5. Wangxian

Cuando todo acabó, Sizhui decidió junto a Wen Ning que era momento de decirle a Wei Wuxian que él era Wen Yuan. Según Wen Ning, Wei Wuxian aun no sabía nada al respecto, y podía entender que quizá Hanguang Jun tampoco había encontrado el momento adecuado para revelarle la verdad.

Pero Sizhui no pudo aguantar más el secreto, y le contó todo. Todos se habían puesto emocionales. Aunque lo negara, Wei Wuxian había llorado un poquito. Incluso Lan Wangji había dejado escapar una sonrisa. Y Sizhui, sin saber muy bien qué hacer, se había agachado para aferrarse a una de las piernas de Wei Wuxian, tal como hacía cuando era chiquito.

Sin embargo, no se había perdido la mirada que compartieron sus padres. Una mirada que contenía demasiados sentimientos y frases que no necesitaban decir para entenderse. Una que dejaba claro que, en efecto, eran almas gemelas. Y Sizhui no podía explicar la calidez que sentía en el pecho al tener la certeza de ello. Uno tendría que estar ciego para no darse cuenta del amor que sentían esos dos por el otro. Sizhui estaba demasiado feliz por ellos.

***

Pero algo que Sizhui no había considerado, era que Wei Wuxian era ciego. Emocionalmente, al menos. Más específicamente, cuando se trataba de lo muy enamorado que estaba Lan Wangji de él. Y de lo mucho que Wei Wuxian correspondía a sus sentimientos.

Después de todo el incidente con Jin Guangyao y Su She, Wei Wuxian había regresado a Gusu con el resto de los Lan. No había dado detalles acerca de su estadía, pero Sizhui había notado que, aun si se quejaba demasiado de la rigidez del Clan Lan, no parecía estar pasándola demasiado mal. Así que cuando ya llevaba más de una semana quedándose allí, Sizhui no pudo evitar hacerle la pregunta.

—Maestro Wei, ¿ahora va a vivir en Descanso en la Nube?

Wei Wuxian pareció atragantarse, pero Sizhui ni se movió. No estaba tomando ni comiendo nada, probablemente solo estaba siendo dramático.

—Sizhui —se quejó—. ¿Qué cosas dices?

—Lleva como una semana viviendo en el Jingshi con Hanguang Jun. Tendría sentido que se quede aquí, ¿verdad?

Los dos estaban caminando por uno de los patios de Descanso en la Nube, sin hacer nada, realmente. Los asuntos entre las sectas aún no habían vuelto a la normalidad después de todo lo que había pasado, así que mientras los mayores se encargaban de atender esos asuntos, los discípulos jóvenes no tenían muchas tareas asignadas.

Wei Wuxian se rio, nervioso.

—¿Tendría sentido, dices?

Sizhui asintió.

—Eh, pues quizá me gusten hacer cosas inesperadas —siguió Wei Wuxian—. Ya lo hablé con Hanguang Jun. Me voy a quedar un par de días más hasta que todo se calme. Luego me iré.

—¿Qué? ¿A dónde?

El mayor se encogió de hombros.

—No lo sé. Me iré con Manzanita a recorrer el mundo. Quién sabe a dónde llegue.

Sizhui se quedó callado. Intentando procesar lo que Wei Wuxian acababa de decir e intentando mantener la calma, soltó un suspiro.

—No puede hacer eso. No puede irse.

—¿Eh? ¿Cómo qué no?

—Que no puede irse así nomás y dejar todo.

—¿Por qué no?

Sizhui comenzó a perder la paciencia. ¿Qué por qué no? ¿Qué acaso no sabía lo infeliz que sería su vida y la de Lan Wangji si se separaban otra vez? Estaban echando a la basura esta segunda oportunidad que se les había dado, y Sizhui no podía permitirlo.

—Porque hay alguien que le necesita mucho.

Wei Wuxian lo miró con atención, como tratando de descifrar a qué se refería. No podía no entender esto, ¿cierto? Es decir, era demasiado obvio...

—¡Sizhui! —finalmente contestó Wei Wuxian, extrañamente animado—. A ver, ya no eres el pequeño A-Yuan de hace trece años. Puedes cuidarte solo, no me necesitas —dijo, apretándole los cachetes—. Aunque debo admitir que eres adorable.

Sizhui sabía que era demasiado joven para que le temblara el ojo de la desesperación. Pero Wei Wuxian pareció no darse cuenta y siguió.

