09

-Narrador-

Issei se quedó observando a la nada durante un poco más de veinte minutos. En ese tiempo Rias pidió una explicación de lo que estaba sucediendo, estaba confundida, pero al ver el estado en que se quedó Issei, eso la preocupo y decidió tomar cartas en el asunto.

Se aseguro tranquilizarse un poco, no quería cometer una estupidez o algo que empeorara las cosas. Sirzechs vio como Rias se ponía de pie y después de dar unos pequeños pasos, escucho a su pequeña hermana.

—Hermano, ¿puedes explicarme que está sucediendo?

—Es algo muy complicado, Rias, pero debes entender una cosa —dijo Sirzechs con un tono serio—. Sea lo que sea que tengas con Issei, deben terminar ahora.

—Quiero que lo expliques ahora

—Vamos a calmarnos, por favor —dijo el mayor en la habitación—. Sera algo cansado, así que por favor espera unos momentos.

Mientras los dos hermanos pelirrojos charlaban, Issei se recuperó y se fue a la cocina seguido de su madre, Miki. Issei abrió la llave y se lavó la cara con agua fría, para regresar a sus cinco sentidos, Miki lo ayudo un poco y le dio una pequeña toalla para que se quitara el exceso de agua.

—¿Estas bien, mi niño?

—Estoy bien... Es solo que... Es muy repentino.

—Eso lo que se cariño, pero por favor —dijo Miki abrazando a Issei—. Dale una oportunidad de aclarar las cosas. Estoy segura de que pueden arreglar lo que sea que este pasando.

—Eso lo dudo mamá... Creo que hice algo malo —dijo Issei rompiendo el abrazo, para acercarse al lavabo y ver su reflejo—. No, estoy seguro de que hicimos algo muy malo, Rias y yo.

—Por favor, hijo. No creo que sea tan malo —dijo ella tratando de aligerar las cosas.

—Mamá... Si él es mi padre, entonces... Creo que me acosté con mi tía —dijo Issei sintiéndose un poco mal.

—Oh, eso es malo —dijo Miki con un seriedad—, ¡¿Eres consciente de lo que hiciste?! ¡Estas diciéndome que te acostaste con la hermana menor de tu papá!

Issei solo asintió un poco temeroso de la actitud de su madre, luego recibió una estruendosa cachetada que le dejó una marca en el rostro.

—¡¿Sabes que tan malo es esto?! ¡Si tu padre descubre eso, ten por seguro que no meteré las manos al fuego! —Miki estaba muy enojada—. Es un acto inmoral lo que hiciste, ¿qué pasa si queda embarazada?

—Créeme que ya lo es —dijo Issei volviendo a lavar su rostro—. No necesitas decirme lo obvio, mamá. ¿Qué pasa si queda embarazada? Pues me haré cargo de ella y del bebé, porque es lo que un hombre hace.

Miki le dio un golpe a Issei en la cabeza. El pelirrojo no hizo protesta alguna, sabía que se merecía el golpe.

—Ya arreglaremos esto más adelante, estúpido jovencito.

Issei estaba un poco irritado. Eran muchas emociones para tan poco periodo de tiempo, así que decidió quedarse en la cocina con su madre mientras, Rias y Sirzechs estaban en la sala, charlando de algo.

—Entonces, tú y la señora Hyodo se conocieron cuando tú y Onee-sama tuvieron una pelea.

—Exacto. En esos momentos Grayfia y yo pasamos por un momento muy tenso en nuestro matrimonio y peleábamos casi diario —dijo Sirzechs mientras recordaba esos años—. Fue realmente duro, y cuando no soporte más, me fui al mundo de los humanos.

«Arregle que mandaran todo mi trabajo a una de las propiedades que tengo bajo mi nombre, así que con todo listo me dispuse a descansar un poco de los problemas de mi matrimonio. Se que puede sonar egoísta, pero fue Grayfia quien sugirió darnos un tiempo, así que acordamos hacerlo y tomamos caminos separados, ella fue a casa de nuestros padres para pasar tiempo con mamá.

Pasó una semana y decidí salir a tomar una copa, era fin de semana y no tenía a nadie que me dijera que tenía que acabar todo el papeleo que se estaba acumulando, y la verdad no me interesaba del todo por el momento. En el bar conocí a la mamá de Issei, era una universitaria en ese entonces, calculo no más de 21 años, estaba un poco ebria... Charlamos un poco y su novio le había sido infiel, seguimos charlando, pero ella dejo de beber.

