Capítulo 5: El Mundo al alcance de tu Mano
Base Principal, Suiza.
Tres semanas después...
Issei salió nuevamente de su sala de clases. Tres semanas habían pasado desde que hubiera visto aparecer a aquel grupo de soldados heridos junto a Frederick, y desde entonces apenas lo había visto. Encontró, en cambio, amigos en sus compañeros de clase con quienes compartir los ratos libres y discutir las maravillas que les permitía la magia. James, su compañero de clase y ahora de habitación, el estudiante del sur de Estados Unidos, era alguien amable en quien podía confiar, capaz de hacer de casi todo. Otros eran igualmente amables, pero James se mostró como un compañero en el que podía confiar. Evzek, por otro lado, demostró ser un buen profesor, aunque algo (bastante) flojo en lo que hacía.
Sus clases progresaban bien. No era el más brillante, pero si lograba aprender bastante y avanzar en sus conocimientos científicos. Científicos, porque eso era lo que le enseñaban. Aunque varios ya sabían usarla en su clase, pocos sabían aplicar la magia correctamente (Issei ya no se molestaba en contar cuantos terminaban en enfermería o castigados por su mal uso). Aparentemente, uno debía tener una conducta lo suficientemente correcta y unas notas mínimas para aplicar a la clase práctica de magia, y desde allí seguir progresando. En su caso, que solo estaría allí 3 meses, le ponía presión adicional. Ayudaba bastante que estuviera casi todo el día en clases, aprendiendo más, y que por eso mismo no pudiera realizar sus prácticas pervertidas: con un compañero de habitación, era un suicidio moral ver todas sus perversiones (tampoco era como que Matsuda y Motohama fueran muy útiles en mantenerlo al día en sus gustos). Pero todo aquel sacrificio valdría la pena.
Sus clases complementarias acababan hoy. En su lugar, comenzarían por fin sus clases prácticas. Esperando ansioso a medida que avanzaban las clases de la mañana, finalmente llegó la hora del almuerzo, y tras esta, la ansiada clase a la que todos (o la gran mayoría) aspiraban a llegar. Esperando en fila junto con otros estudiantes, vieron pasar a Evzek frente a ellos, colocarse en la puerta del campo de entrenamiento y señalarles el acceso (pues estaba al aire libre), urgiéndoles a pasar. Cuando estaban todos formados en el centro, justo antes de que Evzek comenzara a dar instrucciones, apareció Frederick por la puerta y lo llamó con un corto grito. Excusándose vagamente, ambos empezaron a hablar en voz baja a un costado.
- ¿De qué crees que se trate? – le preguntó uno de los alumnos a Issei. Este se inclinó de hombros, especulando junto a un grupo que harían en esa clase.
- Yo creo que usaremos algo básico pero versátil. Parecido a un hechizo de fuego. – Opinó uno llamado Lewis, que venía de Inglaterra.
- Yo apostaría por algo más seguro. Uno de viento estaría bastante bien – dijo ahora Chad, un alumno que venía de Sudáfrica.
- ¿Y uno de electricidad? No es tan útil, pero podemos controlarlo mejor, ¿no? Aparte, serviría para nuestras cosas de tecnología – quién había hablado ahora era Pavel, un estudiante ruso.
- ¿Acaso buscas freír nuestros teléfonos? – Preguntó, entre cansado y sorprendido, James – Mira que por culpa de alguien... – dirigió una mirada no muy sutil hacia Lewis, quien se hizo el desentendido silbando pésimamente una melodía – ...tuve que comprar uno nuevo hace unos días.
- ¡Hey! No es mi culpa que te pusieras en medio del hechizo.
- ¿Y por qué estabas haciendo un hechizo allí en primer lugar?
- Ehm... espera, tengo una explicación completamente racional para eso.
- Escuchémosla entonces.
- Claro, solo déjame pensar en ella.
El intercambio de palabras fue interrumpido al llegar Evzek y Frederic. Con gestos, el rubio separó a algunos estudiantes, Issei incluido, y los dirigió a un sector apartado. El resto de la clase se quedó con Evzek, quien los llevó al otro lado del campo.
- Ahora bien, puede que varios de ustedes se pregunten porque los separamos. Todos ustedes son alumnos que estarán aquí por poco tiempo o están en clases intensivas o de combate, por lo que realizaremos un curso acelerado de magia, el cual estará centrado en el combate. ¿Preguntas? – Un par de alumnos levantaron la mano - ¿Nadie? Bien, comencemos. Primero, una lección exprés de magia de combate contemporánea:
"La magia contemporánea se basa en los conocimientos exactos. Eso es, generalmente, solo para saber que hacer, pues es difícil tener los complejos cálculos de la fuerza necesaria y los vectores involucrados en siquiera el movimiento de una pequeña pelota de goma. Pero sabemos que hay fuerzas involucradas, que tiene que ver la gravedad, la masa, la resistencia. Por eso, lo que gran cantidad de magos de batalla hacen es usar datos generales o asumir cosas para sus hechizos. Algunos simplemente no usan valores, confiando en su instinto. Cualquiera de esos métodos es válido, pero siempre es mejor saber más ya que funcionará más."
