머리말 (Prefacio)

—Minnie, no olvides tu neutralizador—

—No mami— respondió con gran alegría el pequeño.

Park JiMin solo tenía 5 años cuando con gran entusiasmo sostenía la mano de su madre para encaminarse a su jardín de niños.

Era el primer día y contrario a lo que su madre esperaba, JiMin no mostraba ningún rastro de tristeza al separarse de su madre para comenzar su educación, cómo todo niño a su edad lo haría.

Al contrario, el niño caminaba campante, lleno de alegría y emoción de conocer a otros niños con los que pudiera jugar horas y horas hasta caer rendidos.

Ahora cargaba con su neutralizador puesto, así que no se cansaría rapido.

Esto sucedía ya que, según su madre, debía ocultar su aroma. JiMin no entendía del todo el porque, solo sabía que debía hacerlo; ya que sin la ayuda de un neutralizador el no podría jugar tanto como quisiera, se cansaría muy rápido.

Llegaron al recinto, siendo recibidos por todo tipo de escenarios.

Por un lado estaban los pequeños de nuevo ingreso, que con dolor y llanto se despedían de sus padres. Al contrario, habían otros niños que con grandes sonrisas se reencontraban con sus amigos.

JiMin se sintió feliz, con la emoción recorriendo su cuerpo. Con saltos y muchos besos a su madre se despidió de ella; sabía que solo pasaría un par de horas allí, y de regreso le contaría con gran energía a su progenitora la cantidad de nuevos amigos que hizo en el jardín de niños, todos los juegos que conoció y tantas cosas nuevas que aprendió.

—¿Y papi dónde está?—

La señora Park dejo su deber de lavar la vajilla, soltando un suspiro.

No era la primera vez que JiMin preguntaba sobre su padre, y sabía que no sería la última. Tan solo le sorprendió que tal pregunta llegará una vez su hijo terminará su relato sobre su primer día de clases.

No sabía que el pequeño estaba tan emocionado de contar sobre las nuevas cosas que aprendió, tanto que quería compartirlo no solo con su madre; si no con esa figura masculina que según sus nuevos amigos, era la mejor persona del mundo, los padres.

Pero el no tenía uno.

Así que recobrando su sonrisa, la señora Park respondió como siempre en estos casos.

—Él trabaja Minnie, lejos de aquí... Viajando, podrás conocerlo, muy pronto tal vez—

Y con esas palabras consiguió la sonrisa del menor; aquella que le brindaba seguridad y quizá algo de gracia al ver que los ojitos del menor se ocultaban entre sus gorditas mejillas, él rápidamente se olvidó del tema después de que su madre le ofreciera un pedazo de pastel, del que tanto le gustaba a JiMin.

A los trece años todo cambio para el pequeño JiMin.

Ese día había faltado a clases.

Había despertado con una incomodidad creciente en su vientre; de igual manera su cuerpo comenzaba a arder en fiebre.

La incomodidad se convirtió pronto en dolor, que le obligó a hacerse ovillo entre sus sábanas.

Su madre había entrado a la habitación, conciente de lo que ocurría. JiMin estaba teniendo su primer celo.

Brindándole un supresor al menor junto a un vaso de agua esperando ayudar siquiera un poco a su hijo.

Además de acercarle a su cuello para liberar feromonas maternas que lo ayudarían a calmarse.

Esperaron...

Hasta que JiMin se quedó dormido entre los brazos de su progenitora, inhalando ese sutil aroma a frutos rojos que ella poseía.

Ahora él sabía la verdad.

Aquellas tantas dudas que de niño siempre tuvo rondando en su mente, se aclararon cuando su primer celo llegó.

Su madre, que con paciencia y amor le confesó la verdad; de donde ellos provenían, que eran en realidad y hasta tal vez, el peligro que corrían si no aprendían a llevar una vida como Betas ante los demás.

—Por muchos años los Alfas y algunos Betas, se aprovecharon de nuestra obediencia y reclamaron propiedad sobre nosotros. Todo eso terminó cuando aprendimos a ocultarnos... Hacerles pensar que éramos Betas, solo así logramos vivir y hasta algunos encontraron a sus verdaderos destinados—

—¿Tu lo hiciste, mami? ¿Lo encontraste?—.

Con una sonrisa amarga en su rostro negó y mirando a su hijo a los ojos, los de ambos cristalizados.

Ella lamentablemente fue una víctima más de un Alfa orgulloso y ególatra que la marcó contra su voluntad. Este solo buscaba alzar su orgullo de Alfa al portar un Gamma como pareja, además de así asegurar una descendencia, con cachorros sanos y hermosos.

De aquella unión nació el pequeño JiMin, que al igual como su madre, se presentó como un Gamma al nacer.

Al saberlo, su madre le prometió que lo cuidaría, hasta que sus fuerzas se agotarán o incluso más. Escapó de aquel alfa.

Siendo una tortura los primeros días debido al llamado constante y doloroso del alfa a través del lazo, logró llevar una buena vida, al lado de su cachorro que cada día le alegraba con sus sonrisas y ocurrencias.

Su pequeño JiMin era especial.

A los 19 años JiMin conoció la decepción y el dolor de un corazón roto.

Tan pronto como llego a casa, se tumbó a los brazos de su madre que con amor intentó tranquilizar el llanto de su hijo, dejando caricias en su espalda y cabello. Tal y como lo hacía cuando este era niño.

JiMin se sentía un completo estúpido en ese momento.

Hace tan solo un par de horas encontró al que hasta hace un momento era su Alfa, con una omega.

Ambos siendo concientes de la presencia de JiMin, se besaron de la manera más obscena posible frente a su colegio.

JiMin le pidió una explicación, siendo su única respuesta, que el Alfa se había simplemente aprovechado de él, tomando su virginidad.

Agregando como última burla llamarlo Omega defectuoso por el simple hecho de no portar ningún aroma.

Lo único que agradecía JiMin era el poco cerebro del Alfa, al no llegar a la conclusión de que en realidad era un Gamma.

Lo cual de cierta manera lo reconfortaba. Ya que la mayoría, pensaban que los Gammas estaban extintos.

Por esta ocasión se libró de un posible Alfa con complejo de superioridad.

Y se prometió, que no volvería a caer... „





Espero les haya gustado.

Y de verdad muchísimas gracias por su apoyo, tanto en tiktok (que por cierto, ya está la segunda parte del video allá) cómo aquí en Wattpad, por los nuevos seguidores y votos a mis demás historias. 💜

Por hoy me despido, si tienen alguna duda háganmelo saber. Al igual si por ahí ven algún error en la historia.

Próxima actualización, mañana.
Y perdón por hacerlo tan tarde.

—Akira.

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