—Aparte, tienes al gran Hanguang Jun de padre. Sabes lo fuerte e inteligente y perfecto que es.

—Sí, pero...

—¿Ves? Pero si de verdad me vas a extrañar, te prometo que te escribiré.

—En realidad...

—Además, ¿no tienes a Jingyi? —preguntó Wei Wuxian, alzando las cejas.

Okay, la conversación había cambiado a un tema que Sizhui no esperaba. Desvió la mirada, claramente avergonzado. Era un poco raro que tu padre sepa quién te gusta. Bueno, quizá él también era demasiado obvio con sus sentimientos, pero al menos no los negaba. En cambio, Wei Wuxian podía notar el amor entre otras personas, pero cuando se trataba de él mismo, era un idiota.

Sizhui decidió dejarlo pasar solo por ahora, demasiado agotado como para insistir.

***

Un par de días después de aquella conversación, representantes de varios clanes llegaron a Descanso en la Nube. Necesitaban tener reuniones importantes acerca de lo que correspondía hacer ahora, después de todo lo sucedido.

Y claro, eso significaba que mientras los mayores discutían estos asuntos, los discípulos jóvenes de distintas sectas aprovechaban para juntarse. Así que ahora, Lan Sizhui, Lan Jingyi, Jin Ling y Ouyang Zizhen se encontraban teniendo su propia reunión de emergencia.

—...así que el maestro Wei se irá en unos días —dijo Jingyi, quien se había encargado de poner al tanto a los otros dos acerca de lo que había pasado.

Hubo un silencio mientras procesaban todos los detalles.

—Bueno, no entiendo por qué eso debería de importarme —dijo Jin Ling, cruzándose de brazos y mirando a un costado. Luego, con voz baja, añadió—. Pero van a impedirlo, ¿verdad?

—¡Tienen que impedirlo! —interrumpió Zizhen, quien ya se había involucrado emocionalmente—. Hanguang Jun y el maestro Wei no pueden separarse.

Jingyi asintió energéticamente.

—Tienes que hablar con ellos, Sizhui. Si no les dices, quizá ninguno de ellos se dé cuenta de que deben estar juntos.

—Ajá —coincidió Zizhen—. Ellos son como tus padres, seguro te harán caso.

—Está bien, está bien —dijo Sizhui. Un sentimiento de orgullo comenzó a crecer en su pecho. Le gustaba que lo consideraran hijo de Hanguang Jun y del Patriarca de Yiling.

—¿Y de verdad puedes ver el hilo rojo? —preguntó Zizhen—. Eso es genial.

Para convencerlos de todo, Sizhui le había dicho a Jingyi que podían contarles a sus amigos acerca de su habilidad. Al final, era un dato importante sobre por qué querían juntar a Lan Wangji y Wei Wuxian.

—De todas formas, recuerden que no pueden decírselo a nadie —dijo Jingyi.

—¿Y por qué no? —se quejó Jin Ling.

Jingyi rodó los ojos, como tratando de explicar algo que era obvio.

—Si más gente se entera, ¿te imaginas la cantidad de personas que le haría preguntas a Sizhui acerca de sus almas gemelas? Solo lo molestarían.

Sizhui agradecía que Jingyi mantuviera en secreto la verdadera razón: aun no era seguro que se sospechara que él había sido parte del Clan Wen.

—Bueno, tienes razón —dijo Zizhen, tratando de no parecer decepcionado. Claramente, tenía demasiada curiosidad por este tema—. Además, somos amigos, ¿verdad?

—Claro, lo que sea —dijo Jin Ling, pero parecía estar sonriendo un poco.

Así que este era el plan que habían ideado: Sizhui sería el encargado de hablar con Wei Wuxian y hacerlo entrar en razón. En el caso de Hanguang Jun, conocía lo suficiente a su padre para saber que estaba completamente enamorado de Wei Wuxian. Pero por esa misma razón, lo dejaría ir si pensaba que eso haría feliz al otro.

Así que, lo que necesitaban era que esos dos aclararan sus sentimientos. Por eso, los reunirían donde los conejos, para que puedan conversar entre ellos. Jingyi y Sizhui tenían que inventarse una excusa para llevar allí a Hanguang Jun, y Jin Ling y Zizhen tenían que hacer lo mismo con Wei Wuxian.

