Día de clases

En la casa de los muchachos había paz y tranquilidad, Purple había llegado a ese lugar para visitarlos y llevarles noticias sobre lo que estaba ocurriendo, además de darle a Pablo una noticia que había esperado desde ya mucho tiempo, la respuesta a su solicitud de estudiar en una academia normal.

La casa tenía relativa tranquilidad, en el patio trasero Marcos entrenaba con su espada para no perder práctica, en la cocina Gabriel estaba sacando del horno de piedra una pizza lista para comerse, había terminado si entrenamiento en la mañana y tenía el resto del día libre, mientras que Pablo estaba jugando en línea con Proxy.

Estaban tan tranquilos que cuando la alarma de aproximación se activo tomaron sus armas y casi inician un tiroteo, pero al revisar las cámaras encontraron que se trataba del auto de Purple que acababa de llegar, aunque está vez estaba viajando solo y conducía un brillante Ferrari púrpura descapotable.

Bajo del vehículo con lentes negros y su acostumbrado traje, aunque está vez dejo su sombrero en el asiento del copiloto y dejaba ver su desordenado cabello negro como la noche, caminó por el jardín frontal hasta la entrada de la casa y tocó un par de veces el timbre para que abrieran.

Cuando abrieron era Gabriel que vestía un mandil sobre un pantalón de lana gris y una camiseta blanca de algodón, entro a la casa cargando algunos papeles y se sentó en la sala donde ya lo esperaba una bandeja con una jarra de limonada lista para servirse.

Pronto llegaron sus otros hijos, Pablo todavía tenía los audífonos puestos junto a su pijama que era una camisa negra con una calavera y un pantalón blanco, Marcos tenía su ropa de entrenamiento que era una camisa negra sin mangas y un pantalón gris oscuro de algodón.

Purple: me alegra ver qué de adaptaron bien a la vida en este mundo -Dejo los documentos sobre la mesa y bostezó alto mientras sus hijos se sentaban a su alrededor- tengo aquí mi decisión acerca de tu petición para ir a una academia normal, además de algunas cosas quieren ustedes dos

Señaló a los dos mayores y después abrió un sobre bolsa, metió la mano en el sobre de papel y tras rebuscar por algunos segundos saco un documento firmado por diferentes psicólogos, lo mostró y se trataba de un resumen de los expedientes psicológicos de los muchachos.

Purple: hice un cuidadoso análisis de sus expedientes para saber que tan seguro es que estén libres, Marcos por un lado no a tenido ningún incidente grave, Gabriel se a contenido mucho y por ahora todo está bien si ignoró que ya se peleó con una pandilla y mando a todos al hospital, Pablo por su parte a demostrado ser estable, aunque admito que lo dude un poco por ese vídeo que subió Proxy a su blog dónde pelearon de nuevo -En su teléfono reproducio parte del video donde se les veía saltar de un lado a otro y correr por el paisaje urbano, además de pelear con un grupo de delincuentes-

Eso causo que ellos pensaran por un momento que estaban en problemas, después de todo se suponía que no deberían levantar sospechas ni llamar la atención, pero cuando Purple abrió un segundo sobre saco un comprobante expedido por una academia local.

Purple: tome en cuenta todo lo que hicieron y por ahora te daré lo que querías, irás a una escuela humana, tu anomalía no es peligrosa por si misma y mientras te quedes tranquilo podrás ir a la academia Fujimi -De la nada hizo aparecer un maletín con varios uniformes y se los dió a Pablo- creo que olvide algo importante

Gabriel: no tomaste en cuenta que Pablo es una máquina de matar, en una misión mato a tres sujetos con un maldito lápiz -Su comentario hizo que Pablo viera sus ilusiones desmoronarse frente a los ojos-

Purple: eso había olvidado, pero realmente no me importa que se defienda mientras no de pase de los límites -Le mostró un cuaderno con especificaciones- podrás pelear contra quién quieras y tu vida es un conflicto apartado del trabajo, pero te recomiendo pienses en lo que quieres hacer con tu futuro, yo solamente les puedo dar consejos

Se levantó de dónde estaba de un salto y miró la hora, tenía algunos planes que seguir elaborando para una misión en unos meses y tenía que apresurarse, se acomodó el sombrero sobre la cabeza y dejo una tablet sobre la mesa, la encendió y apareció el logo de la hermandad.

