✡ zero; introduccion ✡
Salí de la ducha y coloqué mis pies mojados sobre la alfombra del baño. Tras secarme y ponerme ropa vieja a la cual llamaba "pijama", me envolví el cabello con una toalla, lavé mis dientes y me dispuse a ir a mi habitación con el propósito de acostarme. Apenas atravesé el marco de la puerta, noté que había dejado encendida la televisión. Tampoco supuso una mayor dificultad el distinguir que estaban emitiendo por onceava vez el maldito avance de la nueva película "Ocaso III".
Sin dudas, los vampiros no eran lo mío, o por lo menos no ese tipo. ¿Desde cuándo aquellas criaturas brillaban con el sol? según tenía entendido, eran sensibles a los los rayos del mismo. De todas maneras, el romance sobrenatural tampoco era un género que disfrutara de ver. Prefería mil veces la ciencia ficción o películas de horror.
-Beber tu hemoglobina me condenará, pero el amor siempre brillará- pronuncié en tono burlesco al unísono con el actor del tráiler, quien llevaba un cuidadoso y trabajado maquillaje en su rostro, acompañado de un peinado a base de abundante gel.
No me avergonzaba el recordar las líneas de los personajes, ya que no era por ser una fan de la saga, sino más bien por tantas veces que las había escuchado las últimas semanas. Estaba segura de que hasta la tía Amanda se las sabía de memoria.
Rodé mis ojos ante tal aberración del cine contemporáneo y apagué el aparato sin más. Di un gran suspiro y me lancé a la cama, tomando de la mesita de luz mi fiel compañero de bolsillo electrónico, al que dejé en silencio con anterioridad, pensando que nadie me llamaría a esas horas de la noche. Pero vaya sorpresa que me llevé, al divisar en la pequeña pantalla que contaba con 7 mensajes sin leer, 10 llamadas perdidas y una entrante. No necesité meditar de quién se trataba, porque ya lo presentía, aun así, un nombre apareció frente a mis ojos "Benny <3".
-¿Qué hay?- contesté casual.
-¿Cómo que "qué hay"?- preguntó obvio- Lo que hay, amiga mía, es la iniciación previa a nuestro primer año en preparatoria. Tenemos malvaviscos, papas....- antes de que continuara enumerando los aperitivos de la reunión, lo interrumpí.
-Lo sé y en verdad quisiera estar allí con ustedes, pero estoy castigada ¿lo olvidas?- comenté un tanto triste.
-¿No hay ninguna forma de que puedas venir? no es lo mismo sin ti, eres nuestra mejor amiga después de todo. Quizás se nos ocurra algo.
-Yo no creo que...
-Podríamos secuestrarte. Sí, eso haremos, le diré a Ethan e iremos por el auto de la abuela.
Su insistencia me generó ternura, después de todo seguía siendo el mismo niño obstinado que conocí años atrás. Lamentablemente, no podía arriesgarme a que me descubrieran intentando escapar por la ventana. De ser así, el castigo no acabaría nunca, incluso se triplicaría. Mi madre no se andaba con rodeos.
-Benny, me temo que tendrán que pasar la noche sin mí, sólo por esta vez.- informé con toda la pena del mundo. No poder asistir a nuestra reunión de los domingos me llenaba de frustración. Nada me hubiese gustado más que compartir ese momento con mis nerds favoritos.
Un breve silencio permaneció en ambos lados de la línea, hasta que mi mejor amigo comenzó a hablar nuevamente.
-Está bien, comprendo.- aceptó resignado-Pero más te vale que mañana no me hagas esperar. Tenemos que llegar temprano, además, tienes mi camiseta de Star Wars. -añadió. Por el tono de su voz, hubiera asegurado que estaba sonriendo.
Preferir prendas masculinas sobre las femeninas no era nada nuevo en mí. Aún recordaba las innumerable ocasiones en las que me escabullí en el guardarropas de papá, tomando sus enormes camisas a cuadros que obviamente bailaban en mi cuerpo infantil, para después no querer devolverlas jamás. Sin embargo, posterior a la tragedia, me vi obligada a dejar de lado ese hábito.
En fin, la ventaja de tener dos mejores amigos hombres, era que podía usar su ropa cada vez que quería. Así como las chicas acostumbraban a hacer entre ellas, sólo que en vez de prestarnos faldas o accesorios, nos fiábamos camisetas con logos de nuestras franquicias favoritas. Las camisetas de Benny, eran sin dudas mis favoritas. Cómodas, holgadas y con un efímero olor a colonia que me esforzaba en mantener vigente.
-Ten por seguro que mañana la tendrás de nuevo, o puede que no y decida quedármela ¿quién sabe?- Di lugar a una posibilidad con malicia, quitando la toalla de mi cabello al mismo tiempo.
-Eres malvada, Jordan Scott- me acusó y acotó- Aunque no me molestaría que la conservaras, te queda mucho mejor que a mí.
Mi corazón se aceleró considerablemente en reacción a su comentario, no obstante pude ocultarlo de manera ágil y replicar con velocidad -En eso tienes razón, Benny Weir- reí fingiendo seguridad, siendo que realmente no me convencía mi físico en absoluto.
-Hablo en serio, quédatela.
<<Maldita sea ¿por qué es tan lindo conmigo? ¿debería decirle algo también?>> pregunté para mis adentros buscando respuestas inexistentes.
Hace poco había aceptado que mis sentimientos por Benny eran reales, más no era capaz de controlarlos. Creí que al reconocer que me gustaba, podría dejar de pensar tanto en él, alerta de spoiler, fue todo lo contrario.
Tomé una bocanada de aire y con todo el valor del mundo intenté hacerle una especie de "cumplido" por decirlo de alguna manera. Era la primera vez en mis dieciséis años de existencia que iba a halagar a un chico -Benny.- lo llamé.
-¿Sí?- contestó tan animado como de costumbre.
-Tú-....
-¡Benny! ¡¿dónde dejaste los malvaviscos!?- diferencié la voz de Ethan con claridad.
-¡Están en mi mochila, ahora voy!- le gritó dejándome casi sorda- Ya oíste, me tengo que ir. Nos vemos mañana, Jo, que descanses.
Le di las buenas noches y acto seguido colgué el teléfono, llevando éste hacia mi pecho. Me recosté sobre la cama y contemplé con detalle el techo de la habitación, trazando con la mirada cada imperfección que encontraba mientras que mis pensamientos divagaban.
<<Eso estuvo cerca, demasiado cerca>> advertí.
No podía creer lo que estuve a punto de hacer, yo no era así. Debía controlarme y mantener la compostura. Era obvio que él no sentía lo mismo por mí, si llegaba a enterarse, nuestra amistad podría echarse a perder por completo.
Suplicaba que al día siguiente mi cabeza se aclarara y dejara de lado esos sentimientos infantiles. Para mi mala suerte, no pasó.
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Hasta acá el capítulo introductorio, espero que les haya gustado. Hace ya mucho tiempo quería escribir este fan-fic, pero recién ahora me siento %100 segura de hacerlo. No está corregido y es el primer borrador, pero comenten qué les va pareciendo la historia, estaré muy atenta respecto a eso. Nos leemos pronto 💀♥️
𝘩𝘢𝘤𝘩𝘦.
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