✡ ten; nerf guns & training ✡
A la mañana siguiente, apenas atravesé las puertas del instituto, por mera coincidencia me topé con Sarah.
La pobre chica, reflejaba en su semblante flagrante malestar, consecuencia directa del estricto régimen vegetariano que arduamente mantenía a raya.
<<¿Cómo logra soportarlo?>> me pregunté, admirando semejante conducta.
—Ey, Sarah ¿qué cuentas?—dije neutral, acercándome hacia ella.
—Oh, hola, Jordan— musitó, sonriendo decaída—Ahora lo mencionas... hay mucho que contar—interpretó mi saludo de forma literal.
Consiguiente a ello, me explicó que Ethan tuvo otra visión al enseñarle el libro, la cual reveló que Jesse, era en realidad un vampiro de más de 200 años llamado “El reverendo Black”.
Guiándose a partir de aquel indicio, los chicos dedujeron que la criatura, estaría pretendiendo concretar una antigua profecía, basada en robar almas inocentes por razones inescrutables.
Me vi obligada a desayunar toda esa información de sopetón y el mayor problema, sería digerirla.
—Rayos...— maldije por lo bajo, asimilando las cosas a mi propio ritmo.
—Lo sé, Jesse es más poderoso de lo que creíamos— reconoció Sarah, intranquila.
Como si nombrarlo lo hubiese invocado, en ese preciso instante “El señor tenebroso” irrumpió acompañado por su infaltable séquito sanguinario en la institución y un nuevo miembro femenino, destacaba notoriamente del resto.
Desfilando segura cual modelo en una pasarela, Erica Jones, presumía más que orgullosa su renovada apariencia, embelesando con cada paso a los estudiantes que transitaban en los alrededores.
Al igual que Rory, la antigua nerd dejó en el olvido sus ahora innecesarios anteojos, compensando la ausencia de los mismos con una diminuta falda ajustada y tacones a simple vista dolorosos.
<<Okay, la inmortalidad le sentó bien>> admití mentalmente.
—No puede ser...— cuchucheó Sarah, atónita.
—Hola, chicas.— Nos saludó la recién llegada—¿Qué tienes, Sarah? te ves algo desnutrida.— añadió burlesca, demostrando que su vestimenta no fue lo único en sufrir extremas modificaciones.
—¡¿Qué pasó contigo?!— cuestionó la morena, incrédula ante lo que sus oscuras pupilas procesaban.
—Bueno, lo mejor en la vida.—obvió Erica.—Únete y seremos mejores amigas por siempre—quiso convencerla, asomando sutil un afilado par de caninos blancos.
—Jamás— se negó enseguida la novicia con firmeza, haciendo chistar a Erica, fastidiada.
—¿Y tú qué me dices, Jordan? ¿no estás cansada de ser una rarita?— Me interrogó, curiosa.— Eres atractiva, deberías sacarle más provecho.
Tampoco necesité meditarlo demasiado, elaborando mi veredicto final en lacónicos segundos.
—Gracias por la oferta, pero ser una “ratita” se me da bastante bien y prefiero quedarme así—espeté mordaz.
—Awww, pobrecita, no tiene ni idea de lo que es— se mofó Jesse, fingiendo exagerada lástima.
Enarqué una ceja, realmente confundida.
En efecto, el longevo vampiro, sabía algo que yo desconocía.
—¿De qué estás…
—Y tú, Sarah, cometes el más grave error de tu vida,— me interrumpió Mc sustos, sin siquiera prestarme atención— bueno, lo que le queda— se corrigió a sí mismo.
—¿No es tierna? creo que aún siente algo por ti— sugirió Erica, jugueteando coqueta con el cabello del pálido muchacho.
Sarah, colmada de paciencia, replicó irritada—Tengo algo para ambos, de hecho ¡es muy filoso y está hecho de madera!— amenazó, simulando portar una estaca junto a su pecho.
—Sarah, fuiste reemplazada— escupió Black, para acto seguido, besar sin escrúpulos a la atractiva rubia.
Rodé mis ojos asqueada, motivada por el despectivo accionar.
