XX

https://youtu.be/7TfIiXNpasw

Narrador:

Harry tuvo una larga charla con el profesor Dumbledore acerca de las cosas que habían pasado esa noche con el pensadero, la visión que tuvo Voldermort y Colagusano, y las dudas que tenía con el señor Crouch. Issei no le contaba demasiado sobre esos temas, entendía que deseaba mantenerlo seguro y la información podría comprometer su integridad.

También estaba ese pequeño sentimiento de curiosidad de por qué el profesor Snape traiciono al señor tenebroso en pleno auge de su poder, cosa que el profesor Dumbledore no contesto dando la excusa que eran asuntos privados entre Severus y él.

Charlaron del mismo modo un poco sobre el trágico destino que tuvieron Alice y Frank, los padres de Neville Longbottom. Torturados hasta perder por completo la cordura, todo por los ideales de un grupo de personas que no lograban aceptar que el mundo poco a poco los fue dejando detrás.

—Harry —lo llamó cuando éste se hubo acercado a la puerta—, por favor no digas a nadie lo de los padres de Neville. Tiene derecho a contarlo él, cuando éste preparado.

—Sí, profesor —respondió volvíendose para salir.

—Y...

Harry miró atrás.

Dumbledore estaba sentado sobre el pensadero, con la cara iluminada desde abajo por la luz plateada, y parecía más viejo que nunca. Miró por un momento a Harry, y le dijo:

—Buena suerte en la tercera prueba.

...

Ese mismo día, poco después de que el ministro, Dumbledore y Ojoloco salieran de la enfermería terminando su corta visita a Barty Crouch Sr. Issei fue solicitado por el mismo señor Crouch, que había mejorado un poco su estado mental gracias a la ayuda en conjunto de Madame Pomfrey y el profesor Snape.

Issei se encontraba sentado frente al señor Crouch, que aun estaba cubierto de vendas en algunas partes del cuerpo que tardarían en sanar. El hombre se veía menos demacrado, pero sus ojos mostraban unas grandes ojeras que denotaban el poco sueño que debió tener en su cautiverio.

—Quiero ser sincero contigo, muchacho —dijo Crouch  viendo a Issei—, no tengo idea de porque pusiste tu vida en riesgo, pero te lo agradezco.

—Lo hice porque era lo correcto, señor —dijo Issei con sinceridad.

—Puedo ver que dices la verdad.

—Lo hago.

Ambos se quedaron callados un poco de tiempo. El silenció era todo lo que necesitaban para darse a entender, el señor Crouch pudo ver algo en Issei en el momento que participó en la primera prueba, ahora podía ver que los ojos del chico que tenía frente a el desplegaban la madurez de un hombre que había pisado el campo de batalla en repetidas ocasiones, derramaban poder tal cual lo hacían los de Dumbledore.

—¿Que es lo que deseas?

—Saber quien y por qué lo tenían secuestrado —dijo Issei sonando calmado.

—No me creerías de todos modos, el ministro Fudge cree que estoy loco, y el pirado de Alastor cree lo mismo —dijo el señor Crouch algo cansado—, ¿cambiaría algo que te lo contara a ti, muchacho?

—Tal vez, ¿Que puede perder al contarme? —Issei sonrió.

—Nada

—Bien, tenemos algo de tiempo entonces.

—Vamos por el inicio, hace doce años —dijo Barty con un poco de desgano.

Bartemius Crouch comenzó a contarle todo desde el inicio, en el momento en que capturaron al actual director del instituto Durmstrang y el juicio donde el hombre termino dando nombres de los partidarios del señor tenebroso. Fue una época oscura para toda la comunidad mágica debido a todas las muertes, desapariciones y demás cosas que eran difíciles recordar ahora.

—Entiendo que fueron eventos devastadores para ustedes —dijo Issei mientras analizaba la historia—, pero deseo saber ¿que tiene eso que ver con su situación actual?

—A eso voy muchacho, esto es difícil para mí —dijo el señor Crouch mientras hacia memoria.

—Lo sé.