Ella encontró en mí una manera de desahogarse y yo pensé que tenía una nueva amiga, así que seguimos charlando hasta que el bar cerro. Ella estaba recobrando sus cinco sentidos, pero aun así no podía dejarla ir sola.

La estaba acompañando a su casa, para que no le pasara nada malo. En fin, le estoy dando muchas vueltas. El tiempo que estuve en el mundo humano forme una especie de relación amorosa con Miki, y para ser sincero no me arrepiento de nada. Las cosas con Grayfia fueron mejorando de la misma manera, y sentí que era mi tiempo de regresar.

Le dije a Miki que debía regresar a mi país de origen, pues estaba teniendo problemas con mi familia, lo cual no era mentira. Pero esa noche ella y yo, pues... Ya sabes, lo que hacen las personas cuando se quieren mucho.

Yo no sabía que ella estaba embarazada. Es todo lo que puedo contarte por ahora, lamento omitir ciertos detalles, pero nunca acabaría de contarte todo.

»

Rias se quedó pensando las cosas, era lógico que en los matrimonios de los demonios hubiera problemas, era obvio, estar casados durante 350 años y no tener una sola pelea de matrimonio no era normal. Por lo que ella entendió un poco a que se refería su hermano mayor.

—Creo entender un poco, incluso nuestros padres han tenido problemas en su relación —dijo Rias para después suspirar—. Hermano... Tengo algo que decirte...

—Lo que sea, puedes confiar en mi —dijo Sirzechs con una sonrisa.

—¿Prometes que no te enojaras?

—Lo prometo —dijo él con una sonrisa.

Rias se tardó un poco en reunir el valor necesario para confesar lo que había hecho con Issei, y porque tardaron tanto en regresar a casa de los Hyodo.

...

Todos estaban sentados en la sala. Las cosas no se habían calmado del todo, pero eran más manejables ahora y por el momento, Miki estaba tratando de no matar a golpes a su hijo por la irresponsabilidad que cometió.

—Bien... Ahora que todo está más calmado, me gustaría dejar una cosa clara —dijo Sirzechs tomando la palabra—. Se que todo es muy repentino, pero me gustaría pasar tiempo con ustedes dos, en especial contigo, Issei.

Issei siempre deseo poder conocer a su padre, pero no estaba seguro de si estaba feliz por eso ahora. ¿Todos los años de burla qué soporto para describir qué es producto de una infidelidad?

—Prefiero no hacerlo...

Las palabras dichas por Issei sorprendieron a Rias. Ella sabía del sueño del chico, ¿entonces por qué se negaba para hacerlo? Es algo que no entendía.

—Entiendo...

Issei solo se quedó en silencio mientras recordaba sus días de infancia, el cómo se imaginaba el encuentro con su padre. Lo que paso no es para nada igual a lo que soñaba, sus sentimientos no son los mismo que pensaba que iba a tener.

Siempre soñé con esto... pero me siento molesto—dijo Issei para sus adentros.

Miki se empezó a poner nerviosa debido a la actitud de su hijo. Estaba apretando con fuerzas sus puños al punto de que se ponían blancos por la cantidad de tiempo que lo estaba haciendo.

—¿Hijo? —Miki puso su mano en la espalda de Issei.

—...

Rias se preocupó un poco al ver que Issei no reaccionaba ante nada, solo estaba sentado viendo hacia el suelo con los puños apretados.

—¿Issei, estas bien? —Rias se acercó para verlo.

Cuando intento tocarlo, retiro su mano de inmediato por el aura de destrucción que estaba saliendo a su alrededor. Rias de inmediato aparto a Miki del lado de su hijo.

—Estoy molesto —dijo Issei, alzando el rostro—. ¿Quieres pasar el tiempo con nosotros? ¿¡A caso somos algo que puedes tratar como un pasatiempo!?

—¿Pasatiempo? —pregunto Sirzechs confuso y en guardia.

—No puedes venir de la nada y deshacer doce años de burlas, acoso y denigraciones por no tener un padre presente —Issei se alzó viendo a Sirzechs de frente.

—¿Estas molesto conmigo? —Sirzechs pregunto mientras avanzaba hacia Issei.

—¿Molesto? No, estoy furioso —dijo Issei encarando a su padre.

—Tienes tus motivos para estarlo —Sirzechs no se inmuto ante la presencia de Issei.

Para quienes si estaba siendo un ambiente difícil para estar era para Rias y Miki, quienes tuvieron que salir para no sentir la sofocante atmosfera que se estaba formando.

—Estás haciendo que tu madre se sienta mal —Sirzechs estaba tratando de calmar al chico.

—...