Purple: la hermandad a estado muy ocupada últimamente con misiones muy importantes y los delincuentes se están queriendo pasar de listos, en esta tablet habrá información de grupos a los que podrán atacar, claro que les pagaré horas extra, aunque deben usar sus trajes y evitar ser reconocidos -Fue a la puerta y volteó a ver a sus hijos por algunos segundos, imaginando lo mucho que habían cambiado en tan poco tiempo desde su llegada- nos veremos después chicos, tengo muchos trabajos que hacer, quizás después podríamos salir a comer pizza

Gabriel: está bien, pero me tocará a mi elegir el lugar -Bebio un café y después suspiró satisfecho ante el buen sabor de su bebida-

Marcos: nos vemos después, tengo que ver un trabajo en mi despacho -Miro a su hermano menor y revolvió su cabello- nos veremos después chicos, quizás podamos cazar algunas escorias después

Todos se separaron dejando la casa sola, cada quién tenía sus propios intereses para hacer en esos momentos, pero quién estaba más emocionado de todos era Pablo que salió para buscar un artefacto que necesitaría para el día siguiente.

En la academia

La noticia de un nuevo estudiante siempre eran algo que al final terminaba esparciendose de forma rápida por todos lados, pero cuando la noticia de que el estudiante era extranjero volvían a la noticia algo que se volvía viral.

Pablo estaba viajando en el automóvil de Marcos con la vista perdida en el paisaje, al principio quería tener una vida normal como cualquier otra persona, pero ahora tras todo lo vivido no sabía que era lo normal y si en realidad quería volver a una vida normal.

Llegaron a la entrada principal y Marcos detuvo el automóvil por un momento, miró a su hermano y le entregó una pluma negra de metal, se la entregó y espero a que el menor lastimara.

Marcos: se cómo eres, prefiero que uses una pequeña descarga en lugar de tus puños o un maldito lápiz -Movio un interruptor y dejo ver un arco eléctrico en la punta del artefacto- un toque y dejaría a alguien de dos metros fuera de combate, pero solamente tiene tres descargas

Pablo: gracias, pero le gustaría intentar pensar que no lo necesitaré -Abrio la puerta y salió del automóvil para ir a la oficina principal para hablar con el director-

Su entrada fue discreta pasando entre las personas sin mirar a nadie en particular, aunque no lo quisiera su mente estaba ahora programada para ser cauteloso y pasar desapercibido, a veces quisiera que noble sucediera eso, pero en esos momentos agradecía que sucediera y ayudará a qué estuviera preparado para cualquier contingencia.

Llegó a la oficina del director y se encontró con un hombre de sesenta años, cabello canoso y de complexión delgada tras un escritorio llenando reportes, el muchacho entro y se sentó en la silla frente al hombre con una mirada indiferente y una postura derecha.

El hombre todavía tardo algunos segundos en terminar su actividad y dejo el lapicero de lado mirando al muchacho, lo analizo con la mirada por algunos segundos, examinando al hijo de aquél exentrico personaje que había aparecido el día anterior en su oficina con un maletín lleno de dinero y diciendo que quería hacer una donación bastante generosa a la academia Fujimi, aunque como favor con favor se paga solicito que le permitiera inscribir a su hijo.

El directo estaba más que encantado de aceptar a un nuevo estudiante, no solamente el dinero sería algo muy bien recibido, aún cuando debería guardar el secreto del que Pablo era hijo de uno de los hombres más ricos del mundo un estudiante tan bien calificado sería bien recibido por la academia.

Director: bienvenido a la academia Fujimi, esperamos muchas cosas de ustedes joven -El muchacho asintio con la cabeza mientras se levantaba para seguir al director al que sería su salón de clases-

Caminó entre los pasillos hasta llegar a la puerta del aula y cuando el profesor lo indico entro, realmente no encontraba mucha diferencia entre sus salones de clases en su vida pasada y en el que se encontraba ahora, además de la puerta corrediza todo era lo mismo.

No miró a nadie y enfocó su mirada en la pared del fondo mientras permanecia firmé en su lugar, el profesor se levantó de dónde estaba y se quedó de pie al lado del estudiante de reciente ingreso mientras se presentaba.