—Bien, después de la captura de Karkarov, algunas semanas después conseguimos la captura de los más fieles seguidores de El-que-no-debe-ser-nombrado.

Crouch narro como el mismo llevo a cabo el juicio de Rodolphus, Rabastan y Bellatrix Lestrange, y su propio hijo, Bartemius Crouch Jr.

Detalles más, detalles menos. Crouch siguió contando como sentenció de por vida a los mortifagos por el cargo de "uso de una maldición imperdonable" "Tortura" y "Terrorismos" e "intento de asesinato" en contra de los ex auror Frank y su esposa Alice Longbottom.

—Mi reputación había sido manchada por mi hijo —dijo Crouch con arrepentimiento—, todo fue mi culpa... fui un adicto al trabajo, dedicado a mi esposa... pero mi hijo, no lo tomé en cuenta en el momento más importante. El encarcelarlo fue un duro golpe para mi esposa, ella enfermo muy grave por la tristeza de perder a su pequeño, era muy tarde para ella... Así que me convenció de hacer una locura.

—¿Que tan loco?

—Tanto como para que mi esposa moribunda tomara la poción multijugos y cambiar lugares con mi hijo en Azkaban —dijo el señor Crouch sin cuidado, luego se dio cuenta de lo que dijo.

—No se preocupe, nadie puede escuchar nuestra platica —dijo Issei serio—. Entonces, su esposa cambio lugares con su hijo.

—Sí, lo saque de prisión y lo mantuve en casa con ayuda de la maldición imperius, y la ayuda de mi elfina domestica...

—Creo que entiendo a donde vamos.

—Así es, mi hijo fue ganando fuerzas y de algún modo ese monstruo se entero —dijo Crouch algo horrorizado —. Después eso, JR escapo de casa, y no he vuelto a verlo.

—Y tú hijo volvió a mostrar sus verdaderos colores, facilitando a su maestro tu captura después de la primera prueba del torneo...

—Sí, estas en lo correcto —dijo Crouch con ansiedad—. No se que hacer... muchos de los seguidores siguen trabajando en el ministerio son gente poderosa, adinerada e influyente en el mundo mágico.

—Si...

—En el momento que ponga un pie fuera, estoy muerto —dijo Crouch con agotamiento.

—Puede que sea cierto.

—Claro que es cierto.

—No del todo

—¿A que te refieres?

—Puedo protegerlo

—¿Un niño puede protegerme?

—Legalmente soy un adulto, uno demasiado capaz —dijo Issei sonriendo—. Tengo el poder, la experiencia y al equipo perfecto para hacer frente a esto, solo me hace falta el capital.

—¿Por qué ayudarme? no me conoces para nada, no ganarías nada al protegerme —dijo Crouch dejando un poco de lado su nerviosismo.

—Usted fue una autoridad en el mundo mágico, jefe de departamento de seguridad mágica —Issei estaba recordando un poco de la información que reunió Le Fay en poco tiempo—. Estoy seguro que desea limpiar su nombre por completo ¿no es así? su sueño de ser ministro de magia se vio truncado por los crímenes de tu hijo. Si me apoyas consiguiendo los fondos necesarios, podre protegerte, ponerte en la silla de ministro y acabar con las dificultades que se avecinan.

En ese momento Issei hizo uso de la habilidad de los demonios para convencer al señor Crouch de darle los medios necesarios para operar fuera de la escuela.

—Me interesa más mantenerme vivo que el puesto de ministro, pero... aceptaría si me devuelves al Departamento de seguridad mágica.

Issei sonrió, las cosas iban saliendo como Le Fay le sugirió hace unos días.

...

La mañana de la tercera prueba fue demasiado animada en las mesas de los dos participantes. Por parte de Harry, recibió una tarjeta de parte de Sirius para desearle buena suerte.

No era más que un trozo de pergamino doblado con la huella de una pata de perro, pero Harry la agradeció de todas maneras. Llego una lechuza para Hermione llevándole su acostumbrado ejemplar de El profeta. Lo desplegó, miró la primera página y escupió sin querer el zumo de calabaza que tenía en la boca.

