Capítulo 21

La ciudad de noche se iluminaba agresivamente tanto como Seúl.

Se paró frente a la puerta del club que indicaba la dirección que le habían enviado por mensaje de texto, y mientras tanto miraba la misteriosa entrada; puertas como de dos metros, negras y levemente abiertas, dejando ver oscuridad y luces de neón cincelando las paredes de lo que parecía un profundo pasillo.

Jimin oyó una voz familiar y su atención fue al grupo de chicos que era liderado por nada más y nada menos que Cha Eunwoo.

- Me alegra que hayas cambiado de opinión – Eunwoo le sonrió y sus ojos le miraron con complicidad. Como si le dijera "Estaba esperando tu mensaje", parecía que sabía que iba a contactarle eventualmente.

- Quería... hacer algo diferente por esta vez.

- Bien, has elegido la opción correcta – abrió los brazos como una señal de bienvenida – Este lugar es el mejor para cualquiera que quiera divertirse en Busan. Sé que eres de aquí, pero no has podido ver lo mejor de la ciudad.

No, lamentablemente había visto lo peor.

- Sorpréndeme – Jimin le retó, sintiéndose hambriento por lo que le deparaba esa noche. Los ojos de Eunwoo brillaron con diversión.

Se encaminaron dentro del lugar, atravesando las puertas hacia ese mundo secreto.

Podría haber sido una buena distracción el irse con sus compañeros de equipo, o incluso el hablar con Jungkook por videollamada, y tontear un rato hasta quedarse dormidos del otro lado de la línea. Pero no. No quería que sus compañeros sufrieran las consecuencias de su malestar, cara deprimida y actitud ausente, y tampoco quería involucrar a Jungkook en sus problemas y mentalidad negativa. Quería librar al resto de su pesadez, se sentiría menos culpable así, sabiendo que el resto seguía su vida como si nada sin preocuparse por él.

El pasillo les dirigió hacia una sala enorme, llena de luces y de objetos extravagantes, tanto como una fuente con unicornios y flamencos de plata con tonos holográficos despidiendo agua –o lo que fuere- de sus bocas.

Era un club nocturno gay, cualquiera podría darse cuenta. El rosa predominaba tanto como las personas con atuendos que no dejaban nada a la imaginación. Había más piel allí de la que Jimin había visto en su vida, y eso decía mucho.

No era su primera vez yendo a un club gay, pero sí era la primera vez yendo a uno estando en pleno replanteo de su orientación sexual. Todavía no le interesaba definirse como algo, pero no podía negar su curiosidad intermitente. Había mirado últimamente demasiado a sus compañeros de equipo, tratando de descubrir lo que sentía al ver a otros hombres que no fueran Jungkook.

Y ahí, podía verlos con sus torsos descubiertos, piernas fuertes e incluso culos mostrándose en todo su esplendor con una lencería o shorts ultra pequeños como único elemento que interrumpía la vista a las zonas íntimas.

Era un lugar que permitía apreciar la anatomía humana tanto de hombres como mujeres sin que nadie se quejara al respecto.

Eunwoo interrumpió su contemplación acercándose a su oído. Su voz se mezcló con una risa regocijante.

- ¿Te gusta mirar?

- Hay mucha distracción aquí – admitió, a lo que el chico rio.

- ¿Primera vez en un bar gay?

- No realmente. Pero no voy a uno desde que era adolescente – le respondió al oído.

- Bueno, estoy seguro que será divertido.

Jimin no sabía si era capaz de divertirse esa noche, pero tomaría todo lo que podía de ella.

