열 여섯 (Dieciséis)

4/11 asegúrense de leerlos en orden.


Tal y como lo había imaginado YoonGi, NamJoon no se encontraba en su departamento cuando un Omega castaño con un gran puchero adornando sus labios lo recibió con un abrazo.

SeokJin no podía evitar sentirse triste desde que intentó hablar de aquello, que parecía ser ya más como un tema prohibido entre su pareja y él, los hijos.

El estado anímico cabizbajo del Omega había puesto en alerta también a su Alfa, quien sin saber correctamente como actuar comenzaba a ser un poco distante. Fuera de ser un actuar estúpido, en realidad el se encontraba temeroso de que su pareja lo viera en un estado vulnerable, confundido. Planeaba primero arreglarse así mismo antes de afrontar algo para lo que aún no estaba listo.

Aquello era difícil de explicar para el castaño, quien de pronto se vió tremendamente necesitado de la cercanía y atención de NamJoon. Para ambos esto comenzaba a ser muy repentino y extraño. Aquello no evitaba que la lejanía del Alfa en lo más mínimo comenzará a afectar a SeokJin, quien juraba entender la situación de su Alfa, pero su lobo continuaba ahuyando adolorido por una extraña unión, más allá del lazo.

YoonGi aceptó aquel abrazo y comenzó a repartir caricias en la espalda de su mayor a manera de reconfortarlo. No estaba llorando, porque parecía contenerse.

Pasaron al departamento para hablar con mayor comodidad sobre eso. Sin dejar de lado los mimos que el Alfa daba a SeokJin, como aquel abrazo, las caricias en sus manos o su cabello.
Pequeños gestos que al paso de los años YoonGi había descubierto calmaban al Omega en sus momentos de tristeza o incluso de enfado.

NamJoon jamás se llegó a molestar por ello, pues confiaba totalmente en su pareja y amigo, además de la relación de casi hermanos que desde el primer momento parecían tener.

--Dijiste que estabas cansado... Y aún así viniste aquí-- Murmuró SeokJin cuando después de unos minutos las posiciones habían cambiado y ahora él se encontraba sentado en el sofá, mientras YoonGi se encontraba recostado con la cabeza en su regazo, dando masajes en la cabellera pelinegra del Alfa.

--No podía dejarte solo cuando te sientes así. Desde hace un par de días los noto extraños.-- Respondió mientras abría los ojos y se encontraba con la brillante mirada de su amigo.

--Todo esto es extraño... Como si tan solo fuera un berrinche mío, como si en realidad nada pasara, pero a la vez todo fuera mal.--

--Eso es inseguridad, Hyung... Y es por parte de ambos.--

--¿Cómo lo sabes?--

--NamJoon me dijo que tú quieres un cachorro... -- Está vez SeokJin desvío la mirada. --Hey, no está mal. Después de todo, tienes el derecho.--

--Pero no es deseo de él, me siento como si no lo estuviera tomando en cuenta.--

--¿Y sabes el porque?-- silencio.

YoonGi se levantó de su lugar para acomodarse de manera correcta en el sofá, tomando las manos de SeokJin que parecía estar inmerso en sus pensamientos en tan solo unos segundos, con tan solo esas simples palabras.

--Aquello que falta es la comunicación, NamJoon debe dejar de evitar el tema. Tu debes entender primero a tu lobo y su instinto-- Con una ligera sonrisa buscó la mirada de su amigo, quien al verse atrapado sonrió de igual manera mientras asentía. --Se ve que están aún asimilando lo del matrimonio. No es muy diferente a lo que viven ahora.--

--Lo sé, es solo que es inevitable pensar en el matrimonio ideal. Lo que como Omega es mi deber.--

--Deja esas ideas anticuadas, SeokJin. Tu sabes que jamás caerías tan bajo en esos ideales absurdos. Levanta la cabeza se tu. Solo tú.-- De manera juguetona abrazó al mayor, revolviendo sus cabellos hasta recibir las quejas del Omega.

