Luna solía ver por las noches a las jóvenes mortales que resientemente se volvían madres. Las miraba con felicidad, pero con envidia a la vez, ya que ella misma, la Luna, a pesar de ser tan poderosa, le era imposible tener hijos, esto mismo por dos razones: una es que no tiene pareja, ya que esto es casi imposible, y la otra es que ella no podía quedar embarazada por razones de las que no habla.

Si, definitivamente Luna quería ser madre. El tener un hijo, quererlo, arrollarlo entre sus brazos, cuidarlo, verle crecer, verle dar sus primeros pasos, sus primeras palabras, entrenarle para que controle sus poderes, llenarse de orgullo al ver lo poderoso que es, eso es lo que Luna quería, y lo consiguió...