Capítulo 5




Por fuera de todo pronóstico, Jungkook despertaba todos los días con mensajes de Jimin esperando una respuesta. Anteriormente sí solían enviarse mensajes por Instagram y compartir un poco de contenido entretenido, pero lo que había cambiado notoriamente había sido la frecuencia.

Mientras Jungkook estudiaba en la universidad o en su casa, mientras estaba viajando en tren o en el gimnasio entrenando, él siempre encontraba en su celular un mensaje de su hyung.

Afortunadamente, lo que había pasado entre ellos no había hecho más que ayudarles a desarrollar mayor confianza y cercanía. Jungkook sentía que Jimin ya no le hablaba como al hermanito de su mejor amigo, sino como a él mismo, como a Jungkook. Tal vez sonaba extraño, pero había una razón real por la cual se sentía así. Y era que, a pesar de conocerse desde pequeños, siempre había habido esa clase de barrera invisible entre ambos. Una barrera que siempre había hecho a Jungkook sentirse el "hermano pequeño", como si de no ser por Hoseok, Jimin y él no tendrían absolutamente casi nada que compartir. En cambio, luego de tantos mensajes, chistes y videos de por medio, era como si finalmente Jimin le viese como a un igual.

Para Jungkook era una muy buena señal. Estaba aliviado de que no se hubiesen distanciado por haberse acostado juntos.

Al principio, la forma en la que Jimin había querido evadir la situación y cómo los nervios se le mezclaron con el arrepentimiento, realmente le había hecho pensar que Jimin se alejaría poco a poco hasta que se relacionasen sólo de forma casual, evitando el contacto.

Por consecuencia, la noche en la que él y su mejor amigo, Taehyung, fueron a Soap Seoul, se cruzaron con el equipo de baseball completo y Jimin le sorprendió al mostrarse interesado en generar interacción con él.

Faltando tan solo unos días para el último partido, el grupo de beisbolistas estaba bebiendo como si la temporada ya hubiese acabado.

Taehyung había hecho una broma a Namjoon, respecto de que no era muy responsable de su parte traer a un grupo de deportistas a beber estando en temporada alta de entrenamiento. El capitán se excusó audazmente, diciendo que había sacado a "sus chicos" a divertirse para que no estuviesen tan tensos por la presión del partido.

En ese mismo instante, Jungkook miró a su alrededor, identificando a su hermano a la distancia y más miembros del equipo. Entonces, cuando se giró hacia otro lado, sorprendió a Jimin mirándole. Mentiría si dijera que no estaba esperando verle. Claramente era lo que estaba buscando.

Entonces, le sonrió para hacerle saber que le había notado, y Jimin le respondió de la misma forma antes de seguir conversando con un compañero de equipo.

Al poco tiempo, su celular vibró en el interior de sus jeans. Metió la mano en uno de sus bolsillos traseros, tomó su celular y cuando miró la pantalla le había llegado un mensaje.

"hey"

Estaba de más aclarar quién era el remitente.

Elevó su mirada y Jimin estaba mirándole con una sonrisa divertida.

"qué sucede?" le preguntó.

"No vendrás a saludarme?"

Jimin le incitó a acercarse, y saber eso le hizo sentir una emoción revoltosa en la boca de su estómago, escalando hasta su pecho. Una cierta descarga de adrenalina que intentó no se notase al responder posteriormente.

"Yo? Tú me viste primero". Respondió, sumándose al juego al que le habían retado jugar.

Él no había sido quien había enviado el mensaje primero, él no era quien le estaba pidiendo atención. Jimin podría haber hecho lo mismo de siempre, y simplemente acercarse y saludarle como al resto. Y, aun así, decidió que el primer acercamiento fuese privado, sin que nadie pudiese ver que podían hablar en cualquier momento que desearan.

Cuando levantó la mirada, Jimin ya estaba caminando hacia él, con esa sonrisa con la que se cargaba al mundo en el hombro, seguro de que lograba con ella envolver a cualquiera en su manto de encanto.

Jungkook sintió cómo una mano se deslizaba por su hombro hasta el dorso de su cuello. Sintió que los dedos le quemaron, porque no era normal que Jimin le tocase así. Y sobre su oreja, los labios de Jimin dijeron a sólo un par de centímetros:

- Hey.

