XII

https://youtu.be/7TfIiXNpasw

Narrador:

Harry festejo con sus compañeros en la sala común de Gryffindor, había toneladas de comida que Fred y George trajeron de las cocinas. Hermione discutió con los gemelos debido al frente unido por los derechos de los elfos domésticos. Convirtieron a Neville en un canario gigante

Harry, Ron y Hermione fueron a la mañana siguiente a buscar a Pigwidgeon a la lechucería para que Harry le pudiera enviar una carta a Sirius diciéndole que había logrado burlar al dragón sin recibir daño alguno. Por el camino, Harry puso a Ron al corriente  de todo lo que Sirius le había dicho sobre Karkarov. Aunque al principio Ron se mostró impresionado al oír que Karkarov había sido un mortífago, para cuando entraban en la lechucería se extrañaba que no lo hubieran sospechado desde el principio.

—Todo encaja, ¿no? —Dijo—. ¿No recuerdan lo que dijo Malfoy en el tren de que su padre y Karkarov eran amigos? Ahora ya sabemos dónde se conocieron. Seguramente en los mundiales iban los dos juntitos y bien enmascarados... Pero te diré una cosa, Harry: si fue Karkarov el que puso tu nombre en el cáliz, ahora mismo debe sentirse como un idiota, ¿no lo creen? No le ha funcionado ¿verdad? No recibiste rasguño alguno y tenías esa espada genial.

Pigwidgeon estaba tan emocionado con la idea del reparto, que daba vueltas y más vueltas alrededor de Harry, ululando sin parar. Ron lo atrapó en el aire y lo sujetó mientras Harry le ataba la carta a la patita.

—No es posible que el resto de las pruebas sean tan peligrosas como ésta... ¿Como podrían serlo? —siguió Ron, acercando a Pigwidgeon a la ventana—. ¿Sabes qué? Creo que podrías ganar el Torneo, Harry, te lo digo enserio.

—No lo creo Ron, sin Issei no hubiera podido ganar esta prueba—Dijo Harry, sonriendo un poco—. Pero muchas gracias por decirlo.

Harry sabía que Ron sólo se lo decía para compensar de alguna manera su comportamiento de las últimas semanas, pero se lo agradecía de todas formas. Hermione, por su lado comenzó a pensar un poco en Issei, se apoyó contra el muro de la lechucería, cruzó los brazos y miró a sus dos amigos.

—Mereces el crédito, Harry, Issei te ayudo porque se preocupa por ti y creo que no le importa el torneo—Declaró seria—. Aunque no me atrevo a pensar que puede venir después...

—Eres la esperanza personificada, Hermione—Reprocho Ron—. No arruines el momento.

Arrojó al mochuelo por la ventana. Pigwidgeon cayó cuatro metros en picado antes de lograr remontar el vuelo. La carta que llevaba atada a la pata era mucho más grande y pesada de lo habitual: Harry no había podido vencer la tentación de hacerle a Sirius un relato pormenorizado de cómo había burlado y esquivado al colacuerno volando en torno a él.

Contemplaron cómo desaparecía Pigwidgeon en la oscuridad, y luego dijo ron: 

—Bueno, será mejor que bajemos a desayunar, Harry, me estoy muriendo de hambre.

El trio de oro bajo rápido para poder alcanzar los deliciosos platillos del desayuno que se acaban apenas aparece el desayuno en la mesa.

...

El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve. Aunque el castillo siempre resultaba frío en invierno por las abundantes corrientes de aire, a Harry le alegraba encontrar las chimeneas encendidas y los gruesos muros cada vez que volvía del lago, donde el viento hacía cabecear el barco de Durmstrang e inflaba las velas negras contra la oscuridad del cielo. Imaginó que el carruaje de Beauxbatons también debía de resultar bastante frío. Notó que Hagrid mantenía los caballos de Madame Máxime bien provistos de su bebida preferida: whisky de malta sin rebajar. Los efluvios que emanaba del bebedero, situado en un rincón del potrero,bastaban para que la clase entera de Cuidado de Criaturas Mágicas se mareara. Esto resultaba inconveniente, dado que seguían cuidando de los horribles escregutos y necesitaban tener la cabeza despejada.

La clase de cuidado de criaturas mágicas resultó un tanto inquietante como las anteriores, los escregutos crecieron demasiado y comenzaron a matarse unos a otros. Malfoy y la mayoría que detestaban la clase corrieron a refugiarse en la cabaña de Hagrid cuando las cosas se pusieron un poco difíciles, al contrario, Harry y los demás se quedaron para poder ayudar al amable gran hombre.

