Capítulo 3: El Monstruo del Lago Calavera
https://youtu.be/93fAJe8WVjA
La carretera de Brawltopia, una ruta eterna que dejaba al mundo en un puesto de amor y paz. Aquella carretera podía ser muy salvaje de vez en cuando, pero no era nada comparado con las estrellas de aquel lugar, la pandilla de engrasadores más temida del oeste... O quizás no tanto.
Bull conducía el auto de la banda a toda velocidad, mientras escuchaba un poco de rock que se reproducía en su radio. Sentir la adrenalina de la velocidad, combinada con la apasionante melodía que oía, era simplemente algo que le encantaba. Se acompañaba de sus dos compañeros de vida, Bibi a su lado, y Crow sentado en el asiento trasero, como siempre.
Mientras el cuervo pasaba su tiempo afilando sus dagas, el toro mantenía una sonrisa que no podía esconder. Su emoción era irrefrenable, y la razón era simple: se dirigían al "Lago Calavera", un estanque que quedaba cerca de Supercity, la tan famosa ciudad considerada como la capital de Brawltopia. Según el plan, irían a pescar, justo como Bull hacia con su familia cuando era niño, había pasado mucho tiempo desde la última vez que experimentó una salida de pesca con alguien a quien pueda llamar familia, de ahí venía su inmensa emoción.
Quizás la menos emocionada por el evento era Bibi, ¿pescar? ¿No existía algo más aburrido que eso? No tenía muchas ganas de llegar a aquel lago, pero tampoco quería hacer sentir mal a Bull, viendo lo feliz que estaba... Solo necesitaba hacer un pequeño esfuerzo, y tal vez todo saldría bien.
Por ahora, solo se limitaba a limpiar la carita de su querido Mr. Bat, su bate de béisbol que tanto amaba como si fuera un ser querido. Mientras, echaba un vistazo al hermoso paisaje que tenía a su alrededor, un cálido desierto que de a poco se llenaba de cactus que parecían disfrutar de los golpes de calor que el sol brindaba. Sí, era uno más de esos días acalorados, quizás no de una forma extrema, pero podía comenzar a notar como algunas gotas de sudor le caían por su frente.
Bibi: ¿Falta mucho? -Preguntó al conductor, que con su enorme sonrisa, la miró y le contestó-.
Bull: No mucho, solo un par de kilómetros más. -De pronto, Crow empezó a prestar atención a la conversación de su pandilla, esperando el momento exacto para entrar al dialogo- ¿Sabes, Bibi? Cuando yo era niño, veníamos a este lago con mi familia, y pasábamos todo el día juntos... Extraño esos momentos. -Comentaba, ahora con una leve sonrisa y su mirada dispuesta a observar el horizonte con una sensación de nostalgia cariñosa y agradable-.
Bibi: ¿Por qué ya no vas con tu familia? -Se atrevió a preguntar, algo inocente-.
Bull: ... Bueno. -Miró hacia un costado, tratando de encontrar las palabras correctas para explicar aquella situación, aunque no era fácil en lo absoluto- Han pasado cosas desde que eramos una familia unida. Supongo que ya no podríamos salir juntos como lo hacíamos antes.
De repente, Bibi se dio cuenta de aquella mirada que el toro tenía, una mirada que intentaba esconder aquel dolor que no podía terminar de sanar, y que simplemente pateaba a la dirección a donde iba en la carretera de su vida. Antes de que la chica pudiera pronunciar una palabra, el cuervo entró a la conversación, en el momento exacto, justo como había planeado.
Crow: Pero ahora nos tienes a nosotros. -Bull se desapegó momentáneamente de aquella tristeza que sintió, para poder mirar a su amigo con atención- No quiero sonar cursi, pero... Somos como una familia. -El muchacho no pudo evitar sonreír al escuchar eso. Crow se dio cuenta de que sus palabras sirvieron como consuelo, pero a Bull no le gustaba demostrar sus sentimientos, así que solo respondió bromeando-.
Bull: Sí que sonó cursi. -Carcajeó un poco junto a la niña, Crow no se molestó, él conocía muy bien a sus amigos como para no darse cuenta de que Bull se sentía mejor gracias a lo que había dicho anteriormente- Te quiero, plumitas. -Agregó, sorprendiendo al ave por completo, aquel cariño repentino se sintió algo agridulce, pero fue agradable-.
Crow: Jaja... Yo también.
Bibi: Te amo, Mr. Bat. -Ya que la habían excluido de la conversación y de las muestras de afecto, decidió abrazar a su bate de béisbol y olvidarse de lo demás-.
En conjunto de unas buenas canciones de puro rock n' roll, las horas pasaron, y finalmente llegaron a su destino, un lago escondido entre algunos arboles que formaban un bonito bosque. Al estar cerca de Supercity, ya no se notaba demasiado el desierto, habían algunos arboles plantados y mucha más vegetación que la que había en el desértico y árido plano de la carretera.
Bull: Aquí estamos, banda... "El Lago Calavera". -Pronunció al mismo tiempo que se estacionaba cerca de una cabaña del lugar, habían muchas de estas alrededor del lago, al parecer las usaban los pescadores para hospedarse por un tiempo, aunque ninguno de los tres lo tenía muy claro-.
Bibi: ¡Este sitio se ve genial! -Miraba emocionada por la ventana. Aunque quisiera engañarse a sí misma, no podía del todo, en el fondo sí le gustaba el lugar, se veía todo muy tranquilo y calmado-.
Crow: ¿Por qué le dicen "Lago Calavera"?
Bull: Ah, eso es porque, si lo miras desde arriba, tiene forma de calavera. -Sacó un mapa del lugar, y efectivamente, el lago parecía un dibujo de una calavera- Incluso tiene dos pequeñas islas que parecen las cuencas.
Crow: ... ¿No es algo curioso?
Bull: Para mi es impresionante.
Bibi: ¡Pues para mi ya es momento de bajar y disfrutar de este lugar! -Se paró arriba de su asiento, con una pose heroica. Al no haber techo en aquel auto, era fácil pararse sin chocarse la cabeza-.
Los tres decidieron hacerle caso al entusiasmo de la chica, y bajaron del auto para dirigirse a la cabaña principal, que parecía ser un tipo de "recepción" del lugar, donde estaba la administración y demás. Allí los recibió un hombre con cabello muy corto, con tonalidades rubias, y una camisa negra que apenas se veía debido a su uniforme de trabajo verde oscuro que llevaba encima de esta. También tenía una credencial con su nombre... "John".
La pandilla entró al establecimiento, echando un vistazo a las decoraciones de madera que habían ahí. Aparte de los cuadros y demás, Bibi se sintió atraída por la máquina expendedora roja y amarilla de la marca Max Energy.
Bull: Buenos días. -Dijo al acercarse al trabajador, quién lo miró algo impresionado y sorprendido- Venimos a pescar y... Pasar el día. -El señor, lejos de atenderlo con amabilidad, se veía algo paranoico y hasta asustado. Aunque trataba, sus palabras no lograban pronunciarse correctamente- Uh... ¿Está bien?
El toro se había adentrado tanto en aquella sensación negativa que John brindaba, que ahora simplemente no podía alejarse de ella. De todas formas, luego de unos segundos, el trabajador logró contestar a su cliente.
John: S-Señor... M-Me temo que no p-puedo dejarlo estar aquí. -Contestó con pavor, sacando un poco de quicio a Bull-.
Bull: ¿Eh? ¿Por qué no? -Crow escuchó la conversación, y se acercó indiscretamente, mientras veía como, con mucho cuidado, Bibi le robaba la billetera al toro para así poder comprarse una bebida en la maquina expendedora. Se le hacía gracioso ver aquella travesura, pero decidió no decir nada al respecto-.
John: E-Estas últimas semanas han habido ciertos acontecimientos... E-Extraños. -Apartó la mirada, asustado. Bull pidió una explicación, y aunque al principio el trabajador se resistió, decidió explicar lo que pasaba- Verán, y-yo siempre había creído que era una l-leyenda, pero muchos pescadores han a-asegurado que han avistado a... aquel monstruo.
Crow: ¿Monstruo...?
Bull: ¿Te refieres al famoso y temido Calaverín? -Preguntó asustado-.
John: ¡S-Sí! ¡El mismo! -Exclamó sorprendido por que alguien lo entendiera-.
Bull: ¡Ja! ¡Esa era una simple historia que mi padre me contaba para que le tuviera miedo a los peces y así él pudiera pescar más cantidad que yo! -Se cruzó de brazos, molesto. De pronto, su actitud era más amenazante-.