La vibración de su voz la sintió contra su piel y le recorrió el cuerpo.

- Jimin, ¿no deberían de estar entrenando? – Preguntó Taehyung con una ceja alzada y señalando la botella que tenía en la mano el beisbolista. Jimin se encogió de hombros, haciendo notar que, en ese instante, le importaba muy poco el partido.

- Estamos aquí para aflojar las tensiones – dijo, a lo que Namjoon acompañó con un pequeño codazo en el brazo de Taehyung.

- ¿Ves? Soy un líder que se preocupa por la salud mental de mi equipo.

- Pues ve y haz algo, porque tus chicos se están bebiendo todo el alcohol del lugar – levantó su mentón en dirección a un grupo de cuatro que estaban lanzando chorros de alcohol con las botellas mientras otros intentaban atrapar alguna gota con sus bocas abiertas como peces hambrientos.

Jimin soltó una carcajada con su otra mano en el estómago, sin alejar la que seguía en la base del cuello del menor. Cuando vio a su líder caminar en dirección al caos de los jugadores, Jimin volvió a inclinarse hacia Jungkook.

- ¿No deberías estar estudiando? – le preguntó contra su oído nuevamente. De la misma manera, Jungkook respondió acercando sus labios a su oreja, con una sonrisa anticipatoria.

- ¿Tú no deberías estar entrenando?

- No entreno a esta hora, Jungkookie – la risa le hizo cosquillas en su oreja – Pero tú sí estudias hasta tarde. Me despierto por las mañanas y subes historias hasta un par de horas antes.

Se alejó de Jimin para verle y le alzó una ceja, ¿era cierto que había prestado atención a la hora en que subía sus historias?

Jimin entendió la pregunta implícita y volvió a reírse, y en eso, su mano se deslizó por la espalda de Jungkook hasta su cintura. Y en todo el rato que estuvieron intercambiando algunas palabras y bromas que tendían a peleas inofensivas, Jimin había mantenido su mano sobre él.

Curiosamente, no había sido el único al notar que su hyung le había tocado de una forma que nunca lo hacía. Su mejor amigo bromeó diciendo algo como "Increíble, no te trató como a un perrito". Y a pesar de que no le había hecho ninguna gracia, debía admitir que tenía razón.

Pero, si Taehyung pensaba que eso era extraño por parte de Jimin, era porque no se esperaba lo que iba a venir después, cuando con el paso de una hora, Jimin estuvo encima de Jungkook, juntando sus bocas.

A Taehyung casi se le cae la mandíbula al suelo.

Sin embargo, él no era el único sorprendido. Había sido tan inesperado, que Jungkook dio un paso hacia atrás cuando se percató que la boca de Jimin estaba sobre la suya. No podía explicar cómo había llegado eso, simplemente había estado hablando demasiado cerca de su oreja, riendo e intentando tener una conversación cuando, en realidad, estaba demasiado ebrio como para ello.

Jimin soltaba risitas, intentando volver a encajar su boca con la suya, pero Jungkook simplemente le corría la cara y los besos iba a parar en sus mejillas.

- Hyung... ¿Te has vuelto loco? – preguntó, tomando a Jimin por los hombros y separándole de él con algo más de fuerza. Ojos rojos y nublados eran todo lo que había frente suyo – Necesitas beber agua.

- Jimin – Taehyung se acercó con la risa atascada en la garganta, divertido por la situación – Creo que olvidaste para qué equipo juegas – dijo con la voz elevada por la música, viendo cómo Jimin tenía sus manos encima de su amigo. El ceño de Jimin se frunció y le estudió con la mirada, como si le estuviese juzgando por decir algo absurdo.

- Claro que no... juego para el equipo de Baseball de la Universidad de Seúl – soltó con seguridad. Ambos amigos se miraron, antes de volver a escudriñar con la mirada la beisbolista.

- No me refería a eso – respondió.

A pesar de que a Taehyung le parecía algo entretenido, Jungkook hizo todo lo posible por hacer que Jimin volviera a sus rieles. Le hizo beber agua, pero incluso así, el efecto del alcohol aún no se iba y Jimin quería seguir bebiendo y estar colgado de su cuello.

