열 넷 (Catorce)
Seguimos aquí. Nota al final.
Si ven algún error no duden en comentarlo.
2/11
Revisó por última vez su aspecto a través del espejo retrovisor. Acomodando aquellos mechones de su pelinegra cabellera que rebeldes caían sobre su frente, acomodó los mismos hacia atrás junto a todo su cabello que previamente había peinado con ayuda de algún producto para el cabello.
YoonGi ahora se encontraba frente al edificio departamental del joven JiMin, esperando por él, previamente en el momento había mandado un mensaje al menor anunciando su llegada. Una sonrisa se dibujó inconscientemente en sus labios cuando leyó nuevamente los mensajes que había recibido en respuesta.
JiMinnie 🌹
Hola, ¿Listo para hoy?
Casi llego a tu departamento.
15:23
¡Hola!
Si hyung, tengo mucha curiosidad.
Anoche me dejó con la duda.
Ya bajo para encontrarlo.
Por cierto, su sudadera esta a salvo para entregársela ahorita.
Jjjjj
15:24
Había olvidado por completo la falta de aquella prenda.
Estando su mente en otros asuntos más importantes, como aquella sorpresa para su- para el chico, no le había tomado importancia a que JiMin la tuviera.
"¿Tendrá su aroma?"
"Posiblemente" respondió a su lobo.
"Nuestro Omega"
Está vez YoonGi guardo silencio.
Ciertamente se mantuvo escéptico a la terquedad de su Alfa para reclamar a JiMin como su pareja predestinada.
Pronto miró de reojo las puertas de cristal del edificio departamental abrirse. Dando paso al rubio que con una sonrisa reluciente en su rostro se acercó al auto que reconoció pertenecía a su mayor.
Al tener la ventana abajo dió paso a que el mismo se asomará por ahi y ver por fin a YoonGi.
--Buenas tardes, hyung--
--Hola JiMinnie-- contagiado por la sonrisa del menor YoonGi la imitó, quitándose por unos segundos el cinturón de seguridad para poder abrirle la puerta del copiloto al contrario.
Quien en silencio mientras entraba al automóvil, trataba de controlar al eufórico lobo que corría en su interior, el aroma del Alfa frente a él había hecho que se despertara, por suerte para JiMin, el neutralizador aún estaba funcionando.
Pero aquello no evitaba que del lado contrario, YoonGi se permitiera aspirar un poco del aroma que gracias a la brisa de la tarde había llegado a él.
La dulzura de la miel y frescura de la manzana había cautivado al Alfa, qué tan pronto había sentido la presencia ajena se había levantado en un porte dominante, así como elegante, para llamar su atención.
La mirada de YoonGi se había profundizado y colocado en cada una de las acciones del menor mientras se acomodaba en su asiento. Notando el pequeño detalle que las manos ajenas traían entre sí.
--Oh, por cierto, aquí está tu sudadera.--
--Ya veo, gracias por cuidarla por mi, probablemente la habría olvidado en la sala de ensayos.-- tomó la prenda mencionada.
Llevándola a los asientos traseros. Pero antes de ello y aprovechando que la mirada del menor se había desviado hacia adelante, el aroma del "Omega" llegó a él, ahora siendo mucho más notorio al encontrarse impregnado en una prenda.
Por lo que pareció ser solo un segundo, disfrutó de la idea de tener algo con el aroma del contrario.
Tal vez de esa manera, su lobo se controlaría un poco más ante los deseos de ver siempre al menor.
--Y bien. ¿Cuál es esa sorpresa de la que me hablabas?--
–Seguirá siendo sorpresa hasta que lleguemos al lugar, no desesperes, pequeño– respondió con una sonrisa juguetona adornando sus labios.
JiMin no evitó dibujar en sus belfos un puchero, disconforme con la sensación de curiosidad y emoción creciendo en su pecho. Siendo acompañado por su lobo interno que simplemente no dejaba de juguetear panza arriba lleno de intriga y emoción a lo que significaría el pasar una tarde con él Alfa.
Mientras Min YoonGi se mantenía firme con la idea de no decir nada al menor observó de manera divertida la expresión un tanto infantil del rubio.
––Vamos, no me mires así. Solo te puedo decir que te encantará, después si gustas acompañarme podemos ir a un lugar más––
––¿Habrá comida?–– inquirió el menor de manera sutil, obteniendo un asentimiento por parte del pelinegro.
––Por supuesto–– él rubio celebró de manera silenciosa en su lugar mientras observaba por la ventana el camino hacia el misterioso lugar al que él Alfa lo llevaba.
En otras circunstancias su mente no dejaría de atormentarlo con posibles escenarios de lo que podría ocurrir. Después de todo, estaba confiando ciegamente en YoonGi que se había abstenido de decirle la dirección a la que llegarían.
Quizá no haría algo bueno con él, quizá planeaba burlarse de él... Quizá.
"Pero lo conocemos muy bien, JiMin"
"Lo sé"
Concordó con su juguetón lobo mientras largaba un pesado suspiro de sus labios, llevándose entre el mismo los malos e irracionales pensamientos. Al igual que la tensión que sin saberlo, guardaba sobre sus hombros.