John: ¡N-No! ¡No es una h-historia! Yo creía lo mismo, pero...
Crow: ¿Siquiera saben si es un individuo agresivo o peligroso? -Sus preguntas tenían más lógica, iba directo a lo importante-.
John: Uhm... P-Pues no lo sé, pero sinceramente, tampoco quiero saberlo.
Bull: ¡Pues yo no creo ni una sola palabra de lo que usted dice! -Exclamó enfadado-.
John: ¡S-Señor! ¡¿De v-verdad piensa que le estoy m-mientiendo?! ¡¿Por qué cree q-que no hay nadie pescando a-ahora mismo?! -Lo que decía era cierto, no había nadie más que ellos en aquel enorme lago, era extraño, pues siempre estaba lleno de gente, y así fue durante años hasta hace poco-.
Bull: Mire, "señor". Yo no le temo a un simple monstruito acuático, creo que debería ser al revés, ¡el monstruo debería temerme a mi!
Crow: Deberíamos buscarlo para ver quién huele peor.
Bull: ¡Exacto! ... E-Espera, ¿qué dijiste...? -Se descolocó un poco al ponerle atención a la frase del cuervo-.
John: Señor, si yo fuera usted, ni siquiera me acercaría al agua. Se dice que el monstruo vive en una de las islas del lago, pero con solo saber que está por la zona, prefiero alejarme y quedarme aquí.
Bull: Pues usted puede hacer lo que quiera, yo vine a pasar un buen rato, y no voy a dejar que un absurdo monstruo arruine mi día junto a MI FAMILIA. -Se dio media vuelta, y comenzó a caminar hacia la salida-.
John: Uh... Señor, tiene que pagar por uno de los botes, si es que lo va a usar... -Apartó la mirada, algo avergonzado. Bull se quedó quieto, y volvió a darse vuelta, el trabajador tenía razón-.
Bull: Cierto. -Con su mano, buscó su billetera en los bolsillos de su pantalón, pero no la encontraba por ningún lado, ahí fue cuando vio a la niña engrasadora, dándole un gran sorbo a una de las botellas de bebida energética roja y amarilla-.
Fue un golpe enorme de azúcar y poder, tanto que Bibi comenzó a realizar movimientos bruscos con su cabeza, y dejar caer un poco de baba de su boca, mientras dejaba que su mirada se perdiera ante todos los colores que llegaba a ver, algunos que ni siquiera existían, su propio cerebro los inventaba.
Bull: Esta niña... -De repente, Crow le llamó la atención, ya que en sus manos sostenía un par de billetes. Se los estaba dando amablemente, el cuervo se acercó a él y le susurró-.
Crow: Sé que ibas a aprovechar esta oportunidad para robarte un bote, así que mejor nos ahorramos todo eso. -Bull se sorprendió al darse cuenta de que le había leído los pensamientos, pero no dudó en aceptar la oferta. Tomó los billetes, y se los entregó a John-.
John: Uhm... Pero esto no es suficiente. La renta de bote es más costosa. -Bull miró a Crow en silencio, mientras el cuervo revisaba si tenía algo más de dinero en sus bolsillos. Lamentablemente, no había nada, así que se quedaron en silencio unos segundos, mirando fijamente al trabajador-.
Bull: Uh... ¡P-Pues que Dios se lo pague! ¡Adiosito! -De un manotazo, le arrebató los pocos billetes que le había dado al pobre chico, y tomando de la mano al cuervo y a la chica, salieron los tres corriendo hacia la salida, sin pagar un centavo, como de costumbre-.
John: ¡E-Esperen...! -Exclamó, pero ya habían desaparecido de su vista- Ugh... Odio mi trabajo. -Suspiró cansado, y se golpeó la cabeza contra el escritorio, quedándose así por un laaaargo rato-.
Bull: Quizás deberíamos haber usado el dinero falso que le robamos a ese pinguinito en el hotel, jeje.
Crow: No suena como una mala idea.
Una vez fuera, la pandilla arrastró uno de los botes hacia el lago, se colocaron salvavidas, y se subieron en su "nave acuática", para comenzar su aventura entre las olas. Aquel bote contaba con un motor que usarían para aumentar la velocidad y poder moverse con mayor facilidad por el agua, también tenían algunas cañas de pescar y carnadas.
El cuervo y la niña no tenían idea de nada, así que Bull les enseñó un poco acerca de la pesca, al menos lo poco que recordaba y que había aprendido de niño.
Así fue como se quedaron un par de minutos, simplemente disfrutando de la calma de aquel lago, el tranquilo sonido del viento que golpeaba en sus rostros, una vez más podían sentir el aire libre y el olor de la naturaleza, apoderarse de ese típico sentimiento de nostalgia y alivio que el mundo les brindaba de nuevo. El silencio reinaba en la escena, a excepción de los sonidos que el agua emitía, y algún que otro estornudo que se le escapaba al toro, con un ruido tan fuerte que llegaba a espantar incluso a los peces más escondidos.
De pronto, Bibi quiso entablar una conversación con su querido amigo, el ave oscura. Se acercó a él, y entre el tranquilo silencio del lugar, le habló.
Bibi: ¿No se te hace muy aburrido esto...? -Preguntó mientras sostenía su caña de pescar en sus manos, se sentiría culpable si era la única que pensaba así-.
Crow: Bueno... Quizás lo sea un poco, pero es relajante. Siento que es un buen ejercicio para calmar la ansiedad. -Contestó con la caña en la mano, sin despegar su mirada del agua, que de pronto comenzaba a moverse de una manera un poco más bruta y agresiva-.
Bibi: ¿Por qué no podemos simplemente saltar y darles una paliza a los peces hasta que podamos pescarlos?
Crow: Porque tardarías una vida entera para lograrlo.
Bibi: No es imposible.
Crow: Nunca dije que lo sea. -Repentinamente, la caña comenzó a dar tirones, parecía que el cuervo había pescado algo. Con la mayor velocidad que pudo, trató de sostener la caña con fuerza, y traer de nuevo el anzuelo- C-Creo que pesqué algo.
Bull: ¡Lo tienes, plumitas! -Sorprendido, comenzó a apoyar a su compañero, tratando de ayudarlo a mantener la fuerza y lograr terminar de pescar-.
Crow: Uff... -Intentaba mantener su respiración calmada, llegó un momento que se cansó de mantener la fuerza, y simplemente acercó la caña de una forma brusca, sacando del agua a aquello que había pescado. Por la fuerza que tuvo que hacer con aquella acción, Crow cayó al piso del bote, meneando un poco la cubierta, pero no pasó a mayores-.
Bibi: ¡¡¡Wow!!! ¡Pescaste un...! -Exclamó entusiasmada mientras el ave trataba de recobrarse del golpe y levantarse de vuelta, una vez lo logró, miró a su lado, y pudo ver lo que pescó. El resultado lo... Decepcionó un poco- Un... ¿alga?
Bull: ¡JAJA! ¡NO PUEDE SER-...!
Crow: ¡¿E-Es una broma?! ¡¿Cómo un alga puede pesar tanto?! -Se quejó, viendo como, efectivamente, en el anzuelo no había más que aquellas plantas que se encontraban en el fondo del lago-.
Bibi: Quizá es que tú no tienes fuerza, jaja. -Se burló un poco, aunque ahora hizo dudar al cuervo de si eso era verdad, tal vez era débil después de todo-.
Crow: Al menos yo sí pesqué algo, aún no he visto que tu caña siquiera se mueva. -Contestó a la burla de la chica, armando de nuevo una de sus estúpidas y absurdas discusiones-.
Bibi: Prefiero no pescar nada a que pescar... Eso. -Echó un vistazo a aquella alga, parecía podrida en el suelo del bote, le dio hasta asco- Euh...
Crow: Bueno, pues yo-... -De pronto, el líder de la pandilla llamó la atención de sus dos compañeros-.
Bull: ¡C-Chicos...! -Ambos voltearon a verlo, y quedaron con la misma expresión de asombro que el toro tenía- ¿Q-Qué es eso...?
En el nublado horizonte y frente a la vista de los tres engrasadores, una tétrica e inquietante isla se lograba avistar, haciéndose cada vez más visible conforme se acercaban con el bote.
Bibi: No lo sé, pero preferiría no acercarme... -Respondió algo acobardada, ¿quién sabe lo que podría haber en aquella isla?-.
Crow: ¿Y s-si es la isla del monstruo del lago? De la que habló ese chico en la recepción... -Sus palabras fueron suficientes para recordarle el tema a Bull, y alimentar ese orgullo que el toro siempre guardaba con tanto aprecio-.
