Inadaptado. Segunda parte
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¡Hinata!—Sasuke se acercó a la viuda de su mejor amigo y se preocupó al verla tan abatida. La joven madre sostenía a su hija entre sus brazos—¿Que sucedido? ¿Ese tipo les hizo algún daño?—las evaluó a ambas y aparentemente se veían bien.
—Estamos bien, es sólo que nos asustamos mucho—la ojiluna tranquilizaba a su hija y se hizo a un lado para dejarlos pasar—Siéntense por favor—los dos agentes se sentaron en la sala y ella hizo lo mismo para relatarles los últimos acontecimientos.
—¿Dices que él conocía datos personales sobre ti?—cuestionó Gaara con mucha curiosidad. Hinata por su parte, esperaba que fueran personas desconocidas a ella quienes se encargarán del caso, pero aparentemente, no contó con esa suerte.
—Así es, él conocía información confidencial, que sólo Naruto y yo sabíamos, incluso respondió la llamada telefónica y les dio las palabras clave... yo nunca se lo dije a nadie y dudó mucho que Naruto lo hubiera hecho—les dijo evitando volver a llorar—y ademas de saber el código de seguridad de mis tarjetas, también me llamó como me llamaba él—ambos agentes la miraron desconcertados, luego se miraron discretamente entre sí.
—¿Lograste verlo?—ella asintió—¿Crees que puedas darme una descripción física de él?—Sasuke sintió su corazón latir desconsoladamente ¿sería posible que después de todo, el experimento hubiese tenido éxito?
—Él era muy corpulento, alto, de cabello plateado y exótico color de orbes—aunque no logró verlo con suficiente luz, si pudo notar el poco usual color en sus orbes. De nuevo los agentes se miraron, pero en esta ocasión, con menos discreción. Era obvio que se trataba del sujeto que se sometió a la cirugía—lo siento, eso fue todo lo que logré ver—la voz de Hinata los saco de sus pensamientos.
—Esta bien, no te preocupes por nada, dejaremos vigilancia por si se le ocurre regresar—aseguró Gaara mirando directamente a la viuda. Luego de unos minutos los agentes se dispusieron a marcharse, después de todo, ya era de madrugada y ellas necesitaban descansar.
Hinata recostó a la niña y los acompañó hasta la puerta. Gaara se despidió y avanzó hacia el auto, pero Sasuke se giró para encararla.
—Se que nunca fuimos cercanos, pero todos sabíamos lo mucho que él las amaba y ahora que ya no esta, debes saber que siempre podrás contar conmigo. Sin importar que, ustedes siempre pueden llamarme y estaré aquí—Hinata prefirió guardar silencio y no decir lo que pensaba, dado que aún se sentía confundida por la extraña forma de comportarse de ese hombre—créeme, haré por ustedes lo que no pude hacer por Naruto—el arrepentimiento y el dolor presentes en la mirada de Sasuke, le dejó claro a la ojiperla, que él se sentía muy culpable por la muerte de Naruto.
—Gracias señor Uchiha, no dude que lo tendré en cuenta—el Uchiha se sintió mal por su modo tan formal de hablarle. Quizás no debieron permanecer tan alejados de ellas, pero nunca se le ocurrió la posibilidad de perder al rubio y ahora había una barrera invisible entre ellos ¿como hacerle entender a esa mujer que todo el alejamiento fue por cuidarla? ¿Como decirle que también él sufrió la pérdida de alguien a quien consideraba su hermano?
—Vamos, no tienes porque ser tan formal conmigo. La verdad, preferiría que me tutearás, después de todo, me gustaría acercarme a ustedes, si tú me lo permites—ella se sorprendió, pero luego se recompuso.
—No me lo tomé a mal, pero a estas alturas, no creo que mi hija comprenda su repentina presencia... entienda, ninguno de los amigos de su padre se molestó en querer conocerla, ni siquiera venían a sus fiestas de cumpleaños ¿como podría justificar que de pronto un amigo de su padre la quiere conocer? Ella posiblemente lo asociara con la muerte de Naruto y en estos momentos, no quiero que mi niña sufra mas de lo que está sufriendo—ella no quería ser descortés, pero tenía que pensar en su hija y en su estabilidad.
—Entiendo y siento mucho ser un completo desconocido para ustedes, espero que con el tiempo, puedas aceptar mi cercanía—sin mas que decir, el azabache se dirigió a su auto. Lo único que podía hacer en ese momento, era garantizar la seguridad de ambas y tratar de averiguar si el tipo que la asaltó fue Hidan.
[...]
—Mi nombre es Nagato, mi nombre clave es Pain, soy el único que conoce las fórmulas para creer armas biológicas de destrucción masiva. Forme la organización Akatsuki, con el fin de un mejor gobierno, sin embargo, fui engañado por quienes financiaban mis experimentos tras las sombras y ahora me buscan para asesinarme... la anarquista Kaguya Otsutsuki me esta cazando y no puedo permitir que algo tan peligroso caiga en sus manos. Ella trata de negociar y me ofrece mucho mas capital de lo que podría gastar en mi vida, pero no sucumbiré porque no estoy loco para hacerlo. Estoy buscando una organización responsable para entregar el arma que aún poseo. La idea era entregar todo al agente Uzumaki y a su gobierno, pero ahora él está muerto. Mi única alternativa es negociar con Danzo Shimura, él me ofrece el dinero, aunque no es por eso que lo busco, también me ofreció protección y nueva identidad en cualquier país del mundo—Nagato concluyó el vídeo y lo envió a donde se comunicaba anteriormente con Naruto.
...
Kakashi lanzó un vaso contra la pared cuando concluyó el mensaje enviado por Nagato—No podemos dejar que Shimura se apodere de Nagato, ese maldito no difiere mucho de Kaguya y estaríamos en serios problemas si pone las manaos sobre él—les dijo a sus agentes.
—Esto es muy serio—añadió Yamato y en ese momento entraron Lee, Sakura, Sasuke y Gaara.
—Sensei, Hinata nos llamó anoche para reportar un robo en su hogar y la descripción física del perpetrador era la misma de Hidan—informó Sasuke—Dijo que él sabía información confidencial que sólo Naruto y ella conocían, ademas, desactivó la alarma sin ningún problema.
—Debe tratarse de una coincidencia—aseguró Kakashi, dado que hasta donde ellos sabían, Hidan había muerto en el accidente donde viajaba con los guardias.
—No señor, él me reconoció cuando le pedí el código de seguridad, incluso me llamó por mi nombre—aclaró Lee.
—Además, los resultados forenses revelaron que en la explosión del auto donde viajaba Hidan, sólo se hallaban dos personas y ninguna de ellas coincide con su ADN—concluyó Sakura, quien se encargó personalmente de buscar esa información—Ese hombre está vivo y molestó a Hinata ¿que haremos?
—Buscarlo y traerlo aquí lo antes posible... no podemos permitir que alguien más de con él—les dijo Kakashi y todos estuvieron de acuerdo.
[...]
Hidan arribó a una casa de empeño y vació el contenido de la tela que utilizó para colocar los objetos robados.
—¿Que desea hacer con esto?—Hidan miró al anciano y rodó los ojos.
—¿Que mas haría con esto si no venderlos para obtener dinero?—el anciano comenzó a evaluarlos y extrañado, sostuvo el peluche naranja. Hidan recordó a la niña rodando sobre el pasto con el zorro, luego la miró durmiendo sin soltarlo y sin predecirlo, se lo arrebató de las manos al hombre.
—Este no—lo guardó en la misma tela donde lo llevaba—y dece prisa, tengo hambre y necesito dinero—el anciano le dio lo que correspondía y Hidan se marchó en busca de algo para comer. La cabeza le había vuelto a doler y necesitaba algo para calmarlo.
Con avidez, tomó un auto que encontró con las llaves puestas y se desplazó por la cuidad en busca de algo que ni siquiera él sabía que era con exactitud, sin embargo, se vio estacionando frente a la universidad de Konoha.
Entró por el área de la cafetería y el aroma a pan recién horneado, junto al café, lo atrajo de inmediato. A esa hora de la mañana, había una gran fila de personas esperando su turno para ser atendidos y Hidan simplemente se colocó frente a todos e hizo su pedido. El joven que estaba antes que él se molestó, mientras que la chica asintió sonriendo a su pedido.
—¡Espera un momento!—la chica preparaba el café y lo encaró para saber que deseaba cuestionar—¿Que fue lo que pedí?—incluso el mismo Hidan se había quedado sorprendido, dado que realizó el pedido en un idioma totalmente extraño para alguien como él.
—Usted me pidió un expreso con rollos de canela—respondió ella colocando ambas cosas frente a Hidan.
—Vaya vaya, ahora estoy hablando en italiano—saco un poco de dinero y lo puso sobre el mostrador sin dejar de sonreír.
—Es francés hijo de perra—el chico que estaba molesto por la acción de Hidan, aclaró el error y lo hizo con molestia hacia el peli plata.
—No me caes bien—sin soltar el vaso con el café, Hidan se dio la vuelta para encarar a quien lo insultó. Su risa se había ido y ahora se veía impredecible. Sin mucho esfuerzo, le dio un golpe y fue tal su fuerza, que el chico cayó tapando el sangrado en su nariz.
—Llamen a la policía—murmuró la chica encargada de preparar las órdenes.
—No puede ir así, golpeando a las personas en la pastelería, animal—vociferó el chico tumbado en el suelo. El peli plata recogió los rollos de canela y enfocó a las personas en la fila.
—¿Alguien mas? Vamos ¿alguien mas tiene algo que decir? Podemos discutirlo con unos putos dangos y café—nadie dijo nada y él avanzó hasta la salida.
—Creó que me rompió la nariz—volvió a escuchar quejarse al mocoso que golpeó y sin prestarle atención, siguió su camino.
Mientras caminaba por los pasillos al aire libre de la universidad, visualizo letreros que de una u otra manera, lo conducían al bolso con el dinero. Sus pasos lo llevaron a una biblioteca y entró al igual que lo hizo en la pastelería, sin importarle quienes estaban delante de él.
—¿Tienes algún libro sobre los poderosos ninjas de la hoja?—incluso él mismo frunció el ceño con lo que preguntó.
—Hay una fila señor—respondió la malhumorada mujer que se encargaba de atender a los clientes—Si no le importa—ella apuntó con la intención de que él se formara al final.
—Si, y yo estoy al frente de ella, cariño—respondió Hidan sin dejarse impresionar—date prisa y búscalo para mí—no era un pedido amable, mas bien, fue una orden con la suficiente autoridad para hacer que la mujer obedeciera.
—Cuarto piso... sección cuarenta—el varón sonrió y se alejó repitiendo la información. Llegó al lugar que le indicaron y se sintió mareado, era como encontrar una aguja en un pajar. Seguía teniendo vividos recuerdos del libro mencionado y tras él, la gran bolsa, sin embargo, justo donde se hallaba, no lograba acceder a absolutamente nada y las filas de libros eran interminables.
—Vamos... ¿donde está la bolsa Naruto? ¿Donde la escondiste?—le preguntaba a su cerebro y más visiones llegaban, pero con ellas, también el terrible dolor de cabeza. Recordando claves, se conectó en una de las computadoras, su visión se ponía borrosa tras soportar el dolor. Necesitaba algo y rápido.
...
—Chicos, alguien ingresó a una computadora como Naruto—apenas miró el punto en el monitor, Shikamaru se puso atento a cada movimiento.
—Ese debe ser Hidan—repuso Sakura.
—Demonios, bloquéalo, apágalo—ordenó Sasuke y Kakashi lo interrumpió.
—No, déjalo—el Hatake se acercó al monitor que mostraba el acceso—quiero saber que es lo que busca.
—No puedo entrar a la cuenta, él nos bloqueó a nosotros—les dijo el Nara, casi sorprendido.
—¿Cuál es el punto de acceso?—inquirió Kakashi.
—Una biblioteca... la biblioteca dentro de la universidad de Konoha—soltó Shikamaru.
—Vayan allá ahora mismo—Gaara y Sakura asintieron a la orden del Hatake y en pocos minutos, estuvieron sentados frente a la misma computadora que utilizó Hidan.
—Esta es—anunció la Haruno por el celular.
—Al parecer, solamente accedió al programa de búsqueda telefónica—informó Gaara, luego de mirar lo último en la pantalla.
—¿Y a quien buscó?—cuestionó Shikamaru.
—Al médico Orochimaru—Gaara miró a Sakura y ambos se dirigieron al auto en el que llegaron.
[...]
Orochimaru salía de un restaurante, cuando escuchó su celular sonar, lo respondió mientras llegaba a su auto y escuchó una voz familiar.
—Hidan se dirije hacía ti y rastrearemos tu ubicación. No cuelgues ¿entiendes? No cuelgues—exigió Kakashi.
—Está bien, ya entendí—el médico rodó los ojos ante el pesado y molestó comportamiento del agente y apenas colocó su celular en el bolsillo de su chaqueta, un vehículo le cerró el paso.
—¿Que tal doctor?—Hidan bajo del auto y fue directamente hacia él—Necesitó mas de esas pastillas, porque si no las tengo, comienzo a recordar cosas de Naruto Uzumaki y es como si me aplastarán mi cabeza—dio un fuerte golpe a la pared tras el médico y Orochimaru en lugar de asustarse, quedó impresionado con su confesión.
—¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas a Naruto?
—¿Que si lo recuerdo?—no respondió la pregunta y continuó molestó—Mi puto cráneo se parte y lo mismo le pasara al tuyo si no encuentras la forma de ayudarme—Kakashi y el equipo escuchaban todo, mientras Shikamaru accedía a la ubicación exacta del celular perteneciente al médico, no obstante, ellos no eran los únicos en estar siguiendo los movimientos del médico.
—Claro que si, ya te dije que yo quiero ayudarte.
—Bueno ¿a donde chingados vamos?—cuestionó con menos paciencia.
—Una farmacia—acertó a decir Orochimaru—esta a dos calles de aquí.
—Entonces vamos ya—Hidan sostenía un trozo de metal en su mano, con el que según él, golpearía a quien se interpusiera en su camino—Sube de una vez—el médico obedeció y lo miró conducir hasta el establecimiento mencionado.
Los dos entraron en la farmacia y la chica se ocupaba de atender a otro cliente. Como era de esperarse, Hidan no tenía paciencia para continuar esperando y se adelantó hacia el mostrador.
—Oye, oye, apresúrate pendeja—la joven jadeo asustada al escucharlo y fue peor cuando lo encaró—Eso fue agresivo... lo siento mucho—Orochimaru se sorprendió, al igual que lo hizo el equipo de agentes, quienes ya habían accedido a la ubicación y se dirigieron a ellos.
—¡Hidan!—lo nombró el médico.
—¿Escuchaste eso?—le preguntó a Orochimaru sin dejarse de mover—Yo no lo siento, eso fue Naruto hablando, no yo. Ese rubio me esta jodiendo la vida—se quejó molesto.
—La personalidad de Naruto, está afectando tu comportamiento.
