03

-Narrador-

Issei estaba acostado en su habitación, viendo el techo mientras jugaba con una pelota pequeña. Estaba disfrutando de su tiempo libre, su madre no estaba y ya había terminado sus deberes, estaba un poco aburrido.

Cerró sus ojos y apareció en el lugar donde suele charlar con Karna, se concentró en meditar como su compañero le sugirió cuando se conocieron. En cada respiración podía sentir el flujo de su poder, pero se encontraba con algo extraño, era una energía poderosa, explosiva y que se sentía diferente a cuando utilizaba una de las habilidades que Karna le enseñaba.

Yo también la siento— dijo Karna, apareciendo detrás de Issei—. Es una energía que es parte de ti, muy poderosa y destructiva, está esperando a que la tomes y sea liberada.

—¿Debo hacerlo? —pregunto Issei, un poco confundido.

Sin ella ya eres muy poderoso, tu energía es algo que no había sentido antes cuando estaba vivo —dijo Karna, explicando un poco a Issei—. Si quisieras, podrías dominarla en pocos días, después de todo tienes un talento natural mejor que el mio.

—No creo ser tan especial como lo dices —dijo Issei, respondiendo a lo dicho por Karna.

Creeme, esa energía es muy destructiva y cualquier cosa entre en contacto con ella morirá o desaparecerá —dijo Karna, explicando un poco de lo que entendía —. Tu no eres un humano comun y corriente, Issei.

—Bueno... ¿qué te parece si salimos un poco a practicar?

Seria bueno enseñarte un poco más sobre el arte de la lanza, pero mejor sigue meditando. Sera bueno que entiendas a esa energía latente en tu interior.

Issei hizo caso a los consejos de Karna, siguió meditando y tratando de entender esa energía destructiva en su interior. Karna por otra parte, estaba interesado en enseñarle un poco de magia al pelirrojo, pero no traía el tema a conversación debido a lo ocupado que estaba Issei con la escuela.

...

Ahora se encontraba en la escuela, hace unos pocos días había cambiado su asiento con una de las chicas, le molestaba estar sentado en la parte trasera. Faltaba poco para la hora del almuerzo, y ahora traía un par de cajas desde casa. Tiene planeado compartir con Rias.

La chica estaba sentada, prestando atención a la clase mientras era vista por Issei. Últimamente ninguno podía pasar el día sin pensar el uno al otro, en poco tiempo se hicieron muy unidos y era una bonita amistad. Issei pensaba que Rias era una excelente persona, una en la que puede confiar y contarle todos sus secretos, penas y deseos, como lo hizo hace un par de días.

Rias por su lado sentía que Issei era un poco diferente a otros chicos, él no la veía con malos ojos, pensamientos pervertidos y para sacar beneficio de ella.  En una plática que tuvo con Souna la noche anterior que fueron de compras, la chica de gafas mencionó que sentía un engranaje sagrado en Issei y pensaba invitarlo a ser parte de su nobleza. Rias se molesto un poco, ella también había sentido la energía del engranaje sagrado y considero la opción de re-encarnarlo, pero desechó la idea pensando en que podría ser de otro modo.

Issei de la misma manera sentía que algo era diferente con Rias y los demás, se dio cuenta un día que Rin lo fue a visitar para pedirle ayuda con unos temas que no podía entender. Era similar a que cuando estaba con los chicos del club, pero no le dio mucha importancia e imagino que podían ser solo cosas suyas.

La campana sonó y los alumnos comenzaron a salir del aula, Issei se acercó con Rias y le dio un pequeño saludo.

—Rias ¿como estas? —preguntaba el chico, estaba sonriendo un poco.

—Me encuentro bien, gracias por preguntar —respondió Rias, viendo a Issei.

Ambos sonrieron al momento de verse.

—Traje un almuerzo extra, me preguntaba si quisieras tomar el almuerzo conmigo —dijo Issei, sintiendo la mirada de Rias.

—Me encantaría ¿quieres que comamos en club?

—Es una buena idea, adelantate yo iré a comprar las bebidas —dijo Issei sonriendo.

No pasó mucho tiempo hasta que Issei llegó al salón del club, no había nadie en el lugar, solo se encontraba Rias. Estaba sentada, en su rostro había una expresión un poco seria y eso preocupaba a Issei. Issei no era tonto, sabía que muy bien que apenas la conocía desde hace un mes, pero era evidente que a la chica algo le preocupaba. 