Sizhui esperaba que funcionara. De alguna manera, se sentía responsable de lograr que sus padres estuvieran juntos. Él había sido testigo desde pequeño de la conexión que tenían, y ahora que había comenzado a recordar cosas de su pasado, sentía que era su deber evitar que volvieran a separarse.

Quizá esa era la verdadera razón por la que el destino le había dado la habilidad de ver el hilo rojo.

***

Sizhui decidió empezar lo antes posible con la tarea más difícil del mundo: hablar con Wei Wuxian. Había experimentado de primera mano lo inconsciente que podía ser en cuanto a sus propios sentimientos, y prefería acabar con esto primero. Así que, con la excusa de tener preguntas acerca de cómo hacer unos talismanes, consiguió un aula de clases vacía para hablar.

Jingyi y los otros se encargarían de que nadie los interrumpa.

—Entonces, ¿qué preguntas tienes, Sizhui? —dijo animado Wei Wuxian. Se había dado cuenta que le gustaba enseñarles estas cosas a los discípulos jóvenes, y después de todo, Sizhui era su favorito.

—En realidad quería hablar de otra cosa, maestro Wei.

Wei Wuxian se cruzó de brazos, confundido.

—Así que me trajiste aquí con engaños —dijo, sacudiendo la cabeza de un lado a otro—. Mentir está prohibido en Descanso en la Nube.

—Es algo importante.

Y parece que lo dijo o con la suficiente seriedad, o con los suficientes nervios, porque Wei Wuxian se puso serio también. Asintió, dándole a entender a Sizhui que podía contarle lo que sea.

—¿Recuerda cuando le pregunté acerca del hilo rojo? Pues, era porque yo puedo verlos.

—Oh.

Wei Wuxian no parecía esperarlo, pero tampoco se veía demasiado sorprendido. Probablemente porque no era tan difícil de creer, dado que Sizhui había nacido en el Clan Wen.

—Así que sé quiénes tienen un alma gemela y quienes no. Y puedo saber quién es la persona destinada de cualquiera. Incluido usted.

—Sizhui, no creo que...

—Y estoy seguro de que necesita saberlo —dijo con urgencia.

Wei Wuxian trató de interrumpirlo otra vez, pero fue en vano.

—Lo he sabido desde que tenía tres años y Hanguang Jun fue a comer con nosotros ese día. Ustedes dos están conectados por el hilo rojo, maestro Wei.

Sizhui contuvo la respiración, esperando la respuesta de Wei Wuxian. Sin embargo, este parecía estar tomándose su tiempo para procesarlo. Sin dejar de mirar un punto fijo en el salón, se sentó con torpeza en uno de los sitios para los alumnos.

—¿Maestro Wei?

El mayor finalmente lo volvió a mirar. Empezó a negar con la cabeza. Se veía enojado, pero no con Sizhui. Probablemente con él mismo.

—No puedes decirme esto ahora, A-Yuan. No justo antes de que me vaya.

—Es exactamente por eso que le estoy diciendo. Porque no puede irse, maestro Wei.

El otro no dijo nada, así que Sizhui siguió.

—Sé que quizá no se ha dado cuenta, pero es imposible no notar el amor que siente por Hanguang Jun. Y no se lo estaría diciendo si no estuviera seguro de ello —dijo, casi suplicando. No quería imaginar qué pasaría si Wei Wuxian seguía negando sus sentimientos—. Por favor, yo solo quiero que sean felices. Ambos.

Y entonces sucedió algo que Sizhui no esperaba en lo absoluto. Los ojos de Wei Wuxian comenzaron a aguarse.

—Oh no. No, no —dijo Sizhui, preocupado—. Maestro Wei, no quería hacerlo sentir mal. Yo...

—Sizhui —lo interrumpió, sorbiendo por la nariz—. ¿Por qué no me lo dijiste antes? —el mayor estaba haciendo un puchero—. Yo sé que me he tardado en darme cuenta. De hecho, hasta hace unos días no había terminado de aceptar que estoy enamorado de Lan Zhan.

—Espere, ¿qué? —dijo Sizhui, demasiado sorprendido—. ¿Sí lo sabe?

Wei Wuxian asintió.

—Perdón por hacerme el tonto el otro día. Sé que te referías a Hanguang Jun, pero por más que lo ame, él ahora tiene otras obligaciones. ¿Sabías que va a tomar el puesto de Cultivador Jefe? Así que no quiero estorbarle y...