Aunque Jimin había puesto sus labios sobre los suyos en más de una oportunidad, Jungkook no había permitido prolongar el contacto. Cada beso que recibió, lo detuvo de la manera más amable que pudo. Había aprendido la lección, y porque en ese momento estaba lo suficientemente sobrio como para no volver a cometer un error.

No iba a ser quien arrastrase a Jimin a algo que no era capaz de hacer cuando estaba sobrio. No quería convertirse en el arrepentimiento de nadie.

Logró sacar a su hyung del club con la condición de llevarle a su casa. Jimin había aceptado porque parecía tener en mente repetir lo de esa noche. Le dejaría vivir con esa ilusión al menos hasta que llegasen, sólo para lograr alejarle del club y del alcohol por lo que restaba de la noche.

- Te quedas aquí, te bebes toda esa botella de agua, te duchas, y te acuestas. ¿De acuerdo?

Jimin hizo caso, y así como dejó caer su cuerpo en la cama de Jungkook después de todo eso, se durmió.

Cuando entraron, todas las luces estaban naturalmente apagadas, eran las 3 a.m y sus padres dormían. La luz de las farolas de la calle entraba por las ventanas y atravesaba las cortinas color crema de la sala. Todo se veía teñido en distintos tonos de azul nocturnos. Entonces Jungkook caminó, sosteniendo a Jimin del brazo para que no se tropezara al subir las escaleras.

Enviarle a ducharse y a dormir había sido el plan desde el principio. Logró que Jimin tomase la suficiente agua como para que su organismo se limpiase poco a poco. Así, para las 4 a.m, ya tenía al chico dormido en su cama.

Recostado también, el menor observó a Jimin por un rato mientras éste dormía. Se sentía confundido y ansioso. No lograba entender por qué Jimin se había comportado así, pero probablemente lo había visto mucha gente besándole. Probablemente alguien de su equipo, y probablemente incluso Hoseok.

Le preocupaba lo que podría llegar a suceder al día siguiente, teniendo en cuenta que Jimin había hecho cosas sin pre-meditarlas, y que se arrepentiría de ello.

Cuando él había salido del closet –contra su voluntad- había tenido todas las miradas posibles sobre él, todos los rumores y mitos. Le habían metido en líos de los que nunca había sido parte, simplemente por ser gay.

Habían dicho "¿Recuerdas que el novio de Tzuyu fue visto con un chico? ¡Seguro era ese chico de primero, Jeon Jungkook!". Y Jungkook nunca había sabido quién era el novio de esa tal Tzuyu, pero había dolido que su nombre estuviese en la boca de todos cuando Yugyeom se había salvado de todas las acusaciones por fingir ser homofóbico.

Los amores de secundaria no debían ser tomados demasiado en serio, pero, si permitía que el Jungkook de diecisiete años que estaba dormido en su interior, despertara, entonces podía sentir perfectamente esa ola de traición y decepción que sintió entonces, como si hubiese sucedido ayer.

No había sido lindo las especulaciones de con qué novios de chicas había estado, qué cosas hacía en la cama con ellos. Tampoco era lindo estar en boca de todos como el chico que había sido rechazado. Porque era "obvio" que Yugeyom era heterosexual, y era culpa de Jungkook por intentar lo imposible. Porque si te atreves a tanto, entonces debes prepararte para fracasar.

Negó con la cabeza, no iba a dejarse llevar por los recuerdos, había pasado demasiado tiempo como para continuar masticando lo que se suponía ya había digerido. Había aprendido que en la adolescencia las personas suelen ser un tanto despiadadas, pero había visto gente a su alrededor madurar y mejorar en ese aspecto. Lamentablemente era responsabilidad suya sanar las heridas que otros le habían ocasionado, pero era parte de crecer y ser fuerte. No quería sostener consigo sentimientos rencorosos, no valían la pena.

Volvió a poner su atención sobre el mejor amigo de su hermano, quien dormía boca abajo y con el cabello húmedo por la ducha. Los mechones rubios brillaban más al estar húmedos, sus pestañas oscuras descansaban sobre el filo de sus mejillas y debido a la posición en la que estaba, la superficie acolchonada presionaba el lado de su rostro donde estaba apoyado, abultando más sus labios y dejándolos entreabiertos.