"La segunda lección es sobre como usar la magia. Pese a que dijimos que usamos el conocimiento, también es cierto que nuestra magia proviene de la escuela de la Magia Occidental, razón por la cual gran parte de nuestros magos usa círculos mágicos. A diferencia de ellos, nuestros círculos no tienen relación directa con el poder del hechizo, sino que simplemente son una forma de manifestarlo y hacer más sencillo al usuario el poder usarlos. Se podría decir que son la guía de los hechizos, ya que mientras más se usa un mismo hechizo, menos se requiere esa ayuda. El círculo, sin embargo, puede tener diferencias en él si es que quieren ayudarse a crear el hechizo de forma distinta a como de costumbre. Por último, hay que recordar que no tiene porque ser un círculo. Puede ser un gesto, un movimiento o una combinación de palabras. La idea es que sea algo que los ayude a configurar su magia, o más bien, de concentrarse en lograr dicho efecto."
- Entre nosotros, todos sabemos que un círculo mágico brilla, ¿no? Pero ¿cómo lograríamos crear luz en ese orden? ¿No requeriría eso un hechizo en sí mismo? Pues normalmente si, pero como dije, venimos de la Magia Occidental. La magia se trata de doblar las leyes del mundo a nuestra voluntad, e incluso una trampa o dos como esa pueden usarse. Todavía usamos hechizos de Magia Occidental, pero debido al trabajo que requieren no solemos usarlos mucho. El conocimiento de como crear un círculo mágico, como algunos ya sabrán, les fue inculcado en el cerebro durante su registro en el sistema y se les enseñó en clase. Ahora les daré más indicaciones de como usarlo, si es que quieren empezar por eso. Pero para empezar, concentrémonos en lo que nos aflige, esto es, iniciar la clase práctica. Hagan una fila por favor.
Issei nunca olvidaría ese día en el que por primera vez, logró crear un círculo mágica real. Estuvo, al igual que sus compañeros, emocionado durante toda la tarde, creando y destruyendo círculos sin mucho utilidad aún. Algunos lograron hacer sus primeros hechizos básicos, como lanzar el agua de un vaso o mover los rayos de electricidad de un cable a otro, pero aun así el sentimiento de logro general era bienvenido. Era ya de noche cuando el grupo regresó a sus dormitorios, Issei y James dirigiéndose a la habitación que era al principio solo del primero, uniéndosele el segundo apenas unos pocos días después. Conversaron emocionalmente (por parte de Issei) lo logrado en cada clase (pues James estaba en el grupo que tenía clases normales, donde solo repasaron teoría mágica junto con demostraciones en vivo) durante varios minutos, hasta que un par de golpes en la puerta les llamó la atención. Parándose despreocupadamente, James se apresuró en abrirle a quien fuera que estuviera afuera.
- ¿Profesor? – preguntó confundido al ver quien estaba al otro lado de la puerta. Parado allí estaba Evzek, quien llevaba una mirada cansada en el rostro.
- Hyoudo, necesito que vengas conmigo. Tu puedes venir si deseas, Ramírez, pero debes guardar secreto sobre lo que veas y oigas.
Ambos compañeros de cuarto se miraron confundidos, para luego asentir y seguir al profesor, quien ya se iba por el pasillo. Caminaron largo rato, saliendo de las instalaciones y llegando a uno de los campos de práctica de la Facultad de Estudios. Confundidos aun, se sorprendieron al ver a Frederick esperando en el lugar, apoyado en su bastón y con la mirada seria.
- Veo que están aquí. Seré breve. Issei – el castaño se enderezó al oírse llamar de forma seria – Necesitamos darte más entrenamiento. Si es posible, que despiertes tu [Sacred Gear] cuanto antes. Ahora mismo entrenaremos más todavía tu magia de combate. Y empezaremos con hechizos que, en una situación de combate, lo más probable es que empieces a usar instintivamente.
Issei miró confundido como Frederick tocaba con la punta de su bastón una piedra pequeña, apareciendo un mini círculo mágico sobre esta para que luego se moviera algunos metros, deteniéndose al final.
- Hechizos de movimiento, generalmente usando fuerza. A partir de ahora y durante todas las noches, entrenaremos este y otros hechizos que podrías usar con facilidad en combate. Ramírez, ya que estás aquí, entrenarás con Issei de igual forma.
- Pregunta – habló el alumno oriundo de Estados Unidos - ¿No dijiste que aplicar este tipo de magia era complicada por la cantidad de información que debíamos tener para usarla adecuadamente? ¿Cómo esperas que la dominemos en tan poco tiempo?
