Orgullo

En el interior de la casa se encontraban reunidos los integrantes de Black Flag, el transporte militar se encontraba en la entrada principal, siendo vigilado por Alexandra y Proxy, los dos estaban armados y recibieron la orden de disparar a meter contra cualquier intruso o individuo violento.

Marcos había llegado al lugar de manera estruendosa, cuando la gente vio llegar ese enorme transporte de tropas de inmediato pensaron que las Fuerzas de Autodefensa habían llegado al lugar para reforzar la seguridad o evacuar a los civiles a una zona segura, pero sus ilusiones se fueron abajo cuando vieron bajar a los extranjeros.

Pero aún no recibían la noticia más devastadora, acerca de la reciente destrucción parcial de una parte de las fuerzas de rescate de la familia Takagi, los que sobrevivieron estaban en una zona de recuperación y se atribuyo el estado de la gente a un ataque de pandilleros.

Marcos: si, es una amenaza de nivel animalia, apuesto a algún demonio que aprovecho los descuidos de la Fundación, la Coalición y la Hermandad, aunque las posibilidades de que sea una aparición espontanea no es descartable —Estaba comiendo el contenido de una bolsa de papas fritas, mientras le explicaba a Sōichirō Takagi la situación— están muy jodidos, no tienen el entrenamiento ni las armas para protegerse

Sōichirō: no comprendo todavía a qué se refieren con anomalías, pero si algo está amenazando a mi gente y a mi familia entonces tenemos que enfrentarlo —Escucho una risa de parte de Pablo, por lo que de inmediato de acercó al asesino de uniforme rojo— ¿Te parece divertido?

Pablo: Solo me parece divertida la ignorancia y su inocencia al creer que poder enfrentar a esos monstruos, no tiene ni el entrenamiento ni las armas para pelear —Sus ojos de encontraron con la mirada furiosa del hombre de la casa, quien parecía furioso con él— para su información, anomalías son criaturas, fenómenos, objetos, entidades, entre otras cosas, que fluyen en contra de la naturaleza que conocen, no son cosas con las que pueda luchar un humano común

El hombre estaba molesto por esta situación, tener que enfrentar a esas cosas era un suicidio y lo sabia, pero no queria abandonar ese lugar todavía, sabia que había zonas seguras, pero no tenían el suficiente personal para mantener a toda su gente a salvo, tenían que esperar al menos dos días mas.

Sōichirō: ¿Ustedes son capaces de enfrentar esas cosas? no soy idiota, se que no son gente normal, tanto en físico como en equipo —Observo a los tres jóvenes frente a él, quienes parecían un tanto indecisos acerca de que decirle—

Marcos: podemos luchar contra la mayoría de anomalías comunes, entre ellas de la clase que causo daños a los autos y con relativa facilidad —Se cruzo de brazos y lado su cabeza, observando los ojos del líder de ese lugar con frialdad— el problema es que ninguna de estas personas nos interesa y tenemos cosas mas importantes que hacer, nos dejaron claro que no querian nuestra presencia aquí y haremos eso

Todos se dispusieron a salir, no planeaban quedarse allí por las tiempo, en el pasado Pablo habrá aceptado quedarse a ayudar, cuando aún tenía ideales y por un momento pensaban que la humanidad era su principal objetivo, pero tras tantas misiones y esa guerra decir que eran humanos era decir mucho.

Las tres anomalías salieron de la oficina donde los habían reunido y fueron a buscar al resto de jóvenes con quiénes habían ido a esa casa, querían salir de esa casa lo antes posible para no tener que lidiar con toda esa gente, los tres se dividieron y buscaron a sus amigos.

El primero en encontrar a alguien fue el asesinó de ojos negros, quien encontró a Hirano y Saya hablando entre si, al parecer el muchacho regordete estaba hablando acerca de su viaje a los Estados Unidos, pero cuando vieron llegar a Pablo se quedaron en silencio, ya que al parecer Pablo de mostraba más serio que de costumbre.

