CAPITULO 27

Una bella pelinegra se encontraba empacando, tenía muchas cosas por empacar, muchas cosas que le había regalado Vegeta, poco a poco su corazón se sentía cada vez más triste al doblar y acomodar la ropa, ropa que Mei y Lucil le habían ayudado a escoger, su amistad con ambas mujeres era muy sincera, una parte de ella quería quedarse, esa parte de ella que se dio cuenta del cómo es sentirse apreciada y especial, Vegeta había renunciado a su condición para comprometerse con ella, por una parte le ponía feliz, pero muy en el fondo sentía culpa por rechazar a alguien que realmente le había valorado, ciertas dudas crecían en su interior "¿debería quedarme?" se preguntaba una y otra vez, en esas dos semanas vivió en un ambiente cálido y acogedor, algo que al comienzo la asustaba por la situación anterior, si el destino le hubiera dejado en las manos de Yamcha ahora su futuro sería incierto, la maldad en ese hombre no le habrían dejado ganas de vivir.

Al terminar de empacar alzó su maleta y con una calma y lentitud recorrió la casa hasta llegar a la sala, observaba cada detalle puesto que ya no volvería ahí ni ella ni las demás personas de la casa por su traslado a Vegita.

Al llegar a la sala la esperaban todos los sirvientes de la casa, la veían con tristeza puesto que ella era una persona maravillosa, Milk se despidió de cada uno con un fuerte abrazo, cada persona le brindaba palabras de aliento y consejos para su futuro; cuando llegó con Lucil y Mei ambas se abalanzaron a abrazarla derramando lágrimas de dolor porque la consideraban como a una hija, Milk no tardó en unirse con sus lágrimas ya que las apreciaba mucho también. Al despedirse de todos observó que los estaba Vegeta, con tristeza salió de la casa pensando que tal vez a Vegeta no le gustaban ese tipo de despedidas, cuando alzó la mirada lo observó apoyado en su auto, la estaba esperando para llevarla a la estación, sin decir nada agarró la maleta de Milk y la puso en la maletera, ambos abordaron el auto sin decir nada.

Al llegar a la estación el corazón de Milk se estrujaba de la tristeza hasta que escuchó la voz del peli flama

-Milk-dijo llamando la atención de la mencionada que lo miraba a los ojos-solo quiero que sepas-decía nervioso, no era bueno con las palabras, no le gustaba demostrar sus sentimientos, era muy orgulloso para hacerlo-que siempre tendrás un lugar en mi casa-sacó una tarjeta de uno de sus bolsillo y se la entregó-esa es la nueva dirección si quieres vernos-dijo con una expresión de desánimo, él estaba dejando ir a la persona que más quería.

-gracias-pronunció débilmente la pelinegra-en serio muchas gracias Vegeta, eres una buena persona-dijo abrazándolo, intentaba calmar sus lágrimas, muy en el fondo le había tomado cariño.

-lo soy gracias a ti-dijo correspondiendo el abrazo- realmente me demostraste que debo tratar mejor a mis empleados, antes no lo hubiera tomado en cuenta, y no solo a ellos, sino a todos lo que conozco-dijo al fin liberando algo que había estado ocultado desde hace tiempo.

-tal vez vaya a visitarte pronto-dijo separándose y sonriéndole

-siempre serás bienvenida, los esperaré con ansias-dijo sosteniéndole las manos y dándole un beso, algo que sonrojó a la pelinegra-es hora de que vayas-dijo volviendo a una expresión de tristeza

-lo sé-dijo desanimada, no sabía qué hacer, observó el tren y la imagen de la señora Uranai apareció, necesitaba consejos, estaba segura que la ayudaría a despejar las dudas de su corazón.

Ambos salieron del auto caminaron a la estación, Milk lo despidió con la mano desde el tren observando cómo él hacia el mismo gesto, le dolía pero debía buscar su camino para poder formar su futuro, cuando partió el tren se sentó, observaba con detenimiento la cartera que Vegeta le dio antes de que suba al tren "úsalo como quieras, te ayudará a que salgas adelante" al comienzo no lo entendió pero al abrirlo encontró mucho dinero, eso la sorprendió, él la seguía apoyando pero ¿Qué hacia Goku? Le decía su conciencia, dudas y más dudas se formaban en su interior mientras veía el paisaje por la ventana.

Mientras en Fripan un peli flama se encontraba destrozado, al llegar a su casa se fue directo a su habitación, le dolía perderla, había renunciado a ella porque no soportaba ser la razón de su sufrimiento, su orgullo se conformaba con hacerle saber la clase de persona que era Son Goku, pero le dolía su partida, ella le dijo que lo visitaría, esa esperanza de volverla a ver se quedó en el fondo de sus ser, miró a su alrededor, debían empezar a empacar, cómo ella lo había hecho esa tarde, no volverían a ese pueblo, por el momento, por ahora debían prepararse para llevar lo más primordial, su empresa iba creciendo, una parte de sus objetivos se había cumplido, era hora de volver y demostrarle a las personas que no confiaron y lo despreciaron que él no sabe rendirse.

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Mientras en Paoz un pelinegro se encontraba metido en un gran lio, hizo algo que no debía hacer, ahora se encontraba discutiendo con Suno, él no tenía la culpa de nada pero ella lo estaba chantajeando, ella pensaba que Yamcha había logrado su objetivo, y era hora de poner en marcha el plan que habían realizado, pero por otra parte Goku se mostraba preocupado por Milk, ¿realmente Milk estaba en las manos de Yamcha? Ese pensamiento lo asustaba por completo, eso jamás se lo perdonaría, pero debía hacer todo lo posible por protegerla, pero ¿hasta dónde quería llegar Suno Snow?

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Llegando a la capital, una bella pelinegra observaba asombrada lo grande que era esa ciudad, esperaba que el nuevo orfanato no estuviera muy lejos porque se perdería, al preguntar a varias personas logró llegar, el nuevo orfanato era una casa muy grande, se veía cómoda y acogedora, esperaba con impaciencia ver a Gure y a la señora Uranai, como ya era de noche las niñas ya se fueron a dormir, tocó el timbre, esperaba en silencio preparándose para decirle toda la verdad a su antigua guardiana, de repente la puerta se abrió, la señora Uranai se asustó al verla, y fue directo a abrazarla. Ambas estaban felices de reencontrarse, pero la señora Uranai intuía algo, no esperó para hacer sus preguntas una vez que llegaron a su nueva oficina.

-dime pequeña ¿Qué te trae por aquí?-dijo sentándose

-bueno señora Uranai, ante todo quiero que se calme-la mujer la miró extrañada-vine a decirle la verdad-

-¿Qué verdad Milk?-dijo algo asustada, ¿en qué le había mentido? Se preguntaba mientras esperaba la respuesta de la menor, Milk tomó aire y habló

-Goku no fue a la subasta-dijo cerrando sus ojos esperando la reacción de la guardiana

-que ¡¿Qué?!-dijo muy asombrada a punto de darle un ataque cardiaco.

CONTINUARÁ...

mis bellas lectoras gracias por su apoyo, me alegra que les guste esta historia, muchas gracias de corazon por sus votos y comentarios. un saludo a las personas que comentaron y votaron por el anterior capitulo

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las adoro un monton, y mis condolencias a las Fans de Bulma por el fallecimiento de la Seiyu de Bulma en Japon, ánimos.

gracias por todo hasta la siguiente semana, la quieres

CELESTIACARITO


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