Capítulo 4
Es espeso. Lo noto en cuanto está en mi boca, su textura es similar a la leche condensada pero con sabor salado, no resulta desagradable al gusto, supongo que el motivo es que se trata de Black Hamilton.
Pero tampoco puedo escupirle la alfombra del despacho ¡y tampoco seré tan grosera de escupir delante de él! Algo que es suyo.
Así que conservo los buenos modales y trago.
Con el dorso de mi mano me limpio la boca y una gotita de semen que se desliza por una comisura de mis labios.
—Rayos, Mina, ten...—me dice, pasándome un pañuelo desechable.
Se lo recibo y me limpio la boca. Él me observa asombrado mientras se aparta con el sillòn y yo me pongo de pie. No puedo darle un beso, he de tener sabor a semen en la boca. Debo ir a cepillarme los dientes de inmediato.
Y lo veo guardar su pene que aún está duro. Me pregunto cuánto tiempo es capaz de mantenerlo así y una ola de ansiedad me invade.
Cuando ya estoy de pie, me acomodo la camisa blanca y la falda, sacudiéndome un poco las rodillas. Los pliegues de la alfombra me han quedado marcados.
—Ya puedes regresar a tu casa, Mina—me dice él, prendiéndose los botones de la camisa. Ya ha cerrado la bragueta y ajustado su cinturón.
Abro la boca para intervenir y preguntarle si no me invitará a tomar algo, o a que hablemos de lo que acaba de suceder, sin embargo me detiene, acomodando su corbata y los papales de su escritorio.
—Hasta mañana.
¿Me hará trabajar mañana?
—Es más...de...medianoche, señor—mi voz tiembla.
—Te pediré un taxi. ¿Tienes dinero?
—S...sí.
—Ordena las cosas en secretaría y regresa mañana puntual con tus cosas.
—Pero señor, mi horario comienza en seis horas, yo...
Él me mira. Sus ojos están que arrojan chispas.
No entiendo por qué acaba de darme cierto trato diferencial para volver a ser un frío explotador nuevamente. Creí que por hacerle ese favor y demostrarle que estoy a disposición, algo en su modo de dirigirse a mí cambiaría.
—Claro. Mañana estaré aquí como todos los días—le digo, arrepentida en parte de no haberme animado a escupirle la alfombra.
—Por alarma al salir—me dice, juntando todos sus papeles y metiéndolos al maletín.
No es la primera vez que me toca cerrar las oficinas, soy casi como una portera para él.
—Sí, señor Hamilton—digo con el alma por los pies, atemorizada de perder mi trabajo. Soy una estúpida. Temo que haber hecho lo que hice arruine mis oportunidades laborales. Necesito este empleo y necesito el dinero...¿pero eso implica que también tendré que prostituirme para este hombre?
Si me gusta y me excita y me hace ilusión el momento en que pueda engancharse también conmigo, ¿es abuso de poder lo que hace?
Lo es. Porque sabe que necesito el trabajo y no puedo quejarme de que me de la espalda ahora mismo y se marche sin siquiera despedirse.
Tras apagar la computadora y ordenar las carpetas, apartando las que también son de mis estudios particulares, busco el manojo de llaves y tarjetas magnéticas que cierran las oficinas del piso en el que trabajo. El resto ya han sido cerradas por portería cuando se retiran en el horario normal de todos los días a excepción del guardia de seguridad que permanece en su garita de acuerdo a los turnos de veinticuatro horas.
Cierro los despachos de los socios y subgerentes de la empresa. Pero cuando llego a la de Black Hamilton, capto que bajo el escritorio hay una hoja. Debe ser de las que estaba ordenando y metiendo en su maletín tiempo antes de retirarse. Luego de haber sucedido lo que sucedió.
Me siento agotada, me he enjuagado la boca y comido una pastilla de menta pero no veo la hora de llegar a casa y cepillarme los dientes.