Pablo: tenemos que hablar —Los dos lo miraron y fueron a una banda que tenía el jardín, dónde podrían hablar de manera adecuada— tenemos que irnos de aquí, hay muchas anomalías peligrosas en el área y este lugar es el siguiente objetivo

Saya: ¿Estás hablando acerca de que esté lugar está por ser atacado? —Ella de inmediato se mostró preocupada, ya que no esperaba escuchar esa notícia— tenemos se avisar a mi padre, esto es peligroso y quizás podamos defender la casa

Pablo: tu padre lo sabe, pero el como yo entendemos que no podrán escapar más que los más capaces, quedarse aquí es un suicidio para ellos —Se cruzó de brazos, sabiendo lo que se acercaba, la única sorpresa fue que Hirano era quien pidió quedarse—

Hirano: no podemos solamente irnos, esta gente nos necesita, dijiste que tú deber era proteger a la humanidad, esas cosas vendrán aquí y matarán a todos ¿Podrás irte en paz sabiendo eso? —El muchacho de lentes se los acomodó y una expresión sombría se apoderó de su rostro—

Pablo: quedarme significa que tengo que proteger a la gente que le escupe a lo que me sirven, a quienes me insultan y quiénes si tuvieran la oportunidad me dispararían, en el mejor de los casos me tienen miedo ¿Que haría que yo piense que salvarlos vale la pena? —Planeaba irse junto con ellos, pero noto que Saya no se movía de su lugar— ¿Te quedarás con ellos? No tiene sentido, podrías venir con nosotros y...

Saya: ¿De verdad eso piensas? ¿Que si alguien es malo contigo debes dejar morir a todos? En este lugar hay niños, personas que están asustadas, no puedes dejarlos morir por unos pocos idiotas —El asesino de ropa roja y negra estaba bastante molesto, realmente no planeaba quedarse— se que no debería pedirte que arriesgues tu vida, pero no voy a moverme de aquí, ayudaré a todos los que ourda

El muchacho apretó sus puños tras escucharla, sintiéndose muy frustrado, lo peor era que no podía estar enojado con ella por desear ayudar a otros, camino al camión pisando fuerte, teniendo dificultad para escoger entre su propio orgullo y soberbia o quedarse con Saya y evitar que la matarán.

Al llegar al camión se topo con una situación similar, dado que Alexandra estaba discutiendo con Marcos para que se quedarán y evitarán una masacre, Pablo abrió la puerta trasera del vehículo y entro al espacio interior de la zona de infantería, al entrar se sentó en una de las sillas y miró su teléfono.

Proxy: hay que darnos prisa, mientras esas cosas masacran a los chinos nosotros nos vamos —Estaba cargando balas en su revolver y al parecer planeaba usar esas armas contra cualquier idiota que intente detenerlos—

Pablo: Saya no vendrá, está obstinada en quedarse en esta causa perdida —Se encontraba tan molesto que estaba presionando demasiado su mandíbula y podía escucharse como crujían sus dientes— es estúpido, no vale la pena que ella se quede

Alexandra: para ella si lo vale, aquí se encuentran sus padres, personas inocentes, ella sabe que es la única que podría convencerte de quedarte y en el mejor de los vasos hacer que los tres se queden —La jóven caminó por el interior del compartimento de tropas hasta llegar a una radio que se encontraba al fondo del camión— esa chica es demasiado inteligente como para no saberlo

Proxy: ¿De verdad? Si quieres mujeres hermosas hay unas que cobran por evento, realmente es más fácil que intentar ser novio de alguien que realmente no te conoce ¿Ella te querría si supiera todo lo que hacemos? —Puso sus armas a los lados de su cinturón y caminó al exterior— ¡Ya vámonos!