Se dedicó a seguir los pasos de Eunwoo que caminaba por el lugar con soltura y una sonrisa que expresaba lo tanto que disfrutaba ir a ese lugar. Las personas a su lado bailaban y se movían en ocasiones con bailes libres, nadie seguía una tendencia, la música guiaba sus movimientos. Al levantar la mirada, chicas estaban suspendidas en el aire, balanceándose en aros y trapecios. Sus atuendos destellaban por lentejuelas y strass ultra brillantes, al igual que sus maquillajes fluorescentes que cubrían desde sus rostros hasta sus brazos y piernas. Era fácil entretenerse, porque en cada rincón algo diferente estaba ocurriendo.

Otro espectáculo de la noche eran los Drag Queens en el escenario. Piernas largas y musculosas asomándose debajo de faldas y bíceps marcados moviéndose con delicadeza y armonía para interpretar una coreografía.

Eunwoo y sus amigos no lucían sorprendidos, bebían mientras bailaban y lanzaban comentarios al pasar como si lo que sucediera a su alrededor fuese moneda corriente . Por su lado, Jimin bebía y no lograba desprender su mirada de su entorno. Sus ojos escaneaban las figuras sobre el escenario, apreciaba las expresiones dramáticas de los rostros cubiertos por maquillaje. Había varios poles en el escenario que diversos bailarines rodeaban para bailar en ellos. Había tanto hombres como mujeres, algunos más andróginos que otros. Era como ver criaturas mágicas mostrando su belleza y atractivo exótico.

El resto de los expectadores conectaba con el show, cantaban las canciones y bailaban.

En un momento dado, apareció un Drag Queen que llevaba medias de red en sus piernas, portaligas, lencería de cuero, zapatos altos y un corset en su cintura que llegaba hasta debajo de su pecho descubierto. Su cabello era negro azabache con mechones blancos, largo y lacio. Su maquillaje provocaba una mirada penetrante y profunda como la de un zorro. Bailó en uno de los poles, exhibiendo su figura musculada y firme. La masculinidad y la feminidad conviviendo de manera armónica en una misma persona.

Eunwoo se acercó a Jimin y le señaló a quien estaba mirando.

- Ese es un amigo mío. Baila increíble, ¿cierto? – dijo a su oído. Jimin asintió, aun mirándolo – Hay mucha gente atractiva aquí – agregó y Jimin desvió sus ojos para mirarle – ¿A ti qué te gusta? Miras mucho, pero... no sé si ves a las mujeres o a los hombres.

- Me gustan las mujeres...

- ¿Si? – Eunwoo se vio inesperadamente muy sorprendido. ¿Jimin le había dado la impresión contraria? Se rio ante la idea.

- ¿No lo parece? – le sonrió a Eunwoo y este le devolvió la sonrisa.

- Sí, pero pensé sentir algo.

- ¿Sentir algo? ¿Cómo qué?

- No lo sé... mi intuición – se excusó con un encogimiento de hombros. Jimin volvió su mirada al frente, miró al Drag Queen bailar, siguió el movimiento de sus piernas y la forma que cernía su cuerpo contra el pole. El metal brillaba por las luces y se reflejaba en su piel. Jimin se relamió los labios, sopesando la respuesta que le había dado a Eunwoo. Entonces se inclinó contra él nuevamente para hablarle.

- En realidad... he estado saliendo con un amigo – le confesó y Eunwoo soltó una risa. Le miró de forma traviesa, le había atrapado.

- Sabía que algo tenías...

Jimin seguía preguntándose qué sería ese "algo", o si sólo era muy evidente la forma que miraba a los hombres últimamente. No es que se sintiera directamente atraído a ellos, pero la curiosidad e intriga había despertado en él las ganas de mirar, y en eso encontraba, en ocasiones, que algunas cosas le gustaban.

- Ese amigo... ¿es tu novio?

- Uhm... no, no lo es – admitió, y sintió un calor en el estómago al pensar en Jungkook. ¿A él le gustaría ir a un club nocturno como ese? Tal vez se divertirían si fueran juntos.

- Oh, entonces estás libre.

- No realmente... - negó.

- ¿Cómo? – una sonrisa tiró de su boca al mismo tiempo que sus cejas se fruncían en confusión.

