<<¿Vestido horrendo o sudadera de Harry Potter super genial?>>

Alterné las prendas varias veces en mis manos hasta que por fin me decidí en usar la segunda opción. Acabé de peinarme, me calcé unas botas cómodas y bajé las escaleras jugueteando con mis llaves.

-¿A dónde crees que vas jovencita?- Me congelé al oír una voz conocida detrás mío-sin antes darle un abrazo a tu tía- añadió, extendiendo sus flameantes brazos en mi dirección.

Suspiré aliviada.-Lo siento, prometo volver temprano.- Correspondí a la muestra de afecto.

-Descuida, cielo. Yo me encargo de tu madre- musitó comprensiva. Mamá sólo me hubiera permitido ir a un lugar así, con la condición de que Ethan fuese conmigo.

-Gracias- dije casi susurrando.

-Ten cuidado y diviértete- se despidió la robusta mujer.

Me solté de aquel cariñoso pero igual de doloroso apretón, para finalmente emprender rumbo a la fiesta. En ese entonces, Whitechapel presumía de ser una ciudad muy segura, nada malo ocurría nunca, sin contar casos aislados. Por eso mismo, decidí desplazarme a pié. _________________________________

Nada pudo prepararme para lo que vi. En contra de todo pronóstico, necesité levantar la cabeza para ser capaz de apreciar en su extensión la gigantesca casa frente a nosotros.

-Wow...-solté anonadada frente a la entrada.

-¿Asombroso, no?- preguntó Rory, mirándome entusiasmado.

-Sí... ¿cómo se supone que vamos a entrar?- Un hilo de música se oía distante.

-Dejáselo a Rorynator- tronó sus dedos y seguidamente presionó un botón negro que parecía ser el timbre.

-¿Contraseña?- demandó alguien intimidante al otro lado del aparato.

-O positivo- pronunció el flacucho, confiado.

<<¿Un tipo de sangre como contraseña? Que extraño, probablemente sean fans de Ocaso>>

No tuvimos que esperar mucho, ya que a los pocos segundos la inmensa puerta se abrió, cediéndonos el paso hacia un suntuoso y amplio jardín verde.
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Me hallaba sentada en un sofá de cuero sintético, cruzada de piernas y aburrida a más no poder.

<<Todo valdrá la pena a medianoche>> pensé mientras me tragaba mis problemas en forma de líquido rojo, más bien conocido como ponche. No faltaba tanto para la hora del buffet, sin embargo, era como si los minutos transcurrieran en cámara lenta.

Paseé mis ojos por el gran salón sin buscar nada específico, no contando con que me toparía a....<<¡¿Erica?!>>

Siendo el paradigma de la irresponsabilidad, la fanática de los vampiros bailaba despreocupada junto a un moreno de cabellera tupida. <<¿Qué rayos hace ella aquí? ¿Quién está cuidando a Jane?>>

-Genial, vine a la fiesta para nada- bufé por lo bajo fastidiada, asesinando sin piedad a mi vaso descartable, que por suerte dejé vació.

Lo único que me mantenía allí presente, era la incapacidad de abandonar a Rory. Debido a eso, me propuse aguantar hasta el famoso banquete, donde la comida sería mi mejor aliado a la hora de combatir el enojo. Como mi padre solía decir, estómago lleno, corazón contento.

Justo en ese momento, el rubio antes nombrado se puso cómodo a mi lado -¡Ésta es la mejor fiesta de todas! ¡tengo que llamar a los chicos para contarles!- exclamó sonriente, buscando entre menos de cinco contactos a nuestros amigos. Eligió marcarle a Benny.

-¡Benny! ¡¿qué haaaaaaay, amigo?!- saludó el nerd, extendiendo de manera exagerada sus palabras.

-¿Qué haaaaaaaay?- replicó el ojiverde, siguiéndole la corriente.

-¡¿Qué haaaaay, amigo?!- repitió Rory.

-Es pena, eso es lo que hay- acotó Ethan, tan simpático como de costumbre.

-¿Ah sí? ¿si doy pena, cómo es que estoy en la fiesta más asombrosa de la ciudad?

-Oye ¿hubo un evento científico?- Ethan interrogó confundido.

Contuve una pequeña risita, Benny había preguntado exactamente lo mismo esa mañana. Pobre Roar, igualmente debía admitir que yo también dudé sobre la veracidad de la fiesta en un principio.