Pablo: ¿Planeas quedarte en este agujero? Es una locura —Noto que la chica estaba cargando algunas de sus armas y las ponía en su traje de combate, además de preparar sus drones—

Alexandra: será una locura, pero eso no significa que no sea lo correcto —Puso su pistola en la funda que estaba en su pierna y después cargo su carabina a hombro para preparar para la batalla que se acercaba—

Todos comenzaron a subir sus cosas al vehículo, Proxy se quedó con medio cuerpo fuera del vehículo a través de una escotilla, portando un rifle AR-15 con un lanzador de granadas inferior, tenía varios accesorios y parecía vigilar a la gente de la mansión.

En el interior del camión Alice estaba jugando con algunos juguetes, Zeke estaba jugando con un muñeco y eran vigilados por Pablo, el asesino de cabello negro tenía los ojos cerrados y trataba de pensar en lo que haría, por ahora solamente se alejarían, pero sería imposible que

Marcos subió al asiento del conductor y encendió el motor, el vehículo de transporte se estremeció, su escape tembló y entonces pudieron ver cómo el gigantesco vehículo de combate urbano se movió con rumbo a la entrada principal de la mansión.

La gente de la mansión observó como el grupo de extranjeros irse del lugar, muchos no tuvieron problemas en expresar su felicidad ante su partida, aunque no tenían idea del terrible mal que se avecinaba a ese lugar, uno muy difícil de combatir para simples humanos.

Alexandra observó como se alejaba el vehículo donde se encontraba Black Flag, el grupo de estudiantes también los vio retirarse y Saya mordió su labio al saber que su novio cumpliría su palabra de irse y abandonar ese lugar a su suerte, ella creía conocerlo, pero ahora entendió que no era de esa manera.

Aquél día el cielo estaba lleno de nubes negras, se avecinaba una tormenta terrible, aunque sin saberlo ya eran observados por un segundo grupo bastante peligroso que quería destruir todo a su paso y seguir obteniendo ganancias.

En las afueras de la mansión había un grupo de observadores analizando las defensas de las que disponían, habían reconocido a Black Flag, pero cuando se fueron se dieron cuenta que ese ataque sería más sencillo de lo que esperaban, aunque por lo que notaron no existían enemigos que pudieran plantar una defensa viable.

Locación desconocida

Había un grupo de cincuenta soldados de la Insurgencia del Caos, todos estaban preparando algunos equipos que tenían, en tiempos dónde la humanidad estaba reduciendo sus números el tráfico humano subía demasiado y ellos siempre tenían que estar a la vanguardia de las demandas del mercado negro.

Comandante: preparen todo para capturar a tantas mujeres y niños como puedan, traten de no maltratar la mercancía —El hombre ajusto su máscara de gas y entonces subió a uno de los camiones que estaban dispuestos en la zona—

Tenían cuatro camionetas de transporte, cuatro camiones blindados y dos vehículos blindados de transporte militar, los cuales tenían cañones en la parte superior, listos para disparar contra cualquier enemigo que se apareciera en el camino.

Los vehículos avanzaron en formación, con los vehículos que tenían artillería al frente y en la retaguardia, los transportes avanzaban entre la lluvia sin ningún problema y aplastaron a todos los infectados que se metían en su camino, para su sorpresa había menos zombies de los esperados.

La Insurgencia del Caos desde su creación era una organización de mercenarios que comerciaban con anomalías y varios tipos de mercancía ilegal, un día podrían tener robot de ataque, químicos capaces de curar las peores heridas y al otro transportar monstruos devoradores de hombres.

Pero un negocio que floreció tras los primeros días del apocalipsis fue el tráfico humano, muchas otras organizaciones necesitaban personal para probar diferentes artefactos y realizar pruebas, por lo que la falta de humanos podría ser un problema.

Por un lado quienes presentaban más demanda en general eran las mujeres y niños, dado que eran más fáciles de vender, los hombres adultos con buena condición física serían vendidos también, pero a los que eran invisible para su venta solamente los mataban en el lugar.

