasta luego Hinata, esperó verla esta noche en el salón de juegos y también a ti Sasuke.

—Bueno... tampoco se jugar en ese tipo de máquinas—confesó desanimada.

—No se preocupé, estaré ahí para lo que necesite—ambos se despidieron con una reverencia y ella enfocó al Uchiha, quien se veía muy molesto.

—¿Que pasa contigo Hinata? Creí que eras mas sensata.

—No se a que te refieres.

—¿Que no lo sabes? Pasas la mayor parte de la cena con un desconocido para ti y no conforme con bailar con él, también te marchas a otro sitio—para ella la escasa distancia entre ambos la ponía muy nerviosa y estando en esa posición, podía apreciar cuán imponente era ese hombre—Luego te encuentro aquí divertida con Indra. Tu nunca los habías visto, no puedes confiar en todas las personas.

—¿Y que hay contigo? ¿Pretendías que esperará a que terminarás tu negocio con la rubia? Si mal no recuerdo, me traerías algo de beber y terminaste dandole a ella mi trago ¿querías que esperara sola sin socializar con las personas amables que conocí? De ser así, mejor dímelo antes para no salir de la habitación—él se descolocó al verla hacer un puchero intentando no llorar, debido a la frustración de ser reprendida sin motivos.

—Tienes razón... perdóname, me porte como un imbecil y te prometo que no volveré a dejarte sola—sin detenerse a pensarlo, la atrajo a sus brazos y la apretó contra su pecho. Ambos vestían abultados abrigos bufandas y botas resistentes al frío. Al separarse, la tomó de la mano y caminó con ella.

—¿A donde vamos?—cuestionó dudosa pero sin dejar de seguirlo.

—Ya lo verás—la pareja llegó en minutos a donde se hallaban los trineos tirados por los bonitos perros parecidos a los lobos. La ojiperla se quedó pasmada al mirarlos, pues ella sólo vio esa clase de cosas en televisión. Sin perder el tiempo, subieron a uno de los trineos y dieron un paseo. Pronto, Sasuke pudo disfrutar la melodiosa risa de Hinata, la cual sólo escuchó en muy pocas ocasiones.

—Fue increíble Sasuke—el azabache la bajo sosteniéndola de la cintura. A partir de ese momento, no volvieron a separarse y al llegar juntos luego de pasar la noche en el salón de juegos, ella ya no pudo verlo acomodado en el sofá y sugirió cambiar lugares.

—No te preocupes, estaré bien, tú quédate en la cama—Hinata se mordió el labio, ella sabía que no era cómodo para él.

—Si no quieres cambiar lugares, compartámoos la cama, después de todo, es muy grande y yo no puedo estar tranquila sabiéndote en ese sofá.

—¿Estas segura?—se paró frente a ella removiendose la corbata. Hinata lo veía hacía arriba por la diferencia de estatura y asistió—Bien, supongo que es una buena idea—eso quisieron pensar, ya que Sasuke dormía con sólo un short sin camiseta y la chica con pijama también de short con blusa de tirantes.

Durante los siguientes días, continuaron pasando la mayor parte del día juntos. Sasuke incluso rechazó a Samui y le aclaró a la ojiperla que no pasó nada entre ellos. Por alguna razón que ni ella misma comprendió, esa aclaración le dio mucha satisfacción y lo que era mejor de todo, sin duda alguna, fueron las llamadas a sus niños dónde se veían felices por verlos juntos.

La última noche en el hotel, optaron por relajarse en las aguas termales. Ambos se sentaron juntos y Sasuke abrió la botella que les dejaron. Le entregó una copa a Hinata y brindaron sintiéndose renovados con el calor del agua.

—Está es la mejor noche de todas, si hubiera sabido que podíamos estar en una sección privada, hubiera venido desde que llegamos—confesó ella un poco sonrojada por el calor del agua como por las copas.

—Lo se, pero apenas hoy me enteré, después de todo, no fue tan mala idea sustituir a mis padres—la escuchó sonreír y la miró tan tentadora con el bikini negro, la blanca piel brillando por el vapor y los labios entreabiertos mientras lamía el exceso de la bebida. Él ya no pudo contenerse y con un rápido movimiento, la sentó sobre su regazo.