Bull sonrió de una forma maquiavélica, y los otros dos engrasadores se miraron a los ojos, asustados.
¿N-No estarás pensando en...? -Ambos dijeron al mismo tiempo, siendo interrumpidos rápidamente por el toro-.
Bull: ¡Así es! ¡¿Acaso creen que le temo a un absurdo y falso monstruo?! ¡¿Creen que no soy capaz de entrar a esa isla y desmentir a esa terrorífica bestia?! -De pronto, había comenzado a hablar como si se viera a sí mismo como un héroe de la edad media, dispuesto a hacer lo imposible para demostrar su valor y que lo respeten como se lo merece-.
Crow: Bull, quizás deberías pensarlo mej-...
Bull: ¡Shhh! -Se desesperó al callarlo, y luego siguió hablando- ¡Mi nombre es Bull Blanco, alias "El Toro"! ¡Y NADIE se mete con EL TORO!
El cuervo solo podía arrepentirse de sus palabras anteriores, pues gracias a ellas, ahora Bull tenía otra de sus "brillantes ideas".
Bibi: ¿Cuál es tu plan entonces? -Lo miró desinteresada-.
Bull: ... Vamos a cazar a ese maldito, ¡y lo llevaremos a la recepción para que vean que no le temo a ese monstruo!
Crow: ¿Y qué quieres lograr con eso? -Esa pregunta dejó al toro un tanto anonadado, se quedó pensativo por un rato-.
Bull: Uh... ¿Respeto?
Crow: ... -No contestó nada, y solo miró a la chica, que se mostraba algo asustada en el fondo, pues no le gustaba la idea en lo absoluto. Luego volvió a ver al líder de la banda, y habló- Por mi está bien.
Bibi: ¡¡¿¿QUÉ??!! -Miró al cuervo, totalmente indignada, pues esperaba que su respuesta sea beneficiosa para ella-.
Crow: Será interesante.
Bibi: Disculpen, pero yo no voy a ir a una isla solo para ser devorada por un monstruo acuático. -Se cruzó de brazos, sus dos compañeros se quedaron mirándola en silencio-.
Crow: Nosotros sí. -Respondió despreocupado, siendo halagado por Bull con una sonrisa-.
Bull: ¡Así se habla, plumitas! -Lo felicitó, y automáticamente arrancó el motor del bote, para acercarse a la isla con más velocidad-.
Quizás Bibi se veía enfadada, pero lo cierto era que, en el fondo, la situación le daba miedo, al contrario que sus dos compañeros, que si bien podía llegar a asustarlos un poco, Crow lograba mantener la calma, fueron perseguidos por el mismísimo diablo y por un pinguino enfadado y aterrador, ¿qué podía ser peor que eso?
En el caso de Bull, él no tenía miedo ya que estaba al 100% seguro de que aquel monstruo era falso, pero... ¿Y si se equivocaba?
Después de unos minutos, finalmente arribaron en la isla, aquella parte del lago que se parecía a una cuenca cuando veías al lago desde arriba o desde un mapa (ya saben, "Lago Calavera", forma de calavera...)
El ambiente era pantanoso, y las olas agresivas rompían en la costa de la pequeña isla como si estuvieran enfadadas. La niebla se volvía más densa en aquel lugar, y si veías hacia atrás, no había más que un vago recuerdo de lo que en algún momento viste como una costa hacia aquella recepción.
Si bien había muy poco ruido, el lugar no era del todo silencioso, ya que se alcanzaban a oír ciertos pájaros y sonidos que llegaban a ser aterradores para el oído de uno.
Entre todos aquellos detalles espeluznantes, la pandilla decidió bajar y dar sus primeros pasos en la isla. El primero fue el valiente y decidido Bull, que no dudó ni un segundo en bajarse, sin siquiera tener cuidado de hacer mucho ruido, a diferencia de Crow, que trató de caminar lo más silencioso y sigiloso posible.
El cuervo miró hacia atrás, y se percató de que Bibi no se atrevía a bajar del bote, aunque lo intentaba, su miedo simplemente la congelaba y la hacía retroceder ante la mojada tierra de la aterradora isla. Crow decidió acercarse a la chica, y tomar suavemente su mano para ayudarla a bajar sin tanto susto, en el fondo, Bibi se lo agradecía, aunque no dijo ni una sola palabra, y solo se limitó a mirar al ave, con una expresión de desprecio, solamente comunicando un "Esto es tu culpa", aunque a Crow no le importó mucho, con ayudarla a superar sus miedos ya se sentía un poco mejor.
Bull se quedó un rato parado, contemplando cada detalle que se podía avistar a su alrededor, era sumamente fascinante, pues nunca había estado en un sitio como ese, aunque la niebla no ayudaba mucho, ya que dificultaba levemente la vista de los engrasadores.
Bull: Este lugar sí que da miedo, ¿no? -Sus dos compañeros, que estaban a su lado, asintieron con la cabeza lentamente- ¡JA! ¡Eso es lo que diría un cobarde! ¡Y yo NO soy un COBARDE! -Exclamó, dibujando una sonrisa confiada en su rostro-.
Mientras Bibi le daba un par de sorbos nerviosos a su bebida energética para poder aliviar su ansiedad y miedo, Bull caminaba por la isla, adentrándose entre la niebla de lo que parecía empezar a convertirse en un pequeño bosque. El clima era bastante húmedo y hasta molesto, pero eso no le importaba al toro, su cuerpo le impedía el paso al miedo... Eso hasta que, con su pie, pisó algo que le llamó la atención.
El líder de los engrasadores miró hacia abajo, y se percató de un pequeño detalle, un pequeño GRAN detalle. Una de aquellas botellas de bebida energética yacía entre la tierra del camino por el que transitaban, Bull pensó en una sola cosa, y automáticamente volteó a ver a Bibi.
Bull: ¿Que nunca te dijeron que no tienes que contaminar el medio ambiente, niña?
Bibi: ... ¿Qué? -Le dio un sorbo a su bebida, dejando algo confundido al toro-.
Bull: ¿Eh? -Volvió a mirar la botella en el suelo, y comenzó a pensar, ¿cómo podía haber una de aquellas botellas en medio de una isla en la que, se supone, no hay nadie? ¿Acaso había ido alguien hace tiempo y había dejado eso ahí? O... ¿quizás sí había alguien después de todo?-.
El toro comenzó a inquietarse un poco, pero no podía dejar que el miedo lo venciera ahora, así que simplemente siguió su camino, dejando que sus compañeros siguieran sus pasos, entre que Bibi tomaba con más nervios aquella bebida que lentamente comenzaba a sentirse como un calmante, Crow tuvo que hacer que ella se diera cuenta de lo mucho que estaba bebiendo en tan poco tiempo, ¡Max Energy sí que era muy adictiva!
Mientras más se adentraban por la inquietante isla, más de aquellas botellas tiradas en el suelo podían encontrar, al punto en el que ya se hacía hasta extraño, pero al mismo tiempo normal, pues se habían acostumbrado a verlas por todos lados.
Bull: Esto sí que es extraño... -No quería admitirlo ni aceptarlo, pero de a poco comenzaba a acobardarse-.
Crow: Quien sea que esté por aquí, debe gustarle mucho estas bebidas. -Se agachó para poder agarrar una de las botellas del suelo, parecían frescas y abiertas recientemente, pues si fueran antiguas, el color de la botella se vería algo desteñido por la antigüedad y el paso del tiempo-.
Llegó un punto en el que Bull se detuvo de pronto, haciendo que Crow se choque contra su espalda, y como un efecto dominó, Bibi también se chocó contra la espalda del cuervo.
Crow: ¿Qué sucede? -Preguntó confundido por la repentina acción de su amigo, quien se quedó en silencio por unos segundos. Crow y Bibi tuvieron que acercarse para poder ver lo que Bull veía, quedaron algo asustados, sobre todo la chica, que ya hasta comenzaba a temblar por la tensión que notaba en el ambiente-.
En frente de los tres, una oscura cueva se dejaba lucir ante sus ojos, las bebidas energéticas vacías acababan ahí, en el final del camino hacia la cueva, que parecía ser enorme por dentro. Si ya con la niebla el lugar daba miedo, no se querían ni imaginar el adentrarse en aquella cueva oscura y aterradora, no tenían idea de si siquiera podrían salir de ahí.
Crow: No entremos. -Dijo, de la forma más seria y firme que pudo, pero se vio interrumpido por Bull casi al instante-.