—Yo no se nada de ese pendejo, lo único que se, es que no puedo hacer cosas como antes y todo se debe a lo que pusieron dentro de mi cabeza—Kaguya accedió al perfil de Naruto y por ende, al médico Orochimaru. Ella tenía el equipo para jaquear incluso los equipos federales, por lo tanto, no demoró en encontrar al médico y accedió a las cámaras de seguridad de la farmacia. La sonrisa no abandonó sus labios y al igual que los agentes, ella también envió a sus hombres al lugar donde se hallaba Hidan.
—¿Entiendes las habilidades?—Orochimaru estaba extasiado con los resultados de la cirugía. Había sido un éxito y aunque Hidan lo estuviera negando, la personalidad de Naruto, se mezclaba con la suya.
—Entiendo álgebra, habló diferentes idiomas, voy a donde quiera, hago lo que quiero. Todo es diferente, estoy como nuevo—la chica veía a ambos sin entender nada—Son recuerdos cronológicos, no lo se, las imágenes sólo salen—desesperado se volvió a palpar la cabeza—Por favor, sólo necesitó una de esas malditas pastillas—la fémina asistió buscando—no soporto este dolor—se retiró la capucha que le cubría la cabeza y cerró los ojos.
—Recuerdas las respuestas automáticas de Naruto, sólo con tocar o leer lo que estuvo cercano a él ¿y que hay de las emociones?
—Si—respondió sin rodeos, dejando tanto a los agentes, como a Kaguya, mas que desconcertados y al mismo tiempo, interesados en capturar al criminal—yo... conocí a su esposa e hija—la voz cambió cuando lo dijo.
—¿Y?—cuestionó el médico aún mas fascinado.
—Y—suspiró intentando por todos los medio de abrir el frasco con pastillas que la chica le acababa de entregar—había algo—golpeó el frasco sobre el mostrador e intentó abrirlo con sus propios dientes.
—¿A que te refieres con algo?
—La gente siempre me dijo que no tenía sentimientos sobre esto, o aquello... no sabía a que se referían—la joven se acercó a él al verlo intentar abrir el medicamento erróneamente—ni de que hablaban hasta que... No puedo ¿como chingados abren esto?—voluntariamente le entregó el frasco a la chica.
—Tiene seguro contra niños, sólo se presiona y abre—Orochimaru lo tomó y fue él quien lo abrió.
—¡Si!—exclamó Hidan, tomando cuatro píldoras y cuando pensaba tomar más, el médico cerró la mano. Hidan lo miró molesto.
—¿Que tal ahora?—le preguntó para distraerlo, ya que no podía ingerir tanto medicamento de una sola vez.
—Mmm, ahora juega conmigo.
—¿Y no te sientes mejor? Se llaman emociones
—Pues lo que sean, yo no las uso.
—No tiene sentido la vida sin ellas—aclaró el médico y Hidan lo miró.
—Bueno... gracias por las píldoras—mostrándole el frasco, se dispuso a salir de la farmacia.
—Necesitó hacerte algunas pruebas, antes que los recuerdos comiencen a desvanecerse—Hidan se paró en seco y giró a mirar al doctor.
—¿A desvanecerse?
—Así es—el criminal suspiro y se volvió a colocar la capucha y unos lentes oscuros.
—¿Cuanto tiempo me queda?—indagó con pesar en el tono de voz.
—Dos semanas, no lo sé... quizás pueda conseguir que duren más.
—Entonces debo darme prisa, tengo muchas cosas que hacer, tengo dinero que encontrar.
—¿Dinero?
—Si, una gran bolsa llena de dinero—respondió impaciente.
—¿Y que harás con el dinero cuando lo encuentres?
—No lo se—respondió soltando el pomo de la puerta por la que segundos antes pensaba salir—comprar una casa, ya sabes, comprar una televisión, irme de vacaciones como los demás ¿no?—Hidan volvió al mostrador.
—Claro—afirmó Orochimaru, aún mas conmovido con el comportamiento de su paciente.
—Toma, es lo que te debo.
—No es nada, todo esta bien señor—ella sólo le sonrió con amabilidad.
—Eres muy amable, te lo agradezco mucho—apenas lo dijo y volvió a encarar al médico—¿Quien demonios dice eso?—Orochimaru se quedó parado en el mismo lugar de espaldas a la puerta y Hidan finalmente salió de la farmacia mirando el frasco de pastillas.
—Alto ahí—de pronto varios agentes lo habían rodeado y lo golpearon, a pesar de no haber mostrado resistencia al arresto. Orochimaru salió y negó con la cabeza, ya que estaban siendo demasiado violentos e incluso lo golpearon en la cabeza antes de esposarlo.
—Oye Yamato, aun le debes a Naruto cien dólares de la apuesta sobre el juego, lo justo es que me los pagues—aún reducido y sin poder defenderse, Hidan no se dejaba amedrentar.
—¡Cállate!—Darui le dio otro golpe en la cabeza con el arma.
—Lo recuerdas todo ¿no es cierto?—cuestionó Yamato—¿Donde está Nagato?
—No lo se, pero recuerdo que Darui se rompió el tobillo en su última misión—en ese momento, Hidan logró patear el tobillo del agente y el crujido del hueso lo deleitó. Los otros agentes lo volvieron a golpear mientras el médico veía todo.
—Ya es suficiente—les gritó Orochimaru, después de todo, le había tomado empatía a Hidan y él continuaba siendo su paciente. Yamato les ordenó a sus hombres que avanzarán y alguien ayudó a Darui, ya que de nuevo tenía un tobillo roto.
Zetsu veía todo desde la distancia y apenas se fue el auto con Hidan, se dispuso a seguirlo sin ser detectado. Debían tener al criminal a cualquier precio y mediante ese hombre, accederían a Nagato.
...
—No se cómo trabajen, ni cómo se manejen sus hombres, pero deben dejar de golpearlo, sobre todo en la cabeza—exigió el médico una vez que Hidan se marchó.
—Entiendo tu punto—replicó Kakashi desde el desde el departamento de investigación, donde esperaban al criminal—pero ahora, él viene para acá ¿con quien se supone que estaré tratando? ¿Con Naruto?
—No, él es Hidan, pero está influenciado por Naruto... recuerdos, habilidades, rutinas—respondió el médico.
—¿Rutinas?
—Si, ya que la mayor parte de lo que hacemos, está reducida a la rutina del subconsciente, él ha hecho el salto mental de Naruto a su subconsciente. Mencionó dinero, una bolsa, eso lo incita, ofrézcanle ese dinero y les dará a ustedes lo que quieren. Llévenlo a donde estaba Nagato. Disparen la memoria de Naruto y síganle el rastro.
—El ex Akatsuki intenta hacer un trato con Shimura... parece que saldrá de su escondite—interrumpió Shikamaru la llamada de Kakashi.
—¿Escuchaste eso? Estamos jodidos, porque tú pretendes que pongamos la seguridad de todo el país en manos de un psicopata y no en un héroe—Orochimaru concluyó la llamada y suspiró con cansancio. Sabía la posición en la que se hallaban lo agentes, pero ahora que tuvo la oportunidad de evaluar a Hidan, no tenía dudas al respecto, él podía hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
[...]
Tres horas luego de ser capturado, Hidan se hallaba comiendo un sándwich, mientras veía el televisor, sin embargo, la programación mostrada no era la habitual, no, él veía diferentes vídeos caseros y fotografías de la familia Uzumaki.
De vez en cuando, el criminal sonreía genuinamente. De pronto, aparecieron imágenes de una hermosa playa y caminando por la arena, se encontraba Hinata vistiendo un sencillo vestido blanco. El viento le volaba la suave tela, al igual que su cabello. Su sonrisa se hizo mas grande, hasta que Kakashi entró y se colocó frente al televisor.
—El dinero del que hablaste, el que está en esa gran bolsa... llévanos con Nagato y será tuyo—Hidan se movió para continuar mirando a Hinata y el Hatake volteó la pantalla hacia la pared—¿Tenemos un trato?—Hidan no desistió y continuó mirando las imágenes hasta que encaró al agente.
—Eso—apuntó la pantalla—esa playa, ese lugar, yo quiero estar ahí—Kakashi volteó de nuevo la pantalla a donde estuvo desde el principio y suspiró.
—Bien, tu puedes ir a la playa ¿tenemos un trato?—Hidan ya se había puesto de pie y los otros agentes veían todo desde afuera, aunque quienes se hallaban dentro no podían verlos a ellos.
—Si—afirmó el criminal enfocándose directamente en Hinata—lo tenemos—sin que Kakashi lo pudiera evitar, Hidan le dio un fuerte golpe en el pecho y con rapidez, colocó la cadera de las esposas sobre el cuello del agente. Sasuke, Gaara Yamato y Sakura entraron con las armas listas para disparar.
—No disparen, no... esperen—les ordenó Kakashi—Sólo tú puedes hacer esto, ya te dije que si me llevas con Nagato, el dinero es tuyo.
—¿Todo?
—Todo tuyo—le respondió aún sintiendo la presión sobre el cuello.
—Quiero ir ahí—lo giró y apuntó la pantalla.
—¿A la playa?
—No a cualquier playa, quiero esa—el Hatake les hizo una seña a sus hombres y ellos entendieron que ya tenia la situación bajo control.
...
Mas tardé, dos vehículos oficiales salieron con las indicaciones que Hidan les daba. Kakashi, Lee y Hidan, viajaban en el primero y siguiéndolos de cerca, viajaban Sakura, Sasuke y Gaara.
Durante todo el trayecto, Hidan iba recordando mas eventos de Naruto y Nagato—¿Por donde Hidan?—cuestionó Kakashi, sin estar muy convencido, no obstante, ese criminal era todo lo que tenían para llegar al pelirrojo.
Sin que ellos lo notaran, Zetsu y sus hombres los seguían de cerca, mientras Kaguya manipulaba el sistema de identificación facial desde su computadora. Encontró a un varón con rasgos similares a Nagato en el aeropuerto de la cuidad y se encargó de hacer la comparación para que los registros mostraran que en verdad, se trataba de Nagato. En cuanto hubo terminado, se activó la alerta en el departamento de investigación. La Otsutsuki sonrió complacida y le ordenó a Zetsu no retroceder.
—¡Cielos!—exclamó Temari cuando sonó la alerta de los monitores—Es Nagato, esta en el aeropuerto.
—Avisen al jefe—ordenó Genma.
—Señor, el sistema de reconocimiento facial detectó una alerta roja—le informó Temari al Hatake.
—Oríllate... oríllate—ordenó Kakashi a Lee y esté obedeció justo antes de cruzar el puente cercano al muelle. El Hatake salió del vehículo sin importarle el trato que había hecho con el criminal—Gaara, asegúrate de que pongan al convicto en hielo y lo desaparezcan—le ordenó al pelirrojo cuando se dirigió al auto que conducía Sasuke.
—¿Eso es todo? Pero lo que él sabe... no podemos desecharlo así como así—Sakura no estaba de acuerdo con las órdenes de su sensei.
—Nagato fue visto en el aeropuerto, seguramente intenta salir para reunirse con Shimura. Sus secuaces lo deben estar cubriendo... ahora ya váyanse—sacaron a Hidan del auto y lo llevaron al que conducía Gaara. Sakura también se quedó y sólo Sasuke se fue con Kakashi al otro vehículo.
—Espera, tu, oye mi dinero ¿donde está mi dinero? Maldito hijo de puta—Kakashi lo miró con despreció y sin más, subió junto a los otros agentes y salieron a toda prisa con rumbo al aeropuerto.
—Con cuidado—les pidió Sakura al momento de subir a Hidan en el asiento trasero. Ella volteó y lo miró con nostalgia ¿sería verdad que una parte de Naruto vivía en él? Ella se hallaba muy confundida y había sentido simpatía por Hidan tras verlo sonreír con las fotografías de Hinata y Himawari.
Desde su computadora, Kaguya se encargó de cerrar el puente, quedando el auto de Gaara parado junto a los otros que ya habían subido al mismo lugar. No podían retroceder y debían esperar hasta que el puente volviera a abrirse. La fémina sonrió y levantó su teléfono—Zetsu, es tuyo, no lo pierdan—la llamada finalizó y dejó que sus órdenes se cumplieran al pie de la letra.
—¡Maldita sea!—soltó Gaara al verse detenido con los otros vehículos. El mecanismo del puente, hacia que gran parte él, girarse para darle acceso a los grandes barcos—¿Que podría ser peor?—apenas terminó la pregunta, otro auto se impactó con el suyo, mientras prácticamente el camino daba media vuelta con mas de treinta vehículos arriba.
—¿Que fue eso?—gritó Sakura y antes de poder reaccionar, el vidrio trasero del auto fue roto por un disparo. Los gritos de las personas no se hicieron esperar, al igual que los siguientes disparos dirigidos a ambos agentes.
—Sal de aquí y llévalo a él, yo los cubro—decreto Gaara, al mismo tiempo que respondía los disparos.
—Vamos—Sakura corrió con Hidan de auto en auto, hasta que sintió el impacto de algo caliente sobre su brazo. Hidan la ayudó colocándola tras un camión—Me dispararon—le dijo y Hidan extendió la mano aún con las esposas para que le diera su arma. La chica se la dio y un nuevo disparo le dio en el hombro, dejándola inconsciente.
—Pendejos—vociferó el peli plata y evaluó sus probabilidades de escapé. Tres sujetos se acercaban, lo pudo ver por debajo del coche donde se ocultaba y no había a donde avanzar, pues estaban rodeados de agua.
—Venga con nosotros Hidan, le daremos mas dinero del que pueda gastar en toda su vida—escuchar esa voz haciendo la oferta, de inmediato lo lleno de ira. Sin esforzarse mucho, los recuerdos de Naruto en sus últimos momentos de vida vinieron a él y ese tipo fue uno de los principales perpetradores.
—Tu y tu puta madre, se pueden ir a la mierda—sin pensarlo, se dirigió al auto mas cercano a la orilla y lanzó fuera al aterrado conductor, pero antes de poder subir, recibió un rozón de bala en el brazo izquierdo—Ahhh—jadeo de dolor y mirando por el espejo retrovisor que los tipos se acercaban, no lo dudó mas. Encendió el motor y avanzó lanzándose a las frías aguas del río con todo y el auto.
La desesperación se apoderó de él, al momento de tocar el fondo, puesto que las puertas no abrían y las manos esposadas le daban muy poca movilidad, sin olvidar que el aire en sus pulmones se estaba agotando. Haciendo uso de todas sus fuerzas, rompió el vidrio de la puerta del conductor. Salió rápidamente, pero los trozos de vidrio le rasgaron profundamente el mismo brazo donde recibió el rozón de bala. Aún con el dolor, nadó hasta la superficie y se marchó lo mas rápido que pudo.
Minutos después, el puente volvió a su lugar original y los hombres de Kaguya se marcharon, dejando a dos agentes heridos y al objetivo principal, posiblemente muerto.
...
Mientras tanto, Sasuke y Kakashi corrieron por el aeropuerto, ya habían puesto sobre aviso a los guardias y estos se encargaron de retener a quien identificaron como Nagato. Necesitaban tenerlo antes que Kaguya, o Danzo, pusieran las manos sobre él.
—¿Donde está?—cuestionó Kakashi apenas entraron en los cuartos donde retenían a las personas que quebrantaban la ley.