—¡Sasuke!—lo nombró entre risas sosteniéndose de su cuello y fue en ese momento donde las orbes de ambos quedaron conectadas. Hinata parecía hipnotizada y con una de sus manos, acarició el rostro del azabache, mientras él se iba acercando hasta su labio. Al no girarse, ocurrió el tan esperado momento. Sasuke la beso con intensidad, llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo y no pensaba contenerse. Se separaron por falta de aire y en segundos, se volvieron a unir. El Uchiha se puso de pie, aún con ella en su regazo. Recogió sus pertenencias y se apresuró a llegar hasta su habitación, donde continuó con los pasionales besos.

En segundos se deshizo de la ropa mojada, quedando embelesado por los hermosos senos de Hinata, mismos que sólo podía imaginar bajo los recatados trajes de baño que vestía cuando nadaba en la alberca con los niños. No quería que el momento terminara y se apresuró a sostenerlos, con el propósito de besarlos.

Lentamente acostó a la chica sobre la cama donde no tardó en volver a degustar los botones rosados que adornaban los senos. La escuchó gemir mientras se removía. Sabía que estaba ansiosa y bajó dejándole besos por todo el abdomen hasta que llegó a su intimidad. Primero le dio un beso y sonrió al escucharla gemir mas fuerte, luego comenzó con los dedos acompañados de su lengua.

Ella se arqueaba tomándolo del cabello sin dejar de llamarlo por su nombre. Sasuke llegó a temer que Hinata gritara el nombre de su hermano, pero no fue así, ella lo llamaba a él y eso lo puso mas eufórico. Aumento los movimientos hasta que la joven convulsionó de placer. La miró luchando para regular su respiración, sin embargo, él estaba en llamas y no podía soportarlo por mas tiempo. Acomodó su hinchado miembro en la entrada vaginal de la Hyuga y con una sola embestida entró en ella. No obstante, el grito de la joven aunado a lo apretada que estaba, lo hicieron quedarse inmóvil por unos momentos. Con cariño beso las lágrimas sintiéndose culpable por no consider el hecho de que ella llevaba mucho tiempo sin hacer el amor y su miembro era grande, considerando el pequeño cuerpo femenino.

—Lo siento, iré mas lento—habían sido cuatro años desde que la conoció, en los cuales se tuvo que contener y ahora la tenía completamente para él. Se movió lento, luego fue aumentado y a medida que la escuchaba gemir, aumentaba los embistes.

La mente de la chica estaba nublada por por el placer y se entregó por completo a Sasuke, quien continuó envistiéndola sin lograr saciarse de ella. Esa noche no hicieron el amor sólo una vez, pues el Uchiha tenía mucho para dar y así lo hizo. La puso en cuatro, donde le sostuvo el cabello y se dedicó a escucharla gritar su nombre, luego la hizo cabalgarlo y al terminar de llegar al orgasmo, la chica se derrumbó sobre su fornido pecho. Suspiro satisfecho y estiró las mantas para cubrir a ambos. Ella se quedó dormida aun con su miembro dentro de su feminidad.

—No sabes cuanto quería hacerte mía y  desde que te conocí, he querido formar parte de tu vida... ¡Te amo Hinata!—la joven se removió un poco al escucharlo, pero el cansancio no le permitió reaccionar quedándose completamente dormida.

El día siguiente la joven despertó sintiéndose adolorida y al moverse, se dio cuenta de donde estaba. Los recuerdos de la noche anterior llegaron a ella como imágenes de una película y creyó que se le saldría el corazón.

Se levantó sin hacer movimientos bruscos e hizo una mueca de dolor al quedar libre de la hombría de Sasuke. Se envolvió en una manta y corrió al baño. Apenas sintió el agua caliente sobre su piel, las lágrimas también hicieron acto de presencia ¿que había hecho? ¿Cómo pudo defraudar la confianza de Mikoto y Fugaku? Por Dios, ella era la viuda de Itachi y ahora se había acostado con su hermano. Se apresuró a terminar y se vistió con ropa adecuada para el regreso a Konoha, sin evitar volver a llorar al pensar en Itachi y en sus niños ¿donde tenía la cabeza para haber hecho lo que hizo?

Sasuke despertó y se encontró a solas. Sonrió al escuchar ruidos en el baño. Se vistió con sus bóxers y cuando estaba por tocar la puerta, ella salió completamente vestida.

—¡Buenos días princesa! ¿Como te sientes?—intento besarla, pero ella no se lo permitió. Frunció el ceño desconcertado y le miró los ojos enrojecidos, como si hubiera llorado—¿Que sucede?