—Rias ¿te encuentras bien? —pregunto Issei, estaba serio.

—¿Issei? No me di cuenta de cuando llegaste —respondió ella, un poco extrañada.

—¿sucede algo? Has estado rara estos últimos días —Issei se sentó a un lado de ella—. ¿estás teniendo algún tipo de problema?

A Rias se le hablando un poco el corazón, Issei la conocía de poco tiempo y se notaba que estaba preocupado por ella. Ella no podía decirle que era una demonio y que encima estaba atrapada en un estúpido, muy estúpido matrimonio arreglado. ¿Como podria hacerlo? No iba arruinar la vida de un chico tan encantador como lo es Issei. Espera un momento ¿Encontraba encantador a Issei? Ella había pensado de esa manera sobre un chico, no estaba interesada en los hombres porque pensaba que todos eran lo mismo. Los afectos que tiene hacia su nobleza son porque los encuentra lindos, pero con Issei...

—No es nada, solo estaba pensando —dijo ante la pregunta de Issei.

—¿Enserio? te veías muy seria, pensé que algo malo te estaba ocurriendo —dijo Issei, suspirando un poco aliviado.

—No te preocupes, no tiene mucha importancia ¿podemos evitar el tema?

—Claro, lo siento mucho —Issei se disculpó.

Ese día continuo sin muchas más dificultades, las clases siguieron su ritmo normal e Issei disfrutaba de las mismas.

...

El pelirrojo seguía meditando tratando de entender esa energía destructiva que corría por su cuerpo, no lograba hacerlo del todo. ¿De dónde viene? era la pregunta que más se hacía, mientras más practicaba, más la sentía en su cuerpo.

Karna había sido un gran maestro, los consejos que le daba para relajarse y ganar más concentración  fueron de mucha ayuda. Issei se encontraba dándole forma a esa energía, era tan manejable que podía hacer cualquier cosa con ella.

Te lo dije —dijo Karna, apareciendo delante de Issei—. Eres impresionante, cuando usas esa energía eres como mínimo diez veces más poderoso.

—Siento lo mismo, pero cuando la utilizo me canso muy rápido —respondió Issei, jadeando por el cansancio.

Es natural que suceda, tienes muy poco tiempo utilizando tu poder natural —dijo Karna, sonriendo un poco—. Al ritmo que vas, no me sorprende que en pocos meses puedas usarla al cien por ciento de eficiencia. Me gustará ver que tan poderoso te vuelves.

—Hablas muy bien de mi, Karna —dijo Issei, sonrojandose un poco—. ¿puedo preguntarte algo?

Claro, lo que quieras.

—¿Alguna vez te enamoraste?

Si lo hice —dijo Karna, sonriendo con tristeza—.No pude expresarle mis sentimientos, mori en la guerra antes de poder verla de nuevo.

—Vaya, lo siento mucho —dijo Issei, ahora un poco cabizbajo.

No te preocupes, sé porque haces esta pregunta y mi consejo es que lo hagas, no te quedes con ese sentimiento guardado.

—No creo que sea tan sencillo...

Nunca dije que lo fuera ¿o si?

—No, no lo hiciste.

Issei sonrió y con la energía destructora formó un pequeño corazón. Siguió meditando después de la breve charla con Karna, estaba decidido a controlar su poder de nacimiento, necesitaba hacerlo porque era una meta personal. Karna le advirtió que era una habilidad muy peligrosa y que debía usarla con mucho cuidado, que solo la utilizara en casos de extrema emergencia. 

...

Rias se encontraba en su habitación, Akeno estaba con ella. Ambas estaban acostadas en la cama mientras veían una película, era una de esa románticas. Rias no estaba prestando mucha atención a lo que pasaba, estaba pensando en lo que pasó la última vez con Issei.

¿En serio siente algo por él? La respuesta era un poco confusa, nunca antes se había interesado en los hombres, hasta que llegó a su vida el pelirrojo. Akeno noto que se encontraba distante y puso pausa al dvd, volviéndose a ver el rostro de su Rey.

—¿Sucede algo, Rias? — preguntaba Akeno, viendo con extrañes a Rias.

—No...

—¿Estas segura? —pregunto Akeno, con una sonrisa juguetona.