Una gota de agua cayó de un mechón y corrió cuesta abajo hasta la almohada.

Con su mano y un suave movimiento de sus dedos, quitó los mechones que caían sobre los párpados cerrados, a su vez que redescubría el lunar en lo alto de su pómulo.

Había crecido admirando a ese chico en muchos aspectos. Desde los más importantes; como cuando le había dicho "Ellos te aman, van a aceptarlo cuando vean que este eres tú, y que siendo tú eres feliz". Hasta lo más pequeño; como cuando le había sostenido de la mano y arrastrado corriendo para que Hoseok y otros niños no les atraparan durante un juego.

Los años habían transcurrido, muchas cosas habían sucedido en el medio, e incluso así nunca habían cambiado.

Tomó aire por la nariz y lo soltó, volviendo su mirada al techo y relajando su cuerpo boca arriba. Tenía que concentrarse en lo importante, y lo importante era que, al día siguiente, sería un nuevo día, y que seguía tratándose de ese mismo Jimin que siempre había sido comprensivo y empático con él. Si estaba preocupado, podía expresarlo y estaba seguro de que Jimin le daría una respuesta que le haría sentir algo más tranquilo.

Así que, con eso en mente, los ojos de Jungkook se cerraron.

Al despertar le costó un poco desperezarse y hacerse a la idea que ya era de día. Se había olvidado de cerrar las cortinas, y la luz entraba fuertemente, dañando sus ojos a penas los abrió.

Cuando se giró hacia el lado de la ventana, decidido a levantarse, se encontró con la visión de Jimin abrazado a la almohada a la vez que ésta tapaba su rostro, por lo visto también afectado por la contaminación lumínica. Salió de la cama, con sus pies descalzos sobre el suelo de madera, y la rodeó para llegar a la ventana. Cerró las cortinas, y cuando se giró, Jimin se destapó el rostro.

Con un ojo cerrado y el otro a penas abierto, tenía una expresión dolorosa, como si la luz le hubiese atravesado el cerebro. Su entrecejo y nariz pellizcados.

- ¿Cómo te sientes?

- Terrible...

Respondió con voz ronca.

- Y suenas terrible también – Jungkook bromeó y Jimin soltó una risa apretando sus ojos con dolor al sentir un pinchazo profundo en su cabeza.

- Ahg... - se quejó del dolor.

- Lo mejor será que desayunes, y tomes algo para la resaca.

Jimin no respondió, en cambio se llevó sus dedos a sus párpados y comenzó a masajearlos. Sentía un dolor punzante desde allí hasta el resto de su cabeza, y aún se sentía como si estuviese tambaleándose en un barco a la deriva. Todo se movía.

Cuando se despejó los ojos, volvió a mirar donde estaba Jungkook, quien estaba de brazos cruzados esperando a que se moviera. Le dedicó una media sonrisa, como si no pudiese esperar nada más de alguien con resaca, y apuntó con su cabeza a la puerta.

- Vamos a desayunar.

Jimin había estado a punto de disculparse por los hechos de la noche anterior, pero parecía como si Jungkook se hubiese anticipado y apresurado a no ir por ese rumbo. De hecho, caminó hacia la puerta y la abrió, sin dar oportunidad a Jimin de responder.

Le había funcionado, porque no le quedó de otra que despegarse del colchón y ponerse en marcha. Esperó unos minutos a que Jungkook saliera del baño. Y cuando lo hizo, él entró, se lavó el rostro con agua fría –lo más fría que le había sido posible-, se hizo un lavado con enjuague bucal y ya con el rostro algo más despierto, bajó las escaleras.

El olor a café le recibió, y Jungkook ya se encontraba sacando el café de la máquina, preparando dos tazas para ambos.

Fue invitado a sentarse en el desayunador, y justo en la silla a su lado, Jungkook también se sentó.

Disfrutó de la sensación de la porcelana caliente de la taza entre sus manos y del aroma terroso del café. Levantó la taza lentamente y el impacto de la bebida en su boca había sido el primer paso para comenzar a despertarse.