Entrada de la mansión

Los dos guardias estaban observando una revista que habían tomado de una de las cajas de suministro, habían tenido un día aburrido y un poco de distracción podría ayudar a que siguieran trabajando.

Notaron el sonido de los motores de vehículos grandes, tomaron sus rifles y observaron como se acercaba un vehículo militar y casi saltaron de alegría cuando vieron al convoy militar acercándose a su posición, no reconocían la insignia del remolino negro con centro rojo pero no le tomaron importancia.

Comandante: soy el comandante Hammer, estamos aquí por la gente en la mansión para ponerlos a salvó, les agradecería que nos faciliten en paso —El guardia ordenó que su compañero moviera la barrera, la cuál dió paso a que entrarán los camiones—

Los camiones entraron a la zona de la mansión sin ningún problema, la gente veía fascinada como los militares bajaban de los camiones, algunos portaban insignias japonesas y eso parecía una señal de que a fin habían sido auxiliados por el gobierno.

El hombre que los dirigía a todos se quitó la máscara, revelando un rostro pálido, con cabeza negro lleno de canas, tenía una cicatriz que atravesaba su mejilla y uno de sus ojos estaba cubierto por un parche, Sōichirō vio la llegada de los militares y bajo de su oficina para saludarlos como era debido.

Mientras tanto Saya estaba en su habitación, sus ojos derramaban algunas lágrimas y observaba por la ventana, le parecía tan estúpido llorar por alguien, pero no podía evitar sentir que la habían traicionado, ella solo esperaba quedé quedará por ella, no por los demás.

Ella estaba sumergida en sus pensamientos cuando escuchó el sonido de un celular, miró alrededor pensando que alguien estaba presente, hasta que logro detectar el sonido proveniente de un cajón, noto que había un celular negro con detalles rojos, parecía muy resistente y reconoció el logo del equipo de Pablo, por lo que supuso era el celular de su novio.

Saya: "¿Hola?" —Contesto la llamada y acercó el teléfono a su oído, una voz proveniente del otro lado le sorprendió, ya que reconoció la voz de Purple—

Purple: "¿Eres tú Saya? ¿Dónde está Pablo? Hay una amenaza cerca de ustedes y para este punto la pueden ya tener encima" —La voz del hombre de ropa morada era en apariencia serena, pero tenía tintes de preocupación—

Saya: "El se fue, no se dónde está y no quiero saber nada de él" —Apreto el celular en su mano, hasta que logro razonar que estaba tratando de advertirles— "¿Que clase de amenaza?"

Purple: "Al diablo las reglas... La Insurgencia del Caos está en la zona, es un grupo de mercenarios muy peligroso, desde que todo comenzó han capturado muchas personas, los están vendiendo a organizaciones peligrosas, te mandaré una imagen de su logo, si los ven escapen lo antes posible, no son personas con las que quisieran jugar" —El teléfono emitió el sonido que anunciaba la llegada de un mensaje nuevo— "Mantente a salvó, si no tienen escapatoria tienen que esconderse"

La llamada terminó pronto, la chica de anteojos se limpio los ojos con un pañuelo y puso atención en la imagen recibida, era una especie de remolino negro y blanco, con un punto negro en el centro, no era nada complicado, aunque ella no sabía mucho sobre los logos de organizaciones peligrosas.

Observó por la ventana y noto que había varios camiones militares, solo pensó que eran refuerzos del gobierno o rescatistas, pero cuando vio el logo del camión sus ojos casi se abrieron demasiado, ya que cada camión tenía la insignia de la Insurgencia del Caos.

Lo peor de todo era que su padre estaba hablando con ellos, todos los soldados se estaban desplegando sin problemas por la mansión, ella entonces escucho que alguien abría la puerta, dió un salto pero entonces vio a Alexandra entrar y cerrar la puerta con seguro.

