Capítulo 3 ◇ Katsuki

Alguna vez había escuchado de la compra de Gladiadores, no es una práctica común, pocas personas se podrían permitir ese capricho y más de buenos Gladiadores qué servían para el entretenimiento.

Así que me ponía tenso y de mal humor que apenas hubiera ganado otra ronda de tontos juegos, me saquen como ganado, amarrado y amordazado. Sin gloria o victorias recompensados o algún maldito informe de Chisaki.

Un artículo vendido y ya, y ya que iba amordazado no podía hablar o gritar o preguntar a donde diablos íbamos. De nuevo, comprar gladiadores es poco común, así que ni siquiera lo creía posible y ahora aquí estoy, debí escuchar mejor a Edgeshot... que tampoco me pude despedir.

Ahora solo tenía que seguir a este idiota, y esperar otro destino horrendo a manos de gente que se cree superior, pero no puedo negar que me causaba intriga.

Me saco de noche por la ciudad, fue extraño para mi que nuestro destino no fuera dentro de la ciudad... pensaría que la gente de poder estaba aquí, pero aun seguía sin saber realmente quién me compró.

La caminata no duro mucho, a veces recibía jalones de la cuerda que ataba mis manos, pero nada que no pudiera adaptarme, pero apenas vi al caballo quise gruñir, cosa que no pude por la tonta mordaza en mi boca, solo pude producir un sonido débil que él ignoro. Me amarro al caballo, se monto en él y de nuevo nos pusimos en marcha, así que si... me ilusione por nada, esto sería más largo de lo que esperaba.

El guardia nunca hizo trotar al caballo, pero tampoco íbamos a un ritmo lento, mis muñecas empezaban a irritarse y para cuando empezó a amanecer ya tenía algunos cortes, pero pude ver que nos acercabamos a un lugar por basta vegetación.

Llegamos a una especie de camino secreto, escondido entre árboles y naturaleza... hasta detenernos en una villa, custodiada por más guardias.

-Shinso...- saludaron al guardia que me trajo.

Este no contesto, solo se bajo del caballo y se lo dejo al guardia que le hablo. Notaba las miradas de todos ahí y ganas no me faltaban para golpearlos, pero mi sentido común me detuvo, eran demasiados y todos con armas, ganaría si... pero herido iba a quedar y a lo que no podría sobrevivir es a heridas infectadas.

-Esta dentro?- pregunto una vez me desató del caballo y él llevaba de nuevo.

-Si, esta en sus aposentos, las chicas ya lo esperan.

-De acuerdo...

Me dio un pequeño jalón y con esa única indicación entramos a la villa. El lugar olía bien desde que llegamos, pero estar dentro me sentía casi indigno de pisarlo, todo estaba limpio y ordenado, los olores a muerte, sangre o tierra estaban opacado por el olor de las flores qué rodeaban este lugar.

Entramos hasta llegar al atrio y fue fácil notar que aquí vivía alguien de poder, pero escondido ante el mundo. Había enredaderas bien cuidadas alrededor de las paredes, flores, una fuente, esculturas y toda la gente al servicio de quien sea que viva aquí, esta bien cuidada y vestida...

-Shinso- saludo una pequeña mujer castaña, no parecía tener miedo de nosotros con su postura relajada, pero mantenía su distancia- ya ha sido anunciada su llegada a nuestro señor, en un momento saldrá.

-No deberías dejarlo presentable primero? -pregunto el guardia como si yo no estuviera aquí.

-No... él quiere saber si vale la pena- la mirada de la castaña se fijo en mi, pero rápidamente me evito.

-Bien, esperare a que...

-No es necesario Shinso, ya estoy aquí...

Mierda. Una jodida mierda...

He conocido omegas, claro... todavía mi vida. Son... no sabría como definirlos, algunos dicen que son regalos de los dioses... pero esas son historias de los griegos, Roma... los ve dependiendo de su fuerza, un buen omega no de doblega ante cualquiera y la cúspide de ellos son los omegas dominantes.

He crecido en la pobreza, el campo... algunas tierras fueron de mis padres, pero a la única omega dominante qué conocí fue a mi madre, nunca volví a ver a otro, hasta ahora y entendía porque...

El aroma, la presencia y el cuerpo de ese omega pondrían a cualquiera de rodillas para engendrarlo y morderlo. Talvez... solo talvez podría creer que era un regalo de los dioses.

-Mi señor, le traje lo que pidió.

-Muchas gracias, ya puedes retirarte.

-No creo que sea una buena idea y...

-Shinso... puedo con ello- se volteo hacia la demás gente que le servía y también les ordeno- déjenos solos.

-No seria bueno para usted que se quede solo con este salvaje- repitió el antes llamado Shinso.

-Es Romano y esta acorralado, es de los nuestros y no creo que sea tonto para querer lastimarme o huir- me miro fijamente y gruñi.

-De acuerdo- todos hicieron una reverencia y se retiraron dejándonos solos.

Mientras todo eso pasaba, ninguno de los dos retiro la mirada, él sonreía con descaro y yo me tragaba las ganas de gruñirle, pero apenas estuvimos solos, sus pasos fueron lentos hacia mi, retrocedí desconfiado, hasta que quede acorralado en una columna.