Soltó un sonido de satisfacción desde su garganta, que le hizo saber a Jungkook que un café era justo lo que necesitaba.

A su lado, el menor deslizó leche en cartón sobre la madera del desayunador.

- No, gracias. Me gusta puro.

- ¿Si? ¿Nunca le pones leche? – le preguntó, observando la taza entre las manos de Jimin y su contenido completamente negro. Recibió una negación como respuesta - ¿Ni si quiera azúcar? No te vi hacerlo.

- No – volvió a negar con un leve encogimiento de hombros. Jimin le miró con una sonrisa, esperando que criticara su gusto por lo amargo. Sin embargo, no dijo nada, sólo se vio sorprendido.

- ¿Qué le pones entonces?

- A veces, cada vez que puedo, un poco de Whisky – Jungkook echó su cabeza hacia atrás al soltar una carcajada – Lo digo en serio.

- ¿No es una bebida un tanto antigua? Probablemente mi abuelo lo bebía.

- Bueno, él mío también – bromeó irónico, pero visto que era un tema delicado, Jungkook no se rió. Sólo sonrió un poco y negó con la cabeza, mirando su propia taza y bebiendo un poco antes de volver a hablar.

- ¿No hubo algo así como un estigma hacia el alcohol en tu familia?

- ¿Por mis abuelo? – Jimin preguntó, a lo que Jungkook asintió – No realmente, beber siempre ha sido algo normal, era mi abuelo el que tenía problemas.

Mientras conversaban, el sonido de la puerta de la nevera les interrumpió. Ambos se voltearon a ver de quien se trataba, y Hoseok estaba inclinado allí, hurgando dentro de la nevera. Cuando volvió a erguirse, había sacado una botella de jugo de naranja. Cerró la puerta y se giró para apoyar la espalda.

Su rostro no lucía tan cansado como el de Jimin, sin embargo, su mirada denotaba algo de molestia dirigida hacia su hermano y su mejor amigo.

- ¿Qué es lo que trae a mi mejor amigo aquí? No te oí llegar.

- Hoseok – Jungkook protestó, pero su hermano alzó la botella de jugo hacia él mientras con un dedo le señalaba.

- Tú no hables, ladrón de mejores amigos – su tono fue acusativo, a lo que Jungkook arrugó la nariz y decidió no discutir, Hoseok había comenzado con una escena y no había quién lo detuviera cuando se ponía así. Se volteó, decidido a darle la espalda – Mira – Se dirigió a Jimin - no me interesan las razones por las cuales tenías tu lengua en la boca de mi hermano ayer, pero ¿por qué él? De todos los hombres... ¿tenías que elegir a mi hermano?

- Yo no lo elegí, sólo pasó. Estaba borracho... – Jimin respondió casi gruñendo y le dio la espalda también, apoyando sus codos sobre la madera y escondiendo su rostro contra sus manos. Si algo del dolor de cabeza por la resaca se le había ido, ahora estaba volviendo.

- Nunca te vi besar a un hombre en mi vida, ¡Amas las tetas! – rodeó el desayunador para ver a su amigo de frente.

- Y lo sigo haciendo - Despejó su rostro para mirar a Hoseok – Pero tal vez ahora me gustan otras cosas también...

Jungkook había estado bebiendo de su café, y al escuchar eso se quedó inmóvil. Jimin no lo había negado, de hecho, estaba confesando.

Ante lo dicho por Jimin, Hoseok movió sus ojos hacia su hermano, quien miraba su la taza de café mientras la giraba jugando con sus dedos como si pudiese pasar desapercibido.

- Entonces... ¿Te follaste a mi hermano? – preguntó.

Y Jimin no dijo nada. El silencio fue pesado.

Entonces, ante la falta de respuesta, los ojos de Hoseok buscaron a su hermano, y captó el momento exacto en el cual las comisuras de su boca se elevaron un poco, sin percatarse que estaba siendo observado.

- ¿Por qué sonríes? – le preguntó su hermano mayor con tono chillón al descubrir que algo le hacía gracia y no entendía qué. Jimin giró su rostro de inmediato para ver a Jungkook, quien levantó la mirada y se mordió el labio inferior para ocultar su sonrisa, negando con la cabeza.