—¿Qué...? —preguntaron al mismo tiempo Harry y Ron, mirándola.

—Nada —se apresuró a contestar ella, intentando retirar el periódico de la vista. Pero Ron lo tomó

Miró el titular, y dijo:

—No puede ser. Hoy no. Esa vieja rata...

—¿Qué? —pregunto Harry—. ¿Otra vez Rita Skeeter?

—No —dijo Ron, e, igual que había hecho Hermione, intentó retirar el periódico.

—Es sobre mí, ¿verdad?

—No —contestó Ron, en un tono nada convincente.

Pero, antes de que Harry pudiera pedirles el periódico, Draco Malfoy grito desde la mesa de Slytherin:

—¡Eh, Potter! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Estás seguro de que no te vas a poner furiosos con nosotros?

También Malfoy tenía en la mano un ejemplar del El profeta. A lo largo de la mesa, los de Slytherin se reían y volvían en las sillas para ver cómo reaccionaba Harry.

—Déjame verlo —le dijo Harry a Ron—. Dámelo.

Más a fuerza que de ganas, Ron le entregó el periódico. Harry le dio la vuelta y vio su propia fotografía bajo un titular muy destacado...

Mientras Harry leía lo que el maldito articulo decía sobre él, en otra mesa pasaba algo diferente. En la mesa de Ravenclaw se encontraba Issei desayunando con las hermanas Delacour, Luna y Cho.

Hace unos instantes vieron como Malfoy se metía con Harry debido al articulo escrito en el periódico, haciendo que se enojara un poco con los chicos por dos razones: La primera era dar información fuera de contexto para la bruja que seguía dentro de los terrenos de la escuela, y la segunda era porque se estaban metiendo con alguien a quien considera familia.

—¿Harás algo al respecto? —preguntaba Fleur, al ver como Issei apretaba un poco el puño.

—Lo haría si no fuera ilegal lo que podría hacerle —dijo él con algo de cansancio—. Iré un momento con ellos...

—Oui, suerte con eso.

—cuidase, señor Issei —dijo Gabrielle con una sonrisa.

—No los mates —dijo Luna sonriente.

—No prometo nada —dijo Issei algo cansado.

Le Fay observo que él se estaba acercando a la mesa de Gryffindor, con un paso algo lento pero firme a los lugares que ocupaban Harry, Ron y Hermione. A ella le agradaba el grupo de chicos, eran de su edad y tenia algo en común con Hermione con el estudio... pero ahora estaba interesada a lo que va pasar a en este momento.

Al momento de que Issei tomó asiento a un lado de Hermione, la chica se puso tensa al sentir el poco contacto que tuvo con el cuerpo de él... Harry y Ron se quedaron observando unos cuantos segundos al castaño antes de saludar.

—Hola Issei —dijo Ron mientras alcanzaba una tostada.

—Hola... —dijo Hermione algo incomoda

—¿Como te va, Issei? —preguntaba Harry con una sonrisa.

—Bien —contesto Issei a Harry—. Hola Ron ¿Como están tus hermanos?, Hermione...

—Están intentando conseguir dinero, no tengo idea para qué —dijo Ron con poca importancia.

—Hablando de problemas, ¿los están molestando? —preguntaba Issei viendo a la mesa de Slytherin, y al periódico—, se que es por el encabezado del diario.

—Estábamos a punto de preguntarle a Hermione si encontró como hacer Rita Skeeter para meterse a la escuela —Ron estaba curioso de saber si la chica estaba teniendo avance en su investigación.

—Es lo que intento averiguar —admitió Hermione—. Pero... pero...

De la nada Hermione adquirió una expresión extraña absorta. Levanto la mano lentamente y se pasó los dedos por el cabello.

—¿Te encuentras bien? —preguntaron los tres varones al mismo tiempo.

—Sí —musitó Hermione.

Volvió a pasarse los dedos por el cabello y luego se llevó la mano a la boca, como si hablara por un Walkie-talkie invisible. Harry, Ron e Issei se miraron sin comprender.

—¿Te ocurre algo? —pregunto Issei algo preocupado.