- Eso solo aplica si quieres que algo dé un movimiento con ciertas características en específico. Cuando simplemente quieres empujar algo fuera del camino, importan mucho menos los detalles y mucho más la intención. Por eso mismo varios magos de combate trabajan con generalizaciones, instinto o herramientas preparadas de antemano. Cuando moví esa roca, no pensé en cuál era su masa o su longitud. Simplemente pensé en cuanta fuerza quería aplicarle. Algunos ni eso hacen, pues usan dicha magia por instinto. Pero ahora, menos charla y a trabajar. Tenemos aún una larga semana de entrenamiento por delante. Y antes de que me olvide, los sábados entrenarán también. Prepárense: tenemos mucho trabajo por delante.
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Inframundo
En esos momentos...
- ¿A que te refieres con que no hay datos sobre ellos? – preguntó el pelirrojo que respondía al nombre de Sirzechs Lucifer a su compañero de cabello verde, quien a su vez respondía al nombre de Ajuka Beelzebub.
- Pues a eso mismo. Mira Sirzechs, entiendo que estés preocupado por saber sobre aquellos con los que hiciste un trato para salvar a Rías de su matrimonio, pero quien sea que halla puesto el nombre de ese grupo, lo hizo bien. ¿Tiene siquiera una idea de cuantos resultados da buscar la palabra "organización"? – el aludido negó con la cabeza – Es casi una infinidad. Si a eso le sumamos que no deben ser muy antiguos, ya que seguramente no pasan de los 300 años de existencia, significa que incluso si hay registros, será muy difícil hallarlos por el simple número de veces que se ha usado esa palabra en los tiempos modernos.
- Pero ¿no puedes buscar "organización" como nombre o algo así?
- Un sistema de búsqueda no puede separar un nombre de un sustantivo de esa forma. No haría diferencia, y la búsqueda manual se haría tan eterna como puede volverse. Tendrás que aceptar que no tenemos en nuestros registros información sobre ellos. – Terminó categóricamente. - Pero...
- ¿Pero?
- Puede que algún proveedor de información sepa algo. Pero si de por sí nosotros no tenemos nada, estoy seguro de que es información celosamente guardada y que no querrán soltar tan fácilmente. Eso, o será cara.
- No soy precisamente un méndigo, Ajuka. Contáctame con algunos proveedores de información. Cualquier hora está bien, solo que no sean todos a la misma. – El peliverde asintió y se retiró de la sala – A ver... ¿cómo le explico esto a Grayfia?
XXXXXXXXXX
Ubicación desconocida.
Diez días después...
Nada. Sirzechs no tuvo éxito. Uno tras otro, todos los proveedores de información, la mayoría respetable y con cierta fama o prestigio detrás, poco y nada podían aportar a su nulo conocimiento. La mayoría afirmaba de inmediato que nada sabían, y los pocos que si sabían algo, eran apenas datos básicos muy escasos, que aunque no dejaban dudas, tampoco las aclaraban. Desesperado, recurrió a su última baza en obtener información visitando una de las oficinas principales de una conocida cábala mágica: Rozenkreuz.
Una antigua cábala mágica que se originó allá por el siglo XIII en lo que era Polonia y Alemania, en la actualidad era una de las más prestigiosas y conocidas. No lo era tanto por su poder mágico, aunque este era considerable de por sí, sino por la cantidad de información que tenían. Si ellos no sabían algo, era probable que nadie más lo supiera. Esperando en un hall bastante lujoso para clientes importantes o VIP, finalmente fue llamado por la secretaria y pasó a la oficina ricamente decorada. Alfombras mullidas, cuadros finamente pintados, organización espacial cómoda para la vista y el movimiento, muebles finos de un estilo ni lúgubre ni demasiado alegre... desde luego no era perfecto: debía no serlo para que el cliente se pudiera sentir cómodo mientras negociaba con los locales. Era parte de las cosas que los volvían los favoritos cuando había que hacer negocios. No a todos los trataban así, desde luego, pero bueno: ser de los seres más importantes tenía sus ventajas después de todo.
Sentándose frente al escritorio de madera oscura y aceptando una copa por parte de su anfitrión (no podía rechazar aquel agradable vino ofrecido, después de todo), le dio una vuelta al brebaje y procedió a tomar un sorbo, manifestando un complacido gruñido al sentir el delicado y fino sabor del licor. Luego, recobrando parte de su compostura, se sentó adecuadamente y efectuó su demanda de información. Su anfitrión, un hombre que debía de estar a inicios de sus treinta, revisó el nombre de lo pedido en una pequeña terminal del escritorio y, tras esperar un par de segundos, leyó las primeras líneas de lo allí dispuesto. Al hacerlo, se echó para atrás en su silla y suspiró, cosa que a Sirzechs no le agradó para nada.
- Así que otro más, ¿eh?
