Capítulo 6



Había sido una mañana luego de las primeras horas de clases, cuando Taehyung se enteró.

- ¡¿Qué?!

Su voz estaba exaltada, así como sus ojos bien abiertos detrás de sus gafas, las cuales se quitó de un tirón como si necesitase ver a su amigo a los ojos directamente.

- ¿Cómo vas a esconderme eso? ¿Quieres que te destierre del puesto de mejor amigo?

Taehyung tenía una mezcla de indignación y sorpresa que no le permitía cerrar la boca ni relajar sus ojos de búo.

No era de extrañar que, tratándose de que Jungkook se había acostado con su enamoramiento de toda la vida, Taehyung hubiera esperado saberlo desde un principio. Son las típicas cosas que le cuentas a tus mejores amigos, pero Jungkook se lo había guardado demasiado bien.

Pero se lo había guardado porque él y Jimin habían decidido que fuese algo entre ellos dos, sin embargo, dado que el mayor había perdido toda la discreción que suponía tener, y se había lanzado a él en pleno club nocturno, Taehyung había pedido explicaciones. Jungkook podría haber fingido que estaba igual de sorprendido, y decir que no sabía por qué Jimin se había comportado así, pero al final de cuentas, debía hacerle frente a un hecho importante: Necesitaba hablar con alguien al respecto.

Luego de un poco de contexto, Taehyung se calmó por un rato, no obstante, volvió a agitarse cuando Jungkook le explicó su verdadero pesar.

- Me tiene confundido. Él mismo dijo: "No quiero mezclar las cosas", pero luego viene y me besa de la nada – suspiró y se rascó la cabeza con las manos, despeinando su cabello - No soy tan fuerte, ¿sabes? He estado flechado desde siempre por él. ¿Por qué me busca de repente?

- ¿Y por qué no se lo dices?

- No quiero presionarlo...

- Jungkook – el tono de su amigo se puso serio y ya sonaba a reproche – Queremos a Jimin, ¿Si? Pero eso no significa que debamos permitirle todo. Él no es como los otros chicos estúpidos con los que nos hemos cruzado, pero si sigues siendo muy permisivo, va a tornarse como ellos.

En realidad, Jungkook se había sentido bien todo ese tiempo luego de que había logrado aclarar el panorama con el mejor amigo de su hermano. Cuando las cosas estuvieron claras para ambos, había sido fácil seguir sin pretender nada más que una amistad. Pero, la forma en la que Jimin se le había acercado en el club esa otra noche, le había hecho preguntarse "¿Hacia dónde estamos yendo realmente?". Era la razón por la cual estaba confundido. A ningún niño le gustaba que le dieran un caramelo y luego se lo quitasen de su mano. Que Jimin hubiese atacado su boca esa noche, le había hecho trabajar la cabeza como máquina de vapor.

- Admiro que seas paciente y relajado, amigo, pero si te afecta, entonces debes actuar ahora mismo antes que se enrosque en ti.

Ese era, probablemente, uno de los mejores consejos que su mejor amigo le había dado. No se conocían desde la secundaria, así que, lamentablemente Taehyung no había estado allí para apoyarle cuando la pasó realmente mal al salir del closet.

Era cierto que Jimin no era como esos chicos, no tenía malas intenciones, ni tampoco era el tipo de persona capaz de empujarle al vacío para salvarse a sí mismo, pero sí no estaba de acuerdo con hacer las cosas de esa manera, tan ambigua. Si Jimin quería algo de él, tenía que ser claro con qué.

Había llegado un punto en que se había desesperado un poco, y era por esa razón que decidió conversarlo con su confidente.

Cuando le dijo que, en su casa junto a su hermano, Jimin le había dicho que "Le gustaban otras cosas", Taehyung soltó un grito que hizo que los estudiantes a su alrededor se voltearan.

- Dios santo, Taehyung, todos se han volteado – soltó, pasando su mano por su rostro, sin querer mirar a las personas que estaban viéndoles.

- ¿Me jodes? ¿Dijo eso frente a Hobi? – preguntó antes de soltar una carajada mientras aplaudía como si estuviese disfrutándolo, sin inmutarse por la atención que estaba recibiendo. Jungkook no pudo evitar reírse un poco al acordarse de la reacción de su hermano – Qué confesión más atrevida. Ha ganado puntos.

- No tuve el valor de preguntarle a qué se refería... ¿Significa que admite que le gustan los hombres?

