8
Se encontraban ambos jóvenes en la habitación del oji rojo, uno en la cama y el otro en la punta del colchón. Al final habían decidido que se quedaría con su mamá para reforzar el vínculo.
— ¿Y dónde esta la abuela? No la vi al entrar.
— Esta con Luján.
— ¿La tía? — preguntó mientras de quitaba las zapatillas para poder subirse a la cama.
— Si, ¿A caso hay otra Luján?
— Mi hermanita se llama Luján — terminó de quitarse la otra zapatilla y se acostó al lado de su mamá, el cual parecía haber visto un fantasma — ¿Qué paso?
— ¿Cómo que hermana? — Bonnie se enderezó en la cama enseguida.
— Bueno... Digamos que el apodo de "Conejito" no es por nada — se burló viendo como las mejillas del contrario enrojecían.
— ¿Cuántos hijos tendré?
— Tres, El mayor que soy yo, mi hermana Luján de 11 y luego esta Maitena, ella tiene 1 año — su voz se oía adormilada.
— Dios mio.. ¿No existen los condones en esa época o qué?
— Si, pero ustedes deciden no usarlos.
— ¿Tenes una foto de tus hermanas? — que curioso que era el mayor.
— Si — estiró su mano a la mesita de luz donde estaba su celular, lo agarró y lo llevó frente a su rostro para prenderlo y desbloquear aquel aparato. Rápidamente entró a galería buscando entre todas las fotos que tenia hasta encontrar una con la familia completa — Mira, esta enana de aquí es Luján — apuntó a una niña de pelo marrón y ojos verdes, piel blanca y con un hermoso vestido negro — Y ella es Maitena — apuntó a la bebé que tenia un poco de pelo en su cabeza, se notaba que era rubio, su piel bastante pálida, se encontraba rodeada en una manta.
— ¿Por qué me veo triste en la foto?
— Buueno, tuviste depresión pos parto, cuando te trajeron a Maite la rechazaste, pediste que no te la trajeran nunca mas. Los primeros 7 meses tuvimos que cuidarla nosotros, tú no la quería ni amamantar, creo que el único día que la dejamos con vos la quisiste dar en adopción o vender por la Deep Wep? No recuerdo — comentó con burla eso último.
— Mi bebé, perdón — susurró Bonnie, a pesar de no haber hecho nada y que lo del futuro no sea su culpa, se sentía mal por eso.
— No te atormentes, para eso vine.
— ¿Owynn es buen padre? — preguntó viendo los rasgos que tendría el chico en ese momento.
— El mejor de todos, por eso no soporto verlos separados, quiero que seamos una familia de nuevo.
— Es algo egoísta y tierno a la vez — miró la expresión triste que tenia su hijo, sin poder evitarlo lo abrazó con cariño — Seguro que en el futuro no seremos tan idiotas y podremos arreglar nuestras diferencias.
[...]
— No, no, no y no — se quejaba el Bonnie del futuro.
— Pero amor..
— ¡Que no me digas así! — gritó más enojado que la otra vez.
— Es tú turno de tener a Maite, yo tengo que ver como traer a Benjamín de vuelta.
— No la quiero, no la voy a cuidar — volvió a repetir aquello.
— Mierda.
— Mieda — repitió la bebé.
— No, no amor, no digas eso.
— Mieda, mieda — repetía con alegría mientras daba palmadas.
— Bonnie.. Por favor, no puedo yo solo — rogó, eran sus ultimas esperanzas.
El hecho de que el oji rojo aun no quiera a la bebé le complicaba las cosas, él ya no podía llevarla al trabajo con sigo, su jefe se lo prohibió.
— Al menos dame una razón para que no la quieras.
— Se parece mucho a alguien que odio, y no soporto que al ver su carita la recuerdo a ella, no puedo — susurró lo último con voz quebradiza antes de soltar un pequeño sollozo. Su cuerpo temblaba de forma leve.
Owynn dejó a la bebé en la cuna para abrazar a su todavía esposo, ya que aun no habían hecho los papeles de divorcio, tratando de brindarle tranquilidad.
— Ya, todo estará bien ¿Si? — le preguntó al sentir como correspondía el abrazo — yo estoy aquí para ti, siempre lo estaré.
Besó su frente con dulzura, poco a poco sintió como su remera se iba humedeciendo por las lágrimas del menor.
— ¿Por qué me haces esto?
— ¿Qué cosa te hago? — preguntó al no entender a lo que se refería.
— ¿Por qué siempre que intento olvidarte apareces y lo arruinas? Cada vez que trato de dejar de amarte vos cruzas la puerta de casa con una radiante sonrisa y vuelvo a caer.. Para, por favor.. — suplicó con una voz aguda.
— Lo haría, pero no puedo renunciar a ti, tú eres todo para mi — le dejó otro beso en la frente antes de susurrar — Te amo..
— ... —
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