- ¿Disculpa? ¿Algo de lo que deba estar enterado? – preguntó el demonio pelirrojo.
- No es precisamente un secreto... aunque te saldrá un poquito extra – Sirzechs hizo un gestó para que siguiera – En los últimos tres meses ha habido un número considerable de seres sobrenaturales sobre cierto nivel que han venido a nosotros para consultar sobre ellos. No debería sorprenderme que haya más, aunque eres el primero de tan alto nivel que acude a nosotros.
- ¿Saben de quienes hablo?
- Claro que lo sabemos. Somos el banco de información más grande del mundo sobrenatural por una razón. Aunque te advierto que, aunque sepamos más que el resto, no lo sabemos todo. ¿Aun así deseas seguir con la transacción?
- Adelante. Dime todo lo que sepas.
- Bien, pero no te hagas ilusiones. Entonces, veamos... ¿la [Organización], eh? Vaya grupo más enigmático... - se encogió de hombros para luego abrir un archivo en su computadora - como sea. Pediste información y eso tendrás.
"La [Organización] es un grupo de magia bastante diferente de la mayoría de los otros que hay hoy en día. Se fundó en el Siglo XVIII. Como puedes notar, es bastante reciente. No solo eso, sino que sus creadores fueron practicantes de la escuela de Magia Occidental, descontentos por la forma en como se hacían las cosas. Además de todo eso, no son una cábala mágica, si no, como su nombre sugiere, una organización regular autosuficiente en toda regla, lo que puede ser comprobado por el aislacionismo que han mantenido desde inicios del Siglo XIX hasta hace poco.
No tenemos datos específicos sobre la [Organización] internamente. Esto es debido a que históricamente ha habido pocos desertores, siendo aun menos los que están dispuestos a hablar. Por eso, gran parte de la información que tenemos es anticuada y ya no sirve."
- ¿Por qué ha habido tan pocos desertores? – Interrumpió Sirzechs - Usualmente, en los inicios de un grupo suele salir gente, aunque sea de los niveles más bajos.
- Generalmente, porque estaban más cómodos donde estaban. Incluso los pocos que salieron los hicieron por motivos de fuerza mayor. Un muy reducido número de gente los abandonó por decisión propia, y aun así no solían hablar sobre el grupo.
- ¿Por qué?
- Miedo.
- ¿Miedo? ¿De qué?
- La [Organización], como ya explicaré después, es una organización basada en la lógica y la razón. Sus métodos, aunque cuestionables en ocasiones, siempre buscan la mayor efectividad posible. Y si bien respetan que la gente abandone el grupo, hay algo que no toleran.
- ¿La traición?
- Más simple que eso: contar sobre ellos. Claro que para ellos fue mucho más simple decir que todo sobre ellos es secreto y contar algo es una traición. De esa forma justificaban sus acciones.
- ¿Y qué hacían?
- ¿Generalmente? Matarlos. Si alguien contaba sobre ellos, o siquiera lo intentaba, era rastreado y cazado. De hecho, aquí hay un informe sobre eso – abrió otro archivo en el dispositivo – "A finales del sigo XVIII hubo al menos treinta casos de deserción que contactaron con nosotros, de un total de cuarenta y dos deserciones totales. La mayoría ofreció dar información, unos pocos solo pidieron asilo y protección. Logramos encontrarnos apenas con veinte. Tras la primera visita, perdimos contacto con otros pocos. En el transporte a nuestras instalaciones perdimos a varios más. Los mandos se dieron cuenta de que era peligroso, pero incluso cuando destacaron a magos nuestros para proteger a los desertores, de igual manera perdíamos a los desertores. Nos dimos cuenta de que no buscaban enfrentarnos para nada, simplemente eliminar al que podía hablar sobre ellos. Al poco tiempo perdimos el último contacto de los desertores: solo logramos salvar a dos de ellos. Habíamos rescatado a uno más, pero fue asesinado en una de nuestras bases." – Alejó su mirada de la pantalla – Por lo que puedes ver, no toleran que hablen sobre lo que hacen. Por motivos como estos es que la información interna que tenemos sobre ellos es casi nada.
Sirzechs se dio un momento para reflexionar sobre lo recién contado. Luego, inquirió sobre la otra información disponible.
- Como ya dije anteriormente, se basan en la lógica y la razón. Ese fue el motivo de su separación de la Magia Occidental. Nunca harán algo por mero altruismo, siempre están detrás de algo. No esperes que consideren amistades de peso en sus decisiones a menos que les aporten beneficios: son expertos en analizar crítica y racionalmente situaciones antes de tomar una decisión. La última información interna que recibimos sobre ellos fue hace más de 50 años gracias a un desertor que logramos sacar con vida, por lo que puede que esté obsoleta. Aun así te la daré, es mejor que nada. Dice que la [Organización] tiene subdivisiones internas pero que están sujetas a un mando central. Las subdivisiones parecen ser por base o territorio. También, aunque hay diferentes especialidades, todos saben al menos defenderse. Desconocemos las subdivisiones y el nivel al que se encuentran, al igual que la ubicación de sus bases. Aparentemente, es como si hubiera un "Núcleo" central, que dispone de varios "sub-núcleos" que disponen de otros departamentos.