- No tenemos un título, pero no queremos estar con otras personas – explicó. Eunwoo se rio y negó con la cabeza.

- Eso no existe... - le dio un codazo en el brazo y Jimin rio.

- Sí que existe.

- De acuerdo... ¿Y quién es él que te ha hecho voltear para el otro lado? – preguntó – Muéstramelo.

Nunca había tenido una conversación como esa con alguien antes. Realmente nunca había tenido que presentar a Jungkook como un "algo" ante nadie, porque su círculo siempre había sabido quién era Jungkook. Esta era la primera vez que iba a exponerlo y, de hecho, se sentía sorprendentemente bien.

Cuando buscó fotos de Jungkook y se las mostró a Eunwoo, éste abrió sus ojos, en su expresión se reflejó interés y aprobación.

- Uf, se ve bueno.

- Lo es – confirmó – En todos los sentidos.

Eunwoo siguió interesado en saber más, y Jimin le contó un poco de su historia con Jungkook, del hecho de que nunca habían querido que su relación se viese afectada por el rumbo que habían elegido juntos. Esa había sido la razón de no tener una relación formalizada con un título. Le contó todas las cosas buenas que tenía Jungkook, lo inteligente y sensible que era.

Al recordarlo, el pecho se le llenó de anhelo. Deseaba volver a Seúl lo más rápido posible, deseaba volver a Jungkook.

Inesperadamente, el Drag Queen que Jimin había estado viendo se acercó con una manguera, mientras otras chicas sujetaban un barril que al parecer contenía alcohol. Cuando Eunwoo lo vio de cerca le saludó y el chico sobre sus tacones se inclinó hacia delante, ofreciéndole a Eunwoo un trago. Jimin miró la escena, Eunwoo bebía y su nuez de adán se movía de arriba a abajo mientras tomaba todo lo que podía de la manguera que habían puesto en su boca. Al soltar la manguera le miró con la boca llena, tragó y le ofreció a Jimin beber también. Cuando aceptó, el líquido llenó su boca y bajó por su garganta, calentándola. El Drag Queen estaba a solo unos centímetros de su rostro, sosteniendo la manguera en su boca. Le miraba con sugerencia, y Jimin se sentía como una oveja a la que el lobo se quería devorar. Y tal vez quería ser devorado en ese momento. Un atisbo de excitación creció en lo bajo de su vientre. 

Cuando el show terminó, Eunwoo le pidió que le siguiera. Caminaron hacia detrás del escenario y se encontró con un pasillo de varias puertas. Había Drag Queens correteando por todos lados.

Entraron a una habitación y para su sorpresa, allí estaba el amigo de Eunwoo que antes estaba montado sobre sus zapatos con altos tacones. Se había quitado su peluca, dejando ver el cabello corto y negro que llevaba debajo. Estaba descalzo, apostaba que sus pies se sentían aliviados al estar en al fin planos contra el suelo. Se había quitado el apretado corset y sólo dejado la lencería debajo. Ahora podía ver más de cerca y sin luces coloridas los tatuajes en ambos brazos y en sus piernas. Las medias de red le quedaban excepcionalmente bien, al igual que la lencería que dejaba sus glúteos a la intemperie.

El chico enarcó una ceja al ver cómo la mirada de Jimin lo inspeccionaba del derecho y del revés. Le dedicó una sonrisa, mientras comenzaba a quitarse el excesivo maquillaje de su rostro con aceite de bebé y algodón. Eunwoo intercambió un par de palabras con él, hasta que se volteó y buscó algo en su bolso, teniendo que inclinarse para ello. Su trasero se vio tan en primera plana que Jimin tuvo que desviar la mirada para no ser atrapado viendo descaradamente. 

