Capítulo XV: De regreso a casa.

El domingo aun estando en New York no habíamos hecho mucho, solo revisar algunos detalles con las personas que se encargarían del proyecto con el Señor Carter y confirmar que nos iban a mantener informados con el avance de éste, además de que se mencionó que volveríamos después para revisar cómo avanzaba todo. Debido a que las actividades fueron pocas ese día, nos dio tiempo de descansar.

Tal y como había dicho Robert, regresamos a Manhattan el lunes, pero no por la noche ya que en realidad fue más temprano, como a las 5:00 p.m. Antes de salir de New York le había enviado un mensaje de texto a Sara diciéndole que llegaría un poco antes de lo previsto. Él había conducido hasta mi casa y al llegar, estacionó su auto dentro del edificio y entre los dos subimos mi equipaje hasta el departamento.

Al abrir mi amiga me recibió de brazos abiertos con una enorme sonrisa y al entrar totalmente al departamento, vi que en la sala había un pequeño y bonito cartel elaborado a mano que decía: "Bienvenida de vuelta."

Sonreí al ver el cartel y me separe un poco de Sara para verle después de corresponder su abrazo. –Amiga, solo me fui tres días y medio. –reí.

-Lo sé, pero te extrañé. –contestó de igual forma. Sara no se había percatado que Robert estaba detrás de mí luchando por que una de mis maletas no se le cayera al piso, junto con él. Miró sobre mi hombro y fue cuando se percató de su presencia- ¡Oh, Robert! Lo siento, no sabía que estabas aquí. Pasa, anda, antes de que te caigas con todo eso. –dijo abriendo más la puerta para que él pudiera pasar.

-Muchas gracias, Sara. –contestó entrando al departamento y rápidamente dejó las maletas sobre un sofá de la sala, se sentó y suspiró pesadamente- ______, en verdad sigo pensando que llevaste demasiada ropa para los días que estuvimos allá. –replicó- Te puedo asegurar que ni siquiera la usaste toda. –dijo riendo mientras miraba el pequeño cartel colgante que había hecho Sara y yo puse los ojos en blanco por su comentario- Ay, qué tierno. –comentó sonriendo mientras se encogía de hombros.

-Bueno... tengo una sorpresa. –dijo Sara levantando las cejas y salió corriendo directo a la cocina, dejándonos a Robert y a mí en la sala mirándonos confundidos.

-¡Aquí está! –Sara regresó cargando un pastel redondo decorado con betún de mantequilla y sobre él se podía leer la leyenda: "Bienvenidos" que había sido colocada con una manga pastelera, pero al parecer estaba reescrita- Supongo que ya lo notaron, pero Robert, -le dijo mirándolo- no sabía que tú vendrías también para acá, así que tuve que volver a escribir el mensaje, ya que antes solo decía: "Bienvenida." –dijo soltando una pequeña risa.

-Oh Sara, no te preocupes. –le dijo Robert acercándose para tomar el pastel y ayudarla a colocarlo sobre la mesa- En realidad, es muy dulce de tu parte que lo hayas corregido. –sonrío- Y no te disculpes, era obvio que no podías saber que yo también venía.

-Muchas gracias amiga, eres la mejor. –le dije mientras la abrazaba.

-Bueno ya, dejen de estar de empalagosos, - se separó un poco de mi abrazo- mejor vamos a servir una rebanada de mi rico pastel que acabo de hornear. –dijo levantando ambos pulgares con entusiasmo. Robert y yo reímos.

-¿Te quedas? –le pregunté.

-Encantado. –contestó.

Sara fue por unos platos para servir el pastel y mientras yo cortaba las rebanadas, Robert se había ofrecido a preparar café.

-¿Estas segura que sabe cómo usar la cafetera? –me susurró Sara mientras lo veíamos manipular la cafetera solo asomando nuestras cabezas sobre el marco de la puerta de la cocina.

-Claro. –dije riendo- Y hace unos hot cakes deliciosos. –ella me miró con una sonrisa de lado- Lo que al parecer no se le da bien el preparar lasaña. –dije riendo refiriéndome a la vez que Robert se ofreció a ayudarnos a prepararla y terminó diciendo que eso no era lo suyo- Sin darme cuenta me había quedado embobada observándolo con una sonrisa y Sara no tardó en hacer presente sus comentarios insinuadores.

-Ajá y entonces ¿me estás diciendo que solo es bueno preparando café y hot cakes? –me miró con una ceja alzada.

-Bueno... no sé si separa cocinar más cosas... -dije encogiéndome de hombros mientras seguí observando a Robert, que ahora estaba sirviendo el café en las tazas, aun no comprendía lo que quería decirme.