Bull: ¡Entremos! -Se veía decidido, y esto no solo se notaba por su actitud, sino también por su forma de caminar, cada vez acercándose más y más a la cueva. A sus dos compañeros no les quedó más remedio que tragarse su miedo, y acompañar al toro, siempre detrás de él-.
Una vez dentro de la cueva oscura, Bull miró a su alrededor, y para su sorpresa... No había nada.
Solo lograron ver unas pocas botellas más de bebida energética tiradas en el suelo.
Bull: ¿Lo ven? Al final no había nada. No existe ningún "monstruo del lago", ni ningún "Calaverín", ni nada de eso. Son puras tonterías, ¡y decían que yo tenía miedo! -Bibi y Crow miraban para todos lados, sorprendidos por ver que, de hecho, parecía que Bull había estado en lo correcto todo este tiempo- Y créanme, si ese monstruo en verdad existiera, ya hubiese aparecido hace tiempo por aquí a devorarnos. -Se volteó con sus ojos cerrados, dispuesto a volver al bote, pero una vez se había dado media vuelta, abrió los ojos, y al ver aquella silueta frente suya, se cayó del susto- ¡¡AAAAAH!!
El grito cobarde de Bull fue aún más aterrador que la propia silueta, que de todas formas logró asustar a los otros tres engrasadores, aunque Crow actuó un poco para no quedar afuera, en realidad no estaba muy asustado, pues ya había visto con detalle la silueta que estaba en frente suya.
Esta sombra misteriosa también gritó asustada, y dio un par de pasos hacia atrás, cayéndose al piso, justo al igual que los contrarios.
¡N-No se coman mi piel! ¡Se l-los ruego! -Suplicó con desesperación el contrario, que gracias a la posición que había adaptado ahora, se le podía ver con más claridad-.
(Créditos a FreeFGP y KairosTime por el diseño de este personaje <3)
Justo como sospechaban, era una criatura acuática, pero no daba mucho miedo, que digamos. Era pequeñito, y una carita que incluso lograba dar ternura, sus colores daban a entender que tenía algo que ver con el lago, pues tenía una piel verdosa con escamas, y estaba algo empapado, parecía apenas haber salido del agua.
Con su actitud, no se veía como un monstruo aterrador, todo lo contrario, el asustado era él. Este monstruito no podía hacerle daño ni a una mosca, aunque quisiera.
¡Por favor! ¡S-Solo déjenme irme! -Seguía suplicando aterrado, aunque la pandilla no tenía ánimos de lastimarlo, no luego de ver que no era peligroso en lo absoluto, o al menos no lo parecía-.
Crow: Tranquilo, no vamos a hacerte daño. -Fue el primero en atreverse a contactar con la extraña criatura, acercándose y mostrándose ante la poca luz del sol. El monstruo se sintió algo aliviado al ver que, quien tenía en frente, no era uno de esos temibles "humanos"- Estás a salvo. -Extendió su mano para ayudarlo a levantarse, gesto que el contrario terminó aceptando con algo de timidez e inseguridad-.
Bull y Bibi se acercaron lentamente, dejando mostrar sus rostros también. La criatura dio un par de pasos hacia atrás al verlos, pero decidió confiar en ellos, el que estén con otra "criatura" los hacía ver menos malvados.
A-Ah... N-No se acerquen. -Dijo con una voz entrecortada, intentando mantenerse firme para demostrar su fuerza, aunque no se veía muy amenazante-.
Bull: No queremos lastimarte, solo vinimos aquí por... Curiosidad. -Se sentía algo sorprendido por aquel descubrimiento, no creía que en verdad existiera una criatura como lo era la que estaba frente a sus ojos- ¿Q-Qué eres, amiguito? -Le preguntó, tratando de mostrarse amigable para ganarse la confianza del pequeño espécimen-.
... ¿Ustedes son humanos... cierto? -Preguntó un tanto atemorizado-.
Bull: Lo somos... Excepto por Crow que es un cuervo. -Con su pulgar, señaló levemente a su compañero ave, que ahora estaba detrás de él- ¿Eres un monstruo marino?
Si así le llaman a los de mi especie... Supongo que sí. -Contestó, dejando que su miedo se disminuya lentamente-.
Crow: Creo que es una especie de criatura marina antigua... He leído algunas cosas sobre este tema. -Aprovechó para alardear un poco, aunque lo que decía tenía sentido-.
Bull: Y... ¿Tienes un hombre?
M-Me llamo Gil. -Dijo en voz baja el pequeño monstruo, que de a poco entraba en confianza con la pandilla, unos completos desconocidos para él- Se pronuncia "Yil".
Bibi: Jajaja, ¿te llamas igual al insulto? -Su terror se vio opacado por aquel detalle que le hizo mucha gracia-.
Crow: ¡Bibi! -Exclamó, enfadado por el comentario de la chica-.
Gil: ¿I-Insulto...? ¿Qué es... eso? -Se vio algo preocupado, creyó que tenía algo malo en realidad-.
Crow: Nada, no te preocupes por eso, amigo.
Bull: Oye, ¿qué haces aquí, por cierto?
Gil: Yo vivo aquí, esta cueva es mi hogar. -Se vio algo confundido por aquella pregunta, creyó que era algo obvio-.
Bull: ¿Estás diciendo que vives en esta isla... solo?
Gil: Así es. Perdón por la pregunta, pero ¿quiénes son ustedes? ¿Y por qué están en esta isla, en primer lugar? -Necesitaba respuestas, hace tiempo que nadie venía pasaba por aquel lugar, y era la primera vez que no tenían las intenciones de dañarlo o molestarlo. Por primera vez lograba sentirse tranquilo hablando con alguien más-.
Bull: Mi nombre es Bull, ella es Bibi, y él se llama Crow. -Dijo, mientras señalaba a sus respectivos amigos- Hemos venido a investigar este lugar, dicen que hay un monstruo acuático muy temido... Y pues, quería demostrar que era falso. ¿Crees que... sepas algo sobre eso? -En realidad no quería creer que Gil era el tan temido monstruo marino del que todo el mundo hablaba, el pequeño monstruo era tan poco aterrador que no había chance en que sea él... ¿o si?-.
Gil: Oh... Creo que se refieren a mi. -Agachó la cabeza, con una actitud de tristeza y hasta angustia. Como si no hubiera nadie a su alrededor, comenzó a caminar, adentrándose en la cueva y sentándose en una de las oscuras esquinas de esta-.
Bibi: ¡¿Tú eres el monstruo del Lago Calavera?! -Preguntó asombrada, a lo que el pequeño contestó asintiendo con la cabeza-.
Gil: Así es como me dicen todos...
Crow: Eso es algo...
Bull: Cruel. -Terminó la frase del cuervo, no supo por qué, pero de pronto sintió bastante pena por Gil, no solo porque su situación lo angustiaba un poco, sino también porque, de cierta manera... Llegaba a entenderlo muy bien, podía comprender ese sentimiento que la criatura sentía-.
Bibi: ¿Por qué vives aquí solo?
Gil: ¿Crees que puedo irme a otro lado sin que traten de cazarme o atraparme en el intento...? Yo no soy como ellos, supongo que no puedo cambiar la forma en la que me ven todos.
Bull: ¡Eso no es justo! ¡Deberías ir y romperle la cara a todo aquel que te trate como un monstruo! -Exclamó indignado por la situación, el espécimen marino solo lo miró y suspiró-.
Gil: No importa, estando aquí, no tengo que lidiar con todas esas personas, aunque siempre esté solo... El único inconveniente es que a veces tengo que salir a buscar comida, peces y demás... Y es ahí cuando me encuentro con todos aquellos humanos. -Su cuerpo comenzó a temblar levemente- Son aterradores... Con sus herramientas y armas filosas, siempre dispuestos a acabar conmigo y llevarse lo poco que queda de mi.
Bull: En ese caso... Lamentamos haber venido hasta aquí. -Bibi lo miró con una expresión de desprecio, quizás hacerle caso a ella no hubiese sido mala idea-.
Gil: No hay problema, al menos ustedes no son malos... No sabía que existían humanos buenos. -Sonrió un poco, al final no era un monstruo aterrador, sino que todos los demás lo hacían ver como alguien aterrador, no era su culpa-.
Gil se levantó, se adentró en la cueva, y como si tuviese una gran experiencia, prendió una fogata en cuestión de segundos, incluso si las ramas estaban bastante húmedas, de alguna forma lo logró fácilmente, ya estaba acostumbrado al ambiente mojado. La pandilla se acercó al fuego, que no solo logró quitarles el frío que llegaba a haber ahí, también pudieron ver más a detalle la humilde cueva que Gil llamaba "hogar". Habían unas pocas decoraciones, como dibujos tallados en la piedra, parecidos a los de la época prehistórica, acompañados de algunos artefactos y dispositivos electrónicos averiados que simplemente servían como decoración, pues la mayoría estaban totalmente destruidos y oxidados.