- Ya veo... ¿algo más?
- Sabemos cómo podrías contactarlos – eso llamó la atención del pelirrojo – pero debes moverte con cuidado. En el mundo humano están relacionados en forma de empresa privada a varias instituciones educativas a lo largo de muchos países. Desconocemos si tienen alguna propia. Si quieres contactarlos, deberás buscar alguna que puedas vigilar fácilmente y esperar. Esa es la parte difícil.
- ¿Por qué es difícil esperar?
- Porque no tienes forma de diferenciarlos de humanos normales. No tienen presencia mágica y esas instituciones educativas son humanas. Tienes que arreglártelas para encontrar alguna institución que esté afiliada con ellos, esperar que aparezca algún miembro de la [Organización] en el mar de gente que es el mundo humano y rezar porque pueda contactarte con quien desees hablar. Eso es todo lo que te puedo decir.
- Ya veo... - Sirzechs se llevó su copa a los labios, solo para encontrarse con que esta estaba vacía. Llenándosela otra vez, no se impresionó cuando su interlocutor juntó sus manos y dijo:
- Ahora, hablemos de precios...
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XXXXXXXXXX
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Base Principal, [Organización].
Esa noche.
Observó, curiosa, como el par de alumnos de uno de los cursos intensivos entrenaba arduamente. Notó como uno de ellos era más sutil para el uso de la magia, mientras que el otro era más directo (y más potente también, aunque era el equilibrio usual entre ambos tipos de usuarios). Curiosa de por qué dos profesores (o eso asumió que eran) permitían que dos alumnos practicaran magia fuera del horario de clase, se acercó tranquilamente al campo de práctica, justo a tiempo para ver como una roca del tamaño de su brazo volaba directamente hacia ella.
- ¡Cuidado! – gritó Issei, dándose cuenta de su error demasiado tarde. Solo pudo ver, anticipando el sonido del impacto y el ver el daño en la cara del rostro de a quien sea que le hubiera arrojado esa roca. Pero nada de eso ocurrió.
Quien se acercaba a paso tranquilo simplemente extendió su mano derecha con los dedos extendidos hacia adelante, apuntando hacia la roca. Luego, giró rápidamente su muñeca, apareciendo brevemente un círculo mágico paralelo a la posición del evocador de magia sobre la superficie de la roca. Para sorpresa de Issei y James, la roca cesó de avanzar, deteniéndose en el aire, aunque seguía girando sobre su posición. Luego, con un movimiento corto de su brazo hacia un lado, la roca se movió un par de metros hacia el costado hasta detenerse, para luego caer a la vez que el misterioso mago, cuya apariencia no podían distinguir debido a la oscuridad, dejaba de usar la dichosa magia. Con un sonido sordo, el objeto pesado golpeó el pasto y quedó allí, inerte. El par de estudiantes, tras observar unos segundos la roca movida como si nada a un costado, dirigieron sus ojos hacia la figura que salía hacia la claridad del alumbrado público en aquel momento.
Su cabellera rubia fue lo primero que notaron. La sonrisa pícara en un rostro de apuestas facciones fue lo siguiente. Issei, tras reparar en aquellos ojos azules que los miraban entretenidamente a él y a sus acompañantes y en aquel uniforme gris, aunque esta vez correctamente puesto, logró reconocer esas facciones que había visto apenas una vez antes.
Era la chica rubia que se encontró en el pasillo la vez que aceptó unirse a la [Organización].
El recuerdo de el porqué tomó esa decisión le trajo malestar de estómago, pero logró aguantar mostrar cualquier síntoma de malestar.
- Vaya, vaya, Alice. Debo decir que no esperaba encontrarte por aquí – señaló neutralmente Frederick, a la vez que cambiaba su orientación para enfrentar a la recién llegada. Evzek, por su parte, se quedó donde estaba, apenas girando algo más la cabeza para formar parte de la conversación si fuera necesario.
- ¿Qué pueda decir? Acabé antes lo que tenía que hacer y estaba aburrida, así que... - empezó nuevamente a elevar su tono a uno pícaro – pensé en salir a buscar alguna presa para divertirme... y parece que la he encontrado – explicó, mirando directamente a Issei mientras una mirada seductora se abría paso entre sus facciones.
*Gulp*
- Ya sabes... alguien con quien pasar un... buen rato – su tono sugerente, acompañado de aquel travieso dedo que recorría el pecho del japonés, no hacían más que enloquecer más a este. James, por su parte, apenas cabía en su asombro, en lo que ambos instructores simplemente giraban los ojos y esperaban a que acabara lo que fuera que hiciera la rubia.