—Creó que se trató de una falsa alarma—informó uno de los guardias, el cuál ya se había encargado de interrogar al hombre y comprobar que efectivamente, se trataba de un error.
—¿Es él?—inquirió Sasuke al mirar al hombre detenidamente. Conocían a Nagato por fotografías y vídeos, así que les era fácil identificar las diferencias, ademas, el hombre que tenía frente a ellos, contaba con identificación legal. Alguien les puso una trampa y ellos cayeron como idiotas.
—¡Maldita sea!—exclamo el Hatake mientras veía las imágenes en su celular—Que desastre. Sasuke se acercó y de inmediato identificó a sus compañeros heridos en el puente.
—Debemos irnos sensei, no pienso volver a abandonar a ninguno de mis amigos—el azabache avanzó sin importarle si su jefe lo seguía, o no, después de todo, ahí ya no tenían nada mas que hacer y las noticias sobre la posible muerte de Hidan, empeoraba todo. Se dejaron engañar y cayeron en la trampa como unos novatos sin experiencia.
—Dirígete hacia el puente, necesitamos que busquen el cadaver de Hidan, no podemos dejar que alguien mas lo encuentre—obviamente no podía caer en otras manos, manos que quizás podían hacer lo mismo que hicieron ellos con el cerebro de Naruto. Después de ver la capacidad que tenía Kaguya para infiltrarse en todos lados, posiblemente ella si lograría lo que ellos no pudieron hacer.
[...]
—Vamos cariño, ve a cambiarte de ropa y no te olvides de lavarte las manos ¿de acuerdo?—Hinata llegó a su hogar con su hija luego de recogerla en la escuela.
—De acuerdo mami—la niña obedeció y se dirigió a su habitación, mientras su madre se encargaba de preparar la cena. La ojiluna también estaba por ir a su recámara, pero se detuvo abruptamente al notar que la puerta del sótano estaba ligeramente abierta. Ella no la dejó así en la mañana que se fue, ademas, sólo Naruto entraba en ese sitio. Lentamente, abrió el cajón escondido en la mesa del pasillo cercana a las escaleras y descolgó el arma que Naruto colocó ahí para situaciones imprevistas. Nunca pensó que algún día iba tener que recurrir a ella, no obstante, ahora eran sólo ellas dos y sin tener a su sol, debía ser ella quien protegiera a su hija.
Sin hacer ruido, fue bajando los escalones sin dejar de sostener el arma, a la cual, ya le había quitado el seguro. No dudaría en dispararle a cualquiera que pusiera en peligro la poca tranquilidad que tenía Hima.
Finalmente llegó al último escalón y se encontró con una escena inesperada. El mismo tipo que irrumpió su hogar, se hallaba sentado en el piso con lo que parecía ser un equipo completo de primeros auxilios y cosas que ni siquiera pudo descifrar, sin embargo, lo mas alarmante, fue verlo herido de la pierna y el brazo. A simple vista, las heridas parecían profundas y muy dolorosas.
—¿Que esta haciendo aquí? ¿Y que es todo esto?—cuestionó apuntando con el arma y Hidan, ni siquiera se inmutó, simplemente mantuvo la calma mientras la veía frente a él.
—Eso le pertenece a Hima—el varón le lanzó una bolsa y ella pudo ver con claridad el peluche naranja saliendo de ella. Se trataba de Kurama, el zorro que su hija estaba tratando de encontrar desde tiempo atrás.
—¿Usted trabajaba con Naruto?—esa era la única explicación lógica que podía encontrar luego de lo mucho que él sabía sobre ella.
—No creo que... a alguien como a Naruto le hubiera gustado trabajar conmigo—Hinata lo miró sin entender—Metieron a Naruto en mi cabeza, tengo la cicatriz ¿la vez?—se giró para mostrarle la nuca donde suponía le realizaron la cirugía—todas esas cosas que él sabía, todas esas cosas que él sabía hacer, las tengo revueltas dentro de mí.
—Eso es imposible—replicó la ojiperla.
—El primer auto que compraron era usado y antes de dos semanas se averió. La reparación costó mas que el precio original, además tenía olor a pescado—Hinata jadeo de la impresión, dado que sólo ellos dos sabían esos detalles—Te lo dije, metieron a tu marido en mi cerebro.
—Ya basta, usted no tiene derecho a hacer esto—ella no bajo el arma, pero las lágrimas amenazaban con hacerse presentes.
—Mamá ¿donde estás? Tengo hambre—el llamado de Himawari la puso en alerta.
—En un segundo cariño—le respondió al mismo tiempo que Hidan se ponía de pie.
—Sábado por la noche... ramen y rollos de canela, tú haces los rollos y yo hago el ramen—Hinata sintió que un rayo la atravesaba y ya no contuvo el llanto—se que le gusta comer ambas cosas a la vez—Hidan se sostenía de un muro para no caer debido al dolor y el cansancio físico, no obstante, se esforzaba por explicarle—Sólo puedo recordar algunas cosas, aparecen recuerdos, diferentes lugares... no me preguntes como pasó, porque no lo se, pero ellos hicieron algo—ella bajó el arma sin darse cuenta y se dispuso a escucharlo.
—¿Porque?—se atrevió a cuestionar, dado que no tenía sentido, al menos para ella.
—Yo que putos voy a saber—respondió haciendo una mueca de dolor—buscan detalles de donde tu marido escondió un sujeto antes que lo mataran—la miró llorando y sintió mas dolor que el que estaba experimentando—Ahora, ve a darle de comer a tú niña, yo terminaré aquí luego me iré—lentamente, levantó la bolsa donde llevaba a Kurama y se la entregó a ella antes de darle la espalda. Hinata estaba por irse, pero en el último momento se volvió hacia él y lo volvió a apuntar por la espalda—Naruto nunca te hubiera lastimado y yo no podría—sin verla, se agachó con dificultad y comenzó a recoger todas las vendas manchadas de sangre y el equipo que utilizo. Hinata lo miró por unos segundos hasta que guardó el arma y subió los escalones.
Mientras tanto, Hidan colocó las cajas con suministros médicos en el lugar donde el mismo Uzumaki las había colocado para usarlas en caso de emergencia. Suspiro y terminó de desechar las vendas con sangre, al igual que las toallas manchadas y cuando estuvo listo para irse, observó por la ventana que Hima se dirigía al fondo del jardín trasero llevándose a Kurama con ella. Se sintió mareado tras otra ola de recuerdos de esa niña jugando sobre el pasto.
No supo porqué lo hizo, ni tampoco quería averiguarlo, pero Hidan se dirigió hacia la niña y se paró en seguida de ella. Himawari levantó el rostro para verlo y le sonrió con amabilidad, cosa que terminó de descolocar al peli plata.
—¿Sabias que perdí a mi papá?—él la miró con el rostro preocupado, le dolía verla así y sólo deseaba que volviera a sonreírle.
—Si, lo supe—se limitó a responder.
—Él me regaló a Kurama, fue el día de mi cumpleaños.
—¿Y porque lo tienes aquí?
—Quiero enterrarlo para que le haga compañía a mi papá, así no se sentirá solo—Hidan notó el holló en el suelo y se hincó para estar a su altura.
—Necesitas sacar mas tierra, de lo contrario, Kurama quedará afuera—se dispuso a ayudarla y sin esperarlo, sintió la pequeña mano tocándole la herida en la nuca. De inmediato se giró hacia ella y la miró. Él no estaba acostumbrado a ser tocado, mas que para golpearlo.
—¿Te lastimaste?—inquirió la niña con inocencia y él asintió mientras sostenía a Kurama. No quería que lo enterrara, sobre todo sabiendo lo mucho que amaba a ese peluche, por lo tanto, le dijo que sólo pretendiera enterrarlo y ella rápidamente aceptó.
...
En la cocina, Hinata horneaba los rollos de canela y al momento de sacarlos del horno, miró por la ventana. No perdió tiempo y salió corriendo sin olvidarse del arma que todavía mantenía oculta entre la cintura y el pantalón—Espera... detente ahora mismo—le advirtió a Hidan y ambos voltearon a verla—Hima ven aquí por favor—el corazón le latía irregularmente y sólo esperaba no tener que disparar frente a ella.
—No, estamos pretendiendo enterrar a Kurama—le respondió la menor.
—Ven aquí—sin mas argumentos, la niña obedeció.
—Hidan dijo que era amigo de papi—Hima se veía triste al retirarse de donde había estado con Hidan.
—Váyase... por favor—a la ojiperla no le importaba rogar, eso era mejor que dispararle frente a su hija.
—Mamá ¿se puede quedar a cenar? Él me agrada, es bueno—Hinata se sorprendió con el pedido.
—Cariño, entra ya—necesitaba apartarla de él lo antes posible.
—Está bien—sin ánimos la niña se alejó de ellos y la ojiluna lo encaró con molestia.
—Me iré después de la cena, tú haces los rollos y yo prepararé el ramen como a ella le gusta—la joven madre no pudo objetar, dado que Hidan pasó a su lado y al igual que Hima, también se adentró en la casa. Hinata suspiro derrotada y volvió a colocarse el arma en donde la llevaba antes.
La cena fue extraña para los mayores. Ellos colocaron la mesa justo como lo hacían cuando estaba Naruto. Era como tenerlo a él, pero al mismo tiempo, había alguien desconocido frente a ellas, no obstante, la niña se comportaba alegre y comió la cena sonriente. Por momentos, las miradas de los adultos se encontraban y era ella quien la desviaba. No sabía como explicar el sentimiento dentro de su ser y eso la confundía.
—Vamos, te mostraré mi piano—la pequeña termino de cenar y prácticamente se llevó a Hidan a la sala, donde tenía su piano. Hinata salió de sus pensamientos y se dispuso a recoger los platos, luego escuchó las melodías que su hija solía practicar frente a su padre—¿Quieres tocar conmigo?—el varón levantó el rostro y se sorprendió.
—No, yo no se como hacerlo—respondió con amabilidad.
—Yo te enseño, ven, siéntate aquí conmigo—muy indeciso y quizás inseguro, se fue acercando hasta quedar sentado junto a ella. Hima le tomó la gran mano para que tocara las teclas y en segundos comenzó a mover los dedos por sí solos, era como si siempre hubiera sabido hacerlo—¿Lo vez? Aprendiste muy rápido.
Hinata siguió el sonido de las risas y la música hasta llegar a la sala. La imagen frente a ella fue como recibir una descarga eléctrica. Himawari estaba tocando el piano junto a Hidan, ella hasta creyó ver el llamativo cabello rubio de su sol y ese hecho la quebró.
—Bien Hina, es hora de ir a tomar un baño—fue lo único que se le ocurrió decir.
—Si mami—la pequeña se levantó del banco y sin pensarlo, abrazó al peli plata—Buenas noches Hidan—antes de ire, le besó la mejilla. Él quedó atónito, no recordaba cuando fue la última vez que alguien le demostró cariño, de hecho, no recordaba haber recibido un beso en toda su vida, ni siquiera de su madre.
Aún distraído, se puso de pie y levantó su chaqueta. Su intención era marcharse y dejar en paz ambas, sin embargo, tampoco estaba seguro de su siguiente movimiento. Hinata sintió pánico al verlo irse y se apresuró a ir tras él.
—¿Quien es usted?
—No lo se... la mayor parte de mi vida, sólo un número, mi cerebro no siempre funciona bien, no siempre he actuado bien con las personas—la miró fijamente—tener a tu esposo en mi cabeza, me hace sentir y saber cosas, algunas buenas, otras malas, pero no te preocupes, el médico me dijo que pronto todo desaparecería.
—¿Puede sentir lo que Naruto sentía?—el se giró para evitar verle esos hermosos ojos brillantes de emociones, pero ella insistió—¿Puede?—volvió a cuestionar.
—Si—era muy difícil estar frente a ella y no verla asustada, ni a la defensiva como su primer encuentro.
—Había algo que Naruto hacia, era sólo entre nosotros—la ojiperla junto sus manos a la altura del pecho y lo miró esperanzada. Hidan sonrió genuinamente y le guiñó el ojo derecho. Las lágrimas no se pudieron contener, ella era una maza de emociones—esa es—se limpió las lágrimas—esa era nuestra señal de que me amaba... lo hacía desde que me pidió ser su novia—ella por momentos, creyó que esa situación no podía ser real, seguramente estaba soñando y se mordió el labio con fuerza hasta sentir el sabor metálico de la sangre.
—Yo... yo no se—confesó Hidan—no se lo que la palabra amor significa, pero yo nunca—ella se acercó a él y continuó.
—El día de nuestra boda ¿lo recuerda?—el varón la visualizó en la playa caminando en la arena con un bonito vestido blanco, era la misma playa que miró anteriormente en los vídeos y también en sus recuerdos.
—Si, si la playa—se escuchaba muy confundido y las imágenes de ella sonriéndole luego de besarlo, no ayudaban en nada.
—La primera vez que te di a Hima ¿la recuerdas? Estabas tan feliz—ella olvidó las formalidades y por momentos creyó estar frente a Naruto.
—Yo tengo recuerdos—le digo mirándola de nuevo—yo también puedo sentir como mi corazón se acelera, siento lo que tu esposo sentía—caminó hasta quedar a centímetros de ella y ambos se miraron a los ojos—él te ama Hinata... te amaba demasiado—dicho eso, se acercó más y rosó sus labios a los de ella, luego se dio la vuelta y caminó a la puerta principal. Hinata lo miró y volvió a llamarlo.
—¿A donde vas a ir?—estaba con la ropa húmeda, ademas tenia heridas y la cicatriz en la nuca parecía estar sangrando ligeramente. El corazón le dolió al verlo así y su instinto de protección salió a flote.
—No lo se, a donde sea que él me lleve.
—Entonces quédate aquí—le dijo determinada—te traeré ropa limpia para que te des un baño y puedes dormir en el sofá—lo miró retroceder y se sintió aliviada. Antes de ir al baño, Hidan se volvió a acercar a ella.
—No va ser la primera vez que me envías a dormir en el sofá—ella lo miró mas sorprendida y sin saberlo, sonrió recordando las discusiones y desacuerdos que terminaron con Naruto durmiendo lejos de ella. Sacudió la cabeza para ir en busca de ropa, almohadas y algunas mantas.
...
Hidan se tomó un rato relajándose en la ducha. Había estado manteniendo un estilo de vida ajetreado en los últimos días, por lo tanto, apenas estuvo pendiente de su aseo. Recordar sus días de encierro en la prisión, se combinaba con la vida que Naruto llevaba y en ese punto, disfrutó de lo que tenía al alcance, por ejemplo, el oloroso jabón corporal, el agua caliente y el pulcro entorno en el que se hallaba. La chica le dejó una bolsa con ropa limpia, cepillo de dientes, un peiné, desodorante y hasta una colonia para después de afeitarse.
Una vez que salió, se sintió humano y por primera vez, apreció algo tan básico, como lo era sentirse limpio, pero sobre todo, sentir que alguien se preocupaba por él.
Luego de días sin dormir bien, recostó la cabeza en la mullidas almohadas y se envolvió en las fragantes mantas, mientras pensaba en las mujeres que compartieron su cena con él y no pasó mucho tiempo, antes que cerrará los ojos recibiendo el sueño.