Bibi: ¿Esto funciona? -Preguntó al ver una radio algo rota y oxidada. Antes de que siquiera pudiera recibir una respuesta, tocó los botones de la radio, haciendo que esta se prendiera y una música extraña, saturada, y con mala calidad de audio, comenzara a sonar de repente-.
https://youtu.be/AHE1XqpGwPg
La chica movió la cabeza lentamente al ritmo de la canción, antes de que Gil llegara rápidamente a apagar la radio.
Gil: Creo que está rota, antes tenía sonidos más bonitos. -Explicó sin entender demasiado del tema, pues apenas entendía lo que era una "radio"-.
Pasaron un rato hablando un poco, conociendo más a fondo a aquella criatura extraña que vivía entre las sombras de todos, escondiéndose del odio de la gente que llegaba en forma de olas enfadadas, rompiendo en la costa de sus sentimientos. Quizás no era agradable de ver, pero no se merecía toda esa negatividad acumulada en las personas, nada más porque le temían o creían que era una mala persona, sin siquiera conocerlo.
Bull llegaba a sentirse algo identificado con Gil, en su pasado había sido rechazado y temido por eventos que cambiaron el rumbo de su vida, y sabía con exactitud que ese sentimiento no era bonito. Se sintió mal sabiendo que él quiso acabar con aquel pequeño monstruo, cuando se sentía igual que él en su pasado. La empatía y algo de culpa recorría su mente y su cuerpo por completo.
Crow: Y... ¿Qué haces para no aburrirte? -Se atrevió a preguntar, sacando a Gil de su concentración en mirar como las llamas se movían-.
Gil: ... Me gusta beber de aquel líquido que a veces llega en la costa, en estos envases de colores. -Tomó una de las botellas vacías de Max Energy, habían cientas de estas tiradas por toda la isla- A veces me hace ver colores por todos lados, luego de eso, no recuerdo lo que sucedió, al menos no con detalle.
Bull: ¿Cómo es que llegan bebidas a una isla en medio de un lago? -Se preguntó-.
Gil: No lo sé, a veces puedo ver como un enorme bote con ruedas deja caer un líquido verde en el agua. Supongo que vienen de ahí.
Bibi: ¿Un bote enorme... con ruedas? ¿Te refieres a un camión?
Gil: ¿Qué es eso? -No conocía mucho sobre el mundo humano, pero Bibi parecía entender a lo que se refería-.
Bibi: Un camión... Sí, es como un bote enorme... Pero con ruedas. -Gil quedó confundido de nuevo-.
Crow: Entonces... ¿Estás diciendo que un camión deja caer un líquido verde en el agua? -De a poco comenzaba a entender a donde iba todo esto, y honestamente, no podía terminar de creerlo-.
Gil: ¡Sí! ¡Lo hacen casi todos los días! Aunque, actualmente, hace tiempo que no lo han vuelto a hacer.
Bibi: ¿O sea que la empresa de Max Energy está contaminando el Lago Calavera? -Preguntó, intentando comprender-.
Crow: Es lo que yo pude entender.
Bull: Eso apesta. -Entró a la conversación, le parecía una locura pensarlo, ¿cómo nadie se había dado cuenta de todo eso? ¿Acaso los propietarios de la propiedad del lago dejaban que esto se realice sin problemas?-.
Gil: Si les soy honesto, extraño el sabor de ese agua verde.
Bull: Deberías dejar de beber tanto de esa porquería, con el tiempo solo te hará mal.
Gil: P-Pero...
Bull: Te lo digo por experiencia, las bebidas adictivas no hacen bien. -Gil se quedó mirándolo algo triste, y Bull, firme, le preguntó- ¿Podrías prometerme que dejarás de beber esa bebida energética? -Él sabía que lo que intentaba hacer era por el bien del pequeño, y este, sintiéndose un poco mal, asintió con la cabeza-.
Gil: L-Lo prometo. -En cualquier caso, la verdad en sus palabras no duraron mucho, pues Bibi se movió lentamente, intentando esconder su botella de Max Energy, aún le quedaba un poco, aunque ya era tarde para eso, ya que Gil pudo notar el intento fallido de Bibi por esconder la botella- ¡¿E-Es eso... una...?!
Bibi: ¡No lo es! -Exclamó asustada, pero Gil ya se había entusiasmado con su curiosidad-.
Gil: ¿Podrías darme un poco? ¡Ha pasado mucho tiempo desde que probé una de esas! -Exclamó, mientras algo de baba caía por sus labios. De a poco, el pequeño espécimen comenzaba a ponerse denso y hasta agresivo-.
Bibi: ¡Ya te dije que no tengo nada! -Automáticamente, su botella cayó al piso, emitiendo un sonido que la delató- A-Aún así, ¡me costó mucho dinero comprar una de estas!
Bull: ¡Dinero que me robaste! -Exclamó enfadado al recordar el acontecimiento-.
Bibi: ¡Expropiar y pedir prestado es distinto a robar! -Se defendió, poniéndole atención a sus dos compañeros y dejando de lado al monstruo acuático, que de pronto se abalanzó salvajemente hacia ella para intentar robarle la bebida. Su adicción era tan grande que no dudaría en actuar de forma agresiva para conseguir un pequeño sorbo de aquel adictivo líquido- ¡AAH! ¡S-Suéltame! -Una batalla comenzó entre la criatura marina y la chica engrasadora, que tironeaban la botella como si tuviera oro dentro-.
Gil: ¡Dame eso! -Por la fuerza que el pequeño logró ejercer, Bibi y la criatura cayeron al suelo en direcciones opuestas, haciendo que la botella saliera disparada al aire, para luego caer al lado de la muchacha. Rápidamente, Gil corrió hacia su preciado líquido, pero Bibi lo detuvo de una patada estando aún acostada, con su nuca reposando entre el barro de aquella cueva-.
Crow y Bull trataban de ayudar a la niña, pero tampoco querían lastimar a Gil, así que hicieron lo posible para quitarlo de encima de Bibi, lo cual no costó mucho, pues era muy pequeñito y fácil de agarrar, lo único que llegaba a molestar era la humedad de su piel, que servía como un mecanismo de defensa para que, quien quisiera atraparlo, resbale sus manos por su cuerpo y no sea capaz de alcanzarlo tan fácilmente. Una vez lo inmovilizaron, Bibi logró reponerse de aquel ataque.
Bibi: ¡¿E-Estás loco?! ¡¿Q-Qué demonios crees q-que hace-... -De pronto, todos escucharon un fuerte sonido que provenía desde fuera de la isla, un sonido que Gil reconoció en un instante, por lo que logró escaparse de las manos de los engrasadores sin importarle nada, y salió corriendo de la cueva como si fuera un corre caminos-.
Los engrasadores, confundidos, decidieron seguir al pequeño, y después de perderse un poco en el bosque, llegaron a la costa de la isla, donde pudieron ver algo que llegó a espantarlos un poco. Era Gil, arrodillado cerca de la orilla del agua, donde el bote engrasador se estacionaba, y las olas rompían, ahora con cautela, permitiendo que la pequeña criatura bebiera el agua contaminada que se acercaba a su boca, esto no solo causaba un estado de bienestar en Gil, sino también ciertos delirios y alucinaciones que terminaban por afectar a su cabeza, al punto de terminar por perder el control de sí mismo, de a poco. En la lejanía, se veía como un camión con los colores rojo y amarillo dejaba caer ciertos residuos tóxicos a las aguas del Lago Calavera, como si nada.
Crow: Gil, ¡¿qué estás haciendo?! ¡Ese agua está contaminada! -Exclamó, intentando no subir mucho la voz. Gil volteó a verlo con muchísima energía, pero ya no parecía estar en control de sí-.
El pequeño monstruo comenzó a caminar lentamente hacia ellos, con una expresión algo inquietante y aterradora que se acompañaba de leves convulsiones que movían su cabeza hacia los costados rápidamente, sin mencionar que algo de baba verde se le caía por sus labios, y sus pupilas se dilataban de una manera que simplemente causaba terror.
Bull: Eh... Amiguito, ¿qué es lo que te sucede...? -La pandilla comenzaba a asustarse un poco, pues Gil ya no contestaba, y parecía que los efectos de la contaminación mezclada con Max Energy comenzaban a afectar su cuerpo-.