- No sonreí.

- Lo hiciste – afirmó Hoseok.

- ¿Lo hiciste? – Jimin preguntó.

Entonces, Jungkook se giró a verle y Jimin también estaba luchando contra la sonrisa que quería apoderarse de su boca. Porque los dos sabían perfectamente lo que habían hecho, cómo se habían escabullido mientras todos estaban demasiado distraídos; Mientras todos estaban en el jardín trasero bebiendo y riendo, ellos dos se despojaban de sus ropas y se besaban por primera vez.

- Tal vez – le respondió a Jimin, ignorando por completo a su hermano y sin ánimos de seguir ocultando lo evidente, menos cuando Jimin parecía igual de divertido. Y cuando a Jimin finalmente se le escapó una risa, Jungkook tampoco pudo aguantarse.

Se rieron por un buen rato, mientras el rostro de Hoseok se veía totalmente falto de gracia. Sus cejas fruncidas, su boca rígida como su mandíbula y sus ojos afilados eran clara demostración de que estaba evitando darles un puñetazo a ambos.

- Son un par de idiotas – se alejó, caminando hacia las escaleras y dándoles la espalda. Mostrándose obviamente ofendido.

Jimin y Jungkook le llamaron entre risas, pidiéndole que volviera y que no se enojara, pero les ignoró, subiendo los escalones y llevándose su jugo de naranja consigo.

Cuando dejaron de reír volvieron a mirarse.

- Tal vez... no estuvo bien que nos riamos tanto – Jungkook reflexionó, sintiéndose un poco culpable.

- Tú empezaste – le recordó Jimin.

- No pude evitarlo.

Jungkook debía admitir que, ante la pregunta incrédula de su hermano, le había invadido un cosquilleo en su estómago por el regocijo. Habían fingido como si nada hubiese pasado durante esas semanas, y en cierto modo Jungkook lo había creído así. Pero oír a su hermano pronunciar las palabras "Jimin" y "follar" junto con algo que le incluía a él, le había devuelto a la realidad. Había tenido sexo con el chico que estaba ahí a su lado, el chico con el que había estado flechado casi toda su vida. No había logrado reprimir la sonrisa triunfante, y evidentemente su hermano mayor obtuvo la respuesta a su pregunta. Al parecer, no había pensado que habían llegado tan lejos.

Jimin tomó otro sorbo de su café y dejó la taza sobre la superficie.

- Creo que es mejor que vaya a hablar con él – pensó en voz alta. Jungkook asintió sin decir nada, y vio cómo su hyung se ponía de pie y caminaba escaleras arriba hasta que le perdió de vista.

El mayor llegó frente a la puerta de su mejor amigo y con los nudillos dio unos golpecitos sobre la madera.

La puerta no tardó en abrirse y mostrar a un Hoseok con expresión desinteresada que le estudiaba de arriba abajo. Jimin apretó sus labios como quien sabe que ha metido la pata y no sabe cómo revertirlo. Sus recuerdos de la noche anterior eran un poco desordenados, pero recordaba que había estado buscando la boca de Jungkook por un buen rato, rozando sus labios juntos, pasando sus manos por su cintura mientras el pobre chico intentaba ganar algo de espacio y control. Así que, probablemente esa imagen estaba dando vueltas en la cabeza de su mejor amigo.

- ¿Puedo pasar? – preguntó y su amigo se hizo a un lado y con su mano hizo un gesto que le invitó a pasar.

Cuando entró y Hoseok cerró la puerta, se giró para verle directamente a los ojos.

- Lo siento, por reírme hace un rato, y por haber... asaltado a Jungkook – dijo, sintiéndose realmente avergonzado por lo último.

Pensándolo bien, se sentía como si hubiese dejado salir uno de sus lados más salvajes y desastrosos. Jungkook no tenía la culpa de que él hubiese tomado y de que estuviese desesperado por tener algo de él. Y todos lo habían visto comportarse así.

Su mejor amigo le miró, al parecer dándose cuenta de lo apenado que estaba por ello, y cerró los ojos lentamente. Inspiró y soltó el aire retenido, aflojando los hombros.