...
La mañana siguiente, Hinata se levantó temprano y preparó el desayuno. Su hija aún no se levantaba y cuando hubo terminado, se dirigió lentamente a la sala, especialmente a donde se hallaba el sofá donde Hidan dormía plácidamente. Ella lo observó por largos minutos y pensaba en lo sucedido. Él se veía mayor que Naruto, ademas, sus rasgos no eran similares, no obstante, se sentía como estar cerca de su sol una vez más.
Sintiéndose observando, Hidan abrió poco, a poco, sus orbes y se encontró con la joven acercándose hacia la mesa de centró donde colocó una taza de café y un plato con el desayuno. El aroma era delicioso y se sentía renovado luego de dormir mas de seis horas, cosa que no le sucedía.
—¡Buenos días!—lo saludo con una sonrisa y encendió el televisor frente a ellos—Espero que hayas dormido bien—el corpulento hombre no cabía por completo en el sofá, sin embargo, se veía descansado. La ojiluna se sentó en el otro sofá y lo veía de reojo para asegurarse de que comiera algo.
—Gracias por tu hospitalidad—le dijo levantándose y tomando la almohada con mucha pena, dado que la cicatriz en la nuca, aún le sangraba y terminó manchando la tela.
—Está bien, no te preocupes—ella le sonrió con amabilidad y Hidan sintió que su corazón se aceleraba. Esa mujer era hermosa, ella trasmitía un aura cálida y su sola presencia lograba tranquilizarlo—Come algo para que te recuperes pronto—lo miró darle un sorbo al café, luego comenzó a comer lo que ella le preparó. De nuevo se sintió en los recuerdos de Naruto y apreció los momentos en que desayunaban juntos y entre bromas y besos, ella le daba la comida en la boca. Apenas terminó con esos recuerdos, se enfocó en la taza que contenía el café y en ella se hallaba el logo de la universidad de Konoha. La tomó en sus manos y como si se tratase de un rayo, las vividas imágenes de él, escondiendo la bolsa de dinero llegaron con mucha claridad.
—¿Trabajas en la universidad de Konoha?—Hinata lo miró y asintió—¿Hay un lugar dentro de la biblioteca que este bajo llave? ¿Algo así como una jaula con rejas de metal?
—Si, es donde se encuentra la colección de libros valiosos que pertenecen a la cuidad, Naruto y yo, solíamos ir a esa área ¿recordaste algo importante?—le preguntó al verlo tan inquieto.
—Podría decirse que sí—le respondió sin dejar de verla a los hipnotizantes ojos perlas—¿Sabes donde puedo conseguir la llave?
—Todos los profesores tenemos una copia—declaró la joven.
—La necesito—para ese momento, Hidan ya se había puesto de pie y se colocaba una chaqueta que le dio Hinata. La Hyuga se fue hasta su bolso y regresó frente a él.
—Aquí tienes—sus manos se rosaron al momento de entregárselas y ambos experimentaron una electrizante sensación de anhelo. Era como si se necesitaran mutuamente y de nueva cuenta, Hidan tomó la iniciativa acercándose lentamente hasta quedar a centímetros de ella. Las respiraciones de ambos se agitaron y al continuar avanzando, finalmente unieron sus bocas.
—¡Hina!—Hidan la nombró entre besos, al mismo tiempo que la estampó contra la pared. La joven se hallaba perdida en las sensaciones y ni siquiera lograba pensar con claridad—Te amo tanto—confesó lo que sintió dentro de sí y ya no podía contener. Toda esa inesperada situación le resultaba increíble, él había estado con muchas mujeres, sin embargo, jamás tuvo ni un solo sentimiento por ellas, solamente las utilizaba para saciar sus instintos y ahora, todo su cuerpo reaccionaba a ella y su corazón parecía querer estallar de tantas emociones.
—También te amo Naruto—en ese momento, ambos se detuvieron por completo. Hidan sintió una punzada en el pecho, algo que nunca había sentido, mientras que Hinata sintió que le había fallado a la memoria de Naruto.
—Lo siento, yo no debí...—la joven no sabía que decir y la llamada de Hima, le trajo la oportunidad de escapar de la mirada decepcionada y dolida del hombre frente a ella.
—Mamá—la niña bajó las escaleras y apenas miró a Hidan, se acercó corriendo hacia él. Hidan no dudó y la levantó en brazos. De cierta manera, quiso aliviar con la niña un poco del malestar que sentía—me alegro mucho de verte aquí, yo no quiero que te marches nunca—le dio un beso en la mejilla y miró a su madre—¿Que tal si te quedas a vivir con nosotras? ¿Verdad que si puede mamá?
—Cariño, tu desayuno está listo—la Hyuga evitó la mirada de Hidan y no pudo controlar el nerviosismo. Aún no sabía lo que le pasó con él, pero al sentir su cercanía, aunado a la ropa de Naruto, incluso su aroma era el mismo que usaba su esposo cuando estaba vivo. Ella le dio los artículos, por lo tanto, lo que acababa de suceder, fue su culpa.
—¿Te quedas conmigo hasta que termine?—la niña lo pidió de tal manera, que a Hidan le estaba costando mucho negarse—Por favor, quédate... a mamá también le dará gusto que te quedes ¿verdad mami?—las orbes de ambos adultos se encontraron y no pudieron negarse al inocente pedido de Hima. Ella se veía tan alegre y no lo había estado desde la muerte de Naruto.
—Así es—se vio obligada a decir, aunque cada vez que lo veía, el sonrojó se apoderabde su rostro. El varón aceptó y se fue de la manó de Hima hasta la mesa del comedor. De nuevo, los tres parecían una familia y la mas feliz de ellos era la menor.
Luego de unos minutos escuchando a Hima contando cosas sobre sus compañeros de escuela y sobre lo mucho que avanzó en las clases de piano. Ellos sonreían y una vez que terminó su comida, Hinata le pidió que fuera a darse una ducha para salir mas tarde a casa de Neji. Necesitaba distraerla para que no se aferrara a Hidan.
—Gracias por todo... te prometo que no volveré a molestarte—le dije sin querer mirarla aunque su corazón volvió a sentir la dolorosa punzada.
—¡Espera!—Hinata de nuevo entró en pánico y sin pensarlo, lo tomó del brazo—¿Que harás ahora? ¿Donde te quedarás?—la perturbaba tenerlo cerca, pero le preocupó mucho no saber si volvería a verlo.
—No lo sé, de todos modos te regresaré la llave, no te preocupes.
—No se trata de la llave—Hidan se volvió a acercar hasta casi tocarle los labios.
—Necesitó encontrar lo que buscó, siento que eso me dará tranquilidad—cerró los ojos y aspiro el embriagante aroma femenino—Necesito un auto—se alejó un poco y se palpó la nuca.
—Claro—Hinata se movió rápidamente y sin pensarlo, le entregó las llaves de su coche—aquí tienes.
—Tendrán dinero Hina... mucho dinero, ya no tendrás que preocuparte por el futuro de Hima—le aseguró caminando con determinación hasta la puerta—Quisiera que Naruto se quedará en mi cerebro—soltó antes de salir, dejando a Hinata mas confundida.
[...]
—Tal como lo pensabas madre, me informaron que el tal Hidan salió esta mañana de casa de la viuda Uzumaki—declaró Zetsu. Kaguya ordenó poner a alguien a vigilar a las mujeres, ella tenía la certeza de que ese tipo no estaba muerto y pronto buscaría a la familia de Naruto.
—¡Perfecto!—finalmente después de haber estado histérica por el fracaso del plan sobre el puente, la fémina sonrió complacida—Averigua a donde se fue—la llamada concluyó y Zetsu bajo de su auto junto a dos tipos.
...
—Vamos cariño, ya tardaste mucho y debo peinarte—Zetsu les hizo una seña a los tipos y subieron las escaleras sin hacer ruido.
—Ya estoy lista—declaró la menor y se colocó cerca de su madre para que la peinara.
—Bien, ahora ve por tu chaqueta y yo llamaré un taxi—Hima se dirigió a su habitación, pero antes de lograr hacerlo, un tipo raro se puso frente a ella.
—¡Mamá!—Hinata tomaba un suéter y al girarse se encontró con la perturbadora escena.
—¿Dónde está Hidan?—Zetsu le apuntó directamente en la cabeza y al ver que ella no pensaba hablar, le hizo una seña a uno de sus ayudantes para que acercaran a la menor—Si no me lo dices, serás testigo de cómo matamos a tu hija, tal como lo hicimos con tu esposo—el miedo se apoderó de la Hyuga, esos tipos fueron los responsables de asesinar a Naruto y por supuesto que no dudarían en hacer lo mismo con ellas. Se hallaba entre la espada y la pared. Por un lado, no quería entregar información sobre Hidan y no podía pensar siquiera en perder a su hija, por lo tanto, no tuvo mas remedio que decir lo que sabía.
—Ya le dije lo que quería, ahora márchense de mi casa—les ordeno llorando y tratando de consolar a la asustada niña.
—Mucho me temo que esta visita no es tan sencilla como parecía—Zetsu hizo una llamada y dio toda la información que obtuvo de Hinata.
—¿A que se refiere?—preguntó ella con pesar, ya que posiblemente asesinarían a Hidan.
—Hidan resultó ser muy escurridizo, por lo tanto, necesitamos un plan B, en caso de que logré volver a escabullirse—sonrió con malicia mientras la veía y después se dirigió a los tipos que lo acompañaban—¡Llévenselas!—el pánico se miró en ambas cuando cada una se vio aprisionada por esos sujetos.
—No, por favor, dejen que mi hija venga conmigo—el pánico de Hinata aumento, cuando cada una fue llevada a diferentes vehículos.
—Mamá—la niña lloraba y gritó por su progenitora.
—Todo estará bien mi amor, trata de guardar silencio y no pasará nada malo ¿de acuerdo?—Hima asintió antes de subir al auto con lágrimas en los ojos. La Hyuga sabía que lo mejor era conservar la calma, de lo contrario, pondría de mal humor a esos criminales y terminarían asesinándolas antes de buscar alguna probabilidad de escape, aunque dentro de ella, sabía que si fueron capaces de acabar con su sol, sólo era cuestión de tiempo para que lo hicieran con ellas. Las usarían de carnada para atraer a Hidan y ella se preguntaba en que se había involucrado Naruto para que tantas personas se vieran envueltas con él y con lo que sabía, ya que incluso Kakashi y su equipo hicieron algo antinatural, pasando fragmentos del cerebro de su esposo, al cerebro de Hidan. Ese tipo de sucesos, sólo se veían en filmes de ciencia ficción y no en la vida real.
[...]
Kakashi suspiro frustrado al recibir el informe sobre la búsqueda del cuerpo de Hidan. Todo indicaba que no había muerto, dado que no había indicios de sus restos, por lo tanto, se dirigió hacia el médico.
—¿Donde crees que puede estar? Tú pareces ser quien mas lo conoce y debes tener una idea de su paradero—Orochimaru puso los ojos en blanco por la obstinación del agente.
—Lo mas probable es que fuera en busca de Hinata y la niña—Kakashi escuchó el jadeo de Sasuke y se maldijo por no haberlo pensado antes, pues era el lugar mas probable al que se hubiera dirigido.
—Iré ahora mismo—Sasuke se preparó para ir sin esperar respuesta y sin llevar a nadie con él, pues tanto Sakura, como Gaara, se recuperaban satisfactoriamente de las heridas recibidas en el enfrentamiento anterior.
—No irás sólo—Kakashi dejó a Orochimaru y corrió con Sasuke. El azabache condujo a toda velocidad, pero el recorrido no era muy cercano y encima a esa hora había mucho tráfico. Necesitaba llegar lo antes posible, temía que algo le hubiese ocurrido a la familia de Naruto, de ser así, no podría perdonárselo. Kakashi pensaba lo mismo, no quer volver a fallarle al rubio y pensar en Hinata en manos de ese demente, le erizaba la piel, ademas estaba la niña, ella ya había sufrido demasiado por perder a su padre—¡Maldita sea!—soltó al no avanzar. Sasuke por su parte, colocó la luz fuera del auto y encendió las sirenas, por lo tanto, la mayoría de los vehículos les cedían el paso hasta que finalmente arribaron al hogar de Hinata.
—No está su coche, ellas deben haber salido—repuso Sasuke al enfocar que el auto de la ojiperla, no se encontraba en donde ella lo estacionaba, pensó que seguramente habían salido, no obstante, debían buscar su objetivo, mismo, que podía encontrarse oculto en la vivienda. Los dos se acercaron hasta la puerta y después de evaluar el entorno, no notaron nada extraño.
—Esto no me gusta, siento que algo no anda bien—añadió Kakashi viendo la mejor manera de acceder a la vivienda.
—Vamos—Sasuke simplemente accedió el código de seguridad en la puerta y entró sin complicaciones—Hinata ¿estás en casa?—la llamó antes de invadir por completo la vivienda.
—Tu busca aquí, yo iré arriba—Sasuke asintió y se dedicó a buscar en todos los lugares posibles, incluso en el patio trasero, mientras Kakashi lo hizo en las habitaciones de arriba. No había señales de ellas, pero el bolso y el celular de Hinata estaban en su recámara. Bajó corriendo para decirle al Uchiha y lo encontró mostrándole algo de ropa masculina.
—¿No esta la ropa que tenía puesta Hidan?—Sasuke la encontró en el baño, dónde colocaban la ropa para lavar.
—Maldito, él debe tenerlas—Kakashi se arrepintió de ser tan precipitado, de haber seguido el consejo de Orochimaru, Hidan no hubiera escapado y la ojiperla con la niña, estaría a salvo—llama a Shikamaru y dile que quiero a todos buscándolas... no sabemos que será capaz de hacer ese criminal.
—El médico dijo que siente algo especial hacia ellas, por lo tanto, no creo que llegue a lastimarlas, ademas, aparentemente se quedó aquí a pasar la noche—Sasuke apuntó en dirección al sofá y Kakashi miró la almohada sobre la mal doblada manta.
—¿Y crees que?
—Si, creó que Hinata ya se enteró de lo sucedido y en cierta manera, le tiene consideración, de lo contrarío ¿como se explica que él durmiera en el sofá?—el Uchiha quería creer que ese hombre no las dañaría, pero no tenía cien por ciento la certeza y tampoco podía dejar de lado lo impredecible que podía tornarse el carácter de Hidan.
—Esto no es bueno, yo no confío en ese demente—Kakashi sentía gran apatía por Hidan y no creía en él, de hecho, apenas lograran capturar a Nagato, pondría precio sobre la cabeza de ese criminal y lo enviaría directamente al infierno—Vámonos de una vez—ambos salieron y dieron aviso a Shikamaru sobre lo ocurrido.
[...]
Hidan accedió de nuevo a la universidad, pero a diferencia de la anterior visita, ahora ya tenía una idea exacta de donde debía buscar. El sitio se hallaba mas apartado de las personas y prácticamente, se veía solitario. En poco tiempo, encontró el cubículo rodeado de rejas, cómo si se tratase de una jaula y era ahí adentro donde recordaba que el rubio colocaba el bolso.