El pequeño Gil se arrodilló en el suelo antes de siquiera poder llegar a acercarse a la banda, y cuando apoyó sus rodillas sobre el sucio y mojado barro de la isla, comenzó a tener convulsiones más graves, que de a poco se volvían cada vez más y más fuertes.
Bibi: Chicos, deberíamos irnos... Ahora. -Tomó de la mano a Bull, tratando de llamar su atención, pero ni Bull ni Crow parecían estar escuchándola, pues estaban congelados, viendo aquella escena que terminaba por perturbar a todos, una vez Bibi volteó a ver al monstruo marino, entendió por qué-.
Gil comenzó a tener ciertos cambios en su cuerpo y en sus extremidades, las convulsiones pararon, pero su cuerpo empezaba a agrandarse y a volverse enorme. De un momento a otro, el pequeño Gil al que conocían se convirtió en un VERDADERO MONSTRUO MARINO, tan alto como un enorme árbol y tan grande como lo que podría ser el monstruo de Frankenstein, incluso más.
(De nuevo, muchísimas gracias a FreeFGP y KairosTime por el asombroso diseño de Gil, créditos a ambos <3)
Bull: S-Súbanse al bote... Ya. -Todos ignoraron el mensaje del toro, estaban demasiado ocupados en observar la transformación de Gil- ¡¡¡DIJE QUE YA!!! -Exclamó pegando un grito, tomando a sus compañeros de las manos, y corriendo hacia el bote-.
Una vez arrancó el motor, el bote comenzó a andar en el agua, y Gil, con su nueva y enorme transformación, no pudo evitar perseguirlos como si fuera un monstruo totalmente aterrador. Estaba totalmente fuera de sí, y no podía hacer nada más que seguir sus instintos asesinos que la naturaleza le había brindado.
https://youtu.be/BxHyliIspkA
(Soundtrack de la escena)
Así fue como, una vez más, la pandilla se vio atrapada en una de sus persecuciones, habían sido perseguidos por un furioso pinguino y por el mismísimo demonio, pero jamás por un monstruo acuático gigante, otra experiencia para la lista.
Bibi comenzó a desesperarse por el miedo y la adrenalina, y decidió que lo mejor para distraer a la enorme criatura era... Lanzarle pescados, esos por los que tanto se habían esforzado en pescar anteriormente. Antes de que siquiera nadie la vea, ya estaba lanzandolos como si se trataran de botellas molotov.
Crow: ¡¿Qué diantres estás haciendo?! -Preguntó al ver a la chica-.
Bibi: Se supone que le gusta el pescado.
Crow: ¡¿Crees que eso va a ayudar en algo?! ¡¡Ni siquiera los tres juntos somos suficientes para calmar su hambre!! -Le gritó, arrebatandole uno de los pescados que tenía en la mano, aunque ya casi no quedaba ninguno en la caja donde los habían guardado-.
Bull: ¡Quizás ni siquiera tiene hambre! -El monstruo, que estaba detrás de los tres engrasadores, pegó un grito con una voz grave y temerosa, junto a un movimiento con su cuerpo que logró causar olas en el lago, haciendo que el bote se tambaleara de lado a lado-.
Bibi: ¡¡Ahora sí nos vamos a morir!! -Exclamaba con temor, mientras se sostenía con fuerza de las esquinas de la canoa-.
La escena no paraba de volverse aún más intensa, pues Bull decidió subir aún más la velocidad del motor del bote, yendo ahora más rápido que antes y perdiendo lentamente a Gil.
De todos modos, al ser este tan enorme, era relativamente fácil que los alcanzara de nuevo. Estaba furioso, y parecía un toro enojado que solo veía rojo, pues no paraba de demostrar su rabia con gruñidos fuertes y movimientos bruscos que causaban enormes olas en el agua, las mismas que terminaban por alcanzar al bote de los engrasadores, y hacerlos volar por los aires para luego volver a aterrizar en el lago y retomar la rapidez con la que escapaban de aquel monstruo marino.
Las reacciones de la banda eran todas muy distintas entre sí, mientras que Bibi gritaba de miedo y se sostenía con fuerza de lo que pudiera, Crow permanecía serio y hasta algo enojado también, tratando de buscar una manera de perder a Gil sin lastimarlo, no quería dispararle con sus dagas ni mucho menos hacerle daño de alguna otra manera. En cuanto a Bull, él estaba concentrado en perder al monstruo, pues al igual que el cuervo, sentía cierta empatia por él. Bull lograba entender la vida de Gil, y de una extraña manera, pudo verse a sí mismo en aquella vida, por eso mismo entendía perfectamente el estado de furia y rabia que sobrecargaba el cuerpo del ahora furioso monstruo, así también se sintió él en un pasado, y parecía un verdadero monstruo, pues las cosas que había hecho nunca las olvidaría.
Crow: ¡B-Bull! -Le llamó la atención al toro, quien lo miró de reojo, dándole a entender que le prestaba atención- ¡Creo que nos está alcanzando! ¡Ahora va más deprisa! -Una forma indirecta de decirle que se apurara a llegar a la costa, y no faltaba mucho, pero la distancia se hace eterna cuando tienes a una enorme criatura marina furiosa persiguiéndote con intenciones de devorarte, probablemente-.
Bibi: ¡¡¡BULL, APÚRATE!!! -Le gritó desesperada, a lo que el muchacho contestó con otro grito, pues comenzaba a cansarse del exagerado miedo de la chica-.
Bull: ¡¿PODRÍAS DEJAR DE GRITAR?! -Le respondió, y ambos comenzaron a discutir a los gritos, mientras Gil se acercaba cada vez más y más-.
Bibi: ¡¡Si me hubiesen escuchado no estaríamos aquí!!
Bull: ¡Si te hubiese escuchado no hubiese interrumpido mi concentración al conducir!
Crow: ¡¿PODRÍAN DEJAR LA PELEA PARA LUEGO DE ESCAPARNOS?!
La criatura se acercó bastante a ellos, tapando los cálidos colores de la luz de aquella tarde, al punto de que su enorme sombra consiguió oscurecer el bote, que ahora iba cada vez más lento gracias al motor que comenzaba a deteriorarse.
La discusión paró de repente, pues la repentina oscuridad que invadió la vista de los engrasadores los hizo darse cuenta de lo que realmente era importante. Los tres subieron la cabeza para ver a Gil, mientras el bote se quedaba inmóvil por la incapacidad del motor en seguir funcionando, ahora sí que estaban en problemas.
Los tres se quedaron en silencio, viendo fijamente con temor a la alarmada bestia, mientras lo único que se escuchaba era el sonido de las olas del lago, y los rugidos que realizaba el estomago del hambriento monstruo gigante.
Bull: Ups. -Se atrevió a pronunciar, y automáticamente, los grandes puños de Gil chocaron con el agua del lago, causando así una ola enorme que hizo volar a la canoa de los engrasadores como si fuera un cohete a punto de estallar-.
¡¡¡AAAAAAAAAAAAH!!! -Los tres gritaron abrazándose, mientras que su bote caía en picada hacia la costa. Cuando este aterrizó, las maderas con las que había sido construido salieron volando por todos lados, destruyéndose en el acto y dejando a la pandilla en el suelo-.
Por suerte no se hicieron mucho daño, el bote amortiguó la caída, pero Bull se llevó un leve corte en su brazo. Ahora sí que había puro silencio, aunque se seguían oyendo las pisadas que Gil causaba bajo el agua... Y él no parecía estar volviendo a su isla, se estaba acercando a la costa.
Crow levantó la vista, y logró ver como el monstruo se acercaba cada vez más, creyó que ahora sí estaban acabados. Bibi también subió su cabeza, tratando de no caer desmayada por la mezcla entre miedo, desesperación, y golpes.
Pero Bull no se acobardó, no se detuvo, no pensó en hacer otra cosa más que acercarse a la criatura, que ya estaba por poner su pie sobre la tierra de la superficie. El toro la miró de frente, agarrándose del brazo para evitar el dolor de aquella herida que sangraba lentamente, y dejando a un lado el miedo, solo conectó su mirada con la de Gil.
Crow: ¿E-Está loco...? -Susurró para sí mismo, pero Bull sabía exactamente lo que hacía-.
Cuando el monstruo llegó a la costa, su mirada hizo conexión con la del hombre, el cual ahora ya no lo observaba con temor y odio como lo había hecho antes, como lo hacían todos los demás que no lo comprendían, ahora lo miraba con una expresión distinta, un sentimiento que solo se demostraba entre sus pupilas, aquel sentimiento de empatia, de comprensión, de cariño, era todo lo que alguna vez hubiera necesitado aquel pequeño monstruo que era antes.