El enojo se derritió y quede confundido, las feromonas me invadieron la nariz y no me moví, pero mi mente empezaba a sentirse confundida... me sentía cada vez más débil ante la idea de hacerlo mio, pero me negaba a jugar su ritmo.

-Eres justo el alpha que necesitaba- sonrió, y sin temor me quito el bozal de la boca y se aparto- compórtate con mi gente, te bañaran, te daran una habitación y ropa nueva. Más tarde te enseñaré la casa y podremos hablar de lo que harás a partir de ahora y...

-Momento!- detuve todo su monólogo y se detuvo para volver a mirarme- crees que te voy a seguir? Que te voy a obedecer? Ni siquiera sé quien eres y si sabes quien soy, sabes que no obedezco a gente como tu... prefiero morir en el coliseo- escupí toda la rabia que tenia guardada.

-Soy hijo del emperador Romano, Izuku Midoriya, y no quiero tu obediencia, quiero un aliado... me agradaz y si sé quien eres y la fuerza que tienes... esto será más fácil si cooperas... Gladiador.

-No me quedaré aquí escuchando peticiones de un omega mimado, no me importa quien es tu padre, justo aquí, no hay guardias... ni tu gente... solo tu y yo y claramente ganaría yo.

-Aunque me ganes aquí, no tienes a donde regresar... me matarás bien, mis guardias te mataran o te llevarán a mi padre que hará tu muerte pública, en cambio, si logras escapar, que lo dudo... pero bien, creamos que si. Roma estará en tu contra, y fuera de estas tierras, hay miles más de kilómetros que son de nosotros, así que dime donde trabajaras? Como tendrás comida? Robaras? Matarás? Te unirás al enemigo? Te buscarán... no te dejaran en paz.

-Eres todo lo que odio en el mundo, crees que por mover un dedo, tienes derecho a todo! Bien matarme aquí... no pienso ser tu perro leal y...

-Te convertiré en emperador...- sentenció y se me corto la respiración.

-Que?

-Mi hermano murió, él era el futuro emperador- explicó- ahora soy el único hijo del emperador... y él consejo quiere que les de un hijo, aunque crees que soy el niño mimado que te trata como un perro, también soy uno que debe cumplir su deber.

-Lamento tu vida tan triste, solo Dales un hijo y serás libre.

-No les daré a mi hijo para que lo moldeen al gusto de esos imbéciles

-Y tu alternativa es que yo sea tu marioneta?

-No. Ya lo dije, necesito un aliado y te he visto pelear, eres lo que Roma adora... y yo sé lo que él consejo ama, pero soy omega, no me desean ahí, tu si...

-Que gano de todo esto? No deseo poder y que ganas de esto? Pudiste escoger a cualquiera que te adore y esto seria más fácil.

-No quiero a cualquiera...- si mirada brillo -eres el mejor, nadie se opondra a ti si te pongo ahí, eres un buen líder y guerrero... manejaras a la guardia sin mucho trabajo, ganaras el maximo poder y pondras ordenar cualquier cosa que quiras y que gano? me mantendrás en mi lugar y protegeras a mi hijo.

-Hijo? Estas embarazado?

-No... tu me engendraras.

Un ruido sordo retumbó en mis oídos, creí oír mal, pero él omega no se movió o sonrió... entendí bien?

-Un hijo mio?- repeti.

-Si... daré a luz a tu hijo, eso es lo único que el consejo buscaba, yo te estoy dando la oportunidad de algo más.

-Porque ofrecer tanto... sigo sin creer tus intenciones.

-Bueno, ciertamente me gustas... no puedo negar esa parte, pero el echo de que me desafíes es linda, así que... tómalo como que eres mi capricho persona y los beneficios vendrán después.

-Un capricho.

-Un gusto...

-Si quieres que acepte esto- suspire dejándome rendir un poco, primero debo probar las aguas, si lo que me ofrece es verdad, puedo tomar mi venganza, pero no puedo darle todas las cartas a él...- debemos hacer un pacto.

-De acuerdo... que quieres de ese pacto?

-Una convivencia de mutuo respeto, yo no te ordenare y tu no lo harás, cumpliré mi parte, si tu cumples la tuya.

-Lo haré...

-Me darás espacio, no quiero ojos siguiéndome todo el tiempo.

-No te vigilaran en tu habitación o en el baño, pero como podrás ver, ni yo estoy salvado de ello.

-Bien, puedo con ello- apreté los puños- siguiente, no me pórtate como un tonto rico, respetaré los límites, pero soy un guerrero, no un político.

-Te adaptaras, pero no te obligare a ello... así que bien.

-De acuerdo... y sobre el hijo, no seré tu semental para cría, debemos llegar a un acuerdo sobre ello y si lo tenemos, me dejaras ser parte de su vida.

-No te correré apenas seas emperador Bakugo, y tampoco te dejaré apenas me des un hijo, somo un equipo... tu mismo lo dijiste.

-Esta bien, solo quiero corroborar, eso es todo por ahora, si algo más surge te lo diré.

-Si... haré que lo escriban y lo firmaremos por to tranquilidad.

-De acuerdo.

-Por el lamento, creo que para sellar el acuerdo, presentemonos, porque solo se que eres el Gladiador Bakugo. Soy Izuku Midoriya.

-Soy Katsuki Bakugo...

-Es un trato- desató mis manos y supongo que sellamos el trato.

Dioses...

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