--Ya~ que me cuesta peinarme, debo cuidar mejor mi cabello para el cambio que me harán... Por cierto, ¿Crees que me quedé un rubio cómo lo tiene JiMinie?--

--Perdoname pero el rubio es solo para mi niño-- Ante estas últimas palabras un leve sonrojo amenazó con cubrir las mejillas del Alfa, pero su mano tapó ágilmente su rostro, evitando así las posibles burlas de su mayor.

Quizá no del todo.

--¿Mi niño? ¿En qué momento empezaron los apodos cariñosos, Min?-- Una gran sonrisa burlona apareció en los belfos del mayor, reemplazando completamente el puchero que había tenido durante toda la tarde.

--Ni se te ocurra decirle que lo llame de esa manera, aún no hay la suficiente confianza para eso.--

--¿No se supone que hoy le pedirías que fuera tu novio?-- El Alfa esta vez negó mientras volvía a tomar una posición cómoda en las piernas de su amigo Omega, que a pesar de sentir incómodo el peso de la cabeza del menor sobre sus muslos no se quejó.

Después de todo eso significaba una buena plática y chisme.

--No, hoy le pedí de la forma correcta su aprobación para mantener un cortejo. Pienso que aún falta conocernos un poco más para por fin llamarnos pareja, él está de acuerdo con eso.-- Esta vez SeokJin asintió, teniendo una idea más clara de lo que pasaba entre su amigo y aquel chico rubio.

--Te seré sincero, esperaba el día en que alguien desconjelara el corazón de tu Alfa testarudo. Y pensar que el valiente es ese Beta rubio, por cierto, que es demasiado lindo.--

--El gran Kim SeokJin admitiendo que alguien es más lindo que él... ¿Enserio está pasando?-- Aquella mirada de burla ahora era autoría del Alfa que ciertamente no esperaba como respuesta el golpe de un cojín contra su estómago.

--Cállate, me haces ver como un narcisista desalmado... Pero sé cuándo apreciar lo bonito cuando lo veo.-- Murmuró como si de un niño se tratara.

--Es mucho más que lindo...-- Pero algo conectó de manera repentina en su mente, haciéndole levantar la vista nuevamente a su amigo-- Espera... ¿Acabas de llamarlo Beta?--

--Ahh ¿Si? ¿Hay algo mal?--

--Nada pero... --

--¿Aún no captas que un Beta robó tu corazón de Alfa? Tranquilo, ya reaccionará tu cerebro. A NamJoon también le impresiona... --

NamJoon... Los perfiles.

Yo mismo ví los perfiles de los bailarines...

Y en ese momento se maldijo así mismo por su mala memoria.

Sin agregar nada más dejó que la plática fluyera entre otros temas. Dejando en su mente esa pequeña incógnita.
Que pronto investigaría.

Después de su rutina de aseo personal se dispuso a relajarse en su cómoda cama mientras esperaba a que su cabellera rubia secara por completo.

Una pequeña excusa para jugar en su teléfono por un rato más antes de dormir.

Aquella partida de Call of duty junto a TaeHyung y JungKook llamaba una inminente victoria. Habían matado a la mayoría del bando azul mientras ellos habían sufrido pocas bajas durante esa segunda ronda.

Obviamente ganaron, para su propia sorpresa JungKook había obtenido la mayor puntuación, obteniendo JiMin un segundo lugar y TaeHyung el tercero.

Después de esta que habían prometido sería una última ronda realizaron una videollamada.

--En mi defensa, lo deje ganar-- Fue lo primero que dijo TaeHyung al abrirse la cámara de su videollamada.

-- No mientas, amor. Sabemos que estás medio ciego-- Esto último fue acompañado de las risas del mismo Omega y de JiMin.

--Bueno pero ganamos, es lo importante.--

--Por supuesto, todo por mi trabajo y el de JungKookie.--

--Si, si, muchos halagos señores pero pasemos a algo más importante. JiMin Hyung, ¿Algo que quieras contar?-- Y a pesar de que se encontraban en videollamada JiMin pudo sentir las filosas miradas de sus amigos sobre él, causando que se tapara la mitad del rostro con las sábanas.

Sabía que no se libraría de aquella plática.




Disculpen los guiones cortos, pero no me deja poner los otros ;;

-—Akira.

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