—Ah... si vas a ir al estreno de Ocaso ¿verdad, amiga?— inquirió la fan de dicha cinta, situando un marcado e hiriente énfasis en aquella última palabra.
Sarah, permaneció enmudecida, denotando extrema decepción al cavilar en lo que su ex mejor amiga se convirtió.
No me quedé callada e interferí.
—Mejor vámonos, Sarah, no soporto el asqueroso olor a muerte y maquillaje barato que hay aquí— comenté autosuficiente, dando punto final a la inservible confrontación.
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Tras una exhaustiva búsqueda por los amplios corredores, finalmente, encontramos a Ethan y Benny.
Ambos adolescentes, se hallaban sentados en el suelo con las piernas cruzadas y el chico más bajito, sostenía una laptop sobre su regazo.
Quizás, miraban vídeos en la red o algo similar.
—Hola ¿de qué nos perdimos?— consultó Sarah, mientras las dos nos arrodillábamos junto a los nerds.
—Las peores noticias que han escuchado— manifestó el castaño, mirándonos severo.
Una parte mía, anhelaba fiarse ante aquella declaración, otra en cambio, era consciente de que Benny siempre tendía a magnificar las cosas.
—¿Qué ocurre?— exigió respuestas la novicia, frunciendo el ceño con preocupación.
Nadie habló y un breve pero conciso silencio, esclareció la auténtica gravedad del asunto.
Supuse lo peor.
—Ya, díganlo— demandé impaciente.
—Hay que ir a ver Ocaso III— informó Ethan, arrugando la nariz y exhibiendo real descontento.
—Genial— bufé irónica, deseando que se tratara de una simple broma.
Benny, no había exagero en absoluto.
—El sentimiento es mutuo, preciosa, créeme— me apoyó el antes mencionado, dándome suaves toques en el hombro izquierdo a modo de consuelo.
—¿Puedo saber por qué tenemos que ir a ver esa tonta película?— refunfuñé.
—Jesse, necesita 219 almas— empezó a elucidar Ethan—habrán más de 200 personas en el estreno y...
—Y hoy es el eclipse lunar— completé la oración, recordando un artículo periodístico que leí con anterioridad, a lo que Ethan me dio la razón, asintiendo.
<<¡Esto es malo! ¡muy malo!>>
El timbre sonó, ocasionando que los largos pasillos, se despejaran progresivamente.
—Después de la escuela, en mi casa— se limitó a decir el pelinegro, dando a entender que ya tenía elaborado un metódico plan.
—Correcto, nos vemos entonces— afirmó Sarah, marchándose rumbo a su próxima clase.
Asimismo, Ethan cerró con delicadeza la pantalla del ordenador portátil y los tres nos levantamos de un brinco.
—Si no detenemos a Jesse, aquí morirán muchos. Tenemos que prepararnos como se debe, el futuro de Whitechapel depende de nosotros—advirtió Ethan.
—¡No se diga más! ¡vamos a patearle el trasero a Drácula!— sentenció Benny, vivaz.
Oyendo vagamente la charla, extraje de mi mochila negra la sudadera prestada, pues tarde o temprano, debía devolvérsela a su respectivo dueño.
—En una pena que Erica sea un vampiro— se lamentó el ojiverde.—De todos modos, luce muy sexy para ser una no-muerta— admitió éste, entre risas.
No me tomé el comentario con seriedad, reconociendo el mismo patrón que Benny Weir seguía en cuanto a chicas respectaba. O sea, influenciado un %99,9 por las hormonas.
—¡Baboso!— expresé falsificando indignación, arrojándole de imprevisto la prenda rayada directo a la cara.
—¡Oye! ¡¿y eso por qué fue?!— chilló, descarado.
Todos reímos en perfecta sincronía y seguidamente nos separamos por caminos diferentes.
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Una vez concluido el horario escolar, los cuatro recorrimos juntos el extenso trayecto hasta la propiedad de los Morgan.
Considerando que necesitaríamos varias estacas para participar en el combate nocturno, Benny, sugirió inteligente emplear las tablas de una vieja cerca, puesto que se asemejaban bastante al arma requerida.
Con esa idea en mente, el chico intentó ayudarse de un pesado martillo para sacar las maderas de su sitio, no obstante, tan sólo consiguió golpearle un dedo al inoportuno Ethan accidentalmente.
