13
— ¿No les parece raro que ya estén teniendo sentimientos entre ustedes en menos de casi tres días? — les preguntó su hijo con una sonrisa algo extraña.
Estaban los tres en la pieza del mayor, tomando un té con leche, sentados sobre un almohadón en el piso.
Bonnie y Owynn estaban muy pegados, un poco más y el menor ya estaría sentado sobre las piernas del mayor.
— ¿La verdad? Ahora que lo dices, si, es algo raro — concordó el oji rojo pensativo.
— Nah, es tan normal como empujar a alguien desde el techo — bromeó el mayor.
Ben rió levemente, negando con la cabeza.
La puerta fue abierta por la mamá del mayor, no tocó, nunca lo hacia.
— Hay un señor abajo que pregunta por Bonnie, dice que es tu papá — su voz se oía grave, estaba algo enojada.
— Oh, ya me tengo que ir.. ¿Te quedas con tu papá o conmigo?— preguntó mientras dejaba la taza en una mesita cerca una vez que se levantó de donde estaba sentado.
— Acá no se puede quedar — se apresuró a decir el de ojos bicolor.
— Entonces vamos.
Tomó la mano de su hijo con cariño. Esa acción causó ternura al de pelo morado con mechas verdes, quien sintió su corazón palpitar con fuerza.
— Te van a entrar moscas si no cierras la boca — se burló su madre.
Owynn la cerró ofendido, Bonnie le regaló otra sonrisa tierna, características de él.
— ¿Van a seguir viéndose como idiotas o vamos a bajar para recibir a tu papá?
— Ya bajamos mamá, anda con mi suegro y Decile que su hijo aún sigue virgen, que puede bajar la escopeta — volvió a bromear, obteniendo una risa de todos, hasta su madre y eso no era bueno, ella solo reía cuando algo malo iba a pasar.
Y no estaba equivocado, ella se corrió de lugar para dejar pasar a un hombre alto, pelo morado muy oscuro y corto por las orejas, tendía lentes con marco negro, sus ojos eran igual a los de Bonnie, ya sabía de quien los heredó.
Ka expresión del hombre no reflejaba gracia, el chiste fue muy desubicado para su gusto.
— Papá — puso la sonrisa mas incómoda y forzada que pudo para acercarse a el hombre que lo miraba con los brazos cruzados y una mirada de desaprobación.
— Tu madre me obligó a buscarte, pero si quieres te dejo con tu novio para que puedan tener relaciones y así traigo mi escopeta, ¿Te parece?
Estaban jodidos, el padre de Bonnie era serio, demasiado. Estaba educado a la época antigua, pero no era un machista, eso jamás.
— Mire señor, mi hijo me chupa un reverendo huevo, así que imagine lo que me importa el suyo, así que más le vale no dejarlo acá o de otro modo le grabare todos los sonidos que ellos hagan en la noche, y dudo que le agrade escuchar a su hijo gemir como perra ¿O si?
— ¡Diablos, señorita! — exclamó sorprendido de que ella dijera eso a su edad — que mujer tan vulgar.
— Tenga me respeto que es mi casa, ahora si no le es mucha molestia, ¿Podrían irse? Me estorban.
Nadie dijo nada, la tensión era palpable entre todos ellos, mientras que la mamá de Owynn sonría contenta por insultar al hombre, necesitaba decirle ese tipo de cosas a alguien que fuera solo su hijo y como el estúpido de su marido se había ido a comprar cigarrillos antes de que naciera su hijo no podía insultarle a otro que no fuera él.
Abrió la puerta de la entrada, señalando con su mano afuera.
— No fue un gusto tenerlos acá, tampoco están invitados a venir nuevamente, excepto tú, Ben, al ser mi nieto tengo que compartir mi tiempo.
— oh, bueno, gracias — le regaló una sonrisa a su abuela que no fue correspondida, solo la ignoraron.
— No entiendo como mi hijo es amigo del suyo.
— ¿Amigos? Si así son los amigos de ahora, no quiero ni imaginarme como ha de ser una pareja.
— ¡Mamá, para ya! — pidió su hijo viendo la incomodidad de los contrarios.
— Oh, ¿Los ofendí? Porque les recuerdo que están todavía en mi casa, así que tengo el derecho.
— ¿Sabe? Ustedes me hace acordar tanto a Tony Stark, el de las películas — sonrió Bonnie.
— El nalgas de oro, si, me han dicho que tengo un humor parecido.
— Bueno, nos tenemos que ir, despidete de estos chicos y la señora.
— No, Ben va con nosotros — aclaró mientras saludaba con un beso en la mejilla al chico de la trenza y de igual manera a la mamá de este.
— ¿Qué? ¿Y quién te dio permiso?
— Es mi hijo, creo que es necesario llevarlo a casa.
Oh no, mierda..
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top