—Es mejor que te calmes, hijo.

—No te he dado el permiso de llamarme así.

—Hyodo Issei, es mejor que nos calmemos —el padre del chico se alejó un poco—. Nos veremos pronto, estoy alegre de haberte conocido, hijo.

Sirzechs salió por la puerta principal y vio a su hermana y a su Ex. Rias tratando de tranquilizar a Miki por el repentino enojo de Issei.

—Sabía que podía ser una mala idea, Sirzechs —dijo Miki viendo al mayor—. En mi interior lo sabía, pensaba que Issei estaría feliz de conocerte.

—Solo esta confundido, dale algo de tiempo —comentó Sirzechs tomando la mano de Miki—. Estaré en la ciudad un tiempo, esta es mi dirección por si deseas ir a visitarme.

Sirzechs le entrego una tarjeta del hotel donde está hospedando. Rias lo vio e intento hablar, pero con la mirada de su hermano mayor ella entendió que no debía hablar ahora mismo.

—Entonces... nos veremos pronto —dijo Miki solo acepto la tarjeta.

Sirzechs tomo a Rias por el hombro y se separaron de Miki. La castaña entro a su casa lo más rápido posible para ver el estado en el que se encontraba su bebe.

Cuando estaba dentro, pudo ver a Issei sentado en el sofá individual mirando hacia el techo.

...

Miki entro para ver cómo estaba su hijo. El chico estaba sentado casi recostado mientras veía el techo de la casa. Miki se sentó a un lado suyo y tomo la mano de su pequeño.

Issei acepto la mano de su madre y la apretó un poco, y su agarre se debilito pocos segundos después.

—¿Estas bien, hijo? —pregunto Miki, viendo a su pequeño.

—No.

—¿Quieres hablar de lo que sucedió hace un rato?

Miki deseaba castigar a su hijo, pero ¿cómo podría? No podría hacerlo, aunque deseara hacerlo. Todos esos años en los que sufrió y soporto con una sonrisa mientras veía a los demás... Era extraño para ella que no sintiera enojo o algún otro sentimiento.

—Yo... No pensé que se fuera por eso —dijo Issei sin querer ver a su madre—­. Nunca imagine que él tuviera una aventura contigo... ¿Eso me convierte en un...

—No te atrevas a terminar esa palabra, Hyodo Issei —Miki se puso de pie e hizo que su hijo la viera—. Nunca, nunca vuelvas a pensar de esa manera, hijo. No dejes que las acciones mías y de tu padre, ni de nadie más te afecte Issei. Se por lo que pasaste, mi día a día era un sufrimiento porque te veía triste casi a diario.

—Mamá...

Issei se puso de pie y abrazo a su madre.

—Issei —Miki abrazo a su hijo—. ¿Puedes perdonar a tu madre? Fue mi idea dejar que se conocieran, por mi culpa te pusiste de ese modo.

—No hay nada que perdonar, mamá —dijo Issei, sintiendo como era tranquilizado.

—¿Podrás darle una oportunidad a tu padre?

—No lo creo...

—No es necesario que lo hagas pronto, hazlo cuando sientas que debas hacerlo —Miki abrazo con fuerza.

—¿Y si nunca estoy listo, mamá?

—Entonces debes decirle como te sientes.

Miki estaba sintiendo que el mundo le estaba jugando una mala broma. Issei sentía lo mismo, todo lo que siempre deseo salió de esta manera... De un momento a otro todo su anhelo y felicidad se convirtieron en enojo y rencor.

No fue de la nada —Karna dijo para Issei—. Todo lo que sientes es sincero, por una parte, siempre anhelaste ver y conocer a tu progenitor. Pero por el otro lado, esos sentimientos que trataste de ocultar al fin salieron a flote de la peor manera posible, como cuando un rio destroza la presa que lo contenía.

La explicación de Karna le hacía sentido a Issei.

Debes aprender a lidiar mejor con tus emociones de ahora en adelante, Issei —dijo Karna para después irse.

—Creo que debo controlar mejor mis emociones de ahora en adelante, mamá —dijo Issei, tratando de calmarse.

—No, no es cierto —dijo Miki con un tono dulce—. Solo necesitas un poco de tiempo para asimilar las cosas.

—Creo que me iré a dormir.

—Si, tienes razón pequeño, es tarde.

Con eso dicho, Issei se fue a dormir para al día siguiente tratar de hablar del tema con Rias y tratar de entender lo que sucedía. Miki se quedo unos minutos más en la sala, sentada en el sofá mientras pensaba en cómo puede reaccionar Issei en los días por venir.

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