-No me refiero a comida, _______. –dijo guiñándome un ojo y fue cuando entendí y me giré a verla- Ay por Dios, ve cómo lo miras, mujer.

-Ohhhh, ya... ya entendí. –dije un poco sonrojada- Bueno... pues... él es... -no sabía cómo decirle a Sara, ella era mi mejor amiga y sin duda alguna le iba a contar cómo fue ese maravillosa noche de hace dos días, pero con Robert ahí a un metro y medio de distancia, era un poco... vergonzoso. Ella me miraba sonriendo- Es... espectacular. –dije en un susurro para que solo ella y yo pudiéramos escuchar.

-Eso es, amiga. –me contestó de la misma forma mientras me daba un par de suaves codazos en la brazo en señal de felicitación.

Sara y yo seguíamos observándolo asomándonos sobre la puerta viendo como ahora preparaba los cafés. En un instante sin darme cuenta me estaba mordiendo el labio inferior al observarlo: se había arremangado las mangas de su camisa, estaba fajado y como su ropa siempre es hecha a la medida, le quedaba perfectamente entallada a su cuerpo marcando su figura. Lo veía de arriba abajo, aun mordiendo mi labio y en un acto involuntario mis ojos se detuvieron un su trasero que, se notaba más debido al corte de su pantalón. Sara me miraba con una sonrisa burlona.

-¿Cómo puede ser tan atractivo, Sara? – le pregunté en un susurro y ella rió bajo.

-Ay ______, pues solo tú sabes eso. –me dijo dándome un golpecito en la cabeza.

-¡Auch! –dije llevando mi mano a la parte que Sara había golpeado para calmar el dolor. Justo en ese momento Robert habló.

-_____, sé que te gusta tu café con dos de azúcar... -dijo aún mirando la taza y haciendo movimientos con sus manos- pero no está de más preguntar. –dijo sonriendo mientras se giraba su vista hacia donde Sara y yo nos asomábamos y me atrapó en el acto, me atrapó cuando veía descaradamente su trasero mientras mordía mi labio- Oh, ya veo. –arqueó una ceja y esbozó una amplia sonrisa- ¿Te gusta lo que ves? –preguntó girándose un poco para que así pudiera tener una mejor vista.

Mi rostro no podía estar más rojo en ese momento, cómo pude me metí de nuevo a la cocina y lleve mis manos a mi rostro para cubrirlo mientras que Sara hacía los mismo que yo, solo que ella estaba disfrutando verme así, lo noté por la forma en que reía y pude escuchar también la risa de Robert desde afuera. ¡Qué vergüenza, no! Trágame tierra, por favor. –pensé mientras volvía a cubrir mi rostro con mi manos.

Unos segundos después, sentí como unas manos cálidas apartaban las mías de mi rostro y al haberlas quitado por completo, me encontré con Robert que me miraba dulcemente con su cabeza hacia un lado mientras sonreía.

-Oye nena, tranquila. –dijo mientras tomaba mis manos- Está bien si me miras, me gusta que lo hagas así que, siéntete en total libertad de hacerlo. Recuerda que soy solo tuyo. –me dijo mientras me guiñaba un ojo y acto seguido depositó un delicioso beso en mis labios- Anda, el café se enfría. –yo asentí sonriendo y salimos de la cocina en dirección al comedor donde Sara ya nos estaba esperando.

-Te atraparon in fragantí amiga. –dijo riendo mientras se sentaba para tomar una rebana de pastel.

-Sí, pero no me molesta. –dijo Robert moviendo una de las sillas para que pudiera sentarme y así lo hice. Yo sonreí, le di otro beso y después él tomó asiento al lado mío.

-¡Muy bien! Eso quiere decir que ya es oficial. –Sara nos miró mientras llevaba un trozo de pastel a su boca.

-Así es. –dijo Robert sonriendo.

-Bueno, ¿y cómo fue? Cuenten, ¿qué tal el viaje? ¡Quiero saber todo! –dijo haciendo un movimiento exagerado con sus manos.

Robert y yo le contamos a Sara todo lo acontecido en el viaje, la reunión con los colegas del Señor Carter, el bonito sábado que pasamos juntos aunque obvie el tema de lo que sucedió en la noche, ya que había acordado con ella de que se lo contaría después cuando Robert no estuviese ahí. Lo poco que hicimos el domingo y que de camino acá, al ir por la carretera Robert no vio un bache en el asfalto, lo que provocó que lo pasara dando un fuerte brinco al auto y ésto hizo que la cajuela donde llevábamos las maletas se abriera y éstas salieran casi volando.

-Afortunadamente, nada se perdió. –dijo Robert rascando su nuca un poco avergonzado.