– Después de todo... - el dedo pasó ahora por el cuelo y se detuvo en su mentón - ¿Qué daño puede hacer un poco de lujuria? – Indicó, con una sonrisa de Cheshire formándose en sus labios. Issei, enrojecido a más no poder, parpadeó confundido ante la chica que aparentemente se le ofrecía en bandeja de plata, solo para que esta, riéndose suavemente, le tocara la punta de la nariz traviesamente y retrocediera varios pasos casi saltando. La desilusión del castaño no se hizo esperar, en lo que James se preguntaba que pecado cometió en su otra vida para merecer semejante castigo como era soportar sus vivencias diarias.
- ¿Ya acabaste, Alice? – preguntó Evzek, su tono neutro pero con una expresión de impaciencia – Ya vamos atrasados, aparentemente meterle a Issei las ideas básicas de magia de combate es más difícil de lo que pensaba.
- ¡Oh! ¿Practican magia de combate? – preguntó entusiasmada. El húngaro rodó los ojos.
- Yo y mi boca...
- ¿Puedo ayudar? ¡Sé que puedo hacer algo para apoyarlos!
- Si, desapareciendo.
- Espera – dijo Frederick, pasando su mirada del dúo aprendiz a la rubia y viceversa – Podría funcionar. Alice, ¿podrías ser tan amable de tener algunos duelos de práctica con ellos?
- ¡¿Qué?! – Exclamaron ambos estudiantes.
- La mejor forma de aprender es practicando realmente. Un combate, aunque de práctica, les ayudará inmensamente para aprender a luchar.
- ¡Genial! – exclamó la rubia.
- ¿Nosotros no tenemos derecho a opinar aquí? – comentó James por lo bajo, aunque todos lo escucharon de igual forma.
- En este caso, no. Y te recuerdo que tu ya accediste a esto, así que nada de amedrentarse solo porque una chica luchará contra ustedes.
- Solo espero que no sea muy dura con nosotros. Si resultamos muy dañados tendremos que dar explicaciones mañana. – Señaló el estadounidense, poniéndose en posición para iniciar el combate contra la persona que estaba ya al otro lado del campo de entrenamiento.
- Solo les advierto, chicos – habló la que ahora era su contrincante – No piensen que les iré fácil solo por ser nuevos – indicó, antes de acomodar la fundas de su cuchillo y pistola crear un círculo mágico en cada mano. – Y solo para darles una ventaja, lucharé sin mis armas.
*Gulp*
Issei y James se miraron y tragaron saliva, antes de dirigirse cada uno hacia la maga que los esperaba al otro lado del campo.
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- ¿Saben? Pensé que les faltaba práctica, pero no pensé que estuvieran tan mal...
- Que te... jodan... Evzek... - alcanzó a murmurar desde el suelo, entre quejidos y respiraciones entrecortadas, James. Issei, echado a su lado, estaba igual de agotado, en lo que a lo lejos se acercaba Alice, fresca como si nada tras barrer el suelo con ambos estudiantes.
- No tuvimos... ninguna oportunidad... - se quejó Issei, intentando recobrar energías. Alice les sacó la lengua infantilmente, en lo que James sacaba fuerzas que no sabía que tenía y, mediante un hechizo simple de fuerza, arrojaba una piedra del tamaño de su pulgar hacia la cabeza de Alice. La atacada simplemente hizo un además con su mano derecha y el dedo índice extendido y la piedra fue empujada nuevamente, esta vez de forma suave y sobre la cabeza del norteamericano.
- Aunque podríamos hacerlos luchar más veces contra Alice... podría ser bueno para ustedes... oigan, ¿Qué les parece si...?
Lo que sea que Frederick fuera a decir se vio interrumpido por la llegada de otro adolescente castaño, este llevando el mismo uniforme gris de Alice. Parecía estar buscando algo, y al ver a Alice pareció encontrarlo, ya que aceleró su paso para acercarse al grupo. Por su parte, James e Issei se paraban apoyándose en el otro con bastante dificultad, alcanzándoles Frederick una botella de agua a cada uno.
- ¡Alice! – la llamó el recién llegado - Te estuve buscando. ¿Dónde se supone que estabas?
- Ehm... ¿aquí? Siempre puedes llamarme a mi teléfono si necesitas encontrarme, Franz. – Se excusó pobremente la rubia.
- Lo dejaste en la sala del equipo, pero eso no es lo relevante ahora. Hay noticias más preocupantes.
- ¿Ah sí? ¿Cómo cuáles? Dudo que algo sea tan malo como para-
- Nos llegan reemplazos. Y no solo eso, se decidió el nuevo jefe del equipo... y no es ninguno de nosotros. Es más, ninguno de nosotros fue ascendido. Traerán un oficial de afuera.