—Pero si a usted nunca le ha importado estorbar —le cortó Sizhui, con el ceño fruncido.

Wei Wuxian lo miró fingiendo enojo, pero Sizhui sabía que en realidad no estaba molesto. Era la misma expresión que ponía cuando él era chiquito y hacía alguna travesura pequeña. Además, tenía razón. Al Patriarca de Yiling no le importaba interrumpir incluso en donde no era bien recibido.

—Esa forma de responder me la has sacado a mí, lo admito —dijo Wei Wuxian, despeinando un poco a Sizhui—. Y también a Wen Qing.

Sizhui se sentó al lado de Wei Wuxian. Aun no sabía muy bien qué sentir cuando le mencionaban a las personas que cuidaron de él en el pasado. No las recordaba mucho, pero era cierto que le provocaban nostalgia.

—Mi padre lo ama —dijo, mirándolo a los ojos—. Y no me diga que no es cierto, porque es demasiado obvio.

Entonces, se puso aún más serio, y le empezó a contar a Wei Wuxian acerca de la cicatriz que ha visto en el meñique de Hanguang Jun desde que tenía memoria. Que desde niño sabía que había alguien a quien su padre amaba, y que su herida jamás había sanado después de perderlo. Hasta que Wei Wuxian apareció como Mo Xuanyu y el hilo volvió a aparecer.

—Lo siento —murmuró el mayor cuando Sizhui terminó de hablar. No podía evitar sentirse responsable por el dolor que había sufrido Lan Wangji estos trece años.

—No es su culpa, maestro Wei.

Se hizo un silencio reconfortante, en el que Sizhui no pudo evitar pensar que se sentía bien hablar con Wei Wuxian. Después de todo, él era también como su padre. Había cuidado de él cuando era un niño y también ahora que ya era mayor, incluso cuando no sabía que él era A-Yuan.

Interrumpiendo el silencio, Wei Wuxian se limpió la nariz sin cuidado en su túnica. Sizhui lo miró con disgusto.

—¡No me mires así! —se quejó el otro—. Tú hacías eso con mi ropa cuando eras un bebé.

Sizhui le sonrió mientras tomaba su mano.

—Prométame que va a hablar con Hanguang Jun. No pueden separarse otra vez.

Wei Wuxian asintió mientras soltaba un suspiro.

—Lo intentaré.

***

Ahora, solo faltaba juntarlos donde los conejos para que hablaran. No pensaban esperar más. Y el plan estaba saliendo a la perfección. Más o menos.

La excusa que Jin Ling y Zizhen le habían dicho a Wei Wuxian, era que Sizhui estaba herido. Algo de que se había tropezado yendo a donde los conejitos. No era una historia tan creíble, pero Wei Wuxian había salido corriendo en dirección al bosque.

Por el otro lado, Jingyi había entrado en pánico y le había dicho a Hanguang Jun que había oído a Wei Wuxian decir que se le antojaba comer conejos. Lan Wangji no pareció creérselo, pero al ver a Sizhui asentir frenéticamente, decidió acompañarlos.

Cuando Wei Wuxian llegó al lugar, lo primero que vio fue a Hanguang Jun, parado al lado de un árbol. Oh no, pensó. Si Lan Zhan está aquí, debe ser algo grave.

—¿Dónde está Sizhui? ¿Está bien? —preguntó preocupado, buscando a Sizhui con la mirada.

—¿A qué te refieres? —respondió. Lan Wangji se veía levemente confundido—. Sizhui y Jingyi estaban conmigo. Me dijeron que querías comerte a los conejos, pero luego desaparecieron.

También confundido, Wei Wuxian se volteó. Sin embargo, no había rastro ni de Jing Ling, ni de Zizhen. Dándose cuenta de lo que había pasado, soltó un suspiro.

—Ah, Lan Zhan —dijo nervioso, tocándose la nariz—. Creo que ya sé de qué va esto.

Lan Wangji levantó una ceja. Wei Wuxian notó que estaba parado delante de los conejitos, como una muralla. No pudo evitar reírse un poco.

—¡Lan Zhan! —se quejó, haciendo un puchero—. ¿En serio creíste que iba a comerme a tus conejos? De verdad que yo nunca haría eso —dijo, levantando una mano a modo de promesa—. Después de todo, son muy importantes para ti, ¿verdad?

Lan Wangji asintió, relajándose un poco.