Auch.
Por fortuna, Sarah apareció veloz a nuestras espaldas, concretando la tarea con impecable eficacia, gracias a esa desmesurada fuerza sobrenatural que Jesse muy encantado le obsequió.
Al rato, pedí usar el baño, debido a que salvajes mechones de mi cabello me estorbaban a sobremanera y si íbamos a estrenar, seguro lo harían aún más.
—Enseguida regreso— avisé en voz alta.
—Yo también, iré a traer algunas cosas de mi casa— acotó Benny, rascándose la nuca.
—De acuerdo, vayan. Mientras tanto, Sarah y yo vamos a preparar todo aquí— contestó Ethan, comenzando a armar… una cosa extraña que no me molesté en descifrar.
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BENNY'S POV:
Ni bien regresé cargando el equipamiento requerido, visualicé a Jordan instalada cómodamente sobre un descuidado bloque de heno.
Para mi sorpresa, la joven había decidido recogerse el cabello en dos adorables trenzas desiguales, permitiéndome así contemplar mejor su pecoso y perfilado rostro blanquecino.
Al observarla más a profundidad, distinguí un pequeño trío de lunares diminutos, mismos que por escasos centímetros, no le rozaban la comisura del labio superior.
<<¿Qué estás haciendo, imbécil?>>
A veces, me planteaba si se consideraba un hábito normal el fijarme tan minuciosamente en insignificantes detalles.
—Te ves bien, Scott— declaré honesto, aproximándose a paso ligero.
—¿No crees que estás un poco grande para jugar con pistolas nerf, Weir?— opinó divertida, ignorando por completo mi inútil halago fallido.
—Ríe todo lo que quieras, hermosura, pero con un par de arreglos, éstos bebés serán armas letales anti-vampiros— aseveré.
—Aguarda... ¿acaso esa no es mi pistola?— encuestó sorprendida, poniéndose de pie y rotando el objeto aún en mis manos para comprobar algo.
Allí, en el dorso del juguete, las iniciales “J.S” se apreciaban mal escritas con la trémula caligrafía de un infante.
Dejé escapar una risilla traviesa, declarándome culpable.
—¡Lo sabía! ¡sabía que tú la tenías!
Enfadada, Jordan saltó diversas veces en puntillas para alcanzar el arma confiscada, fracasando estrepitosamente dado a la notable diferencia de altura.
—Lo siento mucho, Jo, fue por tu propio bien… aunque más por el mío y el de Ethan—confesé, divertido.
—¡Benny!—protestó ella, insistente.
Adoraba molestarla.
Chasqueé mi lengua.—Bien, te la entregaré….sólo si prometes no sacarle un ojo a alguien— expuse una única condición a seguir para obtener la devolución.
—Siento decepcionarte, B, no puedo prometer eso— se disculpó graciosa, encogiéndose de hombros y suponiendo futuros accidentes.
Me rendí sin pelear, acabando sumiso cual perro faldero ante su amo prepotente y le cedí el peligroso juguete de todas formas.
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JORDAN'S POV:
Ethan, fue el primero en enfrentarse al desagradable espantapájaros con valiente reluctancia.
Dicho rendimiento, podía ser fácilmente definido en una única palabra, “desastroso”.
Sin embargo, transcurridos numerosos fallos y múltiples caídas dolorosas, Ethan, apuñaló victorioso al “vampiro”, acertando justo en el blanco, es decir, en el “corazón”.
Luego, cargamos nuestras pistolas nerf, empeñados en realizar actividades destinadas a perfeccionar la indispensable puntería.
Contra todo pronóstico, en lo que a mí concierne, no lo hice nada mal y el sedentario dúo friki, tampoco se quedó atrás.
—¿Pero qué…?— farfulló Benny, deteniéndose a mitad de la práctica.
—¿Qué pasa?— pronunció Sarah dubitativa, la cual nos supervisaba atenta desde una esquina lejana.
—No lo sé, creo que esta cosa se atoró—gruñó extrañado, sacudiendo el objeto en el aire, tal vez esperando así arreglar aquel supuesto mal funcionamiento.