Cuando el chico volvió, le entregó a Eunwoo una bolsita que rápidamente guardó en el bolsillo trasero de sus jeans. Jimin intentó seguir el movimiento, pero no estuvo seguro de lo que vio. Luego Eunwoo se despidió de su amigo y Jimin se despidió también. El chico le guiñó un ojo, sabiendo perfectamente cuánto le había estado mirando. Jimin sintió un cosquilleo en su estómago, algo de adrenalina corriendo en sus venas por pensar en si ese chico hubiera estado interesado en él. Tal vez hubiera querido hablar un poco con él, o tal vez sólo seguir mirándolo.

Eunwoo caminó entre la gente y se reunió con sus amigos. Entre señas con sus manos y sus cabezas, se dirigieron al baño. Jimin los siguió y vio que Eunwoo le daba a uno de ellos la misma bolsita que había conseguido en el camerino, entonces supo que era cocaína.

El beisbolista le miró con una sonrisa y la pregunta en su rostro: "¿Quieres un poco?"

Jimin negó con la cabeza.

- ¿Alguna vez probaste coca?

- No – respondió.

- De acuerdo, no insistiré.

- Tu... ¿tomas siempre? – quiso saber.

- Nah – soltó en negación – Si lo hiciera no podría jugar los partidos como lo hago, ¿cierto? Debo mantenerme funcional.

- ¿No te has vuelto adicto?

- No, no lo necesito. Sólo me divierto de vez en cuando, una probadita y a seguir – se rio divertido, mientras reposaba su cuerpo contra los azulejos del baño.

Los amigos de Eunwoo salieron del cubículo más animados y contentos, elogiaron el producto por su calidad.

Eunwoo le invitó al cubículo con él cuando fue su turno. Entraron y cerraron la puerta. Se agachó y había ya unas líneas formadas sobre un papel arriba de la tapa del inodoro.

- ¿Por qué lo haces? – preguntó.

- Porque se siente bien.

- ¿No tienes miedo de volverte adicto?

- No, lo tengo controlado – dijo con seguridad – Es sólo diversión – sacó de su bolsillo un billete y lo enrolló para formar un delgado tubo.

- ¿Y qué es lo que tiene de bueno?

- Que te olvidas hasta de tu propio nombre – soltó una risa. Jimin lo vio inclinar su cabeza sobre las líneas e inhalar a través del tubo que había armado.

Escuchó el fuerte sonido de la inhalación. Eunwoo se irguió y de pie se apoyó contra la pared. Jimin estaba justo frente suyo, observando su reacción. El chico apoyó su cabeza contra los azulejos y mientras mantenía sus ojos cerrados sonreía como si estuviese teniendo el mejor viaje de todos. Se balanceaba de un lado a otro al ritmo de la música que se oía fuera.

- Demonios... tan bueno – el placer se oyó en su voz – Podría, derribar montañas con esto – se rio, siendo consciente de lo loco que sonaba. Se acarició lentamente el pecho con su mano, y su pierna comenzó a moverse con la música también, siguiendo el beat.

Jimin miró hacia el inodoro, en el papel quedaba una línea aún. Sus manos se sintieron inquietas, y en un arrebato precipitado de calmarlas, se agachó, tomó el tubito de billete, lo colocó en uno de los orificios de su nariz y cuando estaba por inhalar, una mano le sostuvo del cuello. La boca de Eunwoo se colocó contra su oreja y le habló:

- ¿Estás seguro? – preguntó. 

No, no estaba seguro, pero todo lo que necesitaba en ese momento era arrancar de su cuerpo la sensación agobiante de no tener el control sobre lo que había sufrido en su infancia. 

Inhaló con fuerza y sin pensar más. No estaba listo para hacerle frente a esas emociones. Así que, sin arrepentimiento, sin remordimiento, inhaló con fuerza.