—Sasuke tenemos que hablar—la seriedad de Hinata no le gustó, no obstante, le pidió que continuara—Lo que pasó anoche fue un error y no podemos volver a repetirlo—el corazón del azabache se sintió herido.

—¿Que dices? ¿Cómo puedes pedirme algo así?—cuestionó molestó por su petición.

—Por favor, no me hagas repetirlo, ya bastante culpable me siento al haberle faltado a la memoria de Itachi, sin dejar de lado que defraudé la confianza de tus padres—la miró llorando y su ego no le permitió continuar argumentando. Lo estaba rechazando aún cuando habían pasado la mejor noche de su vida, incluso le confesó su mayor secreto, la amaba. Juntando un poco de su pisoteado orgullo, permaneció firme sin romperse por fuera, tal como lo había hecho por dentro.

—¿Estas segura de que eso es lo que quieres?—la pregunta sonó mas seria de lo que hubiera querido, pero le costaba mucho verse imperturbable.

—Si, es lo mejor—respondió ella también con un inmenso dolor en su pecho. Mirar el semblante decepcionado de Sasuke, le dolió, sin embargo, tomó la que creyó ser la mejor decisión.

...

Llegaron al restaurante en completo silencio. El Uchiha casi ni comió y se marchó diciendo que iría a encargarse de subir el equipaje.

—Disgusto de enamorados—la joven levantó el rostro encontrándose con Indra.

—No, no se trata de eso, nosotros no somos pareja, él es el hermano de Itachi y nunca podríamos...—no terminó de hablar pues sintió que cada vez se exponía mas y mas.

—Eso no es ningún problema, o dígame ¿alguno de los dos tiene compromiso con una tercera persona?

—No, pero de igual manera...

—Conozco a Sasuke tan bien como conocí a Itachi y desde que lo vi en la zona de esquiar, noté el interés que él tiene por usted.

—Se equivoca, Sasuke no puede estar interesado en mí, nosotros somos muy diferentes—intentó disipar las ideas, pues entre menos personas supieran lo sucedido, sería mejor.

—Créame Hinata, él está enamorado y el amor mi bella dama, es algo difícil de ocultar—sin decir mas, le tendió la mano y se despidió de ella con un beso. Hinata se quedó consternada. Se encontró con Toneri y se despidió de él, luego continuó hasta llegar a los autos estacionas frente a las puertas del hotel. Desde la distancia, capturó la figura de Sasuke, acompañado de la misma rubia del primer día. Su corazón dio un vuelco, sin embargo, no tenía derecho a sentirse así, después de todo, ella dejó todo claro. A pasos lentos se fue acercando y a pesar de las intenciones de la rubia por llamar su atención, él se veía sin expresiones y la fémina no tuvo otro remedio que marcharse derrotada.

El vuelo fue silencioso, ninguno de los dos dijo nada y eso hizo que la ojiperla se sintiera mas mal, dado que a causa de su imprudencia, terminó con la amistad de ambos habían iniciado.

—¡Tío Sasuke mamá!—en cuanto arribaron a la mansión Uchiha, los niños salieron corriendo a recibirlos. Abrazaron a la madre luego de tantos días sin verla y pronto se enfocaron en el varón. El azabache se colocó a la altura de los pequeños y los sostuvo a cada uno en un brazo. Hinata los siguió hasta adentro, donde Mikoto y Fugaku los esperaban sonriendo, sin embargo, apenas notaron la seriedad de Sasuke, borraron la sonrisa.

—¿Esta todo bien?—cuestionó Mikoto.

—Claro ¿porque no habría de estarlo?—respondió Sasuke, mientras que la chica sólo bajó el rostro. Los mayores lo notaron y no pudieron saber que había pasado, pero a juzgar por las expresiones faciales de ambos, no fue nada bueno.

[...]

El grito de la ex Yamanaka, estremeció a los tres niños que jugaban el parque donde las dos amigas se reunieron.

—¿En serio Hina? ¿Y que tal lo hace?

—¡Ino!—la reprendió sintiendo su rostro arder.

—¿Que? Todos sabíamos que tarde o temprano iba a pasar y me alegro que ya haya ocurrido—la ojiperla le contó sobre lo sucedido con Sasuke y al contrario de una reprimenda por parte de su amiga, recibía gritos de júbilo—Pero cuéntame ¿cómo quedaron? Me refiero ¿a cuando formalizarán?