Hagrid se lanzó sobre uno de los escregutos que estaba acorralando a Harry y Ron, y lo aplasto contra el suelo. El animal disparó por la cola un chorro de fuego que estropeó las plantas de calabazas cercanas.

—¿Quién es usted? —le preguntó Hagrid a Rita Skeeter, mientras le pasaba al escreguto por el aguijón y lo apretaba.

—Rita Skeeter, reportera de El Profeta —contestó Rita con una sonrisa. Le brillaron los dientes de oro.

—Creía que Dumbledore le había prohibido la entrada a Hogwarts —Contestó ceñudo Hagrid, que se incorporó y empezó a arrastrar el escreguto hacia sus compañeros.

Así empezó dio inicio una incómoda conversación entre él y la odiosa reportera del periódico, Hermione se dio cuenta de lo que podría pasar e intervino con su conejillo de indias: Harry. Juntos llamaron la atención de Rita, quien a esta altura ya le había sugerido al amable guardabosques que le concediera una entrevista para publicar un artículo en la sección zoológica del Profeta.

A Harry le dio mala espina, pero no había forma de poder decirle a Hagrid sin que Rita Skeeter se diera cuenta, así que aguantó en silencio mientras Hagrid y Rita acordaba verse en las tres escobas esa misma semana para la entrevista. Luego sonó la campana del castillo, señalando el fin de la clase.

...

En la biblioteca de Hogwarts se podía ver a una multitud de chicas un poco alejadas de donde se encontraba Viktor Krum, quien estaba sentado mientras intentaba leer un poco. Unas cuantas mesas alejadas de él, se encontraba sentado Issei junto con Cedric.

Cedric tenía una expresión algo seria mientras charlaba con Issei, el castaño solo escuchaba lo que decía su amigo. Intentaba pensar en un curso de acciones para poder mantener a los alumnos a salvo.

—Sigo pensando en llevar esto a manos del profesor Dumbledore, que los aurores se encarguen del resto— dijo Cedric.

—No lo veo como una opción, si pudo engañar al director y a los demás profesores, ¿crees que nos crean a nosotros?—preguntaba Issei.

—Tal vez no, pero no quiero quedarme con los brazos cruzados.

—Cedric-san, creo que debes actuar como si no hayas visto nada —Dijo Issei, rompiendo el silencio—. Se que el impostor te persiguió, pero no vio tu rostro y eso pone en peligro a toda la casa de Hufflepuff porque intentara buscar a quien lo haya descubierto.

—Eso es lo que me preocupa, pero ¿enserio me pide que me quede con los brazos cruzados?— Dijo, mientras veía a Issei. 

—Exacto, creeme que ese es el mejor curso de acciones por el momento— respondió Issei, mientras cerraba un libro—. No podemos continuar con esto por el momento, aquí hay demasiados oídos.

—Tienes razón, mejor cambiemos de tema— sugirió, intentando olvidar lo de ese dia—. ¿Cuando abrirás el huevo de oro?

—No tengo idea, Luna dice que lo sumerja en agua para ver qué sucede, pero no sé en qué lugar hacerlo  —Dijo Issei, un poco agotado.

—¿Por qué no intentas en el baño de prefectos?—le preguntó de manera obvia.

—¿los prefectos tienen un baño para ellos solos? —pregunto Issei, como si fuera algo fuera de lo normal.

—(Tu mismo tienes uno en tu casa, tonto)— fue lo que dijo Ddraig en la mente de Issei.

—Claro, es uno de los beneficios de ser prefecto— Dijo para después sonreír—. Si quieres te puedo decir donde estan.

—Te lo agradezco mucho, me quitas un problema de encima— Sonrió un poco—. también debo de darle las gracias a Luna, ella sugirió sumergir esa cosa.

Ambos dieron un bostezo algo sonoro, las chicas seguían viendo a Viktor Krum. El búlgaro parecía que estaba esperando a alguien, Issei junto a Cedric se levantaron y caminaron hasta la salida de la biblioteca. Cuando Issei abrió la puerta se topó con Hermione, Issei bajo la mirada para ver a la chica un poco mejor. 

Tenía unas cuantas quemaduras, raspones y un poco de polvo en su uniforme. El castaño noto que la chica se tomaba mucho el brazo izquierdo.