A partir de allí las sensaciones se magnificaron y sus pensamientos se redujeron. Se desplomó contra la pared y tosió por el ardor en su nariz y su garganta, pero el efecto fue prácticamente inmediato y sintió cómo sus pulmones parecían dilataban, el aire entraba por su nariz mejor que antes, el oxígeno llegaba a su cerebro en toneladas y su sangre bombeó tan rápido que sintió calor en todo su cuerpo. Apoyó las palmas de sus manos sobre la pared de azulejos detrás suyo, se sentía helada, agradable. En su estómago sentía cosquillas que subían a su pecho. Se rio, porque era tan bueno que causaba risa.

Eunwoo se contagió y comenzó a reír a carcajadas. Se acercó a Jimin y se sostuvo de sus hombros, ninguno podía controlar sus risas.

- ¿Estás bien? – le preguntó cuando pudo controlarse un poco. Había reído hasta las lágrimas.

- Sí... - soltó en un suspiro derrotado – Genial... estoy... - jadeó – Genial.

- Genial... - repitió Eunwoo, quien se le quedó mirando y sonriendo. Jimin lo miró, estaba demasiado cerca. Volvió a reír, se sentía divertido y gracioso, pero su risa pronto fue interrumpida por los labios de Eunwoo.

Los labios se movieron sobre los suyos y él los tomó. Cerró los ojos y la sensación era similar a estar haciendo la plancha en el mar. Podía sentir las olas acariciarle los hombros, los brazos, el rostro. Las manos de Eunwoo se aventuraron, y antes de que llegaran más lejos, Jimin abrió sus ojos y cortó el beso pegándose más a la pared.

- Jungkook... - fue lo primero que salió de su boca en ese momento.

- No pasa nada, no es tu novio – dijo, volviendo a besarle, ésta vez sosteniéndole del rostro. Los besos estaban bien, claro. Besaba bien y era la primera vez que besaba a un hombre que no era Jungkook. ¿Era excitante? Sí, no iba a negarlo. Así que le permitió que lo besara un rato más - ¿Te gusta...? – preguntó y Jimin gimió en su boca como afirmación – Los besos están permitidos en su acuerdo, por lo que veo... - se rio – y... ¿puede haber otro permitido...?

- No – negó. Apoyó sus manos en el pecho de Eunwoo y lo empujó hacia atrás un poco – No, y los besos tampoco creo que estén permitidos...

- ¿Creo? – alzó una ceja, incrédulo – Ni si quiera sabes bien las reglas, ¿no?

- Somos exclusivos... eso es todo lo que importa.

- Si no hay un título... para mí no significa nada – soltó una risita traviesa. Se inclinó nuevamente hacia él, le lamió el labio inferior, con la esperanza de que Jimin le dejase entrar y besarle profundo. Sólo pudo besarlo por unos segundos, Jimin volvió a alejarle – Maldición, Park... - soltó con desilusión – Desde que te vi en el campo... quería acorralarte así... - Jimin se rio ante la confesión – Dame sólo una probada y tu chico no se va a enterar... - le sostuvo de la muñeca y llevó su mano a su entrepierna. Jimin sintió bajo la tela de los Jeans la dura evidencia de la desesperación de Eunwoo – Estoy muriendo aquí – dijo, y Jimin no tuvo el valor para admitir que también se sentía caliente. El chico era atractivo, lo había notado desde el principio, y su actitud tampoco se quedaba atrás. Además, la sustancia en sus venas le estaba haciendo girar, quería acción, quería descargar toda esa energía.

- Tu oferta es muy... tentadora. Pero... sólo quiero a mi chico en este momento.

Eunwoo gruó con apresión. 

- Entonces salgamos de aquí - rogó, tironeando de la ropa de Jimin y empujándose fuera del cubículo.

Entre risas, salieron corriendo del baño, se llevaron por delante algunas personas a las que les pidieron disculpas y fueron al centro de la pista. La música estaba tan alta como era necesario para dejarse llevar. Las luces destellaban tan fuerte y rápido que Jimin se sentía en un universo utópico. Todo el mundo comenzó a aplaudir y saltar con la música y él hizo lo mismo.