Pablo: mi nombre es Pablo Morales, tengo 16 años y no soy de este país, espero no volverme enemigo de nadir -No dijo mucho más acerca del tema y recordó las instrucciones que le había dado el director acerca de cómo terminar la presentación- lo siento, pero de dónde vengo no es costumbre inclinarse

Todos se quedaron en silencio escuchando la peculiar presentación del joven de anteojos, esperaban que se inclinara ante el grupo, pero por lo visto sus ideas seguían siendo las de una persona extranjera, nadie dijo mucho más y el profesor señaló un lugar en el fondo de la clase del lado de la puerta.

La clase continuo pero sintió que alguien estaba viéndolo, ignoró este hecho pensando que era solamente porque era el nuevo del salón y tenían curiosidad acerca de él, durante la clase no paso mucho, eran temas muy fáciles para Pablo ya que durante sus estudios en casa había adelantado algunos temas y por ahora estaría tranquilo, viendo las clases como un repaso de lo que ya había aprendido.

Espero hasta que la clase terminó para confirmar sus sospechas de que lo observaban ya que no quería armar un escándalo, guardo su cuaderno en la mochila que llevaba y de levantó estirando sus brazos con pereza, podía ser aburrido pero era una sensación de satisfacción la que inundaba su ser.

Por primera vez miró a su alrededor y noto que todos estaban enfocados en sus grupos de amistades, esto le gustó ya que le evitaría tener que hablar con todas las personas, pero cuando estaba por salir para tomar aire fresco en el pasillo una persona de quedó de pie frente a él.

Saya: ¿Que estás haciendo aquí? -La misma joven de cabello rosa con la que Pablo había estado saliendo de encontraba de pie frente a él, llevaba lentes de contacto y su uniforme escolar-

Pablo: según yo estoy aquí para estudiar -Le respondió con sarcasmo y se rió un poco mientras la joven de ojos naranja mostraba un poco de molestia-

Pero ella era muy lista para armar un escándalo en ese lugar por lo que de la forma más discreta que pudo señaló con la mirada la salida, ella se fue aprovechando que tenían tiempo libre y el muchacho de lentes cinto hasta diez para salir del salón y seguir a Saya hasta unas escaleras de emergencia dónde pudieran hablar con un poco más de privacidad.

Una vez allí el muchacho se recargo en la pared mirando a la chica que había estado cortejando durante mucho tiempo, en realidad encontrarla fue un evento afortunado hasta cierto punto, aunque todo parecía demasiado sospechoso.

Saya: ¿Por que estás aquí? La última cita que tuvimos me hablabas de que tus estudios eran con profesores particulares -Si bien ella tenía ciertos sentimientos que no entendía con ese chico esto parecía alguna artimaña para acercarse a ella, una bastante extraña-

Pablo: no mentí si es lo que piensas, además de que tampoco te estoy acosando, llevaba meses pidiéndole a mi padre se le dejara ir a una academia normal y al fin lo logré -Saco de su bolsillo una caja con caramelos suaves y comió uno favor frambuesa- aunque será agradable hablar contigo en persona

Saya: ¡No quiero que presumas con nadie nuestras citas! -Ella estaba más preocupada de que él se fuera de la lengua y la gente supiera acerca de que salían a veces, aunque el chico no mostraba seriedad y le ofreció un dulce-

Pablo: te doy mi palabra como caballero de que nadie sabrá por mi boca que salimos -Hizo una reverencia semejante a la de un actor en un escenario y se levantó riendo un poco- me gusta este lugar, a veces es aburrido estudiar solo y no tener la presencia de nadie cerca

Aunque a principio el ambiente era muy tenso todo cambio y de transformó en uno más suave, Saya seguía con su misma actitud de superioridad, aunque acepto el caramelo y lo comió mientras veía como el chico jugaba con una pluma entre sus dedos.

Sonó una campana para anunciar el final del tiempo libre, igual que al principio Saya fue la primera en irse para llegar antes, Pablo se tomó su tiempo para ir al aula, tomo el camino más largo posible y miró todo lo que tenía la academia, desde sus salones hasta los estudiantes.

Regresó al salón para tomar asiento y se acomodó en su mesa cerrando los ojos para descansar la mirada y de lado pensar en su siguiente curso de acción, ir a la academia era un paso, pero sobrevivir en ella era una cosa totalmente diferente y lo sabía desde los dice años.

