The Fall Of The Empire
—Hace unos días tuve un sueño espantoso, uno donde solo había muerte a los pies de un castillo — se decía Cilan el espíritu del bosque, al ver cómo todo el alrededor del castillo se llenaba de cadáveres — la muerte se extendía hasta donde llegará la vista, sonidos de guerra inundaban mis oídos agudos y justo en medio estaba Emil combatiendo a seres de ultratumba, su arma legendaria le quitaba de encima a varios de estos errantes, pero no importaba cuántas veces descargará “La caída del imperio” siempre brotaban más del suelo, lo herían por todos lados, sus ropas se manchaban ante el exhaustivo esfuerzo, yo solo era un testigo sin poder sobre la escena delante de mí, me esforzaba para seguir contemplando la cruel situación, tras otra descarga de la maza mágica, un par de muertos se arrojaron sobre el arma, logrando separarla de su maestro, Emil entonces recurrió a sus puños, siendo poco efectivos, los muertos rápidamente lo rodearon he inmovilizaron gracias a sus números, una temible risa sonaba acompaño el descenso de mi amigo — un desagradable presentimiento aquejaba al elfo — solo después de ello aparecía, únicamente para escuchar sus últimas palabras, pero no solía ser capaz de recordarlas, menos el resto de mi sueño, hasta ahora.
Emil se había recuperado de la herida en su tendón, pero no estaba complacido de lo ocurrido hace poco.
—No sueles ser así. ¡Nosotros peleamos con honor! — el Barón replicaba molesto, le miro listo para enfrentarlo, para conseguir una disculpas, pero se encontró con un casi transparente Cilan — ¡¿Qué te ocurre?!
El espíritu del bosque cae al suelo temblando, Emil nunca antes lo había visto de esa manera.
—No fue un sueño… no fue.. no. ¡NO! — golpeaba el suelo frustrado.
Lo que el Emil del sueño le susurro no era un mensaje, ni tampoco una última voluntad, era una indicación.
“Mira el cielo”
El elfo lo hizo miro encima suyo para notar que la luna que estaba sobre ellos era una luna de sangre, lo cual significa que era una premonición, no solo eso, sino que frente a ellos surgía una misteriosa neblina negra, está brotaba del suelo y de ella una figura aparecía. Ahora entendía que ese era el sitio donde se llevaría acabo la tragedia, todo estaba en su lugar, los incontables muertos y si no hacía algo pronto su amigo moriría.
—Debemos salir de aquí — respondió el espíritu del bosque luego de su trance.
—¿De que hablas? ¡Ellos están justo delante de nosotros! — el Barón no podía dejarlos ir sin ningún castigo luego de su ofensa — yo ya tuve suficiente de esto, iré solo si no me acompañas, pero jamás los perdonaré.
Vio alejarse a su amigo, sintiendo como otro de los eventos de su premonición se cumplía, Cilan intentando cambiar el resultado fue tras de él.
Dentro de los muros del castillo Erina fue contra las tropas enemigas en la puerta, tres guerrero prepararon sus escudos para detener su avance, mientras un cuarto se alistaba con su lanza para acabar con ella, la espada en llamas llegó contra los escudos, logrando cortarlos en el acto, al igual que sus brazos, el inesperado suceso no impidió la acción del cuarto hombre que pasó su lanza entre los miembros cercenados, el arma larga paso a un lado de la espada, aún consiguiendo pasar a un lado nada cambio, Erina decapitó a los tres guerreros sin brazo, el cuarto hombre miro su lanza, dándose cuenta que su arma había sido calcinada hasta volverse polvo, la guerrera apuñaló al sujeto en el vientre, él quedó sin habla, pero el calor en su cuerpo incrementó, solo hasta que el fuego brotará de su boca, ojos, nariz y oídos. Los demás enemigos fueron testigos de lo ocurrido y podían estar seguros que su destino sería parecido.
Eastwood notó la ausencia de Ernes y por ende la repentina aparición del golem, el guerrero y el mago, no muy atrás le seguía el paso el Barón Emil con su brillante arma, sus hombres junto la ayuda de Erina lograron repeler a los enemigos, quienes optaron por enfrentarse contra la otra fracción enemiga.