Todo el resto de la noche se basó en más alcohol y baile, en su mente no se contepló detenerse en ningún momento, se sentía tan bien que podía seguir hasta que saliera el sol. Y así fue.

Las horas pasaron en un pestañeo. Fue Eunwoo quien le llevó fuera del club cuando todo terminó. La luz del sol le lastimó los ojos, se sentía tan fuerte y ardiente que los mantuvo entrecerrados por un buen rato.

Cuando chequeó su celular, eran las siete de la mañana y tenía tres llamadas perdidas de Hoseok y mensajes de Jungkook.

Aunque Eunwoo quería que se quedara con ellos, Jimin sintió que ya era momento de volver.

Se tomó un taxi, y volvió al hotel.

Cuando llegó, entró rápidamente por la puerta, pasó de toda la gente que pasaba a su lado y entró al elevador. Inhaló profundo y soltó el aire. Su corazón seguía latiendo rápidamente como si estuviese listo para correr una carrera y arriesgarlo todo. Apoyó su espalda en la pared del fondo del elevador y cuando miró hacia los costados vio su reflejo en los espejos. Tenía ojeras, el cabello despeinado y sudado. Necesitaba una ducha urgente para volver a verse decente. Y beber agua, por sobre todo. No más alcohol ni... sustancias. Volvió a ver su celular, Hoseok le había llamado tres veces y nunca lo supo. También le había dejado mensajes.

"Saliste???"

"estás bien??"

Luego vinieron las llamadas.

"Hermano contesta por favor"

Otra llamada.

"JIMIN DIOS SANTO... Ni bien leas esto llámame, idiota"

Bueno, ya no era necesario llamarle, estaba llegando.

Salió del elevador y caminó por el pasillo hasta su habitación. Entró en silencio, para no despertar a sus compañeros. Compartía habitación con Taemin y Seokjin. Se dirigió al baño, orinó y se duchó.

Cuando se recostó en su cama, escribió un mensaje a su mejor amigo para que no se preocupara. Rápidamente éste respondió.

"Voy a matarte... me asusté"

Jimin sonrió para sí mismo, imaginándose el tono de reproche de Hoseok.

Cuando le preguntó dónde había estado, le entró un pinchazo de culpa, que se esparció por todo su pecho. Aún tenía sustancia corriendo por su cuerpo, y podía asegurar que ni su amigo ni nadie se sentiría orgulloso de lo que había hecho. Tampoco podía contarle que había salido con el cátcher del equipo de Busan y que le había devorado la boca en el baño luego de drogarse. Si sabía que había besado a otro hombre que no era su hermano, le iba a cortar la cabeza.

Suspiró, estaba jodido. Jodido y jodiendo las cosas otra vez.

Le dijo a Hoseok que sólo había ido a recorrer la ciudad y algunos bares, que la música no le había permitido escuchar sus mensajes y llamadas. Cuando el chico pareció convencido, dejaron de hablar, y Jimin vio los mensajes de Jungkook.

"Me dijo Hobi que ganaron. Sabía que lo harían, ¿fue difícil? Avísame y hacemos videollamada, quiero verte."

Culpa.

Aguda y cruda culpa.

Intentó respirar hondo, pero su pecho se sentía duro como una roca. Soltó el aire con dolor.

"Aunque estabas nervioso lo hiciste de nuevo, beisbolista estrella!"

Jimin soltó un gemido doloroso y dejó su celular a un lado, se revolvió en la cama restregando sus cansados ojos. No había dormido, pero no tenía sueño, no sabía cuándo esa mierda de sustancia dejaría su cuerpo, pero ya no la quería con él. Se arrepentía terriblemente de haber consumido, se había sentido bien en ese momento, pero luego, siendo consciente de que sus acciones no se condecían con quien él era, ni con lo que los demás querían de él, se sintió enfermo.

