━━━007
—No tengan miedo, mi papá es muy bueno—decía Reiki en voz baja, mientras escribía en un cuaderno, a la vez que leía un libro.
—El profesor Dorien parecía muy alegre de que conozcamos a tu padre. Siento que él sabe algo que nosotros no—dijo Fred apoyado en la mesa en la que el semi-kitsune hacia tareas.
—Bueno, mi papá es un Kitsune completo—respondió el japonés, haciendo un puchero al recordar ese detalle—. Aunque es...algo bromista.
—¿Bromista?—preguntaron curiosos y el japonés pronto sostenía sus manos algo asustado.
—¡No es bromista en el aspecto de piensan!—casi gritó el Yamamoto.
George acarició la mejilla del omega en petición de que se calmase, tenían miedo aún que se alterara y pudiera disociar.
—Reiki, ¿por qué te alteras tanto?—el japonés suspiró y se levantó, dejando a los alfas confundidos.
El Yamamoto busco en las estanterías hasta que dió con un libro que a simple vista se veía pesado. Dejó el libro sobre la mesa y miró a lo Weasley para hacerles un gesto de que se acercarán.
El japonés abrió el libro hasta que se encontró con una página con el título "Kitsune". Fred y George lo miraron curiosos. Reiki se aclaró la garganta antes de hablar.
—Existen dos clases comunes de kitsune. Los zenko son zorros benevolentes y celestiales asociados con el dios Inari; ellos son simplemente llamados zorros de Inari. En cambio, los yako (literalmente, «zorros de campo») son salvajes, tienden a ser traviesos e inclusive malvados—el omega hizo una pausa para ver a sus novios que le veían atentos—. Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, de las que llegan a tener hasta un máximo de nueve. Generalmente, un gran número de colas indica a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro tendrá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años.
»—Yo solamente tengo una cola al ser un cachorro de kitsune o bueno, un semi-kitsune. Es común los kitsune de una, cinco, siete y nueve colas. Cuando un kitsune obtiene su novena cola, su pelaje se vuelve blanco o dorado. Los zorros de nueve colas o kyūbi no kitsune tienen la habilidad de ver y oír cualquier suceso que ocurra en el mundo.
—No comprendo algo, ¿por qué nos dices esto?
—Mi papá es un kyūbi no kitsune. Un zorro de nueve colas. Él supongo ya ve que estoy con ustedes, porque es muy sabio.
—Tú papá tiene mil años—dijo Fred asombrado.
—¡Oh no!—negó rápidamente Reiki, y los gemelos suspiraron aliviados— Tiene 2784 años.
Y los pelirrojos se debieron sentar ante la sorpresa. Su suegro era milenial, literalmente hablando.
Reiki se acercó a los dos, preocupado al verlos tan pálidos, tocó el rostro de ambos y acarició las mejillas de los alfas. Los pelirrojos lo abrazaron contra ellos. Antes de ambos ocultar sus rostros en el omega. Uno en el pecho y el otro en el cuello de Reiki, que aunque sonrojado, los impregnó con sus dulces feromonas.
—¿Ya tienes todo listo, Reiki?—preguntó Luna entrando a la habitación del japonés que luchaba para cerrar su maleta— ¡Oh! Tienes unos pequeños problemillas, déjame te ayudo.
—Te lo agradecería, Luna—dijo el japonés alejándose para sonreírle a la alfa que sacando su varita pudo hacer, diciendo un simple hechizo, que la maleta cerrara.
—Listo.
—Muchas gracias, alfita—dijo el omega a lo que la joven hizo una graciosa reverencia antes de retirarse dando leves saltos
Estaba nervioso, volvería a su hogar, bueno, al de los profesores Dorien y Tom, pero era casi su hogar. Pasaría navidad ahí, y luego se imaginaba que tendría unos días de campamento con su papá. Lo extrañaba tanto.
Se escuchó como les solicitaban a los estudiantes que estuvieran ordenados para salir. Así que el Yamamoto tomó su baúl y la arrastró fuera de su habitación, y seguido fuera de la sala común de Ravenclaw.
Estaba en el pasillo peleando con la maleta, porque era demasiado pesada; ni él sabía cómo es que tenía tantas cosas. Cuando vio a sus dos pelirrojos ir hacía donde estaba.
—Hola bonito.
—¡Alfas!—no se habían podido hablar en dos días. Los mellizos Riddle los tenían bajo vigilancia por petición de Harry, luego que este último se enterará que los Weasley habían mantenido a Reiki en su habitación.
A Harry casi le da un infarto.
Fred y George abrazaron al omega que dejó un leve beso en los labios de ambos antes de brindarles una linda y tierna sonrisa.
—¿Ya tienes todas tus cosas listas?
—Sí, Luna me debió ayudar, mi maleta no cerraba.
—¿Acaso llevas todos los libros de la biblioteca?
—Pff...¡no!...puede ser—y los alfas rieron antes de separarse del lindo omega.
—Nosotros llevamos tu maleta. ¿Hacia dónde, bonito?
—Debo llevar mis cosas hacía la entrada del castillo, el profesor Dorien dijo que la dejara ahí y lo esperase mientras él luchaba con los mellizos.
—¿Luchar?
—Es que hicieron un mal hechizo, después les cuento.
Y los tres caminaron hacia la entrada de castillo, Fred y George llevando el baúl de Reiki, que acomodaba su uniforme.
En la entrada estaba Harry sentado sobre su baúl mirando a Hermione que hablaba sobre un tipo de magia herbolaria que Neville le había comentado. Ron a su lado solamente comía.
—Buen día—saludó Reiki, y los gemelos dejaron su baúl junto al de Harry.
—Noto mucha felicidad, Reiki, y sé la razón—dijo Harry divertido—; aunque yo también estoy feliz por ver a tu padre.
Draco que se acercaba con una caja rodó los ojos, y le dió el regalo a Harry que le sonrió.
—Está bien que el padre de Yamamoto es sorprendente, pero te estoy cortejando, Harry.
—Digo la verdad, es un alfa de ensueño—y el Malfoy soltó un gruñido sacándole una sonrisa a Harry.
Fred y George se miraron confundidos. ¿Acaso el papá de Reiki era tan increíble para que Harry tuviera un Crush con él?
Esa duda los consumió aún después que se despidieron de Reiki, y fueron a su hogar. Estaban algo pensativos y su familia lo notó.
—Por favor, queremos darle una buena impresión al papá de Reiki—decía Fred mirando a su familia cuando estaban frente a la casa de la familia Riddle.
—Y no invadan el espacio personal de Reiki sin su permiso, eso es contigo mamá—Molly les dió una mala mirada a sus hijos.
Ella quería conocer al adorable omega que tenía tan enamorados a sus hijos.
—Ya, vamos a entrar—dijo el señor Weasley tocando el timbre.
La puerta se abrió y un adorable Reiki —usando una yukata en tonos rosados casi rojizos— les dió la bienvenida.
—Buenas noches, feliz víspera de Navidad.
—¿Eres Reiki Yamamoto?—preguntó Molly curiosa, a lo que el chico asintió, y la mujer sonrió llena de ternura.
Los gemelos retuvieron las ganas de correr, abrazar y besar a ReiKi. Se veía hermoso en ese atuendo. Pero no harían esas acciones. No cuando un alto hombre se posó tras de Reiki, un hombre con nueve colas, y largos cabellos blancos.
—Él es Yamamoto Kazuma, mi padre—y el hombre ladeó el rostro para verlos.
El papá de Reiki ↓
[Capítulo Corregido]
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