- Yo creo que lo dijo por ti – sonrió y movió sus cejas. Sus brazos apoyados sobre la mesa se deslizaron para acercarse más a su amigo – Flechaste a Park Jimin – su tono fue bajo, Jungkook lo miró por unos segundos y las comisuras de sus labios flaquearon – Le gustaste, eres genial – la sonrisa de Jungkook se ensanchó.

- Eso dijo él.

- ¿Jimin? ¿Cuándo?

A Jungkook se le agitó el estómago ante el recuerdo de esa noche, cuando se encerró en su habitación con Jimin, se quitaron la ropa, se besaron y poco después se puso de rodillas. Jimin había presionado su cabeza contra la madera de la puerta, enredado sus dedos en el cabello de Jungkook, y disfrutado de un placentero viaje.

Aparentemente había hecho un buen trabajo, porque los halagos no habían tardado en llegar.

"Eres el mejor... malditamente genial."

Jimin se había embriagado en Jungkook.

Había tironeado de su pelo impaciente, había empujado dentro de su boca, y había demostrado lo tanto que había disfrutado cada segundo.

Ante tremenda anécdota, Taehyung había vuelto a provocar que el resto mirara en su dirección, así que Jungkook procuró no dar más detalles, ni aunque insistiese en querer saber más.

Jimin también había sido genial, atento a todo lo que le hacía sentir bien, intenso, con una tendencia a liderar que se le había hecho fácil a Jungkook seguir la corriente. Jimin sabía que era atractivo, lo cual se notaba en la seguridad con la que se desenvolvía, y siempre se había visto atraído por lo divertido y exótico de las nuevas experiencias. Era como si estuviese en la constante búsqueda de lo siguiente que encendiera una llama en su interior.

Por esa razón, aunque el cuerpo de Jungkook era, evidentemente, muy distinto al de una mujer, Jimin no había tenido inconvenientes al momento de aventurar sus manos sobre él.

Era bastante surrealista pensar que ambos habían crecido juntos y que, además, actualmente se enviaban mensajes todos los días.

A veces, cuando Jungkook salía del gimnasio, recibía un mensaje de Jimin que le invitaba a encontrarse con él en el campus. Algo como "¿Ya te has ido?", y Jungkook respondía en negativa, sabiendo que probablemente beberían una lata de cerveza, conversarían un rato sobre su día y luego seguirían sus caminos hacia sus casas.

Otras veces, se cruzaban en el gimnasio mientras entrenaban y compartían unos minutos de descanso, bebiendo agua fría para hidratarse. Compartirían también algunos tips de ejercicios para entrenar y estiramientos para relajar los músculos. Incluso Mingyu participaba en algunas de sus charlas.

Y cuando no estaban juntos, seguían conectados por medio de mensajes. Y si no era por mensajes, Jungkook miraba las historias de Instagram de Jimin, veía las fotografías que subía con sus compañeros de equipo, o los videos divertidos cuando hacían de todo menos entrenar. Videos donde Jimin y su hermano Hoseok se agachaban con las palmas sobre el suelo y luego impulsaban sus cuerpos para pararse de manos. Sus cuerpos quedaban extendidos en un ángulo de noventa grados con el suelo. Sólo lograban dar algunos pasos con sus manos hasta que se caían.

Esos videos siempre le daban una buena excusa a Jungkook para enviarle un mensaje, comentando algo gracioso.

También clicaba Me gusta en sus posts e historias. Jimin hacía lo mismo.

Por esa razón, Jungkook se mantenía sereno. Su vida no tenía por qué cambiar sólo porque su relación con Jimin había evolucionado. Él seguía estudiando, trabajando para sus proyectos de la universidad con Taehyung, a veces juntándose y otras reuniéndose por teleconferencia desde sus ordenadores o celulares. Iba al gimnasio, salía con Mingyu o con algún chico con quien tuviese buena química para pasarla bien un rato. Tenía su buen grupo de amigos para salir de noche, estar en la universidad o ir al cine. Los ratos que tenía con su familia también los disfrutaba. Prácticamente todo estaba alineado.

Fue gracias a ello que logró llevar su relación con Jimin de manera natural, y, también, algo que no había admitido con su amigo Taehyung, era que un poco había intentado hacer la vista gorda cuando Jimin se comportaba de manera más que amistosa.

Jimin solía ser abiertamente cariñoso con las personas a su alrededor, siempre rompía con la barrera del espacio personal.

Solía reírse fácil y también provocar risas. Era juguetón y todos sabían que eso era parte de su encanto. Así que, Jungkook se aferró a eso para justificar el cambio de actitud de Jimin en ese último tiempo para consigo. Sin embargo, Jimin no saltaba a los labios de sus amigos o amigas cuando estaba ebrio.