Tomó la llave que le dio Hinata y logró entrar, asegurandose de volver cerrar. Había muchos libros, colecciones completas y no sabía exactamente en cuál de todos había dejado el bolso, por lo tanto, le llevó un tiempo deambular por los estantes esperando que las imágenes regresaran a él.
Suspiro frustrado y golpeó uno de los estantes, mismo que se movió dejando caer algunos libros. Sus orbes brillaron al recibir la imagen del libro ninja que estuvo buscando y con avidez, comenzó a tirar los libros cercanos hasta llegar al fondo. Sonrió con satisfacción al tocar lo que había estado buscando.
Bajó el bolso al piso y lo abrió para comprobar que no se había equivocado y rápidamente lo comprobó. Dentro había una gran cantidad de dinero—Si—se dijo en voz alta cuando tomó varios fajos de billetes e inmediatamente los colocó justo donde estaban y volvió a cerrar el bolso para colgárselo en el hombro.
Sonriendo se dirigió a la salida y antes de poder alcanzar el pomo de la puerta, se encontró con una extraña mujer de cabello largo y blanco, casi como el suyo. Ella se veía relajada y lo miró sin mostrar expresiones, muy distinto a él, quien sonrió sin dejar de verla fijamente.
—¡Vaya vaya! ¿Tu eres la puta que me asesinó?—le preguntó, tal como si fuera Naruto.
—Que buena memoria—soltó ella con sarcasmo.
—Si—Hidan caminaba de un lado a otro, recordando las vivencias y el dolor que sintió Naruto frente a esa bruja, la cual fue la última cara que miró antes de morir—Me lastimaste maldita perra y yo lo haré mucho peor—la diabólica sonrisa volvió a adornar su rostro—serás un excelente sacrificio para Jashin-Sama.
—Respeto tu extraño credo—la fémina seguía tranquila y ni siquiera se movió de su lugar.
—Ya lo veras pendeja—Hidan volvió a tomar el pomo de metal para abrir la puerta que lo dividía de esa mujer y justo cuando lo hizo, Zetsu pegó un cable eléctrico a una de las rejas, conduciendo la electricidad por todo el metal. Hidan salió disparado hacia atrás y sus ojos se fueron cerrando hasta quedar en la oscuridad.
[...]
—Sensei tenemos algo inesperado—anunció Lee a Kakashi y le mostró las imágenes que pasaban en las cámaras del puerto cercano a las embajadas.
—¿Que están haciendo los hombres de Shimura ahí?—preguntó Yamato.
—Danzo no es tan estupido para alejarse del muelle, ellos tienen un equipo de captura, quieren acceder a Nagato y en cuanto lo tengan, regresaran al mar... si eso sucede estaremos perdidos—aclaró Kakashi ya con desesperación por los acontecimientos. Todo iba de mal en peor y encima, aún no sabían nada sobre Hinata—Quiero un helicóptero ahora mismo y lleven agentes hasta ellos, no permitan que entren a la ciudad—Yamato asintió—y ustedes dos vengan conmigo—Sasuke y Shikamaru salieron tras Kakashi al lugar donde aterrizaría el helicóptero. Esa era la mejor manera de seguir todos y cada uno de sus pasos—Sigamos las coordenadas correctas, el equipo de Danzo Shimura nos puede llegar a Nagato.
[...]
Hidan ya había recuperado la conciencia y se encontró esposado. Tan pronto como lo miraron despertar, lo obligaron a ponerse de pie y caminar hacia un estacionamiento donde los esperaban varios autos.
—No me gustan los niños... ellos nunca están de acuerdo a mis expectativas, pero en algunas ocasiones, es necesario hacer uso de ellos—Hidan miró a Kaguya arqueando una ceja, pues el comentario no tenía sentido, sin embargo, al escuchar una voz infantil muy conocida que lo llamaba, logró darle luz a sus dudas.
—Hidan, Hidan, tienes que ayudarme—el mencionado miró frente a él a Himawari siendo detenida en uno de los autos. Hinata se hallaba en otro y sin pensarlo se acercó hasta la niña.
—Hima—los tipos que lo seguían comenzaron a golpearlo frente a ellas y la ojiperla sólo pudo negar con la cabeza.
—No, por favor, déjenlo—gritó Himawari con lágrimas en sus mejillas.
—Basta—les ordenó Zetsu, cuando ya lo habían sometido—no mas violencia ¿me escuchan? No mas violencia—los hombres se detuvieron—levántenlo—les volvió a ordenar y ellos lo hicieron—ahora tu, llévanos con Nagato—las imágenes del lugar exacto donde escondió al pelirrojo llegaron a él y en esa ocasión, estuvo completamente seguro de no equivocarse.
—Él está allá—Hidan señaló el edificio con los dormitorios que se encontraban dentro de la universidad y muy cerca de donde había encontrado el dinero. Zetsu asintió y les hizo una seña a sus hombres para que avanzaran.
Dentro del auto, Hidan se frustró e intentó protestar al ver que se llevaban lejos a ambas mujeres. Sabía que no iba ganar nada con intentar luchar dentro del vehículo, donde lo subieron, después de todo, ellos lo superaban tanto en armas, como en número y lo que realmente lo detuvo, fue el miedo a que esos pendejos las dañaran a ellas.
[...]
El helicóptero sobrevolaba sin perder de vista el camión que supuestamente transportaba comestibles. Shimura si que quería desviar la atención de él y pensó en todos los medios para conseguirlo.
—Visión térmica—Kakashi activó una pantalla que le permitió localizar objetos en el interior del camión. Se trataba de armamento militar y varios artículos para ocasionar el caos y así distraerlos para poder escapar con su objetivo—El equipo de Danzo está en el camión, lo seguiremos sin enfrentarlo... a todas las unidades, estamos en vigilancia fantasma, no se acerquen a ellos... repito, no se acerquen.
—Enterados—respondieron algunos de los patrulleros que se habían unido a la misión.
—Ahí están—apuntó de nuevo el vehículo—se dirigen a la universidad. No se acerquen hasta que veamos a Nagato—ordenó a quienes lo escuchaban.
—De acuerdo, mantendremos la distancia y esperaremos sus órdenes—de nuevo le respondieron desde las calles.
—Equipo franco tirador ¿cual es su posición? Equipo tirador—Kakashi no quería dejar ningún lado sin cubrir, pues de no descuidarse dependía la seguridad nacional.
...
Ellos estaban tan concentrados en los hombres de Shimura, que dejaron pasar la presencia de los Otsutsuki, quienes ya habían estacionado y conducían a Hidan dentro de las instalaciones de la universidad.
Hidan caminaba con las manos esposadas y desde su habitación, Nagato caminaba de un lado al otro. Se sentía ansioso y presentía que algo estaba por pasar. Se acercó a la ventana y veía a los transeúntes sin encontrar nada en específico, no obstante, su instinto le anunciaba que debía estar alerta.
...
El franco tirador que llamó el Hatake observó desde la mira de su rifle a tres personas avanzando por los pasillos de la universidad que conducían a los dormitorios y se sorprendió al reconocer a Hidan.
—Señor, tenemos localizados a los Otsutsuki y Hidan está con ellos—Sasuke miró a su sensei y el helicóptero no dudó en acercarse más.
—Muévanse, muévanse—les grito a sus hombres.
—A todas las unidades, acérquense—anunció el compañero del tirador.
—Eliminen primero al equipo de Shimura—ordenó el Hatake—y algo más... necesitamos a Hidan con vida ¿entendido?—recibió la respuesta afirmativa y suspiró con frustración. Todo se complicaba.
Los agentes que recibieron las órdenes, interceptaron al equipo de Danzo antes de que lograran entrar a la universidad, no obstante, ellos eran mercenarios y criminales a sueldo, por lo tanto, no se rendirían sin dar pelea, dando inicio a una lluvia de disparos, misma que le dio a Nagato la confirmación de que algo estaba a punto de suceder.
Desde la ventana de su habitación, Nagato miró como las personas corrían de un lado a otro, mientras otros caían sin vida. Retrocedió asustado y se preparó para huir.
Mientras tanto, Hidan y los hombres que lo custodiaban incluyendo a Zetsu también miraron lo sucedido.
—Nos fallaste Hidan, ahora tú esposa y tú hija deben estar muertas —declaró Zetsu muy molesto al suponer que el equipo de Shimura ya había capturado a Nagato y por ende, también interceptaron el auto donde permanecía Hinata y la niña. De tratarse de Shimura, no podía tener dudas, sus hombres ya las habían asesinado y seguramente también tenían a Nagato con ellos. Hidan miró hacia arriba y enfocó el helicóptero.
—Ellos no las tienen—aseguró con seguridad, pues de tenerlas, no estarían siendo observados desde diferentes direcciones, incluyendo el aire, además, sólo él sabía donde se hallaba la habitación de Nagato.
—¿Como lo sabes?—le pregunto sin dejar de apuntarlo con el arma.
—Sólo lo se, estoy seguro que ellos no las tienen—volvió a reponer sin ninguna duda—El psicótico agente está allá arriba, esto indica que aún no han dado con su objetivo—Zetsu lo pensó por un momento y con rapidez se conectó con Kaguya explicando la situación que estaban viviendo.
—Yo me haré cargo, tú debes adelantarte hasta el punto de partida y apenas tengamos al pelirrojo, te alcanzaré—la fémina asintió y Zetsu siguió a Hidan.
—¿Por donde vamos?—pregunto uno de los tipos que lo custodiaban. Los estudiantes corrían hacia el lado contrario a ellos, mientras Hidan leía los letreros en las puertas.
—Por aquí—señaló el laboratorio de química—esté lugar tiene una puerta que conduce a otros dormitorios—sin demora, Zetsu se adelantó para entrar.
—¿Donde está?—inquirió avanzando al centro del laboratorio, mientras más y más chicos corrieron afuera.
—En la oficina al fondo—deliberadamente, Hidan se quedó rezagado y los tipos siguieron a Zetsu.
Hidan camino por las mesas y comenzó a recoger botellas con diferentes etiquetas hasta tener lo que deseaba. Mirando el entorno, se percató de una asustada chica que no había salido y le indicó que leyera las etiquetas. La joven supo a que se refería y sin pensarlo corrió a toda velocidad.
Tan pronto como Zetsu y sus hombres entraron en la pequeña oficina, Hidan lanzó la primer botella que se rompió sobre el piso. En segundos, lanzó la siguiente y Zetsu le disparó sin lograr darle.
El peli plata se fue gateando cubriéndose de los disparos y cuando estuvo cerca de la salida, lanzó la última botella, misma que al unirse al líquido de las anteriores, ocasionó una gran explosión.
Kakashi y los agentes miraron la bola de fuego que salió desde la universidad y se dispusieron a entrar.
Hidan camino a toda prisa en busca de su objetivo y cuando abrió la puerta sin siquiera tocar, se encontró con el pálido pelirrojo que estaba por abandonar su escondite.
—¿Quien eres?—sin más, Hidan lo aventó de regreso al interior de la habitación.
—Cállate—le ordenó—tú no me conoces, pero yo si te conozco, tú y Naruto hicieron un trato, él está muerto pero lo esta haciendo bien—le lanzó la bolsa con el dinero, la nueva identidad, casi todo lo que él había pedido—Aquí lo tienes—Nagato miró adentro y se percató que aún faltaba algo.
—¿Y mi pasaporte?—se le acercó al peli plata.
—¿La muestra y tu computadora?—le respondió con otra pregunta.
—Ahí están.
—Prepara la computadora y has exactamente lo que yo te ordene.
—Como diga—Nagato abrió la computadora e ingresó a todo lo referente a las muestras biológicas.
—Si haces todo lo que pido, quizás logres vivir para gastar todo ese dinero e iniciar una nueva vida—le dijo mirando una fotografía sobre una pequeña mesa, en la que aparecía Hinata y la niña. El lugar donde escondió a Nagato, era suyo, por lo tanto, había algunos artículos que le pertenecían.
—¿En serio quieres que haga esto?—cuestionó Nagato luego de escuchar la petición que le hizo el criminal. Hidan asintió sin dudarlo y le pidió seguir adelante—Aunque la idea es disparatada, debo decir que eres un maldito genio—ni siquiera a él, se le había ocurrido hacer algo similar—El que a hierro mata, a hierro muere... brillante—elogió el pelirrojo al momento de finalizar la petición del peli plata y antes de volver a decir algo más, la puerta se abrió de golpe mostrando a un enfurecido Zetsu.
—Dame la muestra y la memoria de la computadora—ordenó y sin más, le disparó a Hidan, quien cayó inconsciente.
—Espera—Nagato levantó las manos en señal de rendición—te daré lo que tú quieras.
—De prisa, no me hagas esperar—Zetsu se veía inquieto y molestó.
—Aquí tienes la muestra—Nagato le entregó un pequeño maletín negro—es muy delicado, trata de no agitarlo.
—Gracias—Zetsu sonrió y le dio un disparo en la pierna.
—Maldicion—el pelirrojo gimió de dolor y trató de contener el sangrado.
—¿Te duele?—le preguntó sonriendo.
—Vete al diablo—respondió retorciéndose en la silla donde cayó—Darle a tú madre una arma como esa, es una locura, tú mejor que nadie sabe lo desquiciada que está—reprochó sin inmutarse y enfureciendo al tipo que continuaba amenazándolo.
—Ese no es asunto tuyo—le disparo una segunda vez en el pecho y Nagato cayó desde la silla. Zetsu tomó la memoria de la computadora y se detuvo antes de salir para responder la llamada.
—¿Donde estás?—era Kaguya quien llamaba.
—Lo tengo todo... ya voy en camino—dijo sonriendo—además, Hidan y Nagato están muertos.
—Ese es mi muchacho... apresúrate, sólo faltas tú —Zetsu sonrió y cuando quiso avanzar, sintió un fuerte golpe en la nuca—¿Que fue eso?—se escuchó la voz femenina del otro lado de la línea—Zetsu ¿estás bien?—Hidan tomó una lámpara de metal que estaba cerca de él y quebró el vidrio mientras caminaba cerca del Otsutsuki. La herida de bala que recibió en el hombro izquierdo, le sangraba mucho y se la sostenía con la mano, no obstante, eso no le impidió sentirse satisfecho al saber lo que estaba por hacer con ese maldito.
—No, no—gritó Zetsu aún en el suelo. El peli plata ni siquiera emitió palabras, simplemente, lo golpeó una y otra vez en la cabeza, hasta dejarlo irreconocible.
—AHHH—gritó fuerte y recogió todos lo objetos, incluyendo el celular de Zetsu. Comenzaba a sentirse extraño, era como si de nuevo su antigua personalidad tomara el control de él. Posiblemente, estaba sucediendo lo que le advirtió el médico sobre los recuerdos de Naruto, los cuales muy pronto lo abandonarían.
Salió de los largos pasillos de la universidad y encontró con varias ambulancias. Los paramédicos daban auxilio a los heridos y la prensa también se encontraba queriendo pasar para obtener información. Hidan los ignoró y trató de pasar desapercibido, sin embargo, tenía una herida y la sangre fue visible.
—Espere señor, usted necesita una ambulancia—lo detuvo una mujer que ayudaba a las personas heridas—siéntese ahí, llamaré a los conductores para que lo lleven al hospital—Hidan no dijo nada y camino al vehículo médico, el cual estaba vacío. Sin pensarlo dos veces, cerró las puertas traseras y subió al lado del conductor.