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo puede ser eso posible?! ¡Te creo lo del reemplazo, pero... ¿un jefe nuevo?! – Agarró del cuello de su camisa a su compañero de equipo con una mezcla de furia y perplejidad en el rostro. - ¡¿Quién es?! – Soltándolo, dirigió su mirada hacia Frederick, quien observaba curioso el intercambio entre ambos - ¡Tú sabes quien es, ¿verdad?! ¡Siempre sabes que pasa!
- Me temo que en esto estoy tan perdido como tú, Alice. No tengo jurisdicción sobre los equipos de Elite, así que no sabía que tendrían un nuevo comandante. – Se excusó el inglés encogiéndose de hombros. Arreglándose el uniforme, Franz volvió a hablar.
- No se quién es aún, pero si logré saber algo. – Esto llamó la atención de la rubia, quien se giró nuevamente hacia su compañero. El resto la imitó, más por curiosidad que por otra cosa – Aparentemente, es un mago con mucha experiencia en combate. Bastante, diría yo, al poder ver algo de su historial público.
- ¿Y? Sabes que tendrá que ser algo más que eso para impresionarme, Franz – respondió Alice con expresión aburrida, emoción replicada por Evzek y Frederick. No era raro encontrar magos experimentados, después de todo.
- No solo eso. No es algo seguro, pero... al parecer, es un veterano.
- ¿Y? Solo porque sea un veterano de un par de batallas no hará que lo aceptemos-
- No, Alice, no hablo de eso. – Negó con la cabeza antes de seguir hablando. - Hablo de que es un Veterano. – Repitió, remarcando especialmente la palabra.
- ¡!
Frederick, Evzek y Alice abrieron los ojos y enfocaron su completa atención en él. Franz simplemente asintió, como confirmando lo recién dicho, antes de indicarle a Alice que lo siguiera. Excusándose rápidamente, la rubia se alejó con su compañero de equipo, dejando a los cuatro alumnos y profesores donde estaban. Issei y James apenas entendían que pasaba, pero Evzek y Frederick apenas se movían de donde estaban, intercambiando frases cortas entre ellos.
- ¿Quién podrá ser?
- No lo sé. No quedan muchos en servicio activo...
- ¿Y él? ¿Podría ser?
- Lo dudo, seguía en su unidad anterior la última vez que lo vi...
- ¿Y ese otro que estaba por Suecia...?
- No, el sigue destinado allá...
- ¿Alguna idea?
- Podría ser ese que pidió un traslado desde Sudamérica...
- ¿Será uno que volvió al combate?
- Lo más probable es que sea eso. Deberemos recabar más información para estar seguros.
Frederick se giró hacia Issei y James, quienes habían juntado suficiente energía como parar mantenerse de pie por su cuenta. – Buen trabajo los dos. Pueden retirarse. Mañana no practicaremos, así que aprovechen de descansar. Buenas noches. – Y con esas palabras, el par de adultos se retiró del lugar a paso apresurado camino del edificio donde se hallaban los dormitorios y las oficinas administrativas. Issei supuso que buscaban información sobre ese misterioso veterano mencionado por Franz.
- Hay James.
- ¿Sí?
- ¿Qué crees que sucede?
- Pareciera que los "verdaderos" veteranos – remarcó la palabra para denotar la diferencia con el uso común de la palabra - Son escasos, pero no tengo ninguna idea de a lo que se refieren ahora. Deberíamos preguntarles más adelante.
- Claro... aunque deberíamos ir a nuestra habitación por ahora. No me agrada la idea de quedarme sudado hasta mañana.
- Te apoyo en eso.
XXXXXXXXXX
Sala de clases
Tres días después.
- Oye Issei.
- ¿?
- ¿Soy yo o has estado mejorando muy rápido en tu magia de combate?
- ¡!
La aparentemente inocente pregunta de Lewis alertó de sobremanera al castaño, quien solo se atragantó ligeramente con su comida y se vio forzado a beber de lo que le hubiera gustado su preciado jugo.
- Uff... e-eso parece, ¿por qué la pregunta?
- Nada, solo que es raro que avances mucho mejor que nosotros... digo, estamos en la misma clase y hacemos lo mismo, pero pareciera que avanzas al doble de nuestro ritmo.
- S-seguramente imaginas cosas, Lewis.
- ¿No lo entiendes, inglesito? – Se entrometió Pavel, pasando su brazo por los hombros del japonés – Es obvio que Ise ha estado practicando fuera de horario. Simplemente lo oculta lo suficientemente bien como para que no nos diéramos cuenta hasta que era hora de demostrarlo en clase. ¿Verdad?
- C-claro, era eso.
- Tienes que decirme como lo haces para practicar, Issei. Necesito elevar mi rendimiento pronto o bajaré mis notas.