—Se me acaba de ocurrir algo —explicó Hermione, mirando al vació... y a Issei—. Creo que sé... porque entonces nadie se daría cuenta... ni siquiera Moody... y ella podría haber llegado al alféizar de la ventana... Pero no puede hacerlo... lo tiene tajantemente prohibido... ¡Creo que la tengo! Necesito ir dos segundos a la biblioteca.

—Bueno, nos vemos luego chicos —dijo Issei sonriendo.

Harry y Ron se despidieron de Issei, lo vieron acercarse a la mesa de Ravenclaw donde estaba Luna esperando. Los dos chicos volvieron a lo que estaban haciendo.

—¿No tenemos examen de historia? —preguntaba Ron con duda.

—Meh —dijo Harry sin preocuparse.

Harry estaba exento de los exámenes de fin de curso por ser campeón de Hogwarts, en todos los que había habido hasta el momento Harry se había sentado al final del aula y había estudiado nuevos maleficios para la tercera prueba.

—Claro, tu no tienes que hacerlos —dijo Ron, mirando a Harry—, pero dime ¿algo útil?

—No mucho, no se que pueda esperarme ahí dentro...

Como era de rutina, la profesora Mcgonagall empezó a caminar en su dirección, los chicos pensaron que estaban haciendo algo malo...

—Potter, después de desayunar los campeones tienen que ir a la sala de al lado —dijo ella con su usual tono estricto, pero más relajado.

—¡Pero la prueba no es hasta la noche! —dijo Harry, manchando su uniforme con un poco de huevos revueltos, y temeroso de haberse confundo con la hora.

—Ya lo sé, Potter. Las familias de los campeones están invitadas a la última prueba, ya sabes. Ahora tienes la oportunidad de saludarlos.

Se fue. Harry se quedó mirándola con la boca abierta.

—No Esperara a que vengan los Dursley, ¿verdad?

—ni idea —dijo Ron—. Será mejor que me dé prisa, Harry, o llegaré tarde al examen de Binns. Hasta luego.

...

Harry había terminado de desayunar en el gran comedor, que se iba vaciando de manera veloz. Vio que Fleur Delacour se levantaba de la mesa de Ravenclaw y espero a que Issei hiciera lo mismo, ambos entraron a la habitación contigua. Krum se marchó cabizbajo, poco después, para unirse a ellos. Harry se quedó donde estaba.

Realmente, no quería ir a la sala. No tenía familia, por lo menos no tenía ningún familiar al que le pudiera importar arriesgar la vida. Pero, justo cuando se iba a levantar, pensando en subir a la biblioteca para dar un último repaso a los maleficios, se abrió la puerta de la sala e Issei asomó la cabeza.

—¡Harry, ven pequeño, te estamos esperando!

Totalmente perplejo, Harry se levantó. No era posible que hubieran llegado los Dursley, ¿O sí? Cruzó el gran comedor y abrió la puerta de la sala.

Viktor Krum se hallaba en un rincón, hablando en veloz Búlgaro con su madre, su padre sólo afirmaba con la cabeza un poco. Al lado de la otra sala, Fleur conversaba con su madre en francés. Gabrielle, la hermana pequeña de Fleur, le daba la mano a su madre. Saludo con un gesto a Harry, y él respondió de igual manera. Luego vio, delante de la chimenea, sonriendole, a Bill y a la señora Weasley.

—¡Sorpresa!  —dijo muy emocionada la señora Weasley, mientras Harry le sonreía de oreja a oreja y caminaba hacia ellos—. ¡Pensamos que podíamos venir a verte, Harry! —se inclinó para darle un beso en la mejilla.

—¿Qué tal? —lo saludó Bill, sonriéndole y estrechándole la mano—. Charlie quería venir, pero no han podido darle permiso. Dice que estuviste genial contra el dragon.

Harry noto que Fleur le daba unas miradas ocasionales a Bill, con demasiado interés. Aparte también pudo notar como es que Issei estaba sentado en una esquina de la sala, casi recostado observando el techo con mucho interés...

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