—Déjame ver tu brazo— dijo Issei, un poco serio.

—No es nada serio, los escregutos de Hagrid se volvieron locos— Respondió Hermione.

—¿Estás segura? se te pueden infectar si no las atiendes— Dijo Issei, sonando como un anciano.

—¿Quien eres, mi padre?— Dijo Hermione, un poco divertida—. Ire despues, necesito terminar un ensayo para Aritmancia.

—Bien, nos vemos luego —Issei sonrió.

Cedric e Issei salieron de la biblioteca, Hermione se vio un poco conflictuada por lo que estaba a punto de hacer. Se acercó a la mesa de Viktor, y se sentó unas cuantas sillas alejadas de el.

...

La semana avanzó y ya era jueves, Harry se encontraba con Ron en la clase de la profesora Mcgonagall, no estaban prestando atención. 

—¡Potter!, ¡Weasley!, ¿quieren atender? 

La irritada voz de la profesora McGonagall restallo como un látigo en la clase de Transformaciones del jueves, y tanto Harry como Ron se sobresaltaron.

La clase estaba acabando. Habían terminado el trabajo: las gallinas de Guinea que habían estado transformando en conejillos de Indias estaban guardadas en una jaula grande colocada sobre la mesa de la  (el conejillo de Neville todavía tenía plumas), y habían copiado de la pizarra el enunciado de sus deberes («Describe, poniendo varios ejemplos,en que deben modificarse los encantamientos transformadores al llevar a cabo cambios en especies híbridas»). La campana iba a sonar de un momento  . Cuando Harry y Ron, que habían estado luchando con dos de las  pega de Fred y George a modo de espadas, levantaron la vista, Ron sujetaba un loro de hojalata, y Harry, una merluza de goma

—Ahora que Potter y Weasley tendrán la amabilidad de comportarse de acuerdo con su edad —dijo la profesora McGonagall dirigiendo a los dos una mirada de enfado cuando la cabeza de la merluza de Harry cayó al suelo(súbitamente cortada por el pico del loro de hojalata de Ron) —, tengo que deciros algo a todos vosotros.

»Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo deseáis podéis invitar a un estudiante más joven...

Lavender Brown dejó escapar una risita estridente. Parvati Patil le dio un codazo en las costillas, haciendo un duro esfuerzo por no reírse también, y la sdos miraron a Harry. La profesora McGonagall no les hizo caso, lo cual le pareció injusto a Harry, ya que a Ron y a él sí que los había regañado.

—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora McGonagall—.El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación.

Lavender se rió más fuerte, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido. Harry comprendió dónde estaba aquella vez lo divertido: la profesora McGonagall, que llevaba el pelo recogido en un moño muy apretado, no parecía haber echado nunca una cana al aire, en ningún sentido.

—Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora McGonagall— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.

Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían lascosas y se echaban las mochilas al hombro.

La profesora McGonagall llamó por encima del alboroto: 

—Potter, por favor, quiero hablar contigo.

Dando por supuesto que tenía algo que ver con su merluza de goma descabezada, Harry se acercó a la mesa con expresión sombría. La profesora Mcgonagall esperó a que el resto de la clase se hubiera ido, luego le dijo:

—Potter, los campeones y sus parejas...

—¿Qué parejas?—preguntó Harry.

La profesora lo miró recelosa, como si pensara que intentaba tomarle el pelo.

—Sus parejas para el baile de navidad, Potter—Le dijo con frialdad—. Sus parejas de baile.

Harry sintió cómo se movió algo dentro de el.

—¿Parejas de baile?—Notó cómo se ponía rojo—. Yo no bailo —Se apresuro a decir.

—Sí, claro que bailas —replicó algo irritada la profesora—. Eso era lo que quería decirte. Es una tradición que los campeones y sus parejas abran el baile.

Harry se imaginó de repente a sí mismo con sombrero de copa y frac,acompañado de alguna chica ataviada con el tipo de vestido con volantes que tía Petunia se ponía siempre para ir a las fiestas del jefe de tío Vernon. 

—Yo no bailo —Insistió.

—Es la tradición —declaró con firmeza la profesora Mcgonagall—. Tú eres el campeón de Hogwarts, y harás lo que se espera de ti como representante del colegio. Así que encárgate de encontrar pareja, Potter.

—Pero... yo no...

—Ya me has oído, Potter —dijo la profesora Mcgonagall en un tono que no admitía réplicas.