-Afortunadamente, pero espero que para la próxima, Señor Downey, se fije bien por donde conduce. ¿No ves que mi maleta ya está dando lo último de su vida? –dije haciendo un tono dramático falso en mi voz.

-Eres la reina del drama, ______. –dijo Sara y los tres reímos.

-Por cierto, -habló Robert dando el último sorbo a su café mientras se levantaba de la silla- es la primera vez que vengo a su departamento desde que se mudaron. Este es más grande, bonito y cómodo que el otro.

-Cierto, -contesté mientras que Sara y yo nos levantábamos al igual que él dirigiéndonos a la sala- ¿y sabes por qué es? –pregunté recargando mi brazo en su hombro-

-¿Por?

-Porque estos departamentos fueron diseñados y construidos por Downey Architecture y Design. –le dije sonriendo y él me miró sorprendido para luego volver a dar una vuelta alrededor de la sala-

-¿En serio? –preguntó y yo asentí- No recuerdo este proyecto.

-Cuando _____ y yo vinimos a ver el departamento, nos informaron que el proyecto había finalizado hace cinco años. Todos los trámites los llevamos a cabo con Bienes raíces H&H. –dijo Sara.

-¡Oh! Ya recordé. –dijo Robert llevándose una de sus manos a la cabeza- Bienes raíces H&H me buscó para llevar a cabo la idea y yo acepté porque en ese momento me estaba costando trabajo conseguir proyectos. No había reconocido el edificio.

-_______ insistió en que nos quedáramos con este cuando descubrió que tú estabas involucrado. –dijo Sara y Robert me miró, yo me encogí de hombros con una sonrisa tímida y se acercó a mí.

-Eres un encanto. –me dijo dándome un beso en la frente. Y fue en ese momento cuando escuché un sonido peculiar, parecido al que emite una cámara cuando se toma una foto. Ambos giramos a ver a Sara que en un par de segundos aprovechó la oportunidad para ir por mi cámara de revelado instantáneo que se encontraba en mi habitación y nos tomó una foto justo cuando Rob besaba mi frente.

-Awwwwww, qué dulces se ven. –dijo ella observando la foto que no había tardado más de treinta segundos en revelar la imagen-

-¿Puedo verla? –preguntó Robert extendiendo su mano en señal de querer tomar la foto y Sara se le entregó.

-Claro, mírala. –sonrió.

Vi como Robert observaba la foto atentamente, en sus labios se empezó a formar una tierna sonrisa y de pronto le llevó directo a su pecho, parecía que la estaba abrazando y dio un profundo suspiro mientras cerraba los ojos.

Yo me acerqué a él y acaricié una de sus mejillas con mi mano. ¿Todo bien? –pregunté.

Él abrió los ojos, tomó mi mano que aún se encontraba sobre su mejilla y la besó- Todo en orden, es solo qué... Me encanta, esta foto es tan... ¿cómo decirlo? Natural, espontánea, y dulce. –me miró sonriendo- ¿Puedo conservarla? –me preguntó con una sonrisa dulce.

-Claro que sí. –contesté sonriendo mientras le daba un beso en la punta de la nariz y él guardaba la foto en la bolsa de su camisa- En realidad, creo que deberíamos tomar más fotos. Después de todo, Sara ya encendió mi cámara. –dije riendo.

Entre los tres, montamos una divertida sesión de fotos. Había algunas donde salíamos los tres, otras solo Sara y yo y otras Robert y yo. En realidad de éstas últimas eran la mayoría de las instantáneas que había sobre la mesita de cristal en medio de sala.

-Ya se acabó el rollo chicos. –dije riendo mientras me sentaba en el sofá- Sara y Robert reían mientras veían las fotos que estaban sobre la mesa de cristal.

En ese momento recordé que mi celular se había descargado cuando veníamos de regreso a Manhattan, así que tomé el cargador y lo conecté a la corriente eléctrica. En teléfono encendió, vi la hora y apenas eran las 8:00 de la noche. No habían pasado ni dos segundos de que encendí el aparato cuando comenzó a recibir mensajes y notificaciones como si no hubiera un mañana. Yo fruncí el ceño y cuando por fin se detuvo, vi que los mensajes eran de los grupos de WhatsApp de la universidad, preguntando el por qué no había idos el primer día. Rodé los ojos y deje el teléfono sobre el sofá para que se cargara y regresé con Robert y Sara que seguían mirando las fotos.

-¡Mira tu cara en ésta Robert! –dijo Sara mostrándole a Robert una de las fotos donde, sí, salía con una cara divertida. Ella no podía contener su risa.