—¿Donde está?—preguntó uno de los conductores y en seguida vieron la ambulancia partiendo a toda velocidad.
...
Sasuke, Kakashi, Yamato y otros agentes, lograron ingresar al lugar de la explosión. Revisaron los cuerpos y no encontraron a Zetsu, ni a Hidan.
—Por aquí—les gritó uno de los oficiales especialistas en explosivos y todos lo siguieron hasta el lugar donde había dos cuerpos más.
—Es Zetsu, o lo que queda de él—afirmó Sasuke.
—Él tiene pulso—la atención se dirigió a Yamato, quien revisó al pelirrojo tirado a un lado de una silla.
—Llamen al equipo médico—ordenó Sasuke, mientras Kakashi continuó buscando el cuerpo de Hidan.
—Aquí no hay nadie mas—soltó Sasuke muy molesto y cuando estaba por salir, miró el famoso bolso con el dinero—Miren esto—les mostró que todo estaba donde mismo.
—Tomen esa computadora, hay que escanearla—ordenó Kakashi.
—Señor, se robaron una ambulancia y describen al responsable como un hombre herido de bala con las características de Hidan—afirmó uno de los agentes.
—Él tiene la muestra y la memoria de la computadora—Kakashi negó con la cabeza y salió corriendo—Rápido, rastreen la ambulancia—Shikamaru obedeció la orden y con la serie del vehículo, pronto dio con él.
...
En otro lugar a las afueras de la cuidad, se hallaba un jet listo para ser abordado. Junto a él, permaneció una mujer de larga cabellera blanca sin dejar de mirar el celular sobre su mano. Ya había pasado mucho tiempo desde que la llamada de su hijo fue interrumpida y desde entonces, el celular parecía estar apagado. De pronto, el celular sonó y lo contesto aliviada.
—¡Zetsu!—lo nombró rápidamente.
—¿Mi voz suena como la suya? Hija de puta—cuestionó Hidan.
—¿Donde está él?
—Yo mate a tu pendejo hijo y créeme, lo disfruté tanto—le dijo sin rodeos—al diablo con ese pendejo ¿a quien chingados le importa? Tengo lo que tú quieres y esto es lo que va a pasar...—la Otsutsuki lo interrumpió.
—¿Me estás dictando términos a mi?—los hombres junto a ella, se pusieron en alerta cuando la escucharon gritar.
—Así es psicopata—respondió rápidamente.
—Trae a la mocosa—ordenó la Otsutsuki y un tipo fue al vehículo donde se encontraba con su madre. Hinata la abrazo fuerte evitando que se la quitaran pero fue en vano.
—No, no, no por favor—Hidan se estremeció al escuchar la voz de Hinata.
—Escúchame bien, tu vienes para acá y me entregarás lo que quiero, o la mocosa se muere—Hidan se quedó en silencio y Kaguya camino hacia la niña—Di algo—le ordenó acercándole el teléfono.
—Hidan, ayúdanos por favor—el mencionado apretó el volante de la ambulancia y dejó salir un gruñido de ira.
—Como pudiste escuchar, tu seguirás mis órdenes, o de lo contrario, yo misma asesinare a esa niña para que su madre pueda verla morir, antes de matarla a ella también.
—¡Ahhh maldita puta!—se sintió acorralado—Te destrozaré lentamente—la amenazó molestó y finalizó la llamada, pero al hacerlo, escuchó su nombre en la radio de la ambulancia.
—Hidan, Hidan—era Kakashi—no le des a Kaguya lo que quiere... esa mujer está desquiciada y no sabes la magnitud del daño que puede ocasionar si tú cedes.
—Lo tengo todo resuelto—le respondió tomando el dispositivo
—Tu no tienes nada resuelto, ni siquiera eres un hombre completo, sólo tienes su maldito medio cerebro, no eres Naruto.
—Las quiere asesinar pendejo ¿entiendes?—soltó algo confundido—La pequeña ¿como se llama? No puedo recordar su nombre—la desolación al saber que pronto las olvidaría lo consternó.
—Himawari, su nombre es Himawari—le aclaró Kakashi. En ese momento, escuchó que alguien más se unió a la conversación.
—Listo, ya está enlazado con la ambulancia—anunció Darui desde el centro de investigación.
—¿Hidan?—era la voz de Orochimaru—Soy tu médico y puedo hacer que el implante de Naruto se quedé contigo permanentemente, pero tengo que hacerlo ahora, de lo contrario puede desvanecerse. Regresa aquí, tendremos todo preparado para ti... tú puedes ser una persona normal—durante unos segundos, sólo se escuchó el silencio.
—¿Y que pasa con Hina?—a ella la recordó en seguida y deseó con todo su ser que le ofrecieran una alternativa para mantenerla a salvo junto a su hija.
—Hay muchas vidas en juego Hidan... déjalas, ellas dos no importan—Hidan frunció el ceño con decepción al escuchar la respuesta, incluso Sasuke miró con desaprobación a su superior, ya que hablaban de la familia de Naruto y Kakashi, prácticamente le pidió descartarlas como objetos sin ningún valor.
—Y es así como se porta un hermano mayor ¿eh?—le pregunto Hidan—Cabron hijo de puta, Naruto te tenia un gran respeto—soltó sin dejar la molestia—¿Tienes idea del dolor que experimente antes de morir?—no hubo respuesta—Ese mismo dolor, es el que les harán sentir a ellas y a diferencia de ti... maldito traidor, a mí si me importan—con un vaso que encontró, golpeó la pantalla donde se hallaba el teléfono de la ambulancia y continuó conduciendo.
—Es como si fuera Naruto quien habló, aunque no niego que había gran parte del criminal en sus palabras—repuso Shikamaru y nadie pudo contrariarlo, por lo tanto, se sintieron culpables por haberle fallado al proteger lo que él mas amaba.
Hidan miró por el espejo retrovisor a varias patrullas que se acercaban rápidamente. La ambulancia no podía ser mas rápida y pronto estuvieron pisándole los talones. Una patrulla se colocó frente a él y dos lo emparejaron a cada lado. Molestó, aceleró y golpeó la patrulla frente a él, la cual se descontrolo y acabó dando vueltas. La ambulancia siguió adelante y los otros autos se quedaron atrás debido a los vehículos que venían al lado contrario.
—Putos cabrones—vociferó al enfocar un trailer que venía en sentido contrario con varios vehículos arriba—tomen esto—se dirigió hacia él y en el último segundo lo esquivó, no obstante, el tráiler frenó abruptamente y la parte donde cargaba los autos quedó atravesada en todo el camino. Quienes lo seguían de cerca no lograron esquivar los obstáculos y chocaron dejando un embotellamiento—SI—gritó alejándose y mostrando el dedo medio.
—Oficiales caídos, repitió, oficiales caídos—se escuchó a uno de los agentes—tenemos muchos heridos, hubo un choque en cadena—Kakashi, Sasuke y Shikamaru, veían las llamas de explosiones desde arriba del helicóptero.
—Es bastante hábil—declaró el Uchiha refiriéndose a Hidan, ya que no lograban capturarlo y en cierto modo, le dio gusto saber que estaba dispuesto a todo por rescatar a la familia de Naruto.
—Síguelo—ordenó Kakashi y el helicóptero continuó dejando la escena del choque atrás—adelante se encuentra una pista para aviones privados, es ahí a donde se dirige... estoy seguro.
...
Hinata se sintió aliviada cuando su hija regresó con ella. No era tonta y pronto dedujo que la exótica mujer de cabello blanco, fue la responsable de asesinar a su esposo y ahora esperaba para hacer lo mismo con Hidan. Quería poder evitarlo, no podía permitir que también a él le dieran muerte.
—Se está acercando—les dijo la Otsutsuki a sus hombres, al comprobar la ubicación en su computadora portátil—estén preparados—ni bien terminó de decirlo, apareció una ambulancia chocando con las puertas de metal que conducían a la pista. Las puertas colapsaron y Hidan se acercó hasta el jet. Uno de los guardias se bajó de su auto y se dispuso a disparar, pero al igual que sucedió a las puertas, el peli plata lo impactó contra su propio auto haciéndolo volcar.
—HIDAN—escuchó la voz de Hinata justo cuando se detuvo—HIDAN—antes de bajar, tomó un martillo que encontró bajo el asiento y vio como ella forcejeaba con un sujeto—Suélteme—la Hyuga se resistía a dejar ir a su hija y antes de poder reaccionar, Hidan ya estaba golpeando a uno de los tipos con el martillo. El que sostenía a la ojiperla, le disparó, pero el criminal giró al guardia que golpeó y fue él, quien recibió los disparos.
Hinata logró liberarse distrayendo al tipo y Hidan aprovechó para darle muerte—¿Estás bien?—le preguntó mirando que faltaba alguien.
—Ella tiene a Hima—la Hyuga apuntó en dirección al jet y sin detenerse a pensarlo, Hidan caminó hacia ella disparando a los dos guardias que la cubrían. Rápidamente se deshizo de los obstáculos y antes de llegar a la niña, Kaguya se dejó ver.
—Baja el arma—ordenó apuntándole directamente a la cabeza de la pequeña. El peli plata no se detuvo y la fémina volvió a ordenar—Dije bájala o la mataré aquí mismo—miró a la niña llorando, luego vio hacía Hinata, quien también lloraba y dejó caer el arma—Ahora, dame lo que me pertenece—abrió su chaqueta y sacó una bolsa donde colocó el estuche con lo que buscaban junto a la memoria del computador. Kaguya se preparó para tomarla y sin esperarlo, Hidan la lanzó dentro del jet. La distracción de la Otsutsuki, le dio la oportunidad que buscaba.
—Hima, corre—la llamó Hinata y la niña lo hizo. Hidan saco el martillo que aún sostenía y lo lanzó sobre Kaguya, no obstante, ella lo esquivó sin problemas y antes de subir al jet, se encargó de dispararle tres veces.
Con su hija en brazos, Hinata miró con horror, como el avión se alejaba mientras Hidan caía agonizando. Escuchó el sonido de aspas y vio un helicóptero acercándose.
—Ahí están—señaló Sasuke y el piloto aterrizó cerca de donde estaba el jet.
—¿Cuales son las coordenadas allá abajo? Tengo un regalo para esos malditos—cuestionó Kaguya a uno de los pilotos. Tal como lo supuso Hidan, ella no demoró en introducir la memoria que le entregó a su computadora y accedió a uno de los misiles pertenecientes al gobierno. Zetsu siempre alardeaba de que ellos podían hacerlo y Nagato se lo contó a Naruto, por lo tanto, el peli plata ya se había adelantado a los futuros hechos.
...
—Señor, la Otsutsuki envió un misil en su dirección, tienen que evacuar el área—Kakashi apretó los puños y corrió hacia Hidan, quien apenas se hallaba con vida.
—¿Que hiciste maldito? Nos mataste a todos—le reclamo zarandeándolo sin importarle su condición.
—Oye ¿que te pasa? Déjalo en paz—Hinata enfureció y corrió para socorrer a Hidan. Sasuke la detuvo mientras ella luchaba por liberarse.
—Todo está perdido, esa mujer no tardará en contaminar el agua y con la memoria de la computadora de Nagato, pronto podrá acceder a nuevas armas—el Hatake se sintió desolado. Todo había fracasado y ahora no sabían que esperar.
—T-Tu te preocupas mucho—jadeo Hidan mientras trataba de hablar con claridad—yo-yo, lo hice... hice que ese pendejo lo arreglara.
—¿Quien?—cuestionó Kakashi.
—N-no lo se, no puedo recordar su nombre.
—¿Zetsu?
—No, él no fue.
—¿Nagato? ¿Te refieres a Nagato?
—Si... si, Nagato, él lo arreglo.
—¿Arreglo que? Hidan ¿que arregló? Responde—Hinata gritaba tratando de liberarse, odiaba al Hatake y en ese momento, sentía que lo odiaba mas que nunca.
—Déjalo ¿no vez como está? ¿Quieres que muera tal como dejaste morir a Naruto?—le gritó, dejando atrás el respeto que alguna vez le tuvo al sensei de su marido.
—Tranquila Hinata—Sasuke la abrazo contra su pecho y la inmovilizó para que no continuara luchando. Shikamaru sostenía a Hima, a quien llevó para que la revisaran los paramédicos. Varias patrullas y dos ambulancias arribaron rápidamente y sólo esperaban que Kakashi dejara a Hidan para poder socorrerlo.
—Ellos tenían acceso a un misil... Nagato me lo contó al inicio de nuestras negociaciones y estábamos seguros que al obtener la arma biológica, ella lo detonaría antes de abandonar el país—el agente Hatake dejó de ver a Hinata y miró en dirección a donde se aproximaba la amenaza.
—Entonces lo predijeron bien y gracias a ustedes, todos moriremos—replicó Kakashi ya sin ánimos de gritar. Los reproches de Hinata lo dejaron desarmado y con mas culpa que antes.
—No lo haremos —Hidan sonrió con satisfacción, aún sintiendo dolor por todo su cuerpo—al introducir la memoria del computador de Nagato, esté se activa en forma de objetivo.
—¿Que quieres decir?
—Sin importar a donde envíen el misil, este regresará al lugar donde se activó—Sasuke y Shikamaru miraron al cíelo y quisieron creerle—ademas, la pendeja esa, recibirá mi regalo especial cuando abra el estuche donde cree que se encuentra el experimento del pelirrojo—Hidan le entregó a Nagato varios líquidos que tomó del laboratorio antes de hacerlo explotar y le pidió embotellarlos de manera que al abrir el estuche, estallara quemando el rostro de quien lo abriera. Necesitaba asegurarse que ellos sintieran dolor, tal como se lo hicieron sentir cuando lo asesinaron—Se lo dije a esa puta, tú me hiciste sentir dolor, yo te lo haré sentir peor—Kakashi les hizo una seña a los rescatistas para que lo ayudarán y rápidamente lo subieron a una camilla.
A pesar de estar sintiendo que la vida se le escapaba del cuerpo, Hidan no dejaba de mirar en dirección a donde se acercaba el misil. Le hubiera gustado mucho ser testigo de cómo esa perra gritaba de dolor cuando su rostro ardiera y no conforme con eso, también le regresaba el regalo que ella les quiso dar a ellos. Eso le enseñaría a no meterse con su familia. Apenas recordó la familia y buscó a Hinata encontrándola llorando mientras era sostenida por Sasuke. Los ojos se le cerraban y ya ni siquiera se enfocó en el misil, quería continuar viéndola a ella, la mujer que lograba hacer latir su corazón de esa manera.
...
Kaguya sonrió al ingresar las coordenadas a donde enviaría el misil, luego se recargó en el asiento y levantó el estuche donde se hallaba lo que tanto trabajó le costó conseguir. No negaba que perder a Zetsu le dolió, sin embargo, mucho se perdía en batalla, incluso las vidas de los seres amados.
—¡Señora!—justo al momento de abrir el estuche, uno de los pilotos la llamó, para informarle lo que estaba por suceder, pero ella no lo escuchó, ya que sintió como si su piel se desgarrara de su rostro. Fuertes gritos de dolor se escucharon dentro del avión y ninguno de los pilotos tuvo tiempo de ir en su ayuda.