Una semana antes, Harry habría pensado que se que encontrar pareja de baile era pan comido comparado con enfrentarse a un colacuerno húngaro. Pero, habiendo pasado esto último, y teniendo que afrontar la perspectiva de pedirle a una chica que bailara con él, le parecía preferible volver a pasar por lo del colacuerno.

Harry nunca había visto que se apuntará tanta gente para pasar las navidades en Hogwarts. Él siempre lo hacía, claro, porque la alternativa que le quedaba era regresar a Privet Drive, pero siempre había formado parte de una exigua* minoría. Aquel año, en cambio, daba la impresión de que todos los alumnos de cuarto para arriba se iban a quedar, y todos parecían también obsesionados con el baile que se acercaba, sobre todos las chicas. Y era sorprendente descubrir de pronto cuántas chicas parecía haber en Hogwarts.Nunca se había dado cuenta de eso. Chicas que reían y cuchicheaban por los corredores del castillo, chicas que restallaban en risas cuando los chicos pasaban por su lado, chicas emocionadas que cambiaban impresiones sobre lo que llevarían la noche de Navidad...

—¿Por qué siempre van en grupo? —se quejó Harry tras cruzarse con una docena aproximada de chicas que se reían y lo miraban—. ¿Cómo se supone que tiene que hacer uno para pedirle algo a una sola?

—¿Quieres echarle el lazo a una?—dijo Ron—. ¿Tienes alguna idea de con cuál lo vas a intentar?

Harry no respondió. Tenía muy claro a quién le hubiera gustado pedírselo, pero no conseguiría reunir el valor... Cho le llevaba un año, era preciosa, jugaba maravillosamente al quidditch y tenía mucho éxito entre la gente. ¿el punto negativo? Issei le dijo que era novia de Cedric.

Ron parecía comprender qué era lo que le pasaba a Harry por la cabeza.

—Olvidalo viejo, sabes que el niño bonito de Diggory la llevara—dijo Ron un poco desanimado—. Puedes ir con quien sea, eres un campeón después de todo.

—Eso no ayuda de mucho, pero gracias Ron.

Para sorpresa de Harry, pocos días después de su charla con Ron, comenzó a recibir muchas invitaciones de chicas años arriba al suyo. Una parecía querer pegarle, pero no pasó a mayores. En algún punto, él junto con Ron y Hermione tuvieron una charla con Hagrid para saber que tal le había ido en su entrevista con Rita Skeeter. Para su alivio, nada malo sucedió.

Corrían rumores como que Dumbledore le compró casi todas sus existencias de hidromiel a Madam Rosmerta, escuchó sobre un grupo musical llamado las brujas de Macbeth. Algunos profesores como Flitwick, desistieron de intentar enseñarles gran cosa al ver que sus mentes estaban tan claramente situadas en otro lugar. Issei por petición de Hermione, inició un grupo de estudios donde el castaño se desempeñaba como tutor de varios de ellos como los propios Harry, Ron, Hermione, Neville, Luna, Ginny y otros interesados.

Durante las sesiones de estudio se podía notar a Hermione un poco nerviosa, cuando Issei la miraba un corto periodo de tiempo, se podía ver la tensión de la chica. Issei sospechaba que algo le había pasado, pero con sus sentidos sobrenaturales entendía que pasaba, así que espero a que todos salieran de la biblioteca.

—Hermione...

La chica paró como si hubiera sido atrapada haciendo algo fuera de las reglas, con resignación se dio la vuelta y lo vio parado frente a ella. Issei parecía relajado, como si nada pudiera perturbarlo.

—¿sucede algo, Issei? —pregunto Hermione.

—No hace mucho el profesor Flitwick me contó sobre el baile de navidad—dijo Issei, viendo como Hermione se tensaba mucho más—. Recibí varias invitaciones y las rechace.

—¿Por qué harias algo como eso?

—¿No es obvio? —preguntaba Issei.

—No, no lo es.

—Yo creo que es mucho muy obvio—dijo Issei, alejándose un poco de ella—. ¿Quieres ir al baile de navidad conmigo?

Hermione se quedó paralizada en su lugar, quería gritar con todas sus fuerzas que aceptaba ir con él, pero no podía. Aquel dia que se encontró con él en este mismo lugar, aceptó ir con Viktor Krum.

—Me gustaría ir, pero no puedo.

—¿No puedes? —preguntó confundido—. ¿Acaso no piensas ir?

—No me mal entiendas, si voy a ir...