-Oye, deja mi cara en paz. –contestó Robert haciendo un gesto de enojo falso.

-Ah decir verdad, si te ves muy gracioso. –le dije el oído mientras pasaba mis brazos sobre su cuello para abrazarlo.

-¿También tú? –preguntó divertido y depositó un beso en cada una de mis manos.

-Deberíamos empezar un nuevo álbum con estas fotos, ¿no creen? –les pregunté mirándolos.

-Sí, pero yo me quiero quedar con algunas. Especialmente, donde estamos tú y yo, _____. –sonrió.

-Entonces, ¿qué te parece si las duplicamos? Así Sara y yo las tenemos y tú también. –sonreí- Acabo de recordar algo. –dije y salí corriendo a mi habitación. Cuando regresé, volví con un rollo nuevo para la cámara- Recordé que aún tengo un par de éstos. –les dije mostrándoles el rollo.

Pudimos duplicar las fotos. Robert se llevó todas en donde salíamos juntos y una en donde estábamos con Sara. Luego, buscamos entre algunas cosas viejas un álbum que estuviera vacío y las empezamos a colocar, a excepción de una donde salíamos los tres, una donde estaba con Sara y la primer foto donde Robert me daba un beso en la frente. –Estas las voy a enmarcar, merecen un lugar especial. –dije sonriendo- Por cierto Rob, mañana ya debo de ir a la escuela. Tengo que estar a las 8:00 de la mañana en el campus pero como son los primeros días de clases, probablemente llegue a la oficina a la hora del almuerzo. –dije y él me miró.

-Oh, claro. No te preocupes. De hecho qué bueno que tocas el tema. ¿Te parece si mañana te llevo a la universidad y luego paso por ti para ir al trabajo? -preguntó acomodando un par de mechones de cabello que estaban frente a mi rostro.

-¿De verdad? –pregunté sonriendo- Yo... bueno... me encantaría, pero no quiero hacerte dar mil vueltas por todos lados ni hacer que pierdas el tiempo, yo puedo ir y venir sin problemas. –dije y él negó con la cabeza. Iba a decir algo, pero Sara lo interrumpió.

-______, tu novio está tratando de ayudarte, no seas grosera. –dijo en un tono autoritario y yo solté una pequeña risa.

Por su parte Robert también rió y luego de ver a Sara, volvió la vista hacía mí. –Exactamente, tu novio, o sea yo –dijo señalándose a él mismo- está tratando de ayudarte, corazón. No seas grosera. –dijo imitando el tono autoritario de Sara, lo que me pareció adorable.

-Está bien, yo feliz de la vida entonces. –sonreí y Robert tomó mis manos.

-Y yo, encantado de la vida, cielo. –dijo dándome un beso en los labios. Se separó un poco y miró la hora en su reloj- Bueno, si quiero lograr llevarte mañana a la universidad a la 8:00 de la mañana, debo irme ya. –dijo riendo- Muchas gracias por todo, Sara. –se dirigió a ella mientras recogía las tazas y los platos que habíamos dejado en el comedor y los llevaba al fregadero.

-No tienes que hacer eso. Ahora los llevamos. –le dije.

-No es molestia. –dijo mirándome- Nos vemos y gracias por todo. –dijo despidiéndose de Sara que lo saludo con un gesto de su mano en forma de despedida y acto seguido, acompañe a Robert a la puerta- Nos vemos mañana, linda. Llegaré temprano para dejarte en la escuela. Te mandó un mensaje mañana cuando esté abajo. Te quiero, y no sabes cuánto. –me miró mientras acercaba cada vez más su rostro al mío.

-Y yo te quiero a ti y, tampoco te imaginas cuánto. –terminé por romper la mínima distancia que nos separaba ya que lo tomé del cuello de su camisa y nos despedimos con un cálido beso. 

***

Holaaa. ¿Cómo están? ¿Qué les pareció este nuevo capítulo? La verdad es que me divertí mucho escribiéndolo. 😁💕 A esta historia le falta un buen rato para que termine, así que no piensen que se van a librar de mí tan fácil ehhhh jajaja.

Por cierto, ya que estamos en temas novelescos, les quería decir que estoy pensando en escribir otras historias: una con Tony Stark y otra con Sherlock Holmes jajajaja. Claramente, voy a escribir ambas cuando termine ésta, pero quería preguntarles, ¿cuál de las dos les gustaría leer primero?

Como siempre, espero sus hermosos comentarios y sus votos. 💕 Nos estamos leyendo pronto, un abrazo.

P.D: Les dejo su regalo como ya es costumbre. 💖

Todas las noches cuando voy a dormir, dejo un espacio junto a mí, para que en mis sueños llegues justo a mi lado. 

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