—Le dije que fue un error y que lo mejor era olvidarnos de lo sucedido—Ino quería ahorcar a su mejor amiga para hacerla entrar en razón. Por mas que la Hyuga explicó sus razones, Ino continuó reprochándole su decisión y encima el ambiente en la casa de los Uchiha se había vuelto muy pesado. Todos, incluso los niños notaron el alejamiento entre ella y Sasuke.

[...]

Los amigos del Uchiha también se percataron del cambio y no sabían cómo ayudarlo. Tiempo atrás, Shion y Rin les comentaron a sus parejas sobre el visible interés que él tenía por Hinata y a pesar de ya saberlo, lograron atribuir su mal humor a algo sucedido entre ellos mientras estuvieron de vacaciones.

Prácticamente todos los que conocían al hijo menor de Mikoto y Fugaku, sabían que el azabache se había ido enamorando de la que fue su cuñada y quienes estaban mas cerca, querían hacer algo por él.

—¿Se puede?—sin esperar respuesta, Naruto entró en la oficina del azabache. Sasuke revisaba unos informes. Desde que regresó de ese viaje no lograba conseguir tranquilidad. Tener a Hinata tan cerca y no poder acercarse, lo tenia en constante sufrimiento.

—¿Que deseas dobe?—cuestionó sin verlo.

—Esta noche saldremos a divertirnos, Obito nos invitó—el mencionado también entró sin llamar y sonrió. Ellos ya se habían puesto de acuerdo para intentar sacarlo algún sitio.

—No lo creó, estoy muy ocupado preparando mi traslado—respondió sin inmutarse. Era lo mejor, regresaría a trabajar con Madara y Shisui tomaría su puesto en Konoha.

—¿Te irás?—Obito se sorprendió.

—Si... es lo mejor, después de todo, fue un error regresar—ambos notaron la tristeza en su voz.

—¿Tus padres lo saben?—preguntó Obito.

—Esta mañana se los comunique.

—¿Y que hay de Hinata?—inquirió Naruto.

—¿Que hay con ella?—cuestionó molestó.

—¿La dejarás aquí sin hablar sobre ustedes?

—No hay nade de que hablar, no creo que le importe si me voy o me quedo... total, mi vida no es relevante para Hinata.

—Te enamoraste de ella ¿no es cierto?—cuestiono Obito ya sabiendo la respuesta.

—Hasta la maldita médula—respondió sin pensarlo y tanto su mejor amigo como su primo, intentaron persuadirlo de su decisión, no obstante, él se mantuvo firme y lo único que los chicos pudieron lograr, fue convencerlo de salir con ellos esa noche.

[...]

Hinata llegó a la mansión luego de su turno en el salón y se encontró a Mikoto consolando a sus dos niños.

—¿Que pasa? ¿Porque están llorando?—se apresuró a llegar a ellos.

—Tío Sasuke se va—respondió Neji con sus ojitos llenos de lágrimas.

—¿Se va?—dirigió la pregunta a la mayor.

—Así es, esta mañana nos comunicó que regresará a laborar con Madara y Shisui tomará su lugar aquí—ella también se veía triste y la morena sintió que le arrojaban un balde de agua fría encima. Sasuke se iba por su culpa y ahora las personas mas importantes en su vida, también se habían visto afectadas.

Calmó a sus niños y los dejó dormidos, luego se dirigió al cementerio y de nuevo lloró por su error—¿Que hago Itachi? Si estuvieras conmigo, solucionarías todo como siempre lo hacías. En este momento me siento perdida y por mi culpa nuestros niños están sufriendo—levantó el rostro hacía el cielo estrellado y en ese momento vislumbró una estrella fugaz. Sonrió limpiándose las lágrimas. Itachi le decía que cuando miraban una estrella fugaz, era presagio de algo bueno. Suspiro y acomodó las flores antes de regresar. Lo único que se le ocurrió para impedir la partida de Sasuke, fue abandonar la mansión, así él ya no estaría obligado a verla, pero al mismo tiempo, podía estar cerca de los niños.

Pasada la media noche se quedó dormida y de pronto, los fuertes golpes en la puerta de su habitación la obligaron a ponerse de pie.