El rostro de Rias palideció al ver lo que se venía. Akeno se abalanzó sobre la pelirroja, y comenzó a hacerle cosquillas por todas partes, Rias no resistía y empezó a llorar de la risa. Aunque logró controlarse un poco y darle batalla a su amiga, perdió la guerra y ahora estaba acostada en el suelo tratando de recuperar el aliento.

—¿Ya estas mejor?

—Si, lo necesitaba —respondió Rias

—Me alegro, no me agrada verte así—Dijo Akeno, sentándose a un lado de Rias.

—Akeno, me encuentro un poco confundida ¿crees que puedas ayudarme?

—Soy tu mejor amiga, por supuesto que te ayudare —dijo Akeno, mostrando una pequeña sonrisa—. ¿De que se trata?

—Creo... Creo que me gusta un chico —dijo Rias, sonrojada por pensar en Issei.

—No puedo creerlo ¿se trata de él? —preguntó Akeno, haciendo una silueta de un pájaro.

—¿que? No, asco —dijo Rias con repulsión.

—¿Entonces de quién se trata?

—Se trata de Issei —dijo ella un poco sonrojada.

Akeno se sorprendió, bueno, lo estaba desde que Rias le dijo que le gustaba un chico. Ella tenía entendido que para su amiga, todos los hombres eran iguales. 

—No te detengas, sigue contando chica —dijo Akeno un poco ansiosa.

Rias comenzó a contar desde el inicio, gran parte lo sabía Akeno porque ella estuvo ahí la mayoría del tiempo. La verdad no era como si le contara algo nuevo, pero todo se torno interesante cuando mencionó las veces que se quedaban solos en el club cuando el resto salía, era tan interesante escuchar como relataba sus sentimientos.

—Todo con él se siente diferente, tal vez sea porque no es como los demás hombres — dijo Rias, abriendo una soda—. Es la primera vez que siento algo como eso, y no se que hacer. Si le digo a mis padres se opondrán por el tonto y estúpido compromiso, no se que debo hacer.

Akeno se sentía un poco mal por la situación de Rias, deseaba que su amiga fuera feliz, pero no podía ir en contra de los deseos de los padres de su rey. Puso una expresión pensativa, tardó varios segundos en responder a la problemática de Rias.

—Yo digo que sigas tus sentimientos —dijo Akeno, tenía una sonrisa en el rostro—. Mereces ser feliz con alguien a quien quieras, por lo que contastes... Puedo decir que Issei se preocupa por ti, y estoy segura que corresponderá a tus sentimientos.

Rias sintió como las palabras de Akeno hacían efecto en su persona, se acercó para darle un abrazo a su amiga y reina. Lloro un poco por la emoción, pero después de unos segundos se separaron.

—Tienes razón, merezco eso y no dejar que el tonto compromiso me afecte —dijo Rias, sonaba muy segura de sí misma —. Cuando lo vea le pediré que sea mi novio.

—Fufufu no tan rápido —dijo Akeno, mostraba una pequeña sonrisa juguetona —. Tendrás que compartirlo conmigo, o sino tendre que robartelo.

Ambas rieron un poco por el comentario, pero Rias no se lo tomó del todo bien y le dio un pequeño golpe en la cabeza a Akeno. La pelinegra solo le mostró la lengua y se lanzó para hacerle más cosquillas.

...

Al día siguiente Issei se encontraba con Rias en el salón del club, ambos estaban sonrojados, había un silencio que no era incomodo, pero ellos parecían estarlo. Se notaban nerviosos, cuando intentaban charlar lo hacían al mismo tiempo y se avergonzaban por esos pequeños accidentes.

—Rias...

—¿Si, Issei?

—tengo algo que decirte —pregunto Issei, un poco menos nervioso.

—creo que si... yo también quería compartir algo contigo...

—¿enserio? —Dijo Issei, en un tono de sorpresa.

—¿Que tal si lo decimos al mismo tiempo? —preguntaba la chica, casi del mismo color de su cabello.

—Bien, a la de tres.

Rias comenzó con la cuenta, Issei la siguió y terminaron al mismo tiempo. Cerraron los ojos y gritaron ¡Tres!

—¡Me gustas y quiero que seas mi novia!

—¡Me gustas y quiero que seas mi novio!

Los dos chicos abrieron los ojos con sorpresa, sonrieron y se tomaron de las manos para después darse un abrazo con toda la emoción del mundo. Estaban riendo, temblando y no podían articular una palabra. Se vieron unos segundos a los ojos y de un momento para otro se estaban besando en el sillón de tres plazas del club.

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