"hey..."

Envío el primer mensaje.

"Gracias... lamento no haber visto tus mensajes. El partido terminó y todo fue un poco... caótico".

Porque ni si quiera había llegado a decirle que habían ganado, su mente había dejado de funcionar desde entonces. Jungkook se había enterado gracias a su hermano. Se sentía aún peor por eso.

"Yo también quiero verte... no sabes cuánto" admitió y dentro suyo tenía un gran pesar, "Tuve una noche loca... y no me siento bien"

Mientras escribía, la urgencia de poner en palabras lo que sentía fue más fuerte que la urgencia de esconderlo, y haberlo hecho con Jungkook no era casualidad. 

"Quisiera hablar contigo... pero tendré que esperar hasta el lunes cuando te vea. De todas formas... gracias por siempre apoyarme, eres genial"

No le alcanzaban las palabras para expresar realmente cómo se sentía, y lo tan agradecido que estaba. Jungkook siempre le veía como el mejor, lamentaba no serlo realmente. Se sentía como un farsante.

Recibió un mensaje, y rápidamente chequeó su celular.

"Buen día, hyung! Te sientes mal? Quieres que te llame? Hablemos"

Jimin se mordió el labio y leyó el mensaje. Escribió una respuesta inmediatamente.

"Está bien... no te preocupes. No es un tema que quisiera hablar por llamada... sino personalmente".

"Entonces, qué te parece si viajo hasta allá? Voy a verte"

A Jimin le empezó a latir el corazón con rapidez. Se acomodó en la cama, sentándose de repente y comenzó a escribir.

"Estás loco?? No es necesario que viajes hasta aquí... Estoy bien, no quiero molestarte... es domingo y debes estar cansado también."

"Son sólo dos horas de viaje, hyuuung. No me molesta para nada. Mi beisbolista estrella se siente mal y debo intervenir"

Jimin apoyó su frente sobre el borde del celular, mientras lo sostenía con ambas manos como sujetándose a su propia vida. La vida era tan agridulce y loca. Jungkook había llegado a su vida como una disculpa por la mierda que había vivido. No sabía qué había hecho para merecerlo, porque no sentía que le merecía para nada, pero ahí estaba él, queriendo ayudarle, queriendo estar con él.

"Yo... en serio no quiero que tengas que viajar hasta aquí por mí... pero admito que... siento que te necesito"

En su pecho se mezcló el alivio y la culpa. De alguna manera, no sabía cuál sentir. Estaba aliviado por poder expresar lo que hacía que tuviera un nudo en la garganta, pero por otro lado se sentía culpable de que Jungkook tuviese que dejar su vida por él.

"En dos horas estaré allí, y si es necesario haré que el chofer se apure"

Jimin se rio, sintiéndose un poco mejor sólo con una risa, y respondió.

"No hagas locuras, no importa lo que tardes... te estaré esperando"

"De acuerdo, trataré de no acosar al chofer. Nos vemos en poco tiempo. Te quiero."

El calor en el pecho de Jimin fue tan grande que se esparció por su cuerpo, era como una caricia al alma. ¿Era posible sentirse tan correcto a pesar de haber hecho las cosas mal?

"Yo también te quiero. Mucho."

Su estómago estaba temblando, tenía una mezcla de sentimientos tan intensa. Jungkook iba a ir, en algo más de dos horas estaría en el hotel y tendría que hablar con él, exponer sus pensamientos y la forma en la que se había sentido. Le esperaba una larga y profunda charla, no sería cómoda, pero sabía que Jungkook era el indicado para ello. Tenía miedo, no iba a mentir, pero también quería decirle a Jungkook cómo se sentía. Quería contarle sobre su pasado, quería que supiera cómo había vivido el partido y lo que Busan significaba para él.

