Despertó en una camilla con el pitido singularmente molesto de una máquina.

Estaba aturdido y bastante confundido por las paredes extremadamente blancas y la luz blanca especialmente molesta.

Cuando se compusose puso de pie, caminando fuera de la habitación.

- ¡Es sorprendente! El apenas tiene uno que otro raspón, si un carro atropellará a alguien como lo atropellaron a él por lo menos esa persona tuviera una pierna rota.

Y allí había una voz que él conocía, la de la OMS.

Siguiendo la voz, llegó a la sala de espera siendo recibido por abrazos.

Llegó hasta a marearse, muchas personas lo tocaban a la vez.

Cree que su mente se confundio por lo repentino de los tactos, ya que su sentido auditivo dejó de funcionar, pronto los murmullos y voces que se escuchaban, el los dejo de escuchar.

Después de un rato dejo de sentir, oler y degustar.

El único que funcionaba era el sentido de su vista.

Veía líneas rojas, muchas líneas rojas.

Sobre él, a su lado, entre sus dedos, pasando frente a sus ojos.

Líneas rojas enredadas entre sí o con pequeños nudos, pero ninguna estaba rota.

Era un espectáculo total.

Espectáculo que no pudo seguir disfrutando gracias a que lentamente su sentido de la vista también dejó de funcionar.

Cerrando sus ojos.