—¡HINATA! ¡HINATA!—abrió la puerta y miró a Sasuke totalmente alcoholizado—¿DIME CÓMO PUEDES TENERME EN TUS MANOS Y DESECHARME COMO UN SIMPLE PAPEL? ERES MUY MALA CONMIGO ¿DIME PORQUE NO PUEDES AMARME? ¿PORQUE NO PUEDES SENTIR LO MISMO QUE YO?—la chica se llevó las manos al pecho y volteó a la puerta del dormitorio de los niños. Afortunadamente, se mantuvo cerrada, al menos por el momento.

—Shhh Sasuke baja la voz, tus padres y los niños te van a escuchar.

—¿ES TODO LO QUE TE IMPORTA? ME RECHAZAS POR EL QUE DIRÁN ¿VERDAD?

—Tranquilo, estas ebrio y te ayudaré a recostarte.

—NO QUIERO TRANQUILIZARME Y NO ESTOY EBRIO—cómo era de esperarse Mikoto y Fugaku se acercaron apenas escucharon los gritos de Sasuke—¿ES ESTA TU VENGANZA POR LA FORMA EN QUE TE TRATÉ CUANDO NOS CONOCIMOS? ME ENLOQUECISTE DE AMOR PARA VENGARTE POR LO QUE LE HICE A TU CASA ¿NO ES CIERTO?

—¿De que hablas?—la joven no estaba entendiendo.

—Vamos a tu habitación hijo—Fugaku intervino pero Sasuke no se dejó agarrar.

—NO IRÉ A NINGÚN LADO HASTA QUE LE DIGA A ELLA QUE FUI YO QUIEN OCASIONÓ EL INCENDIO EN TU CASA—la joven se sorprendió al igual que los mayores—FUE UN ACCIDENTE Y NO ME ARREPIENTO... LO ÚNICO QUE LAMENTO ES HABERTE ENTREGADO MI VIDA Y MI CORAZÓN—el azabache se recargo en la pared un poco mas calmado.

—Ya no digas nada, hablaremos en otro momento—la chica estaba muy estresada, dado que la sorpresa de lo confesado, unido a la presencia de sus padres la descolocaron.

—¿Porque? ¿Tienes miedo que sepan lo que siento por ti?—sonrió mirándola—Te tengo noticias, ellos ya lo saben, mis primos lo saben, mis amigos lo saben, incluso tus hijos lo saben...tú también lo sabes porque yo mismo te lo confesé—se derrumbó quedando sentado sobre el piso. La chica temía enfrentar a los mayores, no obstante, Mikoto la tomó del hombro y le sonrió—Te amó maldita sea.

—Regresa a dormir cariño nosotros nos haremos cargo de él—pero al verlo tan vulnerable, se negó a marcharse—Anda hijo, tienes que dormir, el vuelo sale muy temprano y debes estar listo.

—¿Que vuelo?—Mikoto fulminó a Fugaku con la mirada y él reaccionó—Oh... si el vuelo, vamos Sasuke levántate, a Madara no le gusta esperar.

—¿Se irá tan pronto?—la joven no sabía que hacer, ella no creyó que se marcharía tan rápido. No iba tener forma de proponerle ser ella quien se marchara y no él. Fugaku ayudó a su hijo y una vez que se puso de pie, volvió a mirar a la ojiperla e intentó tocarle el rostro, no obstante, se arrepintió y se dio la vuelta. La joven se soltó llorando sin poder contenerse.

—¿Que pasa cariño? Sasuke tenía mucho tiempo sin embriagarse de esa manera, trata de perdonarlo, ademas, a partir de mañana, ya no volverá a molestarte—en vez de aminorar el llanto, la chica lloró mas.

—Yo... yo no quiero que se marche por mi culpa—confesó entre sollozos.

—No es tu culpa, en el corazón no se manda y si él te ama y tu no le correspondes, no te hace responsable de sus decisiones.

—¿Ustedes lo sabían?—la fémina asintió—¿Y no les parece...—Mikoto la interrumpió.

—Nosotros no tenemos nada que decir, mientras ustedes ya sea juntos o separados sean felices, también nosotros lo seremos. Desde que te conocimos, eres como una hija y queremos que sanes tu corazón. Si es con Sasuke estaremos contentos igual que si fuera con otro. Lo único importante es escoger al hombre indicado que sea capaz de quererte a ti y a los niños—la pareja ya sabía que Sasuke había estado hablando con los niños sobre dejar que su madre se casara en el futuro. Los gemelos lo pensaron y fue Itachi quien lo sugirió a él como candidato, mientras que Neji se tardó unos días en aceptarlo. A eso se debía que los pequeños preguntaran por él, mientras estuvieron en el exótico hotel.