- B-bueno, algunas noches busco algún campo de entrenamiento aislado y sin gente y practico allí. Sin embargo, casi siempre lo único que hago es tirar rocas.
- De igual forma sirve. La próxima vez invítame, ¿sí?
- Si es que me acuerdo, claro está.
- ¿Qué dices, Pavel? ¿Te sumas?
- ¿Y perderme el torneo de videojuegos que harán pronto? No gracias.
- ¡!
- ¡Es verdad que pronto viene el torneo! – Issei se giró hacia la clase - ¡¿Cómo es que nadie me avisó de la fecha del torneo?!
- Simplemente nos... ¿olvidamos? – respondió uno.
- ¡Ya verán, los humillaré a todos apenas sea mi turno!
- Cómo digas, japo.
- Oye Issei, hablando del torneo... - habló de nuevo Lewis - ¿sabes cómo bloquear ataques? Nunca aprendí y debido a eso siempre me encajan combos que me eliminan.
- ... ¿Cómo es que piensas ganar si no sabes algo tan básico como eso? – Habló por el costado el ruso.
- ¡Hey, no es mi culpa que las combinaciones de ataques sean tan largas!
- Solo admite que eres horrible para ese juego mantén algo de dignidad, ¿quieres?
- Vamos, vamos, cálmense. Podemos ir a jugar luego de clases para prepararnos para el torneo, ¿sí? – aplacó la discusión Issei, con ambos asintiendo. Pronto llegó el profesor de la respectiva asignatura, por lo que tuvieron que separarse para ir a sus asientos.
XXXXXXXXXX
Sala de los Maou, Inframundo.
Más tarde...
Sirzechs observó nuevamente la oscuridad reinante en la sala. Apenas su centro estaba algo iluminado, pero como demonio que era, no le era ninguna dificultad el poder ver a través de aquella falta de luz suficiente. Por aquella misma razón, a medida que sus ojos escaneaban la sala, no podía evitar pensar en la nota que recibió el día anterior, pidiéndole que esperara en aquel lugar. Sus ojos se dirigieron nuevamente hacia el lado izquierdo del lugar, encontrando nuevamente nada, para luego volver a dirigirlos hacia el lado contrario. La irregularidad en esta ocasión, sin embargo, fue que ahora si había alguien allí. Alguien que no estaba allí con anterioridad y que no sintió entrar a la sala por ningún medio, ya fuera físico... o mágico...
La chica castaña, misma que hubiera estado cuando accedió al trato con los misteriosos magos, caminó lentamente hasta el centro de la habitación. Durante unos segundos solo se escucharon sus pasos, pero luego la atención del demonio pelirrojo fu atraída por otros pasos, los cuales sonaban...
...desde atrás suyo.
El otro mago castaño que estuviera aquella vez caminó desde detrás del trono donde se sentara el Maou y, al igual que su compañera, se posicionó en el centro de la sala, encarándolo. Ambas partes se miraron fijamente durante lo que pareció una eternidad, hasta que el hombre del par habló.
- Has estado recabando información. – No fue una pregunta, sino una afirmación.
- Así es. No puedo hacer un trato con alguien del que no conozco nada – respondió el pelirrojo. – Debo decir, no había mucho sobre ustedes, pero afortunadamente para mí, Rosenkreuzer pudo darme algo. Como es de esperarse del mayor banco de información sobrenatural del mundo, realmente tienen de todo. Pero bueno, no es como si les afectara de sobremanera, ¿oh sí? – terminó con una sonrisa pícara, sabiendo plenamente cuanto les importaba mantener secreta su información.
- ¿Quién es la fuente?
- ...
Sirzechs no esperaba esa pregunta inmediatamente, pero si estaba preparado. No dejaría que lo atraparan en su juego esta vez.
- Anónima. Simplemente me pasaron los archivos.
- ...
- El trato sigue abierto, si es lo que les preocupa – anunció el Maou. Un corto asentimiento fue la confirmación de que el mensaje fue escuchado por sus receptores.
- ¿Cuánto sabes? – preguntó la chica del par.
- Su origen, el motivo de su separación y su... "tolerancia" a la traición. – Se ocultaría el hecho de que tenía, aunque fuera un antecedente obsoleto, algo sobre su estructura interna.
- ...
- ...
- ... bien.
Ambos magos dieron un paso hacia adelante, y sin ningún movimiento raro o rastro de magia, se desvanecieron frente a Sirzechs. Este solo pudo suspirar en su asiento.
- Ni siquiera pude preguntarles como contactarlos.
XXXXX
- ¿Qué sabía? – preguntó aquel alto rango del grupo administrativo a ambos magos castaños de uniforme gris, mismos quienes hace unos minutos estaban en la sala de los Maou.
- Origen, motivos de la separación y tipo de castigo a la traición. Sospechamos que sabe algo más, pero no sabemos qué.
- Entendido. Pueden retirarse.
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