Alexandra: como si quedar atrapada en medio de un ataque masivo de anomalías e infectados no fuera problema suficiente tengo que lidiar con estos idiotas —Su mirada se enfocó en Saya y por su expresión supo que ella ya lo sabía— ¿Ya sabes quiénes son?

La más joven solo asintio, su mano fue tomada y la acercó a la puerta, pero la pelirrosa regreso para tomar el teléfono que había dejado caer, Alexandra hecho un vistazo al exterior y logro tener vía libre para escapar.

Alexandra: ¿Hay algún lugar oculto o una habitación del pánico donde puedas estar a salvó? —Saya asíntio y tomo la delantera para guiarla—

Saya: ¿Que se supone que harás? Ellos son demasiados y dudo que puedas tu sola contra ellos —Corrio hasta el despacho de su padre y entro, fue a una pintura familiar y la abrió, revelando una puerta de metal reforzado— ¿Crees que ellos vengan?

Alexandra: es una posibilidad, Marcos es orgulloso, arrogante y posiblemente un idiota, pero si estamos en problemas vendrá —Tomo su propio radio y trato de sintonizar la frecuencia usada por Black Flag— llama a los chicos, Pablo vendrá corriendo si es por ti

La joven de ojos naranja estaba por llamar, pero en ese momento escucharon los primeros disparos, Alexandra se arrojó al piso y cargo la primera bala en su arma, miró por la ventana y vio como habían asesinado a por lo menos media docena de guardias.

Exterior, minutos antes

Los soldados que habían ido a las torres de guardias y a los puestos clave estaban ahora con soldados de la Insurgencia del Caos, era una situación perfecta para ellos, había sido de sus trabajos más exitosos hasta el momento, muchas personas y poco esfuerzo.

El comandante del grupo de insurgentes entonces tomo un altavoz y se dirigió a la multitud que le rodeaban, los guardias guardaron sus armas y eso fue lo mejor de todo, pudo mantener la farza hasta la llegada de los camiones de transporte, pero necesitaba que todos estuviera listo para irse antes de la llegada de esos samurai monstruosos.

Hammer: ¡Escuchen bien! Organizaremos grupos de treinta personas, los camiones que vendrán no tienen mucho espacio y serán segregados, mujeres mayores de catorce años en un grupo, lo mismo para los hombres los niños menores de la edad mencionada tendrán su grupo —Dio la orden con un tono autoritario, el cual no complacer a la gente, entonces comenzaron—

La gente no quería separarse de sus familias, algunos incluso gritaron maldiciones, el problema era que Hammer era muchas cosas, pero odiaba la desobediencia y eso era algo que afectaba en todos los aspectos de su vida.

Entonces dió la orden, sus subordinados que estaban con los guardias entonces ordenaron que matarán a todos los guardias armados, los disparos se escucharon por todas partes y la gente grito con horror al ver cómo caían los guardias.

Sōichirō: ¡Que significa esto! —Estaba por tomar su arma cuando la culata del rifle del comandante de la Insurgencia lo golpeó en la cara y lo derribó, dejandolo con la nariz sangrante y muy aturdido—

Hammer: escuchen bien, solo lo diré una vez y matarán a quien me haga repetir, hagan lo que les digo y no morirán por nuestra causa —Todos vieron como el hombre disparaba algunas balas al aire y todos se cubrieron— eso es, ahora hay una nueva administración

Con eso dicho nadie más se atrevió a discutir, comenzaron la organización de toda la gente de la finca, rodeando el perímetro para asegurarse de que nadie escapara de ellos, aunque también tenían la llegada prematura de enemigos a la zona.

Con eso todos se dejaron llevar por las emociones, Hammer tomo el poder absoluto en unos cuantos segundos, por ahora lo único que podrían hacer era obedever, intentar esconderse y esperar que algun milagro los rescatará de esa terrible situación donde se encontraban, pero el problema era que no existía casi nadie con la capacidad de ayudar o la disposición para hacerlo.

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