Los consejos de Taehyung le sirvieron para despertarse y estar más atento. No podía dejar que la línea que se suponía habían trazado, se borrara fácilmente por un poco de alcohol y que al día siguiente estuviesen como si nada hubiese ocurrido.

Jungkook se permitió seguir así, hasta la noche del último partido de la pre-temporada del equipo.

Todos los estudiantes habían asistido con sus familias para poder apoyarlos, al igual que las familias del equipo contrincante.

Entre mucho sudor, nervios y ovaciones de por medio, el equipo de la universidad de Seúl terminó victorioso. Jimin se había lucido como el cuarto en el bate, siendo acompañado por la impecable performance del resto de los jugadores.

A pesar de los videos graciosos que a veces estaban por Instagram, el equipo se había esforzado, habían entrenado todos los días desde temprano para lograr granar. Lo tenían merecido, y por esa razón lo celebraban.

Un cóctel de celebración fue llevado a cabo en el mismo campo de baseball de la universidad al terminar el partido. Los padres de Jungkook y Jimin conversaban como solían hacerlo cada vez que las familias se juntaban, rememoraban las buenas jugadas y momentos de tensión, y celebraban los logros de sus hijos. Jimin había sido abrazado por docenas de personas en un lapso de pocos minutos, todos felicitando a la estrella del equipo, palmeándole la espalda, regalándole sonrisas y elogios, y el rubio estaba más que satisfecho por ello.

Mientras sus padres hablaban de lo orgullosos que estaban, Jimin estaba a un lado sonriendo, con el pecho inflado y asintiendo a todo lo que decían, nunca sin antes soltar un chiste donde admitía que sí era muy bueno en lo que hacía. Y siempre estaría Hoseok riéndose, codeándole las costillas para reprocharle la actitud engreída. Y, mientras tanto, Jungkook miraría a Jimin mientras éste no se daba cuenta, y pensaría internamente que era una de las mejores personas que había conocido.

El tipo de persona que era divertida y alocada, pero que siempre tenía tiempo para poner los pies sobre la tierra y disfrutar el tiempo con su familia. Porque era afectuoso con su madre, y como un mejor amigo con su padre. A cualquier casa donde fuera, siempre se ofrecería a ayudar, siempre estaría un paso por delante para lo que fuera que cualquiera necesitara.

Y quizás era por esa misma razón, que Jungkook había logrado ser tan paciente con él ese último tiempo, porque Jimin había sido paciente consigo desde el principio. Porque cuando era pequeño y Hoseok no quería que le hiciera parte de los juegos, Jimin siempre lo incluía de alguna manera.

Cuando Jungkook apareció en la fiesta de un amigo de secundaria de Jimin y Hoseok, éste último tenía esa misma cara de "Le diré a mamá que estás aquí si no te vas pronto" que muchas veces ponía cuando quería a su hermano menor lejos de sus asuntos. Entonces Jimin rodeaba el cuello de Jungkook con su brazo y persuadía a su amigo.

- No seas así, Hobi. Mejor que Jungkookie vaya a fiestas con nosotros antes que con desconocidos. ¿Cierto?

Hoseok podía ser algo egoísta, pero también se preocupaba por Jungkook, sin embargo, demostró esto tiempo después, cuando Jungkook fue puesto fuera del closet y vulnerable.

Las crisis no eran divertidas, hacían daño, pero Jungkook lograba ver que, gracias a esa crisis donde en su escuela hablaban de su sexualidad como si él no fuese a enterarse, había podido mejorar su relación con su hermano. Habían dejado de pelearse, Hoseok le había incluido en todos sus planes con sus amigos y nunca más había buscado desplazarle.

Había sido una época dura, pero había traído sus cosas buenas con el tiempo.

En consecuencia, no lograba hacer más que mirar a Jimin con aprecio al recibir los elogios por sus buenas jugadas.

Y mientras Jimin escuchaba atento, por un momento su mirada cayó en Jungkook. La sonrisa algo burlona y engreída se ablandó, para ser reemplazada por una sonrisa suave y sincera. Jungkook había sido descubierto mirándole con detenimiento, pero no se había sentido como si estuviese mal o quisiese esconderlo. En cambio, sonrió un poco más grande, y Jimin le giñó un ojo, un gesto muy sutil que pasó desapercibido mientras el resto de la familia seguía conversando.

Cuando la celebración familiar terminó, las familias dejaron el lugar, despidiéndose de sus hijos y amigos, mientras los más jóvenes siguieron la fiesta.