Una escuela era como una prisión, con guardias se te hacen la vida imposible, grupos de busca pleitos y grupos que a veces peleaban entre si, era una comparación que parecía una broma pero era la realidad en el lugar donde vivió y seguramente era verdad en ese país también.

El primer paso que ignoró fue el de unirse a un grupo, debería estar en un grupo social si quería evitar problemas con los típicos matones de escuela, los podría enviar a todos al hospital si quisiera pero quería evitar las peleas en medida de lo posible para no causarle problemas a Purple.

Miró a su alrededor y noto que ya había muchos grupos existentes, no le interesaba ninguno en particular y quizás buscaría un nuevo grupo al cuál pertenecer ya que no conocía a nadie, guardo sus cosas y salió del aula para ir a su clase de matemáticas.

A lo largo de su caminó miró al frente sin decir nada hasta que alguien toxo su hombro, volteo para ver de quién se trataba y allí estaba Hirano, no esperaba encontrarlo en ese lugar y solamente lo saludo moviendo su mano en el aire.

Hirano: ¿Realmente eres tú? —Se acercó viendo al chico con quién a veces hablaba, no esperaba encontrarlo en la misma academia pero era una sorpresa muy agradable—

Pablo: no esperaba verte aquí, esto es increíble —Choco su puño con el del muchacho regordete y miró su reloj de pulsera para no perder el paso del tiempo— tengo clases, creo que debo irme, pero nos veremos en el almuerzo

No tardó mucho en despedirse y caminó lo más rápido que podía hasta su nuevo salón, entro con discreción al aula y se sentó en el lugar vacío que había, le esperaban todavía otras dos clases antes del almuerzo por lo que sería paciente durante las clases.

Tras dos horas de clases y aburrirse debido a que algunos profesores no eran muy brillantes al hablar sobre sus materias al fin Pablo era libre por un tiempo, caminó entre las personas de la academia con un estuche metálico en forma de una lonchera antigua de Estados Unidos.

Durante su trayecto buscando a Hirano se topo con la chica que había logrado cautivarlo, se encontró con Saya y la saludó moviendo su mano sin notar que había más personas viéndolo desde lejos.

Pablo: hola Saya, pasaba por aquí y quería saber si querías almorzar conmigo —Abrió la lonchera antigua y mostró caros contenedores, cada uno tenía una etiqueta con lo que tenía— traje un postre extra, pensé en compartirlo con alguien más que conociera pero creo que te podría gustar

La joven de ojos naranja miró al muchacho de anteojos durante unos cuantos segundos y asíntio con la cabeza, no tenía planes para comer con alguien en especial y la compañía quizás le vendría bien, hasta ahora parecía que todo estaba bien con Pablo y le gustaba como era.

El nuevo estudiante caminó con Saya por la academia hasta una jardinera, ella llevaba su almuerzo y comió con Pablo, la conversación era sobre la primera impresión del muchacho sobre la academia.

Pablo: llegué y parece que nunca salí de casa, es igual que en casa, chicos hablando de cosas triviales como que chica es más atractiva o chicas pensando que en algún momento encontrarán un príncipe azul, incluso los maestros que duermen escuchando su propia clase —Comio su emparedado de mortadela mientras veía de reojo a la chica de cabello rosa— la única diferencia es que aquí no pusieron vidrios rotos en la sima del muro

La chica no pudo evitar reír al escuchar todo lo que decía el muchacho, ella escuchaba lo que decía y lo que le parecía gracioso era que Pablo decía las cosas que pensaba sin muchos filtros entre sus pensamientos y su boca.

Saya: supongo que tienes razón en algunas cosas, pero de todas formas tienes que esforzarte mucho, las cosas aquí son mucho más severas que en otras partes del mundo —Su tono era más el de alguien que regañaba a una persona para que se esforzara para ser mejor—

Pablo: lo sé, aunque por ahora estoy más interesado en saber el método de los profesores, primero debo saber con qué enemigo me enfrentó para después sacar las máximas calificaciones —Su sonrisa se ensanchó de manera orgullosa y abrió un pequeño triste— mi hermano preparo algo llamado arroz con leche, pensé que tal vez a alguien más podría gustarle

Le ofreció el contenedor a Saya quien lo miró un poco extrañada, era una combinación extraña hasta cierto punto, pero le gustaban los dulces por lo que tomo el postre para comerlo, al principio no estaba impresionada, pero al sentir el sabor dulce comió con un poco más de rapidez.