—No debí pensar eso acerca de ti, Wei Ying.

—Oh no, no hay problema —lo tranquilizó Wei Wuxian—. Son esos niños los que nos han engañado. De hecho, es la segunda vez que me hacen esto durante esta semana —dijo lo último en voz baja, soltando una risa.

—Mentir está prohibido en Descanso en la Nube.

—Sí, sí. Lo sé, Lan Zhan. Pero yo no soy el único que rompe las reglas, ¿eh? —dijo, intentando bromear un poco.

Pero Lan Wangji no respondió, cediéndole a Wei Wuxian la verdad.

Diablos, de verdad esos niños eran bastante ingeniosos. Era muy gracioso pensar que tenía a un grupo de chicos envueltos en su vida sentimental. Era cierto que aún no se había atrevido por sí mismo a hablar con Lan Zhan, aunque se lo había prometido a Sizhui. Pero no tenían por qué juntarlos tan repentinamente y en secreto. La verdad era que aún no había encontrado las palabras correctas para confesarse, quizá iba a improvisar algo de último minuto. Pero por lo pronto, Lan Wangji pensaba que Wei Wuxian se iría de Descanso en la Nube al día siguiente.

—Entonces —empezó Lan Wangji—, ¿de qué se trata esto?

—Oh —rio Wei Wuxian, nervioso—. Pues eh, de hecho, hay algo que tengo que decirte.

Lan Zhan se quedó en su característico silencio. Al diablo, pensó Wei Wuxian. Si los juniors los habían juntado, entonces aprovecharía la situación. Así que tomó aire y decidió soltar todo de golpe.

—No quiero separarme de ti, Lan Zhan —dijo—. Quiero decir, que quiero estar a tu lado para siempre —pausó un segundo, pensando que quizá era demasiado. Pero le había tomado más tiempo del necesario descubrir qué era lo que sentía, y ahora no lo iba a callar—. No me importa si viajamos juntos por el mundo o si tengo que quedarme a vivir en Descanso en la Nube. Me da igual si estoy contigo. Es decir, solo si tú quieres eso también.

—Wei Ying... —murmuró Lan Zhan, pero Wei Wuxian siguió hablando.

—Y yo sé que siempre me he quejado de Descanso en la Nube. Que tienen demasiadas reglas, que son muy estrictos, que su comida no tiene sabor, que... —se detuvo antes de empezar a sonar mal—. Pero nada de eso me importa si te tengo. Porque mientras estemos juntos, sé que todo va a estar bien. No has hecho nada más que demostrármelo. 

Lan Wangji se veía sorprendido. Wei Wuxian recordó que la mayoría de las veces que había dejado sus emociones al descubierto, habían sido siempre con él. O quizá pensaba eso porque ya sabía leerlo bien. Al fin y al cabo, ha pasado horas admirando y memorizando todo de él: su rostro, sus expresiones, su forma de hablar, su manera de pelear y como sus orejas se ponen rojas cada vez que se avergüenza. Y Wei Wuxian se da cuenta que sabe muchas cosas más, y que quiere conocer todo lo que le falta por explorar de Lan Zhan.

Lan Wangji sonrió.

—Yo siento lo mismo por Wei Ying. Siempre ha sido así. 

Wei Wuxian le dedicó una sonrisa radiante, mientras soltaba el aire que no sabía que había estado sosteniendo. Su corazón estaba latiendo a mil por hora, no se esperaba que todo fuera tan fácil. Pero después de todo, amar a Lan Zhan siempre había sido fácil. Lo que hubiera sido realmente difícil, se da cuenta, hubiera sido haberlo dejado ir.

Wei Wuxian dio un paso hacia Lan Wangji y lo tomó de las manos. Entrelazando sus dedos, se quedó mirando sus meñiques. Puede que él no tenga la habilidad para ver el hilo rojo, pero tiene muy claro que la conexión está allí. Ellos de verdad son almas gemelas.

Sabe que es imposible separarlos, y que, incluso si eso pasara, volverían a encontrarse. El destino ya había hecho hasta lo imposible para juntarlos otra vez. ¿Por qué irían a desafiarlo de nuevo?

Estaban cerca, muy cerca. Lan Zhan agachó la cabeza y Wei Ying cerró los ojos, esperando un beso que nunca llegó. En vez de eso, lo único que escuchó fue un gritito emocionado y un golpe a lo lejos.