—¡Hombres mantengan posición! ¡Su deber es mantener a raya al enemigo detrás del muro! ¡Yo lidiare con los intrusos! — la orden preocupo a sus subordinados, pero debido a sus bajos números no lo cuestionaron.
Eastwood bajo a enfrentarlos, sentía miedo, sabía muy bien de la reputación de Solomon, un guerrero diestro, con la suficiente habilidad para vencer a un grupo bien armado de orcos y salir en una pieza, pero ahora no estaba solo, un mago le cubría las espaldas y un golem parecía estar listo para apoyarlo.
—Si lo consigo, Verónica será libre — musitó el Barón llenándose de fuerza.
El golem se detuvo al llegar con Eastwood, Solomon apareció a un lado de la criatura de piedra, el mago no parecía verse muy seguro, el guerrero líder del ejército enemigo se acercó sin tener un arma en mano, esto tomo por sorpresa al Barón.
—Evitemos un derramamiento de sangre innecesario, he escuchado muchas cosas de ti y ciertamente son cosas muy interesantes, tal vez podamos llegar a un acuerdo — la pesada aura de Solomon desapareció, parecía tener todas las soluciones.
—Basta.. no sigas — le detuvo antes de que continuará con su propuesta, Solomon no necesitaba adivinar lo que ocurría podía notar claramente la irá del Barón — ¡¿Dices querer evitar un derramamiento de sangre?! ¡Tu lo iniciaste! ¡Y ahora quieres insultar la memoria de los difuntos! ¡Eres un asco!
Las coléricas palabras de Eastwood molestaban al intruso del castillo.
—Yo hago esto por los muertos, por el alma de la persona más querida que tiene un hijo — lo que decía solo tomaba por sorpresa al Barón — Si yo te estoy dando está oportunidad de salir con vida.. deberías tomarla.
La atmósfera volvió a cambiar, la hostilidad era palpable, Eastwood estaba a la espera del primer movimiento de su enemigo, teniendo en cuenta al formidable golem, una vez más Solomon hizo algo inesperado levantó su mano izquierda.
—Que no interfiera tu marioneta — por su tono Stone Mage ni siquiera intento disuadirlo de su decisión, después miro fijamente al Barón — sin armas, ven con los puños, si realmente eres un hombre de honor.
Parte de el pensó en negarse, en solo cortarle los brazos y humillarlo, por su propio egoísmo, por los guerreros a su cargo que lo siguieron, por Ernes.
—¡No! ¡No quiero que Verónica terminé con un hombre igual a su hermano! — tiro su arma a un lado, aceptando el combate.
Solomon volvió a tomar por sorpresa al Barón con un contundente puñetazo en la quijada, cayendo al suelo al primer golpe.
—¡Demonios! — se percataba de su desesperada situación, su fuerza bruta era mayor — pese a su corpulencia es capaz de moverse con rapidez — al incorporarse vio que usaba un equipo ligero — sin duda sabe lo que hace y este combate, no fue por respeto o caballerosidad, sino que quiere molerme a golpes.
—¡Vamos ven por mi! — la voz de Solomon le asemejaba a Eastwood a una serpiente avisando de su letalidad.
Sintiéndose ofendido corrió contra él creyendo poder conectar su puño, olvidando algo obvio, Solomon tenía los brazos más largos gracias a su altura, volviendo a recibir otro golpe ahora en la nariz, todo se volvió blanco por unos segundos para el hombre noble, su cuerpo sin poder reaccionar recibía una serie de puñetazos, un ojo le quedó morado, su labio se abrió en tres diferentes lugares, su nariz expulsaba sangre, el tambaleante cuerpo de Eastwood se alejaba instintivamente, pero aún estando lejos recibió una patada en el vientre del estómago, cayó al suelo vomitando al instante de caer.
—No puedo, no logro nada al acercarme — se repetía frustrado viendo el suelo, su cuerpo le pesaba y su visión no era perfecta dado al moretón de su ojo — si no puedo cambiar esto moriré.
Un escalofrío atravesó su cuerpo, la simple idea de no poder volver a ver a Verónica era algo devastador, su cuerpo parecía llenarse nuevamente de fuerzas, volviendo a la carga.