El campo de baseball estaba con sus luces encendidas, música, bebida y comida servida en largas mesas. Todos los estudiantes que habían asistido bailaban y celebraban a los jugadores. El equipo de baseball estaba enloquecido, abriendo botellas de champagne, desparramando chorros de espuma por el aire. Sus uniformes estaban manchados por el polvo del campo y húmedos por el alcohol que se habían lanzado encima.

Mientras Jungkook estaba con amigos suyos, incluído entre ellos Taehyung, un mensaje hizo vibrar su celular en su pantalón. Cuando chequeó la pantalla, la desbloqueó, abrió el mensaje y éste decía "hey".

El revoltijo en su estómago le ocasionó relamer su labio inferior y mordérselo, como si fuese suficiente para apagar los nervios. La música nunca se había detenido, pero para Jungkook ya no existía, sólo la voz de Jimin en su imaginación, pronunciando "hey", con tono juguetón y bajo.

Quitó su mirada del celular para mirar a su alrededor. Buscó a Jimin, pero no lo encontró.

"No te veo... dónde estás?", le preguntó.

"En la otra punta... bajo la segunda pantalla. Vienes?"

Leyó el mensaje en la pantalla por un rato, antes de volver a bloquearlo, guardarlo y comenzar a caminar hacia donde estaba la pantalla que le fue mencionada. En ese momento, la segunda pantalla permanecía apagada, pero la principal, la más grande, estaba encendida repitiendo momentos importantes del partido y algunas propagandas de sponsors de esa temporada.

Jungkook atravesó el campo completo, pasando del tumulto de estudiantes, para acercarse a la locación del beisbolista.

Caminó hasta que le vio con su espalda apoyada sobre el alambrado que marcaba el límite del campo con el resto del campus universitario.

Estaba con sus brazos cruzados, aun conservando los pantalones y camisa de manga corta de su uniforme, llevándolo con orgullo. Cuando le vio acercarse sonrió, probablemente porque Jungkook no le había respondido el mensaje, nunca le había confirmado que iría a buscarle.

Con sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans, Jungkook caminó hasta colocarse a su lado, apoyando también su espalda contra el alambrado.

- ¿Qué haces aquí solo? – decidió preguntar.

- Demasiada gente de repente... - soltó, haciendo a Jungkook reír.

- Creí que te gustaban las ovaciones.

- Sí, pero no por mucho tiempo – bromeó.

Jungkook miró la pantalla del otro lado del campo, reproduciendo imágenes de Jimin bateando un home-run.

- Impresionante, ¿eh? – dijo el mayor al notar que Jungkook estaba atento a su jugada. 

Incluso aunque la había visto en vivo y en directo, la cámara había captado el momento con tanto detalle que se veía aún más emocionante. Jungkook giró su rostro y le dedicó una ceja alzada, a lo que Jimin rio.

- ¿Quieres que te elogie?

- Tal vez.

- Lo he hecho, te felicité y dije que jugaste increíble – le recordó, sonando indignado, porque obviamente no iba a perderse la oportunidad de hacerle saber lo bien que había jugado. Jimin soltó un par de carcajadas antes de separarse del alambrado y ponerse frente a él.

- Tal vez quiero más.

La forma en que lo dijo, y la manera en que lo miró, tornándose un poco más serio de lo que la cosa venía, le hizo saber que no hablaba de su performance en el partido.

Jimin dio un par de pasos hacia él, y se paró justo en frente, a sólo unos centímetros. Ambos se miraron sin decir nada, tomándose el tiempo de inspeccionar la reacción del otro, como si esperaran ver qué era lo siguiente. Jungkook apreció el brillo de su piel algo tostada por el sol del campo de baseball, sus ojos con mirada expectante, sus labios gruesos entreabiertos, su respiración algo agitada.

Y fue Jungkook quien rompió el silencio.

- ¿Por qué siempre vienes a mí cuando has bebido?

Jimin frunció el seño. 

- ¿Eso es lo que crees...? – preguntó lentamente, no se había esperado esa pregunta. Hablaba como si su lengua estuviese pesada, probablemente por el alcohol.

- No lo pienso, es lo que sucede – concluyó con sencillez. Estudió a Jimin, y en ese momento que lo veía de cerca, se notaban sus ojos brillosos y algo rojizos por todo lo que había bebido.

- No es así, siempre estoy contigo.

- No de esta manera, no así. ¿Necesitas beber para sentir algo? ¿No te gusto si no has bebido alcohol?