La fémina continuó gritando y al ver por la ventanilla cercana a donde se encontraba, enfocó como el misil se acercaba directamente a ellos—Maldito Hidan—luego de pronunciar sus últimas palabras, el jet explotó en el aire.
...
Quienes miraron lo sucedido, se preguntaron si Hidan lograría sobrevivir, después de todo, él salvo innumerables vidas, ademas de vengarse por lo sucedido a Naruto.
—Mamá—Hima lloraba al ver a Hidan casi sin sentido—¿el estará bien? ¿O se irá igual a papá?—Hinata se soltó del agarre que mantuvo Sasuke sobre ella y levantó a su hija en brazos. Lloró aferrandose a ella, pero sin dejar de ver como trataban de estabilizar a Hidan.
—¡Te amó Hina...!—le confesó antes de cerrar los ojos. Hinata se imaginó lo peor y trató de acercarse hasta él.
—Hidan—ella lo llamó con la esperanza de volver a verlo abriendo los ojos, no obstante, él no lo hizo y los paramédicos se veían desesperados mientras trataban de volverlo en si, sin lograrlo. Lo subieron al helicóptero médico que mandaron pedir, el mismo donde los esperaba Orochimaru, quien al ver la situación, mostraba extrema preocupación. La Hyuga se dejó caer de rodillas y lloró sin importarle lo que pensaban de ella. El dolor en su corazón, se asemejaba a volver a vivir la muerte de Naruto y no creía resistir lo mismo en dos ocasiones.
—Vamos, las llevaré a su hogar—la ojiperla se dejó llevar sin prestarle atención a la rubia que la ayudó a levantarse para ir a su auto. Temari se ofreció a ser ella quien las llevara y Shikamaru estuvo de acuerdo, pues seguramente, ella no querría ir con ninguno de ellos.
Desde el auto al que subieron, la ojiperla divisó el helicóptero perdiéndose en el cielo. Hidan recibió mas de dos disparos y perdió mucha sangre. Las probabilidades de seguir con vida eran nulas y el solo pensamiento le turbó los sentidos. Gruesas lágrimas rodaban no sólo por sus mejillas, sino también por las de su hija. La Niña no decía nada, pero era obvio que entendía la situación. Ya habían perdido a su padre y ahora también perderían a Hidan.
...
—¡Por todos lo cíelos Hinata!—ni bien arribaron a su hogar, Neji corrió hacia ellas. El Hyuga se veía muy afligido y lo único que logró tranquilizarlo fue verlas sanas y salvas—¿Que sucedió? ¿Estás bien cariño?—le pregunto con pesar a la pequeña, pues fue quien se aferró a él en busca de refugio y se negaba a soltarlo.
—Nos asustamos tanto cuando supimos lo sucedido—esta vez fue Tsunade quien habló, pues también ellos se unieron a los Hyuga mientras esperaban noticias de Hinata. Ellos no sabían quien, pero uno de los agentes llamó a Neji para informarle lo sucedido, por lo tanto, él no dudó en informarle a quienes la querían tanto como ellos.
—Vamos adentro Hina... te prepararé un té—Ino se acercó a ella y sin más, se la llevó adentro junto a Himawari. Tenten, Tsunade, Neji, Sai y Jiraya, escucharon la narración de Temari y tuvieron una idea de lo que experimentaban ambas, no obstante, ni siquiera Ino, sabía acerca de la extraña conexión entre Hidan y Naruto, por lo tanto, no comprendían lo que la ojiperla estaba sintiendo y atribuyeron su estado a lo asustadas que debían estar.
...
Pasaron alrededor de dos horas para que la niña se quedara dormida y su madre lograra regresar a la sala para enfrentarse a las personas mas importantes para ellas.
—Hay algo que deben saber—los presentes se enfocaron en Hinata y les dolió verla con los ojos hinchados a causa del llanto—pero antes debo pedirles que lo dicho aquí, no podrá ser repetido a nadie más—Neji frunció el ceño y se imaginó las peores cosas que ellas pudieron sufrir a manos de esos malditos.
—¿De que se trata Hinata?—le preguntó tratando de calmarse.
—Primero deben prometerme que no dirán nada.
—No lo haremos ¿verdad?—Ino pregunto a los otros y todos estuvieron de acuerdo.
—Bien... se que para ustedes es extraño lo que sucedió y lo que diré les parecerá una total locura—continuó sin dejar de verlos—pero el hombre que se sacrificó por salvarnos es—la ojiluna no sabía como explicarles ya que ni siquiera ella podía dar completa luz a esa realidad—su nombre Hidan y él, él es como Naruto.
—¡Hinata!—la nombró Tsunade—Me da mucho gusto que alguien como nuestro muchacho fuera quien les ayudara a ustedes. Aunque sea difícil de encontrar, siempre seremos privilegiados por encontrar a personas tan nobles como lo fue él—la Hyuga negaba con la cabeza, ellos no habían entendido y no podía culparlos, ya que no era fácil de contar, mucho menos lo sería de procesar.
—No me refiero a eso—les aclaró—cuando digo que él era como Naruto, habló literalmente. Hidan tenía parte del cerebro de Naruto.
—Por todos lo cíelos ¿que estás diciendo?—Jiraya se puso de pie y se acercó a ella—También a nosotros nos dolió su muerte, pero nos obligamos a aceptarla—le tomó ambas manos y sintió pena por ella—es tiempo de que también tú lo hagas... déjalo ir, deja que descanse en paz y también tú podrás hacerlo—la Hyuga volvió a negar.
—No estoy mintiendo, ellos hicieron algo con Naruto y pusieron una parte de él, en Hidan. Créanme, también yo me sorprendí y me negué a aceptarlo—Hinata les comenzó a contar casi todo lo sucedido desde que Hidan entró a su hogar, hasta el momento de caer inconsciente. Omitiendo detalles íntimos, tales como el apasionado beso, ella les habló sobre la delicada información que Naruto se había llevado al morir y la cual hizo que los agentes recurrieran a lo impensable. Las reacciones de los presentes variaban entre incredulidad, sorpresa y dolor, no obstante, Himawari no había dejado de hablar sobre Hidan y en cada vez que lo hacía, volvía a llorar hasta quedarse dormida.
—¿Y donde está él?—Tsunade se llevó la mano al pecho. Necesitaba verlo por ella misma. Jiraya también se sintió ansioso al pensar que podía ser cierto.
—No lo sé—de nuevo la morena se derrumbó—ellos le dispararon repetidas veces y sólo lo vi caer sin sentido... Fue como volver a revivir su muerte—Tenten la abrazo y la dejó llorar para que lograra sacar un poco de dolor. Si lo que decía era cierto, Hinata estaba volviendo a vivir el dolor de perder a Naruto.
[...]
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en muchos meses, sin embargo, nadie pudo saber que sucedió con Hidan. Jiraya trató de averiguar por medio de colegas, pero no obtuvo absolutamente nada sobre su condición. Él averiguó su identidad, el lugar de donde provenía y hasta su violento pasado, pero luego de ser sacado de las instalaciones donde estuvo encerrado, su rastro se desapareció por completo. Con el tiempo que tomó investigando sobre el paradero de Hidan, supo con certeza que Hinata había dicho la verdad. Los compañeros de Naruto buscaron a un científico para que hiciera la operación experimental y aparentemente, había sido un éxito, dado que ya no existía la amenaza que los llevó a realizar esa locura. También supo que el jefe de Naruto estuvo dispuesto a descartar a Hidan como a algo sin valor, por lo tanto, no dudaba que lo hubieran dejado morir, de ese modo, todo quedaría oculto, no obstante, se negó a rendirse y continuó por diferentes lugares.
En las investigaciones que realizó en los hospitales cercanos a lo sucedido, dio con el pelirrojo de nombre Nagato, mismo a quien ayudó el rubio. Aparentemente, él sí recibió lo prometido y después de ser dado de alta por los disparos que tenía, logró mudarse y comenzar una nueva vida.
Le hizo saber a la Hyuga sobre ese hombre y ella sintió un poco de alivio, pero la desaparición de Hidan continuó doliéndole. Jiraya poco a poco se quedó sin pistas y tuvo que ver con dolor como ambas se resignaban a su ausencia, tal como lo hicieron con Naruto.
...
—Yo contestó—Hinata preparaba la cena cuando sonó su celular y antes de ir hacia él, Hima lo hizo. La niña sostenía a Kurama y esperaba por su tía Tenten, quien la llevaría a una función de circo junto a Ino, Sai, Neji y sus hijos. La pequeña aún sentía nostalgia por aquel hombre que conocieron, no obstante, al ser una niña, lo fue superado, lo cual no fue el caso de su madre. La ojiperla todavía se preguntaba por Hidan, deseaba tener un lugar en el cual pudiera rezarle, o llevarle flores, después de todo, él se llevó una parte de su esposo y tras sus heroicos actos, merecía ser conmemorando con respeto.
—¿Quien es cariño?—cuestionó sin poner mucha importancia a quien hubiera llamado.
—No lo sé, sólo me dijo que quiere hablar contigo—Hinata frunció el ceño y tomó el teléfono.
—Diga—el semblante de la Hyuga permaneció imperturbable, no obstante, continuó alerta a lo que le pedía la persona del otro lado de la línea—Bien, en ese caso, haré lo posible por llegar—sin más, término la llamada con algo de molestia. El sentimiento de desprecio que tenía por el Hatake, no había disminuido y aunque no lo toleraba, durante meses intentó hablar con él en busca de información que le aclarara el paradero de Hidan, no obstante, ni él, ni ningún otro de quienes fueron compañeros de Naruto accedió a hablar con ella y ahora de la nada le pide verlas precisamente en ese lugar.
Trató de lucir normal durante la estancia de sus amigos que recogieron a su hija, pero no logró dejar de pensar en lo que tenía que decirle ese tipo y apenas regresaron del circo, llevó a Hima a dormir. Ella intentó hacer lo mismo, no obstante, apenas logró hacerlo por un par de horas.
La mañana siguiente se levantaron temprano, tal como lo hacían los días escolares, ya que era Sábado y no tenían que levantarse a la misma hora. Hima hizo algunas preguntas sobre el lugar que visitarían y ella sólo respondió que era una sorpresa.
El trayecto en auto demoró mas de dos horas y al llegar, la nostalgia la invadió por completo. Llevaba mucho tiempo sin ir y la última vez que lo hizo, fue con su esposo. Evitando llorar, ayudó a Hima a bajar y se percató de la presencia de tres vehículos.
—¡Es la playa!—exclamó la pequeña al escuchar las olas a lo lejos—Gracias mami—ignorando a quienes las veían, Himawari corrió hasta donde pudiera sentir el agua. Hinata dejó de mirar a Kakashi y se enfocó en su hija.
—Espera cariño... no puedes ir sola—le dio alcance y la encontró parada mirando hacia enfrente—¿Que pasa?—siguió su vista y soltó un jadeo de sorpresa—Hidan—antes de reaccionar, Himawari corrió hacia él.
Hinata estaba por seguirla cuando escuchó el inconfundible sonido de las armas al ser preparadas para disparar. Volteó a mirar y encontró a Sasuke y a Gaara, apuntando en dirección a Hidan. Pensó lo peor, ella creyó que asesinarían a su hija, sin embargo, rápidamente se percató de su equivocación. No era a ella a quien apuntaban, era a Hidan. Algo andaba mal con él. Corrió lo mas rápido que pudo, ya que sus píes se hundían en la arena.
—¡Hidan!—lo llamó la niña al momento de pararse frente a él y darle la espalda al mar. El peli plata tenía los ojos cerrados y se hallaba con el rostro hacia el cielo—Te extrañamos mucho todo este tiempo—sin recibir respuesta, la pequeña lo abrazó de las piernas. Él abrió los ojos y la miró sin responder al abrazo.
—¿Estás seguro de esto? Mira que si algo pasa, ella me odiará más de lo que ya lo hace, ademas, no puedo ponerlas en peligro innecesario—Kakashi se sentía muy inquieto y temía que algo pudiera salir mal.
—Él lleva meses sin responder y ellas son mi última esperanza, quizás este encuentro dispare algo—respondió Orochimaru. Ambos volvieron a usar los binoculares para no perder ni un solo detalle—Si él recuerda algo, él recuerda todo y Naruto estará aquí para quedarse—Hidan había logrado sobrevivir y Orochimaru se encargó de hacer que una parte de Naruto se quedará permanentemente en él, no obstante, durante los meses de rehabilitación que llevaban, Hidan no había dicho ni una sola palabra. Él no se mostraba agresivo, ni respondía a imágenes o fotografías, era como un robot sin emociones que sólo se dejaba llevar.
—Pero no sólo Naruto estará presente ¿no es así?—cuestionó Kakashi.
—La personalidad de ambos seguirá en él, tal como estuvo al inicio—así era, Orochimaru sabía que también Hidan merecía una oportunidad en la sociedad, él tenía derecho a sentirse querido y apreciado por quienes lo rodeaban, después de todo, él siempre fue desechado, incluso por su propia madre.
—Si algo le pasa a ellas, luego de asesinarlo a él, lo haré con usted—saltó Sasuke, dirigiéndose al médico, quien sólo le sonrió y apuntó en dirección a las tres personas cerca del agua.
Hinata se paró frente a Hidan y estuvo a punto de alejar a su hija de él, ya que Hidan no parecía el mismo, sin embargo, antes que ella alcanzara la mano de Hima, se encontró con las orbes de él. Se miraron intensamente y entonces Hidan guiñó el ojo. La Hyuga se conmovió con lo que hizo y además, correspondió al abrazo de Hima y le sonrió.
—Es nuestra playa Hina... aquí pasamos nuestra luna de miel—Hidan levantó a Hima en uno de sus fuertes brazos y con el otro, atrajo a la morena hacia su pecho.
—¿Q-quien eres ahora?—le pregunto dudosa y entre sollozos, pero sin dejar de abrazarlo.
—Soy la mejor versión de mi y todo se lo debo a la esencia de Naruto, quien también vive aquí adentro—se apuntó a sí mismo y volteó hacia donde le apuntaban con las armas. Estando seguro que lo veían, les mostró el dedo medio a casi todos, pues el médico se había ganado su simpatía y respeto.
...
—Es increíble—afirmó Sakura, casi con lágrimas en los ojos.
—Él está respondiendo a ellas—Kakashi no lo podía creer. El médico tenía razón, si recordaba algo, recordaría todo.
—Prometiste que si reaccionaba, lo liberarías y limpiarían su nombre para que empezara de cero—recalcó Orochimaru, quien se había encargado de velar por el bienestar de su paciente durante todo ese tiempo y por ende, le había tomado aprecio.
—Si, lo prometí—afirmó Kakashi—y lo cumpliré—Orochimaru suspiro aliviado—pero no puedo dejar ir a un elemento tan valioso como él.
—¿Que quiere decir?—se volvió a preocupar.
—Tengo un buen puesto para ofrecerle—Orochimaru negó con la cabeza, pero sonrió genuinamente. Aparentemente, la suerte empezaba a sonreírle a su paciente, sólo esperaba que la joven pudiera aceptarlo tal cual era, aún con su fusionada personalidad de dos personas tan diferentes entre sí.