Todo estaba pasando a la perfección, era un primer día tranquilo, no habían hecho las mismas preguntas molestas de siempre y pudo mantenerse al margen en su grupo, inclusive había logrado estar cerca de Saya lo cual había sido algo muy afortunado.

Pero nada es perfecto y todo estaba por cambiar debido a una sola persona, Hirano había estado buscando a Pablo con la esperanza de poder hablar con él pero en lugar de encontrar a su amigó se topo con las personas con quiénes menos se quería topar, el grupo de Tsunoda.

Tsunoda era uno de los muchos chicos que acosaban a Hirano, el chico siempre bajaba la cabeza y se había resignado a sufrir las constantes burlas y golpes de ese grupo de criminales juveniles.

Tsunoda: pero si es mi bola de manteca favorita ¿Que me trajiste de desayunar hoy? —Le quitó los lentes y después le arrebató la comida mirando lo que traía— siempre traes cosas buenas, ahora veo porque estás gordo

El muchacho no decía nada y solo miraba el piso, estaba furioso por dentro, tenía mucha ira reprimida, pero no había nada que pudiera hacer, quería solamente tener una vida normal y no la conseguiría si discutía con ellos cada vez que lo fastidiaban.

Pablo: no esperaba encontrarte Hirano, estaba por allí cuando te encontré en este lugar con estos curiosos personajes —Miro de reojo a los matones pero no les dirigió la palabra— hay que irnos

Le extendió la mano pero la mano del muchacho de cabello teñido lo hizo voltear para encararlo, era mucho más algo que Pablo pero de igual forma el chico permanecio firme sin despegar su mirada desafiante de aquellos ojos que tanto le molestaban.

Pablo: no quiero tener problemas, deja que mi amigo y yo nos vallamos y tu sigue tu camino, no hay mucho que puedas hacer ahora —Intento ser razonable pero sabía que ese tipo de personas parecían necesitar reafirmar su dominio—

Tsunoda: debes ser el nuevo, supongo que por ser tu primer día podría pasar esto, pero mira, esto es mi territorio, tienes que pagarme por seguridad una vez a la semana y si tengo hambre me darás tu almuerzo, después podrás irte junto al gordo —Su tono de superioridad molesto al pelinegro que solo lo ignoró y continuo su camino tirando del brazo de Hirano— ¡A dónde vas!

Pablo: el más ruidoso de una sala siempre es el más débil, no vales la pena —Lo ignoró y trato de seguir su camino hasta que el muchacho de cabello teñido se volvió a meter en su camino y lo empujó—

Hirano: no debiste meterte —Decia con seriedad al ver que aquel chico se había metido en serios problemas con un matón para defenderlo—

Todos alentaban a Tsunoda a pelear y tomando en cuenta la diferencia de tamaño era evidente quien ganaría, pero aún con todas sus palabras no lograba que Pablo mostrará alguna emoción, arto de esta situación lanzo un golpe contra el estómago de su adversario, pero cuando su puño impacto sintió un dolor muy grande en su entrepierna.

Su puño había tocado al chico de lentes pero el más bajo había levantado su pierna para dar una parada en la entrepierna de Tsunoda que se tiró en el suelo jandeando de dolor al sentir como algo se rompía debido a la poderosa patada que recibió.

Todos los que vieron esto estaban con la boca abierta al ver cómo habían derribado a Tsunoda con esa facilidad, nadie dijo nada y solamente dejaron que Pablo se fuera, nadie diría nada a un profesor o un directivo y eso era un hecho.

La mayoría de los presentes eran amigos del chico que estaba en el suelo ahogándose en su dolor y sabían que eso no terminaría bien, aunque lograrán meter en problemas a Pablo ellos serían una burla al ser vencidos por un alumno tan pequeño y de apariencia inofensiva.

Pero entre todos Saya estaba impresionada por el hecho de que Pablo mostrará hostilidad, hasta ahora parecía demasiado tranquilo y ver cómo derribaba a un matón como ese le dió una idea de que Pablo le ocultaba algo y ella lo averiguaría de una u otra manera.

El chico de lentes ignoró a todos hasta llegar a dónde estaba Saya y sonrió un poco avergonzado, realmente no quería tener problemas y consiguió pelear con un idiota al que después tendría que demostrarle quien mandaba, pero ese era trabajo para otro día.

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