La expresión de Gil también cambió, y su furia se mostró desaparecida al sentir el cariño que Bull llegó a brindarle, algo extraño viniendo de él, pero entre monstruos se entendían, pues el toro alguna vez llegó a considerarse como tal.
Bull: ¿Sabes? Entiendo que estés enojado... No es del todo justo. -Acercó su mano hacia el pie del enorme espécimen, mano que terminaba por quedar muy pequeña al lado de Gil. Así fue como empezó a acariciarlo con cautela, tratando de calmar a aquella bestia dentro del incomprendido monstruo- También me he sentido así, a veces la vida te hace pasar por ciertas cosas, y no entiendes el por qué...
La criatura no era la única que escuchaba con atención las palabras del muchacho, sus compañeros engrasadores también lo hacían, y no podían creer lo que veían sus ojos, aunque decidieron no entrometerse en la conversación.
Bull: Hayas hecho cosas malas o no, a veces las personas te consideran como un monstruo... Y terminas pensando que en verdad lo eres. -Su mirada ahora estaba perdida, pues además de a Gil, sentía que también se hablaba a sí mismo, como una forma de desahogo- A pesar de todas las cosas que haces por ser una mejor persona, no logras nada...
El monstruo, que ahora se notaba algo dolido y angustiado, emitió un leve rugido triste, que fue como una forma de asentir a lo que Bull decía.
Bull: Pero, ¿te digo algo? No puedes dejar que los demás decidan quién eres en la vida. Quizás hayas cometido muchos errores en el pasado, pero eso no quiere decir que seas una mala persona, uno a veces solo quiere mejorar. -Se quedó en silencio unos segundos, reflexionando ya sobre su propia identidad- Tuve la suerte de que la vida me otorgó a dos grandes personas que, lo quieras o no... Siempre me ayudan a seguir perdonándome, cada día. -Volteó a ver de reojo a Crow y Bibi, que seguían con su expresión de confusión y temor por lo que pueda pasar. El toro los observó de una manera muy distinta a la habitual... Con esta mirada, se notaba el enorme cariño que tenía por ellos-
Bull: Hay gente que te ayuda a comprenderte -Miró a Crow- Hay otros que ayudan a perdonarte a ti mismo. -Miró con amor a Bibi- Y siendo como son, siempre encuentras un hogar en sus miradas, ¿no crees? -Sonriendo aliviado, volvió a poner su mirada en Gil, que sorprendentemente, ahora parecía llorar, con su mirada perdida en el horizonte, mientras veía como la tarde se hacía más oscura cada vez-.
De pronto, la tierra comenzó a moverse de manera errática, causando un pequeño susto a cada uno de los miembros de la pandilla, y repentinamente, el enorme monstruo cayó al piso arrodillado, causando un gran temblor en el suelo que logró hacer saltar a los tres engrasadores.
https://youtu.be/h7H73jpgX3U
(Soundtrack de la escena)
Bull aterrizó sentado y se asustó un poco, pues era el que más cerca de Gil estaba, quedó sentado mientras veía como el cuerpo de la criatura comenzaba a cambiar, en cuestión de unos pocos segundos, Gil había vuelto a la normalidad, pequeño y adorable como siempre lo fue.
Con lágrimas en los ojos, el monstruo se levantó, y miró fijamente a Bull, simplemente agradeciéndole con un mensaje entre sus pupilas que solo el toro lograba ver.
Gil: L-Lo siento. -Dijo entre sollozos, que se mezclaban entre el sonido de calma que daban aquellas olas en la costa, y los pájaros que cantaban con cariño-.
Bull: No te preocupes... L-Lo entiendo. -Con cautela, se acercó a Gil, que a diferencia de antes, ni siquiera se asustó al verlo cerca, ya no se asustaba con Bull-.
El toro lo tomó de las manos, y le sonrió, a lo que el pequeño trató de dejar de llorar, y le devolvió la sonrisa, una bonita sonrisa que demostraba la comprensión entre ambos "monstruos", pues si la gente iba a verlos así, al menos estarían juntos en esto.
Bull: No eres un monstruo, eres grandioso como eres, pequeño. -Era todo lo que Gil necesitaba oír-.
Gil: Gracias. -Respondió con honestidad, y se quedó con sus ojos cerrados, en silencio, para luego animarse a darle un abrazo al contrario, haciendo que Bull se sintiera completo-.
Así se quedaron por unos cuantos segundos, que se volvieron afortunadamente eternos, ya que ambos sentían como si ese abrazo llenara un vacío en su interior que ni siquiera sabían que tenían, o al menos no lograban identificar como tal.
Desafortunadamente, el momento se vio interrumpido por ciertas alarmas que comenzaron a oírse a la lejanía, acercándose y volviendo aún más fuerte el sonido. Todos miraron hacia atrás, y pudieron ver con claridad como una camioneta llegaba rápidamente, con cuatro personas dentro, entre ellas, alguien conocido... Aquel trabajador con el que antes se habían topado, John.
¡Apártense! ¡Aquella criatura puede ser muy peligrosa! -Exclamó el conductor de la camioneta al bajarse de esta, estaba vestido como un militar, y sus dos compañeros también, aunque parecían de un rango menor. Del automóvil también se bajó John, que los acompañaba, aunque estaba vestido con el mismo uniforme de trabajo que usaba antes-.
Bull: ¿Eh? -Antes de que pudiera hacer nada, lo echaron a un lado, y los militares se acercaron a Gil, causando un gran temor en el pequeño-.
Wow... Impresionante. -Dijo el líder de la tropa, con su voz grave y atemorizante-.
El capitán realizó un gesto con sus dedos a los ojos de su camarada, lo que causó que, automáticamente, uno de sus compañeros sacara el arma que traía colgada en su espalda, y le apuntó rápidamente a la criatura.
Bull: ¡Hey! ¡¿Qué creen que hacen?! -Exclamó enfadado, pero los soldados no le prestaron atención. Una vez el pequeño espécimen estaba en el blanco, el militar simplemente disparó-.
Parecía que era el fin del pequeño monstruo, que había quedado inmovilizado por el miedo, pero gracias a un rápido golpe en el rostro que Bull le dio al soldado, la bala se movió del trayecto, extraviándose en el agua.
El militar cayó al piso noqueado, dejando ver como, en realidad, su pistola no tenía balas, sino dardos tranquilizantes.
El compañero de quien recibió el golpe no tardó en defender a su tropa, y tomó a Bull de la camiseta para intentar darle un par de golpes, pero el militar no contaba con el batazo que Bibi le enchufó por la espalda segundos después de haber atacado a su querido amigo.
Bibi: Imbécil. -Dijo enfadada, como para quitarse un poco la adrenalina-.
¡Que par de inútiles! -Exclamó el capitán al ver a sus soldados siendo derrotados tan fácilmente- ¡Y ustedes, muchachos entrometidos! ¡¡Les dije que se alejaran de ese monstruo asqueroso!!
El líder de la tropa rápidamente corrió furioso hacia la pandilla. Se veía que era un hombre muy fuerte y frío, por lo que llegaba a ser algo amenazante. Crow trató de frenarlo con un disparo de su dagas, al mismo tiempo que Bibi corría con su bate en sus manos para tratar de encajarle algún golpe, pero el capitán fue aún más inteligente, y con lo liviano que era el cuervo, lo tomó de la camiseta para usarlo como proyectil y empujar a Bibi, así deshaciéndose de ambos en un solo ataque, o como habitualmente se dice, "matar dos pájaros de un tiro", ¡ay!
Ahora solo quedaba Bull, y aunque no tenía mucho miedo de luchar contra el líder, este tenía la ventaja de tener una navaja en sus manos, lo que sembró una preocupación y miedo bastante grande en el toro. Esto bajó sus defensas, y logró que el capitán pudiera tomarlo de la ropa con más facilidad, terminando por dejar inmóvil a Bull.
Bull: ¡S-Suélteme! -Exclamó, y antes de que el militar siquiera pudiera decir algo, un disparo le llegó por la espalda de repente-.
Allí fue cuando Bull vio al pequeño monstruito, con la enorme pistola de dardos entre sus brazos. Uno de los disparos fue suficiente para dejar al militar con poca energía, y que cayera rendido al suelo.
Gil le sonrió al toro, y este también lo hubiera hecho si no fuera porque algo le llamó la atención a su alrededor. Aquel empleado, John, también sostenía una de aquellas pistolas, igual a la que Gil tenía y que ya había dejado tirada en el piso para correr hacia Bull.