[...]
Un mes después, Hinata preparaba la cena y veía el reloj. Los invitados estaban por llegar y por primera vez compartirían la estancia con Hidan, quien se instaló en un apartamento cercano a ellas. Él iba a verlas casi todos los días y optaron por no decirle nada a Himawari, después de todo, ella aún era muy pequeña y no podría entender las circunstancias que llevaron a los agentes a tomar esa drástica decisión.
Afortunadamente para los mayores, la niña se había aquerenciando mucho con el peli plata y quería pasar la mayor parte del tiempo con él. Por otro lado, Hidan finalmente se había adaptado a la vida diaria de las personas normales, incluso visitó las instalaciones donde laboraba Naruto y aunque su áspero vocabulario le ocasionó varios altercados con quienes conocían al rubio, no le importó en lo mas mínimo. Pequeños detalles como ese, era lo que diferenciaba su actitud de Naruto, quien siempre se mostraba atento y dispuesto a resolver los conflictos de la mejor manera.
Aún no aceptaba trabajar para ellos, dado que se sentía muy decepcionado de Kakashi y aunque trataba de ponerse en su lugar, no logró perdonar que quisiera descartar a Hinata y a su hija. El Hatake le informó que no tenía que trabajar directamente para él y tampoco lo dejarían volver a exponerse como lo hizo en el pasado. Le contó a ella sobre la propuesta y a pesar de sentirse temerosa, sabía que él en su interior deseaba hacerlo, así que lo animó a tomar sus propias decisiones sin interferir.
Él agradeció que esa mujer lo dejara mantenerse cerca de ellas, sin embargo, el nuevo sentimiento de inseguridad crecía día con día, pues creyó que Hinata sólo lo hacía por la parte de Naruto que tenía dentro. Temía que nunca pudiera verlo como a la persona que era, como a Hidan. En varias ocasiones trató de abordar el tema, pero el temor a escuchar que tenía razón, lo hizo desistir ¿Quien podría juzgarlo por sentirse inseguro? Después de todo, no era nada agradable que mientras se derretía besándola, ella pronunciara otro nombre y no el suyo, aunque técnicamente, él también se sentía como Naruto.
Hinata se quitó el delantal y comprobó que su aspecto estuviera en orden, luego se apresuró a abrir la puerta.
—¡Llegamos temprano!—Ino, Sai y su hijo, fueron los primeros en llegar y antes de cerrar la puerta, Neji y su familia se unieron a ellos, siendo seguidos por Tsunade y Jiraya.
—Y bien ¿donde está el invitado especial?—preguntó Tsunade guiñándole un ojo a la ojiperla, quien de inmediato se ruborizó al pensar en Hidan.
—Aún no ha llegado—Hima fue quien respondió desde la silla del piano, donde les mostraba a los otros niños la melodía que aprendió para sorprender a Hidan.
—Hinata ¿estás segura de dejar entrar a ese hombre en sus vidas?—Neji había investigado sobre el pasado del peli plateado y no le gustó nada lo que averiguó, pero al comentarlo con Jiraya, esté lo llevo directamente con Orochimaru, quien se encargó de aclarar todas sus dudas, no obstante, ellas eran muy importantes para él y era normal que quisiera protegerlas.
—Lo estoy—Hinata respondió sin dudarlo y de nuevo se sonrojó. Tenten le dio un codazo a su marido y antes de continuar con las preguntas, sonó de nuevo el timbre. Hima se levantó y corrió hasta la puerta y en segundos, apareció en brazos del ex criminal.
—¡Buenas noches familia!—saludo a todos, tal como lo hacía Naruto. Ellos lo miraron detenidamente haciendo que la Hyuga se pusiera incómoda.
—Te presentaré a todos—Hinata se acercó a él para tratar de disipar la incomodidad que comenzó a sentirse.
—No te molestes Hina, los conozco muy bien—Hidan sonrió—ella es Tenten, esposa del siempre correcto Neji—los mencionados se sorprendieron—tú eres Ino, la mejor amiga de Hina y la esposa de Sai—Sai sonrió y asintió, mientras que la rubia quedó perpleja. Ellos aún tenían dudas sobre Hidan y al escucharlo mencionarlos sin ningún error, quedaron sin palabras—y por último, están la abuela que ama el alcohol y su esposo, el viejo pervertido—la rubia mayor apretó el puño, tal como lo hacía con Naruto.
—Hidan—lo llamó Himawari—estás hablando como mi papá—a partir de ese comentario, las dudas sobre él, fueron disminuyendo y optaron por darse la oportunidad de conocerlo. De igual manera, Hinata y la niña, lo querían cerca y no serían ellos quienes interfirieran en sus decisiones.
La cena fue agradable, aunque un poco sorprendente para quienes apenas estaban conociendo a Hidan, dado que él recordaba anécdotas sucedidas en el pasado, las cuales sólo Naruto sabía. Al final de la velada, Tsunade y Jiraya se conmovieron mucho ante lo que acababan de experimentar. Era como tener una parte de Naruto en ese hombre y ese hecho les dio felicidad.
Ino y Neji, fueron los mas renuentes a confiar, pero con el transcurso de la noche, ellos también quedaron convencidos.
—Buenas noches—casi todos se retiraron dejando solamente a Hinata, Hidan y Neji. El Hyuga no podía irse sin antes hablar con ese hombre.
—Me gustaría hacer algunas aclaraciones—le dijo al quedarse a solas mientras su prima fue a la recámara de Hima para acostarla.
—No cambias Neji... siempre serás el primo celoso y protector—Hidan sonrió ante la sorpresa del castaño—además, recuerdo muy bien tus amenazas y advertencias sobre no dañarla a ella y créeme, no las he olvidado—ante esa declaración, Neji ya no tuvo dudas y finalmente también se marchó con su familia.
Hinata se sentía nerviosa, sólo habían quedado ellos dos y Hidan no había dejado de verla durante toda la noche. Llevo los platos al lavabo en busca de tranquilizarse, no obstante, le fue imposible.
—Déjame ayudarte—la joven casi grita al sentir el cuerpo del peli plata pegado al suyo—¿Te asusté? ¿O te pongo nerviosa?—Hidan se había mantenido alejado de su tacto, pero cada día le costaba mas hacerlo, ademas, viéndola tan sonrojada y nerviosa, pensó que quizás se debía a él.
—Yo...—la ojiperla se miró en las exóticas orbes del varón y a pesar de no ser las amadas orbes azules, quedó presa de ellas. Hidan se fue acercando y al ver que ella no lo detenía, se aventuró a tomar sus labios.
El beso fue tierno, lento y muy significativo, no obstante, pronto se fue intensificando hasta el punto de escucharse sensuales gemidos femeninos—Te amo tanto Hina—le confesó cerca del oído y continuó besándole el cuello.
—Yo también te amó Hidan—de nuevo, el momento romántico se detuvo abruptamente, pero a diferencia de la primera vez, en esta ocasión no había decepción, ni dolor en el pecho del varón.
—Dime que no estás mintiendo... repítelo—le pidió el peli plateado. Su corazón latía irregularmente y aunque quería no sentir esa inseguridad, comprendió que de no haber sentimientos, sería de nuevo un sujeto vacío, tal como lo fue durante toda su vida. Los sentimientos a veces eran dolorosos, pero también lo eran satisfactorios, como cuando Himawari lo abrazaba y le besaba la mejilla.
—No miento Hidan, yo también me he enamorado de ti—Hinata luchó contra los sentimientos que despertó por él, en cierta forma, se sentía culpable por empezar a amarlo, pues su físico no se asemejaba en nada a Naruto. Se podía decir que parte de él, se hallaba en Hidan, pero realmente, no eran la misma persona y ella comenzaba a amarlo tal como era.
—Mi santa—la abrazó contra su pecho y ella pudo escuchar su acelerado corazón—me haces muy feliz y tal como lo hizo él, también yo te amaré hasta el final de mis días—la sintió tensarse al escucharlo decir lo último—lo cual, no será pronto—añadió para tranquilizarla.
—¡Hidan!—lo nombró una vez más, disfrutando hacerlo sin remordimientos.
—Cásate conmigo... cásate conmigo y formémoos una familia con nuestra Hima y con los hermanos que le daremos—Hinata se sonrojó y no pudo evitar dejar caer lágrimas de felicidad. Asintió varias veces y Hidan no perdió el tiempo. La tomó en brazos para dirigirse a una habitación. Hinata se dejó llevar por el apasionado hombre que la besaba de manera hambrienta—Me haces sentir tantas cosas y la mayoría son jodidamente buenas—la morena sonrió al escucharlo, dado que incluso se había acostumbrado al burdo vocabulario de Hidan.
—¿Como cuales?—la Hyuga sabía a que se refería Hidan cuando habló, pero no quería que él siguiera recordando lo que fue antes de tener una parte de Naruto. Como era de suponerse, Hinata ya sabía sobre el oscuro pasado del peli plata y en lugar de sentirse temerosa, ella sintió mucha compasión por él. Nadie se tomó el tiempo de atenderlo, tampoco lo trataban como a un ser humano.
—Te lo explicaré con hechos y no con palabras—besándole el cuello, le desprendió el sostén y en seguida le fue bajando el vestido, dejándola con sólo unas tentadoras bragas, mismas que terminaron rasgadas en el piso. Hidan se retiró un poco para verla. Esa mujer era más de lo que hubiera soñado tener, no en vano estaba loco por ella. La joven se sintió muy expuesta y terminó avergonzándose ante el escrutinio masculino. Se intentó cubrir, pero él fue más rápido y le detuvo las manos—No seas tímida conmigo—le dijo mientras la conducía hacia la cama—como tampoco lo seré yo contigo—sin dejar de verla, se despojó de la camisa. Ella miró su fornido pecho sin parpadear y sólo deseaba poder acariciarlo.
Sabiendo lo pudorosa que era, se deshizo del resto de la ropa sin mostrarse completamente ante ella, después de todo, ya tendría mucho tiempo para que fuera perdiendo la timidez, tal como lo hizo cuando se casaron.
—¡Hidan!—lo llamó sorprendida cuando se percató de lo que estaba por hacerle, mientras que él, sólo le sonrió de manera seductora.
—Déjate amar princesa—Hinata se volvió a recostar y en segundos se aferró a la cabellera del varón. Hidan se hundió entre sus piernas y se dedicó a degustarla por completo. Había deseado tanto poder hacerlo y ahora que la tenía a su merced, no la dejaría resistirse. Pronto la Hyuga perdió el control de sí misma y dejó escapar fuertes gemidos de placer. Él no la soltó, ni siquiera cuando la hizo llegar al orgasmo.
—Yo... ahhh—ella no podía hablar, ya que aún después de haber quedado exhausta, sentía que su cuerpo volvía a responder. Trató de levantarlo con sus pequeñas manos sin lograr conseguirlo y de no ser por la molestia que sentía en su hombría, Hidan no se hubiera retirado, pero en ese momento ya no aguantaba el deseo de hundirse dentro de ella.
—Me vuelves un pendejo adicto a ti—declaró antes de besarla en los senos, donde se entretuvo hasta que acomodó su miembro en la vagina de su mujer. Sonrió feliz al pensarlo... ella era su mujer, sólo de él. Con eso en mente, entró de una sola embestida, logrando que ambos soltaran jadeos—¡Maldita sea Hime!—Hinata sintió un poco de molestia en su feminidad, pero poco a poco, se iba disipando—Eres jodidamente deliciosa—se sintió mal al verla hacer una mueca de dolor, dado que en las imágenes que vislumbró de ella, no tenía ninguna en la cual ella sintiera molestia. Controlándose a sí mismo, fue más lento para darle oportunidad a que se acostumbrara a él. La beso en el cuello, luego puso toda su atención en los tentadores pezones, mismos que parecían clamar por atención.
En poco tiempo, fue Hinata quien comenzó a moverse en busca de mas contacto y por supuesto, él entendió el mensaje. Hidan había estado con muchas mujeres, sin embargo, sólo fue para descargar sus necesidades y ahora experimentaba un sinfín de sentimientos t todos eran desconocidos. La poseyó lentamente, luego dejó que la pasión tomara el control y al momento de tenerla en cuatro, no se resistió a darle unas palmadas en el perfecto trasero. Hinata grito por la sorpresa y en breve se sintió alzada para quedar hincada con su espalda pegada al pecho masculino. En esa posición, él podía tener acceso a besarla, mientras sus manos le sostenían la cintura y ambos senos, sin olvidar las frases subidas de tono que le decía al oído.
—No podré ahhh—ella estaba tan extasiada y sabía que no iba a aguantar por mucho tiempo.
—Lleguemos juntos mi santa—su pedido fue el detonante para la joven y con un fuerte gemido proveniente de ambos, el acalorado encuentro concluyó—Te amo, te amo y juro por Jashin-Sama, que te amaré hasta la muerte—le confesó al oído. La cama los recibió a los dos y sin importar el sudor sobre sus cuerpos, Hidan la abrazó apegándola por completo a él. Acababa de vivir algo que nunca imaginó posible y de nuevo agradeció mentalmente a Naruto por contribuir a que fuera un humano normal—Soy tan feliz, que temo estar soñando—la Hyuga se conmovió al escucharlo y se giró hacia él para verlo a los ojos.
—Tranquilo, no es un sueño—lo tomó de las mejillas y le dio un beso. Hidan la abrazo y giró con ella, dejándola sobre su pecho.
—Quiero creerlo—repuso mientras movía a la Hyuga en busca de mas contacto, ya que su hombría respondió de inmediato a ella y ya se hallaba listo para la próxima de muchas rondas que tendrían esa mágica noche de amor.
—Te amó y esto es real—a pesar de estar cansada, la ojiperla se dejó llevar y se sentó sobre el hinchado miembro de su futuro esposo. Haciendo a un lado su pudor, ella tomó ambas manos del peli plata y las colocó sobre sus senos. Hidan sonrió con satisfacción y momentáneamente, la dejó tomar el control.
Quizás serían juzgados, quizás nadie entendería lo sucedido, sin embargo, a ellos no les importaba. Ambos se amaban y eso era suficiente.
Hidan beso la frente de Himawari y regresó a la cama donde dormía su amada, a quien dejó exhausta cerca de la madrugada. Instintivamente, ella buscó su contacto y él la abrazó dándole varios besos en la coronilla. De pronto sintió humedad en el rostro y al tocarse, negó sonriendo. Estaba derramando lágrimas, mismas que no recordaba haber derramado en toda su vida. De nuevo agradeció a Naruto por hacerlo sentir humano y le juro que siempre cuidaría de sus dos tesoros.
Fin.
Bien, hasta aquí llegó la historia inspirada en la película Criminal. Quiénes ya la miraron, debieron notar que le hice unos cambios y también agregué la parte final, pues la película termina en el encuentro en la playa. Ojalá les guste.
El capítulo tiene veinte mil palabras, lo que equivale a tres o cuatro actualizaciones de las otras historias. Por escribirlo hasta el final, me he ido atrasando un poco, pero ya concluido, regresaré con las historias pendientes. Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo 😊💕
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