Wei Wuxian rodó los ojos. Claro que los juniors estaban espiándolos.

Sin soltar las manos de Lan Wangji, levantó la vista. Con solo una mirada, se dio cuenta de que Lan Zhan también los había escuchado. Al principio, se veía claramente fastidiado, pero al ver a Wei Wuxian aguantando la risa, empezó a sonreír también.

Wei Wuxian sacudió la cabeza.

—¡Estos niños! —se quejó—. ¡Primero nos engañan para juntarnos y luego nos interrumpen antes de que por fin me beses, Lan Zhan!

***

Lan Sizhui, Lan Jingyi, Jin Ling y Ouyang Zizhen estaban escondidos detrás de unos arbustos, espiando. Podían oír la mayoría de lo que Lan Wangji y Wei Wuxian estaban diciendo y vaya, realmente podían ser empalagosos. Incluso parecía que estuvieran brillando en su propio mundo. Entonces, empezaron a acercarse cada vez más, como a punto de besarse.

Resulta que su plan sí había funcionado a la perfección.

Pero en medio de la emoción, Sizhui sintió que alguien sujetaba su mano. Sorprendido, se volteó para encontrarse con la mirada de Jingyi, quien estaba sonriéndole, un poco sonrojado. En respuesta, Sizhui le dio un ligero apretón, ofreciéndole la sonrisa más grande y sincera que podía dar, reservada solo para él.

Pero su momento (y el de sus padres) fue interrumpido por un gritito de emoción de Zizhen. Casi al instante, Sizhui escuchó a Jin Ling pegándole a su amigo en el brazo.

—Idiota, se van a dar cuenta —le recriminó en voz baja.

Y en efecto, cuando Sizhui volteó a ver a sus padres, estos seguían tomados de las manos, pero ya no parecían a punto de besarse. En vez de eso, parecían a estar riéndose. Bueno, Wei Wuxian estaba riéndose, y Lan Wangji lo observaba con todo el amor del mundo, sonriendo también.

Podría haber sido peor, pero Sizhui sabía que cuando su padre lo encontrara, probablemente los cuatro iban a terminar con algún castigo.

***

—¡Hanguang Jun! —fingió quejarse Wei Wuxian—. Los discípulos de hoy no saben de privacidad —dijo mientras tiraba sus brazos sobre los hombros de Lan Wangji. Lo miró con una sonrisa de lado. Tenía muchas ganas de plantar besos en toda su cara, pero podía esperar un poco. Ya tenía un plan para ahuyentar a los niños de allí.

Se puso de puntitas para tener sus labios a la altura del oído de Lan Wangji, y fingió susurrar con una voz para nada baja cosas que normalmente las parejas se deberían guardar para después del matrimonio.

Apenas se separó de él, supo que había logrado su cometido: Lan Wangji tenía las orejas rojísimas, y sus ojos dorados le dedicaban una mirada que esperaba Wei Wuxian recordara sus palabras.

—Tu-

Pero Lan Wangji fue interrumpido por los sonidos de los juniors, quienes se habían levantado de su escondite para salir corriendo. Seguro estaban muertos de vergüenza. Quizá Wei Wuxian había sido demasiado gráfico con sus palabras.

—Ya lo sé, ya lo sé, Lan Zhan —se rio—. Que soy un descarado. Pero por fin nos quedamos solos, ¿no? —dijo, poniendo una mano sobre el pecho de Lan Wangji.

—Mn —contestó el otro, y sin aviso, sujetó el rostro de Wei Wuxian entre sus manos.

Wei Wuxian sintió que lo inundaba el tremendo cariño y amor que tenía por Lan Wangji, justo antes de que sus labios por fin se juntaran. Habían esperado tanto para ser felices. Más de una década, de hecho. Y se sentía tan bien saber que ahora iban a estar juntos, tal como debía ser.

Quizá hace trece años no pudieron tener un final feliz, pero ahora las cosas se habían puesto a su favor. Habían perdido demasiado en el camino, pero al final se habían encontrado el uno al otro. Así que iban a aprovechar esta segunda oportunidad al máximo.

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Al inicio no sabía como darle sentido a esta historia, pero al final dije ¿qué tal si hago que el wangxian de The Untamed sí acaben juntos? :D 

Originalmente este fic iba a ser cortito, y sin darme cuenta ya tenía 12k palabras ;-; Gracias por leer y espero que les haya gustado ♡

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