—Pero alguien te invitó primero —dijo Issei, terminando la frase de Hermione.

De las pocas personas que se encontraban en la biblioteca, todas ellas vieron como Hermione Jane Granger rechazaba la invitación de uno... Del chico más guapo en toda la escuela.

—Lo siento mucho Issei, pero le hice una promesa.

—No te preocupes, será mejor que nos demos prisa y vayamos al almuerzo.

El camino al gran comedor se vio cargado de un silencio incómodo, Issei por fuera se notaba normal aunque por dentro era otra cosa. Hermione podía sentirlo, Issei no se tomó muy bien la noticia de que ya tenía pareja para el baile de navidad. Cuando llegaron al gran comedor, Issei paso directo a sentarse en la mesa de Ravenclaw aun lado de luna, quien estaba charlando con la hermana menor de la campeona de Beauxbatons, Gabrielle. Eso sorprendió a todos pues el castaño acostumbraba a comer con los de Gryffindor, así que pensaron que algo fue mal con sus amigos.

Luna vio de inmediato como Issei estaba muy serio, estaba callado y sin hacer ninguna broma. La pequeña rubia decidió acercarse a su interés amoroso secreto no tan secreto.

—Issei ¿ocurre algo malo? —preguntó Luna, con su usual tono soñador.

—No es nada, no te preocupes.

—Pero estas serio, y tú nunca estás serio.

—Tengo unos asuntos en mente, es para la clase del profesor Snape —Mintió de manera descarada.

—No me mientas, terminaste antes que todos tus ensayos de pociones —dijo Luna, recordando que estuvo a su lado.

—Luna...

—¿Fue Hermione, verdad —dijo la rubia soñadora.

—No es lo que crees.

—Claro que lo es, los escuche cuando pensé que olvide unos pergaminos—contestó la chica, viendo a Issei—. No fue mi intención escuchar, perdoname.

—No te preocupes, además no estoy molesto con nadie aparte de conmigo mismo —Issei se rió un poco de él mismo.

—Entonces... sí Hermione no puede ir contigo, sería un placer acompañarte al baile.

—No irás al baile Luna, es pasada de tu hora de dormir —Issei le recordó.

—Anda, por favor ¿Siiiii?— Luna lo abrazó de manera posesiva.

—Luna, no puedo dejarte ir —dijo Issei, bajando un vaso con agua—. Recuerda como te pones si estas despierta hasta tarde.

—Eso fue solo una vez.

—Luna...

—Bien, pero no me rendiré contigo—dijo Luna, separándose de Issei—. Tu eres mio.

—Claro.

Issei despeinó un poco el cabello de Luna, luego se levantó de la mesa para ir al baño. Cuando abrió la puerta del gran comedor pudo ver a Fleur Delacour, quien sonrió al ver a Issei.

—Justo a quien quería ver —dijo la estudiante francesa.

—¿a mi? —Issei se apuntó a sí mismo.

Todos los estudiantes del gran comedor estaban viendo, escuchando, y colin creevey tomando fotos de lo que ocurría ante todos. Fleur estaba coqueteando abiertamente con Issei, el castaño sentía como el pequeño encanto de la parte Veela de Fleur intentaba hacer que se dejara llevar, pero no lograba hacer nada. Dos jóvenes brujas veían con celos la manera en la que ambos chicos platicaban.

—¿Entonces, tienes pareja para ir al baile? —pregunto Fleur al castaño.

—La verdad es que no, la chica a la que invite resultó que ya tenía pareja —respondió Issei un poco desanimado.

—¿Por qué no vas conmigo? Yo tampoco tengo pareja.

Issei lo pensó por unos momentos, Hermione ya tenía pareja y Luna no soportaba estar despierta mucho tiempo después de su hora de dormir. A este paso sería el único campeón que no tendría pareja.

—creo que será divertido ir con usted, señorita Delacour.

Fleur sonrió en gran medida, abrazo a Issei y después de eso se fue a sentar con su hermana menor, quien aún seguía charlando con una Luna celosa. En la mesa de Gryffindor, Harry y Ron estaban sufriendo la ira de un dragón desencadenado llamado Hermione. Ambas chicas se encontraban molestas consigo mismas.





















1. Para quienes no sepan, exiguo o exigua significa " Que es escaso o insuficiente."

2. ¿Ya vieron el diseño de Catwoman y Posion Ivy en Batman: Long Halloween?


Está que arde de genial, me encanto el nuevo estilo de animación que está manejando DC.

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