...

Al amanecer, Sasuke se tentó la cabeza y logró enderezarse en la cama. Encontró un par de pastillas con un vaso de agua, seguramente para la resaca. Se dio una ducha fría con la intención de despabilarse. Tenía que salir de Konoha para ir a una junta en Suna. Estaría de regreso ese mismo día, así que no quiso despertar a los gemelos. Recordó el escándalo que hizo luego de beber con Naruto y cerró los ojos con molestia. Se había vuelto a humillar y de nuevo, ella se portó indiferente a sus sentimientos.

Se despidió de sus padres y se fue hasta pista donde lo esperaba el helicóptero.

—¿Donde está Sasuke?—Hinata bajo corriendo. Estuvo pensando la mayor parte de la noche y llegó a una conclusión. Se preparó para ir a su habitación y cuando no lo encontró, sintió mucho miedo y eso aumentó cuando escuchó la puerta principal cerrarse.

—Se marchó, dijo que ya iba tarde—respondió Mikoto fingiendo pesar.

—Necesitó hablar con él antes de que se marche—la chica lucía desesperada y la Uchiha le dio las indicaciones del lugar donde debía buscarlo. El chofer de la familia se encargó de llevarla, dado que ella se veía muy nerviosa.

...

Sasuke bajo del auto y caminó hasta el helicóptero. Vestía un traje negro con lentes de sol. Se peinó el cabello hacia atrás intentando quitárselo del rostro, ya que el aire de las aspas era muy fuerte. Estaba por subir, cuando escuchó su nombre. Frunció el ceño y el piloto le hizo una seña con la cabeza, apuntando algo en dirección a su auto. Se giró y creyó todavía estar ebrio.

—SASUKE—le gritó Hinata antes de llegar a él y cuando finalmente lo tuvo cerca se lanzó a sus brazos—No te vayas, no me dejes aquí.

—¿Porque habría de quedarme? Aquí no hay nada para mi y sólo me quedaría si hubiera una buena razón para hacerlo.

—Yo te amo y no quiero que me dejes—el corazón de Sasuke se aceleró al mismo ritmo que el de la chica.

—Hinata ¿estás hablando en serio?—ella asintió llorando—¡Mi amor!—sin importarles las miradas de los trabajadores, ni la junta a la que el Uchiha debía asistir, la pareja se besaba en una imagen digna de una novela romántica, aunque también erotica, ya que Hinata rodeaba la cintura del azabache con sus piernas, mientras él caminaba hasta su auto, el mismo que se dirigió a su apartamento. La necesitaba y sabía que ella también a él.

Con una velocidad digna de un súper héroe, Sasuke cerró la puerta del apartamento y desvistió a la chica, al mismo tiempo que ella lo intentaba con él. Sin esperar a estar en la recámara, la subió sobre la mesa del comedor donde se dedicó a chupar morder y besar los senos de su amada.

—¡Sasuke!—la escuchó gemir y enloqueció de placer. Bajó hasta su vagina, dado que anhelaba volver a degustarla y ahora que le confesó amarlo, la enloquecería de deseó, así como se encontraba él.

—Pídeme que te de mas Hinata—la chica gritaba sosteniendo el largo cabello azabache.

—Mas Sasuke, mas ahhh—antes de llevarla al orgasmo, se retiró escuchándola soltar un gemido de protesta y sin darle tiempo a volver a quejarse, la envistió con fuerza. Ambos jadearon de placer. Él la atrajo hasta el borde de la mesa y levantó las piernas femeninas a la altura de sus hombros, en busca de mayor profundidad. Luego de unos minutos la sentó quedando frente a frente y siendo mas tierno. Quería demostrarle que podía amarla de todas las maneras que ella deseara. La beso en el cuello, los senos, los labios y por último le decía palabras amorosas en su oído, luego aumentaba el ritmo de los embistes y las dulces palabras pasaban a ser subidas de tono e incluso vulgares, para cualquiera que las escuchara.

—¿Te gusta?—le pregunto mirándola subir y bajar sobre su pene. La tenía sentada sobre él, mientras su boca se dedicaba a saborearla. Se había trasladado al sofá sin romper su unión.