-No, socio. Una fiesta de verdad, en una gran mansión y los invitados que hay aquí, son mayores, incluyendo a las chicas- alardeó Roar, antes de "coquetear" con una pelirroja de atuendo ajustado, diciendo-Hola, hermosa, ¿te gusta éste nene?- La joven lo ignoró por completo.

-Ahora que lo pienso, Jordan mencionó que iría contigo a una fiesta, ¿Estás con ella?- Percibí cierto interés por parte de Benny.

-Ah, sí. Aquí está, saluda, Jo.- el platinado me acercó el teléfono.

-¿Qué onda?- solté sin más.

-Hola, Jo ¿cómo estás, preciosa?- consultó mi mejor amigo.

-Supongo que bien-contesté sosa.-Oigan, no es por ser entrometida ni mucho menos, pero... ¿por qué Erica no está con ustedes?- me vi en la obligación de obtener respuestas.

-¿Cómo lo sabes?- inquirió Ethan sorprendido.

-Porque estoy viéndola mover el bote justo ahora- A pesar de que no pudieran verlo, la señalé con el dedo.

-¡¿En serio?!- Benny gritó exaltado.

-Es una larga historia- prosiguió Ethan para posponer la respuesta- Créeme, luego te lo explicaremos.

-Miren los pasos de baile de esa hermosura, ¡les enviaré una foto!- Roar se dispuso a fotografiar a la niñera del año.

Chisté, cansada de toda la atención que la señorita Ocaso recibía últimamente. ¿Qué tenía ella de especial?

Por mera casualidad, atisbé con el rabillo del ojo una figura que me observaba desde la distancia.

<<No puede ser>>

Era el chico del club de teatro que me sonrió aquella mañana. Se encontraba distanciado del resto, repasando mi contorno de pies a cabeza sin siquiera disimularlo. Sus ojos se veían extraños, adquiriendo unas tonalidades amarillentas para nada corrientes. Asumí que la tenue iluminación sería la causa de ello y le resté importancia.

<<¿Intenta invitarme a salir o matarme del susto?>> irritada, procedí a retirarme hacia el patio trasero, no sin antes despedirme de mis amigos.

-Si me disculpan, iré a tomar un poco de aire. Adiós chicos, nos vemos en la escuela- avisé y me fuí cerca de la piscina, donde se aglomeraban la mayor parte de los invitados.

Conseguí un asiento y acabé utilizando mi teléfono, intentando hacer la espera lo más amena posible.
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-¿Fueron al baño... juntos? Okay...- escuché a alguien decir a mis espaldas.

Me giré para encontrarme con dos de mis compañeros del instituto pasando vergüenza, mejor conocidos como Ethan Morgan y Benny Weir. ¿Por qué no me sorprendía?

-¿Qué debería preguntar primero? ¿el por qué están aquí o el motivo por el cual fueron al baño juntos?- bromeé, caminando hacia ellos con el ceño fruncido.

-Por dios, Jordan, me alegro de que estés bien. Estaba tan preocupado.

Tomándome desprevenida, Benny me rodeó por la cintura con una mano y sujetó mi cabeza con la otra, acercándome hacia él. Mi corazón se vio bajo el ataque de una arritmia inefable que me dificultaba respirar. Jamás nos habíamos abrazado de ese modo tan... no sabría describirlo.

Aproveché ese momento para inhalar con subrepción la fragancia preferida del castaño, esa misma qué tan vulnerable me volvía. Deseaba ser "Sub-Zero" y congelar el tiempo para permanecer por siempre en sus brazos. Lamentablemente tan sólo era una simple mundana, incapaz de controlarlo.

Ethan se aclaró la garganta antes de hablar-Benny, no tenemos mucho tiempo ¡hay que encontrar a Rory y largarnos cuanto antes!

Como si las palabras de nuestro amigo lo hubiesen hecho reaccionar, Benny me soltó de inmediato-Correcto, hagámoslo- dijo decidido.

-¿Alguien quiere decirme qué está ocurriendo?- pregunté arqueando una ceja sin comprender nada.

-Pues...

-Para resumir, estamos en una fiesta de vampiros y si no salimos pronto de aquí, nos dejarán secos. -Benny me bombardeó con información, interrumpiendo a Ethan.

-Es broma ¿verdad?- reí esperando a que los nerds lo hicieran conmigo. No obstante, el semblante de ambos se mantuvo severo, dándome a entender que hablaban muy en serio.
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¡Ya somos poco más de 100 leídas, muchas gracias a tod@s por leer esta historia! Espero les haya gustado 👀💕

𝘩𝘢𝘤𝘩𝘦.