- Sabes que te quiero como si fueses de mi propia sangre, pero también quiero a mi hermano y sabes lo mal que él la ha pasado por tipos heterosexuales. Los odiamos, Jimin, ¿recuerdas?

- Lo sé – aseguró, nunca olvidándose del acuerdo tácito que siempre habían tenido de detestar a los chicos que habían herido a Jungkook – Yo quiero a Jungkook, juro que nunca querría hacerle daño.

- Sé que no, pero también sé que has lastimado gente, aunque no querías hacerlo.

- Por eso no tengo relaciones estables, Hobi, y Jungkook también es así.

- Sabes que no es igual. De no ser que se cruzó con un puñado de desgraciados, él probablemente querría una pareja estable. Él ha sido demasiado bueno y se aprovecharon de él por eso.

- También se aprovecharon de mí, ¿lo olvidas? – le recordó – Nunca haría eso. Nunca me aprovecharía de nadie, menos de Jungkook - Hoseok negó con la cabeza, se acercó a él y le tomó del rostro con sus manos.

- Nunca dije que tú lo harías, eres el tipo más bueno que conozco, y realmente sé que cuidarías a mi hermano incluso más que a ti. Y ese es el problema – soltó el rostro de Jimin, quien sintió que se le hacía un agujero en el pecho por oír eso.

- Es por eso que no tengo relaciones estables. Soy consciente de eso. Pero te aseguro, Jungkook ya no es un adolescente, él maduró, y está muy seguro de lo que quiere.

- Sí, no dudo de ello ¿de acuerdo? Sólo... se cuidadoso con él. Puede que le gustes de verdad. Creo que tuvo alguna clase de enamoramiento contigo en algún momento.

- ¿Qué? – Jimin le miró, sin creer lo que había oído - ¿En serio? – Hoseok se dejó caer en su cama y se sentó, apoyando sus codos sobre sus piernas.

- No lo sé, lo digo por la forma en la que te miraba. A veces le enganchaba viéndote de la forma en que cualquiera mira a alguien que le gusta.

Jimin se quedó inmóvil en su lugar, queriendo recapitular momentos que pudiesen confirmar la teoría de su amigo, pero en ese instante no lograba poner sus pensamientos en orden. A su cuerpo lo azotó un latigazo de la sorpresa, ¿sería cierto eso? Probablemente Hoseok debería estar en lo cierto, era su hermano y no había nadie que le conociese mejor.

Hoseok dijo alguna otra cosa más, y Jimin siguió la conversación sin prestar realmente mucha atención. Cuando salió de la habitación y volvió a encontrarse solo, bajó las escaleras sintiéndose algo distraído. Su atención por su entorno era nula, se había quedado dando vueltas a lo que su amigo le había dicho.

Y entonces se encontró en la cocina, mirando la espalda de Jungkook mientras éste preparaba el desayuno.

Jungkook notó su presencia y le miró por un momento.

- ¿Y? ¿Qué dijo?

- ¿De qué? – Jimin parpadeó como si acabase de despertarse.

- Sobre el hecho de que sabe que nos acostamos juntos.

- Bueno, no hay que preocuparnos demasiado – se acercó lentamente y apoyó sus caderas contra la encimera, justo a un lado de donde Jungkook estaba asando algo de carne en una sartén. Mientras los ojos de Jungkook estaban sobre la comida, Jimin observaba su rostro con intensidad – Sólo quiere que nos portemos bien – sonrió, aguantando una risa. Jungkook levantó la mirada, y era como si Jimin estuviese escondiendo algo. Frunció el ceño y se rio.

- ¿Portarnos bien? Le dijiste que sólo fue una vez y nunca volverá a pasar, ¿cierto?

- Sí... claro.

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Actualización ✨️

¿Cómo están? Espero que bien. Honestamente me mantengo escribiendo y actualizando gracias a que veo que andan esperando nuevos capítulos, así que me motivan mucho a seguir escribiendo, muchas gracias 🫶🏻 Es como que, dentro del poco tiempo que tengo y las miles de cosas que tengo para encargarme en mi vida, sería más fácil dejar de actualizar, pero ver que me leen me hace saber que vale la pena.

Intentaré que sea constante al menos 2 caps por mes :') deseenme suerte con eso (?

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