Sin aviso previo, Ethan, empujó al distraído chico hacia un lado con salvaje brusquedad, siendo su principal y exclusiva motivación, dispararle al estático señuelo.
Solté una sonora carcajada, no contando con que me vería silenciada por el cuerpo del castaño, quien impactó de lleno contra mi persona.
De esta forma, ambos resultamos desplomados en el césped.
—¡Auch! ¡Benny!— me quejé, regañándolo adolorida.
—¡No fue mi culpa! ¡tú viste en HD cuando Ethan me empujó!— se defendió el ojiverde, probando su dudosa inocencia.
La cómica situación, les impidió a Ethan y Sarah mantener la compostura.
Malditos.
—¡Pero podrías haberte caído en otra parte y no sobre mí, genio!— refuté entre inaudibles quejidos, aún subyaciendo bajo el peso del chico.
—Lo dices como si hubiera tenido elección.— alegó, Benny.— A propósito, eres más cómoda de lo que creí— añadió fascinado, como si hubiera descubierto América.
<<¡No te sonrojes, no te sonrojes!>> me repetí para mis adentros.
—Es bueno saberlo. Ahora ¿podrías levantarte, por favor? me asfixias.— ordené, ocultando triunfante ese torpe nerviosismo interno.
—Oh, claro, perdón.
Reaccionando veloz a mi razonable petición, el joven de figura delgada, procedió a incorporarse con cuidado, premeditando cada movimiento antes de ejecutarlo.
—Muy bien. Vamos, arriba— dijo ya de pie, ofreciéndome cortés una mano para socorrerme.
Complementando el bonito gesto, Benny, abrió lugar a una brillante y genuina mueca torcida en su rostro.
Me abstuve a imaginar las condiciones en las cuales se encontraría mis ardientes mejillas, seguro eran el círculo rojo en la bandera de Japón.
Bajé la vista, me acomodé la garganta y me aferré a él, suprimiendo innecesarios titubeos.
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Los chicos y yo, nos escabullimos con sagrada cautela dentro de la iglesia, recolectando en grandes bidones para gasolina, generosos litros de agua bendita.
Acaeciendo el esperado atardecer, una vez dejamos el equipo listo y decidimos como futuro punto de encuentro la casa de Ethan, todos regresamos caminando a nuestros hogares.
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—¡Tranquila, cariño! hay que guardarle un poco a tu madre— se carcajeó la robusta tía Amanda.— Siempre vuelve exhausta por las mañanas y sobretodo hambrienta— recapituló.
Literalmente, engullí el segundo plato de comida a toda velocidad, más que por el hambre, fue para descargar la ansiedad acumulada.
—Lo siento— murmuré, apenada, alternando considerables mordiscos con un vaso de refresco gaseoso.—Tía, quedé en ir al cine con los chicos ¿puedo ir?— solicité permiso, anticipando el predecible dictamen.
—Claro que puedes, cielo ¿qué película irán a ver?
—Ocaso III— mascullé, atiborrándome la boca de comida.
—Creí que odiabas esa película—mencionó, anonadada, intentando corroborar si la memoria no le jugaba una mala pasada.
<<Maldición>>
Tragué y me respaldé—Lo hago. Resulta que conseguimos unas entradas gratis y ya sabes, hay que aprovecharlas— mentí piadosa.
—Mmm, dime ¿ese chico Benny, irá con ustedes?— indagó, metiendo como de costumbre esa ganchuda nariz en donde nunca la llamaban. Aun así, la amaba.
Afirmé con mi cabeza.
—Ohhhh, ya lo entiendo todo, sobrina...
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Capítulo más largo que la lengua de Taylor Swift (es una broma, soy fan de hecho xd) Como sea, siento la demora, empecé las clases y me quitan mucho tiempo y energía. Pero eso no importa, ya que estoy de nuevo con la historia y no tardaré tanto en actualizar. Tan sólo restan dos o tres capítulos y llegaremos al fin de esta historia. But don't worry, a los que les está gustando, haré un libro sobre la serie también, dónde la verdadera historia será contada... chan chan.
En fin, no me enrollo más, gracias por leer. 🐍🐍🐍
𝘩𝘢𝘤𝘩𝘦.
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