- No es eso, claro que no – negó con la cabeza y se rio como si fuese algo absurdo de si quiera pensarlo – Soy yo el problema. No me animo – sonrió, sintiendo vergüenza de sí mismo - Cuando hablamos o nos vemos por ahí, no me animo a estar tan cerca de ti como realmente quiero...

- Entiendo. Eres un cobarde – soltó. Jimin se quedó callado y con la boca abierta, la réplica en la punta de su lengua nunca salió – Podría estar ahora mismo con mi boca en tu cuerpo... pero no te atreves a pedírmelo como se debe.

Jungkook llevó su mano a la nuca de Jimin y lo acercó hasta juntar sus labios. Jimin respondió de inmediato, pasando sus manos por la cintura de Jungkook y acariciando su cuerpo suavemente, mientras le dejaba todo el control del beso a él. Llevaba el ritmo, su boca era lamida y besada con fogosidad, como si Jungkook intentase demostrar un punto.

Cuando se separaron con un chasquido húmedo, Jimin tenía la mirada nublada por la sensación caliente que empezaba a abrazar su cuerpo.

- Dios santo... juro que quiero... - aseguró – Vamos a algún lugar donde podamos estar solos... - dijo cerca de sus labios, buscando besarlo otra vez.

- No de esta manera, apestas a alcohol – lo rechazó, su tono de voz sonó algo más duro de lo que pretendía, pero si no era brusco Jimin no entendería el mensaje.

- No quería hacerte enojar... - se alejó un poco, con una expresión un tanto triste, probablemente arrepintiéndose de estar comportándose como lo hacía. Pero estaba fuera de control en ese momento, simplemente se sentía como un pobre perro abandonado y hambriento.

- Quizás lo estoy. Porque me estás haciendo perder un poco la paciencia – bajó sus manos del cuello de Jimin y las deslizó por su pecho hasta llegar a su cadera – ¿Piensas que soy de madera? Tengo necesidades, tengo deseos, y no es considerado de tu parte provocarme un día y al otro actuar como si nada. Fuiste tú quien no quería que nada más sucediese en primer lugar. No quiero que cada vez que vienes por mí sea porque estás caliente, sólo porque has bebido.

- Si me pongo caliente no es por el alcohol. Es por ti – Jimin alejó sus manos de Jungkook y se sostuvo del alambrado detrás de él, a la altura de su cabeza – No dejo de pensar en esa noche... - dijo contra sus labios, y lo besó – Me he puesto caliente pensando en ti tantas veces, sin beber... - volvió a darle un beso, esta vez sobre la esquina de su boca – Repitámoslo.

- Como dije, podría estar con mi boca en tu cuerpo, y hacerte muchas otras cosas más – las manos de Jungkook se filtraron bajo la camisa de Jimin, bordearon su cintura y bajaron por su espalda baja metiéndose dentro de su pantalón. Sintió la tela de su bóxer y la forma redonda del trasero de Jimin bajo sus dos manos. Apretó el músculo con fuerza, sus manos siendo lo suficientemente grandes como para mantener un buen agarre. Jimin jadeó contra su boca – pero no hoy. Yo no follo así. Pídemelo cuando estés sobrio.

Jungkook aflojó el agarre del trasero de Jimin, y lentamente deslizó sus manos fuera del pantalón, para luego alejarse lentamente.

Le dijo a Jimin que volvería a la fiesta con sus amigos, y el mayor no objetó nada. Simplemente asintió, permitiéndole a Jungkook irse.

Había pasado aquella noche, y luego todo el día de domingo lo suficientemente tranquilo y mundano para el más chico. Había estudiado prácticamente todo el día, viendo algún que otro capítulo de una serie para tomarse descansos. Jimin no le había escrito, pero sí había puesto Me gusta en las historias que había subido, algunas de las cuales eran selfies, donde se veía su rostro guiñando un ojo y frunciendo los labios, y se apreciaba su pecho trabajado bajo su camiseta blanca.

Le hubiera gustado que le llegase un mensaje, pero le había sido suficiente saber que había visto sus historias y molestado en reaccionar a ellas.

Lo que fue excepcionalmente inesperado, había sido cuando el lunes por la mañana, mientras él estaba en una clase, un mensaje llegó a su teléfono. Era Jimin.

"¿Te gustaría que hagamos algo hoy? Tengo muchas ganas de verte..."

Eso había estado bastante bien para empezar.

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Nuevo capítulo! Esto se va poniendo cada vez mejor. 🫶🏻

Espero les haya gustado.

Gracias por leerme y ojala anden bien! ✨️

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