Me acerco y tomo el papel para dejárselo en un cajón del escritorio.
Pero recuerdo que las últimas personas en pasar por esta oficina antes que yo estuvieron gritando y se retiraron dando portazos mientras discutían por lo que estos papeles decían.
Y no consigo evitar dar un vistazo fugaz a lo que dice.
Parece ser la última de algún documento.
Ya que solo hay un párrafo escrito y firmado por varias personas, entre ellas, está el sello de la línea Hamilton Enterprises.
"...debido a la ruptura de las cláusulas enunciadas, no serán otorgadas las licitaciones llamadas a concurso por la entidad competente al Estado y se otorgará sólo el cincuenta por ciento de los servicios a las firmas inversionistas de Grupo Hamilton. Los servicios prestados se reducirán un cincuenta por ciento, es decir que los fondos públicos destinados a la prestación serán de veinticuatro millones de euros, los cuales involucrarán la cobertura de servicios de seguridad informática, sistemas de red eficiente y acciones en la bolsa, de acuerdo a lo estipulado minuto a minuto en Wall Street, protegiendo las cuentas de ser embargadas en caso de una caída repentina. Dicho esto, los ingresos de Grupo Hamilton son reducidos un cincuenta por ciento manteniendo el llamado a la licitación en completa confidencialidad. Si ésta es violada, la concesión se cae y dichos puntos serán debatidos en Tribunales de la Nación..."
Santo cielo.
Debo leer varias veces los términos técnicos y jurídicos implicados, pero si algo entiendo perfectamente es que Grupo Hamilton no brinda ninguno de los servicios ahí mencionados.
Y que las licitaciones son precisamente un llamado público, no otorgadas de antemano.
Y no deben ser confidenciales sino de acceso a todo el mundo para evidenciar su transparencia.
Lo cual solo indica una cosa.
VEINTICUATRO MILLONES DE EUROS le serán otorgados de manera completamente deshonesta a Hamilton.
¡La mitad de lo que se le otorgó antes!
¿Quizá por eso pelearon con su socio? ¿Qué clase de cláusulas enunciadas se rompieron?
Y lo que es aún peor...
...¿en qué clase de negocios se está desviando esa MILLONARIA suma de dinero si no es para servicios que ni siquiera existen en esta empresa?
Pienso en la cantidad de cosas que se pueden hacer con casi cincuenta millones anuales y me genera temor.
Sin considerar los otros negocios "limpios" de Hamilton donde factura al menos diez millones por mes. Veinticuatro no es un gran número para él.
Pero cincuenta sí.
¿Qué diablos están haciendo con ese dinero...? Que se lo roban nada menos que al Estado.
Caray. Si esto se difunde, sería realmente desastroso.
De pronto me tiemblan las manos y miro hacia todas partes, con temor de que no me estén observando.
El despacho de Hamilton es el único que no tiene cámaras de seguridad así que saco mi movil y con las manos aún tiritando, le tomo una fotografía al documento y la guardo.
Por todos los cielos...
Rápidamente la dejo en el suelo, justo donde estaba, para que no sospeche que pude haberlo leído. Black es una persona que se enoja mucho cuando tocan sus cosas y ahora veo por qué, sucio millonario ladrón ¡Y MAFIOSO!
Acto seguido me retiro cerrando la oficina con llave, apagando todas las luces y subiéndome al taxi que pedí por la web, saludando al portero antes de irme con el corazón en un puño.
Llevando un secreto que pone en riesgo mi vida y la empresa. Y la propia cabeza de Black.
Con esa información, sólo me queda clara una cosa.
Es él o soy yo.
#HijoDeLaMafia
Historia ya completa en Booknet, puedes buscarme ahí para leerla sin esperar. Usuario: luisavilaok MUY pronto en físico
Y recuerda seguirme en instagram donde hay sorteos constantes, noticias y más contenido: @luisavilaok
https://youtu.be/j1KAVSh6iUg
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top