Ciertamente JiMin, a pesar de tener solo unas semanas de conocer a YoonGi, sabía que él no haría algo que lo lastimara.
Quizá su inicio fue lleno de tropiezos y actitudes equivocadas. Pero últimamente el mayor parecía querer compensar esos malos momentos que le hizo pasar.
Hacerle saber que en realidad ese no era el YoonGi verdadero.
YoonGi era aquel rapero que trabajaba hasta el amanecer si era necesario. El chico que ante NamJoon y SeokJin Hyung se doblegaba porque en realidad los quería como a una familia.
Aquel que quizá en ese mismo instante lo observaba cautelosamente de reojo entre cada cruce de avenidas en las que era necesario girar su vista hacia la derecha, justo donde el asiento de copiloto era ocupado por él rubio ensimismado en sus pensamientos y que jugaba de manera distraída con su cinturón de seguridad.
El cómodo silencio era interrumpido únicamente por los tarareos casuales del menor.
Cada vez se acercaban más a la tan anhelada sorpresa.
YoonGi comenzaba a sentir las palmas de sus manos sudar entre la cubierta de cuero del volante. Su nerviosismo comenzaba a ser mayor conforme observaba a JiMin alzar la vista cuando las cosas a su alrededor le parecieron extremadamente familiares.
––¿El auditorio de ensayos?–– Murmuró con clara confusión al momento en que el pelinegro se estacionó frente al lugar.
––Si, hay algo que hemos estado preparando ahora que nos llegó un nuevo equipo. Y quiero que seas el primero en ver el resultado final.—
JiMin estaba tan solo confundido, no decepcionado, pues lo que sea que hubiera dentro le permitía estar la tarde al lado del mayor.
––Min YoonGi, ¿No me dijiste nada de alguna preparación especial? Que malo, se supone que te ayudaría en eso.––
––Esto fue repentino, además quiero aprovechar la oportunidad.–– Colocó una mascarilla negra sobre su rostro antes de salir ambos del auto.
Aquella última oración había dejado a JiMin con más preguntas que respuestas. Mismas que se disiparon de su mente al momento en que sintió la gran mano del Alfa colocarse en su cintura para guiarlo al interior del edificio.
Gracias a la mascarilla, YoonGi se tomó la libertad de aquel pequeño gesto sobre el rubio. Ante las súplicas –Y deseo de él mismo– de su lobo de acercarse al dulce aroma de JiMin. Aprovechando la presencia de pocas personas a lo largo de la calle caminaron juntos hacia aquel conocido lugar.
El escenario seguía montado, quizá listo para todo aquel que quisiera ensayar por gusto en un lugar ambientado para simular un verdadero escenario. Sin embargo, este era apenas visible en la penumbra del lugar. Caminando inseguro hasta el centro del amplio espacio JiMin se dispuso a averiguar cuáles eran las verdaderas intenciones de YoonGi.
––Ahora, HyunJin.— Resonó en el lugar la grave voz de YoonGi, sobresaltando al rubio que inmediatamente se giró en su dirección.
Pero antes de que pudiera reclamar algo el lugar fue inmediatamente iluminado por una luz de ambiente púrpura.
Mi color favorito... Lo recordó.
Sobre las paredes blancas se observaba la proyección de una ballena morada que conforme avanzaba por la plana superficie iba creciendo. Hasta formarse un mar bajo sus pies.
52... Si me escuchó...
Una sinfonía comenzaba a escucharse, misma que subía y bajaba sus tonos ante cada movimientos de la proyección. De pronto la ballena se ocultó en el mar, nadando hasta que parecía chocar con los pies de JiMin.
Antes de que ello ocurriera la misma se fragmentó en muchas luces brillantes entre blancas y púrpuras que bailaban junto a la melodía.
Aquella que podía reconocer como una melodía de YoonGi, se le había mostrado anteriormente... Pero a palabras del pelinegro, no se había presentado la ocasión para usarla.
JiMin alzó la vista, dando una vuelta sobre su propio eje para dejarse llevar entre las luces y la música. Libremente alzando los brazos cuando su lobo se sintió juguetón en aquel ambiente.
Cuando quiso regresar su vista a YoonGi, observó un par de rosas blancas entre sus manos. Además de una cálida sonrisa dibujada en su rostro. Lentamente ambos se acercaron, cuando sintieron una conexión que no solo se mantenía en sus miradas. Sino que también era notoria en la necesidad que tuvieron de tomarse de las manos.
Así lo hicieron.
––En realidad, todo esto es preparado solo para ti... No encontré mejor manera de expresar lo que en verdad deseo desde que te vi.–– Comenzó YoonGi, olvidando los nervios que anteriormente invadían su cuerpo. —Quiero hacerlo de la forma correcta. Preparando algo igual de especial que tú... Para pedirte tu consentimiento, iniciar un cortejo para quizá en un futuro... Ser algo más.
Prueba para ver los guiones.
-Al final de este maratón de navidad verán un mensaje especial y el porque de ese número de capítulos.
-—Akira.
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