Solomon dio un golpe certero en la garganta del noble, esto causó una parálisis momentánea, la cual fue aprovechada por su atacante volviendo a ser castigado por los potentes puños del guerrero, está vez sus costillas sufrieron, para luego sentir el segundo efecto del golpe en la garganta, la incapacidad de respirar por la boca.
—Que pena, el Barón Eastwood no pudo darle pelea al Señor Solomon — disfrutaba Stone Mage algo resentido de no ver al guerrero de Ardemis sufriendo — todo parece apuntar que los rumores y baladas son ciertas, es invencible — su mirada fue a dar al golem — para todo ser vivo.
Emil apareció atravesando el camino hecho por Stone Mage con su arma mágica, la cual ahora parecía una antorcha, su resplandor alejaba a las sombras de la noche, el mago al ver la maza deslumbrante supo inmediatamente la identidad del arma y su usuario.
—¡Solomon! ¡¡Solomon!! ¡Aquí está el Barón Emil! ¡Trae consigo “La caída del imperio”! — la noticia detuvo al guerrero, el cual estaba sobre Eastwood, propinándole una brutal golpiza.
—¡Esa arma nos oprimirá con la fuerza mágica cargada! ¡Detenlo! ¡No dejes que su maza toque el suelo! — le ordenó Solomon, pudiendo ver el temible deseo de asesinarlos.
El golem fue al encuentro contra Emil, quien ya levantó “La caída del imperio” para acabar con todos, Cilan observaba detrás de su amigo, sabiendo que el único lugar seguro era detrás de su usuario. El arma bajo implacable para marcar el fin de la guerra, no obstante el muñeco de piedra logro detener la brillante maza, sus brazos cruzados y su gran cuerpo le impedían llegar a su destino.
—¡Si! ¡Lo detuve! — cantaba victoria el mago.
—¡No te confíes! ¡Este tipo no se detendrá hasta conseguirlo! — advertía el guerrero por su amplia experiencia.
—¡USTEDES MORIRÁN! — bramaba Emil liberando parte de la fuerza acumulada en su arma.
Los brazos del golem se agrietaban con rapidez, poco a poco por la presión los desmoronaban, esto asustó al mago, su vida había sido enlazada a su varita dentro del títere de piedra.
—¡Ayúdeme Solomon! ¡Rápido ayúdeme! — suplicaba el mago al sentir el filo de la muerte.
El guerrero lo pensó por un momento, al ver cómo los brazos del golem cayeron y ahora lo único que lo detenía era su pecho, se retiró buscando donde cubrirse, dejando atrás al mago y a Eastwood.
—Nunca antes “La caída del imperio” había obtenido tanto poder, apenas ingresé a este sitio se llenó de poder — el Barón se sentía extasiado ante la imponente magnitud de su fuerza.
El golem se llenaba de grietas, la tensión se incrementaba, Stone Mage sabía que no tenía el apoyo de Solomon, solo dependía de sí mismo.
—Si voy a caer. ¡No lo haré solo! — el títere levantó lo que le quedaba de brazo y comenzó a andar en dirección al Barón, alejando el arma.
—¡Esto es inaudito! ¡No puede estar pasando! —se preocupaba del cambio de papeles.
—¡Maldito mago! ¡Emil no desesperes! ¡Este es tu momento! ¡Toma venganza por nuestros compañeros! —le animaba a sus espaldas.
—¡Quítate de atrás! ¡Estarás en el rango de la maza! — le advertía Emil preocupado por su amigo.
—No, yo creo en usted, solo usted es capaz de descargar “La caída del imperio” ¡Hágalo!
Contra la tempestad Emil luchaba, usando todas sus fuerzas para llevar el lucero del alba contra el golem, el sudor resbalaba por el rostro del Barón, sus brazos ejercían la mayor cantidad de fuerza, su cuerpo dolía, el remanente de brazo se cayó a pedazos, con un último esfuerzo descargo su lucero del alba sobre el títere, envolviendo a todos en el interior de los muros por una inmensa luz, siguiendo por un rugido ensordecedor, que incluso Erina no pudo ignorar tal caos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top