—M-mucho Sasuke ahhh—la verdad, a la joven le era muy difícil hablar con claridad, cuando lo único que sentía eran ganas de gritar. Apretó la cabeza del azabache enloquecida al ver como succionaba su pezon y se alejaba dejándolo caer para regresar de nuevo a torturarla—Sasuke, Sasuke... yo—ambos llegaron al límite y consiguieron el éxtasis al mismo tiempo.

Durante el resto del día, Sasuke se dedicó a poseerla en todas las poses con las que soñó durante el tiempo que estuvo deseándola en silencio. Ahora no era un simple deseo, Hinata era suya, solamente suya y el deseo se unió al sentimiento de amor. La amaba como nunca pensó posible hacerlo.

Una hora antes del anochecer, llegaron juntos a la mansión Uchiha. Les contaron a los gemelos y a los padres la noticia sobre el emparejamiento. Los dos niños se pusieron felices y para Hinata eso fue suficiente. Sabía que había tomado la decisión acertada.

Los mayores sonrieron y los felicitaron. No podían estar mas agradecidos del rumbo que habían tomado las cosas, pues querían para cada uno de ellos la pareja perfecta y habiéndose unido, ya no necesitaban buscar mas.

[...]

Tres años mas tardé, Hinata esperaba frente a la escuela, la salida de sus niños. Pronto se escuchó un alboroto y sonrió sabiendo que ya se acercaban. Itachi y Neji eran muy competitivos entre ellos, ya que desde su inició, sobresalían en los grados.

—Llegué primero—anunció Itachi, mientras que su gemelo sonrió con suficiencia.

—¿Y que? De todos modos, la maestra nueva dijo que mis ojos son los mas bonitos que ha visto—justó en el ego de Itachi, quien no tardó en cruzar los brazos con inconformidad.

—Los de ambos sun muy bellos, no discutan por eso—les dijo la joven madre, antes de besar la frente de cada uno.

—De nuevo discutiendo—Sasuke se acercó sosteniendo una hermosa niña de ojos y cabello negro, la cual apenas tenía un año.

—¡Papá Sasuke!—con el tiempo, los dos niños comenzaron a llamarlo papá y el azabache sintió que se derretía. Nadie les pidió hacerlo y sabía que al hacerlo, era porque se lo había ganado.

—Saben que a su hermana no le gusta que discutan—la regordeta niña de nombre Jin, se convirtió en la debilidad de los tres varones—ahora vamos, o llegaremos tarde al cumpleaños de su primo—ese Viernes, la familia iba a la fiesta de cumpleaños del hijo de Ino y Gaara. Los chicos sonrieron y se dirigieron al auto. En cuanto se quedaron solos, Sasuke besó los labios de su esposa. Ellos se habían casado unos días después de anunciar la noticia del noviazgo.

Hinata no olvidó a Itachi, él siempre sería su primer amor, el hombre que incluso dio su vida para salvar la suya. Ella simplemente abrió un nuevo capítulo y amaba a Sasuke. Una vez por semana, todos iban al cementerio a dejar flores y rezar sobre la tumba de Itachi, pues Hinata quería que siempre lo recordarán como el gran hombre que fue.

Los amigos y compañeros de Itachi, continuaron frecuentando a la morena y por ende a Sasuke y los niños. A ellos también les dio mucho gusto, ver como Hinata logró salir de la soledad auto impuesta y volvió a tener motivos para sonreír, como lo hacía desde que se caso con Sasuke.

—¡Gracias princesa!—le dijo luego de besarla.

—Gracias ¿de que?—ella sostuvo la niña y le besó la mejilla.

—Por llegar a mi vida y lograr sanarla—Hinata sonrió y antes de responder algo, escucharon una nueva discusión entre los gemelos. Ambos negaron con la cabeza y sonrieron.

Fin

Bueno aquí esta la segunda y última parte del primer capítulo. Me quedo muy largo, incluso es como si hubiera escrito cuatro capítulos de mis otras historias, por eso tarde mas de la cuenta. Les agradezco mucho a quienes le dieron la oportunidad de leer hasta aquí y me disculpo por los posibles errores de ortografía que seguramente se me quedaron, apenas los encuentre y los iré corrigiendo.

Los próximos capítulos, serán con los otros personajes, pero aún no me decido si es Minato, Ashura, Tobirama Kakashi o Madara😊💕

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