Habían pasado horas, y aún no tenía sueño. Sentía que en su cabeza le habían golpeado con un barrote de metal. Su estómago también estaba jodido y su pecho estaba tieso. No se sentía nada bien los efectos de la noche que había tenido, pero debía concentrarse en ser su mejor versión posible para Jungkook. No podía recibirle y que viera que había bebido como si no hubiera un mañana, ni tampoco que había consumido coca.

Sus compañeros se habían despertado y le contaron anécdotas de la noche anterior, como que Namjoon había besado a una chica que tenía novio y casi se arma una pelea en el club. Él no sabía que la chica estaba en pareja, sino se hubiera ahorrado el problema.

Cuando Jimin se encontró con Hoseok, éste le regañó por haber desaparecido de esa manera, y cuando supo que su hermano estaba yendo, se sorprendió al principio, pero entendió que Jimin estaba encontrando la forma de ser honesto con lo que sentía y dejar de aparentar estar bien frente a Jungkook.

- Me parece bien que quieras contarle todo, amigo. Él ya no es un niño, no necesita que lo protejas.

Esas palabras se calaron a fondo. Asintió con su cabeza, admitiendo que era cierto y que a veces lo olvidaba.

Ambos estaban bebiendo café cuando Jimin recibió una llamada. Jungkook estaba allí, había llegado.

Se puso de pie, caminó hacia el lobby con su pulso aumentando. Cuando lo vio, sintió que esa muralla, la que mantenía levantada todos los días, caía al fin a sus pies, desarmándose. 

Caminó hacia Jungkook como si no pudiese pasar un segundo más sin él.

Jungkook se giró y lo miró, dedicándole una sonrisa reconfortante.

- Intenté hablar con el chofer, pero él dijo que no podía acelerar el tren... - soltó con una risa. Jimin negó con la cabeza y con una sonrisa le abrazó.

- No importa.

Jimin se acurrucó contra él y Jungkook le rodeó con sus brazos. El abrazo fue íntimo, apretado. Los ojos de Jungkook miraron al frente y vio a su hermano. Entre miradas que nadie más podía entender, supo que algo estaba mal y que había llegado el momento de entender cosas que nunca había entendido de Jimin.

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Hola, gente bella! ✨️ Cómo están? Espero hayan tenido una linda navidad, y si no fue tan linda, que al menos puedan rescatar algo bueno de ello.

En el capítulo anterior descubrimos el trauma de Jimin. Como mencioné, el foco no es el trauma en sí, sino cómo eso hace a Jimin sentirse y cómo eso afectó su forma de relacionarse con los demás y, por sobre todo, consigo mismo. 

Analicemos el trasfondo.

Jimin no bebió alcohol y salió con Eunwoo para "alocarse" y ser irresponsable. No besó a Eunwoo porque no le importaba la posibilidad de traicionar el acuerdo que tiene con Jungkook. Jimin sólo buscó una manera rápida de lidiar con su realidad, tapar el vacío con sensaciones y hacer el sufrimiento pasar a segundo plano. 

Estamos viendo que no está solucionando sus problemas de manera activa, sino que huye de ello porque le genera malestar si quiera pensar en enfrentarlo. 

Lo más triste de esto es que él lo sabe, una parte suya es consciente y por eso se siente culpable. No está pudiendo solo, pero tampoco puede expresarlo porque le carcome la culpa de hacer preocupar al resto. Por eso, a penas ve una puerta para tener ayuda acepta que Jungkook vaya a verlo, porque realmente lo necesita. Sin embago, la culpa persiste, la necesidad de aparentar estar bien/ser fuerte persiste. Están los dos extremos tirando, por un lado su necesidad de mostrarse vulnerable, y por otro lado su necesidad de mostrarse autosuficiente como todos a su alrededor siempre celebraron.

Seguiremos viendo cómo esto va manifestándose a lo largo de la historia. Espero que les guste cómo va yendo la historia y estos personajes.

Les deseo un buen fin de año 🥂💕


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