La pequeña criatura no se percató de aquel detalle, pero Bull sí, y John ya estaba apuntando exactamente hacia Gil.
Bull: ¡¡¡C-Cuidado!!! -Exclamó, pero ya era tarde, pues John no iba a frenar el dardo que disparó hacia el monstruo marino-.
Gil cerró los ojos al ver llegar el proyectil hacia él, pero cuando los abrió, la realidad era muy distinta. Bull se había puesto frente a él, sacrificándose por su compañero y dejando que el dardo le diera directo en el pecho.
¡¡Bull!! -Exclamaron sus compañeros de pandilla, quienes veían toda la secuencia tratando de dejar de lado sus dolores físicos por aquel golpe y así poder ir a ayudar-.
Bull: A-Ah... -Se arrodilló bruscamente en el suelo, y lentamente, su vista se comenzó a poner borrosa, para luego dejar caer su cabeza entre el duro piso del lago, y de a poco, quedarse desmayado, mientras escuchaba los gritos de sus compañeros. Con angustia y confusión, veía como el asustado monstruo se metía en el agua para irse nadando lejos y escapar de todo ese odio hacia él-.
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Unas horas más tarde...
Bull ya había despertado de aquel ataque que había soportado para proteger a su querido amigo monstruo, pero este ahora ya no estaba, y eso lo angustiaba un poco. Mientras Bibi y Crow jugaban a atraparse, corriendo entre el gran espacio al aire libre que había en la superficie del lago, el toro solo se quedó en un pequeño muelle, mojando sus pies en el agua y tratando de no pensar mucho en lo ocurrido, aunque se le hacía imposible.
Miraba hacia el horizonte con más preguntas que tranquilidad, ¿dónde estará Gil ahora? ¿Estará bien?
Pensar en el tema le comía la cabeza muy de a poco, y se sentía mal por no haberlo ayudado del todo, al menos no como a él le hubiese gustado ayudarlo. Entre el pacifico sonido de las olas en el Lago Calavera, Bull se cuestionaba a sí mismo, pero después de todo, se daba cuenta de que había hecho lo posible, y que, al menos por un rato, pudo hacer feliz a un pequeño monstruo que solo buscaba algo de amor, compañía, y sobre todo, comprensión.
El hombre suspiró, aun con aquella angustia que lo dominaba, quizás se sentía invencible y podía animarse incluso a jugar fuercitas contra el diablo, pero algo que lograba destrozarlo y hacerle daño de verdad, eran sus propios sentimientos, los mismos que intentaba reprimir y esconder bajo la mesa, tratando de que pasaran desapercibidos durante toda su vida, aunque tarde o temprano tenga que enfrentarlos. Su único miedo era él mismo.
Pero entre todos aquellos pensamientos y reflexiones, algo le llamó la atención en las aguas de aquel lago, una botella que, de pronto, salió flotando desde las profundidades. Era roja y amarilla, y llevaba el logo de una M mayúscula que se dibujaba como un rayo, así es, era una botella de Max Energy.
Bull: ¿Eh...? -Se preguntó al ver aquel objeto que flotaba lentamente como un bote perdido, y sin pensarlo demasiado, se acercó con cuidado hacia el agua para tomar con sus manos aquella botella-.
Llevaba un papel pegado en la parte frontal de esta, "Abreme" decía. El toro no se anduvo con rodeos, y simplemente la abrió para descubrir un tesoro que terminó por acariciar su corazón, aquel corazón duro como un caparazón, pero que debajo de tanta fortaleza falsa, habían muchos miedos y frustración, enfados y tristeza, todo lo que Bull escondía de los demás (y de sí mismo) estaba allí.
Dentro de la botella había una nota enrrollada, la cual Bull no tardó en tomar y leerla con curiosidad.
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Querido Bull
Si estás leyendo esto es porque, honestamente, necesitaba expresar mi gratitud hacia ti. Tus palabras hicieron que me dé cuenta de una cosa, y es que no estoy del todo bien, quizás deba trabajar más en todo eso. Sé que soy un bicho raro, y que ni siquiera tengo familia, pero al menos puedo decir que tengo un amigo que me entiende, y es todo lo que alguna vez hubiera necesitado.
No puedo hacer que la gente deje de verme como un fenómeno, porque siempre lo seré, y de hecho, eso no es malo. Pero no dejaré que me traten como a una mala persona sin siquiera conocerme. La gente suele juzgar demasiado, y no los culpo, ¡yo también lo hice cuando los conocí! Creía que serían humanos malvados que simplemente venían a hacerme daño, y a pesar de todo, no fue así. Me hiciste más bien que mal.
No tengo prisa por demostrar nada a nadie, yo sé quién soy, y estoy feliz de que, al menos, hay alguien más en este mundo que me conoce y me comprende. ¡Por eso y muchas cosas más, siempre te agradeceré!
Por cierto, no creas que he olvidado la promesa que te hice. Tal vez fue algo muy rápido, pero sinceramente, creo que tienes razón, dejar de beber aquel líquido verde me hará mejor con el tiempo. Solo debería distraerme con otras cosas... Todo mejorará pronto, lo presiento.
Y antes de despedirme, quería contarte una última cosa, algo... Extraño.
No sé qué fue lo que sucedió, pero cuando volví a mi isla, encontré unos pequeños huevos de renacuajo en la costa. No había nadie cerca como para cuidarlos, así que... Me los llevé a mi cueva para que no les pasara nada.
¡No será algo fácil, pero me esforzaré por cuidar bien de estos renacuajos! ¡Es otra promesa!
Con cariño y gratitud, tu monstruoso amigo Gil.
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Luego de leer la firma, no pudo evitar sonreír emocionado, fue bonito saber todo lo que leyó, y que lo que hizo por él no fue en vano. Al final lo ayudó, pero Bull sabía que también se había ayudado a sí mismo, y muchas cosas que leyó en aquella carta le recordó a su propia vida. Desde las adicciones por sentirse vacío, hasta la soledad que sentía al no tener nadie que lo comprendiera, incluso saber que mucha gente te odia y no poder hacer nada al respecto porque ellos no son los únicos que te ven como un monstruo, tú también te terminas convenciendo de aquello.
Lo último que leyó, lo de los renacuajos, le brindó un sentimiento de cariño enorme, ya que le recordó a algo muy importante en su vida... La responsabilidad de cuidar a alguien más joven que él. Quizás en el pasado haya cometido errores que le costaron la vida, pero de a poco los iba arreglando, y el deber de cuidar a Bibi era un buen ejemplo de ello.
Guardó la nota en el bolsillo de su pantalón, y mirando el atardecer en el horizonte, escuchando las olas chocar entre sí y al agua moverse de un lado a otro como si fuera un baile sin fin, no pudo evitar decirse a sí mismo y aclarárselo de una vez.
"Quizás no soy un monstruo después de todo."
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Holaa!! Les habla Rodry :D
Después de ver que mucha gente me pedía un capítulo nuevo de Highway Stars, finalmente les traigo el capítulo 3!! Ustedes saben que la historia "principal", es decir, a la que más tiempo y esfuerzo le dedico, es Brawl Stars Orígenes. Highway Stars es un spin-off que hice para actualizar de vez en cuando y practicar escritura, pero al ver que hubo mucha gente que en verdad le gustó (y también porque me dieron ganas de escribir un cap), terminé haciendo este capítulo, que siendo sincero, me encantó <3
No solo conocemos un poco más del pasado de Bull y sus sentimientos (cosa que a muchos les interesa bastante), también hay un personaje completamente nuevo en la historia, hace mucho que estaba pensando en si agregar a Gil o no, al final me gustó la idea y terminé agregándolo a pesar de ser un personaje que no aparece en el juego original ^^
Me gustaría agregar otros personajes "fan-made" en futuros capítulos, pero no sé si ustedes estarán bien con eso. ¡Quisiera conocer sus opiniones al respecto! :D
Por último, no sabría si decirles que pronto esperen un capítulo nuevo, ya que no sé cuándo volveré a actualizar esta historia, pero de todos modos, quédense tranquilos que tengo todas las ideas pensadas y anotadas para que no se me olviden jaja ;)
Antes de irme, les dejo aquí un meme que se me ocurrió mientras escribía XD
Ahora sí, me despido, espero que les haya gustado y si fue así denle un voto al capítulo!! :D
Déjenme en los comentarios qué les pareció y si quieren ver más episodios de este spin-off! ^^
Un saludoo!!
-Rod <3
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